Qué Abya Yala-Julio 2021

 Con arrasamiento de la Amazonía, El Pantanal y el Cerrado esenciales tanto a los ríos Paraguay y Paraná como a sus humedales y pueblos.

Apreciemos que la Otra Campaña por el agua para la vida no sólo es falsamente plurinacional sino sobre todo, al perseguir una ley, no prioriza las actuales luchas contra los ecocidios-genocidios en plena ejecución y así colabora con el capitalismo en su exterminio de la vida planetaria.

Historia y presente/ Ofensiva del sistema mundo capitalista /Alternativas emancipatorias

Historia y presente

El término Abya Yala es en sí mismo un símbolo de identidad y respeto hacia las raíces de los pueblos originarios; y en ese sentido, el poema Abya Yala Wawgeykuna (Hermanos Americanos), originario del pueblo Quechua de Argentina, hace un llamado a la unidad de los pueblos a mantener presente su origen y a continuar su camino siguiendo las huellas de sus ancestros. Tal como su título indica, Abya Yala Wawgeykuna.

Artes, saberes y vivencias de indígenas americanos, el libro que sostienen en sus manos es un tributo a la filosofía de ese poema, pues intenta plasmar el pasado y el presente de distintos pueblos originarios: sus modos de vida, sus manifestaciones artístico-culturales, sus creencias… y al fin y al cabo, su identidad. Leer

Estamos sumidos en una inflexión histórica como país, como continente y como mundo. El sistema capitalista local e imperialista maximiza el acaparamiento de tierras y bienes comunes hasta el extremo de arrasar la Cordillera, los océanos, los bosques nativos y las selvas. Es hora de generalizar la percepción (conocimiento y posicionamiento) sobre que: La destrucción de la Amazonía nos acerca más al precipicio y a la hecatombe climática. Una humanidad saludable y con futuro necesita de los bosques y pueblos amazónicos vivos. Así como de los otros dos biomas Cerrado y El Pantanal con sus respectivos pueblos que son sus creadores en interacción e interrelación con la naturaleza.

Necesitamos de un enfoque socioecológico y políticoecológico para comprender cómo asumir la plurinacionalidad mirando por el agua para la vida y porqué virar de la lucha por soberanía del río Paraná que es seguir mercantilizándolo hacia la lucha por desmercantilizarlo valorando su condición de sujeto de derechos. Esto último exige considerarlo parte de la Cuenca del Plata cuyo contexto fundamental se compone de:

Ecosistemas Presentes en la Cuenca del Plata

La cuenca del Plata contiene ecosistemas claves. El gran humedal del Pantanal, compartido por Brasil, Bolivia y Paraguay, en la cuenca alta del río Paraguay, es el reservorio de una enorme riqueza biológica y actúa como el regulador del sistema hidrológico de la Cuenca del Plata al retardar en cuatro meses el acceso al Paraná de las aguas del río Paraguay y, evitando así la conjunción de los períodos de máximos caudales de ambos ríos. Por su interés global ha sido asimismo objeto de un proyecto aprobado por el GEF (Proyecto para la Implementación de Prácticas de Manejo Integrado de la Cuenca Hidrográfica del Alto Paraguay y Pantanal).

El Chaco es el segundo bioma en superficie de la América del Sur, corresponde a un área aluvional que se localiza al Este de la cordillera de los Andes, formada por la deposición de sedimentos fundamentalmente de los ríos Bermejo y Pilcomayo, de los cuales el primero es responsable por el 90% de los sedimentos que se depositan en la boca del Paraná. Por ser el único río que logra llegar con sus aguas desde los Andes al río Paraguay, constituye un corredor ecológico natural entre los ecosistemas de puna en la montaña, el piedemonte de yungas y las zonas secas y húmedas de las planicies del Chaco. La cuenca del Bermejo, por su importancia en el conjunto de la Cuenca del Plata, dio lugar al primer proyecto apoyado por el GEF en aguas internacionales en América Latina y dispone ya de un Programa Estratégico de Acción (PEA) que está siendo ejecutado por los Gobiernos de Argentina y Bolivia.

