Mayo-2024

Qué sistema

Conciliación de clases/
Concentración y centralización capitalista/
Alternativas emancipatorias

Conciliación de clases

Transición energética y
los acordes del ecofascismo

22 de abril de 2024

Por Alejandro Marcó del Pont| El tábano economista

Las cantidades despejan el relato idealista. Según el físico y matemático español Antonio Turiel el mundo produce 108 mil toneladas de litio al año. Si utilizáramos la totalidad de la producción solo para baterías de autos eléctricos, descartando la producción de grasas lubricantes, teléfonos celulares, computadoras portátiles, tabletas y otros dispositivos electrónicos portátiles, así como vidrio cerámico, se podrían producir 8 millones de autos eléctricos al año. En la actualidad hay en el mundo 1.446 millones de autos. Para sustituirlos por autos eléctricos, tardaríamos 180 años (1.446.000.000÷8.000.000 =180.75) lo cual a todas luces resulta irracional, sin pensar que a poco de comenzar, el litio se agotaría.

Aquí es donde inicia lo interesante: en el actual esfuerzo por realizar una transición energética, existen ciertos puntos oscuros que, por su gran relevancia, sería conveniente aclarar, especialmente lo relacionado con los modelos de crecimiento económico capitalista de eterna expansión. Es decir, como veremos, hay un tema con la escasez de materiales críticos para la transición renovable, un problema conocido desde hace bastante tiempo, pero sutilmente ocultado. También está la cuestión de la ingeniería social que debe llevarse a cabo para aprovechar la mejor manera de consumir lo producido. Se trata de la ya expuesta escasez de recursos y su disponibilidad para producir los medios de producción de la transición, así como el uso energético de manera sensata y justa.

El capitalismo presenta un gran número de defectos, pero la tasa de ganancia, los beneficios y el modelo de crecimiento indiscriminado quizás sean el mayor impedimento para la transición energética. No es que esta no pueda llevarse a cabo a largo plazo; el problema radica en que no es posible realizarla con esta escala de producción debido a la escasez física de los materiales. Tal vez con una escala menor, más equitativa, con necesidades más racionales y con una menor disparidad, podría ser posible. Sin embargo, esta idea enfrenta varios obstáculos, como el tipo de crecimiento, la ubicación y propiedad de los materiales, su escasez, el gasto de combustibles fósiles en constante decrecimiento para la extracción de los materiales necesarios para la transición, la negativa a sacrificar los beneficios, entre otros. Estos desafíos hacen que esta idea sea difícil de realizar.

Para que se entienda, el modelo de expansión del crecimiento actual, a pesar de estar a la mitad de los niveles de sus tasas históricas, sigue siendo un modelo explosivo y poco razonable. Es como inflar un globo dentro de una caja: podrá expandirse hasta que las paredes de la caja lo permitan, pero después explotará. Sabemos que, si no se toman medidas de modo inmediato en el primer mundo, el deterioro ambiental dará lugar a una serie de acontecimientos desastrosos que estrangularán nuestra civilización e incluso pondrán en peligro la continuidad de la especie humana. Esas medidas incluyen necesariamente la adopción de programas diferentes a los conocidos.

Los estudios científicos más optimistas plantean que para acceder a un estado estacionario realmente sostenible, sería necesaria una disminución en el uso de recursos naturales y en la generación de residuos de tal magnitud que reduciría el consumo actual de los países del primer mundo en unas dimensiones poco concebibles para la mayor parte de sus habitantes, lo que implica que su aplicación tendría un costo político muy alto. Pero no solo esta idea se tendría que modificar, sino también la mirada acerca de la planificación, la intervención y la regulación estatal para poder proyectar los destinos de los recursos escasos, que dado su insuficiencia deberían ser estratégicos. Para tener una idea: lo que se debe hacer es exactamente lo opuesto a lo que está haciendo Argentina.

Hay un artículo muy interesante del Instituto CIRCE de la Universidad de Zaragoza, “Límites minerales de la transición energética”, de Alicia Valero Delgado, donde disipa algunas dudas como, por ejemplo, ¿de qué está hecho un panel fotovoltaico? ¿Y un aerogenerador? ¿Qué materiales contienen las baterías que permitirán electrificar los vehículos? ¿De dónde provienen estas materias primas? Y, sobre todo, lo que nos interesa en principio, ¿hay suficientes materiales en la corteza terrestre para abastecer el crecimiento necesario de las renovables y frenar así el cambio climático?

La energía eólica, la fotovoltaica, la solar termoeléctrica, la biomasa, o el coche eléctrico no emiten CO2 (o tienen emisiones neutras como es el caso de la biomasa). Sin embargo, nos olvidamos de un aspecto importante: para construirlos, son necesarios muchos materiales. Pensemos que por ejemplo para producir 1 gigavatio (GW) de potencia eléctrica, que es la equivalente a la que podría suministrar una central térmica de gas natural, se necesitan 1000 aerogeneradores de 1 MW. Esto implica el uso de unas 160.000 toneladas de acero, 2000 de cobre, 780 de aluminio, 110 de níquel, 85 de neodimio y 7 de disprosio para su fabricación. La central térmica en cambio habrá necesitado principalmente de 5500 toneladas de acero, 750 toneladas de cobre y 750 de aluminio, aproximadamente, o lo que es lo mismo, en peso, unas 25 veces menos de metales que en el caso de la eólica. Dicho esto, la cantidad de materiales no es el aspecto más preocupante del problema, sino la variedad de los mismos. Mientras que en la central térmica entran en juego metales convencionales y relativamente abundantes, las nuevas tecnologías son altamente voraces en muchos elementos distintos, algunos de ellos escasos en la naturaleza o bien controlados por unos pocos países.

El estudio despeja, entre otros, dos interrogantes importantes: el primero es que la cantidad de materiales no es el aspecto más preocupante del problema, sino la variedad de los mismos. El segundo, que la cantidad de recursos disponibles del planeta y la evolución de la extracción se puede estimar para determinar el año en que la demanda de minerales supere a la oferta. Los resultados arrojados son que con esta escala de producción los materiales no alcanzan. Al agotamiento de las minas y la producción de combustibles fósiles hay que añadirle otro factor importante. Si las minas más ricas se agotan y los pozos de petróleo se van extinguiendo, tal como está sucediendo, van quedando las de menor producción, y para éstas se necesita más energía por unidad de material extraído, es decir, a medida que las minas van agotándose, la energía de extracción aumenta exponencialmente.

Aquí comienza toda una serie de incógnitas que trataremos de responder. Un sector importante cree que el reciclado puede colaborar a extraer menos materiales. El problema es que la producción de los bienes que contienen estos materiales no está diseñada para rescatarlos, las baterías de los teléfonos celulares son un buen ejemplo, cuando estos quedan obsoletos se van a la basura. Las baterías de los autos eléctricos gozan del mismo interrogante. Se las cambian a costo altísimo cuando se agotan, pero nadie sabe qué va a pasar con los 300 o 500 kilos de batería que le sacan al auto. Hoy se los tendrían que llevar a la casa. 

Seguramente la otra tentación es decir que la ciencia y la innovación permitirán mejorar la eficiencia en el uso de los materiales, temas que no se pueden dar por asumidos, porque como no sea así nos estrellamos, aunque es una de las martingalas más utilizadas. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicó un informe sobre estos materiales en 2021 donde se mostraban algunas cosas curiosas de aquí a 2040:  la extracción anual de litio se tiene que multiplicar por 42, la de grafito por 25, la de cobalto por 21, la de níquel por 19 y la de tierras raras por 7. No es que la AIE diga que eso es lo que va pasar: lo que dice es que eso es lo que se necesita que pase, lo que es muy distinto. Pero, ¿es ese incremento posible?

En este momento hay carestía, pero en el corto plazo habrá racionamiento no solo de materiales para la transición sino de energía fósil, necesaria para extraer los otros materiales. El petróleo crudo convencional, el que sirve para hacer más cosas y es más fácil de extraer y procesar, llegó a su máximo en 2005. La producción lleva 16 años sin aumentar y en los últimos años ha empezado a caer. Para compensar la falta de petróleo crudo convencional hemos extraído otros líquidos más o menos similares al petróleo, los llamados ‘petróleos no convencionales’. El diésel, la sangre del sistema, mueve los camiones, las excavadoras, los tractores e, indirectamente, los barcos, está en problemas. Por culpa de este descenso ahora mismo escasea el plástico y cada día faltan más cosas: acero laminado, aluminio, cobre, chips.

¿Cómo se le plantea a un norteamericano medio que se acabó su disposición de un coche propio? ¿Cómo es posible revertir en muy pocos años la labor intensiva llevada a cabo a lo largo de un siglo por los aparatos productores y distribuidores de cultura encaminada a hacer del consumo por el consumo el ideal de vida de amplísimas capas de la población mundial? Lamentablemente, no es realista confiar en la toma espontánea de conciencia de una población engañada y manipulada por unos medios oligopólicos cuyos dueños forman parte de los grandes poderes mundiales. Poderes privados, que se hallan sumidos en un estado casi catatónico, pretendiendo, del modo más iluso e irresponsable, proseguir la política suicida de impulsar un crecimiento económico sin el cual no puede subsistir el capitalismo ni, con él, su privilegiada posición social.

Por eso, si no controlamos, planificamos y regulamos la producción, los materiales y sus utilizaciones, tendremos problemas. Entonces, lo ideal, por ejemplo, para el transporte sería planificarlo y hacerlo público. Los medios de transporte público, como trenes, trolebuses, subterráneos, etc., mueven más personas, son más fáciles de construir, más eficientes y duraderos. Su único inconveniente es que se acotan a las vías y no pueden dejarte en tu casa, esto es ingeniería social. Lo mismo ocurre con medidas como apagar los escaparates de noche o reducir el ritmo de consumo de energía. Aceptar pagar energía a precios siderales, con malas prestaciones para generar productos caros o para pasar frío en invierno o calor en verano para mantener la tasa de ganancia de los proveedores también es ingeniería social.

Es cierto que la ingeniería social busca promover cambios positivos en la sociedad, pero al parecer se ignoran los desafíos relacionados a que las empresas u organizaciones son grandes contaminadores, por lo que el Estado y su regulación, son centrales. La racionalización por planificación, la regulación de explotación de materiales, la estatización de explotaciones, industrias y servicios, así como la obligatoriedad de declarar algunos materiales, energías o alimentos como estratégicos, definirán el futuro. Los países centrales tienen este inconveniente ahora, pero los del sur global se encaminan al problema. La idea de estatizar BASF, la empresa química alemana que alimenta buena parte de los procesos productivos europeos, dado sus pérdidas y la posibilidad de quiebra, es un hecho.

Llegamos así a la conclusión que, con esta escala de producción y consumo, el mundo no tiene materiales para ser sustentable, por lo que habría que optar por un modelo productivo que se pueda llevar a cabo. El decrecimiento o la neutralidad de crecimiento se refieren a modelos económicos que buscan reducir o estabilizar el consumo de recursos naturales y energía, mientras se mantienen o mejoran los niveles de bienestar humano. Pero hay otros modelos, como el ecofascismo, que alude a supuestos regímenes autoritarios que posibiliten que cada vez menos personas, las que tienen poder económico y/o militar, sigan sosteniendo su estilo de vida acaparando recursos a costa de que mucha más gente no pueda acceder a los mínimos materiales de existencia digna. ¿Les suena a los argentinos?

Es cierto que no solo carecemos de modelos alternativos propuestos por la clase política, sino que también hemos dejado librado al beneficio y la rentabilidad el futuro de nuestras naciones. En nombre de la libertad de mercado hemos perdido mercados y consolidado monopolios, en un mundo donde la mayor producción es el hambre y la pobreza. Esto evidencia una falta de visión a largo plazo y una priorización de intereses económicos sobre el bienestar social.

Fuente: https://rebelion.org/transicion-energetica-y-los-acordes-del-ecofascismo/

Concentración y centralización capitalista

Milei y la degradación política

7 de mayo de 2024

Por Atilio A. Boron | Acción en defensa del cooperativismo y del país

El exponencial aumento de las mal llamadas redes sociales ha favorecido la irrupción de conductas profundamente «antisociales». Se trata de dispositivos comunicacionales que fomentan el individualismo, el aislamiento y que a partir de la facilidad con que puede recurrirse al anonimato crean las condiciones para la proliferación de fake news (noticias falsas) y virulentos mensajes de odio en la mayoría de los casos políticamente motivados. (…)

Debido a ello es que las granjas de trolls son una enorme fábrica de producción y difusión automatizada de fake news, mensajes de odio, ataques a figuras públicas y exaltación de otras, y la instalación de una agenda invariablemente manipulada por los grupos dominantes. El objetivo es inclinar a la opinión pública en la dirección deseada, creando polémicas distractoras, satanizando a ciertos líderes políticos o sociales, incluso sus organizaciones, y procurando influir en la población en vísperas de un proceso electoral. Los datos que surgen del análisis de distintos países confirman la eficacia de estos dispositivos.

El anonimato y la casi total impunidad que es consustancial a este tipo de actividades, que pone seriamente en cuestión el funcionamiento de los regímenes democráticos, facilitó el ascenso a la superficie de los discursos de la extrema derecha, en algunos casos abiertamente neonazis, que en el pasado circulaban en los subsuelos más profundos de nuestras sociedades, pero sin asomarse públicamente por temor a la sanción social. Hoy eso se ha terminado y propuestas o vituperaciones otrora juzgadas como «antisociales», «inmorales», «fascistas» o «nazis» circulan ampliamente en las redes sociales. Toda esta lamentable perversión de la comunicación es favorecida por la comprobada rápida viralizacion de las noticias falsas o mensajes de odio, cosa que ocurría mucho más lentamente en la «galaxia Gutenberg», la fase previa al advenimiento de la «era digital». Con un agravante: un estudio hecho en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) ha revelado que las fake news son más creídas que las noticias verdaderas, y que viajan más rápido en la red

El reverso de esta peligrosa realidad es también inquietante porque la credibilidad que gozan los medios tradicionales ha descendido dramáticamente en las últimas décadas. Mediciones realizadas a través de encuestas señalan que en 2023 solo el 33% de los argentinos confiaba en los medios, cifra igual a la de Japón e incluso un poco superior que al 31% de Gran Bretaña. Y en Estados Unidos esta cifra mejoraba, pero un poco: 39%. Conclusión: las noticias falsas circulan en proporción inversa a la credibilidad de los medios tradicionales, y la de estos va claramente en descenso, sobre todo en Occidente.

Espectáculo grosero
Una de las consecuencias más preocupantes de estos fenómenos que nos ha traído la era digital ha sido la naturalización de los discursos del odio y la aceptación de la crueldad como una forma también normal de relacionamiento social. Esto se percibe con claridad en un caso de excepcional trascendencia, por el cargo que ocupa quien incurre en tales conductas: el presidente Javier Milei. En efecto, este personaje ha hecho uso y abuso de expresiones agraviantes y groseras, propias de un «bocasucia» para insultar y descalificar a sus críticos. La procacidad que ha exhibido en numerosos actos oficiales, y ante dignatarios extranjeros –como José María Aznar y el actual presidente del Uruguay Luis Lacalle Pou– en su reciente intervención en la cena de la Fundación Libertad, un lobby patrocinado y financiado por dineros estadounidenses, habla de los extremos a los que puede llegar la degradación de la política en manos de líderes que deben su efímera primacía a las redes sociales. En esa ocasión Milei se volvió a olvidar de que es el presidente de los argentinos, olvido que por desgracia es ya una constante, y protagonizó un patético stand up repleto de groserías, bromas de mal gusto e imitaciones difamatorias de personajes públicos. Todo este lamentable espectáculo, que nos avergüenza ante el mundo, se combina con el sádico placer que expresa cuando se refiere a los recortes en los «gastos sociales» causados por su «motosierra», en una conducta que habla de una patológica insensibilidad relativa a las consecuencias de sus actos que generan pobreza, hambre y muerte.

