Qué Trabajo – JUNIO 2021
Con sometimiento a la acumulación gran capitalista vs. Con protagonismo en la autodeterminación de la unión plurinacional de los pueblos.
Examinemos qué implica estar sumido en la exportación y qué implicarse en las luchas de defensa y recuperación de territorios.
Expropiado y explotado por burguesía / Ecocida y genocida/ Alternativas emancipatorias
Expropiado y explotado por burguesía
En contraste con el Frente por la Soberanía Nacional lo central para una democracia real y efectiva es liberar el trabajo de su sometimiento y expoliación por el Capital. Los piqueteres avanzaron como autoorganizaciones de afirmación en su dignidad humana confrontando con el destino de exclusión social por el sistema y haciendo al viraje del trabajo mirando en exclusivo a las ganancias de la patronal o de opresores hacia la solidaridad con necesidades e intereses populares pero, a la vez, tratando de ir construyendo los cambios radicales ante todo en los vínculos cotidianos e interpersonales de la otra sociedad posible.
El Frente por la Soberanía Nacional procura la estatización del control sobre los oligopolios exportadores (tanto transnacionales como locales) y del comercio exterior. Trata de conseguirlo por unión superestructural menospreciando las luchas en defensa de todos los territorios de Argentina para emanciparlos de los extractivismos. Sin embargo, estas luchas de las autoorganizaciones comunitarias de vecines y de pueblos originarios tienen mayores raíces en la realidad profunda de Argentina y tienen perspectivas de futuro hacia buenos vivires populares.
Porque los extractivismos concentran y transnacionalizan tanto a la economía como al territorio de Argentina. Implican retroceso del país a especializarse en exportar commodities y sumirse más en subdesarrollo o mayor pobreza estructural, atraso científico técnico respecto a atender necesidades e intereses populares en acuerdo con potenciales contemporáneos y sometimiento al sistema mundo capitalista.
Resultan no sólo del gobierno de Macri sino de toda la democracia fiel a lo instaurado por el contubernio de capitales y estados imperialistas con los locales mediante terrorismos paraestatales y estatales en los setenta. Aún más, la democracia restringida se empeña en viabilizar el acelerado acaparamiento gran capitalista de bienes comunes sobre todo derrotando las luchas de les expoliades, lo concreta por: maceración ideológica, desinformación, desnutrición y superexplotación laboral.
Es clave en la actual inflexión histórica generalizar la ruptura del Pacto Social que establecieron les Fernández (Alberto y Cristina) aprovechando su rotundo triunfo en las PASO. Es decir, hicieron virar el Nunca Más a Macri-Cambiemos hacia un contubernio entreambos (pese a presentarse como de antagonismo irreconciliable) para garantizar la continuidad y profundización de la acumulación gran capitalista local e imperialista.
Durante los cuatro meses hasta la asunción de los F-F el gobierno de Macri agravó la precarización tanto de la vida como del trabajo, en tanto que los F-F construyeron la gobernabilidad de la intensificación en ajuste y extractivismos.
La concretaron con el bloqueo a las luchas de las diversidades de abajo
a través del Pacto Social y el Plan Argentina contra el Hambre.
La ruptura del Pacto Social avanza abajo y a la izquierda pero restringida a resistencias locales a los extractivismos y a reivindicaciones gremiales. Se están articulando luchas por el agua para los pueblos en contra de secuestrarla para los mega emprendimientos de oligopolios locales e imperialistas. En medio de esos esfuerzos enormes de les de abajo, mayores en tiempos de confinamiento, surge la Otra Campaña por el agua para la vida mirando hacia una consulta popular y el Frente por la Soberanía Nacional.
Ambes tienen ya estructuras facilitadoras de poder incidir en la agenda pública. Ambas construcciones se deslindan de (o pretenden subordinarlas al orden establecido) las que concretan las autoorganizaciones de vecines y las comunidades indígenas en defensa de los territorios. En esa diferenciación de las luchas socioecológicas de diverses de abajo, la Otra Campaña por el agua y el Frente por la Soberanía Nacional se organizan y deciden desde dirigencias y referentes por la militancia de base. Sin embargo, lo medular es que sólo pretenden ‘humanizar’ el capitalismo. Esto es imposible hoy más que nunca y menos en países esquilmados por el contubernio de capitales y estados imperialistas con los locales.
En el sistema mundo capitalista no hay perspectivas de trabajo sin opresión
ni ataques a la vida y a la salud.
Entrevista a Rosane Borges, periodista, profesora universitaria y autora de Esboços de um tempo presente (2016), Espelho infiel: o negro no jornalismo brasileiro (2004), Mídia e racismo (2012).
«El racismo es la dínamo del capitalismo»
25 de agosto de 2020
Por Fábia Prates
Goethe-Institut
¿Consideró Carlos Marx (1818-1833) la cuestión racial un factor determinante para las relaciones de explotación del trabajo? Rosane Borges, posdoctora en Ciencias de la Comunicación de la Escuela de Comunicación y Artes de la Universidad de São Paulo, dice que no. La autora de numerosos libros ve como “deuda” de la teoría marxista no haber pensado concomitantemente la instauración de las desigualdades y jerarquías en relación con el racismo y el sexismo.
Fábia Prates.- ¿Cómo se inserta la cuestión del racismo en la explotación de clase y en la estructura de reproducción del capitalismo?
Rosane Borges.- El racismo es parte integrante de todas las formas de explotación. Por eso el capitalismo establece jerarquías raciales y depende de ellas para profundizar la expropiación de la que se beneficia. El filósofo francés Gilles Deleuze afirma que el concepto de raza estimula el delirio. La raza es la causa de devastaciones físicas inauditas e incalculables, crímenes y matanzas. El motivo de tanta ruina, nos enseña la historia, está en las formas de sometimiento y dominación.
El pensador camerunés Achille Mbembe, profesor del Instituto de Investigación Social y Económica de la Universidad de Witwatersrand, de Sudáfrica, recuerda que al inicio del capitalismo, el tráfico del Atlántico del siglo XV al XIX produjo “predaciones” de toda clase, el despojo de la autodeterminación de las personas negras transformadas en hombres-objeto, hombres-mercancía y hombres-moneda.
En fin, ese cambio violento de cuerpos y subjetividades es el principio ordenador del capitalismo, que adopta y profundiza el paradigma del sometimiento, un modelo de explotación y depredación que se oculta bajo los lienzos del tiempo. Cuando analizamos con un mínimo de atención el papel de los no blancos en el mundo, veremos la posición relegada, de clase, que la raza les atribuye en la dinámica de explotación capitalista. En Brasil, los negros ocupan los puestos de trabajo de menor prestigio, y habitan largamente el lugar de los que no tienen nada, a pesar de los significativos cambios de las últimas décadas. El racismo es, por lo tanto, un dínamo del capitalismo.
Fábia Prates.- ¿Cómo considera esta cuestión la teoría marxista?
Rosane Borges.- La teoría marxista opera un giro esencial: saca del dominio de la teología, del derecho divino y de la biología la clave explicativa de las desigualdades y jerarquías. El campo de la teoría social y económica, el tronco de donde afloran los postulados marxistaS, alejó de la categoría de clase cualquier vínculo con el mundo natural, y esto es una de las principales característica de las sociedades modernas. Todo esto se refleja en nuevas formas de concepción del sujeto. El discurso del reconocimiento y de la identidad es obra de nuestra aventura moderna. En el Antiguo Régimen, la honra estaba vinculada a exclusiones, estaba intrínsecamente ligada a desigualdades: para que algunos tuvieran honra era preciso que no todos la tuvieran. Recordemos la descripción de la monarquía que hace Montesquieu y veremos el carácter selectivo de la honra.
El discurso moderno descarta la noción de honra y legitima la de dignidad, usada en un sentido universalista e igualitario: a diferencia de la honra, la dignidad supone una participación colectiva de todos, valor compatible con el establecimiento de sociedades democráticas. Con el reconocimiento y la dignidad, surgen en la misma atmósfera política la identidad individual y la autenticidad. En las sociedades jerárquicas, lo que hoy llamamos identidad era fijado por la posición social de cada uno, por las funciones o actividades vinculadas a esa posición. Todos esos cambios, de gran envergadura sin duda, concuerdan con la percepción marxista de que el sistema de producción capitalista y el cambio histórico son los resortes que fundan y orientan el papel de los individuos en la sociedad. En ese giro operado por Marx, como ya señalé, la raza y el género no se consideraban producto de las formaciones sociales, sino que quedaron como cuestiones ligadas a la naturaleza. La religión, como nos lo recuerda el sociólogo brasileño Antonio Sérgio Guimarães, no se consideró propia del sistema capitalista sino de los modos anteriores.
Fábia Prates.- ¿Usted estaría de acuerdo, entonces, con la idea de que Marx y Engels fueron insensibles a la complejidad de la raza en las contradicciones de la lucha de clases?
Rosane Borges.- No diría insensibles, pero como dije, consideraron que el género y la religión estaban relacionados con la naturaleza y por eso no constituían elementos vitales para pensar la dinámica del capitalismo. Obviamente que, como en cualquier teoría expuesta a la prueba de la experiencia histórica, en las reconfiguraciones del marxismo influyó, digámoslo así, en un sentido antihorario, la lucha política antirracista y antisexista. Una comprensión plena de las desigualdades, de la pobreza, de la exclusión, pasa por el lazo indisoluble entre raza, clase y género.
Fábia Prates.- ¿Cómo podemos entender esa complejidad considerando que sus teorías fueron escritas en la segunda mitad del siglo XIX?
Rosane Borges.- En el contexto del siglo XIX, la esclavitud se consideró un obstáculo al proceso civilizatorio, pero sólo en Europa occidental, con Inglaterra y Francia a la cabeza de una nueva forma de organización política de los países europeos. Este mundo burgués expande la explotación del capital y profundiza la esclavitud en África y Asia, donde subsistían modos de producción ya extintos en Occidente, como la esclavitud y la servidumbre de indígenas y africanos. En las sociedades modernas, los arcaísmos raciales y étnicos subsistieron bajo nuevas formas y dinámicas. He aquí una travesura de la historia: el surgimiento de este “hombre nuevo” se dio sin que pudiesen enterrarse los arcaísmos de tiempos pasados. La coexistencia de esos dos mundos hizo que el género y la raza pudiesen tener, tanto desde la teoría social cuando desde la acción política, su presencia indigesta en el juego de la conformación de las desigualdades y jerarquías. Este es uno de los postulados que instaló el feminismo negro.
Fábia Prates.- En Feminismo negro e marxismo. Quem deve a quem? (“Feminismo negro y marxismo. ¿Quién le debe a quién?”) usted concluye que es a la teoría marxista que debemos pasar factura por no haber pensado concomitantemente la instauración de las desigualdades y jerarquías en su relación con el racismo y el sexismo. ¿Cuál es la deuda y cómo saldarla?