La Pampa, por su dimensión constituye el tercer ecosistema de importancia global de la Cuenca del Plata. Los suelos más fértiles de la Cuenca del Plata se localizan en estas planicies pampeanas y desde temprano en ella se asentó la producción agropecuaria. La cobertura de la Cuenca es completada por importantes partes de otros dos ecosistemas claves en la América del Sur, el Cerrado, al Norte de la Cuenca, de amplia diversidad biológica y, la Mata Atlántica, al Noreste de la Cuenca, caracterizada principalmente por una fuerte deforestación de su bosque original que ha reducido su cobertura al 4% de su estructura primaria.

Estos datos sobresalientes son indicativos de la abundancia y calidad de los recursos naturales y de la productividad natural, bienes y servicios que prestan estos ecosistemas, así como algunos de sus mayores problemas. Manifiesta también lo clave que ha sido y que continua siendo, la disponibilidad en calidad y cantidad de sus recursos hídricos para la sostenibilidad del proceso de desarrollo de la región y como el agua es factor vinculante de las partes en un sistema integrado en la Cuenca que es esencialmente interdependiente, preocupación ya atendida por el GEF para algunas de sus áreas criticas, pero donde falta una gestión integradora sobre la unidad de planeación y manejo que constituye la Gran Cuenca del Plata.

Fuente: https://www.oas.org/dsd/plata/ecosistemasf.htm

Advirtamos cómo, en el año 2007, se fundamentaba el ¡¡NO A LA HIDROVÍA DE LA IIRSA!!

Los desastres que vienen por la Hidrovía Paraguay-Paraná

16 de abril de 2007 Revista Biodiversidad 

 Entrevista con Elba Stancich

Es un proyecto para favorecer un modelo de extracción de recursos que no beneficiaría a la población que hoy está en condiciones de pobreza o de marginalidad en nuestros países… Esta población será la más afectada, porque va a ser expulsada o porque los recursos naturales van a quedar cada vez más deteriorados.

 La Hidrovía Paraguay-Paraná consiste en hacer navegables 3 400 kilómetros de río las 24 horas, los 365 días del año, para “convoys” o “trenes” de 20 barcazas o más y de 16 barcazas desde Asunción al Norte. El objetivo es abaratar los costos de transporte y hacer más rápidos los recorridos. Se han hecho varios estudios para realizar el proyecto; los primeros se entregaron en 1995 pero fueron ampliamente criticados, no sólo por organizaciones ecologistas, sino también por muchos académicos y organismos técnicos de los propios gobiernos que dictaminaron que estos estudios no eran suficientes como para tomar una decisión y tener la certeza de que las obras propuestas no iban a tener impactos ambientales de consideración. Esto llevó a realizar un estudio complementario, aprobado por el Comité Intergubernamental de la Hidrovía (cih) en julio de 2005, pero que de ninguna manera reemplaza un Estudio de Impacto Ambiental, que es fundamental para todo el conjunto de las obras propuestas. Los impactos de este proyecto no deberían analizarse por partes —que cada país analice el tramo que le corresponde—, sino que dadas las características y la extensión del proyecto, debe ser analizado integralmente y considerar los impactos acumulativos e indirectos.

Los ríos Paraguay y Paraná son navegables desde siempre. Obviamente estamos de acuerdo con que los ríos sean utilizados para la navegación; lo cuestionable del proyecto es la escala. Son enormes los volúmenes a transportar y también es importante el tamaño y la frecuencia de la navegación. El río en sí mismo es muy caudaloso, muy grande. Pareciera que podemos hacer cualquier cosa y que no va a traer consecuencias. Sin embargo, sabemos que no es así. Habría que tener en cuenta para qué clase de modelo económico hace falta modificar los ríos para la navegación; y esto es para un modelo agro-exportador de gran escala.