¿Cómo explicar tamaña crueldad? Respuesta: Milei no habita en este mundo, sino que como todo profeta, insuflado por un insaciable fanatismo, vive en su perverso microcosmo blindado con siete láminas de acero y en donde no penetran el sufrimiento y los gritos de dolor que sus decisiones como presidente causan a millones de argentinos. Sus seguidores, que por ahora son muchos en las redes sociales, parecerían ajustarse a una aguda observación del ensayista español Basilio Baltasar cuando dijo que «el ciudadano modélico de la globosfera –ese que mayoritariamente ha apoyado hasta ahora a Milei– es un infante incauto e ingenuo, impotente y recompensado con cebos y placebos, hipnóticos y adictivos. El ciudadano de la globosfera fue tiempo atrás un ser humano y ahora es un muñeco. Pobre desgraciado». Confiemos que esta involución no sea irreversible y que lo afirmado por Engels cuando le atribuía al trabajo el papel decisivo en la transformación del mono en hombre, no vaya a ser desmentido por la globosfera que devuelve a hombres y mujeres a sus orígenes simiescos. Es de esperar que el muñeco, vapuleado y pauperizado por la despiadada lógica de los mercados recupere más pronto que tarde su humanidad y su voluntad de construir un mundo mejor.

Lo de Milei es un extravío inaudito que en otros tiempos no habría pasado de ser una extravagante curiosidad en los paneles televisivos. Pero si llegó a la Casa Rosada es porque el delgado estrato de los super millonarios argentinos y las más grandes empresas nacionales y extranjeras, amén del Gobierno de Estados Unidos, detectaron en su personaje, más que en su persona, al hábil demagogo de la extrema derecha, un fascista y macartista de pura cepa, cuyos brutal gestualidad y encendida verba captarían la voluntad de un electorado empobrecido por los últimos Gobiernos y favorecerían inmensamente a sus intereses. Cuando la venta, la subasta o la gratuita entrega del país y sus riquezas se haya consolidado serán estos estupefactos e incómodos aplaudidores de la cena arriba mencionada quienes se encargarán de señalarle la puerta de salida y despedirán al troglodita anarcocapitalista sin mayores contemplaciones. Incluso por la fuerza.

Fuente: https://rebelion.org/milei-y-la-degradacion-politica/

Fuente: https://www.un.org/es/actnow/ten-actions

Alternativas emancipatorias

Acumulación y avaricia vs. vida y dignidad

2 de mayo de 2024

Por Cynthia Cisneros Fajardo / Rebelión

El proceso de circulación exuda dinero por sus poros…
Marx

Hoy el mundo se debate entre la imposición de la hegemonía de EE.UU. y la multipolaridad que representan Rusia, China, Irán, Nor Corea, cuya superioridad no solo armamentística, sino también científico tecnológica y económica pone en riesgo la política de despojo y genocida, de quien fuera la primera potencia hegemónica mundial, pero además devela la criminalidad que sostiene su  sistema de burbujas financieras, que han llevado al mundo a vivir esta suerte de holocausto en una pasividad cuestionable de una gran parte de la población desde todo punto de vista, pero comprensible desde el momento que se desnuda esta idea de progreso post revolución industrial digital en medio de una crisis generalizada,  energética, climática, económica y social, post pandemia en donde el terror amanece.

Lo que algunos analistas denominan un ecocidio a esta nueva forma de esclavitud que se viene implementando en el mismo corazón de EE.UU. según algunos analistas como en el caso del sitio web The Chris Hedges Report en The Real News Network, titulado Technocapitalismo, se señala que esto se debe a un grupo pequeño de emprendedores que han comprendido la velocidad de esta revolución tecnológica para establecer monopolios depredadores como Uber o Amazon y que subvierten las leyes laborales mientras despojan al Estado de su poder y de su capacidad de actuar como ente regulador ignorando normas legales y amasando fortunas en cientos de billones de dólares, y en donde sus servicios de App y sus empresas de Capital de riesgo dominan nuestras vidas. 

Según este análisis, estas empresas predadoras mercantilizan cada aspecto de la vida social de millones de personas, para quienes los salarios dignos han declinado, se han abolido las protecciones salariales el ingreso sostenido y los beneficios, y en donde no solo la inteligencia artificial está reemplazando a los seres humanos, sino que además los sectores más vulnerables son saqueados para seguir lucrando, en un sistema donde los enfermos alimentan las ganancias de la Big Pharma, en donde los hombres y mujeres empobrecidos de las ciudades desindustrializadas de EE.UU. alimentan los complejos de la prisiones industriales y donde estos no valen nada hasta que son apresados en sistemas carcelarios gigantescos que generan, entre 50 y 60.000 dólares por año de gastos en alimentación, a los privatizados servicios de telefonía, a los servicios de transferencia de dinero, a los economatos, a los servicios médicos que han privatizado las prisiones americanas.

Los servicios públicos han sido vendidos a las compañías privadas para exprimir a la población con el sobreprecio del agua, energía eléctrica, parqueo y alcantarillado y al mismo tiempo somos los más vigilados, fotografiados, espiados y monitoreados. Esta tecnología lejos de estar al servicio de la humanidad solo ha creado una nueva forma de esclavitud concluye el presentador en una entrevista realizada a Loreta Napoleoni una economista Italiana autora de Technocapitalismo y en donde expone como luego de la crisis inmobiliaria económica del 2008 asistimos a un nuevo tipo de burbuja financiera creada por el Bitcoin y la moneda digital que es básicamente un software que a diferencia de la moneda física como el dólar, y que se respalda en el oro como cualquier divisa, esta se constituye simplemente de fórmulas matemáticas que permiten  a un “responsable” coordinar su emisión por bloques por ejemplo que son lanzados al mercado cada 10 minutos por este responsable que en principio debía contar con el aval de los usuarios de esta moneda para seguir emitiendo bloques de monedas de bitcoin que pudieran luego ser intercambiadas por el dólar en medio del intercambio en la bolsa de valores, no obstante señala la experta luego este aval se restringió a un grupo de especialistas que debían dar su aprobación para seguir emitiendo esta moneda digital, en medio de este juego de divisas digitales claro está se encuentra de por medio todo un sistema de especulación que limita su acceso, así como su valor y que ha servido de forma conveniente para amasar fortunas como en el caso de la crypto reina y el sistema piramidal de estafas que implementó en base a la venta de monedas digitales apelando a la codicia de la gente que compraba el paquete de educación que ella ofrecía y a la cual se le regalaban una cantidad de monedas digitales que valían en un principio unos cuantos dólares y que luego se cotizaban en una suma quintuplicada de dólares y se los animaba a invertir en esta moneda, hasta que fueran despojados de su capital y entonces cuando querían cambiar la moneda digital a una moneda física esta simplemente había perdido su valor desapareciendo con ella su inversión.

Napoleoni, señala que además habrían aparecido otras monedas digitales aparte del Bitcoin, aunque ella se centra principalmente en esta moneda para develar que quienes están detrás de estos grandes monopolios financieros son una clase social de emprendedores digitales que creen ser mucho más inteligentes que el denominador común, aunque lo cierto es que en esta aventura han demostrado más bien una incapacidad real para entender el problema que nos aqueja como sociedad global en medio de una crisis climática que se pretende disimular  diseminando el discurso que es posible vivir en otros planetas cuando lo único cierto es que este es el único planeta que tenemos y lo estamos destrozando lo cual nos convoca a una mayor participación más activa en la vida política de nuestros países y en la necesidad de parar con esta estrategia suicida de esta clase social con fiebre de muerte. 

Frente a esta corriente discursiva, en el sitio web Unz Review, un artículo de Eric Strike del 17 de Abril del 2024, señala que el prestigio de América habría declinado rápidamente desde la exposición del programa de espionaje por parte de Edward Snowden y la devaluación del dólar además de su aislamiento diplomático por su respaldo a la guerra genocida de Israel contra Gaza lo que habría socavado el poder de persuasión del argumento de Washington que es el único calificado para imponer la ley e imponer su ideología política en el mundo. 

Debido a que el concepto de Poder suave popularizado por Joseph Nye quien, según el autor, establece que la hegemonía americana tiene la capacidad de inspirar obediencia y de obligar a las naciones a seguirla a partir de la seducción antes que obtenerla por coerción habría quedado al desnudo con su respaldo a esta forma genocida de limpieza étnica. Con una imagen de una América que defiende la libertad, la riqueza de unos cuantos y la corrupción. Frente a la cual Vladimir Putin se habría convertido en la voz moral de un líder global por su defensa de la heteronormatividad y la familia tradicional.                            

Lo que ha dejado entrever que el concepto de globalización era en realidad la Americanización y la difusión del American way of life, su pragmatismo ha generado una ola de críticas incluso en el ala liberal en términos anticolonialistas. De hecho, nuevas publicaciones exponen la forma de despojo de la economía inglesa por parte de la corporación financiera americana, lo que ha permitido erosionar su soberanía nacional, lo cual evidencia la falta de respeto y de admiración que inspira el resentimiento hacia el rol que viene jugando la élite financiera de EEUU en la geopolítica global. 

De allí que su análisis se expande hacia quienes están detrás del poder financiero en EEUU, y en un artículo publicado en el mismo sitio web por el mismo autor y de fecha Enero 8 del 2024, en un análisis que pretende en principio desmitificar la idea de genialidad de los judíos que constituyen el poder financiero tanto en EEUU como en UK y cuyas publicaciones carecen de una metodología cimentada sobre bases científicas, termina por develar un patrón histórico familiar de dominio de las élites financieras, y de la forma en la que desarrollan el comercio en el contexto de globalización como un precursor político para ejercer influencia social y eventualmente la completa captura de la institucionalidad a través de la confrontación, el robo y la violencia que se justifica contra una población que considera inferior, tal y como señalan sus militares para invadir Gaza, mitad humanos, mitad animales. 

Según Sombart, autor de “Los Judíos y el Capitalismo Moderno” (1911) citado por Strike, el mayor detonante para el crecimiento de los judíos fue en Europa los siglos XVI y XVII luego de la conquista de América, con el establecimiento de la Bolsa de Valores de Amsterdam. En donde estos desarrollaron un sistema de préstamos basados en la usura y en el moderno sistema de inversión financiera y de hipotecas y que en consecuencia estos habrían desarrollado estrategias sofisticadas de comercio muy utilizadas en la bolsa de valores moderna.     

Según una publicación de Larry Neal (1982) citada por Strike, titulada “Mercados eficientes en el siglo XVIII” el autor concluye que el secreto de la Bolsa de Valores de Amsterdam era no cuestionar la sobre representación de los judíos y remarca que en 1739, estos tenían una presencia de 22 de los 32 accionistas mayoritarios en Amsterdam  y que en 1764 en otra publicación demostraba que 36 o 37 de los 41 accionistas eran judíos. 

Strike  describe a continuación que fue su habilidad de congraciarse con las burguesías locales y los nobles a través de los préstamos que brindaban a estas clases sociales lo que les sirvió para construir prestigio para intelectuales que instalaban un discurso determinante en el rol que desarrollaron los judíos entre los ingleses puritanos para conseguir una mayor presencia, en este caso con el militar puritano fanático Oliver Cromwell cuyas armas fueron suministradas por el judío Antonio Fernandez de Carvajal,  y quien en 1656 revirtió el Edicto del Rey Eduardo I de 1290 en el que expulsaba a los judíos de su territorio. 

Pero además Strike expone como posteriormente esta casta que detenta el poder financiero genera todo un sistema de corrupción a nivel del Estado para proteger sus intereses y cuya legalidad es siempre subvertida por estos grupos de poder. 

Así por ejemplo expone el caso emblemático de la venta de acciones de Gamestop en donde el financiero judío Gabe Plotkin de Melvin Capital invirtió 6 billones de dólares ara colapsar la venta de acciones y arrasar con la compañía, para lo cual realizó una campaña publicitaria a través de las redes sociales con la finalidad de convocar a los pequeños inversionistas utilizando la APP Robin Hood, para tener el control sobre la venta de dichas acciones; sin embargo el internet infló las acciones de Gamestop arrasando con el 50% del dinero de Melvin Capital y redistribuyendo el dinero entre trabajadores, estudiantes y desempleados que habrían sido parte de la campaña financiera. 

No obstante, remarca Strike, antes que aceptarlos, la Comisión de la Bolsa de valores SEC intervino y el judío Gary Gensler que trabajó en Goldman Sachs antes de trabajar en el gobierno, salió en defensa de los judíos de Melvin Capital para amenazar a al APP por permitir a los “alevines nadar con las ballenas” y afectar a los intereses de las grandes corporaciones financieras. 

El análisis en cuestión no solo permite develar una visible debilidad en la política de EE.UU. y su discurso ideológico que se contradice en los hechos sino además su falta de liderazgo en la carrera armamentística científica tecnológica pero además de un craso modelo de manejo económico que se traslada al ámbito político con la mayor usura contra la vida misma y la dignidad de la humanidad en este escenario de disputa por una hegemonía que hoy se consolida como multipolar. Frente a este despropósito de líderes políticos de la fuera primera potencia mundial y que son el reflejo de una clase criminal antes que de una clase política que represente los verdaderos intereses del pueblo que los eligió.  Pero además nos permite entender que la oportunidad de retomar las riendas de nuestra historia depende de la masiva participación política de la ciudadanía que será la que con su voz y esta nueva política de las calles determine el curso de la historia de las nuevas generaciones y el futuro que queremos construir. 

Fuente: https://rebelion.org/acumulacion-y-avaricia-vs-vida-y-dignidad/

Aníbal Quijano en el laberinto de la identidad latinoamericana

8 de mayo de 2024

 

Richard Morales 

 (…) Historia de luchas y resistencias

Estamos entrando en lo que Quijano denomina una crisis raigal en el patrón global de poder, en un nuevo periodo histórico, que se caracteriza por la imposición definitiva del nuevo capital financiero en el control del capitalismo global colonial/moderno, sobre todo los países y toda la población mundial. En esencia, el neoliberalismo, la cual inicio con la dicta- dura militar de Pinochet en Chile, constituyéndose nuevamente América Latina como punto de inicio de una reconfiguración del patrón global de poder. Esta reconfiguración está marcada por el intento de reconcentración del control del poder, conducido bajo la re-privatización de los espacios públicos, del Estado, del repliegue de la democracia y la extrema agudización de la polarización social. (Quijano, 2014: 855)

Pero toda crisis, al ser una disputa por el poder, abre las puertas a múltiples escenarios inciertos e impredecibles. Por ello, ante la posibilidad de la re-concentración del poder colonial, debemos plantear como alternativa la desconcentración o la des/colonialidad del poder, para posteriormente democratizarlo, dotándose los seres humanos y pueblos del control sobre cada uno de sus ámbitos de existencia. La des/colonialidad del poder para democratizarlo, desde un nuevo paradigma de la heterogeneidad, que oriente nuestras luchas y resistencias con una nueva racionalidad liberadora que rompa con la razón moderna eurocéntrica.

Esta nueva racionalidad liberadora, al ser reflejo y expresión de las lógicas de luchas y resistencias en nuestra historia, debe alimentarse de ambas sus herencias milenarias y experiencias cotidianas.

Por un lado, con el redescubrimiento de la racionalidad especifica de las culturas dominadas, el redescubrimiento de los mismos elementos, que revelados al imaginario europeo desde fines del siglo XV, dieron comienzo a una utopía de una modernidad liberadora”. (Quijano, 2014: 722)

Ausencias, como nos plantea Boaventura de Sousa Santos, de conocimientos, principios y prácticas que fueron sepultados y desechados por la colonialidad. Por el otro lado, las experiencias históricas de resistencia de vastas colectividades desarrolladas a lo largo de los últimos siglos de dominación colonial, imperial y capitalista, donde diversas formas de reciprocidad, equidad, solidaridad, libertad y democracia, han surgido en la cotidianidad de la sobrevivencia de nuestros pueblos negados, presentándose como emergencias de posibilidades utópicos pero realistas. (Sousa, 2009)

 

¿Quién decide?

“Toda nación es hija del poder, aunque se exprese en sus habitantes como una identidad”, (Quijano, 2014: 617)

Para democratizar nuestras vidas y comunidad, debemos antes descolonizarlas, y en ello está la clave para comprender porque por 500 años nos ha sido imposible lograr una verdadera independencia, como emancipación identitaria del ser latinoamericano.