Rosane Borges.- Hablé de deuda para referirme a ciertas críticas infundadas, supuestamente marxistas. La deuda reside en desatender que la lógica del capital, como bien recordó la antropóloga Lélia González, una de las principales feministas negras brasileñas, se nutre de una realidad histórica innegable: la explotación de clase y la discriminación racial constituyen los elementos básicos de la lucha de los hombres y mujeres pertenecientes a una raza subordinada.
Si es lícito hablar de deudas, malentendidos y reduccionismo, es a la teoría marxista que debemos pasar factura por no haber pensado concomitantemente la instauración de las desigualdades y jerarquías en su relación con el racismo y el sexismo, factores que el capital siempre ha usado para triunfar. Pero como preferimos pensar la cuestión de manera proactiva, nos atrevemos a afirmar que los feminismos negros tienen la potencia de efectuar una influencia en el sentido antihorario, como las grandes obras de la literatura, e instalarse en las brechas abiertas por el recetario marxista ofreciendo herramientas para fortalecer su diagnóstico sobre la estratificación que tenga en cuenta la materia prima (es decir, los racismos y sexismos, principalmente) de una realidad que modela la vida de más de la mitad de la población mundial.
Esta entrevista forma parte del especial de la Revista Humboldt titulado Dossier Marx.
Fábia Prates es periodista y vive en Brasil. Actualmente escribe sobre temas relacionados con la cultura, comportamiento y comunicación corporativa.
Créditos de la imagen de portada: Revista Comando (Brasil).
Traducción: Nicolás Gelormini, para Goethe-Institut. Fuente:https://www.goethe.de/ins/uy/es/kul/fok/hum/21249390.html
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2,78 millones de trabajadores fallecen cada año en el mundo poraccidentes de trabajo y enfermedades profesionales
Muertes en el centro de trabajo, una sangría global
1 de septiembre de 2020
Por Enric Llopis (Rebelión)
Eleazar Blandón, jornalero de 42 años y padre de cinco hijos, falleció el 1 de agosto tras un día de trabajo -en plena ola de calor- en una finca agrícola cerca del municipio de Lorca (Murcia). El empresario para el que trabajaba no le dio de alta en la seguridad social. En declaraciones recogidas por Efe, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, resumía las condiciones en las que laboraba el temporero: “Su jornada se extendió desde las 7 de la mañana hasta las 14 horas y luego se prolongó en la recolección de melones en una finca adyacente hasta largas horas de la tarde, a una temperatura de 44 grados sin ningún tipo de protección”. La CGT de Murcia denunció en un comunicado que éste es un ejemplo de “trabajo esclavo”, que se extiende “a sus anchas por los campos de nuestra región”.
Las pruebas de ADN confirmaron, el 19 de agosto, que los restos hallados en el vertedero de la empresa Verter Recycling 2002 en el municipio de Zaldibar (Bizkaia) correspondían a Alberto Sololuze; este trabajador de 62 años permanecía sepultado –junto a su compañero, Joaquín Beltrán- tras el derrumbe de la escombrera ocurrido en febrero. El Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco informó que en 2019 entraron en las instalaciones 510.994 toneladas de residuos (4.235 toneladas de materiales de construcción que contenían amianto). La plataforma popular Zaldibar Argitu ha convocado paros laborales y movilizaciones en la calle, con el fin de que se depuren “todas las responsabilidades” (5.000 personas se manifestaron en febrero en el barrio de Zaldibar donde se localiza el vertedero).
En 2019 Mercadona logró unos beneficios netos de 623 millones de euros, un 5% más que el año anterior. El presidente de esta cadena de supermercados, Juan Roig, se sitúa como la tercera fortuna del estado español y 487 del mundo, con un patrimonio –según la revista Forbes- de 4.100 millones de euros. Una trabajadora de la limpieza -de 36 años y con tres hijos- falleció en octubre de 2019 en el centro logístico de Mercadona en Abrera (Barcelona), donde estaba empleada; el cuerpo sin vida fue hallado por los Mossos d’Esquadra -27 horas después de su desaparición- en una zona de máquinas de la nave, destinada a la producción de pan. Por las mismas fechas, un trabajador de 43 años murió tras ser aplastado por una carretilla elevadora en el Centro Comercial Vidanova Parc de Sagunto (Valencia).
Más allá de los casos concretos, el Ministerio de Trabajo registró en el primer semestre del año 354 muertes por accidentes de trabajo en el estado español, lo que supone un incremento del 21% respecto al mismo periodo de 2019 (ese año se contabilizaron 695 muertes); el mayor aumento de los decesos entre enero y junio se produjo en el sector agrario (109%), seguido de la industria (68%) y con un 25% los servicios (tal vez la reducción del 25% en el sector de la construcción se explique por el parón económico a causa de la pandemia).
El hecho es que, en un contexto de crisis por la COVID-19 y caída del PIB, crece la siniestralidad mortal; entre otras razones, explica en una nota informativa el responsable de Salud Laboral de Comisiones Obreras, Pedro J. Linares, “porque la precariedad laboral cada vez más extendida empuja a renunciar a derechos y asumir peores condiciones de seguridad para mantener el empleo”. Asimismo, el Instituto de Salud Carlos III reporta –con datos hasta finales de mayo- de 52 defunciones entre el personal sanitario del estado español por la COVID-19.
¿Una sangría global? La Organización Mundial del Trabajo (OIT) dedica este año el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo (28 de abril) al impacto del coronavirus. Quizá por ejemplos como el de un ingeniero de 51 años, empleado de la constructora qatarí Conspel y fallecido en junio; fue la primera víctima mortal por la COVID-19 entre los trabajadores de las infraestructuras para la Copa del Mundo de Fútbol Qatar-2022; “las autoridades qataríes han detenido y expulsado a decenas de trabajadores y trabajadoras migrantes tras decirles que se los llevaban para hacerles la prueba del coronavirus”, denunció el pasado 15 de abril Amnistía Internacional (además de las condiciones laborales de semiesclavitud, la Confederación Sindical Internacional denunció ya en 2014 que al menos 1.200 migrantes de India y Nepal habían muerto –durante cuatro años- en las obras para el mundial de Qatar). Otro caso relevante es el de Amazon; entre protestas por la falta de medidas de seguridad, huelgas y despidos, tres trabajadores del gigante logístico en los centros de Hawthorne y Tracy (California) y en Staten Island (Nueva York) fallecieron por la COVID-19.
Publicado en 2019, el informe de la OIT Seguridad y salud en el centro del futuro del trabajo señala que cada año mueren por accidentes laborales y enfermedades profesionales 2,78 millones de trabajadores (la mayoría, 2,4 millones -el 86,3%- debido a enfermedades profesionales); en otros términos, cada día pierden la vida mil personas por accidentes del trabajo y otras 6.500 por dolencias profesionales; la cifra representa entre el 5% y el 7% del total de muertes a escala mundial. En cuanto a la tendencia, el documento apunta un incremento en las muertes, ya que los trabajadores fallecidos en 2014 fueron 2,33 millones. Por regiones, en 2014 África y Asia registraron una tasa de accidentes de trabajo mortales por cada 100.000 trabajadores entre cuatro y cinco veces superiores a las europeas.
El sábado 25 de marzo de 1911 se produjo un incendio en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York, en el que perecieron –en sólo 20 minutos- 146 obreras, la mayoría jóvenes migrantes de Europa del Sur y del Este; “recibían bajos salarios, trabajaban largas horas, el sábado en este caso, y las puertas estaban cerradas con llave. No tenían derechos, ni protección legislativa o representación laboral. Era la clásica ‘fábrica clandestina’, a un paso de la esclavitud”, relató en 2011 la directora de la Oficina para la Igualdad de Género de la OIT, Jane Hodges (en noviembre de 1909 tuvo lugar el levantamiento de las 20.000 o huelga de las camiseras de Nueva York, en la que participaron sobre todo trabajadoras migrantes del sector textil). Otro ejemplo de la época, recogido por el informe de la OIT, es el de la explosión ocurrida el 14 de octubre de 1913 en la mina carbonífera de Senghenydd (Gales del Sur, Reino Unido), que se saldó con la muerte de 439 mineros y un rescatador.
Una fuga de más de 30 toneladas de isocianato de metilo, la afección a más de 600.000 trabajadores y habitantes del entorno, y entre 5.295 (cifra oficial) y 25.000 muertes como resultado de la catástrofe; enfermedades respiratorias, daños en el sistema inmunológico y niños con malformaciones, además de trastornos mentales y cáncer entre los supervivientes, familiares y población en general. A ello se suman los impactos ambientales y la contaminación del aire, los suelos y el agua potable. Es el balance del escape de sustancias tóxicas ocurrido en la fábrica de pesticidas de Bhopal (estado de Madhya Pradesh, India), el 3 de diciembre de 1984; la planta era propiedad de la corporación estadounidense Union Carbide (firma adquirida en 2001 por la compañía Dow Chemical); 35 años después, las asociaciones de afectados continuaban reclamando justicia.
El recorrido podría continuar en Dhaka, capital de Bangladesh y, en concreto, en el edificio Rana Plaza. Fue el lugar donde el 24 de abril de 2013 murieron al menos 1.132 personas (trabajadoras de la confección) y más de 2.500 resultaron heridas, al derrumbarse el edificio que acogía cinco fábricas de ropa y locales comerciales. La campaña internacional Ropa Limpia, que en el estado español coordina la ONG Setem, convocó movilizaciones y señaló un año después algunas de las responsabilidades: “Marcas como Adler Modemärkte, Ascena Retail, Auchan, Benetton, Carrefour, Cato Fashions, Grabal Alok, Güldenpfennig, Iconix (Lee Cooper), JC Penney, Manifattura Corona, Matalan, NKD, PWT (Texman) y Yes Zee contaban con producción en alguna de las fábricas del edificio Rana Plaza en el momento del derrumbamiento o poco antes”, denunciaron.
Fuente: https://rebelion.org/muertes-en-el-centro-de-trabajo-una-sangria-global/
En consecuencia, abajo y a la izquierda, hay contraposición entre quienes creen que pueden hacer cambios desde el Estado y quienes planteamos ir arraigando, en las recuperaciones-defensas de territorios, la democracia real y efectiva que libere de les opresores. Examinemes:
1) En tan complejo funcionamiento de los desequilibrios socio ecológicos y de las interrelaciones sociales e internacionales parece mentira la confianza en que una celebridad y su equipo puede no sólo cambiar de raíz al Estado de la gran burguesía (cuya función antipopular y de transnacionalización se perfeccionó sobre todo desde los setenta hasta hoy) sino sobre todo cambiar al modo capitalista de producción globalizada.
