Qué Trabajo-Julio 2021
Con negación no sólo de su expoliación por el Capital sino también de expropiación capitalista de las condiciones de vida presentes y futuras.
Advirtamos que la Otra Campaña ‘Plurinacional’ por el agua para la vida no se plantea facilitar, en los trabajadores, la deconstrucción de su falsa conciencia que los lleva incluso a destruir territorios sin importarles vida humana ni vida no humana y a confrontar con los vecinos, campesinos e indígenas autoorganizados para defenderlos de los extractivismos.
Expropiado y explotado por burguesía / Ecocida y genocida /Alternativas emancipatorias
Expropiado y explotado por burguesía
Repitamos de los casi 1,5 miles de millones de kilómetros cúbicos de agua que hay en el planeta, sólo el 2,5% es agua dulce y el resto se podría llegar a potabilizar, pero invirtiendo en ello medios y dinero que sólo muy pocos países podrían gastar.
El Acuífero Guaraní es quizás, el reservorio subterráneo transfronterizo más grande de agua dulce del planeta, extendiéndose desde la Cuenca Sedimentaria del Paraná a la Cuenca Chaco-Paranaense. Está localizado en el centro-este de América del Sur, entre 12° y 35° de latitud Sur y 47° y 65° de longitud Oeste, subyacente a los cuatro países: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Tiene una extensión aproximada de 1,2 millones de km², de los cuales 840.000 km² se encuentran en Brasil, 225.500 km² en territorio de Argentina, 71.700 km² en Paraguay y 58.500 km² en Uruguay. La población actual dentro del dominio de ocurrencia del Acuífero, se estima en 15 millones de habitantes.
Está situado bajo las cuencas de los ríos Paraná, Uruguay, Paraguay, Pilcomayo, Bermejo, Salado. Sigamos indagando porqué:
Defender el Acuífero Guaraní
8 de septiembre de 2017
El Acuífero Guaraní es un gran reservorio subterráneo de agua dulce. Se encuentra ubicado en el centro-este de América del Sur y es compartido por cuatro países: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
En Argentina se explotan un total de trece perforaciones termales ubicadas en la provincia de Entre Ríos, de agua dulce sobre la costa del río Uruguay y de agua salada hacia el oeste de la ruta nacional 14, con la consiguiente problemática contaminante del efluente salado. En la provincia de Corrientes, por su parte, se caracteriza la presencia de los Esteros del Iberá, el reservorio de agua dulce más grande del país ubicado sobre la superficie.
Estos esteros le dan a la Provincia su característica de territorio acuático, ya que a su vez, de ellos fluyen los principales ríos de esa provincia y son a su vez motivo de constante conflicto, debido a la instalación de asentamientos en sus alrededores. Por su parte, en Córdoba se destaca la Laguna de Mar Chiquita, una de las superficies de agua salada de mayor extensión del mundo, la cual también es una afloración del Acuífero Guaraní.
El Acuífero Guaraní –subterráneamente– está en gran parte debajo de la cuenca fluvial del Río de la Plata, formando con ésta en gran medida un sistema de retroalimentación de agua dulce. En su parte inferior o más meridional, el Acuífero Guaraní se conecta con el Uruguay, y recibe aportes desde el oeste (desde los Andes) mediante el Acuífero Puelche. El volumen total de agua del acuífero se estima en unos 30.000 km³. Sin embargo, las reservas explotables son de unos 2.000 km³/año. La recarga del acuífero en los lugares en que aflora es de sólo 5 km³/año.
El país que más lo explota es Brasil, abasteciendo entre 300 y 500 ciudades; Uruguay tiene 135 pozos públicos, algunos usados para la explotación termal; Paraguay tiene 200 pozos para uso humano y Argentina tiene varias ciudades con pozos para uso comunitario, destacándose la utilización de sistemas de pozos para las plantaciones de arroz, además de ocho perforaciones de agua dulce y cinco de agua salada para explotación termal.
Por su gran potencial hídrico y riqueza mineralógica se convirtió en un objetivo geopolítico por parte, principalmente, de Estados Unidos. Estudios de diversas organizaciones sociales, así como películas documentales y algunas declaraciones periodísticas de diplomáticos estadounidenses y/o militares de los países del Acuífero, alimentan esta idea de que es un recurso apetecible por el imperio, lo cual ha reforzado paradójicamente la idea de la necesaria soberanía nacional sobre su uso y la dificultad de arribar a algún tipo de gestión compartida asociada a la integración regional.
El movimiento social y las redes vinculadas a la defensa del derecho al agua y la no privatización de los recursos hídricos han tomado el Acuífero Guaraní, sus territorios y pueblos como banderas de acción, orientadas a una forma alternativa de desarrollo e integración regional.
EE.UU. presiona en Buenos Aires, Brasilia y Asunción, para que haya mayor control en la zona de la Triple Frontera por el supuesto que allí descansan “células dormidas” del terrorismo o que sirve para el lavado de dinero con qué financiarlas.
El Centro de Militares para la Democracia (Cemida) llegó a una preocupante conclusión de que el objetivo real es “el control del Sistema Acuífero Guaraní”.
Cemida no sólo apuntó al riesgo de una ocupación militar estadounidense en la Triple Frontera (“justificado con falsas denuncias de terrorismo”, un paralelo con Irak, donde supuestamente había armas de destrucción masiva que nunca se hallaron) sino a otro plan. “EE.UU. puso al BM (Banco Mundial) y a la OEA al frente de un proyecto que busca detectar la magnitud del recurso, asegurarse su uso de manera sustentable, evitar la contaminación y mantener un control permanente hasta cuando lo considere conveniente. Se destinaron para este plan 26.760.000 dólares”, señalaron.
La investigadora mexicana Ana Esther Ceceña afirma en su libro La guerra infinita, hegemonía y terror mundial que “la Triple Frontera funciona como llave de acceso político y militar a la región amazónica; es una frontera que comunica a dos de los países más importantes de América del Sur y está en un lugar rico en biodiversidad (…) y con mucha agua que puede ser una buena fuente de energía eléctrica”.
El volumen explotable hoy es de 40 a 80 kilómetros cúbicos por año, una cifra equivalente a cuatro veces la demanda total anual de la Argentina, cifra que se potencia algebraicamente con las reservas.
1997 los cuatro gobiernos del Mercosur aceptaron un proyecto donde el Global Enviroment Facility (Protección del Medioambiente Global, GEF en inglés), la OEA y el Banco Mundial gerenciaban la investigación, con el apoyo financiero de Vigilancia Geológica Germana (BGR) y el programa Asociado del Agua de los Países Bajos (Bnwpp). ¿Qué interés tienen estadounidenses, alemanes y holandeses en el acuífero?
El Norte industrializado tiene en la mira el agua dulce, que puede ser un recurso de escasez. “Las guerras del siglo XXI serán por el agua”, dijo Ismael Serageldin, ex directivo de la Sociedad Mundial del Agua, y también ex vicepresidente del Banco Mundial, entidad vinculada a la privatización del agua, con prácticas, a veces, non sanctas, como pasó con Aguas Argentinas.
Si la ONU profetiza que en 2025 la demanda de agua potable será el 56% más que el suministro, quienes tengan esos recursos podrían ser blanco de un saqueo forzado. Todos los escenarios parecen posibles, entre ellos la invasión militar bajo cualquier pretexto o la apropiación territorial a través de compras de tierras con recursos naturales (por ejemplo, en la Patagonia).
El escritor estadounidense Norman Mailer sumó una perlita que viene al caso, por similitud: “La administración de George W. Bush no fue sólo a Irak por su petróleo sino por el Eufrates y el Tigris, dos ríos caudalosos en una de las zonas más áridas del planeta”.
Fuente: https://www.nodal.am/2017/09/defender-acuifero-guarani/
En consecuencia, al eludir la centralidad de la defensa del Acuífero Guaraní para el acceso popular al agua dulce, la Campaña Plurinacional por el agua para la vida y el Frente por la Soberanía Nacional, ambas expresiones del partido político Unidad Popular, bloquean la afirmación de los trabajadores en su dignidad autoconciente de impedir tanto la expropiación como la explotación capitalistas e imperialistas de las fuentes de agua dulce. También bloquean la Confederación Plurinacional de los pueblos para implementar planes de manejo compartidos del agua hacia las agricultura e industrias mirando por las necesidades y aspiraciones de los pueblos en armonía con la Madre Tierra.
Ecocida y genocida
Dejemos de naturalizar nuestro modo de vida y trabajo. La pandemia debería habernos interpelado sobre porqué existe emergencia alimentaria desde 2002 y se la prorrogó hasta 2023, también sobre el deterioro y la contaminación de los alimentos.
Reflexionemos acerca de:
Argentina.
La bajante del Paraná y el desastre ecológico en
la sabana del Cerrado (Brasil)
Por Juan Guahán, Resumen Latinoamericano, 18 de julio de 2021.
La bajante del Paraná nos afecta y una de sus causas está en el desastre ecológico de la gigantesca sabana el Cerrado, en Brasil.