Los procesos tradicionales de creación de identidad nacional eran procesos de nacionalización y democratización, pero partiendo del paradigma homogéneo de la modernidad eurocéntrica, en el cual

la nacionalización de sociedades y Estados consistió en procesos de democratización del control de recursos de producción en el área privada, y de mecanismos institucionales, en el área pública. De ese modo, sin dejar de ser desiguales los lugares y las gentes en las relaciones de poder, pudo ser más o menos democrática la distribución entre ellas del control del poder, privado y público. Los procesos de nacionalización social/estatal pudieron ser más exitosos y más duraderos cuanto más profundamente democrática pudo ser esa distribución del control del poder. (Quijano, 2014: 618)

En otras palabras, ese proceso de consolidación de una identidad nacional se logró en algunas sociedades mediante la nacionalización y democratización del control político y económico, pero dentro de poblaciones mayoritariamente homogéneas a partir de los criterios de la Colonialidad del Poder, y con aquellas consideradas inferiores excluidas de esa identidad.

 

En América Latina, la posibilidad de emular esos procesos estuvo obstruida por la colonialidad del poder, donde al ser las mayorías de nuestros pueblos pertenecientes a las razas inferiorizadas por ese patrón, estos fueron marginados y excluidos de participación alguna en los procesos decisorios públicos y privados, con la identidad dominante siendo asumido por pequeñas minorías que controlaron el poder e intentaron modelarse a sí mismos y a nuestras naciones bajo la imagen e identidad europea.

La realidad no se ajustaba al reflejo del espejo eurocéntrico, y no se produjeron procesos de nacionalización y democratización, con las desigualdades coloniales imposibilitando la formación de identidades comunes, homogéneas. El espejismo condena estos procesos al fracaso.

La cotidianidad de la solidaridad

La hegemonía de esa cultura del patrón del poder está en escombros, van disolviéndose sus postreras imágenes, su estética de la imitación, de la simulación, de la hibridez, mientras se hace más viva y más fuerte la presencia de los dominados en la reconstitución del universo inter-subjetivo en América Latina. (Quijano, 2014: 740)

Partir del paradigma de la heterogeneidad, desechando el ideal del Estado y la nación homogénea, con el fin de generar nuevas identidades que sean fiel reflejo de nuestras circunstancias en el tiempo, nos exige redefinir los espacios decisorios desde donde se nacionaliza y por ende democratiza una comunidad: Lo público y privado.

Una nueva lógica, descolonizada, de lo público y privado, debe romper, desde lo heterogéneo, con la idea homogénea de la totalidad, que nos plantea una falsa dicotomía entre lo privado como la libertad atomista y lo público como el Estado totalitario. Son un privado y público definido exclusivamente en términos eurocéntricos.

Lo público como el Estado, la propiedad pública estatal, el cual aspira a “la estatización total de los recursos de producción, de los mecanismos de distribución, y de las decisiones sobre todo el engranaje económico. Es la asfixia burocrática”, (Quijano, 2014: 715) mientras lo privado como la libertad individual atomista, la propiedad privada, la cual aspira a “la propiedad privada de los medios de producción y la mano invisible del mercado, idealmente libre de todo limite, control u orientación por parte del Estado”. (Quijano, 2014: 715)

Son lo privado capitalista contra lo público capitalista, lo atomista individual contra la totalidad sistémica, ambas operando bajo la lógica de la instrumentalización de la vida, delimitados a partir de una concepción eurocéntrica del mundo, hijas del paradigma de la homogeneidad.

Pero hay otro público-privado posible y alternativo, que “no solamente forman parte de la anterior historia de América Latina, sino que continúan activos y tienden a emerger en más amplios y complejos ámbitos” (Quijano, 2014: 717). Es un público y privado que se redefine en función de las herencias y experiencias históricas de lucha y resistencia de nuestros pueblos.

Ante el privado-capitalista, anteponemos el privado social, un privado alternativo que tiene sus raíces en las antiguas comunidades originarias de América, en la reciprocidad Andina, como un ámbito comunitario de la solidaridad, la democracia y de sus libertades, que ha funcionado antes, durante y después de la conquista, como refugio de la alegría de la solidaridad bajo la dominación. Mientras el privado-capitalista se funda en el egoísmo, el privado social lo hace en la solidaridad.

Este privado social, tiene sus bases no solo en el pasado, sino en el presente de sobrevivencia, donde es una de las formas más extendidas de organización cotidiana de vastas poblaciones marginales y desposeídas de la periferia Latinoamericana, “en la dramática búsqueda de organizar la sobrevivencia y la resistencia a la crisis y a la lógica del capitalismo del subdesarrollo”. (Quijano, 2014: 718)

Pero estas formas de organizarse privadas no están dispersas y sin conexiones entre ellas, ya que “han tendido a articularse formando vastas redes que cubren, muchas de ellas, el espacio nacional. Las instituciones surgidas en y desde esa articulación han comenzado a su vez a formar articulaciones más complejas” (Quijano, 2014: 719), dando lugar a que el privado-social forme su propia esfera pública institucionalizada. Este público no es Estado porque no “se convierte en un aparato institucional que se separa de las prácticas sociales y de las instituciones de la vida cotidiana de la sociedad” (Quijano, 2014: 720), por lo que no es un poder estatal, sino un poder en la sociedad.

Este nuevo privado social y su articulación públicano- estatal surgen bajo las más severas y adversas condiciones, y es precisamente en contra de esas condiciones que logra satisfacer las necesidades de la sobrevivencia. Solo en tanto “una práctica social se funda en la solidaridad, en la igualdad, en la libertad, en la democracia, es apta para permitir a sus portadores sobrevivir a pesar de y en contra de la lógica del poder actual” (Quijano, 2014: 720). Pero estas nuevas prácticas sociales no son solo aptas para permitir la sobrevivencia, sino para “servir de marco y de piso para una real integración democrática de la sociedad, y al mismo tiempo, “de una posibilidad abierta de plena realización individual, diferenciada”. (Quijano, 2014: 721)

Nacionalizar y democratizar nuestras comunidades, pero no desde la homogeneidad del arriba, sino desde la heterogeneidad del abajo, redefiniendo nuestras identidades desde las prácticas cotidianas privadas y públicas de sobrevivencia, que se constituyen en portadoras de una nueva lógica, de una nueva racionalidad, de una nueva forma de organización y práctica política que nace en la heterogeneidad de la vida.

Identidades que son viva expresión de la diversidad, generadas desde un público que articula esa diversidad de privados en una red bajo el control mismo de quienes la habitan para deconstruir y reconstruirla a diario. Este nuevo público articula un privado que no se reduce a seres aislados en competencia permanente, sino entre diversas solidaridades privadas que comparten un tejido común público que la vincula en un todo. Y ese público tiene como base de su identidad a aquellos que fueron relegados, su humanidad negada, reducidos por la colonialidad del poder a objetos de dominación.

Democratizar el poder

Este nuevo público y privado, al provenir de la cotidianidad de la vida, implica un devolver el control sobre los ámbitos de existencia social a quienes viven esa cotidianidad, a los pueblos, como un proceso de redistribución o socialización radical del poder de carácter inherentemente democrático. Es la trayectoria de una radical devolución del control sobre el trabajo/ recursos/ productos, sobre el sexo/recurso/productos, sobre la autoridad/ instituciones/ violencia, y sobre la intersubjetividad/ conocimiento/ comunicación, a la vida cotidiana de la gente. (Quijano, 2014: 827)

Al ser una desconcentración/socialización del poder, rompe con la hegemonía colonial del patrón de poder, efectivamente un proceso de des/colonialidad del poder, como condición de posibilidad para la democratización de la vida en común.

Democratizar la vida

Descolonizar el control sobre las condiciones necesarias para la vida, (Hinkelammert y Mora, 2013) transmuta las posibilidades de sobrevivencia no solo de la humanidad, sino de la naturaleza, de todo aquello que la colonialidad del poder había reducido a objeto a ser dominado y explotado, ya que “no se puede defender la vida humana, sin defender al mismo tiempo y en el mismo movimiento, las condiciones de la vida misma en esta tierra”. (Quijano, 2014: 856)

Es un reconocimiento que esa democratización es camino al buen vivir. Reivindicar hoy a los condenados de la tierra, es reivindicar también a la naturaleza, a la vida misma en todos sus sentidos.

De ese modo, la defensa de la vida humana, y de las condiciones de vida en el planeta, se va constituyendo en el sentido nuevo de las luchas de resistencia de la inmensa mayoría de la población mundial. (Quijano, 2014: 856)

Dentro de este paradigma que va orientando nuestras luchas, el buen vivir seria entonces “un complejo de prácticas sociales orientadas a la producción y reproducción democrática de una sociedad democrática”. (Quijano, 2014: 847)

En la des/colonialidad del poder todo ser objetivado recupera su condición de sujeto, de vida, con todos los medios restituyéndose como fines en sí mismos. Bajo una racionalidad liberadora, que tiene la preservación y ampliación de la vida como lógica constitutiva y fundante, la razón moderna al pre- tender instrumentalizar y destruir la vida, se vuelve profundamente irracional.

La vida descolonizada, como última instancia de la organización de toda comunidad, cobra un nuevo sentido, cuya sobrevivencia es ya la única lógica racional.

Escapar del laberinto, destruyéndolo

¿No hemos pasado nuestra historia fingiendo ser lo que nunca fuimos? ¿Y no es esto, exactamente, lo que urdió el oscuro laberinto que forma nuestra cuestión de la identidad?. (Quijano, 2014: 741)

La des/colonialidad del poder es el presupuesto y punto de partida, para trascender la modernidad, desmantelar el capitalismo y superar la colonialidad, los principales obstáculos a la verdadera emancipación de nuestros pueblos y así empezar a “aprender a liberarnos del espejo eurocéntrico donde nuestra imagen es siempre, necesariamente, distorsionada”. (Quijano, 2014: 828)

Es tiempo, en fin, de dejar de ser lo que no somos.

Mientras continuemos sometidos por la idea de raza, de identidades diferenciadas en superiores e inferiores ficticios, toda independencia, toda revolución, toda liberación, será imposible, porque continuaremos atrapados en el laberinto de la identidad en el que la colonialidad nos encerró.

La des/colonialidad del poder para descolonizar nuestras identidades, un proceso de siglos que nació y se ha desarrollado en la lucha y resistencia histórica contra el patrón global de poder. Identidades diversas que han encontrado su eje común no en una nueva homogeneidad aplanadora de las diferencias, sino en el encuentro de heterogeneidades que comparten una historia de comunes aspiraciones liberadoras contra la dominación, explotación y discriminación; en la búsqueda de una verdadera igualdad y libertad en el control democrático sobre nuestras condiciones de existencia.

Ante el intento del patrón global de poder, aquel que ha imperado desde la invasión y conquista de América, de responder a su crisis raigal mediante la reconcentración del poder, nosotros debemos plantear la des/colonialidad del poder, en esencia el reconocimiento de la igualdad social de individuos heterogéneos y diversos, donde las diferencias no sean ya fuente o argumento de desigualdad social, y donde las identidades serían el producto de las decisiones libres y autónomas de individuos libres y autónomos. (Quijano, 2014: 857)

Por eso, es en el aprendizaje histórico de la resistencia a largo plazo, que estamos caminando en la emergencia de una identidad histórica nueva, histórico/estructuralmente heterogénea como todas las demás, pero cuyo desarrollo podría producir una nueva existencia social liberada de dominación/ explotación/ violencia. (Quijano, 2014: 859)

Identidades que nosotros mismos definimos, donde son los propios pueblos quienes se clasifican en función de sus experiencias e historias, y esto solo es posible en la medida tenemos control del poder, porque solo quien tiene poder escribe su propia historia.

La experiencia histórica indica, que no hay otro camino que la descolonización de la identidad, la socialización radical del poder, y la democratización de la vida en comunidad, devolviendo a las gentes mismas, de modo directo e inmediato, el control de las instancias básicas de su existencia social, para que seamos nosotros, los pueblos, quien definamos quien somos y quien vamos a ser, porque “ha llegado la hora de dejar de ser lo que nunca hemos sido, que no seremos y que no tenemos que ser”. (Quijano, 2014: 741)

Bibliografía

Bautista, Juan José, 2013, Hacia una crítica-ética de la racionalidad moderna, La Paz, Rincón Ediciones.

Dussel, Enrique, 1994, El encubrimiento del otro: Hacia el origen del mito de la modernidad, La Paz, Plural Editores.

Dussel, Enrique, 2011, 1977, Filosofía de la Liberación, México, Fondo de Cultura Económica.

Ejército Zapatista de Liberación Nacional, 1996, “Cuarta Declaración de la Selva Lacandona”, en http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1996/1996_01_01_a.htm

Grosfoguel, Ramón, 2013, “Racismo/sexismo epistémico, universidades occidentales y los cuatro genocidios/epistemicidios del largo siglo XVI”, en Revista Tabula Rasa, Bogotá, Nº19 julio-diciembre.

Hinkelammert, Franz y Henry Mora Jiménez, 2013, 2005, Hacia una economía para la vida: preludio a una segunda crítica a la economía política, Heredia, Editorial Universidad Nacional de Costa Rica.

Quijano, Aníbal, 2014, Cuestiones y horizontes: de la dependencia histórico-estructural a la colonialidad/descolonialidad del poder, Buenos Aires, CLACSO.

Santos, Boaventura de Sousa, 2009, Una epistemología del Sur: La reinvención del conocimiento y la emancipación social, México, Siglo XXI.

Notas

* Título original «Descolonizar la identidad, democratizar la comunidad: Aníbal Quijano en el laberinto de la identidad latinoamericana. La larga noche de los 500 años». Ponencia presentada en el Conversatorio sobre la obra de Aníbal Quijano, el 9 de septiembre de 2016, organizado por la Biblioteca Simón Bolívar de la Universidad de Panamá y el CELA.

https://www.redalyc.org/journal/5350/535055492009/html/
Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2024/05/08/anibal-quijano-seguimos-siendo-lo-que-no-somos/

Qué democracia

Legalidad-legitimidad de la gran burguesía/
Bloqueo de la lucha de clases/Alternativas emancipatorias

Legalidad-legitimidad de la gran burguesía

La degradación de lo humano

13 de mayo de 2024

Por Ezequiel Admovsky

Asistimos al experimento de una sociedad que pretende fundarse sobre una ética para la que no hay otra lógica que la del beneficio individual; que sobreestimula el yo y nos escamotea la presencia real de los demás. ¿Queda algún refugio, alguna invitación a un “nosotros”? (…)

Mientras esta lógica avanza ¿Quién les está enseñando a los niños a ser buenos, solidarios, comprensivos? ¿Quién los invita a sentirse parte de algún “nosotros” afectivamente conectado? La publicidad les enseña a consumir y a distinguirse de los demás. Los empleadores los acostumbran a competir con sus compañeros para conseguir un trabajo. Los videojuegos les proponen jugar a matar todo el día. Las redes sociales los empujan a fabricar una imagen personal fantasiosa de éxito permanente y a agredir gratuitamente a los demás. Los influencers les dicen que estudiar no tiene sentido y que tienen que ganar dinero fácil (si hace falta, como decía Ramiro Marra, esquilmando a sus propios padres y abuelos). Javier Milei, presidente de la Nación, les enseña que Al Capone, mafioso, proxeneta, responsable directo del asesinato de más de 100 personas, era “un héroe” que solo deseaba ganar dinero sin que el Estado lo moleste. Su actitud “emprendedora”, su voluntad de erigir su “yo” sin ahorrarle daños a los demás, lava todos sus crímenes. Un héroe.

En medio de todo este ruido, les pregunto nuevamente: ¿Quién está enseñando a los niños a ser buenos? Lo pregunto en serio (la candidez es táctica). La escuela casi no se ocupa de eso, porque se supone que es tarea de las familias. ¿Pero qué mensajes reciben los niños en casas habitadas por adultos rotos? ¿Qué le estará enseñando a sus hijos, si los tiene, aquella vendedora de panadería orgullosa de desentenderse del prójimo?

