Marzo 2024
Las defensas y recuperaciones de territorios prueban
cómo la Agenda 2030 encubre a:
Qué Sistema
Con la puesta en práctica de todo lo opuesto a su Agenda 2030 por estar amenazando de extinción a la vida planetaria.
Conciliación de clases/ Concentración y centralización capitalista/
Alternativas emancipatorias
Conciliación de clases
Necesitamos, abajo y a la izquierda coherente con su esencia común-ista, que una creciente mayoría de los oprimidos, por el sistema mundo capitalista y su local, rompa con la conciliación de clase implícita en las democracias vigentes y que viabiliza el continuo avance de la acumulación oligopólica de riquezas, poder de dominio e ingresos a costa de expropiación y expoliación a las diversidades de abajo.
Analicemos cómo se ha ido formando en nuestro continente:
El auge de la Minería transnacional en América Latina.
De la ecología política del neoliberalismo a la anatomía política del colonialismo*
Por Horacio Machado Aráoz
(…) Visto desde su trayectoria práctica y sus formas históricas de proceder, el colonialismo/colonialidad consiste, ante todo, en un modo específico de ejercicio de la violencia; una particular forma estructural de administración de la violencia que da lugar a un sistema de dominación de larga duración. Como se puede advertir a la luz de las determinaciones histórico-políticas del “desarrollo” de la minería moderna, en tanto una de sus expresiones más emblemáticas, el sistema de dominación colonial, en su longue durée, supone y se funda en un específico ciclo de violencia. Esquemáticamente, el ciclo de la violencia colonial consiste en tres grandes fases, caracterizadas por el recurso a una específica forma de aquella: parte de la violencia extrema del terror, le sigue la violencia endémica de la expropiación y, de ésta, pasa a la violencia simbólica del fetichismo.
En efecto, tal como puede seguirse, por ejemplo, a través de las Crónicas de Indias y en otros tantos relatos de los procesos históricos de conquista y colonización, en las narraciones de la llamada “acumulación originaria” y en los análisis clásicos de posguerra –desde Du Bois a Frantz Fanon, de Césaire a Said–, el colonialismo adopta, en sus orígenes, la forma de la violencia extrema, la violencia total y desmesurada, productora de lo que Taussig (2002) llama el espacio de muerte, como su condición más propiamente definitoria.
A la vez que define la ‘esencia’ del colonialismo, ésta penetrante observación, pone de relieve también el límite más profundo de la episteme moderna para vérselas con el colonialismo: al identificar al terror como condición originaria de la confección de la verdad colonial, Taussig nos advierte que la ‘realidad’ del colonialismo es inasible para una ‘racionalidad-que-no-siente’; el terror se inscribe en la materialidad de los cuerpos, en la subjetividad de las emociones y los sentimientos, un terreno completamente desconocido para la razón moderna. Efecto del terror, el colonialismo se hace ‘cuerpo’, corporalidades constituidas desde la percepción y experimentación de una forma de violencia extrema; es, así, ante todo, una determinada forma de sentir y experimentar (vivir) la ‘realidad’ desde, por y a través del miedo.
De tal modo, la ‘realidad’ del colonialismo desafía los propios recortes de la racionalidad de Occidente, tan acostumbrada a dejar fuera de lo real aquellos ‘umbrales oscuros’ de los sentimientos, las emociones, aún la propia fuerza de las pasiones, en fin, la de todo aquello que, al no haber pasado por el tamiz civilizatorio del ‘interés’, se presenta como ‘primitivo’. Ahora bien, fundado sobre la violencia extrema del terror, una vez instaurado, el colonialismo precisa estabilizarse, normalizarse, fijarse como principio generador de las prácticas sociales desde la misma cotidianeidad de la vida.
Es entonces cuando el terror originario arraiga en el (nuevo) mundo, creando una cultura y una economía del terror; esto es, una cultura y una economía basada en la lógica práctica de la expropiación. La violencia extrema del terror va dejando su paso, a medida que se impone, a la violencia endémica de la expropiación; violencia ésta productiva y de la vida cotidiana, donde el colonialismo deja de ser visto como tal y empieza a asumir las formas naturalizadas de la colonialidad. Como forma de violencia colonial, la expropiación es, básicamente, expropiación de los medios de vida, de los medios a través de los cuales emergen y se re-crean las formas de vida. De allí que la expropiación, como forma de violencia productiva, tiene que ver no con el “arrebato” de “algo”, sino con la producción colonial de formas de existencia; formas de vida colonizadas, expropiadas y re-apropiadas, destruidas y re-creadas, desde la lógica práctica del extrañamiento y la puesta-en-disponibilidad por y para el poder colonial. Implica la producción colonial de “formas de vida civilizadas” (Castro Gómez, 2000).
Esa dinámica expropiatoria implica, de hecho, el ejercicio sistemático y de larga duración de una violencia productiva, una violencia inseparablemente semiótica, económica, jurídico-política y militar; una violencia a través de la cual tiene lugar la correlativa producción colonial de “subjetividades”, “naturalezas” y “territorialidades” adaptadas y sujetas a las reglas coloniales de la acumulación sin fin y como fin-en-sí-mismo, propia de la gubernamentabilidad del mercado.
En este punto, la violencia práctica de la expropiación adopta la forma de la violencia simbólica del fetichismo. Acto educativo de la “razón”, la economía moral del fetichismo implica el ejercicio sistemático de una forma de violencia cuidadosamente dirigida a producir la expropiación de lo que sentimos; a reemplazar los sentimientos, las emociones y los deseos por esa única forma de percibir, ver y sentir propiamente moderna/colonial que es el interés.
Así, la eficacia práctica del colonialismo/ colonialidad, descansa, en su cotidianeidad y como forma de dominio de larga duración, en la economía moral del fetichismo. Es el efecto mágico religioso que produce la mercancía sobre los cuerpos-objeto de expropiación el que opera la creciente colonización del deseo y de las fuerzas motivacionales de los sujetos por el “interés”, consagrado así, como único principio racional de la acción humana (Smith; Weber). Sin esa fascinación sobrenatural que invierte el estatus y condición de los objetos-portadores-de-valor en “algo sagrado” (motivo de veneración y culto, en Marx; sacrificio, en Simmel) no se podrían entender cómo, desde el interior mismo de las culturas-en-proceso-de-expropiación, se fracturan las resistencias decoloniales y se invierte la dirección de las fuerzas sociales para facilitar ahora la penetración del impulso colonizador. Es el fetichismo de la mercancía el que, de uno y otro lado del proceso expropiatorio, alimenta esa ansia insaciable de posesión y el que instituye, como primer acto de veridicción, el valor de cambio como “medida-de-todas-las-cosas”. Ese fetichismo produce la integración de la historia del expropiador y el expropiado en la unidad (dialéctica) de la realidad colonial: realidad-historia que, desde la mirada de la razón imperial, motiva y justifica la violencia extrema de la conquista infinita, bajo los presupuestos de la “acción civilizatoria”; y que, desde la perspectiva del colono, reviste el proceso expropiatorio en fantasía colonial, en carrera desenfrenada hacia la meta –por cierto, quimérica– del “progreso”.
Sin embargo, este “mundo-uno” emergente de la expansión de larazón imperial no logra suprimir absolutamente los disensos; no logra agotar las energías corporales que surgen del dolor, la bronca y la indignación de la expropiación. Frente a ellos, el poder colonial intenta sistemáticamente recluirlos al ámbito renegado de la interdicción, de lo anormal. Ahora bien, esa última frontera entre lo normal y lo anormal sólo se traza y se sostiene con la fuerza descarnada de la violencia extrema del terror.
El colonialismo reposa, en última instancia, en la capacidad omnipresente del uso radical de la violencia extrema. Así pues, para quienes los dispositivos de regulación de las sensaciones resultan estériles, el poder colonial precisa reservarse siempre ese recurso de última instancia, el de la violencia represiva que, cada tanto, emerge con obscena brutalidad, rememorando las escenas del terror originario para aplacar con fuego el dolor social rebelde de los territorios-cuerpos-en-proceso-de-expropiación.
El trasfondo de esta mirada propuesta respecto a la anatomía política del colonialismo, sobre las formas y los ritmos de su ciclo de violencia, constituye un marco adecuado para intentar un análisis interpretativo-crítico del último resurgimiento minero en América Latina.
Neoliberalismo o la geopolítica del Imperio (…)
* libro “La naturaleza colonizada. Ecología política y minería en América Latina” (Buenos Aires: CLACSO, agosto 2011).
Fuente: https://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20120319035504/natura.pdf
Concentración y centralización capitalista
Generalicemos la percepción de (o comprobación sobre cuál es el progreso del sistema y la correspondiente lucha contra) la dirección que asumen los apropiadores de la concentración y centralización capitalista. Distingamos dos ejemplos:
Crímenes de guerra
Una incursión israelí sobre Rafah será una catástrofe humanitaria sin precedentes
13 de febrero de 2024
Por Gideon Levy | Haaretz
La opinión pública israelí debe despertar, y con ella la Administración de Biden. Esta emergencia es más grave que cualquier otra durante esta guerra
Lo único que podemos hacer ahora es pedir, suplicar, clamar: no entréis en Rafah. Una incursión israelí en Rafah será un ataque al campo de refugiados más grande del mundo. Arrastrará al ejército israelí a cometer crímenes de guerra de una gravedad que ni siquiera ellos mismos han alcanzado todavía. En estos momentos es imposible invadir Rafah sin cometer crímenes de guerra. Si las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) invaden Rafah, la ciudad se convertirá en un tanatorio.
En estos momentos, en Rafah hay alrededor de 1,4 millones de personas desplazadas que en algunos casos se refugian bajo bolsas de plástico convertidas en tiendas de campaña. La Administración estadounidense, supuesta guardiana de la ley y la conciencia israelíes, ha condicionado la invasión de Rafah a un plan israelí de evacuación de la ciudad. No existe ni puede existir tal plan, aunque Israel consiga idear algo.
En la devastada Franja de Gaza, no queda ningún lugar adonde ir
Es imposible transportar a un millón de personas totalmente desamparadas, algunas de las cuales ya han sido desplazadas dos o tres veces, de un lugar “seguro” a otro, lugares que siempre se convierten en campos de exterminio. Es imposible transportar a millones de personas como si fueran ganado. Ni siquiera el ganado se puede transportar con tanta crueldad.
Tampoco existe ningún lugar donde evacuar a estos millones de personas. En la devastada Franja de Gaza, no queda ningún lugar adonde ir. Si los refugiados de Rafah son trasladados a Al-Mawasi, como propondrán las FDI en su plan humanitario, Al-Mawasi se convertirá en el escenario de un desastre humanitario como no hemos visto en la Franja.
Yarden Michaeli y Avi Scharf informan de que se supone que toda la población de la Franja de Gaza, 2,3 millones de personas, debe evacuarse en un espacio de 16 kilómetros cuadrados, aproximadamente del tamaño del Aeropuerto Internacional Ben-Gurion. Toda Gaza en el espacio del aeropuerto, imagínense.
Amira Hass ha calculado que con que un millón de personas vayan a Al-Mawasi, la densidad de población allí será de 62.500 personas por kilómetro cuadrado. No hay nada en Al-Mawasi: ni infraestructuras, ni agua, ni electricidad, ni viviendas. Sólo arena y más arena, para absorber la sangre, las aguas residuales y las epidemias. Pensar en esto no sólo hiela la sangre, sino que también muestra el nivel de deshumanización al que ha llegado Israel en su planificación.
Se derramará sangre en Al-Mawasi, como se ha derramado recientemente en Rafah, el penúltimo refugio seguro ofrecido por Israel. El servicio de seguridad Shin Bet dará con algún oficial afiliado a Hamás al que habrá que eliminar lanzando una bomba de una tonelada sobre el nuevo campamento de tiendas. Veinte transeúntes, la mayoría niños, morirán. Los corresponsales militares nos contarán, con los ojos brillantes, el maravilloso trabajo que están haciendo las FDI para liquidar al alto mando de Hamás. La victoria total está cerca; una vez más, los israelíes estarán satisfechos.
Sin embargo, incluso a través de esta alimentación forzosa, la opinión pública israelí debe despertar, y con ella la Administración de Biden. Esta emergencia es más grave que cualquier otra durante esta guerra. Los estadounidenses deben bloquear la invasión de Rafah con acciones, no con palabras. Sólo ellos pueden detener a Israel.
Los estadounidenses deben bloquear la invasión de Rafah. Sólo ellos pueden detener a Israel
El sector concienciado de la comunidad israelí busca fuentes de información que no sean las emisoras de aquí, que son “caramelitos para los soldados” y que se hacen llamar canales de noticias. Vean imágenes de Rafah en cualquier cadena extranjera –no verán nada en Israel– y comprenderán por qué no se puede evacuar. Imagínense Al-Mawasi con los dos millones de desplazados y comprenderá cómo proliferan los crímenes de guerra.
El sábado se encontró el cadáver de Hind Hamada –o Rajab, en algunos medios de comunicación–, de seis años. La niña se había hecho famosa en todo el mundo tras los momentos de terror que vivieron ella y su familia el 29 de enero frente a un tanque israelí –momentos que quedaron grabados en una llamada telefónica con la Media Luna Roja palestina, hasta que cesaron los gritos de terror de su tía–. Murieron los ocho miembros de la familia.
Hind fue hallada muerta en el coche quemado de su tía en una gasolinera de Khan Yunis. Estaba herida y cubierta por los siete cadáveres de sus familiares, murió desangrada antes de poder salir del vehículo. Hind y su familia habían respondido a la llamada “humanitaria” de Israel para evacuar. Quien quiera miles de Hinds más, que invada Rafah, cuya población será evacuada a Al-Mawasi.
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Este artículo se publicó el 11 de febrero en Haaretz.
Traducción de Paloma Farré.
Fuente de la traducción: CTXT: https://ctxt.es/es/20240201/Firmas/45569/gideon-levy-rafah-al-mawasi-desplazados-crimenes-de-guerra.htm
Fuente: https://rebelion.org/una-incursion-israeli-sobre-rafah-sera-una-catastrofe-humanitaria-sin-precedentes/
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COP28: megalomanía contra el Planeta
El skyline de Babel
16 de febrero de 2024
Por Martintxo Mantxo | A Planeta
En la pasada Cumbre Mundial del Clima COP 28 de Dubái (Emiratos Árabes Unidos EAU), un hecho fue el foco de las críticas y la incompatibilidad de los organizadores con una propuesta a la altura de las necesidades de la actual crisis climática: el que, además de tratarse de un país totalmente dependiente económicamente de los combustibles fósiles, se designara como presidente de la COP al director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo, ADNOC. Pero otros aspectos recibieron menos atención, como el hecho que EAU y los demás estados petroleros de la Península Arábiga, sean totalmente devotos de la megalomanía y el crecimiento. Sin duda estos aspectos están muy relacionados también con el petróleo y los beneficios que reciben. Pero por eso mismo, porque son los que al final promueven su consumo desmedido, precisarían más atención. Sin duda, el hecho de nombrar al director ejecutivo de la 12ª mayor petrolera mundial es reprochable, pero aún más que este sea un sultán de un emirato que sólo busca tener los rascacielos más grandes y el skyline mayor del mundo, con lo que eso supone a nivel energético y a nivel económico para conseguir todos los millones que se precisan para ello. E indirectamente con lo que eso supone a nivel climático para el Planeta.
«Y llaman al sistema «civilización»,
Mientras que empinados edificios surgen
Amenazadoramente hacia lo alto
Donde una vez hubo esbeltos árboles primigenios,
Y cantos de pájaros llenando el aire
En lugar de silbatos de policía.»
(Mercedes de Acosta,» Canción de la 5ª avenida»)
«Era como una gigantesca fachada: un inmenso decorado de cartón-piedra. Toda la ciudad era una gran mentira. Una mera ilusión en la que vivían atrapadas millones de personas.»
(Alexander Drake. Ciudad de caníbales. Ediciones Lupercalia, 2015. P14)
«Había sido alzado nivel tras nivel, una verdadera maravilla que todos admiraban. Las grandes grúas subían el acero a su posición y lo mantenían mientras el horrísono clamor de los martillos remachadores daba una prueba de que estaba siendo asegurado; luego tras completar su trabajo a un nivel, las grúas, como monstruos inteligentes, se alzaban las unas a las otras hasta nuevas posiciones, para repetir el proceso. A medida que crecía la estructura, sus arterias, venas, nervios y músculos eran entretejidos al conjunto; kilómetros de alambre, tuberías, conducciones de aire; cables y conducciones; calefacción, ventilación y acondicionamiento de aire con sus entradas, salidas y tuberías de transporte … Y en todos los rincones, en todas partes, los sistemas de vigilancia que controlarían el ambiente interno del edificio, su salud, su vida.»
(Richard Martin Stern. Rascacielos. 1974)
«Es asombrosa la velocidad, el ritmo vertiginoso con que hoy se pueden levantar eddificios, rascacielos, barrios y ciudades. Aunque a gran escala, no deja de tratarse de la misma técnica de los juegos de construcción LEGO: un montaje veloz y eficaz, unas cuantas grúas, pocas personas .»
(Kapuściński, Ryszard, Lapidarium IV. Anagrama, 2003. Pag 2)
Dice Robert Graves que «desgraciadamente el fundamentalismo, es decir, la aceptación literal de mitos y metáforas utilizados en toda la Biblia, es una enfermedad común al cristianismo”1. Sí, así tenemos a los creacionistas y tantas sectas. Aunque, como él bien dice, ésta es una práctica muy extendida en el cristianismo en general, y en otras religiones de masas.
También hay que tener en cuenta que muchos de esos mitos proceden de culturas orales, que en su transmisión son objeto de variaciones, pero sobre todo son modificados una vez escritos, cambiándose a veces su sentido.
Tenemos el mito de la torre de Babel. Porque es un mito, aunque haya muchos arqueólogos intentando buscar lo que quede de aquel intento de macro-construcción. Es un mito, según muchos, para explicar la diversidad de lenguas2^, fenómeno que siempre ha cautivado a las personas: que el ser humano haya sido capaz de desarrollar idiomas tan dispares y que con ellos consigamos entendernos, y, a la vez, no entender nada a otras personas que hablan en otro idioma, es indudablemente fascinante.
Pero el plurilingüismo no es y no ha sido un problema como para provocar el colapso o el abandono de una macro-construcción como esa torre. Ahora bien, el plurilingüismo encierra riesgos, como el que una lengua se convierta en hegemónica, o quiera serlo y llegan a desplazar a otras. Pero eso no es un problema de las lenguas en sí, sino una cuestión de poder. En la Iruñea medieval (Pamplona) el idioma del vulgo era el euskera, pero también se hablaba el latín (iglesia), los romances occitano y navarro derivados de ese latín, y el hebreo por la comunidad judía (tanto el utilizado en ritual como la aljamía hebraicorromance)2. En la Palestina de tiempos de Cristo todavía no se hablaba el árabe, pero sí el arameo, el griego, el latín (los romanos y tema administrativo), y entonces el hebreo ya se había reducido a lenguaje religioso. Los ejemplos son múltiples2*.
«A pesar de todas nuestras lenguas no podemos comunicarnos»
(«Natives», escrita por Paul Doran, cantada por Christy Moore)
Pero según lo cuenta el Génesis, parece más que el problema de la torre de Babel correspondía más con un deseo de Dios de dispersar a los humanos en lugar de que se concentraran donde se erigía la torre. Entendemos que semejante macro-proyecto habría atraído a muchas personas a trabajar allá, o a una concentración de esclavos, porque nos consta que los babilonios o los egipcios también esclavizaron a otras personas. Para ello, Dios presuntamente se valió de distintos idiomas, para crear confusión.
De cualquier forma, como en muchos otros casos en la Biblia, de nuevo se usa una imagen de Dios como decidor de los designios humanos. E igualmente, por esa identificación del Dios cristiano con el género masculino, este caso supone también un nuevo re-afianciamiento patriarcal.
Pero para los mitos, como para las parábolas, caben distintas interpretaciones. Yo entiendo más este mito como la explicación del fracaso humano ante el desmesurado deseo de crecer, el deseo de grandiosidad, que no es otra cosa que vanidad y codicia. Por un lado no tiene sentido, pues esfuerzos y recursos son utilizados sin un interés fundado y genuino, y por otro no tiene fin porque siempre se buscará superar esa cota. Ello conlleva también el uso desmesurado de recursos y con ello el posible colapso por falta de material, lo que también pudo ser una razón en Babel. Tanto el desmesurado uso de recursos naturales como de humanos (esclavos), siendo esa otra posible causa: porque ya sabemos que no está en nuestro ADN el ser esclavos de nadie y en algún momento estos y estas se rebelan. De verdad, entonces, en la rebelión, el hablar distintas lenguas no supondrá ningún obstáculo. Esa rebelión traerá el fin del proyecto, porque esos capataces inútiles no serán capaces de mover un ladrillo.
Crecimiento. Consumismo. Megalomanía.
«Lo que sucede es que estás en contra de los reyes, y reinas y similares, mientras que yo gozo con ellos. Piensa en lo que sucedería si sólo hubiese gentes grises, sin gigantes en los que soñar y a los que emular, sin grandes relatos que recordar, sin tremendos edificios como éste, que incluso impiden el paso del sol. ¿Que te parecería eso, Frank?»
(Richard Martin Stern. Rascacielos.)
Una alegoría de esa torre de Babel la podemos encontrar hoy en día en los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Ese ansia de grandeza. De emular en los grandes, de superarlos.
Como sabemos, la última Cumbre Mundial del Clima, la COP 28, se ha celebrado en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos (EAU). Desde que se propuso su candidatura, el movimiento climático criticó su designación por ser EAU un país potencia en la producción de petróleo y gas, altamente dependiente económicamente de ese recurso y que ha construido todo su esplendor y lujo a partir de esos combustibles, del dinero proveniente de ellos (añado: “y de la esclavitud”). Fue vergonzoso que se designara como presidente de la COP al sultán Ahmed Al-Jaber, que a su vez es director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dhabi (ADNOC) de EAU, la 12ª mayor petrolera del mundo. Qué intereses defendería estaban claros, cuando se trata de superar la dependencia fosilista mundial. (Ver más en Fiasco de la COP 28. Sin finalizar…)
Por si eso fuera poco, lejos de disculparse o de rectificar, la ONU vuelve a anunciar al próximo organizador de la COP29: Azerbaiján, otro petro-estado con muy pobres registros en derechos humanos y ambientales.3 El petróleo y el gas ya representan el 90% de su economía. Nuevamente, como en el caso de EAU, la COP29 estará supervisada por su ministro de medio ambiente, que anteriormente trabajó en la petrolera estatal Socar.
Ahora también, los resultados de la COP28 se juzgan a partir de este hecho, del carácter extractivista y petrolero de EAU, y su negativa a plantear el abandono de los combustibles fósiles. Si bien esto es cierto, en esta ecuación obviamos otro aspecto fundamental para entender el predestinado fracaso de esta (u otras) COPs: la megalomanía de EAU (y otros), la devoción por la majestuosidad. La megalomanía en su afán por producir o poseer las propiedades más valoradas, no escatima en recursos y energía. Su despilfarro va unido al del consumismo, el consumir recursos y energía no con el fin de saciar necesidades básicas, sino las propias ansias de consumir.
Es también próximo a otro concepto en el que se fundamenta el capitalismo, como es el del crecimiento. Ambos parten que lo importante es el crecer: el crecimiento en el PIB, en las ventas, en los beneficios, en el mercado, en las toneladas extraídas, y la megalomanía en los metros de altura de edificios construidos, en su suntuosidad, en su cantidad, etc. Ambas cuentan con rankings a superar, clasificaciones del MÁS. La competición es el principio básico del capitalismo, opuesta a la esencia humana de la colaboración y la ayuda mutua.
«En un lugar de la campiña, en una tierra baldía a más de cincuenta kilómetros de Nueva York, se levanta un coloso de la construcción: el Roosevelt Mall. Naves altas, largas y luminosas, decenas de tiendas y bares, un océano de productos de todo tipo. Los malls, las grandes superficies gigantescas, iluminadas y multicolores catedrales del consumismo norteamericano. En los fines de semana se llenan de multitudes que a ella acuden para satisfacer deseos, necesidades, esperanzas. Acuden para mirar, comprar, consumir; para ser.»
(Kapuściński, Ryszard, Lapidarium IV. Anagrama, 2003. Pag 31)
Por tanto, el plantear que mantener el consumo de combustibles fósiles es un problema está bien, pero sobre todo hay que plantearse para qué. Porque hay muchas cosas que todos esos gobiernos y gobernantes, dan por sentadas, por básicas, por ineludibles. Porque si bien seguir consumiendo combustibles fósiles es una locura de consecuencias innegables, todavía lo es más el “para qué”. ¿Seguir consumiendo combustibles fósiles para mantener esos deseos de grandeza, de superar al vecino, de ser el que más rascacielos tiene, los rascacielos más altos? Porque supongo que está claro que la construcción de todas esas torres conlleva un alto consumo de energía: para extraer áridos y cal, y hierro, y todos los materiales que se pueden precisar, así como la energía para pulverizar roca, para cocer el cemento, para convertir arena en cristal, para los transportes, para la construcción; así como las ingentes cantidades de dinero que proceden de la venta de combustibles fósiles.
En el caso de EAU tenemos que su sistema eléctrico se base en la producción a partir de centrales térmicas de gas de la que posee grandes recursos (13.021 MW de capacidad) y nuclear (5.600 MW de capacidad) (suman: 18.621 MW), mientras que la solar, de la que también cuentan con muchos recursos, contabiliza por 4.277 MW4. Con lo dicho, más que en cualquier otro caso, es pertinente la pregunta que hacíamos “energía ¿para qué?”. Porque sustituir la fósil por renovable y mantener ese deseo de seguir construyendo más y más rascacielos supondría una locura de km² de instalaciones. La misma crítica que hacemos en otros lugares: lo primero sería plantearse el “para qué” y luego bajar niveles de consumo.
Está claro que se puede consumir menos: hace dos siglos no se consumía ningún combustible fósil. Si bien se puede argumentar que gracias a ello se mejoró la calidad de vida (como nos repiten constantemente), tendríamos que ver cuáles son de verdad las cosas que se mejoraron y que suponen un beneficio real y eliminar el resto (o no potenciarlas, etc). O ver que se mejoró y que se empeoró, porque las consecuencias las tenemos ahí. Y sobre todo porque, si somos perspicaces, nos daremos cuenta que la mayor parte de su uso es para mantener un sistema enredado en su propio consumo.
La humanidad ha transcurrido demostrando su inteligencia, habilidad para dominar la naturaleza, superar los condicionantes creando elementos sorprendentes, en muchos casos para impresionar a Dios, mostrar su devoción. Pero en la mayoría para demostrar más moderno que sus antecesores, más hábiles, con más recursos, más riqueza. Podemos entender todo ello como una forma de incentivar la superación y así ser más capaces; o incluso podemos admirar la belleza de las catedrales, la majestuosidad de un rascacielos.¿Pero cuántos necesitamos? ¿O de verdad los necesitamos? Más aún ¿los estamos admirando?
Pero nada de esto se plantea en reuniones como la COP.
¿También colapsarán las torres de Dubai?
«Los edificios no son diseñados como los aviones o como las naves espaciales, para aprovechar las máximas tolerancias de sus materiales. Dado que el peso no era problema básico, cada componente estructural se calculaba con un amplio margen de seguridad, y también cada cable y cada tendido eléctrico. En los cálculos de diseño estaban programadas contingencias tan remotas como viento de 250 km por hora, muy superiores a cualquier cosa que hubiera experimentado la ciudad, o tremendas descargas eléctricas, casi imposibles de concebir. Debido a la altura de la torre, se aceptaba como cosa normal el riesgo de continúas descargas eléctricas sobre la misma; el gigantesco esqueleto de acero transportaría, sin peligro alguno, la carga hasta el suelo, tal como lo había hecho ya muy a menudo durante la construcción.»
(Richard Martin Stern. Rascacielos.)
Conocidos son los rascacielos y mega-hoteles de EAU, y muchas otras extravagancias como ríos y oasis artificiales en medio del desierto. En los últimos años EAU se ha convertido en Las Vegas de Oriente, una referencia del turismo de lujo (o lujuria,[luxury] como se dice en inglés), con 16 millones de turistas al año. Todo ello construido con dinero proveniente de petróleo. Y con mucho combustible fósil, con mucha energía barata. Y con la energía barata de esclavos.