Los gobernantes “siguen el tema con atención”; los funcionarios “continúan muy preocupados”; los científicos “lo tienen en estudio”; la población en general “confía que la situación vuelva a su normalidad”; los más pobres sufren y esperan. Todos, de una u otra manera, son vecinos de las orillas del Río Paraná, el del ceibo en flor, del sauce llorón, del chamamé y las chamarritas; el de “Pedro el canoero”, las inundaciones sin fin. Los más humildes, primero pensaron “peor es la inundación que se lleva todo”. Después creció la preocupación, vieron como el agua era un hilo, mientras la orilla se ensanchaba. Allí fue que empezaron a mirar al cielo esperando la lluvia salvadora, como tantas otras veces había ocurrido. Pero esta vez la cosa venía distinta.
Aguas arriba estaba pasando lo mismo. Los niveles del Río Paraná están unos 8,5 metros por debajo del promedio en la zona de la frontera entre Brasil y Paraguay. Con ese dato en la mano algunos empezaron a pensar que había que mirar mucho más arriba y adentro, donde nace el Paraná.
Allí fue que apareció el problema en toda su magnitud. El tema era que las raíces profundas de la vegetación de la sabana del Cerrado en Brasil, ésas que guardaban el agua para irla desembuchando cuando era necesario para mantener un natural equilibrio, esas raíces que eran el conducto para que el agua se conservara en la profundidad, estaban siendo reemplazados por las pequeñas raíces de sembradíos anuales como la soja, trigo, maíz y otros cultivos -facilitados por la novedad de las semillas transgénicas- y el agua dejó de llegar a sus “depósitos naturales”. Al terminar el ciclo productivo de cada año, el agua se iba con esos cultivos y se vendía –casi siempre en el mercado mundial, sobre todo en China y Europa- trayendo comida para los compradores, riqueza para esos grandes productores, dolor, desarraigo y muerte para las poblaciones lugareñas.
Pero ¿Qué es el Cerrado y cuál es su importancia?
El Cerrado es una sabana y éstas son zonas secas de transición entre selvas y semidesiertos. Allí se combinan zonas peladas, con boscosas y otras de árboles altos distantes unos de otros. Ellos tienen largas raíces que llevan a las profundidades el agua que absorben. La deforestación de este sistema, combinado con un proceso semejante que se da en la Amazonía, hace que disminuya un volumen importante del agua en la atmósfera que luego –usualmente- se convertía en la lluvia que equilibraba el funcionamiento de la naturaleza.
De este modo la deforestación se vincula con la disminución en las lluvias, lo que afecta a cultivos, transportes, represas.
El Cerrado es la sabana más grande de América del Sur, abarca cerca de 2 millones de kilómetros cuadrados, igual que todo México y algo menos que la Argentina continental. Esa cuenca está en retroceso y todos nosotros estamos sintiendo los efectos de ese hecho. La seguridad hídrica y la soberanía alimentaria de muchos pueblos están en peligro. Algunos creen que esto es producto de La Niña o El Niño, la mayoría se va convenciendo de que ese argumento es insuficiente.
Los productores de cereales y ganado están ocupando el lugar de las personas y la biodiversidad. Solo el 20% del viejo sistema se mantiene con la vegetación nativa.
Allí nacen las cuencas de 3 de los ríos más importantes de la región: El Amazonas, el Paraná-Paraguí y el San Francisco.
A pesar de todo ello gran parte de la población está desinformada respecto a lo que allí está ocurriendo, sobre los riesgos que encierra y la inminencia de los mismos.
En ese territorio, que abarca la cuarta parte de todo Brasil y el 30% de su flora y fauna, habitan decenas de comunidades de pueblos originarios y comunidades afrodescendientes. Todas ellas están sometidas a la presión de grandes empresas, entre las que sobresalen Cargill, Bunge, Bayer, beneficiarios de este gigantesco crimen colectivo financiado con créditos estatales.
En nombre del Progreso, el Cerrado está sometido cotidianamente a una destrucción sistemática que lleva años y que -por décadas- se continuará hasta su liquidación definitiva. Nosotros nos iremos enterando lentamente, por sus efectos sobre la cuenca del Paraná, cuando se quiera “pegar el grito” es posible que sea demasiado tarde.
Según el propio gobierno brasileño, unas 680 mil hectáreas anuales del Cerrado se incorporan a la agricultura. Esa extensión de las fronteras agropecuarias va en desmedro del agua que entre otras cosas mantiene el equilibrio hídrico de todo Brasil y afecta a otras cuencas, ente ellas al Paraná.
Entre sus efectos más directos e inmediatos están las dificultades energéticas. Esto hizo que el Presidente de la Cámara de Diputados de Brasil dijera que “Brasil tendrá que pasar por un período educativo de cierto racionamiento -de energía- para evitar cualquier tipo de crisis mayor”. El Ministro del ramo lo desmintió, pero así están las cosas…
En el lado argentino, además de estos problemas energéticos, ya tenemos dificultades por las tomas de agua del Paraná que se usan para consumo humano. También crecen las dificultades y contradicciones en materia de navegación. En este sentido la Subsecretaría de Puertos acaba de prohibir (Orden 218) a la empresa prestataria del servicio (Hidrovía SA) que continúe con las tareas de sobredragado que se estaban realizando, desde el mes de mayo. Su objetivo era asegurar su navegabilidad, pero –según la Resolución oficial- ello genera riesgos ambientales que no se han evaluado.
Estos son algunos efectos del tradicional colonialismo que los entrelazados intereses del poder local y mundial operan sobre nuestros pueblos, como ocurre en el caso del Cerrado brasileño. (…)
Sepamos que el agua es el principal componente de nuestro cuerpo. Tenemos un 70% de agua al nacer y cerca de un 60% en la edad adulta. Más de la mitad de dicha agua estructura a las células y el resto circula en la sangre para bañar los tejidos. De modo que garantizar la vida humana y la no humana nos interpela a involucrarnos en las luchas territoriales que se dan en todo nuestro país y continente. De ahí la importancia de oponerse, desde el arraigo del Trabajo de comunidades campesinas e indígenas, al:
Conservacionismo neoliberal en Argentina
8 de julio de 2020
Lluís Pascual | La Directa
Traducción del artículo originalmente publicado en La Directa (en català)
En la zona nordeste de Argentina, en el sur del trazado del río Paraná, se encuentra una de las zonas húmedas más grandes del mundo: los Esteros del Iberá. Situado en medio de la provincia de Corrientes, con más de 12.000 kilómetros cuadrados de extensión, constituye la segunda reserva de agua dulce más grande de América, donde se desarrolla un ecosistema diverso de gran valor ambiental. Este ha sido el escenario donde el empresario Douglas Tompkins, propietario de las multinacionales Esprit y The North Face, lanzó el ambicioso Proyecto Iberá a través de la fundación Conservation Land Trust (CLT), actualmente reconvertida en Rewilding Argentina. El objetivo es la creación de una gran reserva natural pionera en proyectos de renaturalización. Durante la ejecución tuvo un papel destacado el biólogo valenciano Ignacio Jiménez, impulsor del proyecto Maestrazgo-Els Ports. Pese a la muerte del magnate en 2015, este proyecto continúa en ejecución, con su mujer Kristine al frente y la colaboración del gobierno argentino. La reserva fue declarada parque nacional en 2018, cumpliendo un acuerdo que incluía la donación de las tierras al Estado.
Paralelamente a la historia de Tompkins discurre la de las pobladoras del Iberá, mayoritariamente comunidades indígenas guaraníes, que en muchos casos se han visto forzadas a marchar o a transformar sus usos del territorio. «No había acuerdo ni plan estratégico con el Estado, sino que todo era parte de su propio proyecto», así recuerda Cristian Piriz, miembro de la organización Guardianes del Iberá, la falta de garantías sobre la propuesta inicial de Tompkins. Emilio Spataro, miembro fundador de la organización, va más allá y denuncia que el objetivo era tomar el control político del territorio: «Las tierras que ellos compran no son un bloque continuo, están en lugares estratégicos. Una vez consolidados, empiezan a generar modificaciones de las políticas locales».
La historia de Jahaveré
Las comunidades asentadas ven peligrar su libre desplazamiento por el territorio para ir a recoger leña y paja colorada, recolectar miel, cazar o pescar. A la vez se han visto inmersas en varias luchas, no tan solo contra CLT, sino también contra la explotación de sus recursos hídricos por parte de proyectos agroindustriales, de ganadería intensiva o de plantación industrial de árboles.
Una de las principales protagonistas es Jahaveré, la primera comunidad guaraní de esta provincia reconocida a escala nacional en 2013. «A pesar de que el 90% de la población hable guaraní, no existían comunidades guaraníes reconocidas. Nosotros seríamos el primer peldaño», explica Miriam kuña pya guasu Sotelo, militante de la Federación Campesina Guaraní de Corrientes y representante provincial en el Consejo de Participación Indígena. La comunidad reclama que se les reconozcan los territorios que se encuentren detrás las alambradas de la finca El Tránsito, adquirida por CLT. Allí se encuentran casas de pobladores, zonas de pasto, tacuarales (cañaverales) e incluso el cementerio de la comunidad, actualmente inaccesible. También piden recuperar el paso Mbigua, camino ancestral de acceso al paraje reconvertido en un callejón rodeado de alambres.