De nuestra capacidad para plantearnos esa pregunta dependerá lo que nos depare el futuro. La coyuntura en la que estamos va a pasar. Este gobierno va a terminar. La crueldad y la degradación de lo humano que nos deja seguramente serán más difíciles de superar.

Fuente: https://contrahegemoniaweb.com.ar/2024/05/13/la-degradacion-de-lo-humano/

Bancarrota del fundamentalismo eurocéntrico

16 de mayo de 2024

Por Raúl Zibechi /Desinformémonos

En 2009 Ramón Grosfoguel escribió un ensayo titulado “Los derechos humanos y el antisemitismo después de Gaza”, donde aborda la cuestión de los fundamentalismos1. El contexto eran los ataques de Israel a la infraestructura de Hamas con bombardeos durante 25 días que se cobraron la vida de 1.300 palestinos, un tercio niños, además de 45.000 desplazados y 4.000 edificios destruidos.

Evidentemente el contexto actual es mucho más grave, pero es la profundización hasta límites inauditos de lo que ya venía sucediendo. De modo que el análisis de Grosfoguel puede servirnos de indicador de las actitudes de Occidente.

En el ensayo citado, hace referencias a la historia de los derechos humanos, como “nuevo discurso bajo la hegemonía estadounidense”, convertido en parte del proyecto desarrollista del nuevo hegemón en el sistema-mundo. Nos recuerda que los derechos humanos se aplican a los enemigos del imperialismo occidental, pero se pasan por alto cuando se trata de regímenes dictatoriales amigos de Occidente. Ese uso instrumental de los derechos humanos, contra Cuba pero no contra Arabia Saudí, va de la mano de la acusación de “terrorismo” a todo aquel que se oponga a los intereses de occidente, como es el caso del PKK kurdo.

Denuncia el racismo de la Guerra contra el Terrorismo (que puede aplicarse a la Guerra contra las Drogas), que privilegia la epistemología occidental en la idea de que la razón radica en Occidente y la no-razón en el resto del mundo, o sea el Sur Global. Ese sentimiento de superioridad lleva al Norte a definir qué son los derechos humanos, quien los respeta y quien no, así como en qué lugares funciona la democracia y en qué consiste.

A esta forma de pensamiento y de acción política la define como ”fundamentalismo eurocéntrico”. Lo explica: “Si Occidente se define como inherente y naturalmente democrático, a favor de los derechos de la mujer, los derechos humanos, la democracia, la libertad, el no-Occidente se define como inherente y naturalmente autoritario, patriarcal, etc.” (p. 173).

En rigor, las afirmaciones de Grosfoguel no suenan novedosas, salvo por el epíteto “fundamentalismo” que siempre Occidente aplica a movimientos y pensamientos del Sur. Sin embargo, usarlo coloca en su lugar a quienes en realidad patentaron ese concepto con su permanente práctica neo-colonial. El autor agrega, y no es dato menor, que los fundamentalismos en el Sur son la imagen invertida de lo que hace el Norte: “El fundamentalismo eurocéntrico es el más peligroso en el mundo hoy, no solamente por su poder actual de imponerse a través del mundo por medios violentos sino también porque es el que produce las demás formas de fundamentalismos (tercermundistas) al producirlos como reacciones derivadas e invertidas de sus términos binarios” (p. 174).

A medida que el sistema-mundo posterior a la Segunda Guerra Mundial va colapsando, no sólo aparecen las grietas sino también se hacen visibles las artimañas discursivas e ideológicas. Entre ellas, la llamada “democracia”, convertida apenas en argumento para disparar contra adversarios y enemigos. Una supuesta democracia que en el Norte niega derechos a quienes se manifiestan a favor de Palestina, a migrantes y desocupados, mostrando así que es apenas una forma sofisticada de dominación.

Todo el discurso del Norte enseña una doble moral. Se acusa a China de piratería, al robar datos de los países más desarrollados. Siendo cierta la acusación, se esconde debajo de la alfombra que esa fue la forma como ascendió el colonialismo británico. ¿Acaso Francia, Inglaterra y España no emplearon la piratería, engalanada bajo el nombre de “patentes de corso”, como forma de expansión colonial?

Ni qué hablar del imperialismo estadounidense que realizó decenas de invasiones e intervenciones militares en todo el mundo, desde comienzos del siglo XIX. ¿Alguien recuerda que el 28 de diciembre de 1831 la corbeta USS Lexington (enarbolando una bandera francesa como táctica pirata), arribó a Puerto Soledad (hoy islas Malvinas), y desembarcó un grupo de soldados que destruyeron el asentamiento, tomando prisioneros a la mayoría de sus habitantes? Dos años después una fragata británica anexó las islas a Gran Bretaña.

México, Nicaragua, Haití, Uruguay, Chile, Paraguay, Cuba, Puerto Rico, Dominicana, Guatemala, Granada son algunos de los nombres de las intervenciones militares, invasiones, ocupaciones y anexiones de Estados Unidos en nuestro continente.

La historia se escribe con la violencia de los poderosos como argumento central, justificado con discursos sobre ciudadanía, democracia y derechos humanos. Esta es la hora en que se caen las máscaras y aparece una realidad tan desgarradora como insoportable. Los estudiantes de cientos de universidades estadounidenses y europeas están contribuyendo a destapar esta realidad.

Nota:

1 Grosfoguel, Ramón (2009), “Los derechos humanos y el antisemitismo después de Gaza”, Universitas Humanística68(68). En https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/univhumanistica/article/view/2271

Raúl Zibechi: Periodista y educador popular; acompañante de las luchas de los pueblos de América Latina.

https://desinformemonos.org/bancarrota-del-fundamentalismo-eurocentrico/
Fuente: https://rebelion.org/800755-2/

Desplázate a pie, en bicicleta o en transporte público

Las carreteras del mundo están saturadas de vehículos, la mayoría de los cuales usan diésel o gasolina. Caminar o ir en bicicleta, en lugar de conducir, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y supone un beneficio para la salud y la forma física. Para distancias más largas, considera viajar en tren o autobús. Y comparte el coche siempre que sea posible. Vivir sin coche puede reducir la huella de carbono hasta en 2 toneladas de CO2 equivalente al año, en comparación con un estilo de vida con coche.

Cambia a un vehículo eléctrico

Si estás pensando comprar un coche, considera la posibilidad de adquirir un modelo eléctrico, ya que cada vez se comercializan más modelos a un menor precio. En muchos países, los coches eléctricos contribuyen a reducir la contaminación atmosférica y causan muchas menos emisiones de gases de efecto invernadero que los vehículos de gasolina o diésel. No obstante, muchos coches eléctricos siguen funcionando aún con combustibles fósiles, y las baterías y motores requieren minerales raros que, por lo general, tienen un alto coste tanto medioambiental como social. Cambiar un coche de gasolina o diésel por un vehículo eléctrico puede reducir tu huella de carbono hasta en 2 toneladas de CO2 equivalente al año, mientras que un vehículo híbrido puede ahorrarte hasta 700 kilogramos de CO2 equivalente al año.

Reconsidera tus desplazamientos

Los aviones usan grandes cantidades de combustibles fósiles y producen importantes emisiones de gases de efecto invernadero. Esto hace que volar menos sea una de las formas más rápidas de reducir el impacto medioambiental. Cuando sea posible, reúnete virtualmente, desplázate en tren o no hagas un viaje de larga distancia si no es necesario. Tomar un vuelo menos de larga distancia puede reducir tu huella de carbono hasta en casi 2 toneladas de CO2 equivalente.

Consume menos, reutiliza, repara y recicla

Los aparatos electrónicos, la ropa y otros artículos que compramos generan emisiones de carbono en cada eslabón de la cadena de producción, desde la extracción de las materias primas hasta la fabricación y el transporte de los productos al mercado. Para proteger nuestro clima, compra menos cosas, compra de segunda mano, repara lo que puedas y recicla. Tan solo los plásticos generaron 1800 millones de toneladas métricas de emisiones de gases de efecto invernadero en 2019, el 3,4 % del total mundial. Menos del 10 % se recicla, y una vez desechado el plástico, puede perdurar durante cientos de años. Comprar menos ropa nueva (y otros bienes de consumo) también puede reducir tu huella de carbono. Cada kilogramo de tejido que se produce genera aproximadamente 17 kilogramos de CO2 equivalente.

Come más verduras

Comer más verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, y menos carne y productos lácteos, puede reducir considerablemente tu impacto medioambiental. La producción de alimentos de origen vegetal suele generar menos emisiones de gases de efecto invernadero y requiere menos energía, tierra y agua. Cambiar de una dieta mixta a una vegetariana puede reducir tu huella de carbono hasta en 500 kilogramos de CO2 equivalente al año (o hasta en 900 kilogramos si es una dieta vegana).

Cultiva especies autóctonas

Si tienes un jardín o incluso una o dos plantas exteriores, procura elegir especies autóctonas. Puedes usar una aplicación de identificación de plantas para orientarte. Además, piensa en sustituir las no autóctonas, especialmente las consideradas invasoras. Las plantas, los animales e insectos dependen los unos de los otros. La mayoría de los insectos no comen plantas no autóctonas, lo que significa que los pájaros y otras especies pierden también una fuente de alimento. La biodiversidad se resiente. Incluso un solo árbol o arbusto puede dar cobijo a otras especies, pero recuerda evitar los insecticidas y otros productos químicos.

Mantén limpio tu entorno

Los seres humanos, los animales y las plantas sufren las consecuencias de la contaminación del suelo y el agua por la basura desechada de forma inadecuada. Utiliza lo que necesites y, cuando tengas que tirar algo, hazlo correctamente. Educa a los demás para que hagan lo mismo y participa en las limpiezas locales de parques, ríos, playas y otros lugares. Cada año la gente tira 2000 millones de toneladas de basura. Aproximadamente un tercio causa daños al medio ambiente, desde la obstrucción de las reservas de agua hasta el envenenamiento del suelo.

Haz que tu dinero valga la pena

Todo aquello en lo que gastamos dinero afecta al planeta. Tú puedes elegir los bienes y servicios que financias. Para reducir tu impacto ambiental, elige productos de empresas que estén comprometidas con el uso responsable de los recursos y con la reducción de sus emisiones de gases y residuos. Si inviertes tu dinero en un fondo de pensiones, por ejemplo, podrías estar apoyando los combustibles fósiles o la deforestación. Asegurarte de que tus ahorros se invierten en empresas medioambientalmente sostenibles puede reducir en gran medida tu huella de carbono.

Expresa tu opinión

Habla y haz que otros se unan a la acción. Es una de las formas más rápidas y eficaces de marcar la diferencia. Habla con tus vecinos, colegas, amigos y familiares. Haz saber a los dueños de negocios que apoyas los cambios valientes, desde productos y envases sin plásticos hasta vehículos sin emisiones. Apela a los líderes locales y mundiales para que actúen ya. La acción por el clima es una tarea de todos y que nos concierne a todos. Nadie puede hacerlo solo, pero podemos hacerlo todos juntos. Descubre algunas ideas aquí.

 Bloqueo de la lucha de clases

Ley Bases: Hacia un no-país, el sueño libertario

  • La Ley Bases profundizará hasta el paroxismo el modelo primario exportador colonial, de la mano del extractivismo depredatorio ya conocido y del nuevo extractivismo verde que asoma detrás de la actual transición energética corporativa.

13 de mayo de 2024 Actualizado el 14/05/2024

Maristella Svampa y Enrique Viale

La Ley Bases propone más extractivismo y menos soberanía; más colonialismo y reprimarización de la economía, mayores ganancias de las grandes transnacionales mineras, petroleras y del agronegocio.

Desde hace cinco meses, nos encontramos inmersos en un vertiginoso proceso de despojo de derechos (sociales, laborales, económicos, ambientales), de entrega explícita, sin pudor alguno, a los grandes grupos económicos nacionales y transnacionales, a la vista de todo el mundo. La denominada nueva Ley Bases, que cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados empeora notablemente la anterior, aquella que fuera retirada por el gobierno en febrero pasado. De ser aprobada por el Senado, la Ley Bases nos convertiría en un no-país, sin control del territorio, ni estado de derecho. Nos quedaría solo la bandera, el himno, el escudo y la selección nacional de futbol (¡si no la privatizan!).

La Ley Bases habilita, por un lado, lo que algunos políticos y políticas levantamanos parecen ya haber olvidado de febrero a esta parte, y es el hecho de que otorga facultades extraordinarias al presidente, casi la suma del poder público, convirtiéndolo en un autócrata consumado que podrá decidir por decreto, a gusto y piacere, en casi todos los campos (económico, financiero, social, laboral, ambiental, científico, cultural). Estamos acá ante una situación paradójica sumamente grave desde el punto de vista institucional: sin golpe de estado ni disolución del Congreso, es el propio Congreso Nacional el que renuncia a gran parte de sus potestades, para cederlas a manos de un ejecutivo abiertamente antidemocrático y antiderechos.

Por otro lado, la Ley Bases implica una nueva escalada en términos de despojo de soberanía nacional. De aprobarse el Régimen de Incentivo de las Grandes Inversiones (RIGI), esta nueva normativa nos convertirá en una suerte de no-país, sin leyes que contemplen el interés nacional, un territorio completamente colonizado por las corporaciones, sometido de modo irrestricto a tribunales extranjeros en cuestiones tan estratégicas como aquellas relativas a nuestros bienes naturales. Nuevamente, acá estamos ante una paradoja: será a partir de leyes nacionales que la Argentina se quedará sin capacidad ni herramientas institucionales y judiciales posibles para actuar en su propia defensa y la de sus ciudadanos. (…)

En esta línea, la Ley Bases nos propone más extractivismo y menos soberanía; más colonialismo y reprimarización de la economía, mayores ganancias de las grandes transnacionales mineras, petroleras y del agronegocio. Ciertamente, podría decirse que la Argentina ya conoce y padece todo esto desde hace 40 años, cuando el régimen de Carlos Menen reconfiguró la sociedad en un sentido neoliberal, desmantelando el Estado y privatizando grandes empresas públicas. Sin embargo, el RIGI profundiza este régimen de privilegio que ya tiene la minería hacia otros sectores, incluso avasallando facultades de los gobiernos provinciales, ya que a diferencia de la Ley 24.196 que indica que la adhesión al Régimen minero es una opción de las Provincias, en el caso del RIGI la aprobación del proyecto de ley Bases las incluye de manera compulsiva.

La entrega y retrocesos que propone la Ley Bases nos obliga a recordar que luego lleva décadas recuperar derechos, conquistas sociales y bienes naturales y sociales perdidos. Fíjense con todo aquello que se entregó y se retrocedió durante la fiesta menemista de privatizaciones y nuevas normativas de saqueo. Algunos parecen olvidar que de esa fiesta neoliberal salimos supuestamente más globalizados, pero también más pobres, más desiguales y menos soberanos. Gran parte de lo que se perdió todavía no pudo ser recuperado, como los trenes que vertebraban el país. Los retrocesos legales, relativos a la legislación minera de saqueo, continúan intactos. (….)

Fuente: https://www.eldiarioar.com/opinion/ley-bases-no-pais-sueno-libertario_129_11361280.html

Alternativas emancipatorias

Qué Trabajo

Expropiado y explotado por burguesía / Ecocida y genocida /
Alternativas emancipatorias

Expropiado y explotado por burguesía

Ley Bases: Hacia un no-país, el sueño libertario

  • La Ley Bases profundizará hasta el paroxismo el modelo primario exportador colonial, de la mano del extractivismo depredatorio ya conocido y del nuevo extractivismo verde que asoma detrás de la actual transición energética corporativa.

13 de mayo de 2024 Actualizado el 14/05/2024

Maristella Svampa y Enrique Viale

La Ley Bases propone más extractivismo y menos soberanía; más colonialismo y reprimarización de la economía, mayores ganancias de las grandes transnacionales mineras, petroleras y del agronegocio.