SIN EMBARGO, esa megalomanía sí provocará el colapso. Quizás antes en otros sitios que en EAU, porque, al igual que en otros países enriquecidos, ellos todavía mantendrán poder económico para seguir adelante. Como ya lo hacen actualmente mientras a su alrededor el colapso es una realidad: el aumento de temperaturas se manifiesta en más sequía en toda la franja, que en las economías más pobres, se traduce en hambruna. En el cuerno de África 50 millones de personas son afectadas por la crisis alimentaria y millares morirán como consecuencia. Mientras EAU sigue defendiendo el uso de combustibles fósiles, usando su dinero en desalinizar agua. Pero no sólo para eso…
Y en clave mundial, este modelo, sabido es, traerá el colapso de nuestro Planeta, con lo que pronto, no es que colapsen los rascacielos sino que colapsará la propia ciudad que los mantiene, ni nadie podrá acudir allá, y estando vacíos y sin mantenimiento terminaran por… Dejo esto a otras mentes para que imaginen el escenario, pero, como vamos confirmando con el paso del tiempo (¡y de las COPs!), la distopia será realidad.
No lejos de EAU, más al norte en el golfo pérsico, floreció la primera civilización de la historia en esa zona: Sumeria. Quizás podíamos aprender de su historia. Aunque hoy en día todo está mucho más entrelazado y EAU se sitúa en un capitalismo globalizado, la moraleja es clara. Sumeria colapsó por el abuso al que se sometió la tierra y los ecosistemas con la agricultura y la dependencia de toda una civilización que había desarrollado muchos sectores sociales que alimentar5. Ésta agricultura conllevó la deforestación (unida a la que ocurrió más al norte donde el Eufatres y Tigris originaban), y ésta a su vez, la salinización del agua que supuso la inproductividad de muchas tierras6. Historiadores nos cuentan, que el actual paisaje desértico poco tiene que ver con el original, y sí guarda relación con el actúar humano. Y se remonta tantos milenios.
No es sólo un rascacielos, es un skyline
EAU es paradigma del capitalismo más agresivo, derrochador y megalómano. A todo ello ayuda todo el dinero procedente del petróleo y el gas, claro. Y una mentalidad bastante irrespetuosa y clasista, no ajena a cualquier otro estado capitalista.
La separación de los distintos territorios por la metrópolis para controlar el petróleo, supuso concentrar la riqueza en unos pequeños estados: EAU, Qatar y Kuwait. Eso supone ahora, que cada uno se baña en petrodólares, y quiera mostrar su poderío, y para eso, nada mejor que poseer el mayor skyline.
Skyline significa realmente “horizonte” en inglés, siendo usado actualmente y casi en exclusividad para referirse a la linea de rascacielos de una mega-ciudad. Con ello tenemos, una vez más, una analogía de los designios de esta supuesta civilización, en la que se sustituyen fenómenos naturales por aquellos creados por la grandeza humana, la grandeza del hormigón. En castellano, se mantiene “horizonte” con su significado, mientras se adopta “skyline” con su significado urbano.
Así, destacan actualmente los skylines de Nueva York, el de Otawa, el de Río, el de Sao Paolo, Hong Kong, Singapur, el de Sidney… o cualquiera de los centros financieros.
Para los EAU, como para otros países ricos, no es suficiente con construir una o dos torres. Tuvo que construir su skyline de rascacielos que mostrara su poderío, el equipararse a otra potencias, el alcanzar la atura (nunca mejor dicho) de los países más ricos, el demostrar que su riqueza está al nivel de las mayores potencias.
El rascacielos se convirtió en símbolo de grandeza, del éxito del capitalismo y de la técnica, superando los retos que plantea la gravedad y la Naturaleza, o incluso Dios, ya que en los tiempos en que su influencia era más visible tampoco se materializaron estos objetivos. El rascacielos se convirtió en símbolo de poder, de progreso, de riqueza y esplendor.
Por su apariencia, siempre se han asociado los rascacielos con penes7, con un falo de enormes dimensiones8 (no en vano el verbo utilizado en inglés para designar su construcción es “(to) erect” o “erigir”), con lo que el rascacielos se entiende como una proyección del machismo en general, y de ciertos machos en particular. El rascacielos es la materialización de la idea de Freud de “altos logros y la adquisición de riqueza como construcción de monumentos a nuestros penes”9. Así, no basta con labrar un nombre y una fortuna, sino que Rockefeller necesita tener también su rascacielos (o una plaza llena de ellos, Rockefeller Center). Trump el suyo. El príncipe saudí Alwaleed bin Talal la suya (Torre Jeddah en Dubai)10.
La imagen del rascacielos se instaló en el imaginario a través de la gran pantalla, vehículo primordial para la colonización de las masas, desde películas como la homónima (Skyscraper (1928)) que muestra su construcción, o como la mítica foto de los trabajadores almorzando suspendidos en una viga (“Lunch atop a Skyscraper”) o todas las de Lewis Hine que coincidió con la construcción del emblemático Empire State. O aquel de cuyo reloj pende Harold Lloyd. O aquel que domina todo en Metrópolis. O aquel al que se sube King Kong. Los de Bladerunner sobrevolados por naves y coches volantes. El de Pretty Woman. El de “Solo en casa II – perdido en nueva York”11. El de Babel en el que habita Chieko Wataya en Tokyo (y en el que muere). El obvio de “Infierno en la torre” (basado en el libro “Rascacielos” (The Tower) de Richard Martin Stern). La Torre de Mordor es un prototipo (como apodamos a la Torre Iberdrola). Y sin duda, las Torrres Gemelas que se nos replicaron sin cesar el día de su destrucción.
AEU logró su independencia en 1966 (Qatar en 1971). No existían grandes edificios. Actualmente, sin embargo, AEU cuenta con 134 rascacielos de más de 200 metros, de ellos 18 de más de 300 metros de altura, TODOS construidos a partir de 200012. Pero también hay en proyecto la construcción de otros 37. Por ello: ¿qué nos preocupa cuando el modelo es éste?.
De los 100 más grandes de AEU 84 se sitúan en Dubai, la gran skyline. El resto (16) se alzan en Abu Dhabi. Entre ellos destaca el que se considera el más alto del mundo, el Burj Khalifa, de 828 metros13. Porque podemos concluir que todo esto corresponde con una gran competición: las empresas y propietarios, ciudades y gobiernos por tener los rascacielos más altos. Y luego por tener el skyline MÁS largo, el MÁS alto. En ese aspecto EAU y Dubai también sobresalen con el skyline más alto de Oriente Medio y del mundo.
Así, un país que consiguió su independencia en 1966, de ser un país de beduinos, viviendo en tiendas, en jaimas, pasó a partir del 2000 a construir 134 rascacielos. Hay que llenarlos también. Porque siempre tendremos la duda: ¿se proyectan los rascacielos con respecto a la necesidad de vivienda o se parte de esa premisa capitalista de que primero construye (o produce) (siempre existe un concienciado estudio de mercado!) y luego se ve como se llena?
No tenemos muchos ejemplos cercanos. Uno de ellos esa torre que Iberdrola construyó en Bilbo para, como decimos, demostrar al mundo y a la ciudad, su poderío cosechado tras años y expansión por el Planeta. Ésta, por ejemplo, sabemos que no se construyo con perspectivas, a parte de la mencionadas de grandiosidad. Iberdrola, de inicio, iba a ocupar solo parte de los 165 metros de altura, y el resto iba destinado a uso comercial (tiendas, cafés, etc.) y las oficinas de 16 pisos se pretendía alquilar, cosa que no ocurrió en mucho tiempo (desconozco la actualidad)14.
«Ellos pueden permitirse el lujo de tener casi indefinidamente su complejo de edificios sin llenar. Nosotros somos una empresa privada, y no dejo de pensar en el Empire State, que estuvo medio vacío durante toda la depresión.»
(Richard Martin Stern. Rascacielos)
De los rascacielos hay quien dice que son los edificios más sostenibles. Obviamente: se sostienen perfectamente! O se autodefinen “sostenibles” en otra vuelta de tuerca de hipocresía, tergiversación y embaucamiento (como la misma Torre Iberdrola antes mencionada). Existe la creencia extendida que es una forma de sacar el mayor partido a una superficie, aunque hace falta una extensa base para sostener todo eso. El arquitecto canadiense y profesor de diseño Lloyd Alter discrepa: «los estudios demuestran que los edificios más altos son simplemente menos eficientes y ni siquiera proporcionan más área utilizable». Ahora, de cualquier forma, son toneladas de acero, de hormigón, de cristal, y sobre todo, de energía (humana, fósil, etc), que conllevan, junto al uso de esos recursos, grandes impactos en todo su proceso. Pero además, los edificios altos son más exigentes estructuralmente que los más bajos, por lo que requieren más acero y hormigón.
El experto en arquitectura de The Guardian, Rowan Moore, plantea que «aumentar la altura aumenta tanto las emisiones operativas como las incorporadas»15. Pero una vez construidos, también precisan más energía para enfriar, calentar y hacer funcionar los ascensores. Según el ingeniero Tim Snelson (Arup) esto supone un 20% más que en edificios de media altura. En Nueva york los rascacielos (edificios de más de 2.300 m2 de planta) son responsables de 30% de las emisiones de carbono de la ciudad.
«Se ha considerado aceptable (por las normas de construcción, por los arquitectos, por los medios de comunicación profesionales) extraer incalculables toneladas de materia de la tierra y bombear toneladas similares de gases de efecto invernadero a la atmósfera, para producir dispositivos arquitectónicos mágicos que podrían, si toda su magia funcionara según lo prometido, pagarían parte de su deuda de carbono en algún momento del próximo siglo. Para cuando quizá ya sea demasiado tarde». (Rowan Moore, The Guardian)
Y yo pienso en todos esos rascacielos de cristal en el desierto arábico. 828 metros de altura, de cristal recibiendo los rayos de sol, sin nada en su alrededor, porque… es lo MÁS ALTO que existe! Temperaturas en verano entre 38 °C y 42 °C entre abril y octubre, con máximas de 48/49 °C (aún más en el interior), advierte climatestotravel.com.
Las jaimas (al igual que los tipis, yurtas y otras) son construcciones que ofrecen refugio y que corresponden con las necesidades para esas condiciones climáticas. Además de constar de elementos asequibles y sencillos, de ser verdaderamente sostenibles, también facilitaban el ser transportada, el movimiento, para moverse de sitio cuando esas condiciones eran adversas o los recursos escasos, y se precisaba un mejor sitio. Las jaimas conseguían proveer de sombra, aislar de los rayos de sol, permitían fluir el aire, durante el tórrido día, y de encapsular el calor obtenido durante la fría noche. Sin olvidar, que el ser humano tenía una función activa en el mantenimiento o incluso en la creación de ecosistemas como los oasis, fundamentales también para el desarrollo de la vida humana. Reciprocidad natural.
¿Pero esas torres? No se diseñaron para el desierto. O sí, como los rascacielos de Nueva York: están diseñados en una época de despilfarro energético en la que es posible cubrir necesidades somáticas, a partir de las opciones que nos brindan recursos energéticos y la tecnología (con las consabidas consecuencias). Lo que necesitas en invierno es calentarlos, y en EAU, refrigerarlos. Cuando hay gas y petróleo eso no es inconveniente. Ahora, otra cosa son las emisiones asociadas.
Los combustibles fósiles son dinero
«– Aquí es donde las personas muy importantes saldrán de sus coches – dijo Shannon-. Y sonreirán a la las gentes del pueblo, caminando como reyes y reinas hasta la plataforma…
– Y allí donde todos los discursos serán iguales – continuó Barnes -. Ensalzarán la maternidad, los Estados Unidos de América y el espíritu inquebrantable del hombre. Uno o dos de los políticos harán algún que otro intento de conseguir nuevos votantes…»
(Richard Martin Stern. Rascacielos)
Que los combustibles fósiles son dinero es una obviedad. Ahora, si pensamos que el petróleo se encuentra en su pico, en su punto descendente, y que debido al desastre ambiental y climático que ha provocado su uso, deberíamos ser más cuidadosos con su consumo, esto es alarmante. Es alarmante que el petróleo suponga dinero, porque conlleva que se potenciará (potencia) su uso sólo para ello, para garantizar beneficio, y mayor beneficio.
Vale: esto tampoco es novedoso. Ahora: pensar que todo este uso y abuso es para… comprar equipos de fútbol y futbolistas por millones; construir rascacielos… es trágico. Igualmente, que estemos claudicando el Planeta y el clima de generaciones futuras, y también la energía que podrían usar (de forma más inteligente) sino que lo estamos haciendo para ¿comprar equipos de fútbol y futbolistas y construir rascacielos? ¡Por favor!
¿Y el jefe del manicomio, el sultán director ejecutivo de la 12ª mayor petrolera mundial, es elegido para buscar una solución? Exacto: así vamos.
«- Era un gran edificio, podían sacar se de el montañas de dinero, y quizás ahora fuera solo fuera el inicio, así que el jefazo fue allí – de nuevo hizo una pausa-. McGraw lo llevó arriba, donde podrían hablar en privado… tan arriba como había llegado el acero, a 40 o 45 pisos de altura, con nadie alrededor, y con la calle muy, pero muy abajo. “Ahora, soy hijo de puta”, dijo McGraw cuando aquel golfo pandillero había dado una buena ojeada y no le había gustado lo que había visto, “¿quieres bajar en el montacargas y largarte para nunca más volver o prefieres bajar por la vía rápida, justo desde aquí mismo, en este instante, para que tengan que recogerte del suelo con raqueta? Decídete de una vez”».
(Richard Martin Stern. Rascacielos.)
Los rascacielos son, por tanto, dadas sus dimensiones, el mayor símbolo del capitalismo. El mayor símbolo de la especulación. Pero no sólo eso. Como Rowan Moore denuncia, también lo son de la corrupción: «En los Estados del Golfo (y de hecho en Gran Bretaña, hasta el punto de que el dinero sucio suele ir a proyectos de torres), los rascacielos suelen indicar corrupción. Lo que no son marcadores de progreso». El caso más obvio al que hace referencia es el del príncipe Alwaleed bin Talal, quien inició la construcción de un rascacielos de 1.000 mts en medio del desierto de Arabia Saudí. La construcción se detuvo porque bin Talal fue detenido (valga la redundancia) acusado de corrupción. Estos rascacielos son símbolo de la «capacidad de unos pocos miembros de una sociedad autoritaria de acumular una enorme riqueza para ellos mismos», concluye.
El indicativo de progreso, añade Moore, no sería “construir más grandes, más rápidos y más altos”, sino, obviamente, ponernos límites a nosotras mismas, con el objetivo de construir de manera sostenible.
El sector de la construcción es uno de los mayores consumidores de energía a nivel mundial. Según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), aproximadamente el 36% del consumo final de energía y el 40% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) están relacionados con los edificios. Esto incluye el consumo de energía durante la construcción, la operación de los edificios y el mantenimiento.
En todo el planeta se fabrican 4.000 millones de toneladas de hormigón al año (ver más en «Planeta Hormigón»). La producción de su principal ‘componente’, el cemento, es responsable del 7% de las emisiones globales de CO2.
Pero el desastre climático va mucho más allá, si entendemos que además de todo ello, esos rascacielos se convierten luego en señuelo para atraer a las masas a deleitarse con ellos. Con lo cual, añadimos a todo ello ese turismo del que antes hablábamos, todos esos vuelos internacionales, las infraestucturas que precisan, etc. La locura que impulsa esta gente sobrepasa el efecto
Esclavos energéticos
«Naturalmente, la electricidad era allí la clave. La electricidad parecía ser en aquellos tiempos la clave de todo. Nos recordaba que el gran apagón hace algunos años, y como todo, absolutamente todo, se había detenido y algunas gentes habían llegado a pensar que era el fin del mundo.» (Richard Martin Stern. Rascacielos.)
El acceso a la energía que gozamos se compara en el ámbito energético con el uso de los esclavos. Se compara la energía con los esclavos que se precisaría para realizar la misma actividad. Así podemos decir que, en nuestro caso, la energía que usamos cada día equivale al trabajo proporcionado por 40 esclavos (24 horas – 120 X 8 horas diarias). También porque nuestro consumo energético actual es exacerbado: 120 veces que la de un hombre primitivo. O el consumo de muchos pueblos actuales, ya que los países enriquecidos consumen 3/4 de la energía producida. Gracias a esa energía somos capaces de resultados antes insospechados. Gracias a todos esos esclavos energéticos son capaces de construir no una pirámide, sino 134 rascacielos.
Pero, siguiendo este análisis desde el punto de vista de la crisis climática, en este sentido tenemos que el sistema capitalista y más aún el de los petrodólares, no excluye posibilidades. Si en el plano climático proponemos las renovables como alternativas, ellos las aceptan, pero como complemento de las energías fósiles, y encima para un buen lavado verde. En el plano de la energía a usar, utilizarán las posibilidades que les brinda el abanico de producción energética, las distintas aplicaciones eléctricas y posibilidades tecnológicas, pero también las posibilidades de la energía humana. Hasta las formas más cruentas e injusta, la esclavitud misma que según la Historia se abolió hace dos siglos. Como decimos: los emires no escatiman en fórmulas ni recursos.
«– Los irlandeses llegan alto, ¿no? ¿Supones que McGraw fue ascendido desde acarreador de ladrillos, de modo honesto?
– ¿Lograste dejar de ser un esclavo de modo honesto, bribón negro?»
(Richard Martin Stern. Rascacielos.)
Ya habíamos oído hablar de las condiciones laborales de los trabajadores que levantaron todos aquellos estadios de la nada en tiempo record para el mundial de fútbol de Qatar de 2022. Fueron muchas las voces que, a pesar del peso de un evento como ese, plantearon su boycot. El Parlamento Europeo instó a la FIFA y a Qatar a indemnizar a los trabajadores migrantes y cubrir las muertes y otros abusos.
Un hecho mucho menos recordado es la misma situación en la construcción de la Expo de Dubai (EAU) de 2020. Porque en todos los países de la zona árabe, además de tirar de petrodólares, una de las muchas cosas en común entre estos países es el uso de mano esclava proveniente del sub-continente asiático (Pakistán, India, Bangladesh, Nepal, Filipinas). Entonces, fueron por lo menos 6 los trabajadores fallecido y 72 heridos graves (cifras oficiales). Eso provocó que incluso el Parlamento Europeo propusiera a las naciones a no participar en la Expo. Ahora tenemos que siguen acogiendo eventos internacionales, pero que incluso les conceden la mediación en las negociaciones de políticas climáticas!
Actualmente más del 88,5% de los residentes de los EAU son trabajadores del sur de Asia (India, Pakistán y Bangladesh) cuyos sueldos son de 300 dólares al mes por 14 horas al día, 6 o 7 días a la semana de trabajos, y que viven hacinados. No ahondaremos en sus condiciones, en cómo son atraídos, en como permanecen allá en esas condiciones que, con son, a falta de cadenas, las que justifican que nos refiramos a este sistema como de esclavitud.
Por lo tanto: en realidad la diversidad lingüística no es un problema, cuando hay dinero y se consigue control social total. Reflejo de esa gran masa de trabajadores extranjeros, en Emiratos Árabes Unidos además de árabe se habla inglés, hindi (30% de la población), persa (5% de la población), urdu y malayalam. Seguro que saben transmitirles las órdenes, y a la vista está, en el skyline, que también consiguen buenos resultados.
Conclusión
«– Es mi edificio, hijo, maldita sea – dijo Giddings-. Oh, también es en parte tuyo, pero yo vi como se iniciaba la excavación que iba profundizar 25 metros en el suelo de roca, y contemplé como colocaban la punta de acero más alta a 460 metros de altura, y me conozco cada viga, cada columna, cada ensambladura, cada pieza del edificio tan bien como conocería a mis hijos, si los tuviera. (…) – Sus ojos se posaron brevemente en la lejana Torre-. Yo también perdí algunos amigos. Siempre ocurre en cualquier trabajo grande.»
(Richard Martin Stern. Rascacielos.)
«System change not climate change», «Cambio de sistema, no cambio climático» exigía el lema más elocuente lanzado por el movimiento climático. Con el tiempo las ilusiones se desvanecen, la frustración nos invade, y su demagogia reiterativa nos desvía de los verdaderos objetivos. Sí, reducir estará bien. Sí, eliminar estará bien. Pero lo que necesitamos es un cambio de sistema, eliminar este crecentismo, eliminar esta megalomanía y sinrazón capitalista.
Se centra la responsabilidad en el consumo doméstico e individual, y, éste no debe ser ignorado y debe reducirse, pero se desvía la atención del centro del problema: el consumo y emisiones de las grandes empresas y de los ricos.
Consumimos en un sistema de consumo en el que el consumo (valga las redundancias) se convierte en el objetivo, no el satisfacer necesidades. La consumimos porque mantenemos un sistema crecentista, en el que cuenta el crecer, el construir más hoteles y más complejos turísticos, sin parar en si están llenos. En lo que cuenta es crecer en índice de visitas, de turistas, de beneficios. En lo que cuenta es incrementar el número de rascacielos, y rascacielos más altos, sin parar en si están llenos. Y siguiendo con el ejemplo que nos ocupa, el de EAU: manteniendo el mismo modelo (o peor) de consumo turístico, de vuelos y transporte incesante, etc. Nadie lo pone en la mesa. Mientras no cambiemos el modelo y el paradigma, todo lo demás no tendrá relevancia.
NOTAS:
1Graves, Robert. Los dos nacimientos de Dionisio. Seix Barral 1980 (1964-71). Pag 46
2Jimeno Jurío, José María. Las lenguas escritas y habladas en Pamplona. 1994
https://www.culturanavarra.es/uploads/files/04_FLV68-0051-0068.pdf
2^ Una amiga comparte conmigo la teoría de un arqueólogo que sostenía que la Torre de Babel era una fábula sobre cómo los primeros imperios recopilaban material de todas las lenguas y culturas diferentes de los pueblos que intentaban gobernar, para saber cómo gobernarlos. Como ella misma señala, «es lo mismo que hace google hoy en día». A mí también me gusta.
2*Se estimaba que hablaban más de mil idiomas en Brasil en el momento de llegar los europeos. De ellas ahora sobreviven 274. Entonces se hablaba el tupinambá (una lengua tupí) en la región costera de Brasil, que se conviritó en la lengua franca en esa colonia del siglo XVI al XVIII, y se habló hasta el siglo XIX. Entonces los portugueses impusieron su lengua. Por lo tanto, en esa época, muchas personas hablarían su lengua autóctona, más tupinamba como franca, más portugués como nueva lengua de la administración, e incluso latín en la iglesia. Actualmente se hablan 10 lenguas tupís en la zona amazónica, y el tupí-guarani.
3www.nytimes.com/2024/01/11/climate/tackling-climate-change-in-the-birthplace-of-oil.html
4https://archive.ph/20121208220754/http://www.industcards.com/cc-uae.htm
5Ponting, Clive. A new green history of the world – The environment and the collapse of great civilizations. Vintage Originals, 1992. Pag 69-72
6A ello Ponting añade la sustitución de cultivos inapropiados, como fue el sustituir la cebada por trigo que no toleraba tambén esa salinización
7Existe una extensa literatura sobre el tema. Ver, por ejemplo: www.independent.co.uk/voices/comment/skyscrapers-are-the-architectural-equivalent-of-penis-extensions-8805788.html
8Algunos, como 30 St Mary Axe de Londres o el proyecto Spire en la misma ciudad, apodados así. Otros de forma indiscutiblemente fálica son la Torre de la Princesa y la Torre de la Rosa, la Antorcha, la Corona de los Emiratos, Residencia Damac y Residencia Churchill (todos en Dubai), Torre Agbar de Barcelona o el Burj Doha (Qatar).
9https://timesofindia.indiatimes.com/life-style/home-garden/ever-wondered-why-the-worlds-most-popular-buildings-are-shaped-like-a-penis/photostory/73138996.cms
10Actualmente paralizada por corrupción, su presupuesto es de 10.000 millones de dólares.
11Aunque aparece en ella Donald Trump, no se trata de su rascacielos, Trump Building, sino del Plaza Hotel, también entonces de su propiedad. Por sicerto, últimamente hay revuelo (uno más) porque el director ha acusado a Trump de imponer el aparecer en la peli por usar su hotel, algo que rotundamente ha negado.
12https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_tallest_buildings_in_Dubai
13Ver también “Etxe orratzak, non dago muga?”
https://zientzia.eus/artikuluak/etxe-orratzak-non-dago-muga
14En la actualidad, según su web, Iberdrola renta espacio a 50 compañías, ignorando el tamaño de cada una o cuanto queda libre. Lo que si parece claro es que no está todo completo pues aun permanece el anuncio para alquilar espacios: https://www.torreiberdrola.es/alquiler-de-oficinas/ Un periódico local se hacía eco de los altos precios, «planta de 1.500 m2 por 40.000 euros al mes” (www.deia.eus/bizkaia/2010/09/13/alquiler-medio-planta-torre-iberdrola-5619370.html). El año pasado (2022) obtuvo la mayor ocupación de espacio con un 93% desde que fuera inaugurada en 2009.
15www.theguardian.com/artanddesign/2020/jul/11/skyscrapers-wasteful-damaging-outmoded-time-to-stop-tall-buildings?CMP=Share_iOSApp_Other
https://aplaneta.org/el-skyline-de-babel/
Fuente: https://rebelion.org/el-skyline-de-babel/
Alternativas emancipatorias
Ubiquémonos en cómo el capitalismo defendió su existencia y progreso hasta ahora: Ante la presencia de la Unión Soviética (U.R.S.S.) arma el nazismo y el fascismo. Al ser derrotado crea la conciliación de clases mediante la falsa democracia (como es evidente hoy) de los organismos internacionales; la falsedad de la distribución equitativa en el estado de bienestar (éste visto como acceso a la cosificadora sociedad de consumo); y los nacionalismos populares en el capitalismo dependiente.
Lo último debería interpelarnos a enfocar la imprescindible autodeterminación de los pueblos de Argentina, en vez de verla soberanía del país respecto a los imperialismos. Asumamos la autodeterminación de los pueblos como creación de sus respectivos protagonismos en deliberar y decidir el destino común de cada uno y de su confederación democrática.
Qué Democracia
Con la legalizada y legitimada dictadura de los capitales y estados imperialistas subordinando a los locales por hacerlos partícipes de sus súper negocios.
Legalidad-legitimidad de la gran burguesía/
Bloqueo de la lucha de clases/Alternativas emancipatorias
Legalidad-legitimidad de la gran burguesía
Reparemos en cómo rige la dictadura desembozada de los poderes establecidos (con terrorismos para estatales y estatales a mediados de los setenta) desde el gobierno de Alberto y Cristina Fernández a través del siguiente artículo de Darío Aranda.
Alianza transgénica: el plan 2030 que une al gobierno y la oposición e intensifica el modelo extractivo y contaminante
9 de agosto de 2020
El gobierno y la oposición dieron luz verde a un plan de las corporaciones empresarias para profundizar el modelo de agronegocio en Argentina. Bajo el pretexto de la búsqueda de dólares, no se miden las consecuencias ambientales ni el impacto social. La génesis de nuevas pandemias, y el adiós a la soberanía alimentaria. Qué dice el proyecto y cómo lo analizan productores campesinos, investigadores y vecinos de asambleas. Las falsas promesas bajo palabras amables, y por qué lo que está en juego no es solo un modelo de país sino de vida y futuro: quién produce, qué se produce, cómo se produce y para qué.
Por Darío Aranda
No hay grieta en Argentina. Oficialismo y oposición están de acuerdo y se aferran al modelo de agronegocio, de producción de commodities para exportación. Así queda en claro, una vez más, con el plan de diez años impulsado por un amplio sector empresario y que ya tuvo el visto bueno del Presidente, la Vicepresidenta, de gobernadores y de Juntos por el Cambio (Pro-UCR).
Mientras parte de la discusión pública se centró en la (frustrada) expropiación de Vicentín, los chanchos para China y la quema de humedales, el sector empresario y el gobierno nacional cerraron filas en un plan que propone profundizar el agronegocio transgénico, con nuevas promesas de “empleos”, divisas, “desarrollo” y, una vez más, dejando de lado las consecuencias sociales, ambientales y sanitarias del modelo que lleva tres décadas en el país.
“Consejo Agroindustrial Argentino (CAA)” es el nombre del nuevo espacio que reúne al sector empresario del agronegocio. Su plan para la próxima década ya tiene nombre: “Estrategia de Reactivación Agroindustrial Exportadora, Inclusiva, Sustentable y Federal. Plan 2020-2030”.
El plan 2020-2030
El sector empresario busca imponer la profundización del modelo de agronegocio durante otros diez años, hasta 2030, donde prometen aumento de exportaciones (dólares que el Gobierno prioriza), con leyes a medida de las empresas, más hectáreas sembradas, más transgénicos y agrotóxicos.