- Cerdá define que esta transformación radical será por concientización y no por lucha de todes les diversos oprimides contra el Capital Estado, también sostiene mantener el objetivo de ganancias. En efecto, Cerdá señala: «Nosotros desde ese fomento, desde esa concientización, podemos aumentar el número de productores y eso no es en contra de nadie, sino ayudando a los que quieren reducir sus costos y de paso trabajar más sano. Hemos hecho una experiencia concreta en el campo La Primavera ( 112): bajamos de 9 mil litros de glifosato a 4 mil, después a 3 mil, hoy estamos en unos 600 litros (reducción en más de un 93%). Quiere decir que se hizo una progresión que puede ser un modelo para el país. Y lo más importante: todo lo que eso representaría para la alimentación, la salud y el medio ambiente. Ese es otro cálculo que en algún momento habrá que hacer”.
Estado verde
29 de marzo de 2020
Por Sergio Ciancaglini
Eduardo Cerdá, ingeniero agrónomo. Lo designaron Director de Agroecología del Ministerio de Agricultura. El desafío de actuar desde lo estatal para consolidar producciones sin venenos y alimentos sanos, frente a un modelo colapsado. Por Sergio Ciancaglini.
A Eduardo Cerdá le gusta oler puñados de la tierra de los campos que recorre, para saber cuán vivo y fértil está ese suelo. Todo indica que en los próximos tiempos tendrá la nariz más ocupada que de costumbre: ha sido propuesto como Director de Agroecología (área aún en gestación administrativa) de la Secretaría de Agricultura Familiar del Ministerio de Agricultura.
El vaso medio vacío determinaría que ese escalón jerárquico en el Estado puede tener olor a poco reconocimiento ante un estilo de agricultura considerado clave para lograr otra matriz productiva, alimentos sanos, campos recuperados y hasta un planeta algo más alejado del precipicio climático.
El vaso medio lleno exhibe en cambio el aroma de la entrada oficial en agenda de un saber y una tecnología que hasta hace pocos años parecía reducida a algunos pioneros dispersos como la familia Vénica-Kleiner en la Granja Naturaleza Viva de Santa Fe, o Juan Kiehr, productor agropecuario asesorado por el propio Cerdá desde hace 25 años en Benito Juárez, Buenos Aires. Tiempos en que hasta la palabra “agroecología” sonaba como un enigmático trabalenguas para quien no había oído hablar del tema.
Pero a esos y otros pioneros se fueron sumando experiencias que se materializan, por ejemplo, en las verdulerías y mercados de la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra) y otras organizaciones; en el crecimiento de la RENAMA (Red Nacional de Municipios y Comunidades que fomentan la Agroecología). Y a nivel internacional; en la FAO recomendando a los gobiernos el fomento concreto de esta actividad e incluso, como asunto de derechos humanos, cuando la Relatora de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Hilal Elver, postula que la agroecología es la clave alimentaria del futuro. Y lo empiezan a reclamar de forma creciente las personas que sospechan que el sistema convencional quiere hacerles tragar cosas no muy recomendables.
Más allá de cómo se mire el vaso, el ingeniero Cerdá está feliz: “Siento que la creación de la Dirección es una posibilidad de avanzar más rápido. Y si se avanza siempre es muy bueno para acercarnos a lo que imaginamos desde hace mucho: la agroecología es la agricultura que se viene”.
Llueve glifosato
El argumento de Cerdá parte de la noción de que el modelo agrícola convencional y transgénico está colapsando: “Dentro de pocos años ya no serán aceptados en el mundo alimentos ni granos que tengan sustancias tóxicas. Pero aquí se han hecho las cosas en sentido inverso. De 38 millones de litros de agroquímicos y pesticidas que se fumigaban en los 90 se pasó a 500 millones actuales: el 1.300% más. Pero la superficie cultivada aumentó sólo el 50%. Encima, hay cada vez más yuyos resistentes al glifosato. En los 90 no había ninguno, y hoy son 33” (según el registro del grupo de agronegocios Aapresid, aunque pueden ser más todavía).
Todo esto había sido anticipado a comienzos de siglo por el propio Cerdá y el ingeniero agrónomo Santiago Sarandón, creador de la primera cátedra obligatoria de Agroecología en el país. (UNLP). Analizado técnica y científicamente, el modelo de pesticidas masivos sólo podía derivar en mayores costos de producción, más uso de pesticidas y –nada paradójicamente- más plantas consideradas “malezas”. La resistencia al glifosato crece geométricamente como se podía prever desde una mirada biológica y práctica, obligando a usar mezclas cada vez más potentes y en mayor cantidad. Y a que los productores queden cada vez más entrampados en el uso de insumos costosos, suelos destruidos y enfermedades sobre sus cabezas.
Cerdá, en ese punto, es literal: “El doctor Damián Marino del EMISA (Espacio Multidisciplinario de Interacción Socio Ambiental) ya demostró que en las zonas rurales llueve glifosato, además de todo lo que llega a los suelos, los ríos y las napas subterráneas.
O sea: ya hay nubes agroquímicas. Entonces el modelo basado en insumos tóxicos está mal enfocado. ¿Qué van a hacer con eso? ¿Tirar 1.000 millones de litros? ¿O empezamos a hacer algo distinto?”.
El ofrecimiento le llegó de parte del secretario de Agricultura Familiar Miguel Gómez. “Me comentó que conocía todo el trabajo de la RENAMA y querían ver si podía desarrollarse ese tipo de acción desde el ministerio”. La RENAMA cuenta con 21 municipios asociados (incluido el uruguayo de Canelones), tres facultades de Agronomía (La Plata, Río Cuarto y Villa María), las defensorías del pueblo de provincia de Buenos Aires y de Río Cuarto (Córdoba), 29 grupos de productores y 70 profesionales, abarcando unas 85.000 hectáreas cultivadas agroecológicamente. “Sumale lo que ha crecido la UTT, y para mí los datos del Censo Nacional Agropecuario que plantean que hay 5.277 producciones agroecológicas, biodinámicas y orgánicas están subestimados: creo que son muchas más”. La UTT es el mayor gremio de campesinos y agricultores del país: no menos de 10.000 familias. Una parte pequeña pero creciente de ellas se están volcando a la agroecología para producir frutas y verduras en el gran Buenos Aires y distintas provincias. La organización ha logrado abrir verdulerías al público (Almacenes de ramos generales) y mercados de abasto para proveer a verdulerías convencionales.
Para comprender en parte al modelo convencional, Cerdá aporta datos reunidos de ese Censo de 2018/19:
Desapareció el 25,2% de las EAP (explotaciones agropecuarias) desde 2002 al 2018, en pleno auge del “modelo”. Calcula Cerdá que son 80.000 productores menos en 16 años.
Aumentó la superficie promedio de 550 a 690 hectáreas, lo que indica que desaparecen pequeños y medianos agricultores y se concentra la tierra.
El 1,08 % de los establecimientos concentra el 36,4% de propiedad de la tierra.
El 54,62% de los establecimientos poseen apenas el 2,25% de la tierra.
Sostiene Cerdá: “Hay explotaciones más grandes y sojeras, Entonces, además, se invierte en equipos y no en trabajo humano, se vacían los campos, se genera desarraigo”.
Esa ruralidad encogida y vaciada se confirma en otro dato: los productores viven en el campo solo en el 45,9% de los establecimientos y hay 75.193 viviendas deshabitadas. La duda flota: ¿se puede hacer algo distinto?
Agricultura minera
Huele Cerdá otras posibilidades: “Según el Censo Nacional Agropecuario (datos 2018) hay un establecimiento agroecológico, orgánico o biodinámico, cada 50, o el 2% del total. Ya eso significa 10 millones de litros de agroquímicos que no se usan. ¿Qué pasa si en este ciclo de gobierno vamos aumentando esa cantidad un 10% por año, o si al menos bajamos un 30% las fumigaciones? Ya serían 150 millones de litros menos, unos 500 o 600 millones de dólares. Bajarían los costos para los productores, mejoraría la balanza comercial y el gobierno podría premiar y bajar las retenciones a quien produzca de forma agroecológica”.
Siguiente paso: “Nosotros desde ese fomento, desde esa concientización, podemos aumentar el número de productores y eso no es en contra de nadie, sino ayudando a los que quieren reducir sus costos y de paso trabajar más sano. Hemos hecho una experiencia concreta en el campo La Primavera ( 112): bajamos de 9 mil litros de glifosato a 4 mil, después a 3 mil, hoy estamos en unos 600 litros (reducción en más de un 93%). Quiere decir que se hizo una progresión que puede ser un modelo para el país. Y lo más importante: todo lo que eso representaría para la alimentación, la salud y el medio ambiente. Ese es otro cálculo que en algún momento habrá que hacer”.
Cerdá propone una imagen: “La agricultura es extractiva. Se parece más a la minería que al cultivo y cuidado de un organismo vivo. Se plantea como monocultivo, con lo cual arrasa con una producción diversa, y extrae nutrientes y minerales del suelo que se exportan. El 80% de los granos producidos en el país alimentan a cerdos, vacas y gallinas en Europa y China principalmente, y ahí se van los nutrientes de nuestros suelos”.
¿Qué efecto provocan esos nutrientes perdidos? “Los suelos están secos, laminados, sin capacidad de absorber el agua. Por eso hay inundaciones, y la gente pide obras hidráulicas. Todo un error: lo que está pasando es que la tierra no retiene el agua porque está casi muerta. Y eso es por haber hecho una agricultura extractiva”. Recuerda el ingeniero que el INTA comprobó en diferentes zonas que se ha perdido el 50% de la capacidad de los suelos.
Campos drogadictos
Suele plantear Eduardo Cerdá que los campos están drogados de tóxicos, adictos. Parte de su trabajo en estos años ha consistido en desactivar esa drogadicción a biocidas y fertilizantes mediante la agroecología. ¿De qué modo? “Aquí primó una idea de aumentar los rendimientos, que los cultivos dieran cada vez más, y para eso había que usar mucho fertilizante y matar a todas las plantas que no eran el cultivo en sí, el monocultivo. Y matar además a todos los insectos. Por eso hablamos de biocidas, que matan bichos y plantas, pero matan y contaminan también la vida del suelo, sus microorganismos. El suelo degradado no permite tener plantas sanas y aparecen las plagas al percibir el desequilibrio. ¿Cuál es la solución del modelo? Poner más fertilizantes y más biocidas. Nosotros en cambio no tenemos la idea del monocultivo, y apostamos a la vitalidad del suelo. Asociamos cultivos para que no haya espacio para las plantas que son indeseables o pueden dificultar la cosecha o la calidad de producto que se quiere lograr”.