Las prácticas de la fundación de Tompkins difieren en cada zona del Iberá. En el caso de Jahaveré, CLT tuvo una relación inicial de colaboración con la comunidad. Incluso se implicó a favor de la comunidad en el conflicto con la empresa ganadera Haciendas San Eugenio por la construcción de un gran terraplén y posteriormente la apropiación de tierras de la comunidad. CLT les proporcionaba recursos y la atención de un abogado. Incluso Miriam estuvo trabajando para la fundación como locutora de radio en un proyecto de educación ambiental: «Para mí, todo era bueno, lo que ellos hacían. Trabajé entre cuatro y cinco años con ellos, hasta el año 2010». Pero la buena relación se interrumpió. En 2010 el proyecto de educación ambiental en el que trabajaba Miriam se había desmantelado. Solo quedaba ella en su departamento cuando se produjo un hecho determinante para su dimisión. «Ese año, la fundación incendia la casa del poblador Roberto Veron, en la isla Lumero, vecina de Jahaveré por el sur», explica con dolor Miriam. En la comunidad se oían historias parecidas en otros lugares del Iberá poco comunicados, pero no se las podían creer. «Había lugares donde no había comunidad, había una persona en una isla y otra persona en otra zona, pero no varias familias. Entonces, fueron cogiendo los más débiles», lamenta.
Unos meses más tarde de la renuncia de Miriam, Sofia Heinonen, coordinadora de CLT, dio la orden de encerrar el ganado de la comunidad que se encontraba en sus tierras. «Ahí nos dimos cuenta de que ellos siempre nos habían vendido el cuento de que el campo sería nuestro. Nos usaron», denuncia la pobladora. Tompkins en persona les había prometido que siempre podrían hacer uso de las tierras. A partir de ahí comienzan un proceso de lucha para recuperar las tierras. Durante este tiempo, consiguen el reconocimiento estatal y establecen alianzas con organizaciones ambientales. Este empoderamiento les trae otra sorpresa al consultar el expediente judicial del conflicto con Haciendas San Eugenio. CLT no solo les facilitaba a ellas un abogado, sino que a la vez financiaba al abogado de Haciendas San Eugenio. Denuncian que todo había sido una jugada de la fundación para mantener el conflicto latente y ganarse el favor de la comunidad.
Los incidentes y las presiones a pobladoras aisladas fueron la tónica general durante la etapa de compra de tierras y establecimiento en el territorio. «En mi pueblo se hablaba de que habían sucedido hechos confusos sobre pobladores que habían abandonado sus casas en la zona de Carambola por presiones de los gestores de las fincas», explica Piriz. Las acciones eran comandadas por los antiguos propietarios, que habían quedado como gerentes provisionales, muchas veces a cargo de terceros; pero a menudo se advertía la participación de guardaparques de CLT. Los relatos incluyen vuelos rasantes, cierre de ranchos e, incluso, el incendio de una escuela situada dentro de la reserva.
Spataro, de Guardianas del Iberá, que entonces trabajaba para CLT a través de la fundación Banco de Bosques, denuncia que en la etapa posterior, cuando empiezan los proyectos de conservación, se optaba por una nueva estrategia: la presión económica. «Esta estrategia permanente de desposesión la llevaba a cabo Sofia Heinonen, de acuerdo con el criterio de técnicos como Ignacio. Él, en concreto, hacía la caracterización de qué lugares eran óptimos para los proyectos, donde no debía haber gente cerca», declara el activista.
Parques naturales al servicio del extractivismo
«Lo que vemos es una cesión de nuestros territorios y después una instalación de industrias extractivas como la minería o el turismo. Declarar un lugar parque nacional no implica necesariamente que sea preservado de los intereses del avance neoextractivista», considera Carina Jofré, investigadora del CONICET y activista del pueblo warpe. Según esta visión, el gran negocio turístico no sería sino otra manera de extraer beneficio de los recursos patrimoniales.
Con esta mirada es más sencillo entender la fuerte interrelación entre el Proyecto Iberá y las plantaciones industriales de pinos y eucaliptos que rodean la zona, las cuales explotan las reservas de agua en beneficio de la industria maderera. Precisamente fue EVASA, una empresa propiedad de Tompkins, quien introdujo las plantaciones, arrasando pastos declarados zonas de alto interés de conservación por Birdlife y WWF. Posteriormente, fueron adquiridas por la Harvard Management Company. Spataro explica que Tompkins adquirió grandes paquetes de tierras durante la crisis económica argentina de 2001 y después estableció diferentes proyectos empresariales. Según el activista, «no se trata de proyectos de conservación, sino que únicamente se conserva lo que no se puede utilizar para otra cosa. Prima el negocio».
Existen ejemplos similares en todo el territorio argentino, como el parque San Guillermo, donde ya se han establecido más de catorce proyectos mineros alrededor del área protegida. Uno de estos, explotado por Barrick Gold, produjo un gran vertido de cianuro en los ríos de la zona en 2015. Jofré denuncia que detrás de la declaración del parque Aconquija había «un programa para la captación de recursos para la inversión inmobiliaria, que fue denunciado». La historia del país americano nos enseña cómo la declaración de parques naturales puede convertirse en una herramienta eficaz para sustraer el control del territorio a sus pobladoras. El asesinato de Rafael Nahuel, defensor de los territorios mapuches, en el interior del parque Nahuel Huarpi en 2017 es un recordatorio desgarrador.
La lucha por el futuro
«Reclamar la consulta libre, previa e informada, exigiendo el derecho que les da vivir en esos territorios», propone Jofré. Esta es la estrategia planteada por las comunidades afectadas por estos proyectos en toda Argentina y toda América Latina. Hace diez años que la comunidad de Jahaveré empezó este camino y su lucha ya da frutos. En septiembre de 2019, Argentina les concedía el título de propiedad comunitaria de las tierras que Haciendas San Eugenio les había arrebatado.
Para la comunidad, la solución al conflicto implica conciliar, con CLT y Parques Nacionales, una fórmula de cogestión que reconozca sus derechos. «Hace falta que CLT reconozca el territorio que nosotros reclamamos como propio, que hoy está en manos de Parques Nacionales», reclama Sotelo, para quien el proceso de donación no ha sido más que un cambio de pagador en las nóminas del parque. A pesar de haber mejorado la relación con Parques Nacionales, la dirección de CLT continúa negándose a una reunión. El abril pasado incluso volvieron a cortar el paso Mbigua, contraviniendo las medidas judiciales establecidas. Aun así, las pobladoras parecen decididas a continuar la lucha hasta el día en que, como ellas reclaman, todas las tierras robadas sean recuperadas.
Lluís Pascual
La Directa
Un reportaje de investigación de Lluís Pascual y Ester Fayos, publicado originalmente en el número 503 de la Directa.
El reportaje se completa con la pieza central que puedes leer en castellano en AraInfo: Territorio vivo contra postales de naturaleza
Fuente: https://www.soberaniaalimentaria.info/otros-documentos/luchas/759-proyecto-ibera
En consecuencia, comprobamos porqué urge frenar al modo capitalista de producción y mercantilización de la naturaleza. Se trata que nos estamos quedando sin agua dulce y el Paraná lo patentiza en su bajante extraordinaria y persistente.
Pero hete aquí que Unidad Popular y otros nac&pop, reformistas promueven -para cosechar votos- no sólo la unión dentro y fuera del Frente de Todos contra el neoliberalismo (que es el único capitalismo contemporáneo) sino también promueven la soberanía del Paraná. Refuerzan la falsa conciencia mayoritaria sobre el Estado como gestor equitativo de bienes e ingresos comunes. Es decir, fomentan el olvido y la reconciliación con el Estado desde siempre garante del lucro gran capitalista sin importar consecuencias. Aún más, al convocar a nacionalizar administración del Paraná en su función mercantil, ilusiona de poder compartir beneficios de exportar naturaleza convertida en commodities desde la República Unida de la Soja (Brasil, Paraguay, Bolivia, Uruguay y Argentina) y del dragado destructor del río como ecosistema dulceacuícola. Lo más grave es que afianza el Trabajo al servicio del saqueo y contaminación de todo.
Tampoco repara en la emergencia ecológica y no sólo del Paraná al desplegar, en simultáneo, su Campaña ‘Plurinacional’ por el Agua para la vida hacia las consulta popular e iniciativa popular. Fracasó en 2001 con ese proyecto y más utópico e irresponsable es hoy cuando se intensifica la expansión de los extractivismos.
Embarcar en el largo y tramposo proceso parlamentario de convertir en ley el derecho de todos de acceso al agua potable es convocar a no luchar contra, por ejemplo, la criminalidad de lesa naturaleza y de lesa humanidad de oligopolios acaparando las fuentes hídricas para mercantilizarlas.
SIGAMOS COMPROBANDO PORQUÉ URGE FRENAR AL MODO CAPITALISTA DE PRODUCCIÓN Y MERCANTILIZACIÓN DE LA NATURALEZA.
SE TRATA QUE NOS ESTAMOS QUEDANDO SIN AGUA. EL PARANÁ MUESTRA UNA BAJANTE EXTRAORDINARIA Y PERSISTENTE.