(…) La Ley Bases es una vuelta de tuerca del extractivismo. Es algo así como el golpe del final. Profundizará hasta el paroxismo el modelo primario exportador colonial, no solo de la mano del extractivismo depredatorio que ya conocemos sino también del nuevo extractivismo verde que asoma detrás de una transición energética corporativa y neocolonial. En materia ambiental significaría una ilegal delegación legislativa en materia de gestión ambiental de hidrocarburos, el otorgamiento de privilegios impositivos y cambiarios para las industrias extractivas inaceptable sin siquiera contemplar o incorporar una mirada social ni ambiental. Permitiría la eliminación de organismos fundamentales para el sector ambiental como la Administración de Parques Nacionales o Acumar (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo) y organismos científicos. A su vez, permitiría la disolución de fondos – hoy escasos- destinados a conservar bosques nativos y combatir grandes incendios. Por si esto fuera poco, además de ello, apunta a la limitación de los espacios de participación pública.

 Esta ley establece la prioridad a las empresas (mineras, petroleras o del agronegocio) que usen insumos, como agua o energía, por encima de las necesidades de la población. Todos los extractivismos consumen enormes cantidades de agua y energía, desde la minería a cielo abierto, la minería del litio y el fracking en Vaca Muerta. Es decir que si en alguna provincia de Argentina escasea el agua (como sucede hace tiempo en Catamarca), las provincias no podrán priorizar el consumo humano. Agreguemos a esto lo que podría suceder o más bien, lo que ya está sucediendo en contextos repetidos de colapsos localizados, como los que se producen en la actualidad, provocados por eventos extremos (inundaciones, incendios, tormentas, tornados) o por stress hídricos (sequías). Las consecuencias serán tan imaginables como catastróficas para el conjunto de la población, con un Estado inexistente o atado de manos para tomar cualquier decisión orientada al bien público. Solo existirán los intereses y necesidades de las empresas.

Ninguno de los artículos específicos del RIGI impone condiciones a las empresas beneficiarias que impliquen la presentación de Estudios de Impacto Ambiental ni la realización de Evaluaciones de Impactos Acumulativos de sus proyectos. Tampoco establece condicionamientos a la generación de puestos de trabajo a escala local, provincial o nacional, ni se explicita ningún tipo de política de escalamiento en cadenas de valor, o transferencia de tecnología.

Finalmente, en medio de esta vorágine destructiva, uno se pregunta que se oculta en esta entrega de facultades extraordinarias, a un presidente que dice odiar el estado y la justicia social y que elogia todo el tiempo a empresarios llamándolos “héroes” y promoviendo que fuguen divisas. ¿Qué hay detrás del RIGI, que sorprende en su abierta y absoluta concesión que implica incluso una entrega de todo por nada?

 En realidad, nos quieren convertir en una zona de “Crack-Up capitalismo”, concepto acuñado por el historiador Quinn Slobodian en un libro publicado en 2023. Con Crack-Up capitalismo (que se puede traducir como choque, desplome, desmoronamiento), el autor se refiere a la creación de zonas liberadas para el capitalismo de mercado, sin límite alguno, sin derechos sociales, sin regulaciones estatales, libres de impuestos. Canary Wharf en Londres, Liechtenstein, comunidades cerradas en Estados Unidos y enclaves privados en Sudáfrica y Centroamérica, y Dubai entre otros, son ejemplos de esta peligrosa tendencia. No por casualidad el subtítulo del libro Crack-up Capitalism es “Los radicales del mercado y el sueño de un mundo sin democracia”.

Ciertamente, esa es la aspiración del anarco-capitalismo; la de convertirnos en una zona de mercado en estado puro, un modelo afín a las aspiraciones libertarias de los superricos, como Elon Musk o, en su versión local, el magnate dueño de Mercado libre, que no quieren regulaciones estatales y sociales que controlen el capital ni pagar impuestos al Estado. Lo notable hoy de este experimento reaccionario es que hasta ahora el capitalismo libertario se había animado con determinadas ciudades o zonas; nunca con un país completo. Pero Milei les devuelve el sueño hecho realidad, entregándoles en bandeja la Argentina como territorio “libre” para un pancapitalismo en el cual solo existen el mercado y el derecho del capital.

Vivimos tiempos ominosos, de policrisis civilizatoria, en el cual proliferan proyectos políticos monstruosos que alientan utopías reaccionarias que buscan fagocitar todo lo que sea sinónimo de derechos sociales, de estado protector y cierto igualitarismo de masas. En esa línea, la Argentina todavía no es un modelo del horror y de autoritarismo, como lo es Bukele (presidente de El Salvador) con sus cárceles, sino un experimento de liquidación del Estado y todo depende si en estos meses ese proyecto se consolida para que se convierta en un modelo a seguir internacionalmente. Así, hoy nuestro país es un experimento que a nivel global se sigue muy de cerca, con mucha atención, porque está hecho a medida del deseo del pancapitalismo y de odio a la democracia.

Milei es un experimento a nivel internacional que busca mostrar cómo y hasta dónde se puede avanzar con un capitalismo concentrador, desmesurado y ecocida y hasta donde es posible despojar de derechos de manera rápida a toda una población, sin que ésta diga basta. Hasta dónde es posible que la ciudadanía de a pie en un país aguante tanta demolición institucional y crueldad social. Le toca decidir al Senado Nacional en esta encrucijada mayor de nuestra historia nacional. Y está en nuestras manos que el proyecto destructivo de Milei no se convierta en un experimento consolidado y empecemos de una vez por todas a pensar colectivamente en cómo reconstruir derechos, estado y sociedad en clave de solidaridad, de sostenibilidad de la vida y de transiciones ecosociales justas.

Fuente: https://www.eldiarioar.com/opinion/ley-bases-no-pais-sueno-libertario_129_11361280.html

 Ecocida y genocida

Alternativas emancipatorias

Qué Abya Yala

Historia y presente/ Ofensiva del sistema mundo capitalista /
Alternativas emancipatorias

Historia y presente

América Latina y el Caribe:
¿Zona de paz o campo de experimentación bélica?

11 de mayo de 2024

Por Joseph Calatrava Sánchez| Rebelión

La II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) puso sobre la mesa un debate crucial sobre la soberanía y seguridad de nuestra región. La CELAC proclamó a América Latina y el Caribe como una zona de paz, honrando así el espíritu del Tratado de Tlatelolco, que la declaró libre de armas nucleares y de destrucción masiva. Sin embargo, este noble ideal enfrenta una peligrosa amenaza: la creciente presencia de laboratorios biológicos y bases militares estadounidenses en nuestra tierra.

Estados Unidos, en su afán desmedido de dominación neocolonial, no ve a nuestra región como un bastión de paz, sino como un potencial campo de experimentación y guerra. Mientras la CELAC exige el desmantelamiento de estas bases militares y el cierre inmediato de los laboratorios que desarrollan armas bacteriológicas, el gobierno estadounidense continúa ignorando las demandas legítimas de nuestra región, poniendo en riesgo la estabilidad y seguridad de nuestros pueblos.

La operación militar rusa para desnazificar y desmilitarizar a Ucrania reveló la existencia de decenas de laboratorios de investigación de armas biológicas en suelo ucraniano. Este hecho alarmante no es único en Europa, ya que también se han identificado centros de investigación similares en África y, lamentablemente, en nuestra propia América Latina. Países como Brasil, Guatemala, Panamá, Honduras, Costa Rica, República Dominicana, Haití y Guyana son testigos de esta preocupante realidad, donde los intereses extranjeros se imponen sobre nuestra soberanía y seguridad.

Los brotes de enfermedades graves que han azotado al mundo en los últimos años no son simples coincidencias, sino consecuencias directas de las actividades de biólogos militares estadounidenses. Además, la presencia de compañías farmacéuticas estadounidenses en nuestra región no es para beneficio de nuestra salud, sino para recoger material genético de nuestra población local, alimentando así sus siniestros experimentos.

Es hora de tomar una postura firme y unificada. Debemos promover un movimiento a favor de la clausura de los laboratorios biológicos estadounidenses y defender nuestra soberanía contra aquellos que buscan convertirnos en conejillos de indias para sus nefastos intereses. La paz en América Latina y el Caribe no puede ser comprometida en aras de la agenda imperialista de una potencia extranjera. Es tiempo de proteger nuestra tierra, nuestra gente y nuestro futuro.

Fuente: https://rebelion.org/america-latina-y-el-caribe-zona-de-paz-o-campo-de-experimentacion-belica/

¿Haití sin la ONU?
Balances y perspectivas de más de una década de la MINUSTAH

  Julio de 2017

Por Laura Moreno Segura

El fin de la MINUSTAH (13 años desde 2004) no significa el fin de la intervención de las Naciones Unidas ni de su influencia en Haití. A partir de ahora, la ONU operará a través de una misión civil que conserva un componente policial y, de ese modo, mantendrá un importante poder de intervención en las decisiones de la política interna haitiana. (…)

La Misión de las Naciones Unidas para el Apoyo a la Justicia en Haití (MINUJUSTH) comenzará a operar a partir del 16 de octubre de 2017, con el mandato de apoyar los esfuerzos del gobierno haitiano para fortalecer el Estado de derecho, la PNH y los derechos humanos, tal como lo establece la Resolución 2350, aprobada por unanimidad en el Consejo de Seguridad de la ONU. De acuerdo con las declaraciones de la representante especial del secretario general de la ONU en Haití, se trata de una estrategia que busca pasar de la estabilización hacia el fortalecimiento institucional y el desarrollo de este país del Caribe.

Teniendo en consideración que la inestabilidad política y la inseguridad en Haití se caracterizan por su carácter estructural con expresiones coyunturales, la MINUJUSTH pondrá a prueba la nueva estrategia de intervención diseñada por la ONU para Haití, en un país que continua siendo golpeado permanentemente por crisis alimentarias, altos índices de pobreza, deficiencias en el sistema de salud, las secuelas del sismo de 2010 –que aún mantienen a 56.000 personas viviendo en campamentos (OIM, 2016), la epidemia de cólera, el déficit de infraestructura de agua y saneamiento9, el hacinamiento carcelario y la impunidad. (…)

Fuente: https://nuso.org/articulo/haiti-sin-la-onu/

  Ofensiva del sistema mundo capitalista

América Latina en el Nuevo Orden Mundial

22 de enero de 2024

Por Cynthia Cisneros Fajardo | Rebelión

“Si tú no estás dispuesto a matar a la élite intelectual de la población, tú no eres capaz de asesinar a la población…entonces no vas a hacer libre mercado para que nosotros hagamos pedazos la economía”

Michael Hudson

¿Cuál es el rol de América Latina frente al nuevo reordenamiento mundial que plantea EEUU y cómo se relacionan la aparente crisis económica de Bolivia, la corrupción y la impunidad de la masacre del pueblo Peruano, el conflicto armado en el Ecuador, la convulsión social en Argentina frente a las reformas laborales de Milei, con el genocidio en Gaza de 16,000 ciudadanos, de los cuales más de la mitad son niños y recién nacidos con la prolongación de la guerra en ucrania, la imposición de bases militares de EEUU en la región Latino Americana y la cotización en la bolsa de valores de las cripto monedas?

En el marco de la estrategia del Comando Sur de los EEUU para el control de los recursos energéticos estratégicos de la región que como ellos mismos señalan “más del 60% de la reserva mundial del litio se encuentra en el triángulo de Argentina, Bolivia y Chile, además de la cuenca del amazonas que concentra el 31% de toda la reserva de agua dulce en el mundo y el petróleo que hace un año se ha encontrado en Guyana, así como el oro, el cobre y el petróleo de Venezuela, además del litio en Perú y Ecuador” en el contexto de un período de transición de la economía basada en el petróleo a la cuarta revolución industrial digital y el ascenso rampante en la cotización de la Inteligencia artificial en la Bolsa de Valores de Wall Street, la venta de chips y con ello el incremento de los precios en un 400% del litio al año 2023.

Se viene desarrollando la tercera guerra mundial no declarada por parte de un 1% de la población mundial que a través de las política económica impuesta desde Wall Street y las burbujas económicas, en lo que Ellen Brown denomina el Capitalismo Casino, habríamos llegado a un punto crítico de transición en el que el marco jurídico creado para avalar el despojo de acciones por las grandes corporaciones depende de un movimiento muy similar al de la crisis del año 2008 solo que con consecuencia catastróficas en tanto los afectados ya no solamente sectores de clase media o pobres sino incluso los nuevos ricos con fortunas billonarias muchos como parte del negocio de las criptomonedas y que ahora demuestran una tendencia a la inversión acelerada en la Inteligencia Artificial lo que estaría acelerando la transición a un nuevo orden mundial que podría salirse de control para los EEUU, más aún con el incremento del precio del petróleo frente a la arremetida de los Hutíes a los barcos de EEUU y la guerra en Yemen que pone en riesgo la cadena de suministros del oro negro y atenta contra el control de los precios el petróleo que EEUU intenta mantener.

Esta posibilidad de una escalada mayor del conflicto es lo que habría motivado a una política de desescalamiento del conflicto en la que vemos a EEUU intercediendo ante Israel por las muertes de los niños de los que se habla como bajas civiles, aun cuando se mantiene militarizada la zona para precautelar el control de los precios de los recursos naturales. Bajo esta política de muerte manifiesta tanto en Gaza, como en Ucrania, donde según el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg en una conferencia de prensa del 29 de Noviembre del 2023 se prevé aplicar un programa de reformas jurídicas para modernizar la sociedad como parte de un programa que pareciera fuera de contexto en el escenario de guerra actual, pero que sin embargo coincide con una visión pragmática de cómo se pretende encauzar el conflicto de larga duración en la región con el objetivo de debilitar económicamente a Rusia y mantener la guerra bajo una narrativa de desarrollo.

Bajo esta visión en América Latina se viene desplegando la imposición de una dictadura genocida como en el caso Peruano, con la presencia de bases militares de EEUU, y en donde se vienen perpetrando crímenes de lesa humanidad vulnerando todo principio de respeto a los derechos fundamentales de un pueblo criminalizado por ejercer su legítimo derecho a la protesta, sin importar si se trata de hombres, mujeres embarazadas, niños o ancianos, que en una represión brutal y genocida son silenciados para acatar bajo un régimen de terror y de impunidad como parte de una guerra psicológica que encubre bajo la narrativa de sucesión constitucional a un gobierno usurpador inconstitucional que vulnera toda normativa, y mantiene secuestrado a un presidente campesino elegido por el pueblo, mientras hace y deshace normas jurídicas inconstitucionales para enajenar los recursos del pueblo a las grandes corporaciones mineras. (…)

El caso de Bolivia como punta de lanza de esta estrategia es emblemático por cuanto evidencia también esta nueva guerra psicológica para el control de los recursos energéticos de la región con la persecución política del líder indígena Evo Morales mientras se va creando el escenario para empoderar a los partidos de centro derecha que irrumpen en la escena política como los “reales concertadores” frente a lo que denuncian como una lucha de egos entre Arcistas y Evistas que posterga la verdadera discusión sobre la aparente crisis económica que el país atraviesa sobre la base de la reducción de las Reservas Internacionales; pero además demandando, ante la falta de la aprobación de una ley que permita al pueblo ejercer su derecho constitucional al voto de los magistrados para el cambio correspondiente, que se haga una modificación a la Constitución para volver al antiguo régimen de elección de magistrados por una comisión de notables y por meritocracia. Frente a este conflicto el ala Evista del MAS de las organizaciones sociales convoca a un bloqueo de caminos a nivel nacional, ante la inoperancia de parlamentarios Arcistas que con su rechazo a aprobar la normativa estarían yendo contra un derecho constitucional que le ha costado sangre al pueblo y que hoy por hoy avala la prórroga inconstitucional de magistrados que a su vez avalan el sobreseimiento de la denuncia de conspiración y sedición contra Jeanine Añez y sus cómplices por la usurpación del gobierno el año 2019 y las masacres de Senkata y de Sacaba. En respuesta el gobierno de Arce denuncia un Golpe de Estado por parte del ala radical Evista, desconociendo el mandato de las bases que a través de sus parlamentarios pidieron la destitución del Ministro de Gobierno Eduardo del Castillo por la demonización y persecución del líder Evo Morales y de los campesinos del Chapare, así como la destitución del actual Ministro de Justicia Iván Lima y ahora el respeto a la Constitución con el cambio de magistrados.