Un asociativismo o cooperativismo biológico, con cultivos complementarios que cubren, defienden y nutren el suelo. Explica: “Y los rendimientos son similares. Eso permite que el margen de ganancia del que produce sin esos insumos sea mucho más amplio que el que tiene que comprarlos, a valor dólar encima. O sea: la producción agroecológica beneficia también por el lado económico al productor”.
Por eso Cerdá cree que lo mejor que puede ocurrir es que los agricultores tengan la oportunidad de escuchar qué es la agroecología: “No es una agricultura de máquinas especiales, ni tampoco volver a los años 60. Es una mirada que incluye lo biológico, lo económico, la vinculación con la tierra. Una mirada social, de producción y de salud”.
Una de las ideas que piensa impulsar es el incentivo a las huertas y producciones de cercanía en cada ciudad y cada pueblo: “Es lo que se está pensando en el programa Argentina contra el hambre, desarrollar alimentos de proximidad. Frutas y verduras, también pollos, huevos, carne, leche, y eso en coordinación con los municipios y el INTA. Recuperar esa riqueza que se eliminó con el monocultivo”.
En esa sencilla complejidad que representa la agroecología, Cerdá plantea que esos alimentos agroecológicos “tienen, además, el doble de nutrientes que los convencionales. Como las producciones se están vendiendo a precios similares, estás comprando por el mismo valor el doble de calidad y de nutrición”.
Salud y alimentación
Está sublevado Cerdá por un twit. El ex ministro de Salud de Mauricio Macri, Adolfo Rubinstein, publicó hace poco en Twitter una pequeña radiografía del infierno. Reproduce una nota sobre el éxito del etiquetado frontal de alimentos industrializados en Perú (los que se venden principalmente en supermercados). La nota comenta que “tres de cada cinco limeños revisan la información nutricional de los productos”. El artículo informa que tras la implantación de advertencias como “alto en azúcar”, “alto en grasas saturadas”, “contiene grasas trans” y “alto en sodio”, el 77% de los consumidores eliminó todos o algunos de esos productos de sus dietas. Rubinstein entonces declara en su twit: “Resultados del etiquetado frontal de advertencia de alimentos en Perú. Ya está en Chile, Perú, Uruguay y México. En @msalnacion no pudimos por los obstáculos de la industria alimentaria y su influencia en la sec de comercio. Una asignatura pendiente de nuestros legisladores!”.
O sea: la confirmación de todo lo que se ha venido publicando sobre la complicidad entre la industria alimentaria y los funcionarios que juegan con la salud de la gente en pro de los negocios. Que un ministro de Salud recién mencione esto a meses de haberse ido califica también su gestión.
Cerdá: “Aquí debería existir un etiquetado que le permita al consumidor discernir si quiere comer transgénicos, o si quiere comer algo cuando el Estado le está diciendo: ‘ojo, guarda que esto es alto en azúcar’. O si tiene jarabe de fructosa que es tremendo y, lo mismo que si tiene soja, viene con glifosato. Esa declaración confirma que cedieron a las presiones y que es crucial volver a tratar el tema del etiquetado en el país”.
Una duda aún mayor: “Hay muchos trabajos que señalan que a medida que se elevó el uso de agroquímicos, aumentaron la celiaquía, el cáncer, los problemas de tiroides. No es que vos puedas asegurar. ‘aumentó el uso de glifosato y eso generó tanto cáncer’. Pero lo que sí está claro es que el Garrahan está superpoblado de chicos con cáncer de zonas fumigadas, o que ha aumentado el autismo. O, como te decía, la celiaquía. Sin hacer una relación directa, uno puede preguntarse: ¿Qué es lo que ha cambiado? La respuesta es: la matriz productiva, la cantidad de agroquímicos que tenemos alrededor. Estamos trabajando con la Asociación de Médicos Generalistas de la provincia de Buenos Aires cómo plantear una reducción en gran escala del uso de agroquímicos”.
A los productores convencionales hay que decirles dos palabras, según Cerdá: haga números. “Si anda con un tiempito que mire cuánto le salía hacer un cultivo de maíz o soja en 2000, 2010 y ahora, Qué pasó con los costos, los rendimientos y el suelo. Qué pasa cuando no acompaña el clima. ¿Y la salud? Porque si ganaste plata pero te enfermaste, no sé cuánto vale eso, ni quién te lo paga. Lo que yo veo es que en estos años todos han ido perdiendo, que hay más desigualdad, más enfermedad, una matriz ambiental de biocidas. Eso tampoco hay nadie que lo pague, pero por lo menos podemos empezar a hacer algo para dejar de ser tan poco inteligentes de seguir haciendo siempre lo mismo”.
https://www.lavaca.org/mu145/estado-verde/
Fuente: https://contrahegemoniaweb.com.ar/estado-verde
2)«En las prácticas del mundo indígena rigen principios de reciprocidad, complementariedad, correspondencia, solidaridad, creatividad, corresponsabilidad y demás elementos que nada tienen que ver ni con el intercambio de mercancías ni con el lucro». No se trata de idealizarlas, sí que pueden volverse en extremo inspiradoras para la construcción de la post-economía.
Buscando fundamentos biocéntricos para una post-economía
Naturaleza, economía y subversión epistémica para la transición
25 de marzo de 2021
Por Alberto Acosta y John Cajas-Guijarro (Rebelión)
(…)Algunas enseñanzas del mundo indígena
La discusión planteada hasta el momento hace ver cuán crucial es alcanzar un mundo en donde todas las dimensiones de la realidad social y natural sean desmercantilizadas. De hecho, en las sociedades contemporáneas hay ejemplos donde la desmercantilización existe: la seguridad social y las prestaciones sociales; los servicios sociales de educación, salud, transporte público, servicios financieros y demás asociados a bienes públicos y comunes no mercantilizados; e incluso la administración del hogar o de múltiples comunidades, donde las relaciones económicas se mueven por un sentido completamente distinto al lucro.
Un ejemplo de verdad aleccionador sobre cómo construir la economía desde relaciones distintas a las mercantiles se encuentra en el mundo indígena andino y amazónico, heredero de las prácticas de múltiples pueblos y nacionalidades ancestrales. Varias comunidades indígenas, tanto aquellas que han sobrevivido al embate de la modernidad capitalista, las que han resuelto vivir al margen de ésta, e incluso las que han empezado a “sucumbir”, poseen prácticas vivenciales que apelan a principios de vida propios del Buen Vivir (o, mejor dicho, de los Buenos Convivires), en donde los seres humanos buscan la armonía tanto consigo mismos como con la Naturaleza.
Si bien la literatura disponible no muestra un consenso sobre las conceptualizaciones de las prácticas económicas y sociales de las comunidades indígenas, que en ningún caso pueden ser romantizadas, sus raíces permiten al menos intuir cómo dichas comunidades conciben el vínculo entre seres humanos, como parte integral de la Pacha Mama (Acosta, 2015, p.318)[82]. Para ver esto, basta mencionar algunos ejemplos de relacionamiento económico propios del mundo indígena (ver Acosta, 2013)[83]:
– Minka (minga): Institución de ayuda reciproca en el ámbito comunitario. Asegura el trabajo destinado para el bien común de la población. Busca satisfacer necesidades e intereses colectivos de la comunidad. Por ejemplo, al ejecutar obras como la construcción y mantenimiento de un canal de riego o de un camino. Es un mecanismo de trabajo colectivo muy potente. Resulta interesante constatar que la minka o minga ha calado en otros grupos, fuera del mundo indígena, sobre todo en ámbitos populares.
– Ranti-ranti (randi-randi): A diferencia del trueque puntual y único visto en algunas economías mestizas, el intercambio es parte de una cadena que desata una serie interminable de transferencias de valores, productos y jornadas de trabajo. Se sustenta en el principio de dar y recibir sin determinar un rango de tiempo, acción y espacio, relacionado con ciertos valores de la comunidad en referencia a la ética, la cultura y el contenido histórico. También se encuentra en otros espacios sociales, en donde incluso se le conoce como “el presta manos”.
– Uyanza: Momento que llama a la convivencia y unidad de las comunidades. Es una ocasión para agradecer a la Pacha Mama por su capacidad regenerativa, es decir por los productos que brinda a los seres humanos. Y es también una institución de ayuda social y de reconocimiento a las familias que dieron su fuerza de trabajo en préstamo.
– Uniguilla: Actividad destinada al intercambio para complementar lo alimentario, utilitario, permite mejorar la dieta alimenticia con productos de otras zonas, sobre todo a partir de diferentes pisos o nichos ecológicos.
– Waki: Entrega de tierras cultivables al partir, a otra comunidad o familia que trabaja en el terreno. Implica repartir los productos cultivados entre ambas comunidades o familias. Esta actividad también se da en el cuidado y crianza de animales.
– Makikuna: Apoyo que involucra a toda la comunidad, familia ampliada, amigos, vecinos. Es una especie de apoyo moral en el momento que más requiere una familia. Esta ayuda puede solicitarse en esas circunstancias, sobre todo obedece a situaciones imprevistas y a emergencias.
A estas formas de relacionamiento económico indígena cabe mencionar otras como la tumina, la probana, la yapa, la pampamesa, el kamari, etc. Sin duda, la lista puede alargarse…
En todos estos casos, la Naturaleza y la fuerza de trabajo humana se encuentran claramente desmercantilizadas y van interactuando en un “metabolismo social-natural” mucho más armónico, sin provocar las “rupturas metabólicas” propias del capitalismo. Decimos esto pues en las prácticas del mundo indígena rigen principios de reciprocidad, complementariedad, correspondencia, solidaridad, creatividad, corresponsabilidad y demás elementos que nada tienen que ver ni con el intercambio de mercancías ni con el lucro.
Aunque varios de estos principios perduran en el mundo indígena contemporáneo muchas veces más como formas de supervivencia ante el olvido y la exclusión de la modernidad capitalista, sin duda pueden volverse en extremo inspiradoras en la construcción de la post-economía. Sin ánimo de forzar ninguna lectura, parece adecuado pensar que estas formas de relacionamiento social indígena sintonizan con un “metabolismo social-natural” armónico, son respetuosas de los Derechos de la Naturaleza -aún sin siquiera conceptualizarlos- y hasta parecen concordar con aquel el principio postulado por Karl Marx en su Crítica al programa de Gotha (1875): “de cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades”.
Es claro que estas formas de organizar la economía pueden tener complicaciones en espacios más amplios, no comunitarios, peor aún si el capitalismo sigue siendo dominante. Sin embargo, es claro que al juntar diferentes matrices de conocimiento -tanto teórico como vivencial- emerge un gran potencial transformador civilizatorio.
La post-economía como transición hacia el pluriverso [84]
Cuando Picasso pintaba sus grandes obras solía sobreponer varias perspectivas diferentes de una misma imagen hasta crear un cuadro donde lo bello y lo abstracto se juntan magistralmente. Si bien carecemos de la genialidad de semejante pintor, al menos creemos que podemos usar su método para plantear una alternativa ante el sinsentido creado por la civilización del capital y su Jenofonte, las “ciencias económicas”.