La Campaña ‘Plurinacional’ por el Agua para la vida hacia las consulta popular e iniciativa popular pretende CONVERTIR EN LEY EL DERECHO DE TODOS DE ACCESO AL AGUA POTABLE. ESTÁ CONVOCANDO A NO LUCHAR CONTRA, POR EJEMPLO, ESTA CRIMINALIDAD DE LESA NATURALEZA Y DE LESA HUMANIDAD QUE SE MULTIPLICA A LO LARGO Y ANCHO DEL ABYA YALA EN FORMA ACELERADA E INTENSIFICADA:
La deforestación del Cerrado combinado con un proceso semejante que se da en la Amazonía, hace que disminuya un volumen importante del agua en la atmósfera que luego –usualmente- se convertía en la lluvia que equilibraba el funcionamiento de la naturaleza.
El Cerrado (en Brasil) vive su peor crisis
por la deforestación
17 de diciembre de 2019
Datos difundidos por el Gobierno brasileño muestran que la deforestación de esta eco región, reconocida por ser la sabana más biodiversa del mundo, ha mantenido niveles altos por los cuales va en proceso de extinción masiva.
Información de WWF-Brasil, editada por WWF-Colombia
El Cerrado, la sabana tropical con más biodiversidad del mundo, ubicada principalmente en Brasil, está viviendo una de sus peores crisis por cuenta de la deforestación. El gobierno informó este 16 de diciembre que la pérdida de cobertura vegetal del Cerrado, entre agosto de 2018 y julio de 2019, fue de 648.400 hectáreas, lo que mantiene los preocupantes niveles de los últimos años.
Aunque hubo una pequeña reducción en la deforestación con respecto al año anterior, de 2,26%, la pérdida actual es alarmante: corresponde a derribar la superficie de una ciudad como São Paulo o un área metropolitana de Londres cada tres meses. Los datos fueron presentados por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por su nombre en portugués).
Las cifras históricas indican que la tasa de devastación del Cerrado en los últimos cuatro años se ha mantenido en niveles altos: alrededor de 680 mil ha/año. De esta manera, más de la mitad del área original del bioma ya ha sido convertida, principalmente para actividades agropecuarias, y algunas investigaciones indican que solo 20% de lo que resta de vegetación está en condiciones sanas de conservación. Eso convierte el Cerrado en una de las áreas naturales más amenazadas del planeta. Según investigadores, en el ritmo de devastación de los últimos años, el Cerrado camina para un proceso de extinción masiva sin precedentes en la historia del planeta.
Acerca de los números de la deforestación en el Cerrado, Mauricio Voivodic, director ejecutivo de WWF-Brasil, afirma: “el Cerrado vive una tragedia silenciosa, pues va camino a ser destruído por falta de políticas responsables. De hecho, si el Código Forestal estuviera implementándose (lo que no es una realidad), protegería poco el bioma: entre 20 y 35%. Hoy tenemos 23 millones de hectáreas de áreas abiertas con alta aptitud agrícola para soja -cultura que representa más del 80% de la agricultura en el bioma, y aún hay 15 millones de hectáreas deforestadas y con potencial para la agricultura, sumando 38 millones de tierras aptas ya abiertas”.
Voivodic añade que “el gobierno nacional, mientras tanto, emite señales ambiguas a los productores. Por un lado, ofrecen crédito subsidiado para la recuperación de pastos y la intensificación agrícola y por otro, decreta Medida Provisional que legaliza invasiones de tierras públicas que ocurrieron hasta el año pasado (2018), lo que incentiva que la frontera agrícola siga expandiéndose sobre la vegetación nativa indefinidamente y de forma ilegal (en tierras no tituladas). Necesitamos acabar urgentemente con esa ambigüedad y dar una señal clara de que no vamos a destruir la fuente de riqueza de la sociedad y de los pueblos y comunidades tradicionales; que no vamos a poner en riesgo su biodiversidad única y que no comprometeremos la cuna de las aguas que abastecen los grifos, irrigan cultivos y mueven turbinas hidroeléctricas en beneficio de nuestra economía y de millones de brasileños, de la ciudad al campo”.
A diferencia de la Amazonia, la deforestación en los últimos años en el Cerrado ha sido promovida principalmente por actores privados, productores rurales y grupos empresariales, entre los que se destacan las llamadas compañías de tierra.
“Considerando los riesgos socioambientales de pérdida de mercados, así como la enorme área abierta disponible para la expansión productiva, el gobierno brasileño debe establecer metas y acciones concretas para la reducción de la deforestación del Cerrado y para la recuperación de los cerca de 20 millones de hectáreas de pasivos ambientales en propiedades privadas existentes en Brasil”, afirma Edegar de Oliveira Rosa, director de Conservación y Restauración del WWF-Brasil.
Brasil parece caminar en el contraflujo de las tendencias globales al no combatir la deforestación y la ilegalidad, y exponer las exportaciones y la economía a crecentes riesgos de boicot. “Necesitamos ponernos en la posición del otro y reflexionar: ¿A qué comprador, a qué inversor o país socio le gustaría ver su imagen asociada a la destruición de la naturaleza y a las contravenciones?”, cuestiona Voivodic.
La importancia del Cerrado
El bioma del Cerrado se extiende en Brasil por los estados de Bahía, Goiás, Maranhão, Minas Gerais, Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Piauí, Paraná, Rondônia, São Paulo, Tocantins y el Distrito Federal. Después de la Amazonia, es el bioma más grande de Sudamérica y corresponde a 1/4 del territorio nacional brasileño, con más de 2 millones de km2.
El área protegida del Cerrado es muy inferior a la de la Amazonia, y la cobertura vegetal íntegra del bioma ya ha sido reducida a cerca de 20% del original, con más de la mitad de su territorio devastado. Si sigue esta tendencia, la devastación del Cerrado acarreará una extinción masiva de especies, de acuerdo con un artículo de la revista Nature (2017). El bioma tiene cerca de 10 mil especies de plantas, de las cuales 44% endémicas, además de enorme diversidad de fauna, incluyendo especies como el Lobo-Guará, el Tamanduá-Bandeira (especie de oso hormiguero) y la Onça Pintada (especie de jaguar). El Cerrado abriga 30% de la biodiversidad brasileña y 5% de las especies del planeta. A pesar de esto, la devastación sigue y además de perder especies, las emisiones anuales de gases responsables del efecto invernadero (por quemas y deforestación) ya corresponden a más de 40 millones de carros.
El actual nivel de devastación compromete las aguas que nacen en el Cerrado y alimentan seis de las ocho grandes cuencas hidrográficas brasileñas: Amazónica, Araguaia/Tocantins, Atlántico Norte/Nordeste, São Francisco, Atlántico Leste y Paraná/Paraguay, incluyendo las aguas que dan salida para el bioma Pantanal. El Cerrado también es la fuente del 90% de las aguas del río São Francisco. Cuando se deforesta el Cerrado, la recarga de tres grandes acuíferos brasileños (Bambuí, Urucuia y Guarani) queda comprometida, así como los recursos hídricos que son fundamentales para millones de personas que viven en el bioma y para nueve en cada diez brasileños que consumen energía proveniente de hidroeléctricas.
Fuente: https://www.wwf.mg/?357392/El-Cerrado-en-Brasil-vive-su-peor-crisis-por-la-deforestacion
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Sandra Eguia
EL SINIESTRO Y COMPLEJO MODO DE PRODUCIR RIQUEZA
ES SOLO PARA UNOS POCOS: Y ASÍ NOS VA.
La lluvia que hace caudaloso al Río Paraná —que corre a través de Brasil, Paraguay y Argentina a lo largo de unos 4880 kilómetros— o exuberante a la selva misionera es producto de un fenómeno único: los ríos voladores de la Amazonía.
La deforestación agroindustrial del bosque tropical ha dañado la “cinta transportadora” del ciclo hidrológico en el continente.
Así lo explica el geógrafo Alan Forsberg.
«Las quemas de la Amazonia -consumadas por quienes festejan las “cosechas récord” (de sojas, maíz, alguna otra forrajera y oleaginosa) y agroganaderías arrasadoras-, son las responsables de la pérdida de esos “traslados aéreos” de agua.
Hoy el agua es la prioridad para la bio-habitabilidad del territorio argentino. El agua de consumo suficiente, segura y pública. Con los actuales caudales, la capacidad de depuración del río ha disminuido a menos de la mitad del promedio en años anteriores.
Nuestros suelos y de los países vecinos, están a merced de un puñado de groseros y desquiciados negociadores de la madre tierra. El latifundio como entidad extrusora de riquezas, con la inclusión de agrotóxicos, pendientes de que lluevan productos químicos del cielo para que las ganancias sean incontables, nada les interesa más que el cálculo por área de cultivo transgénico.
Se ha conseguido con ese factor o modo de producir que no llueva agua, tierra seca sin humedales, aumento de la temperatura local exagerada, alteración brutal de la biodiversidad y visualizar sin fantasías una catástrofe humanitaria.
El capital como sistema de generar recursos es así, no solo criminal sino inviable por donde se lo mire. Y atónitos, los que lo legitiman en las urnas se cocinan en su propia contradicción.
El agua dulce no es un recurso renovable, sino finito y vital.