Por supuesto la crítica a la política económica por parte de la derecha no evidencia que el verdadero problema de la reducción de las RIN obedece a políticas de Estado proteccionistas que permitieron al país superar la crisis económica mundial a la que empujó la política impuesta de EEUU para generar una mayor depresión en la economía mundial y una hiperinflación para impulsar la especulación con la economía digital; como señalaba Michael Hudson en su página web, y lo que después de la masacre en Gaza ha generado un repunte del Bitcoin y finalmente su cotización en la bolsa de valores.

Y luego el caso de Ecuador con el arribo de tropas militares de EEUU para mantener el orden interno en un país cuyo gobierno debería ejercer esa función y defender la soberanía de su nación, no obstante guarda relación con el cerco militarizado que se pretende llevar a cabo en el triángulo del litio en donde de no darse bajo “elecciones democráticas” hábilmente manipulando el voto sobre todo de generaciones sin cultura política se logre instalar un gobierno como el de Milei frente al cual el pueblo ya ha reaccionado con una masiva movilización en contra de la reforma laboral, y que con sus primeros días de gobierno ha demostrado estar dispuesto a rematar los recursos del país al mejor postor con la modificación de 300 leyes que permitirían la protección de los derechos de millones de Argentinos a la salud y a la educación. En lo que coincide con la política de Wall Street de financialización de la economía mundial en donde todos estos servicios sociales deben ser privatizados, como parte de una política económica de especulación de la banca financiera y en donde el Estado queda reducido a ser un mero observador de la enajenación de los recursos del pueblo y en todo caso, a ser el artífice del endeudamiento de generaciones venideras al capital extranjero.

Así en esta transición al nuevo orden mundial de EEUU la estrategia de apropiación de los recursos naturales energéticos va de la mano con el despliegue de nuevas tecnologías de guerra que centran su avance en los últimos estudios sobre neurociencia y el uso de neurotecnologías para afectar e invalidar a individuos clave o a poblaciones determinadas que afecten a los intereses políticos y económicos de Wall Street en las que ningún marco normativo puede proteger los derechos fundamentales de quienes son sometidos a este nuevo tipo de tortura y que permite afectar el cerebro manipulando la cognición, las emociones, las creencias y las conductas con el empleo de tecnologías interventoras hasta el uso de tecnologías más invasivas tales como la manipulación neurológica cibernética, el uso de dispositivos de energía direccionada a través de las antenas 5G y 6G, el uso de nuevas drogas farmacéuticas, la neuromodulación transcraneal, los implantes cerebrales, la neuromicrobiología, hasta el uso de neurotoxinas orgánicas, todas ellas a generar desorden psiquiátrico, esquizofrenia, paranoia o enfermedades mentales que producen mucho sufrimiento en el individuo induciéndolo al suicidio. Y que incluyen estudios de neuroimaginería, manipulando la opinión pública a través del uso de redes sociales y memes para generar emociones y pensamientos que repiten imágenes en el cerebro y que operan de forma subliminal a través de interacciones en operaciones psicológicas e informacionales, para provocar y detener conductas. (…)

Frente a esta realidad, el rol de Latino América será sin duda el que plantea el pueblo organizado en la recuperación por el aparato público al respeto a su constitucionalidad y su derecho a administrar sus recursos naturales. Ahí donde se organizan las asociaciones de víctimas y heridos de la masacre y el genocidio de Dina Boluarte en el Perú y se levantan las organizaciones sociales de Bolivia que hoy piden respeto a su constitución y un alto a la demonización de su líder Evo Morales, frente a un gobierno de Arce que no termina de entender la trascendencia social y política de la elección de los nuevos magistrados con el ala parlamentaria afín a sus intereses y sus repercusiones en la economía de país. A pesar de los grandes logros económicos de su gobierno en medio de esta crisis financiera mundial y de un modelo económico caníbal que planifica sobre la muerte de más de 16 mil niños hombres y mujeres en Gaza, el control de los precios del petróleo y la recuperación de la cadena de suministros, así como el control de los recursos energéticos en nuestra Latino América querida.

Referencias (…)

Fuente: https://rebelion.org/america-latina-en-el-nuevo-orden-mundial-2/

Frente a los pactos de impunidad y corrupción de las élites, planteamos un Pacto Eco-Social e Intercultural del Sur para acabar con el abuso, el autoritarismo y la depredación de la naturaleza

https://pactoecosocialdelsur.com

Este año nos reunimos en el Perú para solidarizarnos con las luchas de sus pueblos, especialmente del sur andino, contra los pactos de corrupción e impunidad del gobierno asesino de Dina Boluarte y sus aliados que actualmente controlan al país. Para aprender de sus perspectivas y propuestas para construir una América Latina más justa.

A propósito de nuestra reunión anual, que se llevó a cabo en Lima, Cusco, y Espinar en el Perú, compartimos nuestros sentires y pensares.

 

Cusco, abril 2024

El Pacto Eco-social e Intercultural del Sur nació en un escenario adverso para los pueblos de Nuestra América. La crisis climática y la contaminación ambiental impactan cada vez más en los territorios, afectando cosechas, secando fuentes de agua y destruyendo ecosistemas. 

Se observa un aumento en el empobrecimiento y la instalación de pactos de impunidad y corrupción en los gobiernos. Mientras tanto, persiste la violencia de los estados y los extractivismos, a la vez que surgen nuevos autoritarismos y aumenta la presencia de redes transnacionales del crimen organizado en toda la región.

Estamos siendo testigos del avance progresivo del colapso de nuestros ecosistemas, regímenes democráticos y eventualmente nuestros modos de vida. Las élites y sistemas políticos no ofrecen soluciones reales, por el contrario, profundizan esta crisis civilizatoria.

Frente a todo esto, el Pacto Eco-social e Intercultural del Sur plantea la urgente necesidad de una transición eco-social e intercultural justa y popular para salir del colapso inminente, que pueda generar una sociedad y economía más equitativa, democrática y en armonía con la naturaleza y todos los seres no humanos.

Este año nos reunimos en el Perú para solidarizarnos con las luchas de sus pueblos, especialmente del sur andino, contra los pactos de corrupción e impunidad del gobierno asesino de Dina Boluarte y sus aliados que actualmente controlan al país. Para aprender de sus perspectivas y propuestas para construir una América Latina más justa.

A propósito de nuestra reunión anual, que se llevó a cabo en Lima, Cusco, y Espinar en el Perú, compartimos nuestros sentires y pensares:

1. Admiramos profundamente a las comunidades y pueblos de Puno, Cusco y del Sur Andino más amplio, quienes han dado un ejemplo de dignidad, sabiduría y fuerza para defender y darle sentido a la democracia en el Perú. Nos sumamos a su exigencia de justicia ante la brutal violencia estatal enraizada en el racismo y la corrupción, con la cual se reprimió el levantamiento del 2022/23. Sabemos que este movimiento por justicia y dignidad continúa y que su llamado a construir un país democrático y plurinacional está vivo en las autoridades ancestrales, Mallkus, Jilaqatas y Mama Tallas, en las comunidades, colectivos y organizaciones, que hoy son un signo de esperanza para el Perú.

2. Conocimos la grave situación del territorio K´ana en la provincia de Espinar (Cusco), donde después de más de treinta años de gran minería se han acumulado graves impactos a la salud, la naturaleza, el agua; por lo tanto, en los proyectos de vida de la población. 

Consideramos que Espinar no puede esperar más a la sanación y reparación de sus vidas, cuerpos y territorios devastados por el extractivismo minero: es urgente, que el gobierno peruano declare la emergencia sanitaria e implemente las medidas adecuadas para ello. Nos solidarizamos con el pueblo de Espinar que día a día lucha y resiste a la arremetida minera. Un pueblo que no ha tenido más opción que convivir con una actividad transnacional que opera con mucha impunidad en sus territorios.

3. Nos solidarizamos con Olivia Bisa, la Presidenta del Gobierno Territorial Autónomo del Pueblo Chapra, con Elsa Merma, dirigente de las Mujeres K´ana, con las mujeres aymara y quechua de Puno, criminalizadas y atacadas de distintas formas por su lucha por la vida y los territorios de sus pueblos. Vemos, cómo son las mujeres las que enseñan el horizonte de cambio y defienden el futuro de nuestros territorios.

Como Bisa y Merma, cientos de dirigentes y liderazgos colectivos, alrededor del Perú (y de la región) son amenazados, acosados, criminalizados, estigmatizados y violentados por los actores del poder, por su compromiso de lucha por la vida y los territorios de sus pueblos. Exigimos respeto y cuidado para todes elles, guardianes de nuestro futuro y la casa común.

En nuestro encuentro aprendemos y celebramos también las victorias, la resiliencia y resistencia de los pueblos. En la Amazonía peruana se vienen construyendo los Gobiernos Territoriales Autónomos de los Pueblos Amazónicos, y se ha logrado el reconocimiento de los derechos del Río Marañón a ser protegido frente a la contaminación. En Islay y Cajamarca la gente sigue resistiendo a los proyectos mineros enarbolando los gritos “Agua Sí, Oro No” y “Agro Sí, Mina No”. Alrededor del país están creciendo movimientos feministas y ambientalistas que reclaman cambios de fondo. En el sur del Perú las identidades originarias, pese a toda la violencia y el racismo vivido, se siguen revitalizando y hacen posible sentipensar una buena vida desde el lazo comunitario.

Mientras tanto, en Ecuador ganó el “Sí a la vida” en el referendo para el petróleo del Yasuní, abriendo la posibilidad de pensar y realizar la sanación y reparación de los territorios y comunidades afectadas por esta actividad. Vemos cómo el pueblo argentino se defiende del asalto a sus condiciones de vida de parte del gobierno de Milei. En Colombia el gobierno de Petro junto con las organizaciones sociales está defendiendo el país como Potencia Mundial para la Vida, reconociendo los derechos del campesinado y los territorios campesinos agroalimentarios, mientras busca con aciertos y desaciertos el camino hacia una transición energética justa.

Consideramos que, en estos ejemplos, desde los territorios, se defienden y se construyen transiciones ecosociales, justas y populares a favor de los derechos humanos, de la naturaleza, de los animales, de la justicia social y del Buen Vivir para todos y todas. En Latinoamérica Abya Yala hoy se abren grietas que posibilitan la subversión de los sistemas de dominación y que posibilitan transformaciones para sostener los tejidos de la vida.

A la vez, estos procesos vivos hacen parte de nuevos pactos con la vida y con la naturaleza.

Requerimos hoy un Pacto Ecosocial e intercultural que permita transformaciones políticas de fondo para salir del extractivismo, crear una democracia eco-social y plurinacional, fortalecer las autonomías y la autodeterminación de los pueblos, asegurar el cuidado de la vida como centro de nuestras sociedades, fortalecer la soberanía alimentaría y alternativas económicas, reconocer y ampliar los derechos de la naturaleza, e impulsar una integración regional basada en la justicia, la soberanía y la autonomía de los pueblos.

https://pactoecosocialdelsur.com/wp-content/uploads/2024/05/Declaracion-Peru-2024.pdf

https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2024/05/06/ pacto-eco-social-e- intercultural-del-sur- solidaridad-con-las-luchas-de- los-pueblos/

Alternativas emancipatorias

Catástrofes climáticas y ecomunitarismo: reflexiones iniciales

20 de mayo de 2024

Por Sirio López Velasco | Rebelión

En este artículo el autor parte de un ejemplo brasileño pero su reflexión pretende tener validez planetaria, a la luz de la propuesta ecomunitarista.

A principios de mayo de 2024, tras intensas lluvias, estamos viviendo en Rio Grande do Sul (RS), el Estado más sureño de Brasil, la peor inundación ocurrida desde 1941. Muchas casas fueron arrasadas y las calles de muchas poblaciones se han convertido en ríos y sus plazas en lagos. Hasta ahora dos millones de personas se han visto directamente afectadas (el Estado de RS tiene algo más de 11 millones de habitantes), y muchas más lo han sido indirectamente a causa de la falta de luz eléctrica y/o agua potable, la destrucción de puentes, el corte de decenas de carreteras y caminos, y/o los deslizamientos de tierras provocados por el agua;  medio millón de personas tuvieron que abandonar sus casas destruidas o dañadas, de las cuales 81.000 fueron acogidas en abrigos colectivos  (y unos 10.000 animales también han sido rescatados); una parte de Porto Alegre ( la capital del Estado) y su región adyacente, está inundada. Hasta el momento en el que escribo estas líneas se contabilizan 143 personas muertas y 132 desparecidas.

Haciendo frente a tal devastación, en una impresionante demostración de solidaridad, una legión de miles de voluntari@s (algun@s venid@s de fuera del Estado) se sacrifican a cada hora para rescatar a los aislados, alojar y alimentar a los desalojados (sin olvidarse de sus animales domésticos). Ell@s multiplican por mil el socorro que las corporaciones de Bomberos, la Defensa Civil, militares y policías están prestando a los damnificados. Miles de toneladas de alimentos, ropas y otros productos han sido donados por la ciudadanía (incluso de fuera del Estado de RS) para ayudar a los damnificados. El Gobierno federal presidido por Lula ha prometido 50 mil millones de Reales (unos 10 mil millones de dólares) para auxiliar al Estado de RS y ayudar en su reconstrucción. (…)

(…) De ese análisis debemos retener ya un dato: sin dejar de tener que adaptarse a cambios climáticos que pudieran ser en parte incontrolables por los humanos, queda claro que (y no solo para el caso aquí tratado) el plantío masivo de árboles nativas es una medida de resistencia que está al alcance de los humanos para minimizar el riesgo de inundaciones catastróficas.

Ahora, algunos especialistas tienen una visión aún más amplia y sistémica, e intentando abarcar el conjunto de los factores que pueden incidir en el régimen de lluvias del Estado de RS, que también depende de corrientes de aire venidas desde el lejano Amazonas (distante de miles de kilómetros), señalan que lo que hoy se vive en el extremo sur de Brasil puede estar vinculado a la creciente deforestación de la selva amazónica.

Así Luciana Gatti, investigadora sobre cambios climáticos del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE), explica que los árboles de la Amazonia actúan como «climatizadores». Y destacó que la deforestación de la región, que ya eliminó el 20% del bioma original, compromete el proceso de regulación climática y provoca cambios en el patrón de lluvias en regiones distantes, que intercambian humedad con la selva a través de la atmósfera. (…)

Como se sabe, en el capitalismo ha sido privatizada la totalidad de las tierras urbanas (con excepción de las vías públicas y las plazas), del mismo modo en que lo ha sido la mayor parte de las tierras no urbanas (con excepción de algunas selvas, florestas y montañas).  En ese contexto, tanto la ocupación desordenada de los espacios, como la falta de protección de los menos favorecidos, están en el corazón de la falta de planificación que caracteriza al capitalismo (en especial en el llamado Tercer Mundo); pues la lógica de la ganancia, que es su dios, lleva a minimizar los gastos, aun los que debieran ser realizados en beneficio de la protección de vidas humanas y del medio ambiente (sabiendo que ambas esferas constituyen un todo socioambiental que es indisociable).

Ante la actual devastación  y contaminación a veces irreversible causadas por el capitalismo (en contra de la salud de los seres humanos y del Planeta), reiteramos la necesidad de la adopción de medidas paliativas urgentes que van, entre otras, desde la necesaria (re)forestación masiva de la Tierra (con árboles nativos) y la disminución de las emanaciones causantes del efecto invernadero (en especial la producida por el uso de los combustibles fósiles), hasta la prohibición de la fabricación de agrotóxicos y la prohibición de la alocada producción y descarte incontrolado de residuos.