En el documento de presentación, de 19 carillas, explicitan qué buscan: “Definir una política activa de corto plazo con herramientas de política institucional, de relaciones internacionales, impositivas, financieras y técnicas”. La promesa, que tanto sedujo al Gobierno, es aumentar en 35.000 millones de dólares las exportaciones (pasar de los 65.000 actuales a 100.000 millones) y “generar 700.000 empleos”. No precisa cómo llegarán a esas cifras, pero igual lograron que muchos artículos periodísticos lo dieran por cierto y difundieran como la salvación pospandemia.
Más exportaciones del agro implica el avance sobre nuevas áreas. La experiencia de las últimas décadas confirma que el modelo de agronegocio implicó el avance sobre campesinos, indígenas, montes nativos y humedales. El plan del agronegocio no menciona nada de esto, pero sí promete que su acción será “sin descuidar el entorno ambiental”.
El documento de presentación señala que el Consejo “representa” a economías agroindustriales de todo el país. Entre los integrantes figuran todas las grandes empresas de transgénicos y agrotóxicos (representadas en las cámaras corporativas Casafe, Asociación de Semilleras Argentina y Acsoja).También están presentes tres de las cuatro patas de la Mesa de Enlace (Coninagro, Federación Agraria y Confederaciones Rurales Argentina -CRA-). Están las Bolsas de Cereales (de Rosario, Buenos Aires y Córdoba, entre otras), la Cámara de Biocombustibles (Carbio), la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara), el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) y la Cámara de Puertos Privados, entre otros.
El listado de integrantes dejar ver a los principales actores del agronegocio local y, también, jugadores del tablero internacional.
Y ellos planean marcar políticas de Estado. Incluso fijan tiempos: “Las propuestas deberán estar listas en 60 días”. E insta a desarrollar una ley “de desarrollo agroindustrial exportador, con estabilidad fiscal y financiera de diez años”.
El documento de las empresas fija tiempos al Poder Legislativo: “El proyecto de ley debería ser tratado por el Congreso de la Nación en 2020”.
También está presente el impulso al “sector forestal”, que en muchos territorios es sinónimo de monocultivos de pino y eucaliptus, con similares consecuencias a la soja: desalojos de campesinos e indígenas, violación de derechos, desmontes, agrotóxicos, concentración de tierras de pocas manos. Misiones, con la multinacional Alto Paraná, es un emblema de esa actividad.
El Consejo Agroindustrial señala que la ley debe incluir “un plan nacional de fomento a la agrotecnología” para el agro y las forestales.
Prometen un impacto anual de 16.000 millones de dólares de aumento de exportaciones y 210.000 empleos (directos e indirectos). Pero no dejan de destacar su objetivo central: “Consolidar a la Argentina como líder en el comercio internacional de alimentos de origen animal y vegetal, alimentación animal y exportador de tecnologías del ecosistema agro alimenticio”. Destacan el uso de “biotecnologías y edición génica” (nueva y cuestionada técnica de transgénicos).
Alineamientos políticos
Lo que a una organización social le puede llevar meses, años o quizá nunca logre, las empresas del Consejo Agroindustrial en solo un mes sentaron a la mesa al presidente de la Cámara de Diputados (Sergio Massa), al canciller Felipe Solá; a los ministros de Agricultura y Producción (Luis Basterra y Desarrollo Productivo, Matías Kulfas). Lograron el apoyo de los gobernadores de Córdoba (Juan Schiaretti), Entre Ríos (Gustavo Bordet), Santa Fe (Omar Perotti) y Chaco (Jorge Capitanich).
El jueves 30 de julio tuvieron un encuentro con la vicepresidenta, Cristina Fernández e Kirchner. La visitaron en el Senado José Carlos Martins (presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y coordinador del Consejo Agroindustrial Argentino), Roberto Domenech (presidente de la Cámara de Empresas Avícolas) y Gustavo Idigoras (presidente de la Cámara de la Industria Aceitera). “Nos dio un respaldo al proyecto, se puso a disposición y nos alentó a seguir trabajando. Fue una reunión muy cordial. Nos atendió de primera, muy amable”, señaló Martins en diálogo con el diario La Nación. El empresario relató que cuando llegaron al encuentro se sorprendieron porque la Vicepresidenta ya tenía leído el trabajo de la agroindustria y la charla se focalizó en aspectos que más finos del plan exportador.
El 4 de agosto llegaron hasta la Quinta de Olivos, donde presentaron su plan al presidente Alberto Fernández. La agencia oficial Télam dio cuenta de la reunión y tituló que el Presidente afirmó que “en toda la agroindustria hay una gran posibilidad de exportaciones y necesitamos que produzcan ya”.
Presidencia emitió un comunicado: “Se evaluó el camino a seguir para aprovechar el potencial del sector agroindustrial para exportar y generar empleo teniendo a la Cancillería como una institución fundamental para que los productos argentinos lleguen a los mercados del mundo”.
El canciller Felipe Solá es un actor clave, tanto como fue en 1996, como secretario de Agricultura de Carlos Menem, cuando aprobó la primera soja transgénica de Monsanto.
El Consejo Agroindustrial (CAA) también difundió un comunicado: “El Presidente valoró y felicitó a la agrupación por la iniciativa, destacando la unión y representatividad federal de las entidades que lo componen”.
Alberto Fernández estuvo acompañado por el canciller Felipe Solá, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; el ministro de Agricultura, Luis Basterra, y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca.
Por el sector empresario participaron José Martins, Gustavo Idígoras, Roberto Domenech, Patricia Calderón (Federación Olivícola Argentina) y Dardo Chesa (Mesa de las Carnes).
El Consejo Agroindustrial no deja cabos sueltos. Dos días después de reunirse con el Presidente tuvieron un encuentro con la oposición de Juntos por el Cambio (Pro-UCR), espacio político que celebró el plan agropecuario a diez años y comprometió su apoyo en el Congreso Nacional. Participaron el presidente del interbloque, Mario Negri, los diputados Cristian Ritondo (presidente del bloque del PRO), Maximiliano Ferraro (presidente del bloque de la Coalición Cívica), Ricardo Buryaille, Atilio Benedetti, Alfredo Cornejo, Lucila Lehmann, Fabio Quetlas, Pablo Torello y Alfredo Sciavone, entre otros. Mario Negri no dudó: “Al campo hay que ayudarlo con medidas que le permitan seguir desarrollándose. Apoyaremos la propuesta del Consejo Agroindustrial en el Congreso Nacional. El desarrollo del campo es vital para un país que necesita exportar más”.
https://lavaca.org/notas/que-es-la-soberania-alimentaria-el-dilema-de-la-expropiacion-de-vicentin-dirigida-por-un-defensor-de-los-transgenicos-y-los-agrotoxicos/embed/#?secret=P2tlNMg7za Doble discurso
El presidente Alberto Fernández tuvo una charla en vivo con jóvenes de diferentes provincias, transmitida por TV Pública el 21 de julio. Ante la pregunta respecto al ambiente, el Presidente no dudó: “La Argentina que tenemos que construir es una Argentina medioambientalmente sustentable, dejar de producir contaminando. Dejar de infectar el aire que respiramos, dejar de ensuciar el agua que tomamos. Esa es una oportunidad que tenemos. Eso (el ambiente), que tanto le preocupa a los jóvenes, hay que cuidarlo mucho. Esta es nuestra casa, la Argentina es nuestra casa, el mundo es nuestra casa. Y no tenemos derechos a seguir destruyendo y maltratándola como hasta ahora. Y que no me vengan con los argumentos económicos para tratar de sostener que sigamos contaminando al mundo”.
El ministro de Ambiente, Juan Cabandié, twiteó ese extracto del discurso presidencial.
El mismo día, seis horas después, Alberto Fernández tuvo una reunión online ante el Consejo de las Américas, de lo más rancio de las corporaciones estadounidenses. Y les hizo una extensa invitación a explotar los recursos naturales de Argentina: “Tenemos para adelante muchas oportunidades para invertir en el país. Este es un país que tiene muchas riquezas, tiene riquezas en hidrocarburos, Vaca Muerta (…) La minería tiene un enorme potencial. Un mundo que luego de la pandemia seguramente reclamará alimentos tiene una enorme oportunidad en Argentina, porque Argentina es un enorme productor de alimentos y como país tenemos que comenzar a pensar cómo desarrollamos la agroindustria y como el Estado ayuda a ese desarrollo. Lo ideal sería dejar de vender alimentos para los animales que otros tienen y comenzar a alimentar a nuestros propios animales y vender nuestra carne faenada. Siento que ademas tenemos una enorme actividad pesquera que está absolutamente poco desarrollada y que podría ser una gran oportunidad para Argentina”.
“Lo que pasa en Chaco es trágico”
Jorge Milton Capitanich era jefe de Gabinete de Cristina Fernández en febrero de 2015, cuando en conferencia de prensa rompió en vivo y directo un diario Clarín. Lo llamó “periodismo basura”, “mentira sistemática”, “(Clarín) todo el tiempo es mentira”.
Cinco años después, una eternidad para el pragmatismo político, Capitanich escribió un extenso artículo de opinión en Clarín. Las diferencias políticas y disputas de antaño quedaron de lado, ahora lo une el agronegocio: “Chaco. Oportunidades de la agroindustria en la pospandemia”, es el título del 2 de agosto donde promociona a la provincia para el avance del modelo transgénico.
El gobernador celebra que entre la década de 1980 y la actualidad se pasó de 800 mil hectáreas a 1,8 millones de hectáreas cultivadas, con un fuerte incidencia de soja transgénica. “Chaco tiene potencial para llegar a las tres millones de hectáreas sembradas para el año 2030”, afirma el Gobernador.
El artículo promociona todas las “ventajas” que tendría la provincia para recibir inversiones del agronegocio. Propone el avance de la frontera agropecuaria, fábricas de agrocombustibles, recuerda que están abiertos “al mercado de capitales”, señala nuevas rutas, “tarifas energéticas diferenciales” para empresas, subsidio a las contribuciones patronales, exención del impuesto a los ingresos brutos y de sellos por diez años. “Chaco puede aportar mucho para la recuperación económica del país”, finaliza el artículo en Clarín.
El gobernador Capitanich no hizo ninguna mención al impacto social, ambiental y sanitario que tuvo (y tiene) el modelo agropecuario en Chaco. El más notorio, no el único, el desmonte masivo del El Impenetrable.
Somos Monte es un espacio multisectorial de Chaco, que reúne a organizaciones, activistas y académicos que desde hace décadas denuncian las consecuencias del extractivismo en la región. Micaela Camino, integrante de Somos Monte, cuestionó con dureza el escrito de Capitanich. Recordó que la provincia sufre una crisis ambiental, social y sanitaria, donde el modelo que propone el Gobernador solo agravará los problemas.
“Lo que está pasando en Chaco con el agro y los desmonte ya es trágico. Pero si encima se realiza lo que propone Capitanich… sería como un suicidio”, afirmó Camino y remarcó que el plan agropecuario que se aplica en la provincia solo acentuó la desigualdad, la injusticia, la pobreza “y todo fue para llenar los bolsillos de unos pocos”.
La integrante de Somos Monte hizo una repaso de todas las consecuencias ambientales que padece Chaco (sequías, aumento de salinidad de aguas y suelo, erosión, desertificación, impacto en la crisis climática), pero también se refirió a lo sanitario: “El impacto de los venenos (agroquímicos) es terrible en algunas localidades, repleto de casos de cáncer y malformaciones, parece Chernobyil”.
Micaela Camino acaba de releer la nota del Gobernador en Clarín y durante unos minutos explica con paciencia el estado de situación de la provincia, sin agua, con “epidemia de chagas”, con madres que no tienen donde parir, con casos de desnutrición que no salen en las noticias y con las empresas madereras que no pararon ni un día durante la pandemia. Recuerda que los pueblos indígenas tienen numerosas leyes y convenios internacionales que los protegen, pero que ni el Poder Judicial ni el poder político las cumplen. No para de enumerar, hasta que se enoja: “Es toda una gran mentira lo que dice Capitanich. Y avanzar con más agronegocio será una tragedia”.
“El viejo discurso de más de ese agro para alimentar al mundo ya no lo cree nadie. Hablan de alimentos y acá crece el hambre. Y la otra falacia es cuando menciona a los biocomustibles como energía verde, cuando en realidad es nocivo para el ambiente. Da vergüenza, no debiera ni decirlo”, lamentó.
https://lavaca.org/notas/la-utt-la-cancilleria-y-los-chanchos-para-china/embed/#?secret=tG5ppQON1w Qué modelo
En una rápida consulta a actores en lucha de diversos territorios del país surge una coincidencia total: el plan de las empresas y el Gobierno implicará más avanzada territorial, más desmontes, más agrotóxicos, más efectos en la salud, más concentración de tierras en pocas manos, más problemas para los sectores populares del campo.
Gabriel Arisnabarreta es productor agroecológico, integrante de la organización Ecos de Saladillo y del colectivo de Pueblos Fumigados de Buenos Aires. “Vemos con mucha preocupación y no oponemos al plan del Consejo Agroindustrial y que aparentemente fue recibido con beneplácito por el gobierno nacional”, es lo primero que menciona en la entrevista.
Remarca que es más de lo mismo, con el discurso de transformar al país en líder del comercio de alimentos cuando en realidad se trata de commodities con más y nuevos agrotóxicos, fertilizantes artificiales y transgénicos. Afirma que implicará más deforestación, más contaminación y más “territorios de sacrificio”. Vincula este plan al impulsado por el IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura), llamado AgTech, que ya contó con la adhesión del Ministerio de Ciencia y de Agricultura. También vinculó estas iniciativas al acuerdo con China por la cría industrial de porcinos y el aumento del corte de mezcla del gasoil (con agrocombustibles).
“Lo que está en juego es el modelo de país”, resume. Y puntualiza: quién produce, qué se produce, cómo se produce y para qué. Afirma que el plan del Consejo Agroindustrial es una profundización del modelo, con más concentración de las tierras y de la producción.
Recuerda que el Foro Agrario (histórico encuentro campesino de mayo de 2019) redactó 21 puntos del plan agrario popular. Y señala que el gobierno no solo no tomó esas iniciativas, sino que abraza un plan que está en las antípodas. “Es terrible que en medio de una pandemia, que mucho tiene que ver con la destrucción del ambiente y la ganadería y agricultura intensiva, se reciba con beneplácito una propuesta para profundizar aun más ese mismo modelo. Esto no tiene nada que ver con los 21 puntos del Foro Agrario y mucho menos con la soberanía alimentara”, denunció.
Profundizar la desigualdad
Fernando Albrecht es miembro de los Vecinxos Autoconvocados por la Salud y el Ambiente de Hersilia (Santa Fe). Analizó el discurso con el que se publicita el plan agroindustrial: “Usa algunos nombres que quedan bien, como ‘federal’, ‘sustentable’; es como estuvieran en el lugar de los que van a traer el bien, el desarrollo de un país. Pero son los mismos actores que aplican este modelo del que ya conocemos las consecuencias”, advierte.
Recuerda que muchas de esas entidades son las responsables de la “expansión sojera”, de la ganadería industrial, de fumigaciones y de un modelo que provocó un desastre ambiental. “Este tipo de planes tiene relación con lo que impulsan corporaciones financieras y grupos concentrados del agro mundial. Un modelo que se aplica acá desde mediados de los 90. Que no solo no ha resuelto la pobreza, sino que ha profundizado la desigualdad”, afirma Albrecht. Y recuerda que el agronegocio destruyó las economías regionales, que en esa región de Santa Fe tenía forma de pequeños tambos y agricultores familiares.
Llama la atención sobre la insistencia, en el discurso empresario, de las palabras “estabilidad fiscal”. Albrecht, que también es parte y parte del Equipo para la Promoción de la Agroecología de Hersilia, advierte que eso implicará menos impuestos para el agronegocio o, parecido, que el resto de la población se haga cargo de financiarles las obras de infraestructura que requiere la agricultura industrial. Por otro parte, remarca cómo la casta política actúa según el sector al que se parece: “Qué facilidad tienen los gobiernos para abrir la puerta a los empresarios y patronales, enseguida llegan a acuerdos y se dan la mano; mientras que no escucha a las organizaciones que elaboramos propuestas agroecológicas, comunidad campesinas, agricultores familiares, indígenas, a los pueblos que elaboramos propuestas desde abajo”.
Dólares para la deuda externa
La Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) fue una de las organizaciones que impulsó el Foro Agrario de 2019. Agustín Suárez es uno de los voceros de la UTT y acaba de leer el plan del Consejo Agroindustrial. “El Gobierno, con el argumento de necesitar dólares, sigue apoyándose en los grupos de lobby más importantes nacionales e internacionales para profundizar un modelo de producción agroexportadora. Ya vimos que, con 30 años de este modelo, nos llevó a más concentración de la producción y más dependencia. Y solo queda contaminación y saqueo”, advierte.
Recuerda que la UTT señala desde hace años que son las organizaciones de pequeños productores, campesinos y cooperativas las que pueden solucionar el hambre de la Argentina. Remarca que es necesario discutir el modelo agropecuario y cuestiona que el Gobierno deje afuera de la discusión a las organizaciones populares del campo. “La agroindustria promete dólares que, si es que entran, no solucionan el problema porque se vuelven a ir mediante el pago de la deuda externa”, cuestiona.
Remarca que el plan del Consejo Agroindustrial es, al igual que el posible acuerdo con China por la cría de chanchos, la profundización del modelo con las consecuencias ya conocidas.
Excusa perfecta
Juan Wahren es investigador del Conicet y del Grupo de Estudios Rurales (GER) del Instituto Gino Germani de la UBA. Entiende que el plan acordado por el Consejo Agroindustrial y el Gobierno es una readecuación de algunos de los actores más importantes del agronegocio para consolidar el modelo agrario hegemónico. “Es la excusa perfecta, el explotar recursos naturales para salir, supuestamente, de la crisis de la pospandemia”, cuestiona.
Wahren leyó los lineamientos del plan y lo evalúa como una vuelta de tuerca más a los planes que impulsaron Cristina Fernández de Kirchner (“Plan Estratégico Agroalimentario”) y el de Mauricio Macri (“Argentina exporta”).
Recuerda que Alberto Fernández ya había anunciado en campaña que iba a impulsar el agronegocio con mayores exportaciones. Como también su apoyo a la megaminería, Vaca Muerta, explotación de litio “que la venden como una minería limpia, cuando no lo es y cuando no hay acuerdo de muchas de las comunidades indígenas de esos territorios”.
Paradojas de la política, aporta que el nombre del nuevo espacio empresario le hizo recordar al “Consejo Agrario Nacional”, espacio estatal de la década del ‘30 que luego fue tomado por el primer peronismo con una político muy interesante de distribución de tierras. “Fue lo más parecido a una reforma agraria, con todas sus limitaciones y a años luz de otros países de América Latina, pero que entregó millones de hectáreas en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, en beneficio de los pequeños chacareros. Fue un espacio odiado por los terratenientes y destruido por la dictadura militar”, describe.
Un siglo después, otro peronismo implementa políticas en las antípodas.
Wahren advierte que el Gobierno y las empresas también se encontrarán con más resistencias en los territorios. Afirma que la profundización del agronegocio agudizará las contradicciones dentro del gobierno y también en los territorios.
Una gran pregunta, sin respuesta aún, es qué harán las organizaciones campesinas e indígenas frente al gobierno que impulsa el extractivismo en sus territorios.
Lucha de trincheras
Roger Almaraz es integrante del Movimiento Campesino de Santiago del Estero, con base en la comunidad Pozo del Castaño. “Somos lechuza ya cascoteada. Sabemos cuándo nos quieren engañar”, avisa. Y se remonta cuando a inicios del 2000 les decían que un “nuevo paquete tecnológico” (soja transgénica más glifosato) les traería beneficios y sucedió todo lo contrario.
Leyó el proyecto del Consejo Agroindustrial y comparte una primera devolución. “Escriben tan lindo esos señores que hasta parece bueno lo que proponen, dicen ‘inclusivo’, sustentable’, ‘generar trabajo’. Pero para obtener esas cifras millonarias que prometen de seguro intentarán más avance sobre nuestras tierras, más desmontes. Y no podemos permitir eso”, avisa.
Explica que ellos dialogan con distintos sectores del Estado. Y que la propuesta campesina es producir sin contaminar, acceso a la tierra, reservas campesinas, comercio justo. Remarca las “contradicciones” del Gobierno, que habla de cambio climático y crea un Ministerio de Ambiente, y otro lado impulsa un modelo que impactará aún más en los territorios.
“Debe haber cambios drásticos en el modo de producir. Todos los sabemos, pero el Gobierno no plantea eso. Al contrario, apoya a estos empresarios”, cuestiona. Y resume lo que es “el modelo sojero” para el Mocase: “Para nosotros la soja no fue progreso. Ese modelo implicó desalojos, contaminación y muerte”.
Almaraz afirma que son dos modelos en disputa: el agronegocio y el campesino-indígena. “¿Cuál persistirá en Argentina? Van ganando los poderosos, se ve al mirar las millones de hectáreas desmontadas, aunque nuestra lucha ha evitado que volteen muchas también”, reflexiona.
Comparte dos hipótesis. Los cambios pueden llegar cuando algún gobernante se convenza de que es necesaria una reforma agraria. O, más probable quizá, cuando la sociedad tome conciencia. “No sé cuánto tiempo tomará, pero es necesario ese cambio de conciencia, para un cambio de modelo. Como dicen los compañeros del campo, el problema de tierras no es solo de los campesinos de Santiago, es de toda la sociedad argentina”, arriesga.
¿Y mientras tanto?
Propone Almaraz: “Hasta que ocurra eso, seguiremos dando luchas desde nuestras trincheras. No entiendo que pueda ser de otra manera. Y para eso debemos ir intentando hacer ese camino desde nuestras pequeñas luchas, para alguna vez integrarlas en luchas mayores, vincularlas a sectores de todo el país y ahí ver si podemos instalar otro modelo, que sea para todos y no para unos pocos. Es el gran desafío”.
Fuente: https://lavaca.org/notas/alianza-transgenica/
Bloqueo de la lucha de clases
Advirtamos la importancia de superar la incoherencia entre lo que somos capaces de comprender sobre la realidad social e internacional y lo que proyectamos, nos proponemos como solución. Esta contradicción la hace evidente Nahuel Levaggi, coordinador de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), afirma que el censo muestra “el resultado de un modelo agropecuario que atraviesa los distintos gobiernos, un modelo que concentra la tierra, dominado por multinacionales de semillas, y es la muestra del capitalismo en su máxima expresión”. Levaggi explica que a los desalojos de campesinos se suma que quienes tenían fincas comienzan a ser rentistas y dejar el campo o directamente vender sus chacras: “Hace años que alertamos que es un modelo sin agricultores, donde los más grandes se comen a medianos y pequeños”.
Pero Nahuel Levaggi exige: “Diversos sectores políticos se siguen refiriendo a la Mesa de Enlace como ‘el campo’. Tienen que entender que hay otro sujeto rural, con otro rol económico, otra base social, que es otro campo, con un modelo que incluye beneficios para toda la sociedad y para el ambiente”. No toma partido contra la realidad del capitalismo generando:
El campo cada vez está más concentrado
21 de enero de 2020
Por Darío Aranda
Según los últimos datos oficiales, el 1 por ciento de las explotaciones agropecuarias concentra el 36 por ciento de la tierra, una dinámica que continúa expulsando familias.
En treinta años desapareció el 41 por ciento de las explotaciones agropecuarias y se acentuó la concentración de tierras en pocas manos: el 1 por ciento de las explotaciones controla el 36 por ciento de la tierra, mientras que el 55 por ciento de las chacras (las más pequeñas) tiene solo el 2 por ciento de la tierra. Son datos del último Censo Nacional Agropecuario (CNA).
Campesinos, indígenas y académicos no tienen dudas: la desaparición de chacras y la expulsión de familias del campo tiene directa relación con el agronegocio, modelo que prioriza la exportación, dominado por grandes empresas, y deja de lado la producción de alimentos y a los productores.
El Censo Nacional Agropecuario 2018 (CNA) relevó datos sobre las características de las explotaciones agropecuarias (EAP) y del productor. Se relevaron 206 millones de hectáreas y se cesaron 250.881 explotaciones agropecuarias.
Los resultados preliminares figuran en un documento de 232 páginas presentado por el Indec. Entre 2002 y 2018 desapareció el 25,5 por ciento de las explotaciones agropecuarias. Y, si se compara con el censo de 1988, en sólo treinta años desapareció el 41,5 por ciento de las chacras.
Un hecho que ningún sector político jamás se animó a abordar es la concentración de tierras. Y eso favorece a los más grandes. El CNA confirma con datos lo que campesinos, indígenas y académicos críticos denuncian desde hace décadas: el 1,08 por ciento de las fincas (2473) concentra el 36,4 por ciento de la tierra (57 millones de hectáreas). Se trata de las propiedades de más de 10.000 hectáreas.
En el otro extremo, las chacras más pequeñas (menos de 100 hectáreas) representan el 54,6 del total de las explotaciones agropecuarias (125.023 fincas), pero tienen solo el 2,25 de la tierra (3,5 millones de hectáreas). Argentina experimenta una reforma agraria pero al revés, donde muy pocos (el 1,08 por ciento) tienen demasiado. Y donde la mayoría (el 54,6 por ciento) tiene muy poco.
Nahuel Levaggi, de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), afirma que el censo muestra “el resultado de un modelo agropecuario que atraviesa los distintos gobiernos, un modelo que concentra la tierra, dominado por multinacionales de semillas, y es la muestra del capitalismo en su máxima expresión”. Levaggi explica que a los desalojos de campesinos se suma que quienes tenían fincas comienzan a ser rentistas y dejar el campo o directamente vender sus chacras: “Hace años que alertamos que es un modelo sin agricultores, donde los más grandes se comen a medianos y pequeños”.
Jorge Frías es productor agroecológico en su chacra “La tierra sin mal”, en Puerto Tirol (Chaco). Recuerda que el modelo prioriza los cultivos extensivos (soja, maíz, girasol, caña de azúcar y, por otro lado, monocultivo de árboles), que avanzaron sobre regiones de campesinos e indígenas. “Es un modelo que no produce alimentos para nuestra población. Es un modelo que vacía el campo de gente. Hace años que alertamos de las graves consecuencias productivas, ambientales y sociales”, afirma. El censo precisó que solo en el 46 por ciento de explotaciones los productores viven en el campo. Y detalló que existen 75.193 viviendas deshabitadas.
Frías participa del Movimiento Popular la Dignidad y del espacio Somos Monte, de Chaco, que lucha por la defensa del poco bosque nativo que permanece en pie. Explica que todo el sudeste chaqueño ya fue arrasado, y que el agronegocio retomó su embestida contra El Impenetrable, de la mano de una “soja nacional” (de la empresa Bioceres) resistente a la sequía. Exige que algún Gobierno ponga en debate el modelo de agronegocio, pero no solo las retenciones, y que se discuta la tierra para qué y para quién.
Los investigadores Eduardo Azcuy Ameghino y Diego Fernández, del Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios (UBA), analizaron el censo. Destacan que entre 2002 y 2018 desaparecieron en Argentina 82.652 explotaciones agropecuarias, casi un 25 por ciento del total, a un promedio de 5166 chacras por mes. “Se ratifica la vigencia y eficacia del proceso de concentración económica consolidado durante los noventa y prolongado hasta la actualidad”, afirman los autores. Si se toma el censo de 1988, en 20 años se perdió el 41,5 por ciento de las chacras.
Desde el Foro Agrario, espacio de articulación de decenas de organizaciones campesinas y de la agricultura familiar, presentaron en mayo pasado un programa que propone otro modelo agropecuario, de base popular, con políticas de estado que fomenten el arraigo rural y la producción de alimentos accesibles para el pueblo. “Diversos sectores políticos se siguen refiriendo a la Mesa de Enlace como ‘el campo’. Tienen que entender que hay otro sujeto rural, con otro rol económico, otra base social, que es otro campo, con un modelo que incluye beneficios para toda la sociedad y para el ambiente”, exige Levaggi de la UTT.
Jeremías Chauque es mapuche, vive en Desvío Arijón (Santa Fe) y forma parte de la organización de productores “Desvío a la raíz, agricultura ancestral”. No lo sorprendió el dato de la concentración de tierras, afirma que es un mal que se repite en la Patagonia mapuche, pero también en el Norte wichí y en la Mesopotamia guaraní, sólo por citar tres latitudes. “El agronegocio funciona explotando hasta el último aliento de vida, con desmonte, saqueo, contaminación”, recuerda. Chauque forma parte del Colectivo Paren de Fumigar Santa Fe y resalta la necesidad de otro modelo, que tenga como prioridad lo social y los alimentos sanos (sin agrotóxicos ni transgénicos), “una agricultura sin mano de obra barata, con agricultores dueños de su destino, con tierras para trabajar, con producción de alimentos y no commodities para los chanchos de Europa y Asia”.