Millones de familias de las provincias afectadas aprietan el botón de sus inodoros con agua de consumo, potable, para la vida, y esos mismos desechos serán sedimentos del agua que se tratará con niveles muy por debajo para beber y cocinar ¿quién pagará este colosal y desproporcionado daño sanitario colectivo?…
Si se sale de este horizonte de terror social en el marco de una pandemia que se pretende suavizar con apagado automático en modo «no hagan ruido» será que la pachamama aplastará la gula capitalista, porque saben los malditos lo que hacen.
Del más ponzoñoso método de producir para unos pocos, transitamos el momento del nacimiento de una anomalía llamada castigo «natural» que la pagaremos todos, sin necesidad.
Recordemos porqué hay un gobierno-Estado terrorista en Paraguay y porqué el derrocamiento de Luro en junio de 2012 no provocó solidaridad de UNASUR e incluso Cristina Fernández de Kirchner casi en simultáneo, desde el Consejo de las Américas en New York, se ufanó que Monsanto (promotor del golpe de estado en Paraguay) edificaría una planta gigantesca que fue impedida por la lucha de los/las vecinos/as de Malvinas creando resistencia en las calles, en los tribunales y en el territorio con el activo apoyo de quienes componemos la Argentina y de pueblos hermanos.
Apropiación del Acuífero Guaraní
22 de junio de 2004
Por Lisandro Reynoso
Correos para la Emancipación
Es indiscutible el interés que los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) tiene por la zona del Sistema del Acuífero Guaraní (SAG). A la presencia de militares y servicios de inteligencia en la Triple Frontera se suma la «avanzada» técnica de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Banco Mundial (BM). Los U$S 28.660.0001 que […]
Es indiscutible el interés que los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) tiene por la zona del Sistema del Acuífero Guaraní (SAG). A la presencia de militares y servicios de inteligencia en la Triple Frontera se suma la «avanzada» técnica de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Banco Mundial (BM).
Los U$S 28.660.0001 que se han destinado para el análisis minucioso de todo el SAG, confirman que el interés tiene un motivo económico directo.
Mi intención es sumar una hipótesis más, respaldada con datos, sobre cual es el destino concreto que los EE.UU., fundamentalmente, pretenden darle al SAG. De esta manera podremos desarrollar, en el contexto del ALBA, una estrategia de defensa territorial y de soberanía popular.
El SAG y la demanda industrial de Agua
El Sistema del Acuífero Guaraní (SAG) ocupa un área de 1.195.700 Kilómetros cuadrados, 70% bajo suelo brasileño, 19% en Argentina, 6% en Paraguay, 5% en Uruguay. Su capacidad de abastecimiento es suficiente para 360 millones de personas, dado que su recarga es de entre 160 y 250 km3/año2.
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), el volumen anual de agua utilizada por la industria mundial se elevará de 752 km3/año en 1995 a una cifra estimativa de 1.170 km3/año en el 2025 (aumento del 64%) 3. Aumento muy significativo, ya que el sector industrial utiliza actualmente el 59% del agua disponible en los países centrales.4
Por lo tanto, el SAG podría satisfacer entre el 14% y 21% de la demanda total en el 2025 (entre 38% y 57% del aumento de la demanda) para la industria.
Si bien el agua no va a «acabarse por completo» en los países desarrollados del hemisferio norte, la elevación de costos de extracción, transporte y purificación afectará los costos de producción de las compañías que utilizan grandes volúmenes de agua, entrando en esa «perdida de competitividad» tan temida por los empresarios. Esto también lo insinúa la UNESCO: «Durante el último siglo, la población mundial se ha triplicado, mientras que el consumo de agua se ha sextuplicado. Estos cambios han traído consigo un alto coste medioambiental (.) Estas consecuencias sobre el medio ambiente también han supuesto un elevado coste social y económico.» 5
David Foster Hales 6, funcionario de la USAID, se refirió a ello en una entrevista publicada por el Departamento de Estado en el año 1999:
«Nosotros consideramos el agua no solamente como elemento de importancia decisiva del desarrollo sostenible, sino que en muchos casos como el factor limitador más importante. Por lo tanto, al examinar cuestiones como el crecimiento económico (…), siempre volvemos por último a la pregunta: ¿cuánta agua existe?» (…) «Y nosotros utilizamos ahora, de una manera u otra (la agricultura, la industria) más de la mitad de toda el agua dulce anualmente disponible en el mundo. De modo que, con la población del mundo que aumenta a razón de unos 90 millones de personas por año, el problema se nos viene encima. El agua va a ser una limitación grave.» (…) «Por cierto que para mediados del siglo próximo (Nota: Se refiere al año 2050) , solamente tres o cuatro países no habrán experimentado una crisis mayor debido a la escasez de agua. Estados Unidos será uno de los afectados, uno de los países que tendrán de enfrentar un problema mayor causado por la escasez de agua.» 7
El análisis de Hales aporta dos elementos fundamentales:
El concepto del agua como «limitación». El desarrollo futuro de la industria tiene como cota el volumen disponible de agua, ésta se constituye en un factor más de la producción. De esta manera quien controle el agua podrá condicionar el desarrollo económico del resto del mundo.
El otro concepto que se destaca es la previsión temporal de esta crisis. Partiendo de que actualmente se utiliza más del 50% de toda el agua dulce disponible, la USAID establece a mitad de siglo el punto critico del «Stress Hídrico». Este dato permite comprender que la intervención sobre el SAG es planeada a largo plazo, desde una concepción estratégica, y no por la percepción intuitiva y de corto plazo que suele nublar nuestros propios análisis.
El SAG y la demanda industrial de Energía
Otra de las características de la industria moderna es la demanda creciente de energía. Si hacemos una retrospectiva de los últimos y principales conflictos militares y políticos encontramos que la generación de energía es un factor común: La guerra del Golfo Pérsico (Año 1990 – petróleo), la invasión de Afganistán (Año 2001 – gas), golpe de estado fallido en Venezuela (Año 2002 – petróleo), la invasión de Irak (Año 2003 – petróleo), «guerra del gas» en Bolivia (Año 2003 – Gas).
Es sumamente evidente que el gas y el petróleo generan una apropiación conflictiva para los EE.UU. a partir de que los principales centros de consumo se encuentran muy alejados de los centros de extracción.
En este contexto los EE.UU. buscan potenciar la generación de electricidad. El presidente del Imperio lo admite: «Debemos tomar medidas para reducir nuestra dependencia en el petróleo crudo extranjero» 8. Para ello ha anunciado la creación de «1.300 nuevas plantas [De generación eléctrica] en los próximos veinte años» 9.
Si volvemos la mirada sobre el SAG encontramos que no solo tiene una importante capacidad potencial de generación energética, sino que la Argentina ya tiene allí establecidas dos de sus principales represas hidroeléctricas:
A.- Complejo argentino-uruguayo de Salto Grande, ubicado sobre el río Uruguay. B.- Complejo argentino-paraguayo de Yacyretá-Apipé, en las aguas del río Paraná, que llegó a proveer del 15% de la electricidad consumida por Argentina en el 2000, y se calcula que llegara al 30% en el año 2005 10.
En tanto que las hermanas repúblicas de Brasil y Paraguay abastecen, respectivamente, el 24% y 95% de sus consumos eléctricos con la represa de Itaipú, situada sobre el río Paraná.11
Como si esto fuera poco, la OEA/BM investiga el potencial del SAG para la generación eléctrica por medio de la energía geotérmica 12. En la presentación del proyecto de investigación que están realizando lo establecen:
«consideración del potencial para la utilización de la energía geotérmica «limpia» del SAG; y para evaluar su potencial de proveer energía geotérmica «limpia» a las comunidades de la región.» 13 «.existe la posibilidad de que estas aguas termales también puedan utilizarse en procesos industriales y para la generación de energía como substituto de combustibles fósiles. En particular, existe un claro interés en aprovechar el potencial energético de baja entalpía del acuífero.» 14
El control político-militar del acuífero le permitiría, a los EE.UU., no solo hacerse de una inmensa capacidad energética efectiva y potencial, sino que también pondría a Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay en una grave situación de dependencia energética.
El SAG: Agua + electricidad = Industrias
Es así como la importancia del Acuífero Guaraní se va alejando de fantasías sedientas y apocalípticas y entra en el campo del análisis material y económico (aunque no menos preocupante).
El SAG reúne dos de los componentes fundamentales para la producción: Agua y Energía. Estos están señalados como los puntos de conflicto y preocupación para las burguesías y los estados. El recurrir a la visión de la UNESCO puede ser útil ya que representa estas visiones y preocupaciones del «sistema»: (.) más población supone mayor necesidad de energía, y ello a su vez de hidroelectricidad. La industrialización, sobre todo en el mundo Occidental, ha tenido serios efectos sobre la calidad del agua; actualmente, los mercados globales trasladan las industrias más contaminantes a los países en desarrollo, con frecuencia, cerca de ciudades donde el crecimiento demográfico y los asentamientos informales ejercen ya de por sí una fuerte presión sobre los recursos hídricos. En el 2020, el 60% de la población mundial será urbana, una concentración que hace que el desarrollo de infraestructuras para el abastecimiento de agua en las ciudades sea una cuestión sumamente urgente.» 15
La posibilidad de que en el SAG se establezca un punto de aglomeración industrial se ve reforzado por:
A.- Proximidad a recursos petrolíferos y gasiferos argentinos y bolivianos. Oleoducto y gasoducto hasta la ciudad de Santa Fe (Arg) interconectado con Bolivia, donde la tensión generada por la apropiación del gas natural, con la intención de exportarlo a EE.UU. genero la «Guerra del Gas» a principios del 2004.