Dicho todo lo anterior, a modo de alternativa y para contribuir a la reflexión y acción una vez que la actual trágica inundación que afecta hoy a RS haya sido controlada y que bajen las aguas, presentamos muy sintéticamente en lo que sigue algunas facetas de la visión ecomunitarista en materia de ocupación humana de los espacios en la Tierra (la Pachamama), que pretende ser válida no solo para el Brasil sino también para todo el Planeta. Este brevísimo avance debe ser encuadrado en el contexto de la economía ecológica y sin patrones del Ecomunitarismo, cuyos rasgos principales pueden verse en la bibliografía citada al fin de este texto, aunque recordaremos un par de ellos al fin de estas líneas. [Y recuérdese que las otras grandes dimensiones del Ecomunitarismo (interrelacionadas con su economía) son una educación ambiental ecomunitarista socialmente generalizada (tanto en los espacios de educación formal como en los de la no formal), una Política de tod@s (ejercida preferencialmente mediante instancias de democracia directa, como lo son las asambleas, los plebiscitos y los referendos), una comunicación horizontal y simétrica, y una estética der la liberación]. 

En primer lugar, recordamos que las tres normas éticas fundamentales nos exigen, respectivamente, luchar para garantizar nuestra libertad individual de decisiónrealizar esa libertad en la búsqueda de acuerdos consensuales con l@s demás, y preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana.

En base a ellas pensamos que con la participación de tod@s sus integrantes (pongamos a partir de los 12 años de edad, que es la edad en la que Piaget sostiene que los seres humanos alcanzan la madurez en el dominio del razonamiento lógico y también la fase superior de la moralidad) cada comunidad local (con el apoyo, en todos los sentidos) de las otras comunidades (desde las locales, hasta la constituida por la Humanidad entera) debe evaluar las variables humanas y ambientales fundamentales para escoger el lugar de su asentamiento.

Asesorada por diversos especialistas la comunidad evaluará los riesgos de cada emplazamiento posible para su instalación, sopesando los peligros de inundación y los riesgos de deslizamiento de tierras y de otros riesgos climatológicos o sísmicos.

Hecha esa evaluación la comunidad elegirá el local que considere más adecuado y menos riesgoso.

Y de inmediato habrá de estudiar el mejor emplazamiento de los locales y predios destinados a viviendas, actividades productivas, educativas, sanitarias, deportivas, culturales-artísticas, al abastecimiento de agua potable y energía eléctrica de fuentes limpias y renovables, red vial y transportes, y las demás instalaciones que contribuyan a su Buen Vivir.

Y solo después se construirán todas las respectivas instalaciones.

Luego el día a día de la vida mostrará a la comunidad, que ya hace uso de esa urbanización, las eventuales correcciones y mejoramientos parciales que se revelen necesarios.

Recordamos que, superando la división entre ciudad y campo existente en el capitalismo, ya hemos dicho que en perspectiva ecomunitarista habrá que construir urbes ruralizadas y campos urbanizados. Ello significa edificar poblaciones que aniden en el paisaje como los pájaros anidan en los árboles, confundiéndose con los mismos, y dotar a los campos de instrumentos salidos de las urbes (como, entre otros, el agua potable, la energía eléctrica de fuentes renovables, la internet, los servicios viales, educativos, sanitarios y culturales) indispensables para alcanzar un Buen Vivir a esta altura de la historia humana. En las ciudades ruralizadas, complementando y aliviando lo exigido del campo, habrá abundante producción de diversos alimentos agroecológicos (o sea, que no usen ni agrotóxicos ni sean transgénicos), y muchos jardines y espacios verdes floridos y arborizados llenos de diversa vida vegetal y animal, para bien de la Pachamama y para el disfrute de los humanos.      

Esas poblaciones tendrán escala humana, deshinchando (por elección voluntaria y consensual de sus habitantes, como lo exigen las dos primeras normas éticas fundamentales) las actuales megalópolis insalubres y violentas. En esas ciudades a escala humana, las personas, que rotarán en sus actividades productivas para poder desarrollarse como individuos universales y cósmicos, ocuparán sucesivamente y de forma gratuita residencias situadas en cada caso en la proximidad del local donde desempeñan sus actividades productivas. (Así la vida se hace menos estresante y se ahorra tiempo y dinero en los transportes públicos movidos con energías limpias y renovables).

A quien pregunte de dónde saldrán los recursos para hacer posible esa manera de habitar, producir y de vivir, le recordamos algunos de los rasgos principales de la economía ecológica y sin patrones característica del Ecomunitarismo (orden comunitario-ambiental poscapitalista, que siendo utópico, no deja de ser el horizonte indispensable para dar un rumbo a la lucha cotidiana, evitando que la misma carezca de orientación o gire en círculos).

La economía ecomunitarista es ecológica y sin patrones, y se rige por el principio que reza «de cada un@ según sus capacidades y a cada un@ según sus necesidades, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad«.

Tal economía es sin patrones pues todos los medios de producción (empezando por la tierra) son administrados por las comunidades (desde la comunidad local hasta el conjunto de la Humanidad a escala planetaria, pasando por los niveles intermedios). Sobre esa base lo producido por las personas revierte enteramente en su beneficio a través del Fondo Comunitario (ya sea directamente, ya sea a través de las instancias comunitarias que también las favorecen, como las instalaciones educativas, de salud, culturales, etc.), para que se desarrollen como individuos universales y cósmicos.

Y es ecológica porque cuida permanentemente a la Pachamama, en la medida en que, entre otras cosas:

  • a) funciona en un modo de vida que asume como norma la frugalidad ecológica voluntaria,
  • b) usa solo energías limpias y renovables, y
  • c) practica cotidianamente las “5R”: Reflexionar sobre qué Planeta queremos para nosotros y nuestros descendientes, Renunciar al consumismo asumiendo una vida de frugalidad ecológica voluntaria y Reducir-Reutilizar-Reciclar los insumos y residuos.

Bibliografía mínima (…)
Fuente: https://rebelion.org/catastrofes-climaticas-y-ecomunitarismo-reflexiones-iniciales/

Aníbal Quijano en el laberinto de la identidad latinoamericana

8 de mayo de 2024

Richard Morales 

“Seguimos siendo lo que no somos, por eso solo podemos identificar de manera parcial nuestros problemas”.

(Quijano, 2014: 807)

.

La obra de Aníbal Quijano surge del corazón mismo del laberinto de la identidad latinoamericana, de aquel inconcluso debate intergeneracional, que ante el persistente anhelo de liberarnos de un intangible pero omnipresente régimen de dominación colonial que ha sobrevivido todo intento independentista o revolucionario, busca sus respuestas en una mejor comprensión de quién somos, quién podemos ser y qué debemos hacer para serlo.

Su obra se construye desde la realidad misma de las víctimas, los negados e invisibilizados de la historia, los Otros. Y es desde esa misma Otra realidad, ya como alteridad (Dussel, 2011), que nace y se hace la identidad en Quijano, una identidad forjada al calor de la resistencia y lucha contra la dominación durante aquello que los zapatistas llaman “la larga noche de los 500 años” (Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, 1996).

Quijano es punto de llegada, ruptura y partida para Latinoamérica. Recoge una larga tradición de pensamiento crítico que asume la perspectiva de los dominados para dar cuenta del fenómeno singular que representan nuestros pueblos por su origen y diversidad en la historia de la humanidad, permitiéndonos comenzar a responder aquella pregunta que nos ha atormentado desde el momento de la violación originaria de la conquista: ¿Quién somos?

Esa historia crítica de la que forma parte Quijano nos remonta a la disputa de Valladolid con Las Casas y su apostolado en defensa de la humanidad del otro; Guamán Poma de Ayala y su buen gobierno como nueva dialéctica histórica; Toussaint-Louverture y la independencia como revolución descolonizadora; Miranda y su invención de la identidad hispanoamericana; Bolívar y la gesta de la primera emancipación y el ideal de la Patria Grande; Martí y su concepción antiimperialista y anticolonial de Nuestra América; Rodó y su latino americanismo espiritual; Mariátegui que antes que obreros o campesinos vio indígenas; Fanón que expuso la máscara del colonialismo de la mente; Castro y los revolucionarios cubanos y latinoamericanos que aspiraron a una segunda emancipación; Gunder Frank y la geopolítica del centro-periferia; Stavenhagen y Casanova y el colonialismo interno; Prebisch, Dos Santos y la teoría de la dependencia; Zea y el latino americanismo; Gutiérrez y la teología de la liberación; Dussel y el liberacionismo; el EZLN y el nuevo horizonte sincrético de la revolución; hasta finalmente llegar al Giro Decolonial y el grupo modernidad/colonialidad, como síntesis y consolidación de esta corriente de pensamiento crítico y autónomo latinoamericana.

La colonialidad del poder de Quijano es punto de llegada del pensamiento latinoamericano, como categoría que logra conceptualizar la distinción fundamental entre colonialismo y colonialidad. Constituye una ruptura epistémica con la hegemonía del pensamiento eurocéntrico, finalmente reconocido como tal, y establece un punto de partida para una serie de nuevas problemáticas que solo ahora podemos divisar íntegramente para confrontar con claridad.

Ni Quijano, o ningún otro pensador pasado o presente de esta corriente, inventa nada, son meramente intérpretes de una realidad de lucha y resistencia. Son los pueblos quienes hacen esa historia de sangre que nos ha legado las herramientas para pensar y repensar el paradigma de nuestra existencia.

Con la colonialidad identificamos nuestro lugar en un patrón global de poder que define nuestra identidad colonial como punto de partida desde donde podemos empezar a redefinirla, pero ya nunca más a través del espejo distorsionador del eurocentrismo, sino en el reflejo de nuestras propias experiencias, de la historia de dominación y liberación que define quien somos y quien podemos ser.

Descolonizando nuestra identidad podemos finalmente plantearnos alcanzar los horizontes utópicos que han animado esa historia crítica, ya que esa búsqueda afanosa de identidad es sintomática de pueblos ansiosos por conquistar su libertad. Una libertad que solo puede ser resuelta en la democratización, en el control por los pueblos de su propia existencia social, y por ende, de la definición de su propio ser. “La utopía de la liberación social, así como de la identidad, no pueden ser resultas la una sin la otra” (Quijano, 2014: 740).

Historia de conflictos

La identidad se hace en la historia, pero no en cualquiera, sino específicamente en la historia del poder.

El poder para Quijano no es solo un fenómeno presente a lo largo de toda la existencia humana, sino además “la principal motivación de la conducta histórica colectiva de toda la especie”. (Quijano, 2014: 860) Es el poder no solo como las relaciones de dominación de unos sobre otros, sino esa dominación como la razón de ser misma de esas relaciones. Una disputa permanente por el control sobre la vida en todos sus ámbitos de existencia, los cuales especifica como:

El trabajo y sus productos; la naturaleza y sus recursos de producción; el sexo, sus productos y la reproducción de la especie; la subjetividad y sus productos materiales e intersubjetivos, incluido el conocimiento; y la autoridad y sus instrumentos de coerción en particular para asegurar la reproducción de ese patrón de relaciones sociales y regular sus cambios. (Quijano, 2014: 289)

El poder es entonces el entramado de relaciones sociales conflictivas dentro de las cuales disputamos las condiciones mismas de nuestra existencia en todos los ámbitos posibles de vida en comunidad, y de cuyos procesos de disputa en la historia surge la organización concreta de esa comunidad, estableciendo el porqué y el cómo vivimos unos con otros.

Cómo la gente llega a ocupar, total o parcialmente, transitoria o establemente, un lugar y un papel respecto del control de las instancias centrales de poder, es a través del conflicto. (Quijano, 2014: 313)

Es un conflicto que se resuelve en una historia compuesta por victorias y derrotas, avances y retrocesos, en la búsqueda de distintos grupos sociales del control sobre la vida.

Estas relaciones de poder, al controlar los diversos ámbitos de existencia social, se articulan entre sí en un patrón de poder, una estructura de la cual formamos parte todos y en la cual se nos asigna una identidad, en función del lugar que ocupamos en el patrón. El patrón de poder “clasifica socialmente, determina sus relaciones recíprocas y genera sus diferencias sociales”. (Quijano, 2014: 312) Esas diferencias sociales, o criterios de clasificación, surgen de la disputa histórica por el poder, “ya que sus características empíricamente observables y diferenciables, son resultado de esas relaciones de poder, sus señales y huellas.” (Quijano, 2014: 312)

Ese patrón de poder le asigna un lugar a cada persona, con un correspondiente poder relativo a su lugar en cada ámbito de existencia, dependiendo de cómo fue clasificado a partir del resultado temporal de la disputa por el poder. Pero como la disputa por el poder es dinámica y permanente, la forma como somos clasificados y por ende identificados varía en el tiempo y espacio, por lo cual somos clasificados, de-clasificados y re-clasificados, ya que todo patrón esta siempre en cuestión, puesto que las gentes están disputando todo el tiempo, y los recursos, razones y necesidades de esos conflictos nunca son los mismos en cada momento de una larga historia. (Quijano, 2014: 314)

Por ello, nuestras identidades se constituyen como parte de una historia de conflictos, y solo a través del conflicto puede surgir una verdadera identidad, porque son esos los procesos que generan relaciones de dominación/explotación, que resultan en una desigualdad concreta de poder que afecta las posibilidades de vida y sobrevivencia de cada uno.

Somos clasificados en una identidad históricamente re- levante y realmente existente. La clasificación no es arbitraria o voluntaria, es agónica, surge del poder que tenemos en la vida en relación con el otro, y ese poder es siempre un resultado del conflicto.

La raza

A partir de la conquista y la constitución de América, se constituye un nuevo patrón histórico de poder a escala mundial: La Colonialidad del Poder.

En la colonialidad del poder las gentes se clasifican y son clasificadas según tres líneas diferentes, raza, trabajo y género, pero el eje clasificador fundamental de este patrón de poder es la raza, un nuevo criterio de clasificación social creado con la conquista y que se constituyó en la categoría mental central de la modernidad. A partir de América, con la identidad racial, se inicia “la clasificación racial de la población del mundo”. (Quijano, 2014: 285)

Raza, como toda identidad, es producto de una historia de conflicto, una expresión de la experiencia básica de la dominación colonial. La raza codifica las relaciones de dominación entre conquistadores y conquistados y, sobre esa base, fue clasificada la población de América y, posteriormente, la población del mundo. Es esta clasificación en torno a raza, que no tenía historia conocida antes de América, la que generó las primeras identidades de la modernidad: Primero los indios y después negros, mestizos y europeos, y más adelante al extenderse la colonialidad al resto del mundo, oliváceos y amarillos.

De esta manera, legitimaron la conquista y el orden de dominación que habían impuesto, naturalizando las desigualdades al fundamentarlas sobre ficticias diferencias biológicas, racializando todos los ámbitos de la existencia humana, inferiorizando, a su vez, todo aquello que esos ahora racializados pueblos poseían, desde sus formas de organización política y económica hasta sus culturas, religiones y conocimientos.

De ese modo, raza se convirtió en el primer criterio fundamental para la distribución de la población mundial en los rangos, lugares y roles en la estructura de poder de la nueva sociedad. (Quijano, 2014: 780)

La idea de raza no debe reducirse al color de la piel o a cualquier otro rasgo fenotípico específico. Al ser una construcción mental, la diferenciación sobre la cual se constituye la identidad racial se puede establecer sobre una multiplicidad de posibles criterios, que a su vez pueden variar, pero siempre conlleva clasificar el nivel de humanidad de la gente con base a una supuesta desigualdad natural, estableciendo quienes son más humanos que otros y, por ende, naturalmente superiores, encubriendo el origen en el patrón de poder de esa desigualdad.

A pesar de las independencias y del fin del colonialismo, persiste la colonialidad al sobrevivir la idea de raza como categoría mental. Mientras colonialismo se refiere específicamente al proceso de ocupar un territorio ajeno y someterlo al control político imperial/colonial, colonialidad se refiere a la naturalización racial de las desigualdades construidas a partir de los procesos de colonialismo en América, y después en el mundo, constituyendo identidades duraderas que jerarquizan relaciones de superioridad e inferioridad entre las gentes del mundo.