Dicha alternativa la recogemos en la post-economía, una forma de pensamiento para la transición, un paradigma, una concepción del mundo y de la vida, que -reiteremos- “entierre a las mal llamadas “ciencias económicas” y su pretensión “imperial [85]” (por eso el uso del prefijo post) y que, junto con visiones y propuestas transdisciplinarias, contribuya a la transición hacia una civilización post-capitalista que conciba a la realidad humano-natural como pluriverso” (ver la introducción de este texto).
El objetivo es trascender y enterrar la racionalidad instrumental de las “ciencias económicas” estudiándolas de forma rigurosa para plantear una fuerte crítica, la cual se combina con múltiples enseñanzas dejadas por conocimientos vivenciales que buscan la armonía en la interacción entre seres humanos y de éstos con la Naturaleza, es decir, buscan un “metabolismo social-natural” armónico, como es el caso del mundo indígena. Una armonía que sintoniza perfectamente con la proclama de un sistema general de Derechos Universales, compuesto esencialmente por los Derechos Humanos y los Derechos de la Naturaleza, y construido desde un biocentrismo.
En ese sentido, esperamos que estas páginas contribuyan a construir un debate que recupere el espíritu crítico del pensamiento social legado por personas como Marx y otros, cuestione toda raíz antropocéntrica y anhelo de un imposible progreso material ad infinitum, y junte esa crítica con las prácticas concretas tanto del mundo indígena como de otros mundos que plantean e incluso viven alternativas reales al capitalismo. Semejante debate post-económico apela a una subversión epistémica que desea servir como una herramienta más en la larga resistencia y lucha por construir una nueva civilización, una civilización post-capitalista.
Pueda que el cambio civilizatorio al que apelamos aún sea muy lejano, y pueda que para muchos de nuestros contemporáneos hasta suene imposible. Pero eso no debe hacernos bajar los brazos y callar nuestra voz. El mundo del capital es irracional y nos está llevando a un colapso social y ambiental. La lucha contra ese mundo irracional debe ser permanente hasta que lo veamos caer. Quizá es mejor vivir en la lucha a morir aceptando que nada se puede hacer…
Notas:
Alberto Acosta: Economista ecuatoriano. Profesor universitario. Exministro de Energía y Minas. Expresidente de la Asamblea Constituyente. Excandidato a la Presidencia de la República del Ecuador. Exprofesor-Investigador de FLACSO sede Ecuador
John Cajas-Guijarro: Economista ecuatoriano. Profesor de la Universidad Central del Ecuador. Doctorante en economía del desarrollo en FLACSO-Ecuador.
Se agradecen los valiosos y profundos comentarios de Jürgen Schuldt tanto a una versión preliminar de este trabajo como a la construcción misma del concepto de post-economía.
NOTA: este artículo se publicó en el libro VOCES LATINOMAERICANAS. Mercantilización de la Naturaleza y Resistencia Social. Coordinado por Griselda Günther Monika Meireles UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA México, diciembre 2020.
Fuente: https://rebelion.org/naturaleza-economia-y-subversion-epistemica-para-la-transicion/
Ecocida y genocida
En contraste con el Frente por la Soberanía Nacional mirando por cambiar de dueñes a la gestión comercial del Paraná, reflexionemos sobre qué Vandana Shiva nos señala:
«Tenemos que aprender de una vez por todas que somos miembros de la familia planetaria y que la verdadera economía es la economía de los cuidados: el cuidado del planeta y el cuidado mutuo.
Tenemos que reducir de manera consciente nuestra huella ecológica para dejar recursos y espacio disponibles para otras especies, para el resto de seres humanos y para las generaciones futuras. La emergencia sanitaria y el confinamiento ha demostrado que cuando hay voluntad política, se puede revertir el proceso de globalización. Hagamos que esta reversión sea permanente y volvamos a la producción local y de cercanía en línea con los principios del swadeshi (autosuficiencia) que promulgaba Gandhi, es decir, el restablecimiento de la economía doméstica».
Un virus, la humanidad y la tierra
12 de abril de 2020
¿Qué lecciones podemos aprender gracias al coronavirus sobre nuestra especie humana, los paradigmas económicos y tecnológicos dominantes y la tierra?
Por Vandana Shiva para El Salto
Un pequeño virus ha confinado el mundo, ha parado la economía global, se ha llevado por delante la vida de miles y el sustento de millones de personas.
¿Qué lecciones podemos aprender gracias al coronavirus sobre nuestra especie humana, los paradigmas económicos y tecnológicos dominantes y la tierra?
Lo primero que nos recuerda el confinamiento es que la tierra es para todas las especies y que cuando dejamos espacio y liberamos las calles de coches, la contaminación se reduce. Los elefantes pueden acceder a las zonas residenciales de Dehradun y bañarse en el Ganges en el ghat de Har Ki Pauri, en Haridwar. Un leopardo campa a sus anchas en
Chandigarh, la ciudad diseñada por Le Corbusier.
La segunda lección es que esta pandemia no es un desastre natural, al igual que los fenómenos climáticos extremos tampoco lo son. Las epidemias emergentes, así como el cambio climático, son antropogénicas, es decir, causadas por las actividades humanas.
Una economía global basada en la ilusión del crecimiento ilimitado […] se traduce en una ilimitada transgresión de los límites del planeta, de los ecosistemas y de las especies.
Los científicos nos avisan de que al invadir los ecosistemas forestales, destruir los hábitats de muchas especies y manipular las plantas y los animales para obtener beneficio económico fomentamos la aparición de nuevas enfermedades. A lo largo de los últimos 50 años han aparecido 300 nuevos patógenos. Está sobradamente documentado que un 70 % de los patógenos que afectan al ser humano, entre los que se encuentran el VIH, el ébola, la gripe, el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés) y el síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés) surgen cuando se invaden los ecosistemas forestales y los virus se transfieren de animales a personas. Cuando se apiñan animales en granjas industriales para maximizar los beneficios afloran nuevas enfermedades como la gripe porcina o aviar.
La avaricia humana, que no respeta los derechos de otras especies ni los derechos de los miembros de nuestra misma especie, es la raíz de esta pandemia y de las pandemias que la seguirán. Una economía global basada en la ilusión del crecimiento ilimitado se traduce en un apetito insaciable por los recursos planetarios, lo que en consecuencia se traduce en una ilimitada transgresión de los límites del planeta, de los ecosistemas y de las especies.
La tercera lección que nos enseña el virus es que la emergencia sanitaria está relacionada con la emergencia de la extinción masiva de especies. También con la emergencia climática. Al usar venenos como insecticidas y herbicidas para matar insectos y plantas es inevitable provocar una crisis de extinción. Al quemar combustibles que la tierra fosilizó hace 600 millones de años transgredimos los límites planetarios. La consecuencia es el cambio climático.
Los pronósticos de los científicos establecen que si no frenamos esta guerra antropogénica contra la tierra y las especies que la habitan, en cien años habremos destruido las condiciones que permiten a los humanos vivir y prosperar. Nuestra extinción será una más de las 200 que se producen a diario. Nos vamos a convertir en una especie en peligro de extinción por la avaricia, arrogancia e irresponsabilidad humanas.
Si no frenamos esta guerra antropogénica contra la tierra y las especies que la habitan, en cien años habremos destruido las condiciones que permiten a los humanos vivir y prosperar.
Todas las emergencias que en la actualidad ponen en peligro vidas tienen su origen en la visión mecanicista, militarista y antropogénica de los humanos como seres al margen de la naturaleza, como amos y señores de la tierra que pueden dominar, manipular y controlar a otras especies como fuentes de beneficio. También tienen su origen en un modelo económico que considera los límites ecológicos y éticos como obstáculos que se deben superar para aumentar el crecimiento de los beneficios empresariales. En ese modelo no caben los derechos de la Madre Tierra, los derechos de otras especies, los derechos humanos, ni los de las generaciones futuras. Durante esta crisis y la recuperación tras el confinamiento, necesitamos aprender a proteger la tierra, su clima, los derechos y los hábitats de las diferentes especies, los derechos de los pueblos indígenas, de las mujeres, de los agricultores y agricultoras y de los trabajadores y trabajadoras.
Tenemos que romper con la economía del lucro y el crecimiento ilimitado que nos ha llevado a una crisis de supervivencia. Tenemos que aprender de una vez por todas que somos miembros de la familia planetaria y que la verdadera economía es la economía de los cuidados: el cuidado del planeta y el cuidado mutuo.
Para prevenir futuras pandemias, hambrunas, y la perspectiva de convertirnos en sociedades en las que la vida humana no tenga valor, tenemos que romper con el sistema económico global que está generando el cambio climático, la extinción de muchas especies y la propagación de enfermedades mortales. La vuelta a lo local deja espacio para que las distintas especies, las diferentes culturas y las variadas economías locales se desarrollen.
Tenemos que aprender de una vez por todas que somos miembros de la familia planetaria y que la verdadera economía es la economía de los cuidados: el cuidado del planeta y el cuidado mutuo.
Tenemos que reducir de manera consciente nuestra huella ecológica para dejar recursos y espacio disponibles para otras especies, para el resto de seres humanos y para las generaciones futuras. La emergencia sanitaria y el confinamiento ha demostrado que cuando hay voluntad política, se puede revertir el proceso de globalización. Hagamos que esta reversión sea permanente y volvamos a la producción local y de cercanía en línea con los principios del swadeshi (autosuficiencia) que promulgaba Gandhi, es decir, el restablecimiento de la economía doméstica.
Nuestra experiencia en Navdanya nos ha enseñado a lo largo de tres décadas que los sistemas de producción de pluricultivos locales y ecológicos son capaces de proveer de alimento a la población sin empobrecer el suelo, contaminar el agua ni dañar la biodiversidad.
La riqueza de la biodiversidad en los bosques, las granjas, los alimentos que consumimos, la microbiota intestinal, es un hilo conductor que comunica el planeta y sus diferentes especies, también los seres humanos, a través de la salud, no de la enfermedad.
Un pequeño virus puede ayudarnos a dar un gran paso adelante para fundar una nueva civilización planetaria ecologista basada en la armonía con la naturaleza. O bien podemos seguir viviendo la fantasía del dominio sobre el planeta y seguir avanzando hasta la próxima pandemia. Y por último, hasta la extinción.
La tierra seguirá adelante, con nosotros o sin nosotros.
Fuente: https://www.anred.org/2020/04/12/un-virus-la-humanidad-y-la-tierra/
Renán Vega Cantor nos plantea con mayor precisión que los pueblos y sus diversidades debemos emanciparnos del sistema mundo capitalista y sus locales para garantizar la vida humana y la no humana en el planeta.