B.- Zona alejada de conflictos militares: Las tensiones existentes han sido históricamente alentadas y manejadas por Washington.
C.- Buenas redes de comunicación: Sobre líneas viales a los dos océanos, puentes internacionales, puertos sobre ríos medianamente navegables y puertos oceánicos.
D.- Proximidad a los principales mercados consumidores de Sudamérica: Brasil (175 millones de habitantes)16 y Argentina (36 millones de habitantes)17.
E.- Bajo costo de mano de obra: La Argentina, con 4.8 millones de personas desocupadas y subocupadas, con un salario promedio de 184 dólares 18, ofrece junto a los 9.7 millones de desocupados brasileños 19, una importante cantidad de trabajadores disponibles.
Utilidad estratégica del SAG
Además de permitir el control energético del Mercosur, anteriormente mencionado, el control del SAG permitiría poseer una inmensa capacidad de negociación/extorsión internacional, a través de poder proveer inmensos volúmenes de agua a los países necesitados, para el consumo directo y la producción de alimentos. El National Intelligence Council vinculado directamente a la CIA, en su análisis «Global Trends» 20 prevé: «Antes del 2015 la mitad de la población mundial, 3 mil millones de personas, vivirán en países con «stress hídrico» (menos de 1.700 metros cúbicos de agua por capita por año) sobre todo en África, el Oriente Medio, Asia del Sur, y China norteña. (…) y en el 2015 un número de países en vías de desarrollo no podrá mantener sus niveles de agricultura irrigada.»
La importancia del SAG, como punto de aglomeración de industrial, puede ser comprendida si tenemos en cuenta el proceso de traslado de industrias norteamericanas al resto del mundo («outsourcing») y el flujo del comercio internacional de esa economía:
1.- China EEUU importa productos por un valor de 152 mil millones de dólares (año 2003). Esto representa respecto al año 1990 un aumento del 988% 21.
2.- Unión Europea (UE) EEUU importa productos por un valor de 225 mil millones de dólares (año 2002). Esto representa respecto al año 1990 un aumento del 246% 22.
3.- India EEUU importa productos por un valor de 13 mil millones de dólares (año 2003) 23.
4.- Corea del Sur EEUU importa productos por un valor de 37 mil millones de dólares (año 2003) 24.
Esta producción por 427 mil millones de dólares (valor «al entrar» en la aduana) equivale a 20 veces toda la producción manufacturada de la Argentina en el año 2002 25.
La elección de estos cuatro puntos de producción, que juntos suman aproximadamente un tercio de las importaciones norteamericanas en el 2003 26, no es casual.
Analizando cada uno de estos orígenes descubrimos una serie de hipótesis de conflicto e hipótesis de guerra que ponen, a largo plazo, en peligro esa succión de productos.
China apunta a ser el principal adversario económico y militar de EE.UU. en este siglo. La UE, con su propia zona monetaria, disputa mercados en América latina y en el propio territorio norteamericano, reduciendo el valor del dólar y trayendo aires de neo-proteccionismo en ese país, competencia que hasta tiene su correlato militar en la creación de una fuerza europea de intervención rápida de 60.000 hombres armados27. La India está en continua tensión militar-nuclear con Pakistán por el territorio de Cachemira y Corea del Norte realiza pruebas misilisticas que ponen a Corea del Sur y Japón al alcance de sus «armas de destrucción masiva».
Por lo tanto este «outsourcing» y flujo comercial de importaciones se da con territorios conflictivos, un lujo que a nivel estratégico y largo plazo no es admisible. Dentro de esta política de localización y relocalización seguramente este la «maquila» mexicana, aunque allí falta el agua… (¿Situación que pretenderán solucionar con el «Corredor Mesoamericano»?).
De esta manera, el territorio situado sobre el Acuífero Guaraní, se muestra como un lugar donde sería posible instalar, de manera masiva, industrias manufactureras. Contando con el agua, energía, tierra barata, comunicaciones, mano de obra, mercado y solo conflictos de baja intensidad, los estrategas norteamericanos establecen opciones a largo plazo, abriendo un abanico geopolítico que les permita un mayor margen de maniobra y decisión.
Forma de Control y Apropiación
Es conocida la actitud pirata y colonizadora con que el Imperialismo se apropia de los recursos naturales mundiales, pero siempre necesita una justificación, aunque sea de carácter difusa, para proceder.
En el espacio del Acuífero existen dos justificaciones.
La primera, por el lado estrictamente militar, es la supuesta presencia de células terroristas islámicas. Según «Factbook» de la Central de Inteligencia Americana (CIA), en la caracterización de «Disputas Internacionales» de Argentina, podemos leer: «la región ingobernable en la convergencia de las fronteras de Argentina-Brasil-Paraguay es un centro de lavado de dinero, de contrabando, tráfico de droga, y abrigo de militantes islámicos»28. Esta caracterización se torna más interesante si se tienen en cuenta como aparece contextualizado el SAG (21 palabras): Conflicto de Malvinas (29 palabras), disputa del Beagle (18 palabras) y demanda antártica (13 palabras). Todos son conflictos donde esta en juego la soberanía territorial.
Pero existe una justificación un tanto más sutil y elaborada, cuya construcción esta a cargo de la OEA.
La OEA/Banco Mundial trabajan en el Proyecto Acuífero Guaraní con el objetivo de diseñar el plan de gestión del SAG. Pero, evidentemente, preparan el terreno político para que esa gestión este manejada por organismos «internacionales», y no por los estados, siendo justificado en que los gobiernos podrían entrar en conflictos que entorpecieran la gestión:
«El objetivo de largo plazo del proceso iniciado a través del Proyecto propuesto es lograr la gestión y uso sostenible del Sistema Acuífero Guaraní» 29.
«…el área de recarga en Paraguay, en la frontera con Brasil y Argentina, constituye un área potencial de fricciones transfronterizas» 30
«…existen temas de carácter transfronterizo claros en las zonas limítrofes entre Argentina y Uruguay (donde la surgencia de pozos está disminuyendo y existen latentes disputas transfronterizas, debido a la importancia de estos pozos geotermales para el turismo y entre Brasil y Uruguay (debido a la contaminación entre ciudades hermanas a lo largo de la frontera).» 31
El concepto de «zonas transfronterizas» no debe pasarse por alto. Ya que intenta ablandar el concepto de Soberanía Nacional de manera progresiva. Según palabras del secretario general adjunto de la OEA, Luigi R. Einaudi:
«…La importancia económica de estas zonas transfronterizas es evidente y todas ellas parecerían constituir, de alguna manera, el abandono de concepciones de soberanía rígidas que ceden frente a gestiones compartidas y de mutua cooperación en la regulación y protección de los recursos que se encuentran en zonas colindantes, es decir a los dos lados de una frontera internacional, es decir de fronteras nacionales que han remplazado el tradicional concepto de muralla con el de desarrollo equitativo» 32
Esta pérdida de Soberanía tiene como paso siguiente permitir que la gestión y administración caiga en manos de organismos no gubernamentales (ONG) y empresas privadas, tipos de organizaciones que históricamente han sido manipuladas por los organismos de inteligencia norteamericanos. Así comienza a ser insinuado en el propio proyecto de la OEA:
«.asegurar que los actores relevantes, o interesados pertinentes se involucren en la preparación y ejecución del PAE [Programa de Acción Estratégica]. Los interesados identificados hasta la fecha, mediante actividades realizadas durante la fase de preparación del proyecto, incluyen usuarios del agua, instituciones responsables por la gestión de los recursos hídricos, proveedores de servicios de agua en áreas rurales y urbanas, ONGs, instituciones académicas, el sector privado y grupos minoritarios.» 33
La OEA genera una secuencia lógica resumida en: El SAG es una zona de importancia ecológica para la región, de carácter «transfronterizo», en riesgo por «disputas» entre los gobiernos, motivo que abre la necesidad de la participación de organismos ajenos al Estado (la misma OEA y ONG’s financiadas por Washington).
Es muy importante destacar que mientras para la CIA la Triple Frontera/SAG es una «región ingobernable», para la OEA es una «zona transfronteriza». Ambas instituciones coinciden en definir al SAG como un lugar donde la Argentina, al igual que Brasil y Uruguay, han perdido o deben perder su soberanía.
La Propuesta de Soberanía desde el ALBA
Dada la importancia del Acuífero, para el consumo directo y la industria, es necesario reforzar la Soberanía de nuestros Pueblos sobre la región, reservándolo para un proceso de industrialización propio y en beneficio de los trabajadores, alejando a los imperialistas, explotadores y contaminantes, de Nuestra América.
No debemos permitir el avance de las maquiladoras sobre nuestra dignidad. Si se han de implementar planes de manejo compartidos del agua, estos deben ser protagonizados por los pueblos, dentro de los Valores Bolivarianos de integración.