En los últimos años en nuestro país y en los demás países que conforman la Cuenca del Plata ha avanzado muchísimo la frontera agrícola, y esto ha traído como consecuencia la deforestación, pérdida de bosques nativos y gran pérdida del ecosistema del Cerrado en el caso de Brasil. Esto implica cada día mayor expulsión de pequeños y medianos agricultores, que se ven literalmente corridos por la producción de tipo empresarial a mayor escala. La concentración de grandes empresas, por ejemplo en el área de Rosario, tuvo en los últimos años una inversión millonaria para todo lo que es el complejo aceitero basado en la soja, lo cual trajo aparejado impactos ambientales de consideración por la utilización de agrotóxicos, la repercusión de los mismos sobre el cuidado del suelo y del agua, pérdida de nutrientes, las transformaciones en las áreas urbanas y el deterioro de la calidad de vida de las personas que viven cerca de estas empresas.

Hasta el día de hoy, donde la hidrovía funciona a pleno, en el tramo Santa Fe-Océano, no conocemos que el gobierno haya entregado ni hecho público ningún estudio de impacto ambiental, evaluado como corresponde por la Secretaría de Ambiente de la Nación. Sabemos que se está analizando un estudio de impacto ambiental presentado por la empresa concesionaria del dragado, para la profundización a 36 pies, pero todavía no finaliza el proceso evaluatorio. Mientras tanto, el tramo que desde hace diez años se utiliza intensamente y hoy tiene 34 pies de calado, carece de estudios ambientales a esa profundidad y el Órgano de Control supuestamente se está conformando luego de unos diez años de inexistencia.

Este proyecto ahora se vuelve a reflotar como uno de los ejes de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana, es decir iirsa. Dentro de los diez ejes que plantea la iniciativa iirsa uno es la Hidrovía Paraguay-Paraná; o sea que está enmarcada dentro de este nuevo impulso. Es una serie de megaproyectos que lanzan los doce gobiernos de América del Sur directamente ligados con otra cantidad de proyectos de infraestructura como grandes carreteras e intervenciones propuestas para la región.

La Hidrovía está dentro de este nuevo mapa que se ofrece en la región en cuanto proyecto de infraestructura. Son proyectos con un objetivo de extracción de materias primas desde lugares inaccesibles para que los fletes sean más baratos y que el tiempo de transporte sea lo más rápido posible. En definitiva es un proyecto para favorecer un modelo de extracción de recursos que justamente no beneficiaría a la población que hoy está en condiciones de pobreza o de marginalidad en nuestros países. Más bien todo lo contrario: esta población será la más afectada, ya sea porque va a ser expulsada o porque los recursos naturales van a quedar cada vez más deteriorados.

Por eso cuando nos encontramos frente a este tipo de proyectos siempre hay que preguntarse quién va a salir favorecido. Los más beneficiados van a ser principalmente los grandes grupos empresarios.

Los primeros estudios del proyecto de la Hidrovía Paraguay-Paraná fueron financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (bid), por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud) y por el Fonplata; el principal actor en ese momento fue el bid. Pero luego el bid se retiró del proyecto Hidrovía diciendo que no iba a financiar el proyecto por considerar que las obras traerían profundos impactos ambientales. El nuevo actor que se perfila ahora en la región es la Corporación Andina de Fomento (caf), que de hecho es la que ha financiado los últimos estudios.

 Hay que prestar mucha atención al volumen y a la escala del proyecto, e imaginarnos cómo va a ser el escenario a diez o veinte años, pensando en el tipo de producción, porque las principales cargas que se quieren transportar por la Hidrovía son granos, que equivaldrían a 70 por ciento de las cargas, principalmente soja. Nuestro país pretende llegar a una producción de 100 millones de toneladas de grano, de la cual gran parte se pretende transportar por la Hidrovía, porque de hecho hoy en el país el porcentaje de lo que se transporta por agua es minoritario; la mayoría del transporte sigue siendo por carretera, una proporción inferior por ferrocarril y una mucho menor por agua.