El dominio de occidente sobre el mundo convirtió a la colonialidad del poder en el primer patrón global de poder existente en la historia. Por primera vez todas las formas históricamente conocidas de control de las relaciones sociales, en todos los ámbitos de existencia social, se articularon sistemáticamente entre sí dentro de un patrón con alcance global. A su vez, es el primer patrón donde cada uno de esos ámbito de existencia social está bajo la hegemonía de una institución producida dentro del proceso de formación y desarrollo de ese mismo patrón de poder. Así, en el control del trabajo, de sus recursos y de sus productos esta la empresa capitalista; en el control del sexo, de sus recursos y de sus productos, esta la familia burguesa; en el control de la autoridad, sus recursos y productos, el Estado-nación; en el control de la intersubjetividad, el eurocentrismo. (Quijano, 2014: 793)

La globalidad de estas instituciones: El Estado-nación, la familia burguesa, la empresa capitalista y la racionalidad eurocéntrica, representa un piso básico de prácticas sociales comunes para todo el mundo (Quijano, 2014: 794).

El nuevo patrón de poder global no se funda solo en colonialidad del poder, siendo igualmente constitutivos el capitalismo y el eurocentrismo.

El capitalismo, que nace también con la conquista de América mediante la acumulación por desposesión y explotación, conceptualizado en Quijano como el sistema de control del capital sobre las demás formas de organizar el trabajo, poniendo a la esclavitud, a la servidumbre, a la pequeña producción mercantil y al salario, al servicio del mercado. Es una organización racial del trabajo, donde a cada raza corresponde un tipo distinto de trabajo. Salario para los blancos, servidumbre para los indígenas y esclavitud para los negros.

A su vez, el Eurocentrismo, que tiene a Europa como centro del mundo y fin de la historia, estableciendo el paradigma desde el cual concebimos la vida misma: La modernidad.

Estamos ante no solo un cambio dentro del mundo, sino un cambio del mundo en sí.

El “Ojo de Dios”

Con la constitución de América, como primera identidad colonial, y de un nuevo patrón colonial y de la integración progresiva de todos los pueblos del mundo en ese pro- ceso, de un entero y complejo sistema-mundo, debe admitirse que entramos en un nuevo período histórico, y que a partir de América un nuevo espacio/tiempo se constituye, material e intersubjetivamente, y este es la modernidad. (Quijano, 2014: 796)

Es la constitución de una nueva intersubjetividad, con su propia y particular percepción del cambio histórico.

La modernidad es la expresión subjetiva de ese patrón de poder y de quienes lo controlan, teniendo a Europa y lo euro- peo como centro hegemónico, quien clasifica al mundo a partir de sí mismo, imponiendo un sesgo eurocéntrico al constituirse en el “Ojo de Dios”, (Grosfoguel, 2013) la referencia atemporal contra la cual se forman todas las identidades.

La identidad requiere una narrativa, como interpretación de nuestra relación a través del tiempo con el mundo que nos rodea, y es la modernidad eurocéntrica la que hegemonizó nuestra interpretación histórica, definiendo nuestra identidad a partir de las categorías de la colonialidad del poder por encima de la realidad misma que estábamos y estamos viviendo.

La utopía encubridora

La modernidad eurocéntrica se funda sobre dos mitos: El dualismo, “otorgar sentido a las diferencias entre Europa y no-Europa como diferencias de naturaleza racial y no diferencias de poder”, y el evolucionismo, “la idea-imagen de la historia de la civilización humana como una trayectoria que parte de un estado de naturaleza y culmina en Europa” (Quijano, 2014: 789). El lugar que nuestros pueblos ocupan en esta narrativa, es el pasado en el evolucionismo, y ser parte de la naturaleza en el dualismo.

El dualismo, debe entenderse como la separación entre la razón y la naturaleza, la mente y el cuerpo. Un pensamiento cartesiano radical, que tiene su origen concreto en la idea de raza engendrada en América, como forma de legitimar y justificar la explotación de la naturaleza, dentro de la cual se incluían las razas inferiores, quienes, según este paradigma, no poseen racionalidad al no ser plenamente humanos, atributo reservado solo para las razas humanas o superiores. Las razas inferiores, como más cercanos o parte de la naturaleza, al igual que el medio ambiente, podía ser explotado y depredado indiscriminadamente, puesto al servicio de las razas superiores, los portadores privilegiados de la razón.

Esta idea de diferenciación entre cuerpo y no-cuerpo es virtualmente universal a toda la humanidad, pero siempre como una co-presencia, una relación incluyente entre ambas dimensiones. Pero con el eurocentrismo esta relación se vuelve excluyente, separándose ambas dimensiones, convirtiéndose en una radical separación entre razón/sujeto y cuerpo/objeto. La razón se muta en una nueva identidad, la razón/sujeto, la única entidad capaz de conocimiento racional, respecto del cual el cuerpo es, y no puede ser otra cosa, que objeto de conocimiento.

De este modo, en la racionalidad eurocéntrica, el cuerpo fue fijado como objeto de conocimiento, fuera del entorno del sujeto/razón y, por consecuencia, ciertas razas son condenadas a ser inferiores por no ser consideradas sujetos de razón, al no ser plenamente humanas, por lo que solo pueden ser objetos más próximos a la naturaleza. (Quijano, 2014: 805)

Las mismas razas que, como objeto de disputa en la controversia de Valladolid, no eran consideradas plenamente humanas al no poseer almas. Almas posteriormente secularizadas como razón.

Este dualismo, se inserta dentro de la concepción evolucionista de la historia en la modernidad eurocéntrica, donde Europa condena a América al pasado, a un estado de naturaleza, en una narrativa mítica del proceso civilizatorio, que avanza unilinealmente hasta culminar en la civilización europea, como futuro de la humanidad. Dentro de esa narrativa, algunas razas, las más cercanas a la naturaleza –negros, indios, oliváceos, amarillos- (en esa secuencia) están no solo más cercanos a la naturaleza, sino que son también el pasado. (Quijano, 2014: 806) Es el espíritu hegeliano en su paso por la historia.

Un pasado al que continuamos condenados, ahora como pueblos subdesarrollados o en transición a la democracia, siempre intentando inútilmente alcanzar un futuro con el que coexistimos en subordinación.

Con la constitución de América se transfigura la concepción del tiempo europeo, dándose un “desplazamiento del pasado, como sede de una para siempre perdida edad dorada, por el futuro como la edad dorada por conquistar o por construir”. (Quijano, 2014: 708) Descubrieron en América un pasado, ante el cual pudieron erigir a Europa como futuro.

Ya no es la idealizada república romana de Maquiavelo el ideal a alcanzar, sino una utópica sociedad futura a lograr por conducto de la razón, un nuevo Leviatán hobbesiano producto del arte del hombre.

Una nueva racionalización, con la instalación del futuro como el reino de la esperanza y de la racionalización, en lugar de un omnipotente pasado, hasta entonces referencia exclusiva de toda legitimación, de toda explicación, de todos los sueños y nostalgias de la humanidad. (Quijano, 2014: 708)

Es la ciudad de dios agustiniana, secularizada, como el horizonte utópico europeo.

Sin-razón moderna

Son estos mitos dentro de los cuales se configuró el cono- cimiento de los pueblos del mundo de sí mismos, unos como objetos inferiores condenados al pasado, otros como sujetos superiores portadores del futuro, ambos, vinculados entre sí, como dos caras de una misma moneda, colonialidad/modernidad, bajo la racionalidad específica de la modernidad euro- céntrica.

Es una racionalidad instrumental que ve al mundo en función de medios y fines, donde todo aquello que fue condenado a ser inferior es un mero medio para los fines del patrón global de poder, logrando racionalizar la dominación y explotación de las gentes del mundo y naturaleza en función de esos fines. Todo, absolutamente todo, incluyendo la vida, se reduce a un objeto a ser instrumentalizado.

América y sus gentes, se constituyeron en el medio a explotar, para que Europa, como fin última de la historia, pudiera realizarse plenamente como horizonte utópico. Sin colonialismo y colonialidad, sin acumulación por desposesión y explotación, no hay modernidad, civilización o capitalismo. No es posible el Ego Cogito, pienso luego existo, sin el Ego Conquisto, conquisto, luego existo. (Dussel 1994)

El Leviatán

«La dominación impone a las víctimas la imitación y luego la afrenta; empuja a la simulación y la condena; produce la hibridez y la deshonra». (Quijano, 2014: 740)

El patrón global de poder nos impuso el espejismo de la modernidad eurocéntrica, un espejo hecho a la medida de Europa, en el cual nuestro reflejo es siempre una distorsión, pero que por la propia lógica de la modernidad intentamos imitar y emular, una imposibilidad dado que ese espejo está constituido sobre la negación del otro, de nosotros. Las identidades dominantes de la modernidad nos necesitan a nosotros, como alteridad, como inferioridad, para ellos definirse como centro, como superioridad, por lo cual nunca seremos ellos, dentro de esta lógica.

Las identidades clasificadas por el patrón de poder, ese ellos y nosotros, son homogéneas, entidades totales, uniformes y cerradas en sí mismas, formando parte de sistemas que se distinguen claramente entre sí y se suceden unas a otras íntegramente en el tiempo.

La modernidad eurocéntrica, desde su racionalidad instrumental dualista y evolucionista, concibe a la existencia social de las gentes como configurada por elementos históricamente homogéneos y consistentes, destinados indefinidamente a guardar entre sí relaciones continuas, lineales y unidireccionales. (Quijano, 2014: 291)

Todos los estadios y cambios de la humanidad, son pensados dentro de este paradigma de la homogeneidad.

El paradigma de la homogeneidad solo permite elegir entre una de dos alternativas aparentemente contrarias y excluyentes para pensar el cambio social: la afirmación de esa totalidad homogénea o su negación absoluta.

Como afirmación de la totalidad homogénea: donde el todo tiene absoluta primacía sobre todas y cada una de las partes, donde las posibles variables en el movimiento son secundarias, sin efecto sobre el todo, y reconocidas como particularidades de una regla o lógica general del todo al que pertenecen. (Quijano, 2014: 296)

Un todo orgánico, sistémico, mecánico: La muerte de la comunidad y el nacimiento de la sociedad. (Bautista, 2013)

Como negación de la totalidad homogénea, se niega la existencia de lo social como un fenómeno real, negando por ende, el poder. Es un atomismo empirista, que encuentra su expresión en el neoliberalismo y posmodernismo, donde la idea que remite a la existencia de estructuras duraderas de relaciones sociales cede el lugar a la idea de existencias de fluencias inestables y cambiantes, que no llegan a cuajar en estructuras. (Quijano, 2014: 297)

Ambas posturas, la afirmación de la totalidad homogénea o la negación de toda idea de totalidad, aunque parecieran antinomias, tienen un común linaje eurocéntrico, dado que ambas parten del supuesto de que el paradigma eurocéntrico de la totalidad es el único posible, y que solo queda aceptarlo o negarlo. En ambas subyace ese supuesto que “toda idea de totalidad implica que el todo y las partes corresponden a una misma lógica de existencia, es decir, que tienen una homogeneidad básica”. (Quijano, 2014: 298)

El paradigma de la homogeneidad deja abierta dos posibles alternativas para el cambio social: La imposibilidad absoluta de cambio, con base a la negación de la realidad del poder a escala social, donde todo cambio es estrictamente un asunto individual o un cambio que se da entre totalidades homogéneas, continuas, aunque contradictorias en un sentido hegeliano, llevando a la visión de la historia como una secuencia de cambios que consisten en la transformación de un conjunto homogéneo y continuo en otro equivalente, sea gradual y continuamente, o por saltos y rupturas. (Quijano, 2014: 300)

Ambas perspectivas homogenizan la comprensión de la vida, encubriendo la heterogeneidad del mundo real, y por ende, los fundamentos mismos del ser de nuestros pueblos.

Paradigma de la heterogeneidad

Vivimos nosotros, en las culturas de origen colonial, encerrados en el laberinto de una indecisa identidad, casi siempre es aquello que los dominados hablan, sueñan o aman; sus modos de relación con el mundo; todo aquello que hacen u omiten para satisfacerse o realizarse sin el permiso o recurso de los dominantes; sus maneras de liberarse de los patrones del olvido o de memoria que se les impone como cerrojo en la jaula de la dominación. Y, por sobre todo, el esplendor de la fiesta contra la razón instrumental. (Quijano, 2014: 740)

Pero qué sucede, pregunta Quijano, ¿si nos enfrentamos a totalidades que consisten en una articulación de elementos históricamente heterogéneos, cuyas relaciones son discontinuas, inconsistentes y conflictivas?. (Quijano, 2014: 298)

Cada elemento en una totalidad, es una particularidad, que se mueve dentro de la tendencia general del conjunto, pero que tiene o puede llegar a tener una autonomía relativa, e incluso conflictiva, con el conjunto. Sigue existiendo una totalidad, en la medida hay un eje común, una orientación general dentro de cual el todo se mueve, pero que no lo puede hacer de manera unilineal, unidireccional o unidimensional, porque están en acción “múltiples, heterogéneas e incluso conflictivas pulsiones o lógicas de movimiento” […] Partiendo de un reconocimiento de la autonomía y voluntad de los seres humanos, es la interacción de las “necesidades, deseos, opciones, decisiones y acciones humanas”, (Quijano, 2014: 299) y estas están siempre en juego, en disputa, en movimiento.

Estamos ante totalidades heterogéneas, en la medida sus partes son elementos heterogéneos y autónomos, pero donde uno o más de esos elementos tiene la primacía, aunque no como determinante de los demás elementos, sino como ejes de articulación del conjunto, uniendo a las partes en un todo.

Esta función de eje proviene del poder, ya que lo que en primera instancia genera las condiciones para esa articulación es la capacidad que un grupo logra obtener o encontrar para imponerse sobre los demás y articular bajo su control, en una nueva estructura social, sus heterogéneas historias. (Quijano, 2014: 292)

Partir del paradigma de la heterogeneidad significa reconocer que nuestras propias identidades no son ni pueden ser homogéneas, sino que son igualmente heterogéneas, compuestas por diversos elementos todos constitutivos de esas identidades.

Es desde esas identidades heterogéneas que se dan los verdaderos procesos de transformación social, revelándose una historia y realidad de múltiples luchas y resistencias con múltiples origines y propósitos, cada una buscando reestructurar de alguna manera ese todo, incidiendo sobre la distribución y redistribución del poder, hasta llegado al momento se alteran los ejes mismos de articulación del patrón, transformando efectivamente la estructura del todo y, por ende, transformándose nuestra identidad, al re-articular las relaciones de poder desde donde nos definimos y redefinimos. Ese es el momento de la liberación.(…)

Bibliografía

Bautista, Juan José, 2013, Hacia una crítica-ética de la racionalidad moderna, La Paz, Rincón Ediciones.

Dussel, Enrique, 1994, El encubrimiento del otro: Hacia el origen del mito de la modernidad, La Paz, Plural Editores.

Dussel, Enrique, 2011, 1977, Filosofía de la Liberación, México, Fondo de Cultura Económica.

Ejército Zapatista de Liberación Nacional, 1996, “Cuarta Declaración de la Selva Lacandona”, en http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1996/1996_01_01_a.htm

Grosfoguel, Ramón, 2013, “Racismo/sexismo epistémico, universidades occidentales y los cuatro genocidios/epistemicidios del largo siglo XVI”, en Revista Tabula Rasa, Bogotá, Nº19 julio-diciembre.

Hinkelammert, Franz y Henry Mora Jiménez, 2013, 2005, Hacia una economía para la vida: preludio a una segunda crítica a la economía política, Heredia, Editorial Universidad Nacional de Costa Rica.

Quijano, Aníbal, 2014, Cuestiones y horizontes: de la dependencia histórico-estructural a la colonialidad/descolonialidad del poder, Buenos Aires, CLACSO.

Santos, Boaventura de Sousa, 2009, Una epistemología del Sur: La reinvención del conocimiento y la emancipación social, México, Siglo XXI.

Notas

* Título original «Descolonizar la identidad, democratizar la comunidad: Aníbal Quijano en el laberinto de la identidad latinoamericana. La larga noche de los 500 años». Ponencia presentada en el Conversatorio sobre la obra de Aníbal Quijano, el 9 de septiembre de 2016, organizado por la Biblioteca Simón Bolívar de la Universidad de Panamá y el CELA.

https://www.redalyc.org/journal/5350/535055492009/html/
Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2024/05/08/anibal-quijano-seguimos-siendo-lo-que-no-somos/