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Recomendamos/El-campo-cada-vez-esta-mas-concentrado
Estimemos cuán grave es la conciliación de las organizaciones campesinas con el capitalismo cuando el sistema global y local está concretando:
Arrasar con la vida
8 de abril de 2020
Por Darío Aranda para la Agencia de Noticias Biodiversidadla
El avance del agronegocio y la pérdida de millones de hectáreas de bosque. La crisis climática, el aumento de la temperatura global y los territorios de sacrificio en el Sur global.
En paralelo al avance del modelo sojero en el Cono Sur se arrasaron 35 millones de hectáreas de bosque nativo. El equivalente a la superficie de Alemania, donde se ubica la sede central de Bayer-Monsanto, u ocho veces la superficie de Suiza, donde nació la multinacional Syngenta-ChemChina. A pesar de leyes que protegen las áreas boscosas, el desmonte avanza en Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay. Un modelo, el agronegocio, publicitado como “exitoso”, pero con enormes consecuencias en los territorios.
Millones de hectáreas
La aprobación de la soja transgénica sucedió en forma escalonada en los países de Cono Sur. En Argentina fue en marzo de 1996. En Uruguay se dio luz verde en octubre del mismo año. En el resto de los países se cultivó de forma ilegal desde fines de los ‘90 y la autorización formal llegó años después: en 2003 en Brasil, un año después en Paraguay y en 2005 en Bolivia.
El avance transgénico tuvo su correlato de devastación ambiental. En Argentina se destruyeron 5,6 millones de hectáreas de monte nativo entre 1998 y 2017. Las provincias más desmontadas fueron Santiago del Estero (1,8 millones de hectáreas), Salta (1,4 millones), Chaco (650 mil) y Formosa (418 mil). Todas zonas ajenas al agro industrial, todas zonas de campesinos, indígenas y agricultores familiares.
La Fundación Tierra de Bolivia precisó que en ese país se arrasaron 5,1 millones de hectáreas entre 1990 y 2016. El departamento con mayor deforestación es Santa Cruz de la Sierra, corazón de las empresas agroindustriales. Otros departamentos, con cifras menores, son Tarija, Beni, La Paz y Chuquisaca.
En Paraguay, entre 2001 al 2017, se destruyeron 5,4 millones de hectáreas. La organización Base-Is explicó que el desmonte mayormente se produjo en los departamentos de Alto Paraguay, Presidente Hayes, Concepción, Amambay, Canindeyú, Alto Paraná. Son los mismos departamentos donde se produjo el mayor avance del modelo agroexportador.
En Brasil se desmontaron 19,1 millones de hectáreas entre 1990 y 2019. Se dio principalmente en la región llamada Amazonia Legal, un área que engloba en su totalidad los estados de Acre, Amapá, Amazonas, Pará, Rondônia, Roraima, Tocantins y Mato Grosso, y parcialmente el estado de Maranhao, todos pertenecientes a la cuenca amazónica.
Un elemento fundamental, muchas veces silenciado por organizaciones conservacionistas, en los territorios con bosque vivían (y viven) pueblos indígenas, campesinos, agricultores familias. Actores imprescindibles para la soberanía alimentaria y la defensa del monte nativo.
Los millones de hectáreas devastadas fueron transformadas en monocultivos. Argentina contaba con 6,6 millones de hectáreas con soja (convencional) en 1996. Y llegó al pico máximo de 20,5 millones hectáreas de soja transgénica en 2015. El maíz pasó de 4,1 millones de hectáreas en 1996 a 6,9 millones en 2015. En Paraguay se pasó de 1,1 millones de hectáreas con soja en 1997 a 3,4 en 2018. El maíz también se multiplicó: de 356.600 hectáreas en 1997 se llegó a un millón en 2016. En Bolivia se pasó de 200.000 hectáreas con soja en 1990 a 1,2 millones en 2017. A fines de la década del ‘90 Brasil contaba con tres millones de hectáreas declaradas. En la cosecha 2019 llegó a 36 millones de hectáreas.
Otro monocultivo, mismo modelo
Uruguay es un caso muy particular referido al avance del agro y sus bosques. La Ley 15.939 (de 1987) prohíbe la tala de monte nativo (con excepciones para el uso doméstico, y con autorización de la Dirección General Forestal) y obliga a reforestar con especies nativas. De esta forma, la superficie de monte nativo pasó de 664 mil hectáreas en 1990 a 850 mil en 2019. Pero la misma ley estimula el desarrollo de la industria forestal, que genera el avance del monocultivo de árboles, parte del modelo de agronegocio. En 1987 la superficie de plantaciones forestales (pino y eucaliptus) era de 46.000 hectáreas. En 2017 llegó a las 2,2 millones de hectáreas. Lo que implicó acaparamiento de tierras, uso masivo de agrotóxicos y la instalación de plantas de celulosa, con denuncias de contaminación del agua y el aire. El caso más famoso: Botnia-UPM, de capitales filandeses.
Región chaqueña
La ONG paraguaya Guyra analiza la situación del Gran Chaco Sudamericano, que incluye a la Argentina, Paraguay y Bolivia. Analizó el avance de la deforestación entre 2010 y 2018. En 2010 y 2011 contabilizó picos de desmonte de hasta 1400 hectáreas por día en promedio. Y en 2012 y 2013 aumentó incluso hasta un promedio de 2000 hectáreas diarias. A modo global, entre 2010 y 2013 se destruyeron más de 1,6 millones de hectáreas. Paraguay encabezó el ranking con un millón de hectáreas destruidas.
En junio de 2018, último informe mensual disponible, detectaron 34.000 hectáreas arrasadas, un promedio de 1096 hectáreas por día. Argentina representó el 80 por ciento y Paraguay el 18 por ciento.
“Monitoreo desmonte”, es un sitio web colaborativo que analiza la situación de bosques de la región chaqueña de Argentina, doce provincias del norte del país donde avanzó el modelo agropecuario. Mediante imágenes satelitales precisa los desmontes desde la década del ‘70 hasta la actualidad.
Entre el año 2000 y el 2018 se perdieron 5,7 millones de hectáreas, un promedio anual de 300 mil hectáreas. “Las tasas de deforestación en esta región se encuentran entre las más altas del mundo y están promovidas principalmente por el avance de la frontera agropecuaria. Este proceso ha generado importantes conflictos territoriales que incrementaron la preocupación y el interés por conservar los bienes naturales y culturales asociados a estos bosques”, explican los autores del relevamiento, la Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf), el Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (LART) de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
En Argentina se aprobó en 2007 la llamada “Ley de bosques” (26.331), que buscaba frenar la deforestación. Desde la sanción de la ley hasta fines de 2016 se destruyeron en Argentina 2,4 millones de hectáreas: equivalente a 120 veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires. El 80 por ciento de los desmontes se concentró en las provincias de Santiago del Estero, Salta, Formosa y Chaco.
Crisis climática
Además de las emisiones de gases de efecto invernadero, un factor clave en el rol de los bosques es que absorben el dióxido de carbono, proveen oxígeno y son fundamentales para bajar la temperatura del planeta. Sin embargo, entre 1990 y 2019 se destruyeron en el mundo más de 129 millones de hectáreas de bosques, superficie equivalente a la de Sudáfrica. El agronegocio, que incluye la ganadería industrial, es un factor clave en la destrucción de esos bosques.
«Perspectivas del Medio Ambiente Mundial», es el nombre del informe de Naciones Unidas (ONU), presentado en marzo de 2019. Brinda una alerta contundente: el planeta se dirige hacia el colapso climático, sanitario y social.
Desde 1880 la temperatura mundial aumentó entre 0,8 y 1,2 grados centígrados. Y en la última década se produjeron ocho de los diez años más cálidos de la historia. El Acuerdo de París (2015) establece que los países firmantes deben adaptar acciones para que la temperatura del planeta no aumente por encima del 1,5 grados centígrados. Fue (y es) muy criticado por organizaciones sociales por no cuestionar el modelo de consumo que lleva al desastre climático, no ser vinculante, no frenar la extracción de hidrocarburos (como se había propuesto en la cumbre mundial de Kioto –Japón– en 1997) y proponer «falsas soluciones» (monocultivo de árboles, bonos de «compensación» para contaminar, geoingeniería para modificar el clima, entre otros).
Las grandes potencias económicas del mundo comandan el Grupo de los 20 (G20). Y esos mismos países también son los máximos responsables del cambio climático, el aumento de la temperatura global y los consiguientes desastres ambientales: el 76 por ciento de las emisiones del dióxido de carbono (principal factor del ascenso de la temperatura) proviene de los países del G20. Encabezan el ranking de contaminación China, Estados Unidos, la Unión Europea, India, Rusia, Japón y Alemania.
El informe de la ONU es concluyente: «Las actividades antropógenas (humanas) han degradado los ecosistemas de la Tierra y socavado los cimientos ecológicos de la sociedad». Aclara que es necesario «adoptar medidas urgentes a una escala sin precedentes para detener y revertir esa situación y proteger así la salud humana y ambiental». Algunas de las medidas esenciales son reducir la degradación de la tierra, frenar la pérdida de biodiversidad y la contaminación del aire, la tierra y las aguas; mitigar el cambio climático y reducir la quema de combustibles fósiles”. Joyce Msuya, directora ejecutiva de ONU Medio Ambiente, fue tajante: «Estamos causando el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. No habrá mañana para muchas personas, a menos que nos detengamos».
Este artículo es parte del proyecto Atlas del agronegocio transgénico en el Cono Sur realizado con el apoyo de Misereor.
Tweet sugeridos:
#AtlasOGMConoSur | Arrasar con la vida: el avance del agronegocio y la pérdida de millones de hectáreas de bosque. La crisis climática, el aumento de la temperatura global y los territorios de sacrificio en el Sur global.
#AtlasOGMConoSur | El avance transgénico tuvo su correlato de devastación ambiental. Los millones de hectáreas devastadas fueron transformadas en monocultivos.
#AtlasOGMConoSur | La ONG paraguaya Guyra analiza la situación del Gran Chaco Sudamericano, que incluye a la Argentina, Paraguay y Bolivia. A modo global, entre 2010 y 2013 se destruyeron más de 1,6 millones de hectáreas.
#AtlasOGMConoSur | Entre 1990 y 2019 se destruyeron en el mundo más de 129 millones de hectáreas de bosques, superficie equivalente a la de Sudáfrica.
Referencia: (…)
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Agencia-de-Noticias-Biodiversidadla/Arrasar-con-la-vida
Consideremos por qué en la actual inflexión histórica es prioritario generalizar la ruptura con el sistema global de agronegocios y de los otros extractivismos:
Nuevos transgénicos, más riesgos
19 de marzo de 2020
Por Darío Aranda
Una nueva generación de transgénicos llega a los campos y a las mesas. No se trata solo de cultivos, sino también de animales diseñados mediante manipulación genética. Sin estudios independientes que avalen su inocuidad, empresas y gobiernos publicitan la “seguridad” de los productos. La responsabilidad científica.
Cortar y pegar genes. Y así lograr cultivos (o animales) de laboratorio a medida del cliente. Desde soja resistente a más agrotóxicos hasta papas que no se oxidan (“ennegrecen”), caballos supuestamente más fuertes y vacas con más kilos. Y hasta prometen bebés de diseño, inmunes a enfermedades. Son las promesas de una nueva técnica, denominada Crips/Cas9, que las empresas de biotecnología publicitan como una solución mágica para “producir más” y mejorar razas. Los gobiernos (con Argentina y Brasil a la cabeza) impulsan la propuesta empresaria e incluso evaden las regulaciones con la que cuentan los transgénicos.
Compañías de biotecnología, científicos y funcionarios no presentan estudios sobre cómo esta tecnología, y los alimentos y animales de laboratorio, impactan en la salud y el ambiente.
Discurso empresario
«Tarde o temprano será posible modificar la especie», tituló el diario La Nación en Argentina. “La edición de genes logra luchar contra las infecciones”, destacó el diario Clarín. El portal de noticias Infobae celebró: “La vaca argentina del futuro. Logran mejorar el ADN de los animales en una sola generación”.
Los genes son unidades moleculares de los seres vivos que, en su interacción con el ambiente, inciden en las características de los organismos (también son unidades que se heredan, que pasan de padres a hijos).
Los artículos periodísticos difunden acríticamente la técnica de modificación de genes llamada “edición genética (o génica)”. Consiste en un conjunto de métodos y tecnologías que permiten realizar modificaciones en el genoma sin requerir la introducción de un gen foráneo. Con está nueva tecnología se pueden eliminar genes, invertirlos, modificar su secuencia, silenciarlos o aumentar su expresión. Nahuel Pallitto y Guillermo Folguera, investigadores de la UBA y el Conicet, explican que las posibilidades de manipulación, en principio, parecen ser mayores que las que tradicionalmente ofrece la transgénesis.
La técnica más publicitada de la edición genética es la llamada Crispr (“Repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas”, por sus siglas en inglés). Una manera muy simple de explicar de qué se trata: es una suerte de GPS con un par de tijeras. Crispr es un GPS que lleva a una parte específica del genoma, y Cas9 son las tijeras que cortan esos genes. La publicitan como una forma más precisa, barata y eficaz que los transgénicos anteriores, que permitiría resolver el hambre, las enfermedades y hasta “diseñar” seres humanos que resistirán enfermedades. Cuenta con una gran maniobra de propaganda mediática para no pasar por ninguna ley de bioseguridad y, al mismo tiempo, ocultar las críticas o dudas que implica la tecnología.
Con edición genética las empresas pueden producir cualquier tipo de organismos genéticamente modificados, con resistencia a diversos y cuestionados agrotóxicos.
Gobiernos
Argentina fue el primer país de América Latina en aprobar la soja transgénica. Fue en marzo de 1996 y en tiempo récord, 81 días. Lo hizo en base a estudios de la empresa Monsanto, sin tener en cuenta los impactos sociales, ambientales ni sanitarios. Significó un cambio drástico en el modelo agropecuario argentino. Fue una decisión tomada por un puñado de funcionarios (encabezada por el secretario de Agricultura y actual canciller, Felipe Solá), sin ningún tipo de información pública ni participación ciudadana.
De igual forma, Argentina avanzó en la regulación de la edición genética. No fue una ley tratada en el Congreso Nacional y, al igual que con la soja, no hubo ningún tipo de información a la ciudadanía. Se trata de una simple resolución ministerial (173/15), del 12 de mayo de 2015, firmada por el secretario de Agricultura, Gabriel Delgado. En una interpretación tendenciosa define que la edición genética está dentro de las “Nuevas Técnicas de Mejoramiento (NBT)” y no se trata de transgénicos. Por lo cual considera que no es necesario ningún estudio sobre posibles impactos en el ambiente ni la salud de la población.
“Argentina es el primer país del mundo que tiene regulación para la edición génica”, suele ufanarse Martín Lema, titular de la Dirección de Biotecnología del Ministerio de Agricultura. Lema, que tiene papers “científicos” firmados juntos a Bayer/Monsanto y Syngenta, es un camaleón político, pasa de un color a otro sin sonrojarse: fue funcionario del kirchnerismo, luego del macrismo y ahora responde a Alberto Fernández. Se mantuvo siempre fiel a las empresas transgénicas: defiende los intereses del agronegocio, niega cualquier prueba sobre los efectos tóxicos de los agroquímicos y nunca escucha a las víctimas del modelo.
Brasil sigue el mismo camino que la Argentina. En 2018, mediante una polémica resolución normativa (RN 16) de la CTNbio (Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad), dio luz verde para la producción de semillas e insectos producidos mediante edición genética, sin considerarlos transgénicos.
En 2018 se realizó en Egipto la Conferencia de las Partes (COP14) del Convenio sobre Diversidad Biológica (CBD),donde se regula la biotecnología mundial. Argentina fue el principal impulsor pro-edición genética. Martín Lema, director de Biotecnología de Argentina, fue el vocero fundamental para disociar edición genética de los transgénicos y rechazó burlonamente la aplicación de los derechos indígenas (propuesto por Bolivia). Negó que se aplique el derecho a la consulta libre, previa e informada, vigente en normativas internacionales. También reiteró en diversas oportunidades que Argentina tenía “regulada” la edición genética desde 2015 y afirmó que no eran necesarios estudios extras.
El gobierno de Argentina resaltó la rapidez en la aprobación de semillas mediante la edición genética porque, argumenta, no se debe pasar por las pruebas y trámites que atraviesan los transgénicos. La cuestionada técnica atraviesa y unifica a los gobiernos: comenzó con Cristina Fernández de Kirchner, continuó con Mauricio Macri y se mantiene con Alberto Fernández.
En noviembre de 2018 el gobierno argentino presentó ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) una “declaración sobre biotecnologías de precisión aplicadas al sector”. Según dice el comunicado oficial “se expresa la importancia de la edición génica para la agroindustria y procura su aceptación a nivel internacional”.
Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC, explica que las grandes empresas instalaron agresivamente que no se consideren los productos de estas tecnologías como transgénicos, porque en algunos casos el producto final no necesariamente contiene material genético foráneo, aunque su genoma haya sido manipulado. “Este absurdo intento de la industria biotecnológica y de los agronegocios tuvo un revés significativo cuando en 2018 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó que los productos de las nuevas biotecnologías son organismos genéticamente modificados y deben seguir las regulaciones de bioseguridad. Paradójicamente, los gobiernos de Brasil y Argentina, comportándose como buenos lacayos de las trasnacionales del agronegocio, emitieron normativas de bioseguridad sobre edición genética que son más laxas aún que las regulaciones existentes sobre transgénicos” [1].
Riesgos
Elizabeth Bravo, doctora en ecología de microorganismos y miembro de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos (Rallt), explica que estas nuevas tecnologías moleculares alteran la estructura y funciones de la molécula viva, la forma en como estas se relacionan con su medio ambiente inmediato, trastocan los ciclos biológicos y evolutivos. “Hasta ahora no es técnicamente posible hacer ni un sólo cambio aislado en el genoma usando Crispr y que sea totalmente preciso y seguro. Crispr acaba generando en múltiples ocasiones modificaciones distintas a las deseadas, incorporando más ‘ruido genético, más alteraciones’”.
Bravo afirmó que la mayoría de las funciones génicas están reguladas mediante redes bioquímicas altamente complejas que dependen de un gran número de factores que las condicionan, como la presencia de otros genes y sus variantes, las condiciones del medio, la edad del organismo e incluso el azar. Cuestiona que, ignorando estos hechos, los genetistas y biólogos moleculares han creado sistemas experimentales artificiales en los que las fuentes de variación ambientales o de otro tipo se ven minimizadas.
Pallitto y Folguera, integrantes del Grupo de Filosofía de la Biología de la UBA, confrontan contra el discurso empresario y mediático: “No es cierto que la edición genética sea totalmente controlada ni que sea del todo predecible”. Si bien reconocen que la herramienta Crispr/Cas9 presenta una especie de “etiqueta” molecular que indica a qué lugar del genoma debe dirigirse el complejo que introduce los cambios, se trata de tecnologías que usualmente van acompañadas de “efectos imprevisibles, tales como modificaciones en otros lugares del genoma o de cambios no previstos en la región que interesa”.
Cuestionan que se deje en manos de la ciencia y de las empresas cuestiones que son de interés general. Les parece insólito que, al igual que con los agrotóxicos, se les pida a los afectados que demuestren los daños que provocan los transgénicos, cuando en realidad deben ser los mismos desarrolladores de tecnologías los que debieran comprobar que sus productos nos provocan daños. Subrayan que en edición genética no se ha confirmado que sean inofensivos para la salud ni el ambiente.
“Cuando hay estudios usualmente corresponden a investigaciones que se limitan a indagar los denominados niveles inferiores de organización. Así, se estudia lo que puede suceder a nivel molecular o celular, excluyendo del análisis aproximaciones que contemplen lo que podría llegar a suceder en los niveles poblacional y ecosistémico”, alertan.
Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración), cita a la organización inglesa GM Watch [2], que reporta estudios de 2019 en los que confirma que Crispr provoca desarreglos genómicos en plantas, animales y células humanas. Precisa que en el caso de alimentos o forrajes pueden causar alergias y otras formas de toxicidad.
Leonardo Melgarejo es doctor en ingeniería de producción y miembro fundador del Movimiento Ciencia Ciudadana (Brasil). Afirma que la edición genética produce “cambios impredecibles” en el genoma. Y precisa que en la mayoría de los casos de aplicación de edición genética se realiza con microorganismos, sin evaluación de riesgos a mayor escala, con posibilidades de contaminación. Melgarejo, que participó de forma crítica en la CTNbio de Brasil, deja un interrogante que la industria transgénica aún no contestó: “¿Cómo prevenir el flujo de microorganismos vivos entre países (con su consecuente contaminación)?”.
¿Por qué?
El impulso de nuevas tecnologías tiene entre sus objetivos, además de mayor rentabilidad, responder a un problema autogenerado por el agronegocio: la resistencia de malezas a los agrotóxicos (como el glifosato), que ya no son eficaces en el control de plantas no deseadas.
Elizabeth Bravo puntualiza que la edición genética es parte de un combo de tecnologías que busca asegurar el incremento en el uso de agrotóxicos y consolidar el rol del agronegocio en la producción agroalimentaria. Pallito y Folguera resumen: “Los transgénicos ya nos prometían el paraíso alimentario. Vemos ya las consecuencias de los OGM (Organismos Genéticamente Modificados –transgénicos–) en términos de contaminación, deterioro de la calidad de la tierra, pérdida de soberanía alimentaria y diversidad de cultivos. La lista es interminable. Las tecnologías de edición genética buscan ocupar su lugar”.
Transgénicos en la mesa
Estados Unidos ya aprobó una decena de cultivos mediante edición genética: soja, maíz, arroz, papa, alfalfa, tabaco y tomate, entre otros.
El 30 de enero de 2020 el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) celebró en un comunicado: “El INTA siembra las primeras papas que no se oxidan”. Utilizaron Crispr/Cas9 para evitar el “pardeamiento enzimático”, que traducido a lo cotidiano es evitar el ennegrecimiento luego de pelarlas.
No dieron a conocer estudios sobre posibles efectos en la salud.
El INTA, el mayor ámbito oficial argentino dedicado al agro, destaca como un logro la papa por edición genética. Y avanzan en los ensayos a campo.
Elizabeth Bravo, desde Ecuador, no sale de su asombro: “¿Este experimento es para que la papa no se haga negra después de pelarla? ¿Para qué se necesita eso?”.
Por otro lado, la empresa Bioheuris anunció su trabajo de edición genética en soja, sorgo y trigo.
Carlos Pérez, director de la compañía, reconoció cuál es la búsqueda: “El glifosato dejó de ser completamente efectivo, por lo que es necesario introducir otras resistencias; ese es el objetivo» [3]. Pérez fue gerente de la empresa Bioceres (que desarrolló el primer trigo transgénico) y de la multinacional Bayer/Monsanto. Sus socios, Lucas Lieber y Hugo Permingeat, son parte de la Conabia (Comisión Nacional de Biotecnología), el organismo responsable de la aprobación de los transgénicos en el país.
En Brasil, luego de la cuestionada resolución RN16, se aprobó el registro de una levadura para la producción de bioetanol por parte de la empresa Globalyeast.
Animales transgénicos
“Caballos clonados con genes editados, otra hazaña de científicos argentinos”, festejó la gacetilla de prensa del Ministerio de Agricultura, el 9 de enero de 2018.
“El equipo de científicos utilizó el denominado ‘progreso genético de precisión’ para identificar secuencias de genes existentes de forma natural en los caballos que codifican para ciertas características, pero en vez de adquirirlos en sus crías mediante cruza convencional, estas secuencias son incorporadas en el laboratorio mediante edición genética. La técnica que permitió realizar estas ediciones en el ADN de los animales es Cispr-Cas9”, explicó la compañía Kheiron Biotech, responsable del experimento. Y afirmó ser “la primera empresa del mundo en lograr embriones equinos genéticamente editados”.
El Ministerio destacó que mejorarían el potencial y destreza de caballos de polo. Según la empresa, con la modificación genética se logran “mejoras relacionadas con el desarrollo muscular, la resistencia y la velocidad de los caballos”. Remarcan la supuesta importancia de ser una empresas “totalmente nacional” y destaca que en 2017 tuvieron un subsidio de dos millones de pesos del Gobierno (mediante la Agencia Nacional de Promoción Científica).
Daniel Sammartino, directivo de la empresa, anunció que “el próximo desafío” es ampliar la edición genética y la clonación a bovinos y porcinos para mejorar “la salud, alimentación y bienestar”.
En junio de 2019 Kheiron Biotech anunció que avanzó en vacunos desarrollados mediante Crispr/Cas9, bajo la promesa de “generar 20 por ciento más de carne” [4]. Señalaron que en 2020 tendrían la primera camada de terneros obtenidos vía edición genética.
No dieron a conocer qué estudios se realizan respecto a la inocuidad del animal y de su posible cruzamientos con otros vacunos. Pero igual aseguraron: “Un animal editado genéticamente en Kheiron Biotech es idéntico a uno que podría obtenerse naturalmente a través de cruza convencional” [5]. Y repiten la publicidad empresaria sobre Crispr/Cas9: “Se trata de una tecnología innovadora que permite la edición de genes de manera precisa provocando pequeños ajustes en el genoma de los animales de manera segura”.
El INTA también experimenta con edición genética en vacunos [6]. Promete generar “animales que produzcan leche de mejor calidad nutricional”.
En la otra vereda de los promotores de la edición genética, la Red por una América Latina Libre de Transgénicos (Rallt) difundió en junio de 2018 un documento de la organización Independent Science News (Noticias de Ciencia Independiente): “Los genetistas y biólogos moleculares han construido argumentos circulares para favorecer una visión determinista e ingenua sobre la función de los genes. Este paradigma le resta importancia habitualmente a las enormes complejidades por las que la información circula entre los organismos y sus genomas. Esto ha creado un gran sesgo en la comprensión pública sobre los genes y el ADN”.
Remarca que el mayor problema surge cuando esta conceptualización estrecha de la genética se aplica al mundo real, fuera del laboratorio: “En el caso de los cerdos ‘súper-musculosos’ reportados por la revista científica Nature, la fuerza no es su única función. Deben también tener más piel para cubrir sus cuerpos y huesos más fuertes para sostenerlos. También tienen dificultades para parir; y si estos chanchos son alguna vez liberados a la naturaleza es de suponer que tendrían que comer más. Así, este cambio genético, supuestamente simple puede tener efectos amplios sobre el organismo a lo largo de su ciclo de vida”.
“El artículo de Nature también revela que el 33 por ciento de los chanchos murieron prematuramente, y sólo un animal fue considerado sano al momento en que los autores de esta investigación fueron entrevistados. ¡Qué técnica tan precisa!”, ironiza la organización.
Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC, recordó que la Academia de Ciencias de China, liderado por Kui Li, suprimió un gen para lograr cerdos con menos grasa. La carne de las crías que nacieron es 12 por ciento más magra. Pero una de cada cinco tuvo una vértebra extra en el tórax. “Es un fenómeno que los científicos no pueden explicar. Aseguran, sin embargo, que la carne de esos cerdos manipulados tiene el mismo contenido nutricional”, cuestiona Ribeiro.
Rol de la ciencia
Los científicos que impulsan la edición genética aseguran una y otra vez que es una técnica “precisa” y “segura”. No exhiben investigaciones que den cuenta de ninguna de esas dos promesas. Y, al mismo tiempo, no son voces ni independientes ni objetivas, ya que tienen intereses económicos en el desarrollo de esa tecnología.
¿Se le creería a un médico, contratado por una tabacalera, al decir que el cigarrillo es inocuo? ¿Qué veracidad tendría un científico, contratado por petroleras, al cuestionar el calentamiento global?
Nahuel Pallitto y Guillermo Folguera reflexionan de forma sistemática sobre el rol de la academia en los procesos sociales y políticos. Cuestionan la sobrevaloración del discurso científico, presentado muchas veces como objetivo y verdadero. “La ciencia y la tecnología son las productoras de las herramientas de edición genética. Sin embargo, son al mismo tiempo las que las validan y las que legitiman. En el caso de los transgénicos, las voces autorizadas para hablar de sus usos y consecuencias suelen ser la de los mismos técnicos que los desarrollan y evalúan. Con Crispr/Cas9 sucede exactamente lo mismo. Se genera de este modo una estructura de generación/validación cerrada que solo contempla la voz de los propios científicos y científicas de esos campos específicos. Procesos de exclusión de la mayor parte de la comunidad científica y, por supuesto, también de la comunidad no científica”, cuestionan.