El capitaloceno
27 de febrero de 2017
Por Renán Vega Cantor
Al borde del precipicio
Varias informaciones recientes indican el acelerado proceso de destrucción de la naturaleza y de trastorno climático en el mundo, así como de la miseria de millones de seres humanos, afectado por catástrofes que se pretenden naturales pero que tienen un claro origen social, aunque eso no sea evidente a primera vista. Sin pretender ser sistemáticos recordemos algunas de las noticias que se registraron en el 2016 sobre caos climático, extinción de especies, pérdida de biodiversidad y las mal llamadas “catástrofes naturales”. (…)
Las características del capitalismo, su lógica de funcionamiento, explican que se haya convertido en una destructiva fuerza, que ataca a la mayor parte de los seres humanos y destruye la naturaleza, habiendo originado el capitaloceno (La época del capitalismo). Algunos de los elementos centrales de su funcionamiento son los siguientes:
- Primer elemento: la acumulación capitalista que crece en forma exponencial e ininterrumpida en la búsqueda insaciable de ganancias. Para obtener ganancias se debe explotar intensivamente a los trabajadores y expoliar el medio ambiente, sin interesar si se destruyen a otras formas de vida. Se supone que puede haber crecimiento al infinito, como requisito de la acumulación de capital, en una tierra cerrada y limitada en recursos.
- Segundo elemento: para obtener ganancias el capital rebasa las fronteras nacionales y se expande por el mundo en búsqueda de fuentes de materias primas, trabajo barato y nuevos mercados de inversión y consumo. Incluso, algunos lunáticos hoy hablan de la “colonización de Marte”, como forma de huir de la tierra. Esta expansión tiene como motor principal la competencia desenfrenada de capitales, que primero compiten a escala local y luego en el mundo entero.
- Tercer elemento: obtener réditos en el corto plazo, porque, como decía Keynes, en el largo plazo todos estaremos muertos. Esto supone que no se tienen en cuenta los tiempos de la naturaleza, sino los tiempos del capital y los negocios. Como consecuencia se aniquila a los ecosistemas, tal y como lo evidencia la explotación mineral o de hidrocarburos, ya que no se tiene en cuenta el tiempo de reposición de los ecosistemas (cuando hablamos de bienes renovables) y se actúa en contra de los límites naturales.
- Cuarto elemento: para conseguir el incremento de ganancia en forma permanente se produce un crecimiento ininterrumpido de las fuerzas productivas-destructivas, lo que se expresa entre otras cosas en el desarrollo de la tecnociencia, lo que lleva a inventar tecnologías más potentes, y que consumen mayores cantidades de materia y energía, para extraer más materia y consumir hasta la última porción de energía disponible. Esto genera una particular forma de arrogancia tecnocrática, para la cual no hay límites naturales, ni de ninguna otra índole, y que postula que tarde o temprano se encontraran las soluciones técnicas a los problemas que ha generado el capitalismo.
- Quinto elemento: se estructura una jerarquía de valores que exaltan la competencia, el individualismo, el egoísmo, la codicia, la sed de ganancias, el consumismo, la explotación de otros seres humanos, como propias de la “naturaleza humana”. Esos valores son inculcados desde la escuela, y por los medios de comunicación, lo que legitima al capitalismo, que es visto como el orden natural de las cosas, un sistema eterno e insustituible.
- Sexto elemento: la producción de mercancías obliga a su consumo, para poder obtener ganancia por parte de los capitalistas. Esto conduce a impulsar el consumo, creando necesidades artificiales e innecesarias, como puede verse hoy al examinar gran parte de las mercancías que se generan en el capitalismo, muchas de las cuales son inherentemente nocivas.
Con estos elementos, puede concluirse sin mucho esfuerzo que el capitalismo es insustentable a corto plazo. Como indican Fred Magdoff y John Bellamy Foster: El sistema capitalista mundial es insustentable en: (1) su búsqueda por una acumulación sin fin de capital tendiente a una producción que debe expandirse continuamente para obtener ganancias; (2) su sistema agrícola y alimentario que contamina el ambiente y sin embargo no garantiza el acceso cuantitativo y cualitativo universal de comida; (3) su desenfrenada destrucción del ambiente; (4) su continua reproducción y aumento de la estratificación de riqueza dentro y entre los países; y (5) su búsqueda por la “bala de plata” tecnológica para evadir los crecientes problemas sociales y ecológicos emergentes de sus propias operaciones34.
El término capitaloceno hace referencia a un periodo de tiempo reciente, una nueva era geológica, y a una categoría analítica y explicativa.
En el primer sentido, establece una cronología para englobar un conjunto de procesos cuyo nexo articulador es la existencia y el predominio de la relación social capitalista, desde el momento mismo de su génesis, como capitalismo de guerra en el siglo XVI, en algunos lugares de Europa y que luego, se expande por el resto del mundo durante los últimos siglos, adquiriendo una fuerza e impacto mundial tras la revolución industrial a finales del siglo XVIII.
En el segundo sentido, es una noción que se dirige a dar una explicación de los fundamentos de funcionamiento del capitalismo y sus impactos destructivos sobre el planeta tierra. Busca explicar en forma racional las raíces de lo que sucede. Aunque el capitaloceno representa un período muy corto, su impacto es tal que la mayor parte de las transformaciones que ha generado tienen un carácter de irreversibles. El capitalismo es una fuerza geofísica global, eminentemente destructora, aunque se suponga que es creadora, su carácter devastador es de tal dimensión que puede catalogarse como un nuevo meteorito, pero de origen social, similar al meteorito que se estrelló contra el Golfo de México hace 65 millones de años y que produjo la quinta extinción de especies y arrasó con el 90 por ciento de la vida que por entonces existía en la tierra35.
Al hablar de capitaloceno no importa tanto que se le conciba como una época histórica o una era geológica, y lo menos interesante es argüir que hoy no pueden leerse los registros estratigráficos que demuestren su existencia. Es poco importante que exista un reconocimiento estratigráfico del capitaloceno. Lo fundamental es el sentido político del término y al desafío cognitivo de orden colectivo que debería generar, que conduzca no solamente a cambiar nuestra comprensión de la realidad, sino lo que es más importante y decisivo, nuestro accionar como sociedades. El asunto es crucial, no es una cuestión terminológica ni una querella entre geólogos. Tiene que ver con el esclarecimiento de las razones y de las causas que producen la destrucción de la naturaleza, la extinción de especies, el vuelco climático, la acidificación de los mares, la destrucción de los corales…. El capitaloceno sí está dejando huellas de tipo geológico. Al respecto, uno de los cambios geológicamente más significativos, aunque aparezca casi invisible para nosotros, es la modificación en la composición de la atmosfera: las emisiones de bióxido de carbono (CO2), cuya contribución al calentamiento global es innegable –lo que produce cambios climáticos, concretamente elevación de la temperatura, que no se presentaban hace millones de años– y que permanecen durante miles de años en la atmósfera. Asimismo, el desplazamiento de plantas y animales hacia los polos, un movimiento migratorio forzado por el aumento de la temperatura, que ya se está presentando, va a dejar su registro fósil, en idéntica forma que la elevación del nivel del mar en varios metros, con lo cual se hundirán ciudades completas.
Es probable que mucho tiempo después de que nuestros autos, ciudades y fábricas se hayan convertido en polvo, las consecuencias de quemar carbón y petróleo equivalente a miles de millones de toneladas sean claramente ostensibles. El bióxido de carbono calienta el planeta y, al mismo tiempo, se cuela en los océanos y los acidifica. En algún momento de este siglo serán tan ácidos que los corales ya no podrán construir arrecifes, lo que se registrará geológicamente como «un hiato de arrecifes». Estos hiatos han marcado cada una de las últimas cinco extinciones masivas principales. La más reciente, que se cree fue causada por el impacto de un asteroide, tuvo lugar hace 65 millones de años, al final del periodo Cretácico; no sólo eliminó a los dinosaurios, sino también a los plesiosaurios, los pterosaurios y los ammonoideos. La escala de lo que les está sucediendo ahora a los océanos es, de acuerdo con muchos expertos, incomparable desde entonces. Para los geólogos futuros, dice Zalasiewicz, nuestro impacto podría parecer tan repentino y profundo como el de un asteroide. (Bienvenido al Antropoceno, la era del hombre36)
Entre algunos de los cambios que ha generado el capitalismo se encuentran: un aumento en la tasa de extinción de la fauna y la flora a niveles sin precedentes desde la aparición del homo sapiens; aumento en los niveles de C02 en la atmosfera, que modifica el clima y aumenta las temperaturas, de tal forma que no había sucedido hace 66 millones de años; producción masiva de plásticos, que inundan ríos, lagos y océanos, interfiriendo en la vida de miles de especies; la utilización de fertilizantes ha duplicado la cantidad de nitrógeno y de fosforo en las tierras de cultivo. Se calcula que esto puede causar un impacto sobre el ciclo de nitrógeno que no se presentaba hace 2.500 millones de años; “la presencia de una capa permanente de partículas transportadas por el aire en los hielos glaciares y sedimentos, como por ejemplo carbono negro procedente del consumo de combustibles fósiles” 37. Con estas evidencias, advierten algunos geólogos, «Muchos de estos cambios son geológicamente duraderos y algunos son efectivamente irreversibles»38.
Los rasgos distintivos del capitaloceno no apuntan a señalar en abstracto al ser humano como una fuerza geológica en sí misma de extinción masiva, sino al sistema capitalista, como una forma de organización social e histórica particular, cuyo funcionamiento ocasiona los problemas que vivimos en la actualidad. Como tal, desde su origen el Homo sapiens ha vivido en diversas formas de organización social, y en ninguna de ellas se puso en peligro global la supervivencia de la misma humanidad y de otras formas de vida a una escala masiva, como hoy acontece. Uno de los aspectos que suele resaltarse cuando se habla de Antropoceno es el tamaño de la población humana, cuyo número creció en forma exponencial en los últimos dos siglos, tras la Revolución Industrial y en forma más veloz en los últimos cincuenta años. Este crecimiento está asociado a las energías fósiles, porque sin ellas no hubiera sido posible, algo que se deriva entonces del mismo desarrollo del capitalismo. Pero un elemento adicional que no puede ser negado es que no todos los seres humanos que hoy vivimos en el planeta tierra tenemos el mismo grado de responsabilidad, puesto que hay una asimetría evidente entre una ínfima minoría de grandes capitalistas y el resto de la población mundial.