Entonces lo que se pretende además de aumentar la producción es derivar mayores cargas por los ríos. Si uno se imagina la situación a 20 años, la frecuencia y escala de navegación que va a haber en nuestros ríos realmente va a ser enorme y esto es a lo que tenemos que prestar atención. Hay zonas del río Paraguay, por ejemplo, que son muy delicadas; muy cerca del Pantanal algunos expertos dicen que para que el ecosistema pueda soportar la navegación tendría que estar pasando sólo un tren de barcazas por semana, de manera tal que la naturaleza pueda restablecer todo lo que es el ecosistema acuático sin que la navegación lo afecte. Pero con la carga que hay proyectada por día podrían estar pasando 8 o más trenes de 20 barcazas cada uno.

Todo esto no está profundizado en los estudios; creo que vale la pena ponerlo en debate y analizar mucho más. Cuál va a ser el impacto sobre la pesca, sobre la calidad del agua, sobre los sedimentos, la selva en galería que hoy sigue siendo destruida por la navegación en tramos del río Paraguay en el Pantanal. Entonces por lo menos deberíamos cuestionarnos qué pasa con éste desarrollo basado en el crecimiento y pensar que en un planeta con recursos finitos es imposible estar hablando de crecimiento continuo, porque simplemente no es posible y se están generando muchos daños.

Otro punto a tener en cuenta son los estudios complementarios que se terminaron en 2005 y que el nuevo proyecto tiene algunas diferencias significativas con respecto a la propuesta anterior de 1996. Ahora se extiende, por lo menos en teoría, hasta Corumbá o sea que de los 3 400 km originales se acorta algo más de 600 kilómetros a lo largo del Pantanal.

Pero de todos modos hay un punto que nos sigue preocupando: la extracción de rocas en el lecho del río Paraguay. Esto se da en un tramo del río donde hay seis puntos en los cuales es necesario extraer lecho rocoso para permitir la navegación ininterrumpida. En dos de esos puntos es necesario sacar las rocas con explosivos; pero en estudios anteriores varios expertos advirtieron que volar rocas en el lecho del río Paraguay podría provocar efectos irreversibles sobre los humedales, tanto aguas arriba como aguas abajo.

Si nosotros hablamos de impacto sobre los humedales estamos hablando de impactos directos sobre la gente porque hay muchísima población ribereña, tanto pueblos indígenas como pescadores, que dependen directamente de la productividad biológica de estos humedales y además hay mucha población que se beneficia de la depuración natural que ejercen estos humedales sobre aguas contaminadas.

También está la amenaza de que se agraven las grandes inundaciones y sequías, ya que los humedales, y particularmente el Pantanal, actúan como un amortiguador o regulador, aspecto siempre minimizado por los impulsores del proyecto. Entonces si estamos pensando en que habrá daños sobre los humedales significa que va a ser afectada una gran cantidad de gente.

En el diseño actual del proyecto, de las obras propuestas de Santa Fe al norte, lo más preocupante es la extracción de rocas en el tramo del río Paraguay entre la ciudad de Asunción y el río Apa. Son aspectos muy críticos que se deberían revisar.

La ingeniera Elba Stancich, del Taller Ecologista de Rosario, considerada una de las principales estudiosas del proyecto, fue entrevistada para Prensa Proteger durante el Quinto Taller sobre Instituciones Financieras Internacionales e iirsa, que tuvo lugar en Santa Fe, 7 noviembre 2006, www.proteger.org.ar. Este texto puede reproducirse citando la fuente.