El “principio precautorio” es un aspecto legal vigente en diversas normativas nacionales (Ley 25.675, en Argentina). Indica que ante la posibilidad de perjuicio ambiental es necesario tomar medidas protectoras. Incluso la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una resolución inédita en 2018, donde instó a los Estados a “actuar conforme al principio de precaución frente a posibles daños graves o irreversibles al medio ambiente, que afecten los derechos a la vida y a la integridad personal, aún en ausencia de certeza científica” [7]. También llamó a garantizar el acceso a la información, exigió que se cumpla el derecho a la participación pública en la toma de decisiones que pueden afectar el ambiente.
Nada de esto es tenido en cuenta al momento de aprobar productos realizados bajo edición genética.
En humanos
En noviembre de 2018 el genetista chino He Jiankui anunció haber creado los primeros bebés modificados genéticamente, mediante la técnica de edición genética Crispr/Cas9 y con el objetivo de “dar a las niñas la habilidad natural para resistir a una posible futura infección del VIH”.
Se ganó el (merecido) repudio mayoritario de científicos de todo el mundo. Le reprocharon haber pasado un límite: experimentar con humanos.
Curioso que esos mismos científicos justifican la experimentación y liberación de transgénicos, agrotóxicos y frutas, hortalizas y animales de laboratorio, sin considerar los impactos sociales, ambientales y sanitarios.
Un año después, diciembre de 2019, la Justicia china condena a He Jiankui a tres años de cárcel y a pagar una multa de tres millones de yuanes (430.000 dólares) por desarrollar “de manera ilegal la edición genética de embriones humanos con fines reproductivos”.
¿Quién está detrás?
Elizabeth Bravo encuentra muchas similitudes con la época en la empezaron a investigarse los transgénicos. Primero se decía que era una técnica fácil, económica y que podía hacerse en cualquier universidad. Existían pequeñas empresas que hacían inversiones, con frecuencia con apoyo de las grandes multinacionales. Y si encontraba algo de verdad prometedor, la gran empresa compraba a la pequeña. “Eso sucedió por ejemplo con la empresa que tenía la patente de la soja transgénica y que fue comprada por Monsanto. Es posible que algo similar esté sucediendo ahora. Hay muchas de pequeñas empresas trabajando en estas tecnologías, y a veces cuentan con inversión de las grandes”, explica.
Syngenta, Bayer-Monsanto y Corteva están desde hace años trabajando en edición genética. Lo publicitan en su sitios corporativos y con sus periodistas aliados. Siempre bajo la misma promesa que con los transgénicos: mayor producción para calmar el hambre del mundo.
El mismo relato de hace treinta años, pero ahora bajo el nombre de “edición genética”.
Este artículo es parte del proyecto Atlas del Agronegocio Transgénico en el Cono Sur realizado con el apoyo de Misereor.
Fuente: https://contrahegemoniaweb.com.ar/nuevos-transgenicos-mas-riesgos
Alternativas emancipatorias
Estimemos por qué es clave -en la actual inflexión histórica- generalizar la ruptura con la legalidad-legitimidad de la gran burguesía para no entramparse como la Unión de Trabajadores de la Tierra. Para la UTT, una de las organizaciones integrantes del Foro por un Programa Agrario Soberano y Popular, la solución de fondo debe ser superadora de los abordajes coyunturales: hace falta un Ministerio de Alimentación en la Casa Rosada. Lo explica Nahuel Levaggi, coordinador general de la UTT: “La alimentación, como la salud o el trabajo, es una necesidad básica de toda la población, no importa la clase social a la que pertenezcas. El Estado Argentino debería tener una política totalizadora para un tema fundamental como la alimentación”. Leer
En ese entonces, no atendió a la vinculación estrecha del ministro de Agricultura con Insfran, quien ha establecido durante décadas un neofeudo extractivista ni al papel protagónico de Felipe Solá en el gobierno de los Fernández cuando no sólo fue uno de los principales mandamás del fusilamiento de Maxi y Darío para poner fin a la antineoliberal rebelión popular de fines del 2001 sino también hizo a la invasión ‘democrática’ de monocultivos de soja transgénica. Tampoco reparó que en la vigencia de la expansión de esta última y de todo el sistema imperialista de agronegocios por el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial desde 2010 (es decir Cristina Fernández es responsable) hasta 2020.
Reflexionemos a qué dan la espalda las organizaciones campesinas y la Unión de Trabajadores de la Tierra cuando exigen ley de acceso a la tierra: al agravamiento constante de la contrarreforma agraria a causa de la aceleración e intensificación del régimen extractivista y del legalizado plan para el agro en Argentina (desde 2020 hasta 2030) que elaboraron los CEOS del sistema imperialista de agronegocios.
En el artículo de Darío Aranda “Nuevos transgénicos, más riesgos” comprobamos quiénes son los actores de, y cómo actúan en, la aceleración e intensificación de la contrarreforma agraria integral.
Escuchemos y saludemos al Lof Buchile oyarzo calfu en su cuadro de situación y su decisión, esta última abriendo una senda hacia la reforma agraria anticapitalista, antiimperialista, antirracista y decolonial tanto del poder como del saber. En efecto, nos señala: “la única forma de proteger y resguardar los territorios es luchando, resistiendo, ocupándolos, trabajándolos y cuidándolos en total equilibrio con nuestros cuifiquecheyen. En constante diálogo con ellos y fortaleciendo nuestro itrofilmonguen”.
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Puel mapu, foyel mapu. Lof Buchile oyarzo calfu.
26 de febrero de 2024.
A nuestro pueblo mapuche conciente que lucha y resiste en los distintos lugares del wallmapu.a nuestras autoridades espirituales ancestrales del calfuwenumapu,a nuestros cuifiquecheyen que día a día nos acompañan y protegen en este camino de resistencia en el territorio , a quienes de una u otra forma nos negamos a desaparecer y a ser exterminados por esta gran máquinaria que todo lo destruye, todo lo consume, llamado capitalismo, representado en multinacionales, mineras, políticos, justicia winka y todo un sistema perverso. a nuestros presos políticos mapuches que dignamente y con mucha valentía enfrentan el winka mallal y la continuidad de un genocidio que el estado Argentino/Chileno de distintas formas llevan adelante para con nuestro pueblo. A toda la sociedad consciente que aun en lo más desolador de los tiempos que corren mantienen la esperanza y las ganas de seguir luchando y resistiendo.
Desde nuestra lof Buchile oyarzo calfu queremos informar.
Que en este día tomamos la firme decisión de reivindicar una fracción de territorio que hace años está en manos de un winka. Que con distintas mentiras y artilugios ha pretendido despojarnos de esta fracción de territorio. En complicidad con los distintos gobiernos y funcionarios políticos. Hoy fortalecidos en nuestro llellipun y convencidos de que la única forma de proteger y resguardar los territorios es luchando, resistiendo, ocupándolos, trabajándolos y cuidándolos en total equilibrio con nuestros cuifiquecheyen. En constante diálogo con ellos y fortaleciendo nuestro itrofilmonguen.
Saludamos de esta forma a todas las luchas y resistencias que se están dando en el Wall mapu.
Amulepe ta in weichean.
Marichiweuuuu marichiweuuuu.
Lof Buchile oyarzo calfu.
Cel.2944601807.
Prosigamos haciendo al viraje de esperar de liderazgos y vanguardias soluciones hacia atender voces políticas y estratégicas de las comunidades indígenas que se niegan a desaparecer ante la opresión y el despojo.
Colombia_CRIC 53 años: Toda una vida de lucha y resistencia
26 de febrero de 2024
Territorio Sa’t Thama Kiwe, Pueblo Nuevo, Caldono, Cauca, El Consejo Regional Indígena del Cauca, conmemora con orgullo y compromiso 53 años de ardua labor en defensa de los derechos y territorios de los pueblos indígenas. Desde su fundación, el CRIC, ha sido la voz política y estratégica de las comunidades indígenas que se niegan a desaparecer ante la opresión y el despojo. (…)
53 años: De la palabra a la acción para la vida digna
Los 53 años de lucha y resistencia de nuestra organización más que una conmemoración es un análisis político que busca revisarnos y seguir orientando la minga hacia dentro que desde hace un tiempo nos hemos propuesto. Desde el análisis histórico del proceso se hace un paralelo frente al cambio generacional, los mayores cuentan que unas décadas atrás eran 50 caminando en las calles de Popayán y los blancos les insultaban, les echaban tierra y agua, “ahora son miles y no se pueden dejar joder”.
Parte del análisis en la actualidad paradójicamente desde la inmersión en la guerra es que ahora los amigos son los blancos, pero nos estamos matando entre nosotros mismos, y en ese sentido hay muchas preguntas que llaman a la reflexión colectiva que va desde la cooptación de los liderazgos ideológicos, políticos y militares, hasta la responsabilidad y la orientación desde la familia y las autoridades, ¿Cómo volver la palabra una acción coherente para la vida digna de los pueblos?, ¿Si la familia es un pilar fundamental de todos los procesos, qué se está inculcando en ella?, ¿A quién beneficia el exterminio de los pueblos originarios?, ¿Cuáles serían las estrategias desde la acción para resistir al capitalismo y el neoliberalismo? ¿Qué está pasando con la violencia estructural que desplaza a los niños y niñas a la guerra?, ¿Dónde quedan los huérfanos, los heridos y las familias de los compañeros que perdieron la vida en las mingas y las movilizaciones?
En ese sentido, las problemáticas y desarmonías que se están presentando en los territorios tiene que ver con la falta de formación política y esa es una de las mayores preocupaciones que desencadenarían la pérdida del rumbo de los caminos trazados para seguir perviviendo física, cultural y espiritualmente como pueblos originarios desde la creación de la organización político organizativa.
Además, se hace un llamado urgente y necesario a las reflexiones internas como movimiento indígena que permitan fortalecer el ejercicio de legislar, administrar y armonizar con altura en los territorios, con el fin de hacerle frente a las estrategias para desestabilizar la gobernabilidad y la guardia. “¿Cómo es posible que las autoridades tengan que pedir permiso a los grupos armados para gobernar?”
Por lo tanto, uno de los caminos de la minga hacia dentro parte de escuchar a la comunidad en las visitas a la gente que está descontenta de la organización, así como también los compañeros y compañeras que son indígenas pero se consideran campesinos y son apáticos a la organización, ¿Cómo nos escuchamos entre todos y todas?, ¿Quién convence a quien en hechos y no en discursos?
Las apuestas políticas siguen siendo los recorridos territoriales para caminar al lado de las personas que en el diálogo y acciones permitan tejer desde la multiplicidad de saberes y cosmovisiones para lograr retomar la confianza de las autoridades con la comunidad, como también en qué punto logramos juntarnos en las luchas de los pueblos campesinos, afrodescendientes y sectores sociales.
En estos 53 años de lucha y resistencia como movimiento indígena han surgido muchos interrogantes que aún no tienen la respuesta, por ello es necesario continuar los debates desde las comunidades para enfrentar las agresiones del modelo que día tras día acapara y destruye los planes de vida.
¡La vida digna la tejemos entre todos y todas, nada justifica los asesinatos entre nuestra propia gente!
cric-colombia.org/portal/53-anos-palabra-vida-digna-cric-cauca-indigenas/
En los 53 años del CRIC las semillas de vida recrearon la memoria
Una comparsa llena de colores, música y alegría, recorrió las principales calles de Pueblo Nuevo, territorio Sath Tama Kiwe, del municipio de Caldono. En cada paso, las semillas de vida, los niños y jóvenes de las diferentes instituciones educativas del territorio, hicieron memoria personificando momentos históricos del proceso de lucha y resistencia. Caminaron hasta llegar al coliseo donde los 11 pueblos conmemoran durante los días 22, 23 y 24 de febrero los 53 años del Consejo Regional Indígena del Cauca.
En el espacio de conmemoración, las semillas de vida representaron momentos vividos en de cada una de las décadas recorridas en el camino de vida organizativa del CRIC. Se recordó a los mayores que hicieron posible la consolidación del proceso; se hizo memoria de momentos de lucha y resistencia, situaciones como las vivida en la pandemia, las acciones en derecho en la vía panamericana donde la violencia sistemática arremetió contra los pueblos que exigían el respeto a la vida, la democracia y la paz entre otros momentos del caminar del proceso.
De esta manera, las semillas de vida, dinamizadores y orientadores, realizaron un ejercicio que recreó la memoria del proceso de lucha y resistencia, destacando la labor de la guardia, de la espiritualidad, de los saberes culturales y la importancia del territorio, de la palabra como herramienta para la permanencia.
Así las cosas, cincuenta y tres años después, en el territorio Sath Tama Kiwe de Pueblo Nuevo Caldono, comunidades indígenas de los 11 pueblos que hacen parte del CRIC, con sus 139 autoridades, se encuentran para recrear la memoria, para compartir saberes y reafirmar sus orígenes, compartiendo experiencias del andar de sus planes de vida.
cric-colombia.org/portal/53-anos-cauca-cric-semillas-lmemoria-indigenas-petro-pueblo/
también editado en https://publicar.argentina.indymedia.org/?p=15932
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https://twitter.com/RedLatinaSinFro/
https://mastodon.bida.im/@RedLatinasinfronteras
Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2024/02/26/colombia_cric-53-anos-toda-una-vida-de-lucha-y-resistencia/
Qué Trabajo
Con el objetivo de maximizar el acaparamiento económico territorial de Argentina por quienes imponen el régimen extractivista cada vez más contra la vida en general y la dignidad de los pueblos de nuestro país.
Expropiado y explotado por burguesía /
Ecocida y genocida /Alternativas emancipatorias
Expropiado y explotado por burguesía
Destaquemos la centralidad de los extractivismos. Concentran y transnacionalizan tanto a la economía como al territorio de Argentina. Implican retroceso del país a especializarse en exportar commodities y sumirse más en subdesarrollo o mayor pobreza estructural, atraso científico técnico respecto a atender necesidades e intereses populares, sometimiento al sistema mundo capitalista. Y no es sólo por el gobierno de Macri sino por toda la democracia fiel a lo instaurado por el contubernio de capitales y estados imperialistas con los locales mediante terrorismos paraestatal y estatales en los setenta. Aún más, la democracia restringida se empeña en viabilizar el acelerado acaparamiento gran capitalista de bienes comunes sobre todo derrotando las luchas de los expoliados, lo concreta por maceración ideológica, desinformación, desnutrición y superexplotación laboral.
De ahí la importancia de tener en cuenta dos principios planteados por el Zapatismo en la Otra Campaña: desplegar de modo horizontal el antagonismo irreconciliable con el Capital y su Estado. Y caminar preguntando. En ese rumbo hallamos la iniciativa ante la necesidad de conversar entre comunidades a lo largo del río, porque los efectos de lo que sucede en un lugar llegan a todos los parajes río abajo. GEMA explica: “el encuentro se denominó simultáneamente Foro y Trawün (reunión en mapuzungun) porque ha sido convocado conjuntamente por comunidades mapuche tehuelche y por organizaciones ambientalistas, a partir del interés común de defender los territorios y las aguas de los proyectos económicos que contaminan. Y se lo llamó itinerante, porque los encuentros se fueron generando a lo largo de las orillas del río Chubut, desde sus nacientes en la cordillera, hasta su desembocadura en el mar”.
Doce días de recorrida por el río Chubut:
el Pueblo Mapuche,
la defensa del territorio y el futuro
16 de febrero de 2024
Desde la naciente del río Chubut hasta el mar, casi mil kilómetros, recorrieron integrantes del Pueblo Mapuche, académicos y activistas socioambientales para escuchar a las comunidades locales y coordinar acciones en defensa del territorio. El único río de la provincia está en peligro por mineras, hidroeléctricas y grandes estancieros. Crónica de doce días acompañando al río Chubut.
Texto y fotos: Denali DeGraf
Desde Chubut
“Todas las aguas de este territorio van confluyendo en el río Chubut, y así también se va juntando el zungún, la palabra, de todas las comunidades.” Así explica Mauro Millán, lonko de la comunidad mapuche Pillán Mawiza, el sentido del Foro Trawün Itinerante que tuvo lugar del 1 al 12 de febrero. “Trekaleyiiñ ka inkaleyiiñ chubut ñi leufú (Caminando y defendiendo el Río Chubut)”, se tituló la iniciativa. Durante esos doce días, una caravana recorrió todo el largo del río, realizando encuentros en comunidades y pueblos para conversar sobre temas relacionados con el cuidado del curso de agua y las diversas problemáticas que se viven en los territorios.
El recorrido empezó en la Lof Cayunao, a pocos kilómetros de la naciente en el extremo sudoeste de la provincia de Río Negro. Allí un empresario multimillonario de Emiratos Árabes Unidos, Matar Suhail Al Yabhoumi Al Dhaheri, está en proceso de alambrar una zona de veranada tradicional mapuche, donde lagunas de altura alimentan a uno de los primeros arroyos que forman el río Chubut.
Soledad Cayunao lidera la resistencia al alambrado del emiratí que está dejando a muchas familias del paraje sin acceso a las pasturas de altura. “La situación en el territorio está difícil, están entrando muchas camionetas todo el tiempo y el miedo es que quieran reactivar la mina de plomo también”, explica. Se refiere a Mina Las Marías, que se explotó de manera artesanal hace décadas pero que sospechan los lugareños que podría reactivarse a escala industrial.
De allí viene también Partiendo de la casa de Soledad, la caravana visitó El Maitén, donde el río ingresa a la provincia de Chubut, y luego Vuelta del Río, Fofocahuel, Costa del Chubut, Cerro Cóndor, Paso de Indios, Las Plumas, Gaiman y Rawson. Hay preocupaciones en todos lados.
La caravana estuvo impulsada por Mauro Millán, acompañado en todo su recorrido por este fotoperiodista y su familia. En distintos tramos, a lo largo de casi mil kilómetros, también se sumaron integrantes de la organización ecologista Piuké y del Grupo Gemas (Grupo de Estudios sobre Memorias Alterizadas y Subordinadas —red de investigadores, docentes y alumnos, pertenecientes a distintos centros universitarios del país—).
En El Maitén se habló del monocultivo de plantines de frutilla para exportación, que utiliza grandes cantidades de agrotóxicos que terminan en el curso de agua. Además, la provincia anunció el plan de instalar una planta de energía de biomasa en la localidad, pero no se cuenta con información. Según Mauro Millán, “el problema acá es que la desinformación no es casual. Vienen y te cuentan un poquito pero no todo, y las comunidades no pueden responder ante algo que desconocen. La ley habla de consulta previa, libre e informada, pero cuentan algo informalmente a algún poblador y dan por hecha la consulta”.
La falta de información se vio repetida en varias localidades. En el trawün de Costa del Chubut, integrantes de la Lof Newentuaíñ Inchíñ hablaron del proyecto de hidroeléctrica que se planifica en la zona de Gualjaina (afectaría al río Lepá, afluente del Chubut). “Dicen que va a dar luz para los parajes alejados — explica Eusebio Antieco— pero de ninguna manera harían semejante megaproyecto para que unos pocos pobladores podamos tener una heladera. Sabemos que detrás de eso hay una industria grande, probablemente minera.”
Cuando de megaproyectos se trata, los mineros y energéticos constituyen la mayor parte de las preocupaciones, y la desinformación es el común denominador. Javier Cañió, de la Lof Cañió, en cercanías de El Maitén, reflexiona que “estos proyectos corren con esto del reordenamiento territorial, pero el territorio no está pidiendo que nadie venga a reordenarlo”.
Muchas veces lo primordial no son los megaproyectos sino el acceso básico al territorio y al río. En Vuelta del Río, Silvio Huilinao explica que la comunidad, de 35 familias y una extensión de decenas de kilómetros cuadrados, tiene apenas 500 metros de costa: “El resto está todo alambrado por Benetton”, cuestiona.
En Fofocahuel, la comunidad tiene más de quince kilómetros de largo, pero no llega a tener cien metros de costa de río. Ambas comunidades además han tenido que resistir avances de empresarios sobre su territorio. Mario Martín, presidente de la comunidad Fofocahuel, relata que la comunidad está organizada hace 21 años con personería jurídica, “decían que con eso iban a entregar títulos comunitarios pero nunca llegaron”. Mientras tanto, en Cerro Cóndor, todavía tienen acceso a mucha costa de río, pero paradójicamente en el pueblito escasea el agua.
La escasez del agua se siente en todos lados. Segunda Huenchunao, en la comunidad Vuelta del Río, resume: “Vivimos en la cordillera y siempre hubo arroyos y vertientes, y hoy se están secando”. Con sus 82 años en un mismo lugar, puede ver mejor que nadie cuánto ha cambiado con el tiempo.
El río Chubut es el único que atraviesa la provincia, y la mayoría de su recorrido pasa por zonas muy áridas. Genera una pequeña franja verde, con árboles de gran porte, y la posibilidad de regar cultivos cercanos, pero a muy poca distancia el paisaje es de piedra, arena y unas pocas plantas pequeñas y rústicas. No cabe duda que es la fuente de vida de la región.
En diversas oportunidades se habló de la importancia de recuperar el conocimiento mapuche sobre el río, de cómo relacionarse con los ngen ko (las fuerzas que habitan en el agua), de cómo entender el bienestar del río desde el conocimiento ancestral y no sólo desde lo científico y moderno.
Lautaro González Curruhuinca, de la Lof Kurache, plantea que “como mapuche el primer deber es mantener el equilibrio natural, no mirar el río ni el territorio como algo material, como recurso, para tener más animales o lo que fuera. No somos campesinos winkas, si bien necesitamos de lo material que nos da el territorio, el fin no tiene que ser eso”. Por eso mismo, en cada comunidad, el encuentro empezó con una ceremonia. Antes del amanecer, a orilla del río, sonaron kultrunes y trutrukas, gritos y susurros, y cada día empezó hablándole al río, no del río.
La palabra “trawün” significa “parlamento”, y éste unió las aguas y las palabras de todo el largo del río, palabras que de otro modo tal vez nunca confluyan. “Es un viaje de fortalecimiento —dice Mauro Millán —. Las comunidades que están a lo largo del río, aunque estén cerca, no siempre se comunican. Y no es lo mismo un mensaje por Whatsapp, por Facebook, que hablar en persona, con tiempo. Así nos entendemos y se toman decisiones mirándonos los ojos, acá al lado del río. Quienes estamos en las ciudades tenemos el ‘privilegio,’ aunque no sé si lo es, de tener mucha información. Demasiada información. Y necesitamos equipararla con quienes viven en los lugares alejados de las ciudades. Recién a partir de estos encuentros vamos a poder empezar a accionar.”
La coyuntura actual viene compleja tanto para el Pueblo Mapuche como para la defensa del territorio. Apenas dos días antes del comienzo de la caravana, el nuevo gobernador de Chubut, Ignacio Torres, acusó mediáticamente a un integrante de una comunidad mapuche de haber generado el incendio que todavía arde en el Parque Nacional Los Alerces y volvió a reflotar el fantasma de la organización RAM (Resistencia Ancestral Mapuche). La misma nota, en el diario La Nación, cita a un vecino que acusa a Moira Millán, hermana de Mauro, como “nueva jefa de la RAM”. No hay evidencia para ninguna de las acusaciones, ni de la existencia del supuesto grupo terrorista incendiario.
A los pocos días el Gobierno ofreció una recompensa de cinco millones de pesos para quien aporte datos de cómo empezó el siniestro. Es decir, no los tienen. “¿Cómo va a condenar gratuitamente a una persona en los medios, sin ningún proceso de investigación ni juicio?”, pregunta Mauro Millán. “Y cuando lo señalan a él, o a mi hermana como supuesta jefa de la RAM, sin ninguna evidencia, es una clara maniobra de acusar y estigmatizar al Pueblo Mapuche entero, sobre todo a quienes salimos a reivindicar territorios. El Pueblo Mapuche no prendería fuego a un bosque nativo; aquí estamos para defender el territorio, no para destruirlo.”
En este contexto Susana Martín, de Costa del Chubut, reflexiona: “Vamos a tener que unirnos más que antes, porque este Gobierno viene por nuestras cabezas”. Esa unión buscada no sólo abarca al pueblo originario. Si bien la iniciativa fue principalmente un viaje entre comunidades, participó gente no mapuche de la caravana y de los encuentros, y todo el mundo recalcó la importancia de vincularse. Como lo expresó Marcelo Calfupán, de Vuelta del Río: “Es importante lo que hacen ustedes, los peñi winka (hermanos no mapuche), que van haciendo la cadena entre comunidades, porque a veces nos cuesta encontrarnos por falta de movilidad, y está bueno que no salga algo de una sola comunidad sino de todo el pueblo, de todos los pueblos”.
En Gaiman y en Rawson la caravana fue recibida por integrantes de diversas comunidades mapuche pero también por varias asambleas de vecinos/as en defensa del ambiente, tanto de esas dos ciudades como también de Trelew y de Puerto Madryn. Lo resumió Segunda Huenchunao: “Si todos tomamos agua, ¿cómo no vamos a trabajar juntos para defenderla?”
Y así como se fueron juntando las aguas y las personas, finalmente el lunes 12 de febrero se llegó al mar, donde confluye todo. Y la gente se paró frente a las olas donde desemboca el río Chubut y realizaron una ceremonia al amanecer. Lo que quedó claro en las dos semanas de recorrida es que esto, la defensa del territorio, va a continuar.
https://agenciatierraviva.com.ar/doce-dias-de-recorrida-por-el-rio-chubut-el-pueblo-mapuche-la-defensa-del-territorio-y-el futuro/?fbclid=IwAR2nvugwPKZUvZHTITCZZ80OKEfed60kUiQq41A6ZW088y6R8sNR3CGMeW8
Complementemos con este otro relato:
Foro Trawün Itinerante
26 de febrero de 2024
Autor GEMAS
Caminando y defendiendo el río Chubut
(Trekaleyiiñ ka inkaleyiiñ Chubut ñi lewfu)
1-12 de febrero de 2024
El encuentro se denominó simultáneamente Foro y Trawün (reunión en mapuzungun) porque ha sido convocado conjuntamente por comunidades mapuche tehuelche y por organizaciones ambientalistas, a partir del interés común de defender los territorios y las aguas de los proyectos económicos que contaminan. Y se lo llamó itinerante, porque los encuentros se fueron generando a lo largo de las orillas del río Chubut, desde sus nacientes en la cordillera, hasta su desembocadura en el mar.
La caravana de viajerxs, conformada por integrantes de distintas comunidades, militantes ambientalistas, académicxs y periodistas, inició el recorrido el 1° de febrero y llegó a su fin el 12 de febrero. En cada parada, distintas comunidades se organizaron durante los días previos, para recibirla, junto a otrxs participantes que también se acercaron desde las zonas aledañas.
El recibimiento se llevó a cabo en cada uno de esos lugares con los protocolos propios de lxs anfitrionxs. Así como también fueron heterogéneas las formas de encontrarse y debatir, de saludar al río y de llegar a acuerdos. En este encuentro intercultural se destacó la hospitalidad y la generosidad de quienes recibían, la preocupación compartida por los territorios y la necesidad común de encontrarse para unir las luchas.
El río Chubut no solo fue el lugar de las alianzas, sino también uno de los actores políticos con los que se sellaron esos acuerdos y compromisos. Así como sus aguas van sumando los caudales de otros ríos y arroyos, el Foro Trawün Itinerante fue añadiendo las palabras surgidas en cada lugar a la gran conversación en marcha. Antes de iniciar cada trawün, se compartían los temas y las reflexiones que surgieron en los encuentros previos y los audios con los mensajes que las comunidades enviaban a lxs próximxs participantes del Foro Trawün.
El equipo GEMAS acompañó la caravana con la función de hacer un registro para uso colectivo y libre. Estos materiales están a disposición de quienes quieran usarlos creativamente para difundir las ideas compartidas. Si bien los temas se fueron repitiendo en cada uno de los encuentros, al encarar nuestro trabajo de síntesis, hemos tratado de identificar las discusiones que, en cada lugar, devinieron centrales.
El Foro Trawün Itinerante fue una iniciativa autónoma de fortalecimiento de alianzas, de actualización de articulaciones políticas y de reencuentros afectivos. A través de los diferentes paisajes que rodean las aguas del Chubut, los ngen o fuerzas de esos entornos también fueron convocados a la construcción de unidad.