Toda iniciativa de la OEA lleva en su esencia la doctrina Monroe de «América para los (Norte)americanos». Su injerencia en estas tierras debe ser combatidas como lo que es: Avanzadas técnicas del neocolonialismo. Armados de verdad, disparada a los cuatro vientos, llevamos las ideas de Bolívar como una bandera, en defensa de Nuestro Patrimonio Natural y nuestra vida.
Notas: (..)
Fuente: https://rebelion.org/apropiacion-del-acuifero-guarani/
Comprobamos, entonces, que hasta el ALBA mira por la posesión del SAG y su aprovechamiento para la industrialización. Es decir, las izquierdas predominantes o con más voz y autoridad obran con la lógica del Capital y por tanto, sus praxis sostienen que las soluciones fundamentales provendrán de ocupar el estado o democracia (que cumple 40 años de garante del neoliberalismo) por representantes populares. Sin embargo, desde abajo, hallamos que ante los incendios intencionales para expropiar territorios biodiversos:
Pueblos indígenas de la Amazonia declaran emergencia humanitaria y ambiental
22 de agosto de 2019
A través de una carta abierta, los indígenas de la cuenca amazónica se declararon en emergencia humanitaria y ambiental a raíz de los incendios que ya han arrasado miles de hectáreas de bosque en la Amazonia. Hicieron responsables a Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, y Evo Morales, presidente de Bolivia, por los daños ambientales que los ponen en peligro.
El bioma amazónico mide cerca de 6.4 millones de kilómetros cuadrados. Es considerado el bosque continuo más extenso del mundo y por lo mismo es clave en la lucha contra el cambio climático. Pero su conservación no es gratuita. En la Amazonia viven cerca de 400 pueblos indígenas que han coexistido con la biodiversidad de las selvas tropiales por miles de años.
Hoy, a través de una carta pública, se declararon en emergencia «ante la evidente incapacidad y falta de voluntad de los estados de Bolivia y Brasil para proteger a los pueblos indígenas y a la biodiversidad ante los incendios forestales en la Chiquitania boliviana en Santa cruz de la Sierra y los estados de Acre, Rondonia, Mato Grosso y Mato Grosso del sur en Brasil».
La razón son los incendios que ya han devorado miles de hectáreas en la Amazonia de Brasil y Bolivia. El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales brasileño (INPE) ha registrado en este 2019 un aumento en los fuegos de alrededor de un 83% en comparación con el mismo período de 2018. En Brasil, la extensión de los incendios obligó a estados amazónicos como Amazonas y Acre a declarar en alerta ambiental debido por las humaredas.
Bolivia también sufre de incendios. En Bolivia se ha deforestado en los últimos años un área del tamaño de 204.000 campos de fútbol, dice el diario berlinés Neues Deutschland, basado en la Fundación Tierra. Solo entre los años 2000 y 2015, Bolivia perdió 3,26 millones de hectáreas de bosques naturales, según DW. (Satélites muestran cómo arde la Amazonia de Brasil)
La carta fue hecha pública a través de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), que agrupa a las organizaciones indígenas de los nueve países que comparten el bioma amazónico. Las organizaciones reconocieron que a nivel internacional existe un interés común en encontrar modelos de desarrollo alternativo en el que prime la protección de la biodiversidad, la estabilidad climática y las condiciones para garantizar la vida para las generaciones futuras en las que son fundamentales los aportes de los sistemas de conocimiento tradicional y espiritual para la vida de los pueblos indígenas.
«Desde hace años los Pueblos y Organizaciones Indígenas hemos advertido sobre la necesidad de cambiar las prioridades en los “Objetivos de Desarrollo Sostenibles” para enfocar todos los esfuerzos sociales, culturales, políticos y económicos en la protección de la vida y del territorio de toda la humanidad, que en una relación armonía y equilibrio puedan garantizar la estabilidad climática global. A pesar de nuestras luchas los avances son pocos, mientras que el modelo económico imperante sigue usando el planeta como un banco de recursos, principalmente los territorios indígenas, con lo que se agrava el riesgo de que el planeta se haga inhabitable, y en donde claramente se evidencia a la luz de los ojos del mundo un Genocidio físico y cultural», escriben en la carta.
Según la COICA, aun cuando se han formulado Declaraciones y Convenios Internacionales, «gobiernos como los de Brasil y Bolivia demuestran su falta de interés, negligencia, racismo y discriminación estructural en contra de la vida y la integridad de los Pueblos Indígenas».
Los indígenas amazónicos hacen responsables a Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, y Evo Morales, presidente de Bolivia, «por la desaparición y Genocidio físico, ambiental y cultural que se presenta actualmente en la Amazonía, y que por su acción y omisión se hace cada día más grave y que son pérdidas irreparables para la humanidad». También declararon a sus gobiernos como No Gratos en la Amazonia, y mencionaron que la criminalización a las luchas y organizaciones indígenas y sociales agravaba el problema frente a la pérdida de biodiversidad y desconocía los derechos humanos de los pueblos indígenas.
Fuente: https://infoamazonia.org/es/2019/08/espanol-pueblos-indigenas-de-la-amazonia-declaran-emergencia-humanitaria-y-ambiental/
Ante la falta de políticas públicas desde el Estado para el sector agropecuario de la costa, sierra y amazonía se impulsa la Cumbre Agraria Ecuador como un “espacio permanente de unidad, encuentro, movilización y construcción de respuestas hacía una política de transformación del campo ecuatoriano”, mismo que es “promovida desde los sectores indígenas, montubios, afros, campesinos, pequeños y medianos productores, pescadores, consumidores, trabajadores y sectores populares”.
En la ciudad de Quevedo, provincia de Los Ríos, se reunirán este domingo 17 de Abril varias organizaciones del sector agropecuario, bananero, pequero y otros para tratar temáticas sobre: problemática del maíz, Seguros Social campesino, Modelos Productivos, Mujeres rurales y jóvenes, Conflictos de la tierra y Trabajadores agrícolas.
Según los y las convocantes (Organizaciones, pueblos y nacionalidades de la Costa) denominaron al encuentro como “Cambiamanos para Enfrentar la Crisis Agraria en la Costa”. Será el espacio para debatir y construir propuestas para exigir respuestas en las diferentes demandas que desde el sector existe.
Existe preocupación en la población rural y urbano de la costa porque, según afirman quienes convocan, “nuestros suelos (están) agotados, nuestra tierra y agua concentrada, nuestras semillas desvalorizadas, nuestra economía campesina en crisis.
Fuente: https://conaie.org/2016/04/07/pre-cumbre-agraria-quevedo-costa-ecuador-17-abril/
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Constatamos que “una sistematización reciente de la cosmovisión indígena Amazónica enfatiza su percepción del buen vivir principalmente como resistencia, en defensa de los territorios, la lengua, la cultura, y los derechos de educación, salud y justicia propia de los pueblos indígenas (Seco, 2015) (198).
La noción del buen vivir conlleva también elementos propositivos, y puede entenderse como un proceso hacia la mejora participativa de la calidad de la vida, a partir no solamente de un mayor acceso a bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades humanas, sino también mediante la consolidación de la cohesión social, los valores comunitarios, y la participación activa de individuos y colectividades en las decisiones relevantes para la construcción de su propio destino y la felicidad, sobre la base de la equidad con respeto a la diversidad”.
Alternativas desde la Amazonía Ecuatoriana hacia una sociedad equitativa y resiliente
11 de septiembre de 2020
Carlos Larrea
(…) Una sociedad participativa, equitativa y sustentable futura debe basarse en el control social de la economía, superando la estructura actual impulsada en la maximización débilmente regulada de la utilidad privada sobre el capital. En este sentido, la sociedad futura puede denominarse como post-capitalista; pese a ello, es muy poco lo que se puede vislumbrar en la actualidad, tanto sobre sus características más concretas como sobre las formas de transición haca ella.
Desde la Amazonía ecuatoriana se han originado algunas propuestas con alto potencial para avanzar hacia una sociedad alternativa, equitativa, participativa y resiliente.
La Constitución ecuatoriana de 2008 ha sido la primera en reconocer derechos a la naturaleza, específicamente el derecho de los ecosistemas a vivir y prosperar. Todo ciudadano puede evitar jurídicamente la destrucción de la naturaleza presentando una demanda al amparo de los Arts. 71 y 72.
Aunque la aplicación de los derechos de la naturaleza en el Ecuador ha sido muy limitada, su reconocimiento ha creado un precedente internacional, impulsando un cambio de paradigma en la relación entre el ser humano con la naturaleza, cuestionando la visión tradicional antropocéntrica, que concibe a la naturaleza únicamente como un recurso a aprovecharse, a una visión alternativa y holística, que define a nuestra especie como parte integrante de la naturaleza, y a nuestra existencia como condicionada a una relación de armonía y equilibrio con los ecosistemas que la originaron. También ha aparecido con fuerza en Europa la campaña para el reconocimiento del ecocidio como un crimen contra la humanidad.
La segunda noción que aporta a la construcción de una sociedad alternativa es la visión del buen vivir o sumak kawsay en lengua kichwa, basada en la cosmovisión de los pueblos indígenas del Ecuador y Bolívia, que un significado aporte de la Amazonía ecuatoriana, en particular del pueblo de Sarayaku.