Por favor dar previo aviso a [email protected]
Fuente: https://grain.org/es/article/entries/1182-los-desastres-que-vienen-por-la-hidrovia-paraguay-parana

En consecuencia, la Campaña Plurinacional por el agua para la vida se posiciona de espaldas a la realidad ecosistémica de la Cuenca del Plata y de los pueblos-naciones que dependen de ella. Es decir, no tiene en cuenta que la provisión de agua potable está asociada con una plurinacionalidad real y efectiva. También lo está con los biomas: la Amazonía, el Pantanal, el Chaco, la Pampa, el Cerrado y la Mata Atlántica.

Desestima que el Paraná conforma la hidrovía de la IIRSA y hace a la viabilidad eficiente de la República Unida de la Soja. Se autopercibe afirmándose con los pies en la tierra por amoldarse a la institucionalidad capitalista. Cuando lo cierto es que son las defensas y recuperaciones de territorios quienes enfrentan y frenan al contubernio en acelerada e intensificada expansión planificada de los extractivismos.

  Ofensiva del sistema mundo capitalista

Sinteticemos sobre la actual criminalidad de lesa naturaleza y de lesa humanidad del incesante crecimiento lucrativo del contubernio de capitales y estados imperialistas con los poderes locales del Abya Yala a través del artículo de Daniel Verzeñassi.

 Río Paraná: “No es una bajante, no es una sequía.
Es la deforestación”

22 de julio de 2021

El agua es un ciclo hidrológico, que en América del Sur ha sido dañado irreversiblemente. La vitalidad y permanencia de ese ciclo tiene directa relación con los cursos de agua. El Río Paraná, que experimenta su menor nivel en 77 años, integra ese sistema, afectado por el desmonte, el agronegocio y las políticas gubernamentales.

Por Daniel Verzeñassi*

Los ríos no nacen en un lugar preciso. Los ríos son atmósferas oceánicas cálidas, son vientos, aire húmedo y lluvia sobre los bosques tropicales; son selvas lluviosas y evapotranspiración; son nieves andinas que deshielan y surcan en «rápidos», que se aquietan en anchuras y meandros (curvas del río). Se hacen sedimento y bordes inundables; corren entre islas y deltas, y así van remansando y hablando en su lenguaje de ciclado eterno. Y se hacen de nuevo un mar.

Como bien explica el geógrafo Alan Forsberg, hace más de veinte años se estudiaron estos flujos de aguas en nuestras latitudes. La lluvia que hace caudaloso al Río Paraná —que corre a través de Brasil, Paraguay y Argentina a lo largo de unos 4880 kilómetros— o exuberante a la selva misionera es producto de un fenómeno único: los ríos voladores de la Amazonía. Estos procesos extensos de evaporación y precipitación en el bosque crean baja presión atmosférica que atrae constantemente al aire húmedo del océano, de ahí el nombre de “bomba biótica de humedad”. Esta bomba sólo funciona en los bosques naturales prístinos. Ni la vegetación de los bosques clareados artificialmente y explotados, ni de las plantaciones, pastizales o cultivos son capaces de activar la bomba biótica y mantener la humedad suficiente para la vida óptima.

Ocurre además que la selva amazónica, corazón de la Madre Tierra, no sólo riega al Amazonas, también brinda las lluvias que dan vida a decenas de millones de personas más allá de la selva tropical. Cuando los ríos voladores de vapor de agua alcanzan la barrera de Los Andes, fuertes lluvias caen al pie de las montañas, en las laderas orientales de la selva amazónica ecuatoriana, peruana, boliviana.

Los ríos voladores también giran hacia el sur y traen la humedad vital hasta Paraguay, el norte de Argentina y el centro y el sur de Brasil. Allí está el Gran Chaco Americano, que se está arrasando para la ampliación del agronegocio. Ese modelo arrasa culturas, pueblos originarios que ya no tienen sus montes (pilares fundamentales de la vida en esos territorios). Comunidades que mueren, otras son desplazadas, otras persisten en soledad y miseria.