El Foro Trawün Itinerante en capítulos:
Foro Trawün en Lof Mapuche Cayunao (1 y 2 de febrero)
Foro Trawün en El Maiten (3 de febrero)
Foro Trawün en Comunidad Mapuche Tehuelche Vuelta del Río (4 de febrero)
Foro Trawün en Comunidad Mapuche Tehuelche Fofocahuel (5 de febrero)
Foro Trawün en Costa del Chubut (6 de febrero)
Foro Trawun en Comunidad Mapuche Cerro Cóndor (7 y 8 de febrero)
Foro Trawün en Comunidad Mapuche Los Pichiñanes, Paso de Indios (9 de febrero)
Foro Trawün en Las Plumas (10 de febrero)
Foro Trawün en Gaiman (11 de febrero)
Foro Trawün en Rawson (12 de febrero)
GEMAS
El Grupo de Estudios sobre Memorias Alterizadas y Subordinadas (GEMAS) es una red de investigadores (docentes y alumnos) pertenecientes a distintos centros universitarios del país. Desde su conformación en el año 2008 se ha venido desarrollando en espacios formales de investigación y extensión, así como en espacios informales de participación política e intercambio de conocimientos. Ver todas las entradas de GEMAS
Descubramos la Cooperativa de Trabajo Red Genera se constituyó formalmente el 2016 para «hacer un aporte en la transformación social en el derecho a la soberanía energética»,
Andrés Figueroa Cornejo
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Chile. Red Genera:
Energía más allá del capitalismo
Andrés Figueroa Cornejo
La Cooperativa de Trabajo Red Genera se constituyó formalmente el 2016 para «hacer un aporte en la transformación social en el derecho a la soberanía energética», y está formada por los ingenieros y técnicos mecánicos, eléctricos y de energías renovables Paula Rivera, Carlos Saavedra, Luis Ignacio Diéguez, Osvaldo Canales, Jorge Campano y Nicolás O’Ryan.
Rivera puntualizó que son una organización dedicada al rubro de las energías renovables, ofreciendo servicios de ingeniería, montaje, mantenimiento fotovoltaico, consultoría, y capacitaciones sobre energía solar y asociativa.
– ¿Qué significa todo eso en términos concretos, Luis Diéguez?
«En el orden práctico del desarrollo comunitario de energía en Chile, levantamos la primera planta solar comunitaria de propiedad conjunta (ley 21.118) que se materializó en la cooperativa agraria y campesina Coopeumo. Actualmente tiene 64 kW en total y se ejecutó en tres etapas. La operación y mantenimiento está a cargo de la propia cooperativa, y el proyecto fotovoltaico fue financiado por el programa Comuna Energética de la Agencia de Sostenibilidad Energética y con recursos de la propia cooperativa Coopeumo. Se tuvo el patrocinio de las municipalidades de Pichidegua y Las Cabras. Hoy las inyecciones benefician a escuelas y postas rurales, juntas de vecinos y a las sucursales de la cooperativa.
También elaboramos la primera planta de propiedad conjunta en la región Metropolitana, específicamente en la comuna de Independencia. Se encuentra instalada en la escuela Nueva Zelandia y, en este caso, la operación y mantenimiento es responsabilidad de la Municipalidad de Independencia. Logró financiarse con el programa Comuna Energética, nosotros Red Genera que ejecutamos el proyecto, inversionistas (gente que pagó para tener ahorros en sus cuentas de electricidad), y una campaña de donaciones. De igual forma, tenemos proyectos desarrollándose en Petorca, Macul y Peñalolén.
En la misma línea, hicimos un proyecto similar, pero más pequeño, en el Centro Cultural La Minga de la comuna de San Miguel, el cual alimenta a La Minga, el Colegio Paulo Freire de educación popular y la Cooperativa Retromadero, que funciona en la Escuela Cooperativa de Permacultura. En materia educativa, trabajamos con la Fundación Fermín Vivaceta que está en el Barrio Yungay, en el cascarón antiguo de Santiago, en el área de la habilitación laboral en nuestras especialidades».
Paula Rivera explicó que «somos una entidad que canaliza recursos hacia organizaciones territoriales, por tanto, en nuestro papel de organismo ejecutor, postulamos a fondos públicos del Ministerio de Energía, Agencia de Sostenibilidad Energética, Gobiernos Regionales, Subdere, municipalidades, etc., toda vez que nuestra red de organizaciones esté de acuerdo con los beneficios que les reportan los proyectos» y agregó que, «no sólo formulamos el diseño ingenieril, sino que ejecutamos los proyectos, acompañamos y capacitamos formativamente a las comunidades donde, por ejemplo, elevamos una planta de energía fotovoltaica, y después realizamos todas las tramitaciones eléctricas y jurídicas pertinentes».
Por su parte, Carlos Saavedra, expresó que «es muy importante tener a la vista que, tras 7 años de existencia, nuestra cooperativa persiste en su afán de ser una herramienta para el mejoramiento de la vida de las organizaciones sociales y populares. Ahora bien, con el tiempo y la experiencia, le estamos ofreciendo mucho valor a la educación energética, a diferencia de las empresas capitalistas tradicionales que relegan a la población a mera consumidora y pagadora de cuentas. Nosotros, en cambio, ponemos el acento en las organizaciones, en la aplicación de procesos pedagógicos y educativos para la gente durante el transcurso del proyecto energético. Por supuesto que el aprendizaje corre de nosotros a la comunidad y de la comunidad a nosotros. Asimismo, pasa por resignificar los conceptos. Desde la academia, por ejemplo, se habla de ‘la pobreza energética’, pero ella no se entiende sin la ‘riqueza energética’. Es importante develar las desigualdades sociales en esta dimensión de la cotidianidad.»
– ¿Y cómo se manifiesta esa inequidad?
«Las redes de distribución de energía son un bien público, por más que estén concesionadas. Sin embargo, las corporaciones privadas hacen un copamiento y ocupación agresiva de las redes, dejando sólo espacios marginales para iniciativas desarrolladas por las comunidades. En otras palabras, entre los actores involucrados se reproducen las relaciones de poder que hay en todo lo que debieran ser derechos sociales.»
«Nosotros también somos Trasol»
Vinculado a los ingresos de quienes trabajan en Red Genera, Paula Rivera informó que «las y los socios de la cooperativa trabajamos una jornada completa al día y nos remuneramos nosotros mismos, independientemente del nivel de estudios de cada cual. Y de esa remuneración vivimos, no necesitamos realizar ninguna otra actividad laboral para llegar a fin de mes. En este aspecto, somos susceptibles al flujo de proyectos».
Los cooperados tienen ingresos por debajo del precio del salario del mundo del trabajo dominado por las empresas capitalistas, «pero las decisiones las tomamos colectiva y democráticamente y si algún socio tiene requerimientos en materia de cuidados en su familia, lo cubrimos sin que ello melle su remuneración. En otras palabras, las condiciones y modos en que organizamos nuestro desenvolvimiento laboral es completamente distinto a la de las compañías privadas o estatales. No funcionamos con lógicas piramidales donde todo está resuelto por los ‘altos mandos’ empresariales, esas gerencias que no hacen el trabajo concreto del conjunto de las y los trabajadores. A nosotros nos interesa la capacidad que tiene cada persona de aportar a un propósito común», explicó Diéguez y sumó que «en las firmas del capital, por una cuestión de productividad y explotación humana, los empleados sólo se ocupan de una parte específica del proceso integral que hace el producto y servicio, desconociendo la totalidad de las relaciones de trabajo. Acá es todo lo contrario: todos participamos en todo el desarrollo productivo».
– ¿Rompen el circuito de alienación laboral que provoca la cada vez más intensa división social propia del trabajo en cualquier corporación capitalista, donde el bien o servicio producido se vuelve extraño, ajeno?
«Completamente. De hecho, cuando participativamente evaluamos nuestro quehacer observamos que hemos roto las dinámicas del régimen capitalista. Para nosotros el trabajo es una relación entre personas libremente asociadas y jamás una relación entre cosas. Por lo mismo, ese mismo tipo de vínculos tratamos de establecer con las comunidades. Y si alguno de los socios necesita continuar sus estudios, se le aporta con un 50 % de los gastos. Por lo demás, siempre hemos privilegiado la autoformación, esto es, el ejercicio autónomo y colectivo de comprender los procesos que determinan el trabajo, la transición energética, la geopolítica mundial.»
– ¿Y para qué se unieron a la Federación de Cooperativas de Trabajo y Solidaridad, Trasol?
«Porque también somos una unidad político-productiva, un conjunto humano que releva el trabajo autogestionado. Para nosotros es clave la articulación con otras organizaciones con las que compartimos principios. Es más, la cooperación mutua entre cooperativas nos ha permitido crecer y aprender. Ello nos fortalece en la resistencia frente a la subsunción capitalista. Hacer parte de Trasol nos ha abierto a experiencias pares de Brasil y Argentina. Nosotros también somos Trasol, lo construimos colectivamente.»
*Las imágenes son de libre disposición.
Ecocida y genocida
Dejemos de naturalizar nuestro modo de vida y trabajo. La pandemia debería habernos interpelado sobre porqué existe emergencia alimentaria desde 2002 y se la prorrogó hasta 2023, también sobre el deterioro y la contaminación de los alimentos.
Ejemplifiquemos cómo, ante la multiplicación de incendios intencionales, van surgiendo quiénes imponen el malvivir en extensión y profundidad.
Los intereses detrás de los incendios en Chile:
monocultivo forestal y negocios inmobiliarios
14 de febrero de 2024
Por Tierra viva
Más de 130 fallecidos, centenares de desaparecidos, 15.000 viviendas afectadas y más de 26.000 hectáreas arrasadas. Son algunas de las cifras del incendio en la región de Valparaíso. Entre las causas: el monocultivo forestal —que es política de Estado desde hace décadas—, los negociados inmobiliarios y la complicidad política y del Poder Judicial.
«Las forestales están quemando a Chile», es el título del comunicado de una decena de organizaciones sociales y ambientales que apunta a las causas de la grave situación del país, con 130 fallecidos, centenares de desaparecidos y 26.000 hectáreas arrasadas. Firmada por la Red por la Superación del Modelo Forestal, Chile Sin Ecocidio, ONG We Kimün, Entramas por el Bio-Bio, Fundación Tanti y el Colectivo Viento Sur, entre otras, apuntaron a los intereses económicos detrás de los incendios, y la complicidad política y del Poder Judicial.
Transcripción de parte del comunicado de las organizaciones.
«¿Quién se beneficia de los incendios? ¿Quién aprovecha el cambio de uso de suelo?»
A un año de las tormentas de fuego que devastaron amplias zonas entre las regiones de Maule y Araucanía, volvemos a vivir el drama de ver a miles de familias perderlo todo, a personas perecer entre las llamas, y a ecosistemas completos ser destruidos por el fuego.
Cada vez más frecuentes, las tormentas de fuego o incendios forestales extremos han arrasado más de un millón de hectáreas de territorio chileno rural y urbano. La evidencia disponible y la experiencia de las comunidades afectadas indican que estos incendios forestales no son accidentales sino producto del modelo forestal imperante en Chile desde el nefasto Decreto 701, facilitados además por el aumento de la superficie de monocultivo forestal, el cambio climático, la negligencia y complicidad del Estado, y las conductas criminales de individuos y de intereses empresariales.
Hace un año una oleada de solidaridad social se movilizó en apoyo de las víctimas del incendio, y durante todo el año articulaciones como la Red por la Superación del Modelo Forestal impulsaron iniciativas para analizar las causas e impactos de los incendios y elaborar propuestas para superar el extractivismo como el Decreto de Restauración Forestal Ecológica. Hoy junto a miles de personas y organizaciones de cordillera a mar nos ponemos una vez más a disposición para solidarizarnos con los territorios y comunidades afectadas por la catástrofe.
Y, con todo, la solidaridad no basta.
Al recorrer los territorios donde impera el estado forestal de los grandes grupos económicos, observamos cómo las nuevas plantas de pino y eucalipto (especies que se benefician del fuego) han sido plantadas en los mismos lugares que antes, sin cambios sustantivos en la forma de monocultivo, sin respeto alguno por quienes ya han sufrido el fuego.
Mientras las grandes empresas forestales lavan su imagen de industria peligrosa con certificaciones verdes, publicidad, regalos a comunidades necesitadas y lobby político, la zona Centro-Sur de Chile, punto crítico mundial de biodiversidad, es incendiada. Es el fracaso del Estado.
El actual modelo forestal es una industria peligrosa que por décadas se ha beneficiado del subsidio estatal, prácticamente sin regulación ambiental y planificación territorial alguna. Hay que detener esta práctica ecocida y homicida, antes que el daño socioambiental sea irreversible.
Solo gracias a la denuncia social y la visibilización de la catástrofe causada por los incendios, la clase política le ha asignado algo más de atención a la prevención y combate de este flagelo. Luego de años de espera se está discutiendo una ley que considere una mínima regulación para la interfaz urbano-rural. Valoramos ese paso, pero llega tarde, y es insuficiente para prevenir la repetición de las catástrofes y reparar los daños causados.
No se puede tapar el sol con un dedo. Hace dos semanas el Tribunal Local por los Derechos de la Naturaleza sesionando en la Región del Biobío reconoció que el Estado y las grandes empresas forestales eran corresponsables de los incendios forestales recientes, y que estos constituían un verdadero ecocidio que afectaba las bases de la existencia de comunidades humanas y ecosistemas.
No basta con gastar millones de dólares en aviones, maquinaria y personal de combate de incendios, si no se toman medidas para poner fin al extractivismo forestal y al abuso empresarial. Ahora quieren que normalicemos el riesgo y asumamos los costos de prevenir y mitigar. El pueblo pone los muertos, ¿pero quién se beneficia de los incendios, quien cobra los seguros y aprovecha el cambio de uso de suelo?
Invitamos a la sociedad civil y las organizaciones sociales a impulsar con más fuerza la solidaridad inmediata y la resolución de las causas de fondo de estas catástrofes. Llamamos a buscar de forma proactiva la justicia ambiental, a educar a la sociedad en las causas y consecuencias de los incendios, y a ejercer su poder soberano en el gobierno del territorio y la elaboración de políticas públicas y normativas que superen el modelo forestal extractivista.
En muchas zonas ya se organizan grupos de vecinos y vecinas por lograr justicia ambiental y reparación de los daños causados. Agrupaciones ambientalistas y familias promueven con más fuerza la recuperación con especies nativas y técnicas tradicionales y ecológicas. Comunidades mapuche luchan por recuperar su territorio y habitarlo en base a su cultura ancestral. Campesinas y campesinos fomentan cultivos agroecológicos y comercio justo. Vecinos y vecinas de zonas urbanas rodeadas por las forestales toman conciencia del riesgo en que viven.
Por nuestra parte, demandamos que de forma inmediata:
1. Que las grandes forestales aporten sus utilidades para cubrir los daños de los incendios forestales donde estén involucradas;
2. Imponer una moratoria suspendiendo todo nuevo monocultivo forestal;
3. Decreto de restauración forestal ecológica con incentivos a la restauración y rehabilitación de ecosistemas nativos;
4. Hacer cumplir las restricciones existentes y actualizar los planes reguladores incluyendo zonas urbanas y rurales de recuperación ambiental libres de monocultivo;
5. Someter la actividad forestal a estudios de impacto ambiental, impedir el saqueo del agua subterránea y condicionar su existencia al parecer de las comunidades aledañas;
6. Eliminar totalmente el DL 701 y que las grandes forestales hagan devolución de los subsidios públicos entregadas a ellas durante décadas;
7. Participación social vinculante en la elaboración de políticas de regeneración ambiental y la planificación territorial.
Por su parte, el Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT), un espacio de referencia en la lucha contra el extractivismo en Chile, emitió un comunicado que apuntó también a las causas de los incendios: «Entre las causas de fondo está el desenfreno inmobiliario, incentivado por la desidia del Congreso respecto de una legislación que ponga fin a los incendios y las insuficiencias conocidas en los instrumentos de planificación territorial, que desconocen criterios ecosistémicos. También las faenas de construcción de Torres de Alta tensión en función de una transición energética empresarial, están provocando serios daños a la biodiversidad y afectando la flora nativa».
El MAT remarcó que las empresas forestales siguen extendiendo sus plantaciones de pino y eucaliptus a lo largo del país, y recordó que el Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza (que sesionó en Chile emitida tras sesionar en BioBio) determinó que el modelo forestal ha provocado «un ecocidio y ha vulnerado los derechos de la Naturaleza».
Y apuntó a un actor que no suele aparecer y es un engranaje fundamental del extractivismo: «La Justicia no avanza al ritmo que se requiere para identificar la relación entre la falta de tareas preventivas de estas empresas y su incumplimiento de normas, que favorecen la extensión y propagación de nuevos incendios. La Justicia en cambio ha sido rápida para condenar sin pruebas a luchadores sociales mapuche a extensas penas de prisión, situación respondida con una huelga de hambre que mantiene en riesgo vital a los presos políticos mapuche a más de 80 días de iniciada esa protesta».
Fuente: https://rebelion.org/los-intereses-detras-de-los-incendios-en-chile-monocultivo-forestal-y-negocios-inmobiliarios/
Mari Mari pu lamgen pu peñi, pu papay, pu chachay pu longko pu machi, pu wechekeche, ulchazomo kiñe poyen Chalin kom eymun. Fewla Tripaiñ taiñ kellu zungun lamgen Matias Santana
Desde el Lof Pillan Mawuiza, en la Puel Willimapu (prov. de Chubut) manifestamos nuestro repudio e indignación a la violenta detención de nuestro peñi-lamgen Matías Santana. Exigimos su inmediata libertad.
La reivindicación territorial de un pueblo ancestral, la autoafirmación identitaria y por ende la práctica de los derechos que conlleva, no son delitos, no son crímenes. Es la deuda pendiente que tiene este estado racista y genocida con los pueblos indígenas. Nuestro Weychafe Matías Santana es un kvmece, una persona respetuosa de todas las vidas, guardián de la naturaleza y protector del legado ancestral. Su conducta es intachable y tiene el cariño y el abrazo de nuestro pueblo.
Esta cacería contra el pueblo Mapuche que están llevando adelante el actual gobierno fue iniciada por los antepasados de Patricia Bullrich, Macri, Villaruel, etc
Le decimos al gobierno huinca que el Pueblo Mapuche está en alerta, los estamos observando y los hacemos responsables de cualquier daño físico, psicológico que pueda llegar a sufrir nuestro peñi-lagmen.
Al pueblo argentino le pedimos su compromiso con la vida, que su indolencia no habilite una dictadura racista. La violencia como política es un crimen.
Desde la cordillera sur, por justicia, territorio y libertad!
Newentuleaymun kume amulepe taiñ mapuche
Mariciweu Mariciweu Mariciweu Mariciweu!!
Lof Pillañ Mahuiza
Alternativas emancipatorias
Comprobemos cuántos sentipensares compartimos y aprendizajes se desprenden de:
Gobiernos autónomos amazónicos del Perú:
sujetos políticos defendiendo la vida
Por Raúl Zibechi | 22/02/2024
El Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampis, en el norte del Perú, ha denunciado estos días la presencia de 50 mineros ilegales armados, de nacionalidades colombiana, venezolana y brasileña, que desplegaron 25 dragas y retuvieron a una comunidad generando un clima de temor y amenazas. A mediados de febrero, comunidades wampis detuvieron la operación de siete patrones y otras tantas dragas en la cuenca del río Santiago, nombrado Kanú, y los retuvieron en un calabozo comunitario.
En la Amazonía peruana se cuecen hasta quince procesos de autonomía territorial, desde que en 2015 los wampis establecieron el primero con el objetivo de controlar el territorio ancestral y frenar la invasión de actores extractivos. En la zona norte, cerca de la frontera con Ecuador las naciones wampis, awajún, chapra, shawi, kokama, inga han formado hasta nueve gobiernos autónomos que abarcan unas 10 millones de hectáreas, mientras otros pueblos están en camino de crearlos.
Es la respuesta colectiva a la expansión de actores extractivistas y criminales que buscan explotar la madre tierra y expulsar a los pueblos que se les interponen. Para conocer más de cerca estos procesos dialogamos con Vladimir Pinto, quien asesora organizaciones amazónicas y andinas del Perú desde hace 20 años, y ha seguido de cerca el proceso de construcción de las autonomías, así como la discusión de los criterios adoptados por los pueblos. Agrega que “hemos iniciado un diálogo con pueblos de la Amazonia sur, en la frontera con Brasil, en particular con los shipibos que están discutiendo la autonomía con características muy diferentes a los pueblos del norte”.
– El primer gobierno autónomo, el wampis, nació en 2015. ¿Cómo se vincula ese nacimiento con la larga historia de las organizaciones amazónicas y el Baguazo en 2009, cuando cinco mil wampis y awajún fueron desalojados del bloqueo de carreteras contra el transporte de hidrocarburos con un saldo de más de 30 muertos?
– La relación está en la esencia misma del movimiento indígena amazónico que es la necesidad de organizarse para sobrevivir como pueblos, de mantener su identidad y su cultura, pero sobre todo de garantizar la defensa de sus territorios frente a un conjunto de actores que han venido ganando terreno en la Amazonia. Todos los procesos están vinculados a la vida de los pueblos, a su reconocimiento y a su desarrollo como sujetos políticos. Desde el nacimiento mismo de las organizaciones indígenas fue un proceso de reivindicación de sus identidades, de defensa de sus espacios territoriales, primero a nivel muy local y luego más amplio, y en el establecimiento de alianzas a nivel nacional e internacional.
El Baguazo fue la visibilización de esta agenda y de estos sujetos colectivos, frente al desprecio sistemático del Estado. El Baguazo potencia el nacimiento de los gobiernos autónomos porque obliga a llevar a cabo las agendas más de fondo luego de la confrontación tan abrupta con el Estado, y no es casual que hayan sido los wampis y los awajún los que estuvieron allí y los que empujaron más decididamente las autonomías. Pero tiene que ver también con una construcción histórica de muchos años. Son los dos elementos, la historia y el Baguazo.
¿Cuántos gobiernos autónomos existen? Conocía hasta cinco, pero al parecer son más.
– Los datos que ellos mismos difundieron en su reunión de octubre pasado, dicen que son quince los pueblos que han tomado la decisión de organizarse como autonomías territoriales. Algunos han cuajado más rápido y otros van más lentos. Hace varios años que las nueve bases de CORPI (Coordinadora Regional de Pueblos Indígenas) decidieron constituirse como gobiernos autónomos en sus territorios integrales en la zona de frontera con Ecuador.
Los autonomías más avanzados son las achuar del Pastaza, awajún, wampis y la nación chapra que territorialmente están muy próximos.
– Cada proceso autonómico es diferente, no hay una regla común. ¿Cómo es la estructura de las autonomías amazónicas?
– La legislación del Perú reconoce las autonomías de las comunidades, que son unidades pequeñas multifamiliares que ejercen una propiedad colectiva sobre un territorio. Pero no son reconocidos como pueblos. Reivindicar el territorio integral y el gobierno autónomo son necesarios para ejercer control sobre sus territorios y esto es totalmente incomprendido por el Estado y gran parte de la sociedad peruanas.
Son procesos muy complejos porque la construcción de la nación implica una reivindicación de la tradición y de la historia, pero inventando algo nuevo que garantice que se pueda mirar hacia delante. Los pueblos amazónicos están en ese proceso de enfrentar las complejidades del mundo actual porque están muy intervenidos por la modernidad occidental y a la vez defienden sus tradiciones e instituciones ancestrales.
Los wampis han creado una serie de secretarías que son como ministerios para hacer funcionar su gobierno. Pero hay otros procesos donde mantienen una lógica muy asamblearia y una delegación enorme de responsabilidades hacia los que son elegidos como representantes del gobierno autónomo. Creo que están en ese proceso de crear un funcionamiento que no sobrecargue a los dirigentes. Los wampis por ejemplo tienen un estatuto que regula su funcionamiento.
Las autonomías como centro del movimiento
– Por lo que vemos en otros procesos las autonomías son un proceso en el cual se van mejorando los modos de funcionar. ¿Qué vínculos tienen esas autonomías entre sí?
– Las autonomías amazónicas tienen dos dimensiones en el debate y la construcción. Uno más interno en el que el mismo pueblo establece una nueva institucionalidad que los gobierne y este es un reto siempre inacabado. Y la otra es la relación con el Estado y la legalidad occidental. Los amazónicos son pueblos poco numerosos que están asentados sobre territorios amplios y el reto de controlar todos el territorio es muy desafiante. Han establecido una relación compleja y difícil con el derecho occidental para apropiárselo y transformarlo. La idea de la propiedad colectiva no enajenable, es algo que rompe con los conceptos occidentales pero han logrado insertarlo.
La dimensión de gobierno autónomo, que les permita decidir sobre las cuestiones fundamentales, la están peleando ahora en diversos ámbitos.
La coordinación es un gran tema. En la zona norte hace ya cuatro años que hay un proceso de diálogo constante entre las autonomías. Se encuentran un par de veces al año para discutir sobre los procesos, compartir avances y retos, y tienen un nivel de debate importante sobre las cuestiones de fondo en general liderado por so wampis e intelectuales indígenas.
El último año hubo una iniciativa muy buena de Aidesep de promover un encuentro entre la estructura más gremial, que es la propia Aidesep, con las autonomías ya existentes porque han asumido que es lo que orienta la lucha de los pueblos amazónicos para el futuro. En vez de pensar que los gobiernos autónomos cuestionan la estructura del movimiento indígena, han asumida una alianza para promover las autonomías como eje del movimiento.
Impedir que el sentido común extractivista se instale entre los jóvenes
-Hemos recibido un comunicado del gobierno wampis denunciando la invasión minera con 25 grandes dragas. ¿Qué hace el gobierno en estos casos?
-El extractivismo es uno de los ejes que llevaron a la reflexión para la creación de los gobiernos autónomos, que viene siendo una amenaza que se enfrenta desde hace ya muchos años. Hay un nivel de auto organización y de persecución de las actividades extractivas con distintas estrategias de contención y también de apoyarse en el derecho occidental. En ocasiones las comunidades deciden impedir esas actividades.
El problema es que en los últimos tiempos hay un avance enorme de las actividades ilegales en los territorios indígenas, un crecimiento exponencial que hace muy difícil el control de los pueblos. Pero lo más grave es cuando hacen pie en algún área del territorio y empiezan a socavar las estructuras mismas del movimiento indígena. Ese es el gran reto, impedir que el sentido común extractivista se instale entre la población más joven. Por eso tienen esa energía y desesperación para contenerlo ya. Es una lucha enorme hacia adentro y hacia fuera, pero el extractivismo está siendo promovido en el conjunto de la Amazonía y empieza estar presente en la misma sociedad indígena.
– ¿Qué me puedes decir del sistema de salud y de educación?
– En la agenda de las autonomías está el control de la salud y la educación intercultural como horizonte. Ya hay una batalla por el reconocimiento de los profesores de los pueblos, de sus lenguas y de las prácticas de salud propias dentro de las políticas públicas. Los wampis tienen secretarías de salud y educación que pasan por la negociación con los Estados, buscando siempre promover a los profesionales indígenas que tienen enfoques nuevos en estos temas.
– Para terminar, me gustaría preguntarte si hay autonomías en otras regiones y si los pueblos aymara y quechua del sur, que han luchado desde hace siglos contra el Estado, no podrían ingresar en la misma lógica autonómica.
– Entre las quince autonomías debemos incluir a los Harakbut y Ese-eja en Madre de Dios. Algunos están a ambos lados de la frontera con Bolivia. Están trabajando y se consolidan, pero aquí hay una presencia de otros actores ya instalados en sus territorios. Por el contrario, en los pueblos del norte hay grandes áreas con poca intervención externa y han empezado con estos procesos de reestructuración social y política que les permite controlar estas injerencias.
En Ucayali donde está el pueblo shipibo también se está debatiendo la autonomía, aunque allí estamos ante una sociedad muy imbricada con el mundo urbano amazónico.
Cuando me dices sobre la construcción de autonomías en el mundo andino, debo decir que la identidad social y política indígena ha sido muy golpeada tanto por las derechas como por las izquierdas. Sin embargo, en el sur andino algunos pueblos tienen mejores condiciones para recuperar desde una identidad política indígena estructuras de autogobierno. Creo que este tema empieza a ser más discutido a raíz de la masacre del gobierno de Dina Boluarte y por el desprecio sistemático que sufren.
Creo que no se referencian en las autonomías del norte sino en los procesos de Bolivia. Se van viendo procesos en el lado aymara y en Cuzco, que van a verse con más claridad en los próximos años. Aquí la clave es que se posicionen contra el extractivismo. En el caso boliviano algunos liderazgos demandan autonomía para dirigir ellos el extractivismo. O sea, una autonomía para promover un extractivismo propio, y eso está siendo un gran problema.