En otros términos, existe una segmentación en términos de producción y consumo entre unos pocos países y el resto, y más en general, entre los más ricos entre los ricos y millones de pobres y miserables. Oxfam lo ha dicho en sus informes de enero de 2016 y de enero de 2017. En este último proporciona algunos datos sobre la aterradora desigualdad social y económica en el mundo:
1. Cuando una de cada diez personas en el mundo sobrevive con menos de dos dólares al día, la inmensa riqueza que acumulan tan sólo unos pocos resulta obscena. Sólo ocho personas (concretamente ocho hombres), poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial, 3.600 millones de personas. […]
2. Siete de cada diez personas vive en un país en el que la desigualdad ha aumentado en los últimos 30 años.
3. La desigualdad extrema tiene un enorme impacto en las vidas de las mujeres, sobrerrepresentadas en los sectores con peores salarios y que sufren mayores niveles de discriminación en el ámbito laboral y asumen la mayor parte del trabajo de cuidados no remunerado. Al ritmo actual, llevará 170 años alcanzar la igualdad salarial entre hombres y mujeres.
4. La evasión y elusión fiscal por parte de las grandes multinacionales priva a los países pobres de al menos 100.000 millones de dólares cada año en ingresos fiscales, dinero suficiente para financiar servicios educativos para los 124 millones de niños y niñas sin escolarizar o servicios sanitarios que podrían evitar la muerte de al menos seis millones de niños y niñas cada año39.(…)
Fuente: https://rebelion.org/docs/223396.pdf
En consecuencia, el Frente por la Soberanía Nacional se escinde de las luchas de muchos años de las asambleas de comunidades en resistencia al avasallamiento de derechos de los pueblos y de la naturaleza que practican los extractivismos. Y también se ubica de espaldas al Capitaloceno.
¿A QUÉ SOBERANÍA SE REFIERE? Algo podemos comprender cuando este 4 de junio conmemora en vez del golpe dado por el GOU:
Frente por la Soberanía Nacional
t4 Sidde mjusunnipooie fca las 1mh0gngnsofgigr:en2ds1mi ·
4 de Junio de 1846.
Aniversario del triunfo en la Batalla de Punta Quebracho
Los abajo firmantes, miembros de diferentes colectivos y organizaciones, celebramos hoy 4 de Junio el 175º aniversario de la Batalla de Punta Quebracho, en la que las fuerzas de la Confederación Argentina al mando del General Lucio Nicolás Mansilla (1792-1871) vencieron a la flota anglo-francesa. (…)
Nes diferenciames del Frente en que somes autoorganizaciones de les de abajo y comunidades luchando desde cada territorio y de todos los territorios de la Argentina sin fronteras y plurinacional para erradicar los extractivismos.
Sobre todo miramos por desmercantilizar y liberar la naturaleza de su devastación por el capitalismo que es cuidar su salud en cuyo seno está la humana.
Reflexionemos sobre qué comparte Naturaleza de Derechos a continuación:
Naturaleza de Derechos
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El Río como un hermano.
En este número de pospandemia, los aspectos abordados en la acción judicial interpuesta ante la Corte Suprema de la Nación, en defensa del Río Paraná, que focaliza e interpela a la justicia a un reconocimiento de sus derechos.
La importancia de la información científica disponible de la mano de la Ciencia Argentina independiente que da cuenta de todos los impactos que genera el modelo agroindustrial sobre toda la geografía de la Cuenca del Río Paraná.
Rechazo al megaproyecto de la Hidrovía, ya sea en manos privadas o públicas, y las diferencias con los posicionamientos antropocéntricos que siguen viendo al Río como un mero objeto para ponerlo a disposición de un modelo agroalimentario con fines recaudatorios y perpetuar asi el saqueo de los bienes ambientales en los territorios y los impactos en la población.
Respetar al Río y dejar de someterlo al proceso de acumulación ilimitada de los extractivismos, adaptando las necesidades antropocéntricas al estado de situación con sequías cada vez más frecuentes que están afectando gravemente el régimen de sus pulsos con bajantes pronunciadas y que lo colocan en un estado agonizante al límite de su capacidad de resiliencia y funcionamiento como sistema.
La necesidad de implementar los mecanismos de concertación federal, mediante la creación de un Comité de Cuenca con participacion social inclusiva y abierta.
Medidas paliativas para dejar de exponer al Río Paraná y sus afluentes a las fumigaciones con agrotóxicos, aplicando los mejores estándares existentes en la Cuenca (aéreas 1500 metros de cada línea de ribera (Ley Chaco), 1000 metros de cada línea de ribera (Normativa Santa Fé).
Establecimiento de parámetros de calidad de agua respecto a los agrotóxicos de uso actual en la agricultura industrial, que hoy no están contemplados para la protección de la biota acuática y no son analizados en los controles rutinarios por las prestadoras del servicio de agua de red domiciliaria para consumo de la población.
La exigencia al SENASA a que realice una reválida de todos los agrotóxicos autorizados en la Argentina, avanzando en la prohibición de todos los principios activos cancelados en la Unión Europea. Y exigiendo la realización de los ensayos de carcinogenicidad, cronicidad y sinergia en procesos transparentes y con participación social inclusiva.
Descarga libre y gratuita.
Consideremos porqué es central tener un enfoque liberador e integral del Trabajo de todo el país en vez de convertir al Estado en poder sobre los ríos para usufructuar rentabilidad de vías navegables y de exportación. El posicionamiento del Frente por la Soberanía Nacional es anacrónico y mercantilista, desestima que el Paraná forma parte principal de la hidrovía Paraguay-Paraná que, desde el año 2000, pertenece a la IIRSA escondida por UNASUR detrás de COSIPLAN para desplegarla pese a ser el ALCA real y efectivo.
El Taller Ecologista, la Fundación CAUCE y la Fundación Humedales nes aclaran significados e implicancias de conformarse con la gestión comercial de la hidrovía encarceladora del río Paraná hoy en emergencia por el modo agropecuario de producción del capitalismo contemporáneo mirando en exclusivo hacia el crecimiento lucrativo del 1% humano sin importarle estar aniquilando la naturaleza y la salud humana:
Se conoce como Hidrovía Paraguay-Paraná a la ruta navegable que recorre 3442 km. desde Puerto Cáceres (Brasil) hasta Puerto Nueva Palmira (Uruguay), que fue puesta en marcha en la década del ´90.
El objetivo de su implementación fue garantizar la navegación contínua durante todo el año de grandes buques destinados a la exportación de cereales y derivados, oleaginosas, y en menor medida, minerales y otros productos primarios a los centros de producción global.
Por su concepción netamente mercantilista, el desarrollo de esta vía navegable ha exigido que los ríos y los territorios se adapten a las necesidades de los grandes actores del sistema agroalimentario regional y mundial, con consecuencias socioecológicas relevantes.
En Argentina, la Hidrovía puede considerarse soporte y expresión del modelo agroexportador, y está dirigida principalmente a empresas usuarias como grandes astilleros, empresas de construcción, a la exportación de cereales y oleaginosas, entre otras.
Fuente: https://tallerecologista.org.ar/hidrovia-la-posicion-de-las-organizaciones-socioambientales/
Desarrollo a toda costa
El impacto ambiental que se esconde detrás de la hidrovía Paraguay-Paraná
15 de noviembre de 2020
Las tareas de dragado y profundización del cauce implican la necesaria modificación geo-morfológica del mismo, lo que trae aparejados impactos directos e indirectos sobre la biota local. A esto se suman los impactos ambientales asociados al incremento del tráfico naviero y de sus calados.
Martín Blettler
Doctor en Ciencias Biológicas. Investigador independiente del Conicet.
Tomás Rico
Área Metropolitana
(…)Bajo una nueva licitación se pretende profundizar el cauce del Paraná con el fin de permitir el ingreso de buques de mayor calado y envergadura a la zona portuaria central. Asimismo, se planea desarrollar y ampliar nuevas zonas de cruce de buques que permitan minimizar las esperas y reprogramaciones, ampliar los canales secundarios de acceso a los puertos, zonas de maniobra, radas y fonderos. Según supo El Litoral, el gobierno Nacional designó a la Universidad Nacional de Rosario (UNR) para realizar los estudios de impacto medioambiental de la futura hidrovía.
Interrogantes
Ante esta coyuntura surgen, una vez más, viejos interrogantes respecto del real impacto ambiental que esta vía de transporte tiene hoy y cuál sería la magnitud de los impactos dados por las obras de ampliación planificadas.
Debido a que la Hidrovía está en funcionamiento desde hace mucho tiempo, evaluar hoy el impacto ecológico que ha tenido resulta complejo (aunque no imposible). Sin embargo, basados en experiencias y estudios científicos de otras hidrovías del mundo y de estudios realizados por científicos locales (Laboratorio de Hidro-ecología, INALI), se pueden enlistar una serie de potenciales problemas que deberán ser correctamente abordados y profundizados en el contexto de las nuevas obras, si se quiere tener una estimativa realista de su real impacto.
En ese sentido, experiencias de otras hidrovías del mundo deben ser considerados como base. Las Hidrovías de los ríos Missouri-Mississippi y el complejo Everglades-Kissimmee (Estados Unidos), y la de los ríos Rin-Main-Danubio (Alemania), han evidenciado los grandes costos ambientales a largo plazo que estas conexiones fluviales generaron durante su construcción y uso. Estos costos e impactos han sido claramente detallados en estudios científicos de autores de dichos países.
Las mencionadas tareas de dragado y profundización del cauce implican la remoción de bancos de arena, el rasuramiento de dunas (el fondo del Paraná, básicamente, es un gran campo de dunas similares a las de origen eólico), la re-suspensión de sedimentos, la rectificación de meandros, entre otras alteraciones físicas en ciertos tramos de la traza.
Cada una de estas modificaciones físicas tendrá, a modo de contraparte, su impacto en la fauna y flora local. Algunos estudios realizados por científicos locales permiten inferir importantes alteraciones locales sobre la fauna de invertebrados y peces (como ya se citó, el Laboratorio de Hidro-ecología, INALI). Sin embargo, la profundización de dichos estudios es imprescindible a los fines de lograr realizar modelos predictivos confiables
Mayor tráfico fluvial
La ampliación de la Hidrovía aparejará un considerable aumento del tránsito de buques cargueros y remolcadores. A su vez, estos buques serán de mayor calado y por lo tanto desplazarán más agua en su avance. El incremento del tránsito y del tamaño de los buques y convoyes, acrecentará la contaminación sonora (motores más poderosos), la turbulencia dada por las hélices cada vez más grandes y, fundamentalmente, las olas generadas.
Cuando una embarcación se mueve a través de un cuerpo de agua, lo desplaza y lo empuja frente a él. Esto hace que aumente la presión y genere una ola frontal, cuyo tamaño depende directamente de las dimensiones del casco y su calado.