Esto pasa en nuestro Norte, donde se está devastando esta gran bioregión. Donde es necesario entender que el corazón de la Madre Tierra proporciona el agua para la mayor parte de la agricultura que alimenta a la población de Sudamérica, y agua potable para las ciudades más grandes del continente. Esas corrientes húmedas saturan en los montes y selvas de Argentina, sumando caudal a la cuenca del Plata, en los ríos Paraguay y Paraná.

Sin los ríos del cielo, se secan los de la tierra”

Los ríos del cielo son hijos de las selvas. Languidecen con las deforestaciones. Se estima que el tiempo de regeneración del bosque lluvioso primario de zona tropical es de medio milenio (sí, 500 años).

La deforestación agroindustrial del bosque tropical ha dañado la “cinta transportadora” del ciclo hidrológico en el continente. La selva amazónica atrae los vientos del Atlántico, cargados de humedad. La atmósfera se sobresatura con los más de 20.000 millones de toneladas diarias de agua, que el bosque primario (que no ha sufrido la intervención humana) eleva desde sus raíces y entrega al aire.

Las quemas de la Amazonia -consumadas por quienes festejan las “cosechas record” (de sojas, maíz, alguna otra forrajera y oleaginosa) y agroganaderías arrasadoras-, son las responsables de la pérdida de esos “traslados aéreos” de agua.

Todo esto afecta a la situación del río Paraná. La suma de responsables por el actual stress hídrico severo del río debe interpelar a los gobiernos del Cono Sur. Estos cauces de humedades aéreas, agredidos a más de 3000 kilómetros de distancia de las consecuencias y lesiones territoriales donde se expresan, reclama una acción política inmediata. Y ser compartida con la sociedad en su conjunto.

Hoy el agua es la prioridad para la bio-habitabilidad del territorio argentino. El agua de consumo suficiente, segura y pública. Con los actuales caudales, la capacidad de depuración del río ha disminuido a menos de la mitad del promedio en años anteriores. Tienen relación directa con las tomas de agua para potabilización, que son también las obras principales futuras, con nuevos protocolos de localizaciones y seguridades en distancias de fuentes contaminantes focales y difusas.

Por otra parte, la contaminación con agrotóxicos hallada en barros costeros por el equipo de investigación del doctor Damián Marino deben ordenar una pronta revisión de los agroquímicos utilizados en la agricultura y agregarse en el listado de sustancias a analizar en las plantas de potabilización y distribución de aguas de consumo. El problema apuntado debe atenderse con más razón todavía desde este tiempo en adelante, por el seguro aumento de la concentración de dichos sustancias, por el bajo caudal ribereño.

Con este círculo perjudicial de desforestación, afectación de ríos voladores, alteración de regímenes de lluvia y descenso de caudal de ríos, nada más actual que carta de 1854, escrita por el jefe indio Seattle del Pueblo Suwamish al presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce (en respuesta a la oferta de compra de las tierras indígenas): “El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre. Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed, son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también lo son suyos y, por lo tanto, deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano (…) El hombre no tejió la trama de la vida; él es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo.”

*Integrante del Foro Ecologista de Paraná.

Fuente: https://agenciatierraviva.com.ar/rio-parana-no-es-una-bajante-no-es-una-sequia-es-la-deforestacion/?fbclid=IwAR0vDCOiW88AM7gFWpbnqrBA1ZIin9a

En consecuencia, la expropiación y el consiguiente acaparamiento de tierras por quienes dominan al sistema mundo capitalista y a sus locales no se detienen en aniquilar las biodiversidades creadoras de equilibrios ecológicos y sustituirlas por monocultivos transgénicos y criaderos de animales a gran escala cuyas existencias exigen agrotóxicos, antibióticos…

Este progreso del Capital Estado que no de los pueblos continúa pese a, como señala Sandra Eguia https://www.facebook.com/wiphala.rebelde

(…) Se ha conseguido con ese modo de producir que no llueva agua, tierra seca sin humedales, aumento de la temperatura local exagerada, alteración brutal de la biodiversidad y visualizar sin fantasías una catástrofe humanitaria.