Fuente: https://rebelion.org/gobiernos-autonomos-amazonicos-del-peru-sujetos-politicos-defendiendo-la-vida/
Voces, rostros y comunidades que dicen «no» a la minería de litio
26 de febrero de 2024
Por Camila Parodi | Tierra viva
«La ruta del litio: voces del agua», es el libro de Camila Parodi y Susi Maresca. Contiene testimonios, datos y entrevistas de quienes habitan y defienden regiones de Catamarca, Jujuy y Salta. Entre postales de salares y whipalas, se despliegan sus historias, esperanzas y modos de organizarse ante otro capítulo del colonialismo. Fue publicado por editorial Chirimbote.
Los caminos de la tierra son tan maravillosos como extraños, algunas veces inexplicables y otras tantas, mágicos. O, quizás, sea todo junto y a la vez.
Es allí donde los cuatro elementos —agua, tierra, fuego y aire— cobran sentido. En un tiempo y en un espacio, nos muestran paisajes y comunidades que no sólo son humanas. Cuerpos y formas en las que la naturaleza se despliega cuando el ser humano no lo invade todo, pero también cuando lo hace.
En este recorrido, elegimos narrar lo colectivo desde una primera persona que es plural. También, decidimos que las voces de los territorios son lo más importante, valioso y esclarecedor de este caminar. Por eso, de a ratos nos nombramos parte y en otros tomamos la distancia necesaria para verlo con más claridad.
Tenemos una primera certeza: es tiempo de hacer algo para no ser cómplices en este momento histórico que nos toca transitar. Un tiempo donde muchos no tienen nada y pocos lo tienen todo. Donde las mayorías son sacrificadas para sostener el privilegio de las minorías. Donde ya casi no queda planeta.
Nuestra historia no empieza por el principio, porque ¿cuál es el principio? Las historias tienen atajos, desvíos, horizontes que se corren. A veces, el principio es el final. Por eso el libro «La ruta del litio, voces del agua» se puede leer de atrás para adelante o de adelante hacia atrás. Tampoco tiene un único orden de lectura porque todas estas historias están unidas pero, a la vez, cada una es única. Una especie de “Elige tu propia aventura”.
Segunda certeza: la historia es dinámica. Nos lleva y nos trae. La hacemos. La construimos.
Nos encontramos cada una por su rumbo, pero en una misma ruta documentando lo arrasado (los impactos que produce la megaminería en las comunidades afectadas) y nos juntamos, más tarde, para esbozar una nueva ruta colectiva, como quien traza una idea, una búsqueda, un camino posible de todos los caminos posibles. Este transitar nos fue llevando por múltiples lugares que no pensábamos, que no advertíamos y que ni siquiera imaginábamos.
A veces para entender hay que detenerse, hacer un alto en la huella, reparar lo que se rompió, buscar lo que se extravió, lo que se silenció. Entrelazar, unir, escuchar, preguntar.
Tercera certeza: lo importante es escuchar.
Por eso esta ruta no va a empezar por el principio, pero sí por el origen: porque aunque no sepamos el momento exacto en el que empieza a construirse la memoria, encontramos algunos indicios, algunas pistas y queremos compartirlas.
Y sabemos que esta historia tampoco se termina acá. Porque mientras la escribimos, las comunidades que nos recibieron, y que nos mostraron sus lugares, sus cosmovisiones y sus vidas, están resistiendo en las rutas y en las calles, en los territorios más inhóspitos y en las ciudades ante el avance nefasto de lo impensado. Comunidades que defienden los bienes comunes, la tierra, el agua, el aire, las memorias que allí habitan desde tiempos antiguos. Los defienden de la depredación y la destrucción que las corporaciones, en connivencia con los estados nacionales y provinciales, llevan adelante para condenarnos una vez más a ser un país productor de materias primas a costa de nuestras existencias. Haciéndonos esclavas y esclavos de nuestro porvenir.
Cuarta certeza: las comunidades defienden los bienes comunes por todos y todas nosotras. Y para quienes no han nacido aún.
Eduardo Galeano, hace ya muchos años, decía en su libro Las venas abiertas de América Latina que la pobreza de los pueblos era proporcional a la riqueza de sus tierras. Que la historia del subdesarrollo en América Latina era producto de la historia del desarrollo del capitalismo mundial. Tenía razón.
Por eso esta historia del saqueo también va a hablar del sufrimiento que produce en nuestros cuerpos, en nuestras vidas e historias que siguen siendo sometidas, explotadas, violadas, mutiladas, envenenadas, reventadas por habitar territorios donde aún queda naturaleza. Territorios donde los bienes comunes para éstas y las futuras generaciones son objeto de la codicia del norte global con el fin de conservar su bienestar, como si el mundo estuviera dividido en categorías donde unos seres valen más que otros. El colonialismo de antaño se materializó en un capitalismo que utiliza el extractivismo desmesurado para sobrevivir a toda costa. A cambio, entregan promesas de progreso, espejitos de colores, contaminación, sequía, enfermedades, pobreza, desalojos y represión.
Quinta certeza: son sobrados los datos para decir que la minería de litio no es sustentable, la explote quien la explote.
Sabemos que existen muchas maneras de armar una cartografía que desnude una vez más la invasión y vulneración de derechos que sufre una gran parte de nuestras poblaciones en el norte argentino. Nosotras elegimos una posible.
En este libro nos proponemos, entonces, contar una de esas historias del saqueo. Una ruta del litio donde narrar las resistencias y existencias, las vidas que están en juego, las memorias de ecosistemas, biodiversidades y comunidades que trascienden la humanidad y que hoy están en peligro por la megaminería.
Última certeza: el agua vale más que todo.
*Para obtener el libro escribir a [email protected]
Fuente: https://rebelion.org/voces-rostros-y-comunidades-que-dicen-no-a-la-mineria-de-litio/
Qué Abya Yala
Con los gobiernos tanto progresistas como desembozados neoliberales garantizando la desertificación camuflada de modernidad y progreso.
Historia y presente/ Ofensiva del sistema mundo capitalista / Alternativas emancipatorias
Historia y presente
El término Abya Yala es en sí mismo un símbolo de identidad y respeto hacia las raíces de los pueblos originarios; y en ese sentido, el poema Abya Yala Wawgeykuna (Hermanos Americanos), originario del pueblo Quechua de Argentina, hace un llamado a la unidad de los pueblos a mantener presente su origen y a continuar su camino siguiendo las huellas de sus ancestros. Tal como su título indica, Abya Yala Wawgeykuna.
Artes, saberes y vivencias de indígenas americanos, el libro que sostienen en sus manos es un tributo a la filosofía de ese poema, pues intenta plasmar el pasado y el presente de distintos pueblos originarios: sus modos de vida, sus manifestaciones artístico-culturales, sus creencias… y al fin y al cabo, su identidad. Leer
Estamos sumidos en una inflexión histórica como país, como continente y como mundo. El sistema capitalista local e imperialista maximiza el acaparamiento de tierras y otros bienes comunes hasta el extremo de arrasar la Cordillera, los océanos, los bosques nativos y las selvas. Es hora de generalizar la percepción (conocimiento y posicionamiento) sobre por qué es central el enfoque extractivista en vez del economicista para ello examinemos las siguientes respuestas de quien desde hace años desorienta abajo a la izquierda ante problemas fundamentales.
Entrevista con Claudio Katz: Neodesarrollismo, ¿crónica de una década pasada?
Por Darío Clemente y Facundo Lastra
El artículo que sigue es una versión adaptada del prólogo-entrevista de Claudio Katz al libro El neodesarrollismo en el Cono Sur: ¿crónica de una década pasada? Correlación de fuerzas y modelo de desarrollo en Argentina y Brasil, coordinado por Darío Clemente y Mariano Féliz y publicado recientemente por El Colectivo y Casa de las Américas. En este enlace se puede adquirir el libro a precio promocional.
DC / FL
¿Qué fue el neodesarrollismo? ¿Un momento político, una relación de fuerzas o un modelo de inserción del capitalismo periférico en el Cono Sur?
CK
El neodesarrollismo fue el modelo económico de algunos países bajo gobiernos del ciclo progresista. Por lo tanto, correspondió a un momento político y a la relación de fuerzas que sucedió a los gobiernos derechistas y a los modelos neoliberales previos. También antecedió a la restauración conservadora posterior. Pero esta ubicación cronológica es tan solo el punto de partida. Porque hay distintas miradas sobre qué es el neodesarrollismo. Yo adscribo a la que lo considera una variante de política económica de la heterodoxia o del keynesianismo en los países dependientes.
De la misma forma que el desarrollismo era la concepción de las burguesías nacionales de los países latinoamericanos en la posguerra, el neodesarrollismo expresa sectores de una burguesía «local» —ya no nacional—vinculados a la producción, al mercado interno y a la industria. En tanto política económica, también coincidió con mejoras sociales, aunque sin el acompañamiento necesario de redistribución de ingresos. Para pensar el neodesarrollismo lo mejor es siempre imaginarse un primer Kirchner o Lula en Brasil.
Creo que el neodesarrollismo se puede analizar en tres planos. El primero es conceptual: se trata de una concepción cuyos defensores la vinculan a una mayor intervención del Estado, que desarrolla políticas económicas heterodoxas, que busca retomar la industrialización, que intenta reducir la brecha tecnológica e imitar el sudeste asiático. Este conjunto de cinco características ya demuestra la distancia existente con el desarrollismo clásico, porque no pone el acento ni en la confrontación con el agronegocio ni en la existencia de un enfoque centro-periferia.
En el viejo desarrollismo estaba bien presente la idea de industrializar a los países y sustraerlos de la vieja estructura agroexportadora, mientras que aquí eso en el mejor de los casos está matizado. Tampoco le asignan a la inserción periférica en el capitalismo mundial, a ese condicionamiento externo que era el eje del desarrollismo, la misma gravitación. Hay una idea más pragmática, de repetir de alguna manera la que fue la experiencia asiática antes de China. Hay una tesis de que la globalización entraña beneficios y pérdidas y que uno tiene que saber encontrar el lugar para aprovechar los beneficios para el propio desarrollo; utilizar, como decía siempre Aldo Ferrer, la globalización a favor del propio país.
La considero una mirada muy endogenista, en el sentido que parecería que estableciendo una política acertada uno despeja el camino para el desarrollo. Hay una fuerte influencia de lo que fueron varias décadas de la CEPAL tecnocrática, distinta a la CEPAL original. En cierto sentido, fue esta CEPAL la que inspiró el pensamiento neodesarrollista y se trata de una matriz que explica los tantos parentescos de este pensamiento con el neoliberalismo, la falta de una ruptura radical con ello, de una batalla frontal.
El segundo elemento sería lo singular, es decir, qué tiene de específico el neodesarrollismo. Y aquí yo creo que sí hay similitudes con el desarrollismo: nuevamente, se trata de un programa económico de economías medianas con rentas agroexportadoras. No existe el neodesarrollismo en los países desarrollados. No existe ni en Francia ni en los Estados Unidos, pero tampoco en Haití. Es un tipo de política económica de países con economía mediana, las semiperiferias, las cuales tienen el problema de siempre de aproximarse a los países desarrollados mediante la industrialización limitando las obstrucciones históricas en avanzar hacia eso.
El tercer elemento lo puedo explicar a partir de lo que dice Bresser-Pereira, quizás el principal exponente del pensamiento neodesarrollista. Bresser, desde una perspectiva sociológica, insiste mucho sobre el hecho que lo que obstruye el crecimiento de nuestros países es la inexistencia de un funcionariado eficaz e independiente, en vinculación con la presencia de una burguesía timorata, lo cual acentúa el subdesarrollo. Construir esa burocracia es el objetivo político.
Aquí se ve otro elemento central de lo que es el neodesarrollismo, es decir, que se trata de una política económica en busca de ejecutores. Esa burocracia «weberiana» que debería emerger. El problema es que eso nunca acontece en países con una burguesía dependiente, como los latinoamericanos. Nunca ha ocurrido, hay un divorcio en el razonamiento. Es la vieja idea de las élites clarividentes de Jaguaribe.
Pero se podría sumar una variedad adicional de neodesarrollismo, más progresista o radical, que yo denomino «socialdesarrollismo». Se trata de experiencias de heterodoxia radical con mucho énfasis en el consumo para empujar una redistribución del ingreso, una política de regulación estatal más radical. En el neodesarrollismo no hay una estrategia de estatizaciones, a lo sumo, eso es una posibilidad. En el socialdesarrollismo sí existe esta estrategia, así como imposiciones tributarias a las clases dominantes. Algunos llegaron a considerar el socialdesarrollismo como antesala del socialismo en cuanto modelo de capitalismo de Estado, como el brasileño Valter Pomar.
DC / FL
¿El neodesarrollismo se terminó? ¿Estamos en una fase posterior?
CK
Aquí hay una contradicción, porque el neodesarrollismo fue sucedido por una restauración conservadora: Macri, Bolsonaro, Lenín Moreno, pero esta fase duró poco. Entonces el ciclo que puso fin al neodesarrollismo también feneció. Por ende, nos encontramos en una tercera etapa que es la más compleja de definir. Lo que sí está claro es que estos ciclos económicos dependen de ciclos políticos. (…)
RAZONES PARA ADVERTIR QUE HUBO CONSTANTE PROFUNDIZACIÓN DEL NEOLIBERALISMO DURANTE TODOS LOS 40 AÑOS DE LA DEMOCRACIA ESENCIALMENTE ANTISUBVERSIVA
Partamos de quien menosprecia la centralidad del régimen extractivista en las reales y efectivas desertificación, desindustrialización y empobrecimiento estructural de una considerable mayoría como prueban el 60% de los menores de 17 años y casi el 80% de la ancianidad que han sido desposeídos de todos sus derechos cuando los 40 años concluyeron en 2023. Es un economista más estudioso de la política económica capitalista y más reflexivo sobre su complejidad que Claudio Katz. En efecto, Rolando Astarita explica:
Sobre la crisis y el «desarme» del kirchnerismo
2 de octubre de 2023
Por Rolando Astarita
Una explicación de la crisis del kirchnerismo: los grupos económicos y la oligarquía impusieron su programa económico, un Plan Austral perpetuo, desde 1976 a la fecha. Ese programa contempla estallidos sistemáticos, recurrentes crisis cambiarias e híper devaluaciones. Ante esta situación, y con la excusa de “hoy no se puede”, el cristinismo abandona toda voluntad de pelea y llama a la unidad nacional con los que imponen ese programa desde hace medio siglo. Es la interpretación de Alejandro Horowicz en “Las recetas de siempre, pero con otro packaging” en La Nación 30/09/2023.
Un abordaje parecido es el de Fernando Rosso en “Sobre derrotas y desarmes”, editorial de Izquierda Diario, y escrito a propósito del libro de Horowicz El kirchnerismo desarmado. La larga agonía del cuarto peronismo. Rosso coincide con Horowicz en que a partir de 1976 se impuso un plan económico y político de saqueo, endeudamiento externo, fuga de capitales, y nuevos y mayores endeudamientos. Con la precisión de que detrás de ese plan siempre estuvo el FMI. En este contexto, continúa el razonamiento, la democracia se sostiene a condición de no apartarse del programa “perpetuo”. Y concluye: “Traducido a la política en general y al kirchnerismo en particular, [Horowicz] está diciendo algo muy profundo y crudo: [el kirchnerismo] no está solamente derrotado, sino que está desarmado en su voluntad de pelea. (…) Personalmente creo que el diagnóstico es bastante certero”.
Programas y políticas económicas, no fueron todas iguales
Discrepo con lo que dicen Horowicz y Rosso. En primer lugar, porque no es cierto que la clase capitalista (“el bloque de poder”) tenga como programa, o desee, los estallidos cambiarios y/o bancarios, y una elevada inflación. Es que las crisis cambiarias y las híperdevaluaciones van de la mano de desvalorizaciones masivas de capital. ¿Cómo se puede pensar que son deseadas o programadas, por los grupos económicos o los gobiernos capitalistas? No tiene sentido. Tampoco tiene sentido decir que el capital es partidario de mantener, durante décadas, elevadas tasas de inflación, o de que haya híper inflaciones recurrentes.
Pero, en segundo lugar, tampoco es verdad que las políticas y programas económicos de los últimos 50 años hayan sido iguales (planes “Australes”); o que tuvieran siempre la aprobación del gran capital o el FMI. Menos todavía se puede afirmar que las instrumentaciones de esos planes gozaron siempre de apoyo generalizado de las clases dominantes, o del FMI. Por ejemplo, el plan de Convertibilidad en principio no fue apoyado por el FMI. Más en general, el Fondo no recomienda regímenes de convertibilidad (o dolarizaciones) para bajar la inflación. Es necesario criticar al FMI y sus políticas, pero esto no puede hacerse desconociendo los hechos.
La especificidad del kirchnerismo
El problema de fondo con el planteo de Horowicz y Rosso es que se trata de una generalidad abstracta, esto es, carente de contenido. Como también es una generalidad abstracta decir que la causa de la larga crisis argentina es que todos los gobiernos aplicaron el programa del FMI (intervención de Myriam Bregman en el debate presidencial, 1/10/2023). Con explicaciones de este tipo no se explica nada. Si se dejan de lado las diferencias específicas, las contradicciones particulares, la crítica es externa a la materia tratada (de ahí el subjetivismo, las invocaciones a la voluntad de resistir, y semejantes) y solo convence a los convencidos.
En otros términos, la crítica al kirchnerismo debe ser interna. O sea, además de la crítica a su carácter de clase, hay que demostrar por qué y cómo el “K-modelo productivo e inclusivo” terminó en crisis. Después de todo, entre 2003 y 2012 Argentina no estuvo bajo la órbita del FMI; hubo años de alto crecimiento y mejora de los salarios; creció la participación del Estado en la economía y se amplió el mercado interno. Sin embargo, a partir de 2012 la economía se estancó. ¿Qué ocurrió? ¿El estancamiento se debió a que el gobierno “nacional y popular” aplicaba el enésimo plan Austral, dictado por el FMI y “los factores de poder”? La pregunta es retórica, pero llama a dejar de lado esa noche conceptual en la que “todos los gatos son pardos”.
Yendo al grano, lo hemos planteado en entradas anteriores, y lo reiteramos ahora: el kirchnerismo asumió que es posible sostener la demanda en base a gasto fiscal, financiado principalmente con emisión monetaria. O, en una formulación apenas distinta, que basta con promover la demanda para que aumente la inversión, se estabilicen los precios y se mantenga el balance del sector externo. Pero esto es lo que no ocurrió. Y no ocurrió por la sencilla razón de que así no funciona el modo de producción capitalista. De hecho, incluso en los años de mayor crecimiento económico la inversión nunca superó el 20% del producto bruto interno. Y hacia el 2012 el “modelo” entró en un impasse. La mejor manera de verlo es a través de los balances de la cuenta corriente (la balanza de pagos ha sido históricamente un punto neurálgico para el estallido de las crisis en Argentina).
Lo detallamos: en los siete años que van de 2003 a 2009 el superávit acumulado en cuenta corriente fue de US$ 41.849 millones. Pero en los seis años siguientes, entre 2010 y 2015, hubo un déficit acumulado de US$49.071 millones. Sin entrada de capitales que lo compensara –por el contrario, había fuga de capitales- entre diciembre de 2010 y diciembre de 2015 el Banco Central perdió reservas por US$ 26.760 millones. Subrayamos: estas evoluciones ocurrieron sin intervención del FMI. Tampoco se puede decir que semejante déficit figurara en los programas o reclamos de las cámaras empresarias de Argentina.
De manera que hacia el final del segundo gobierno de CFK la situación del sector externo era crecientemente insostenible. De ahí lo ocurrido bajo el gobierno de Cambiemos: entre 2016 y 2018 el acumulado en cuenta corriente fue negativo en otros US$ 73.400 millones. El gobierno buscó financiarlo con la entrada de capitales especulativos. Pero al agravarse el déficit la economía estalló: en los primeros meses de 2018 los fondos especulativos comenzaron a salir precipitadamente, asumiendo en muchos casos importantes pérdidas. De ahí la mega devaluación, la mayor inflación, la caída de los salarios y jubilaciones, y las renovadas fugas de capitales. Pero ésta no fue una situación buscada a propósito por el gran capital (otra suerte de «plan Austral»), sino el estallido de contradicciones tan incontenibles como objetivas.
Otro ejemplo de crítica “interna”
En este breve apartado presento otro ejemplo de la importancia de diferenciar teorías y programas, y de la necesidad de la crítica interna. Se refiere a la llamada Teoría Monetaria Moderna, una suerte de enfoque cartalista – keynesiano que dice que el financiamiento monetario de los déficits no deprecia la moneda ni genera presiones inflacionarias. Basándose en ella economistas kirchneristas justificaron en su momento la emisión monetaria para cubrir déficits fiscales. Evidentemente, no se puede atribuir tal posición al FMI o a la ortodoxia monetarista. Esa sería una crítica no solo externa, sino también desatinada. Por lo cual es necesario adentrarse en los razonamientos de la TMM y las evidencias empíricas o históricas que alega en su defensa, y a partir de allí desarrollar la crítica.
La necesaria crítica del keynesianismo bastardo
Los análisis deben interiorizarse de los rasgos específicos que, enmarcados en la teoría “general” (por caso, la teoría de la plusvalía; de la acumulación capitalista) permiten entender cómo se particularizan los universales. O sea, se trata de llegar a la totalidad concreta, plena de determinaciones. Una cuestión relevante en la crítica del “keynesianismo bastardo”.
Es que el fracaso de los experimentos progre-estatistas-populistas suele tener consecuencias graves y duraderas, ya que desmoralizan y desorientan a la militancia y a las masas trabajadoras, y allanan el camino a las políticas de la derecha. Al respecto, en una nota anterior escribíamos “autores poskeynesianos dicen, con razón, que este tipo de populismo económico “comúnmente ha sido legitimado por un cierto tipo de ‘keynesianismo’ que da énfasis exclusivo a la demanda efectiva… y recomienda el uso indiscriminado de política fiscal y déficit fiscal como medios de estabilización cíclica”. Se lo conoce como keynesianismo bastardo porque, de hecho, ni siquiera Keynes abogó por tales políticas. Mucho menos se puede decir que las mismas tengan algo que ver con lo que propone el marxismo (de Marx)”.
En definitiva, lo que se interpreta como “desarme” y “falta de voluntad para resistir” por parte del kirchnerismo no es más que la manifestación de las limitaciones y contradicciones del estatismo nacionalista burgués, o pequeñoburgués. De hecho, su programa ya no podía responder al cuadro económico que enfrentaba el gobierno K a fines de 2015. No pudo dar respuesta entonces, menos lo puede ahora. Pero para comprender estos procesos hay que salir de las explicaciones reduccionistas, o simplistas (todo es culpa del FMI; durante medio siglo se aplicó el mismo Plan Austral, etcétera). Esas generalizaciones vacías llevan a un callejón sin salida, y debilitan el discurso crítico.
Fuente: https://rolandoastarita.blog/2023/10/02/sobre-la-crisis-y-el-desarme-del-kirchnerismo/#more-12676
Necesitamos, por un lado, facilitar a las diversidades de abajo independizarse de los progresistas e izquierdistas electoraleros que desde décadas movilizan para exigir derechos al gobierno de turno y acabar con la subordinación del país al FMI así como del pago de servicios de la deuda externa pública. Si bien hoy conducen el basta de maximizar la opresión-represión se lo atribuyen a Milei y por tanto, con echarlo se soluciona el problema.
Por otro lado, nos urge responsabilizar al Partido Justicialista por las actuales emergencias socioeconómica del 90% en Argentina y la socioecológica cuya manifestación más rotunda es la climática demostrando esta última cómo el modo capitalista de mercantilización de la naturaleza en el Sur Global tiene consecuencias planetarias. En efecto, el PJ fue el imprescindible garante de la gobernabilidad durante los 40 años, sin interrupción alguna, de continuidad en la profundización de la Miseria Planificada como Rodolfo Walsh acusó a la Junta Militar en 1977 ¿Qué se legalizó y legitimó durante los 40 años? La acumulación gran capitalista local e imperialista por expropiación de los bienes comunes sociales y naturales o sea por expansión de los extractivismos que son ecocidios con sus consecuentes genocidios silenciados e invisibilizados por el capitalismo.
Apreciemos lo que escribe el doctor en ciencias humanas Horacio Machado Aráoz bajo el subtítulo “Neoliberalismo o la geopolítica del Imperio. Una genealogía del ‘boom’ minero de los noventa” *:
(..)Al conectar el auge minero con la geopolítica del neoliberalismo y remontar sus orígenes a la crisis del régimen de acumulación de posguerra, se busca también poner de relieve algunos aspectos no suficientemente destacados de tales procesos, a saber, en primer lugar, la importancia política determinante que la cuestión ecológica en general, y los conflictos ecológico-distributivos en particular, adquirieron en la gestación y manifestación de dicha crisis. En segundo lugar, esta mirada permite apreciar en qué medida el neoliberalismo –considerado como expresión de las estrategias de resolución a la crisis sistémica de los setenta ensayadas desde los centros mundiales de poder–, puede ser entendido, en última instancia, como una profunda reorganización socio-territorial de la acumulación a escala global (imperialismo ecológico) esto es, a reasegurar a los centros mundiales de consumo y acumulación el control, acceso y disposición de los “recursos naturales” claves para la reproducción del sistema. En tercer término, el enfoque propuesto lleva a resaltar la importancia eco-geopolítica de América Latina en el sistema de acumulación mundial, lo que se manifiesta tanto por su rol en el proceso de luchas desencadenante de la crisis, como luego, en tanto ámbito socio-territorial clave de experimentación y consolidación del Neoliberalismo. Así, la ecología política del boom minero de los noventa lleva a considerarlo como producto resultante de la geopolítica del neoliberalismo.
Desde esta visión, tanto el auge minero, como el conjunto de políticas que significaron y permitieron la abrupta radicación del complejo primario-extractivo exportador en la región, deben analizarse como partes y emergentes de la crisis y recomposición del esquema de dominación y acumulación global ocurrido hacia los setenta; crisis que, precisamente, tiene por epicentro –y que, en lo sucesivo, pone como eje clave de las disputas geopolíticas– el dominio y control sobre los “recursos naturales”.
La década del setenta, marca precisamente la irrupción de la “problemática ambiental” en la agenda política mundial. Como no ha sido suficientemente profundizado aún, la problemática ecológica en general, y los conflictos ecológico-distributivos en particular, tienen una incidencia políticamente decisiva en la configuración de la crisis definitiva del keynesianismo/fordismo.
Si bien James O’Connor -referencia obligada en este punto– ha sido uno de los primeros en vincular directamente la crisis de los setenta a lo que denomina la “segunda contradicción estructural del capital” (1991), un análisis histórico geográfico de esta cuestión, situado desde la periferia del sistema mundo, permite ir más allá del planteo general y ahondar en el rol determinante del imperialismo ecológico como componente necesario del imperativo de la acumulación, y lleva además, a resaltar el papel que, en ese sentido, han jugado América Latina y la “cuestión minera” en el específico proceso de manifestación y resolución ulterior de la crisis del régimen de acumulación de posguerra.
En efecto, el extraordinario ciclo de tasas altas y sostenidas verificadas en el mundo en general durante los “años dorados” de la posguerra involucraron un inusitado incremento de las tasas de explotación de los “recursos naturales”, un aumento sustancial de los ritmos de extracción y consumo de bienes y servicios ambientales, así como la aceleración de la producción de desechos y de contaminación en general. Esa escalada expansionista de la producción y el consumo estuvieron alimentadas por diversas razones políticas, entre ellas, la confrontación geopolítica con el bloque soviético, la competencia intercapitalista entre las potencias occidentales, y la importancia creciente que –especialmente en las sociedades capitalistas–, asumirá por entonces el consumismo, como factor político de contención de las luchas de clase y de la ecuación general de gobernabilidad del sistema.
En ese marco, tuvieron lugar también los crecientes esfuerzos desarrollistas e industrialistas esbozados por las economías periféricas, bajo el impulso de los procesos de descolonización formal en África y Asia, y las pretensiones de “soberanía económica” asumidas por diversos regímenes nacional-populistas en América Latina. Tales intentos implicaron un soterrado cuestionamiento a la división internacional del trabajo históricamente establecida entre potencias industrializadas y economías dependientes proveedoras de materias primas, e involucraron un creciente foco de tensiones en torno al control sobre las fuentes de energía y de bienes primarios estratégicos, poniendo, en lo sucesivo, a los conflictos ecológico-distributivos en el eje de la confrontación Norte-Sur. (…)
* libro “La naturaleza colonizada. Ecología política y minería en América Latina” (Buenos Aires: CLACSO, agosto 2011).