Esta visión ha recibido aportes de intelectuales mestizos y ha sido sistematizada de varias maneras desde los años 1900 y principalmente desde inicios del presente siglo.
La Constitución ecuatoriana de 2008 la define como una meta alternativa para el desarrollo. Aunque este concepto, originado en una cosmovisión indígena y en su interpretación, ha sido entendido de diversas formas y lleva consigo cierta ambigüedad, algunos de sus elementos centrales pueden conllevar un aporte significativo hacia la elaboración de una forma de vida alternativa, con algunos elementos básicos que se pueden enfatizar.
Una sistematización reciente de la cosmovisión indígena Amazónica enfatiza su percepción del buen vivir principalmente como resistencia, en defensa de los territorios, la lengua, la cultura, y los derechos de educación, salud y justicia propia de los pueblos indígenas (Seco, 2015) (198).
La noción del buen vivir conlleva también elementos propositivos, y puede entenderse como un proceso hacia la mejora participativa de la calidad de la vida, a partir no solamente de un mayor acceso a bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades humanas, sino también mediante la consolidación de la cohesión social, los valores comunitarios, y la participación activa de individuos y colectividades en las decisiones relevantes para la construcción de su propio destino y la felicidad, sobre la base de la equidad con respeto a la diversidad. Este proceso se inscribe en una relación armónica con la naturaleza, que concibe a la sociedad humana como un elemento constitutivo de una totalidad dinámica en evolución, cuya realización plena no puede exceder los límites de los ecosistemas que la han originado.
En consecuencia, los elementos constitutivos del buen vivir se pueden sintetizar como:
1) Satisfacción equitativa y universal de las necesidades humanas. Éstas integran las necesidades básicas de acceso a la educación, nutrición, salud, empleo y trabajo, vivienda y hábitat, incorporando además una forma participativa y comunitaria de satisfacerlas, en concordancia con los derechos humanos y en ausencia de discriminación por etnicidad, cultura, género, grupos de edad, región de origen o residencia, nacionalidad, creencias políticas, valores religiosos y culturales, estado de salud y capacidad física de las personas.
2) Una mejora sostenible de la calidad de vida, que no se reduce a la mera posesión de bienes materiales y el acceso a servicios, sino que fundamentalmente implica una mayor solidaridad y cohesión social, la construcción colectiva de la felicidad y la consolidación de lazos comunitarios con un acceso universal y equitativo a los recursos necesarios para la realización humana.
3) El respeto a la diversidad cultural y a la pluralidad de cosmovisiones, de acuerdo con las tradiciones ancestrales de los pueblos y sus valores contemporáneos.
4) La eliminación de la inequidad social. Debe diferenciarse entre las nociones de desigualdad, que se refiere a toda diferencia individual o colectiva en el acceso a bienes y servicios, patrimonio y capacidades individuales, e inequidad, que se relaciona con diferencias sociales evitables y éticamente inaceptables.
5) Una relación sustentable entre la economía y la naturaleza, que implica que la capacidad productiva de bienes y servicios, la extracción de energía y materias primas, y la emisión de residuos se mantengan dentro de los límites de suporte de los ecosistemas naturales. La noción de sustentabilidad integra los derechos de la naturaleza, reconocidos en la constitución de 2008, y también el derecho de las generaciones futuras a una vida digna.
El tercer aporte de la Amazonía ecuatoriana hacia una sociedad futura es la Iniciativa Yasuní-ITT, presentada por el Ecuador en 2007, con apoyo de Naciones Unidas y cancelada en 2013. Esta propuesta constituye todavía la única herramienta para mantener inexplotadas las reservas de combustibles fósiles en lugares de alta sensibilidad ambiental o cultural en países en desarrollo, mediante un fondo internacional a invertirse en energías renovables, reducción de la deforestación y desarrollo social sustentable.
La evidencia científica establece que, para mantener el calentamiento global en el límite aceptable de 2 °C para fines de siglo, la humanidad debe mantener inexplotada la mayor parte (dos tercios) de las reservas probadas de petróleo, gas natural y carbón mineral.199 En América Latina, el 39% de las reservas de petróleo deben mantenerse bajo tierra.
Si el mundo debe renunciar a la extracción de una parte importante de las reservas conocidas de petróleo, los depósitos a privilegiarse para la conservación son aquellos cuya explotación implica los mayores costos ambientales y sociales, en términos de biodiversidad, comunidades indígenas y patrimonio internacional. Debe priorizarse también la conservación de los lugares cuyos beneficios globales sean los óptimos en términos de mitigación y adaptación al cambio climático, y preservación de la biodiversidad. En estos grupos ocupan un lugar privilegiado las reservas bajo áreas de gran valor biológico y cultural en países en desarrollo.
El mecanismo creado para Yasuní-ITT puede convertirse en un instrumento permanente bajo el Convenio Marco de Cambio Climático, mediante la creación de un fondo internacional al cual los países megadiversos en desarrollo con reservas de combustibles fósiles en áreas biológica y culturalmente sensibles puedan aplicar. Este fondo puede ser enriquecido con un patrimonio suficiente para iniciar los procesos de preparación de proyecto y levantamiento de recursos adicionales, con un cuerpo central encargado de la coordinación de proyectos, monitoreo, control y evaluación. (200)
Al tomar los derechos de la naturaleza, el buen vivir y la Iniciativa Yasuní-ITT en forma integrada, se puede apreciar la verdadera dimensión de la ruptura epistemológica que representan frente a los paradigmas dominantes de la modernidad y la economía convencional de inspiración neoclásica.
El reconocimiento de los derechos de la naturaleza conlleva un cambio paradigmático ético, al pasar de una visión antropocéntrica, que concibe a la naturaleza meramente como un objeto que puede ser explotado, apropiado o destruido en beneficio de los seres humanos, hacia una visión biocentrica que define a los seres naturales como sujetos con el derecho a existir y evolucionar. La realización humana, según esta última concepción, solamente es posible en armonía con la naturaleza y manteniendo los limites de la resiliencia de sus ecosistemas. En consecuencia tanto el desarrollo de la ciencia y la tecnología como los beneficios de las políticas nacionales e internacionales encaminados a mejorar la calidad de la vida deben hacerlo incluyendo a los seres humanos y a su entorno natural. Esta visión concuerda con el enfoque de la Encíclica Laudato Si del Papa Francisco, que confiere a todos los seres que conforman la naturaleza una dignidad intrínseca, al ser parte de la creación.
(http://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html)
Las prescripciones normativas de la economía y las ciencias sociales, que se proponen aplicar los conocimientos de estas ciencias en beneficio del bienestar común, deben incluir no solamente a los seres humanos sino también a su entorno natural.
Integrado en esta visión, el buen vivir integra las nociones de equidad, participación, respeto a la diversidad cultural y calidad de la vida, más allá de la posesión de bienes materiales, como elementos fundamentales de la realización humana, siempre en armonía con la naturaleza.
Finalmente, la Iniciativa Yasuní-ITT integra una forma de valorar la naturaleza, la biodiversidad y las culturas humanas, más allá de su valor de mercado, superando los estrechos límites de la economía convencional que ignoran los beneficios de los ecosistemas. La Iniciativa abre nuevos caminos a las acciones del Estado y los organismos internacionales al definir el valor de la conservación y la necesidad de prevenir amenazas ecológicas globales como la del cambio climático con nuevos instrumentos y nuevos criterios éticos, integrando los derechos de la naturaleza y el buen vivir.
Notas:
196 Según el Banco Mundial, en 2010 el 49.9% de la población en países en desarrollo se encontraba bajo una línea de pobreza de 2.5 dólares PPA por día (cifras calculadas con el programa PovcalNet).
http://iresearch.worldbank.org/PovcalNet/index.htm. Visitado en Septiembre 2014.
197 Larrea, Carlos. – “Límites de crecimiento y línea de codicia: un camino hacia la equidad y sustentabilidad”. En: Gustavo Endara (coordinador). Postcrecimiento y buen vivir. Quito: FES-ILDIS, 2014.
198 Seco, Carmen. “Sumak Kasay: una forma de caminar la vida”. Documento no publicado, 2015.
199 Meinshausen, Malte, Meinshausen, Nicolai, Hare, William, Raper, Katja, Knutti, Reto, Frame, David and Allen, Myles (2009). “Greenhouse-gas emission targets for limiting global warming to 2 ° C”. Nature Vol 458/30 Aril 2009 doi:10.1038/nature 08017. McGlade, Christophe and Ekins, Paul. “The geographical distribution of fossil fuels unused when limiting global warming to 2 °C”. Nature 517, 187–190 (08 January 2015), doi:10.1038/nature14016.
200 Murmis, María Rosa y Larrea, Carlos. “We can start leaving the oil in the ground right now – here’s how”, The Guardian, febrero 9, 2015. http://gu.com/p/45epj
http://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/6086/1/PI-2018-03-Larrea-Storini-Lopez-Buen%20vivir.pdf
Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2020/09/11/ecuador-alternativas-desde-la-amazonia-hacia-una-sociedad-equitativa-y-resiliente/