El capital como sistema de generar recursos es así, no solo criminal sino inviable por donde se lo mire. Y atónitos, los que lo legitiman en las urnas se cocinan en su propia contradicción.

El agua dulce no es un recurso renovable, sino finito y vital.(…)

Alternativas emancipatorias

Reflexionemos acerca de cómo erradicar el capitalismo e imperialismos nos exige ir:

Buscando fundamentos biocéntricos para una post-economía

Naturaleza, economía y subversión epistémica para la transición

25 de marzo de 2021

Por Alberto Acosta y John Cajas-Guijarro (Rebelión)

El ser humano no debe seguir tal como es, es necesario verlo también como podría ser y acostumbrarse a esa visión” (Bertolt Brecht)

 (…) Los Derechos de la Naturaleza como negación de la mercantilización natural

(…) El resultado de la tendencia a la mercantilización de la Naturaleza es la continua ruptura del “metabolismo” entre el mundo social y natural; ruptura en donde los límites naturales van siendo superados dramáticamente, poniendo en riesgo tanto a la vida humana como a cualquier forma de vida dentro del planeta. Basta mencionar algunos potenciales efectos de esa tendencia a la mercantilización natural en tiempos capitalistas: la emisión de gases de efecto invernadero y el calentamiento global causado por la actividad humana[41] (el cual va llegando a temperaturas récord, como en el calentamiento de los océanos[42]); la acelerada pérdida de biodiversidad en conjunto con procesos de extinciones masivas[43] y eso está seriamente amenazando el suministro mundial de alimentos[44]; el incremento de las migraciones forzadas a causa de la mortal combinación de cambio climático y conflictos[45]; el posible vínculo entre paraísos fiscales la deforestación de la Amazonía[46]; la exacerbación del extractivismo, el cual trae consigo corrupción[47], profundización de relaciones racistas y patriarcales[48] , violencia (incluyendo el asesinato de quienes se oponen al extractivismo[49]) y demás efectos socio-territoriales[50];la latente amenaza generada por un creciente gasto armamentístico por un lado y el peligro nuclear por otro lado[51]… Y todo esto como parte de la “civilización del desperdicio”, como brillantemente lo demostró Jürgen Schuldt (2013)[52]

Justamente en contra de la mercantilización de la Naturaleza que la “ciencia económica” ve como aceptable y cuyos efectos desastrosos acabamos de mencionar, es que también emergen los Derechos de la Naturaleza como una negación de la mercantilización voraz del mundo natural en beneficio de la acumulación del capital. Y esta emergencia se da en un proceso de mestizaje con los saberes indígenas que consideran a la Madre Tierra como una verdadera madre y no como una simple metáfora. (…)

Alberto Acosta: Economista ecuatoriano. Profesor universitario. Exministro de Energía y Minas. Expresidente de la Asamblea Constituyente. Excandidato a la Presidencia de la República del Ecuador. Exprofesor-Investigador de FLACSO sede Ecuador.

John Cajas-Guijarro: Economista ecuatoriano. Profesor de la Universidad Central del Ecuador. Doctorante en economía del desarrollo en FLACSO-Ecuador.

Se agradecen los valiosos y profundos comentarios de Jürgen Schuldt tanto a una versión preliminar de este trabajo como a la construcción misma del concepto de post-economía.

NOTA: este artículo se publicó en el libro VOCES LATINOMAERICANAS. Mercantilización de la Naturaleza y Resistencia Social. Coordinado por Griselda Günther Monika Meireles UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA México, diciembre 2020.

Fuente: https://rebelion.org/naturaleza-economia-y-subversion-epistemica-para-la-transicion/