Fuente: https://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20120319035504/natura.pdf
Ofensiva del sistema mundo capitalista
Advirtamos cómo se pregona el desarrollo gran capitalista e imperialista de China. Que comparte con Occidente la concepción tanto de territorio y agricultura como de pobreza y también los objetivos internacionales.
Guangxi: un modelo de desarrollo
desconocido pero espectacular
14 de febrero de 2024
Por Jan Jonckeere / Rebelión
Traducido del neerlandés para Rebelión por Sven Magnus
La región de Guangxi, en el sur de China, está asolada por la pobreza, pero los niveles de desarrollo se disparan como una flecha. ¿Cuál es el secreto de este espectacular modelo de desarrollo? Jan Jonckheere, experto en China, realizó un viaje de estudios por la región en busca de respuestas.
Política de doble vía
Guangxi es una región autónoma en el sur de China. Alberga a casi 50 millones de personas de diversos grupos étnicos. La zona es montañosa y se caracteriza por los llamados paisajes kársticos, de los que Guilin es el más conocido.
Es una región azotada por la pobreza, su PIB por habitante es 40 veces menor que el de España. En 2015 Guangxi tenía 6,3 millones de personas en extrema pobreza, es decir, el 13% de la población. El gobierno chino decidió hacer frente a esa situación de pobreza y subdesarrollo. Surgió una política de doble vía.
Por un lado, un proyecto de alivio de la pobreza a gran escala se unió a una fuerte inversión económica y tecnológica en la región. Por otra parte, se fomentó enérgicamente la cooperación comercial y económica, principalmente con los países del Sudeste Asiático.
Reducción de la pobreza e inversión económica y tecnológica
Con la ayuda de organizaciones internacionales como el Banco Mundial, el gobierno diseñó un plan a gran escala para luchar contra la pobreza. Envió un ejército de investigadores a 5.000 pueblos para conocer la situación de cada familia. Introdujo los datos obtenidos en una base de datos para su procesamiento.
En los últimos cinco años Guangxi también ha trasladado a 710.000 personas de zonas inhóspitas a otros lugares. Por ello, casi todos los aldeanos que se mudaron pudieron encontrar trabajo cerca de su nuevo domicilio.
Uno de los aspectos más llamativos del programa de reducción de la pobreza fue la cooperación con la más próspera y vecina provincia de Guangdong.
Desde 2016 esta provincia más rica invirtió mucho dinero en proyectos de mitigación de la pobreza, que abarcaban infraestructuras, empleo, educación y sanidad. Estos proyectos e inversiones conjuntos permitieron mejorar las infraestructuras, como la construcción de carreteras para conectar pueblos aislados y mejorar el acceso a los mercados. Esto facilitó a su vez el comercio de productos locales e impulsó la actividad económica, lo que contribuyó a mejorar los medios de subsistencia de la población local.
Guangdong también envió de decenas a cientos de profesores, médicos y enfermeros a Guangxi. También se enviaron dos cuadros del Partido Comunista por distrito para supervisar y coordinar todo el asunto.
Un buen ejemplo de cooperación entre ambas regiones es el hermanamiento para la reducción de la pobreza de Shenzhen, una ciudad multimillonaria de Guangdon, con Hechi, la ciudad de Guangxi con mayor índice de pobreza. Se instó a las empresas de Shenzhen a invertir en Hechi. Decenas de escuelas de Shenzhen estaban conectadas con escuelas de Hechi y lo mismo ocurría con los hospitales.
Los presupuestos liberados para este proyecto de desarrollo a gran escala son cuando menos que impresionantes. En 2018 las empresas de Guangxi y Guangdong firmaron cientos de proyectos de cooperación con una inversión total de 394.000 millones de yuanes (55 mil millones de dólares). En comparación, el monto total de ayuda al desarrollo de todos los países ricos juntos el año pasado fue de 211.000 millones de dólares.
Las inversiones no solo se hicieron en el sector industrial. Se crearon cooperativas ganaderas para los agricultores que apenas llegaban a fin de mes cultivando maíz. Los jóvenes pudieron asistir a cursos de formación profesional.
Guangdong y Guangxi también han puesto en marcha un programa conjunto para reducir la pobreza mediante el desarrollo turístico de la región, con sus paisajes kársticos.
Estos programas no solo han ayudado a generar ingresos para personas que antes vivían en la pobreza, sino que también han contribuido a desarrollar capacidades y reforzar la economía local.
En desarrollo tecnológico Guangxi se ha centrado en la innovación y la cooperación con centros tecnológicos punteros, como el Parque Tecnológico de Zhongguancun, en Pekín. La creación de una zona de innovación en Nanning, la capital de Guangxi, ha propiciado el establecimiento de empresas de alta tecnología y el fomento de la investigación y el desarrollo.
Esa innovación tecnológica aprovecha al máximo la inteligencia artificial y los macrodatos. Basándose en esto, los billetes del metro, por ejemplo, se sustituyeron por una foto. Los drones están haciendo su aparición en la agricultura y, gracias a la IA, el riego inteligente, las cámaras, los sensores y los sistemas de temperatura controlados mediante smartphone y computación en la nube, se cultivan frutas y verduras a distancia.
De hecho, China prevé que cada vez habrá menos agricultores disponibles, por lo que la evolución hacia una agricultura de alta tecnología parece inevitable.
El sector público tampoco va a la zaga del desarrollo tecnológico. En la actualidad hay 7.000 autobuses eléctricos, pero Nanning planea sustituir esta flota por autobuses propulsados por hidrógeno.
Puerta del Sudeste Asiático
Una parte importante de ese comercio corresponde a productos agrícolas y en él se observa un cambio del comercio tradicional de fruta fresca a productos alimentarios transformados. Las exportaciones de turismos eléctricos, baterías de ion y litio y placas solares también experimentaron un fuerte aumento.
Guangxi se ha posicionado en pocos años como uno de los principales actores de la cooperación regional y el comercio en el Sudeste Asiático, lo que a su vez contribuye al desarrollo económico de la región.
Potente modelo de desarrollo
Mediante una combinación de inversión pública, cooperación con una próspera provincia vecina y desarrollos innovadores, Guangxi ha experimentado una impresionante transformación.
Los resultados son espectaculares. En menos de una década, no solo se eliminó la pobreza extrema, sino que la región dio un salto adelante en términos de desarrollo económico e innovación tecnológica. De ser una región agrícola atrasada, ha pasado a convertirse en un importante socio comercial del Sudeste Asiático.
Guangxi está preparada internamente para pasar de la mitigación de la pobreza a la reactivación de sus zonas rurales. Para ello, no dudará en emplear soluciones inteligentes. Ahora sólo se hace internamente, pero más adelante también lo ofrecerán a los países de la ASEAN y a los Estados situados a lo largo de las nuevas Rutas de la Seda.
El modelo de desarrollo occidental para los países del Sur Global se basa en gran medida en la financiación de ONG extranjeras centradas en proyectos principalmente locales. Dejando a un lado algunas excepciones, esto no aporta mucho más que algunos retoques en los márgenes.
A pesar de todas las buenas intenciones -supongámoslo así- y de los miles de millones de ayuda al desarrollo, los países del Sur global siguen atados a su papel de exportadores de materias primas baratas e importadores de productos acabados y tecnológicos caros, y, por tanto, siguen siendo pobres.
Aquí vemos un modelo de desarrollo mucho más potente. Desde los años 80, China ha sido responsable de tres cuartas partes de la erradicación de la pobreza extrema en todo el mundo y ha logrado salir del subdesarrollo económico y tecnológico. Da que pensar.
Artículo original: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2024/02/08/guangxi-een-onbekend-maar-spectaculair-ontwikkelingsmodel/
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y Rebelión como fuente de la traducción.
Fuente:https://rebelion.org/guangxi-un-modelo-de-desarrollo-desconocido-pero-espectacular/
Afirmémonos contra ese progreso gran capitalista e imperialista de China y Occidente porque si bien la primera no participa apoyando a Israel-EE.UU. en estos cinco meses está expandiendo en el Sur Global a los extractivismos o ecocidios-genocidios. Reflexionemos sobre:
Genocidio y ecocidio en Palestina
19 de febrero de 2024
Por Renán Vega Cantor |Rebelión
Ante nuestros ojos se lleva a cabo el genocidio del pueblo palestino por parte del Estado sionista de Israel, con su cortejo de muerte, destrucción y desolación, y con la participación directa del “mundo libre y civilizado”, encabezado por Estados Unidos y seguido por la Unión Europea.
De ese genocidio tenemos macabras noticias a diario, porque este es el primer acontecimiento de estas dimensiones que es grabado y transmitido por los propios seres humanos que son masacrados y no por falsimedia mundial que, obviamente, opera a favor de los lobbys sionistas de occidente y pretende legitimar los crímenes de Israel a nombre de su pretendido derecho a la autodefensa.
Junto al genocidio, Israel es responsable de un infanticidio premeditado, con el fin de exterminar a los niños ‒modernizando el mito bíblico de Herodes, que buscaba eliminar a todos los infantes de Belén para matar a Jesús‒, lo cual se rubrica con la muerte de 10.000 niños palestinos hasta el momento de la actual escalada genocida. También es responsable de un memoricidio, para erradicar la historia de los palestinos y vaciar el paisaje humano de las tierras robadas y ocupadas.
Hay otros genocidios que se están realizando y de los que poco se habla: los de la tierra, el agua, el medio ambiente y el clima. Y señalarlos no es ninguna exageración, es una brutal realidad.
En efecto, los bombardeos indiscriminados que realiza Israel destruyen todo lo que encuentran a su paso, seres humanos, seres vivos, arrasan con las fuentes de agua y las contaminan, siembran en la tierra, por décadas o siglos, elementos químicos contaminantes (entre ellos el fosforo blanco y el gas mostaza) que impiden la regeneración natural del suelo.
A la par existe una política ecocida planificada por parte de Israel, en la que se conjugan como aniquiladores complementarios las fuerzas armadas y los colonos invasores, encaminada a destruir las fuentes de subsistencia de los palestinos. Desde 1967 se ha procedido a arrasar con los olivares, cultivo milenario de la región y símbolo que identifica al pueblo palestino, los cultivos de subsistencia (higos, almendros, árboles frutales), los árboles nativos (robles, algarrobos y espinos) y matar a los animales domésticos (cabras, ovejas, caballos, burros…) que producen carne y leche o sirven como elemento de carga.
Israel como parte del arrasamiento de la historia y cultura palestina ha procedido a cambiar el paisaje mediante la depredación de la fauna y vegetación local y la siembra de pinos europeos, que les resultan familiares. Esto reduce la biodiversidad y genera incendios porque esos pinos secan la cobertura vegetal y producen resinas de fácil combustión. Esos incendios son más frecuentes debido al aumento de las temperaturas y las constantes olas de calor en el Mediterráneo.
Otro componente del ecocidio sionista (hidrocidio) se sustenta en la apropiación de las aguas de la tierra palestina, junto con su contaminación, lo cual genera un apartheid hídrico. Esto se ve agravado ahora mismo por los bombardeos criminales que han contaminado las pocas aguas que le quedaban a los palestinos, ha destruido sus acueductos y, al dejarlos sin electricidad ni combustible, impide el funcionamiento de las plantas de tratamiento de aguas residuales, y esto obliga a la población a consumir aguas pestilentes o salinas, procedentes del mar. Esto produce ese genocidio sanitario, del que poco se habla, con la generalización de epidemias estomacales, sobre todo de niños, por diarrea y desnutrición, que aumenta la enfermedad y la muerte. De la misma manera, esas carencias tienen un efecto sanitario e higiénico porque la escaza agua de consumo diario es impotable y los pocos hospitales que quedan no disponen de agua limpia.
Y esta otro genocidio, de índole climática (climaticidio o asesinato climático), directamente producido por la acción bélica de Israel y el suministro de armas de Estados Unidos y la Unión Europea. En la larga cadena de impunidad climática deben considerarse los impactos de la vasta red asesina que incluye desde la producción de armas y artefactos bélicos hasta su uso en territorio palestinos. Algunos pocos datos son ilustrativamente demoledores: en los dos primeros meses de esta actual arremetida de Israel (7 de octubre a 7 de diciembre) fueron arrojadas 60 mil toneladas de explosivos (a un promedio de 42 bombas por hora), equivalentes a cuatro bombas atómicas de las que fueron arrojadas en Japón en 1945. Esto genera una emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) superior a la que producen los 20 países más vulnerables al cambio climático. Esto liberó 281.000toneladas métricas de CO2, el 99% por el ejército de Israel, como producto de los bombardeos y de la invasión por tierra a Gaza. Este es el equivalente a quemar 150.000 toneladas de carbón, que proceden de los bombardeos aéreos y el uso de artillería y tanques, que utilizan combustibles fósiles, siendo una fuente importante los vuelos militares procedentes de Estados Unidos, que llevan toneladas de armas a Israel. Esos 200 vuelos de carga y 20 buques han entregado 10.000 toneladas de material bélico a Israel en los dos primeros meses del genocidio en marcha. Estos vuelos consumieron 50 millones de litros de combustible y arrojaron a la atmosfera 133.000 toneladas de CO2.
Los bombardeos generan polvo, escombros, desertificación, destrucción de acuíferos, vertido de miles de toneladas de desechos sin tratamiento al mar, destrucción de almacenes de productos biológicos y químicos, indispensables para la vida diaria, que generan efectos imprevisibles y múltiples incendios, todo lo cual tiene un impacto inmediato de índole climática y ambiental. El otro impacto ambiental y climático es el que generan los cadáveres insepultos de miles de seres humanos y animales que yacen bajo los escombros.
Ahora bien, no solo es el impacto climático actual del genocidio sino sus efectos futuros. Así, la eventual reconstrucción de la infraestructura física en Gaza supone la producción de enormes cantidades de cemento, hierro, materiales metálicos, con la consiguiente generación de GEI. Se calcula que la reconstrucción de 100.000 edificios destruidos emitirá unos 30 millones de toneladas métricas de dióxido de Carbono. Esta cifra es equiparable a las emisiones anuales de CO2 de Nueva Zelanda y superior a la de otros 135 países.
En conclusión, el genocidio-ecocidio de Palestina demuestra que las modificaciones climáticas no son fenómenos naturales, sino que son resultados de acciones políticas y económicas. En este caso, la vulnerabilidad climática se explica por el colonialismo, el despojo de bienes naturales (tierras, aguas, cultivos), la limpieza étnica y, sobre todo, la guerra permanente de Israel contra el pueblo palestino.
En este sentido, se hace necesario repolitizar el análisis del clima y el medio ambiente e inscribirlos dentro de la lucha por la liberación de la tierra palestina y la justicia climática.
Publicado en papel en El Colectivo, Medellín, febrero de 2024
Fuente: https://rebelion.org/genocidio-y-ecocidio-en-palestina/
Alternativas emancipatorias
Valoremos cómo maduran las resistencias en re-existencias.
Colombia_CRIC 53 años:
Toda una vida de lucha y resistencia
26 de febrero de 2024
Territorio Sa’t Thama Kiwe, Pueblo Nuevo, Caldono, Cauca, El Consejo Regional Indígena del Cauca, conmemora con orgullo y compromiso 53 años de ardua labor en defensa de los derechos y territorios de los pueblos indígenas. Desde su fundación, el CRIC, ha sido la voz política y estratégica de las comunidades indígenas que se niegan a desaparecer ante la opresión y el despojo.
Orígenes y Propósitos
El CRIC, surge como respuesta a la necesidad de sensibilizar y organizar a las comunidades indígenas que enfrentaban la usurpación de las tierras y la negación de las identidades. Desde entonces, se ha trabajado incansablemente para reivindicar los derechos ancestrales, la autonomía territorial y el reconocimiento de las culturas indígenas.
Avances y Desafíos Actuales
A lo largo de estos años, el CRIC ha logrado importantes avances en la defensa de los territorios, el ejercicio del Gobierno Propio y el desarrollo de economías autónomas. Sin embargo, aún se enfrenta desafíos, así como la necesidad de enfrentar el conflicto armado que afecta a las comunidades y territorios indígenas.
Programación de la Conmemoración
La conmemoración de estos 53 años de lucha estará marcada por una serie de actividades que incluyen orientaciones políticas, diálogos sobre territorio y gobernabilidad, análisis de procesos de paz y visitas a iniciativas productivas comunitarias. Estas actividades buscan fortalecer la unidad, la autonomía y la resistencia de los pueblos indígenas frente a los desafíos actuales.
La programación de esta conmemoración está diseñada para abordar temas cruciales que impactan directamente en las comunidades indígenas y en la defensa de sus derechos. Destacan las siguientes orientaciones políticas y diálogos:
https://www.youtube.com/embed/ROQOZnvPtA8?version=3&rel=1&showsearch=0&showinfo=1&iv_load_policy=1&fs=1&hl=es&autohide=2&wmode=transparent Orientación Política en torno al Informe de Afectaciones del Conflicto Armado:
¡Entonces Hablamos! y 50 Voces – José Domingo Caldon y Axel Rojas ofrecerán una perspectiva esclarecedora sobre las afectaciones del conflicto armado en las comunidades, así como la importancia de escuchar y visibilizar las voces de aquellos afectados.
Territorio y Territorialidad – Álvaro Mejía y Olinto Mazabuel guiarán en un análisis profundo sobre la relación de los pueblos indígenas con los territorios ancestrales y la importancia de preservar y defender las tierras sagradas.
Gobernabilidad – Gilberto Muñoz y Ana Graciela Tombé invitarán a reflexionar sobre los desafíos actuales en materia de gobernabilidad en los territorios, así como las estrategias para fortalecer las estructuras de Gobierno Propio.
Apuestas Políticas de la Guardia Indígena por el Cuidado y Defensa de la Vida y el Territorio – Oveimar Tenorio Coordinador político de la Guardia Indígena CRIC- N compartirá las estrategias y acciones que están llevando a cabo para proteger la vida y el territorio frente a diversas amenazas.
Política de Paz Total y Proceso de Diálogos Humanitarios para la Vida con Perspectiva de Paz CRIC – Alejandro Casamachin y Otty Patiño brindarán información crucial sobre el proceso de paz liderado por el CRIC-N y los esfuerzos para alcanzar una paz estable y duradera en nuestros territorios.
Orientación Política y Metodológica sobre las Economías Propias de los Territorios – ATEA (Autoridad Territorial Económico Ambiental) nos proporcionará herramientas y estrategias para fortalecer las economías locales y promover el desarrollo sostenible en los territorios.
Invitación a la Reflexión
El CRIC, invita a todas las personas comprometidas con la defensa de los derechos indígenas y la construcción de paz a unirse a esta conmemoración y a sumarse a la lucha por un futuro de dignidad y justicia para todos los pueblos.
cric-colombia.org/portal/53-anos-cric-vidaresistencia-cauca-petro-indigena/
Masivamente las comunidades indígenas celebran los 53 años del CRIC
El 24 de febrero de 1971, en Toribio, 5 Cabildos crean el Consejo Regional Indígena del Cauca, nombrando el primer Comité Ejecutivo y como el primer presidente del CRIC, a Manuel Transito Sánchez del pueblo Totoroez. A partir de esta época y durante estos 53 años la organización y el movimiento indígena a vivenciado grandes cambios, el primero de ellos es que actualmente somos 139 cabildos y 11 pueblos indígenas agrupados sobre una plataforma de lucha que tiene 10 puntos y sobre los principios de la unidad, tierra, cultura y autonomía.
Este caminar de la organización liderada por indígenas de diferentes territorios y pueblos ha dejado el legado en la historia de Colombia, Latinoamérica y el mundo sobre los procesos organizativos del CRIC.
Esta historia la que queremos mostrar como un homenaje a todos esos líderes que nos han acompañado en este caminar y como memoria visible para que la conozcan las próximas semillas que están dentro de sus territorios.
En esta fecha tan especial el CRIC, quiere rendir tributo a los líderes y lideresas caídos en esta lucha, a los dirigentes mayores, guardias indígenas, mayores espirituales, mayoras y todo el movimiento indígena del Cauca, que con su pensamiento y acción han apoyado la consolidación social, cultural, económica y política de los pueblos indígenas de las comunidades indígenas de la organización CRIC.
En el territorio ancestral Sath Tama Kiwe resguardo de Pueblo Nuevo, Caldono. Se llevó a cabo la conmemoración de los 53 años de lucha, vida y resistencia del CRIC para continuar posicionando la palabra con dignidad y fortalecer la unidad como pueblos indígenas milenarios.
cric-colombia.org/portal/petro-colombia-cric-uribe-semana-campesinos-indigenas-nuevo/
53 años: De la palabra a la acción para la vida digna (…)
cric-colombia.org/portal/53-anos-cauca-cric-semillas-lmemoria-indigenas-petro-pueblo/
también editado en https://publicar.argentina.indymedia.org/?p=15932
reenviado por [email protected]
https://twitter.com/RedLatinaSinFro/
https://mastodon.bida.im/@RedLatinasinfronteras
Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2024/02/26/colombia_cric-53-anos-toda-una-vida-de-lucha-y-resistencia/
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Con datos y tecnología los indígenas protegen biodiversidad en Guyana
24 de febrero de 2024
Por Aleida Rueda| scidev.net
Aunque en muchos países del Sur Global ha habido intervenciones por parte de expertos externos para “beneficiar” o “enseñar” a las comunidades locales a cuidar sus recursos, investigadores indígenas de Guyana están innovando en la forma de enfrentar sus problemas ambientales y de salud al usar su propio conocimiento y capacidades.
Ninguno terminó la educación secundaria, pero se han convertido en técnicos de datos “en el terreno” porque participan en distintos proyectos en los que controlan todo el ciclo de los datos: desde establecer lo que hay que investigar, planificar y realizar un protocolo adecuado de recolección de datos, hasta analizar esos datos, comunicar los resultados a un público amplio y apoyar la toma de decisiones.
“La investigación tradicional es extractiva. Muchos científicos vienen, se quedan por un tiempo corto, toman datos, usan a la población indígena como colectores de datos baratos y luego esos datos desaparecen (…) así que mi perspectiva es de un compromiso de largo plazo; sin importar si hay financiamiento o no, mantenemos la relación para que los científicos indígenas tengan el control del proceso mismo de investigación”. (Andrea Berardi, investigador en sistemas de información ambiental de la Universidad Abierta, Reino Unido)
Estos técnicos de datos pertenecen a la comunidad indígena Makushi que habita la zona de humedales y sabanas del norte de Rupununi, en el suroeste de Guyana. Esta región es considerada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como una de las principales áreas silvestres tropicales del mundo y un “hotspot” ecológico, es decir, un lugar con concentración excepcional de especies nativas que enfrenta rápidas pérdidas de su hábitat natural.
Estas pérdidas se deben a amenazas como la minería, la tala de árboles, la construcción de caminos y carreteras, los incendios y las sequías, así como la agricultura industrial. Un informe de 2019 también describe otros problemas como la pesca exacerbada y la caza ilegal, que están mermando las poblaciones del paiche, el tapir, la iguana, el carpincho, el caimán y las tortugas, que son especies que cazadores externos venden para alimentar la demanda en zonas urbanas, países vecinos o zonas mineras.
Desde hace más de dos décadas, Andrea Berardi, investigador en sistemas de información ambiental de la Universidad Abierta, en el Reino Unido, se alió con comunidades indígenas de Guyana para identificar problemas y aportar soluciones desde el empoderamiento indígena y la experiencia local.
“La investigación tradicional es extractiva. Muchos científicos vienen, se quedan por un tiempo corto, toman datos, usan a la población indígena como colectores de datos baratos y luego esos datos desaparecen (…) así que mi perspectiva es de un compromiso de largo plazo; sin importar si hay financiamiento o no, mantenemos la relación para que los científicos indígenas tengan el control del proceso mismo de investigación”, dice Berardi.
Un ejemplo es el monitoreo que ha realizado Rebecca Xavier, una científica indígena que logró identificar dónde se encuentran determinadas especies y aprovechar los datos, por ejemplo, para ofrecer recorridos ecoturísticos.
“No es común tener mujeres indígenas como líderes de investigación. Antes era una tarea solo para los hombres, pero eso está cambiando. Nos hemos empoderado como mujeres indígenas”. (Caroline Jacobs, técnica de datos Makushi)
“Este monitoreo nos permitió identificar distintos animales, aves y peces, vida silvestre en general. Así que ahora sabemos qué hay en nuestra comunidad, tenemos mayor control y nos sentimos más fuertes”, dijo Xavier a SciDev.Net.
Estos proyectos también han propiciado cambios en el liderazgo. “No es común tener mujeres indígenas como líderes de investigación. Antes era una tarea solo para los hombres, pero eso está cambiando. Nos hemos empoderado como mujeres indígenas”, dijo Caroline Jacobs, también técnica de datos Makushi.
Parte de este monitoreo se hace utilizando herramientas del mismo entorno como trozos de bambú. “Creamos tecnología que sea accesible para las personas que viven en estas zonas. Que sea del menor costo posible y construido in situ para que todos sepan cómo funcionan. Por lo que aprenden de electrónica, codificación y manufactura”, explica la ingeniera británica Luisa Charles, quien también es parte del equipo.
Usando este tipo de instrumentos, específicamente drones acuáticos, los investigadores indígenas pueden medir aspectos importantes del agua como el pH, la temperatura y la conductividad eléctrica “que es muy bueno para entender cuánta sal y otros minerales están disueltos en el agua y evaluar su pureza”, dijo Charles. Por ejemplo, cuando midieron el agua del pozo de donde beben encontraron que es extremadamente ácida (pH en torno a 5) y que podía tener consecuencias para su salud.
“También midieron la calidad del agua de distintas masas de agua donde pescan y donde hay altos niveles de biodiversidad. Esto les proporciona una base de referencia para vigilar el impacto del desarrollo de grandes infraestructuras (por ejemplo, la construcción de carreteras), la extracción de oro y el cambio climático”, explicó Berardi.
Otro de los desafíos que enfrentan las comunidades indígenas en Guayana es la malaria. De acuerdo con el Informe Global de Malaria 2022 de la Organización Mundial de la Salud, es el quinto país de la región con mayor incidencia de esta enfermedad, después de Venezuela, Brasil, Colombia y Nicaragua. En 2021 hubo 524.200 casos en las Américas, de los cuales el 4 por ciento ocurrió en Guyana.
“En mi comunidad hay casos de malaria constantemente. Ya sea por gente que ha atravesado la zona de bosques o de áreas donde se hace minería, y luego vuelven a casa y traen la malaria”, dijo Felix Holden, también Makushi, que participa en un proyecto para disminuir los casos de malaria a través del control biológico.
“Hasta ahora, siempre que hay un brote de malaria, el gobierno envía máquinas de nebulización con pesticidas que rocían en todos los pueblos. Con eso matan no sólo a los mosquitos, sino también a los polinizadores. Se reduce la malaria, pero también los árboles de frutas y los cultivos”, dijo Berardi.
Así que a través del proyecto DETECT usaron datos de radar satelital para identificar las posibles zonas donde se podría reproducir el mosquito que transmite la malaria para eliminarlo a través de un agente biológico.
La bacteria Bacillus thuringiensis elimina únicamente las larvas de mosquito y puede crecer en agua de coco o agua residual de yuca, por lo que no hay necesidad de comprar o importar pesticidas de alto costo.
“La mitigación está totalmente bajo el control de las comunidades y ese es el objetivo. Ellas mismas pueden cultivar la bacteria, y como ya saben cómo monitorear la concentración del mosquito, aplican la bacteria en estas aguas y matan a las larvas antes de que se conviertan en mosquitos que propaguen la malaria”, afirmó Berardi.
El proyecto recibió 400.000 libras (US$ 500.000 dólares) por parte del gobierno británico para una primera etapa, pero en 2021 el apoyo fue cancelado. Sin embargo, el equipo ha mantenido la capacidad y el entrenamiento a técnicos locales en busca de nuevos patrocinios que permitan emprender esta estrategia a gran escala.
Para Berardi, independientemente del financiamiento, lo importante es el manejo de datos que ya tienen las comunidades. El investigador considera que el uso de tecnología puede ser aplicable para prevenir cualquier amenaza a la biodiversidad y la salud de la población en Guyana de manera que “las comunidades tengan el control de su propio destino”.
Este artículo fue producido por la edición de América Latina y el Caribe de SciDev.Net
Fuente: https://rebelion.org/con-datos-y-tecnologia-indigenas-protegen-biodiversidad-en-g