Por ejemplo, en la Hidrovía del río Elba en Alemania, estudios científicos demostraron que estas olas inducen en peces de pequeño tamaño e invertebrados un mayor gasto de energía metabólica para nadar, un mayor riesgo a ser predados (consumidos por otros peces), una menor tasa reproductiva y el agotamiento de oxígeno debido a la re-suspensión de sedimentos. Además, se suma el impacto erosivo que el continuo choque de las olas tiene sobre márgenes e islas del río, dificultando el desarrollo de árboles y vegetación palustre.
Por otro lado, el contacto directo (choque) con cascos y hélices puede dañar la fauna acuática. De hecho, el arrastre directo de peces a través de la zona de hélice de los buques comerciales es una de las principales fuentes de mortalidad de peces inducida por la navegación en la gran Hidrovía del Mississippi según lo demostraran recientes estudios científicos.
Daños potenciales
La navegación puede aparejar derrames accidentales de hidrocarburos, agrotóxicos, sustancias corrosivas o cualquier otro elemento peligroso. Aunque se tomen las correspondientes medidas de precaución, no se puede garantizar su no ocurrencia. De hecho, estos derrames ya han sucedido bajo las condiciones actuales de manejo de la hidrovía. Otro daño grave, aunque también potencial, es la introducción accidental de especies invasoras.
En el río Paraná existe un ejemplo paradigmático de esto. La invasión del mejillón dorado Limnoperna fortunei, que comenzó con su introducción en los años ’90 a través del agua de lastre de barcos transoceánicos que comerciaban con el sudeste asiático. Una vez en el río Paraná, esta especie se propagó rápidamente, desplazando y reemplazando especie de moluscos autóctonos.
Crecimiento, pero no a costa del ambiente
Por lo anterior, queda claro que obras de semejante magnitud deben contemplarse y ajustarse a estrictos estudios y monitores científicos que permitan una evaluación confiable de los reales impactos ambientales que causan al ambiente en tu totalidad. Esto no es tarea simple, pero absolutamente imprescindible si se quiere evitar la repetición de errores del pasado.
Tras enumerar los efectos que pueden significar las obras ingenieriles para la adecuación de la nueva Hidrovía, es indispensable elaborar los estudios de impacto ambiental acordes para que el desarrollo agroexportador no sea en detrimento del río Paraná ni de los sectores sociales que hoy viven gracias a este poderoso sistema fluvial (como por ejemplo, pescadores artesanales). Cuidar la amplia biodiversidad (nutrida de flora y fauna autóctona) que tantos beneficios aporta a las poblaciones ribereñas, entre ellas, las ciudades con mayor densidad poblacional de la provincia como Rosario y Santa Fe, debe ser una meta a no despreciar.
Edición Impresa
El texto original de este artículo fue publicado en nuestra edición impresa.
Noticia de: El Litoral (www.ellitoral.com) [Link:https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/268267-el-impacto-ambiental-que-se-esconde-detras-de-la-hidrovia-paraguayparana-desarrollo-a-toda-costa-area-metropolitana.html]
En contraste con el Frente por la Soberanía Nacional mirando por cambiar de dueñes a la gestión comercial del Paraná, retomemos al Taller Ecologista, la Fundación CAUCE y la Fundación Humedales que nes aclaran significados e implicancias de conformarse con la gestión comercial de la hidrovía encarceladora del río Paraná hoy en emergencia por el modo agropecuario de producción del capitalismo contemporáneo mirando en exclusivo por el crecimiento lucrativo del 1% humano sin importarle estar aniquilando la naturaleza y la salud humana.
Hidrovía: Impactos ambientales y territoriales.
22 de agosto de 2020
En el marco del Programa “Humedales Sin Fronteras”, desde el Taller Ecologista y Fundación CAUCE se vienen estudiando diversos aspectos de esta ruta navegable en el tramo medio del río Paraná, ante el panorama de una nueva licitación y propuesta de obras, consideramos importante abrir el debate sobre los impactos ambientales y territoriales en un mediano y largo plazo.
La charla “Hidrovía Paraguay-Paraná: Impactos ambientales y territoriales. En el tramo medio del río Paraná”, tuvo lugar el 21 de agosto, contó con la introducción de Laura Prol, coordinadora del área Humedales de Taller Ecologista, y las exposiciones de Gisela Rausch (Taller Ecologista), Dra. Humanidades y Artes (CONICET/CURDIUR); Martín Blettler, Dr. Cs Biológicas (CONICET/INALI); y Luis Espínola, Dr. Cs. Ambientales ( CONICET/INALI). Durante la actividad se presentaron algunas investigaciones sobre los impactos de la Hidrovía en el tramo argentino del Paraná medio, y en el territorio, como consecuencia del modelo agroexportador asociado a ella.
Más sobre la hidrovía
Se conoce como Hidrovía Paraguay-Paraná a la ruta navegable que recorre 3442 km. desde Puerto Cáceres (Brasil) hasta Puerto Nueva Palmira (Uruguay), que fue puesta en marcha en la década del ´90.
El objetivo de su implementación fue garantizar la navegación continua durante todo el año de grandes buques destinados a la exportación de cereales y derivados, oleaginosas, y en menor medida, minerales y otros productos primarios a los centros de producción global.
Por su concepción netamente mercantilista, el desarrollo de esta vía navegable ha exigido que los ríos y los territorios se adapten a las necesidades de los grandes actores del sistema agroalimentario regional y mundial, con consecuencias socioecológicas relevantes.
En Argentina, la Hidrovía puede considerarse soporte y expresión del modelo agroexportador, y está dirigida principalmente a empresas usuarias como grandes astilleros, empresas de construcción, a la exportación de cereales y oleaginosas, entre otras.
Fuente: https://tallerecologista.org.ar/charla-abierta-hidrovia-impactos-ambientales-y-territoriales
Contrastemos los planes extractivistas del gobierno FF en plena ejecución e intensificación de la ocupación económico territorial de todo el país mediante megaemprendimientos ecocidas-genocidas conque:
En todo el país-continente hallamos conflictos de las comunidades con el gran Capital por su elevado consumo de agua y envenenarla. Son confrontaciones con el Capital y el gobierno estado en sus distintas jurisdicciones que siempre se posiciona a favor de la acumulación oligopólica de riquezas y poder sobre les diverses de abajo.
A diferencia de apostar a votaciones y leyes, esas comunidades indígenas y autoorganizaciones de vecines recuperan/ defienden territorios, se arraigan desde sus dignidades hacia sus autonomías mirando a confraternizar sin fronteras ni muros instaurados….. por el sistema opresor para derrotarnes debido a nuestra división.
Valoremos qué advierte Leonardo Rossi
StuAyer maSmm phonlasogfsrillenc 18:aie4d8c ·
«Estamos nadando en maíz» (transgénico), había dicho, soberbio, hace no mucho un empresario y dirigente del agro-empresariado cordobés, ahora caído en desgracia. La realidad es que estamos ahogados en pobreza, segregación, hambre y millones de hectáreas intoxicadas. Y ese modelo, el de los dueños de la tierra, está en la base. Es la discusión política de fondo. Ahí se juega la salud de los cuerpos, de los territorios y de las destruidas comunidades políticas. En este mundo donde la «dueñidad», como dice Rita Segato, ha devenido la forma típica de nuestras segregadas sociedades, que la tierra para cultivar la vida sea un horizonte de acción, es un llamado a repensar la concepción misma de la política, por demás esperanzador. La tierra/Tierra en el centro político es comprender el tiempo que nos toca habitar, tiempo de pandemias y caos climático; tiempo de neo-fascismos y negacionismo de nuestro vital vínculo con el mundo no-humano. Tiempo de que las comunidades y los territorios se reencuentren de forma urgente, para cultivar y sostener la vida frente al confinamiento al que el capitalismo ha sometido a la humanidad.
Tierra para la vida digna
En consecuencia, abajo y a la izquierda, tenemos el desafío de llevar a cabo la «reforma agraria integral» para la reestructuración socioeconómica, política e institucional de todo el país sin fronteras ni muros. En esta dirección avanzan las luchas socioecológicas. Al contrario, el Frente por la Soberanía Nacional procura la estatización del control sobre los oligopolios exportadores (tanto transnacionales como locales) que es reforzar La República Unida de la Soja y su comercio exterior para la distribución de beneficios de ese saqueo-envenenamiento. Mira conseguirlo por unión superestructural pero no arraigada como lo son las luchas en defensa de todos los territorios de Argentina que se dan para emanciparlos de los extractivismos.
Estas luchas de las autoorganizaciones comunitarias de vecines y de pueblos originarios tienen mayores raíces en la realidad profunda de Argentina y tienen perspectivas de futuro hacia buenos vivires populares. Porque los extractivismos concentran y transnacionalizan tanto a la economía como al territorio de Argentina. Implican retroceso del país a especializarse en exportar commodities y sumirse más en subdesarrollo o mayor pobreza estructural, incapacidad científico técnica para atender necesidades e intereses populares, sometimiento al sistema mundo capitalista. Resultan no sólo del gobierno de Macri sino de toda la democracia fiel a lo instaurado por el contubernio de capitales y estados imperialistas con los locales mediante terrorismos paraestatales y estatales en los setenta. Aún más, la democracia restringida se empeña en viabilizar el acelerado acaparamiento gran capitalista de bienes comunes sobre todo derrotando las luchas de les expoliades, lo concreta por: maceración ideológica, desinformación, desnutrición y superexplotación laboral.
A diferencia del Frente por la Soberanía Nacional urge que los pueblos de Argentina rumbeen a constituir su autodeterminación plurinacional. Se trata de ir auto organizándonos en una democracia real y efectiva por adueñarse de las tierras y liberar el trabajo tanto de su sometimiento como de su expoliación por el Capital. Los piqueteres avanzaron como autoorganizaciones de afirmación en su dignidad humana confrontando con el destino de exclusión social por el sistema y haciendo al viraje del trabajo mirando en exclusivo a las ganancias de la patronal o de les opresores hacia la solidaridad con necesidades e intereses populares pero, a la vez, tratando de ir construyendo los cambios radicales ante todo en los vínculos cotidianos e interpersonales de la otra sociedad posible.
Es clave en la actual inflexión histórica generalizar la ruptura del Pacto Social que establecieron les Fernández (Alberto y Cristina) aprovechando su rotundo triunfo en las PASO. Es decir, hicieron virar el Nunca Más a Macri-Cambiemos hacia un contubernio entreambos (pese a presentarse como de antagonismo irreconciliable) para garantizar la continuidad y profundización de la acumulación gran capitalista local e imperialista.
Durante los cuatro meses hasta asunción de los F-F el gobierno de Macri agravó la precarización tanto de la vida como del trabajo, en tanto que los F-F construyeron la gobernabilidad de la intensificación de ajuste y de extractivismos. La concretaron con el bloqueo a las luchas de las diversidades de abajo a través del Pacto Social y el Plan Argentina contra el Hambre.