Subrayemos la criminalidad del capitalismo que Cristina Fernández promovió
La expansión de la ocupación territorial económica que gestionó Cristina Fernández de Kirchner a beneficio exclusivo del sistema imperialista de agronegocios arraigó e implantó el incesante crecimiento del hambre, la pobreza estructural y la desertificación de Argentina. ¿Cómo? Implicó:
-Deforestación causa de etnocidios y epistemicidios, de zoonosis como la Covid19 y catástrofes socioterritoriales como sequías e inundaciones;
-Exportación en gran escala del agua virtual hacia China. Walter Pengue alerta: «Los alimentos contienen una porción relativamente importante de agua en su estructura y han demandado porcentajes muchísimo más altos de este insumo, durante el proceso de producción. El comercio agrícola mundial puede también ser pensado como una gigantesca transferencia de agua, en forma de materias primas, desde regiones donde se la encuentra en forma relativamente abundante y a bajo costo, hacia otras donde escasea, es cara y su uso compite con otras prioridades».
-Vastedad de monocultivos de transgénicos (o de genética modificada para tolerar mortíferos) cuya existencia y extensión es posible por agrotóxicos derivados del petróleo o venenos que eliminan la competencia por espacio vital así desaparecen los seres creadores de la fertilidad y estructura de los suelos; de la reproducción de plantas como las abejas y de la trama alimentaria como la de los insectos con las aves.
-Expropiación de las tierras de producción campesina e indígena de alimentos (o sea despojo en varias formas a comunidades indígenas y campesinas) para convertirlas a la producción de forraje y sobre todo de agrocombustibles. Con esta violencia se instaura la concentración y transnacionalización económica territorial que aniquila la soberanía alimentaria cuya decolonial designación es «autonomía alimentaria» para enfocarla como creación por autoorganización popular local del vínculo recíproco entre el medio rural y el urbano.
-Envenenamiento cada vez más grave (a consecuencia de aumentar potencia mortífera ante el incremento de la resistencia de las oficializadas como malezas e inventos de investigadores mercantiles) por el sistema global de agronegocios de la vida y los subsistemas que la posibilitan.
-Complementación acelerada e intensificada -por el contubernio de capitales y estados imperialistas con los locales- mediante la megaminería, el fracking, los parques nacionales y áreas naturales protegidas e IIRSA que dejan sin agua y energía no sólo a las poblaciones locales sino también perjudican a todo el país-continente por significar acaparamiento de las fuentes hídricas, ruptura de su funcionamiento-evolución en ciclos y aún más, de su configuración estructural dinámica.
Esta destrucción de la habitabilidad de las oficializadas como “zonas de sacrificio” es frenada por las autoorganizadas asambleas de las comunidades correspondientes y que, a partir del 2006, originaron la UAC pero sobre la base de respetar las respectivas autonomías en ir construyendo resistencia, a la vez, su re-existencia sin recetas Raúl Quirino de modo que es un error tuyo que la UAC se asume: ”guía política exclusiva para la comprensión de la situación actual y organización de la autodefensa de nuestras comunidades”.