Marzo-2025
La descolonización está siendo realizada por
las defensas y recuperaciones de territorios
respecto a:
Qué sistema
Genocida al progresar por crecientes expropiación de bienes comunes y explotación de la naturaleza, los trabajadores y los pueblos, sobre todo, del Sur Global.
Conciliación de clases/ Concentración y centralización capitalista/
Alternativas emancipatorias
Conciliación de clases
Necesitamos, abajo y a la izquierda coherente con su esencia común-ista, que una creciente mayoría de los oprimidos, por el sistema mundo capitalista y su local, rompa con la conciliación de clase implícita en que nos subordinemos a los grandes expropiadores o usurpadores de tierras y de los otros bienes comunes. A tal extremo que protestamos y nos indignamos sólo por las tomas de tierras o de edificios que realizan quienes han sido despojados de todos sus derechos humanos durante esa incesante acumulación gran capitalista de riquezas y poder.
Estamos hoy ante la gran escala de la expropiación que conlleva a la degradación casi irreversible de biomas o ecorregiones. Tal emergencia ecológica nos exige confrontar con los acaparamientos de la Amazonía, la Cordillera. las cuencas hidrográficas, las selvas, los bosques nativos, la Patagonia, etc. Implica expandir la deliberación, mediante multiplicación de espacios en común a lo largo y ancho del país-continente, sobre el avance raudo de la desertificación del país-continente y del planeta sólo para el lucro insaciable del 1% humano.
Significa comenzar por contrastar el discurso de justificación del crecimiento gran capitalista con la puesta en práctica que implanta avasallamiento de los derechos de pueblos e individuos abajo y los de la naturaleza que acarrean el arrasamiento de las condiciones esenciales a la habitabilidad planetaria. Ejemplifiquemos con el avance gran capitalista de la ocupación e invasión económica territorial de cada país-continente por el sistema global de agronegocios. Lo concretan en nombre, primero, de alimentar al mundo y ahora de producir agrocombustibles que oficializan como biocombustibles para embaucar de solucionar la emergencia climática garantizando la vida. Cuando lo cierto es que esos monocultivos de transgénicos pueden existir gracias a agrotóxicos derivados del petróleo, mortíferos para todos los seres que no sean los modificados en su herencia para tolerarlos y cancerígenos o teratógenos. Examinemos un ejemplo de enorme importancia:
El aumento de la demanda de aceite de soja
para combustibles amenaza con colapsar la Amazonía brasileña
8 de noviembre de 2022
Ecologistas en acción
Un nuevo estudio analiza la relación entre el incremento del uso de aceite de soja para producir carburantes y los niveles históricos de deforestación de extensas zonas de Brasil.
– Un nuevo estudio analiza la relación entre el incremento del uso de aceite de soja para producir carburantes y los niveles históricos de deforestación de extensas zonas de Brasil, así como con el aumento del precio de alimentos básicos y la destrucción de un ecosistema clave para la vida en el planeta.
– Ecologistas en Acción alerta de que la eliminación progresiva del aceite de palma en la fabricación de combustibles está provocando la utilización masiva de otros cultivos alimentarios como el aceite de soja, con unos impactos muy negativos que deben ser frenados.
– La UE en su conjunto, y España como Estado miembro, deben catalogar el aceite de soja como materia prima insostenible y abandonar de inmediato su utilización para la fabricación de combustibles, tal y como ha propuesto el Parlamento Europeo.
Según el informe publicado hoy por la organización Transport&Environment, de la que forma parte Ecologistas en Acción, el fuerte aumento de la demanda de aceite de soja para producir combustibles está directamente relacionado con la aceleración de la deforestación en la Amazonía brasileña, que en 2021 alcanzó su máximo de los últimos 15 años. Una tendencia que se mantiene en 2022, año en el que se ha registrado el mayor nivel de destrucción de la selva brasileña entre los meses de enero y agosto desde 2008.
Tal y como pone de manifiesto el estudio, dicha tendencia coincide con un incremento progresivo en la demanda de aceite de soja para la fabricación de combustibles. En efecto, mientras en 2005 tan solo el 6 % del aceite de soja producido en el ámbito global iba a parar a nuestros depósitos, en 2021 la cifra se había triplicado para alcanzar el 20 %. Si tenemos en cuenta los volúmenes de soja procesados en este periodo, estos han aumentado un 580 %, pasando de 2,1 millones de toneladas en 2005 a 12,2 en 2021.
La UE ha contribuido en gran medida a dicho aumento de la demanda. El fomento de la producción de combustibles procedentes de cultivos alimentarios establecido en la Directiva de Energías Renovables ha provocado que el consumo de aceite de soja en la UE se haya duplicado entre 2015 y 2017. Y esta tendencia podría verse agravada en el futuro: tras la catalogación por Bruselas del aceite de palma como materia prima de alto riesgo en 2019 y el abandono previsto de su uso en 2030, la industria se focaliza cada vez más en materias primas como la soja. De ahí que, según cálculos de Transport&Environment, la demanda de aceite de soja podría cuadriplicarse en los próximos años.
Según el informe publicado, demanda de aceite de soja y deforestación van de la mano. Amplios territorios de selva (como la Amazonía) y de sabana (como El Cerrado, un extensísimo bioma al sur de aquella) han sido arrasados para convertirse en zonas de cultivo de la soja. Incluso tierras deforestadas para ganadería industrial acaban cediendo a la presión del monocultivo de la soja, lo que fuerza a las explotaciones ganaderas a adentrarse aún más en la selva.
Los datos mostrados por el informe son concluyentes: la superficie de terreno dedicada al cultivo de soja en la Amazonía ha aumentado 10 veces entre 2009 y 2019. Algo coherente con las estimaciones de la FAO, que muestra cómo, mientras la superficie para ganadería se ha mantenido estable en Brasil desde el año 2000, las tierras destinadas al cultivo de soja, maíz y caña de azúcar —los cultivos más demandados para la fabricación de combustibles— han crecido en 23, 6,4 y 5,2 millones de hectáreas, respectivamente.
Paradójicamente, ese aumento de la superficie de tierra cultivada no se está empleando para producir alimentos que satisfagan las necesidades alimentarias de personas y animales, como pone de manifiesto el hecho de que las áreas dedicadas al cultivo de arroz o leguminosas ocupan hoy 3,6 millones de hectáreas menos que en 2000.
Por otro lado, la fuerte demanda de cultivos alimentarios para producir carburantes ha provocado importantes subidas en los precios de los aceites vegetales, que alcanzaron un máximo histórico en 2021. La presión sobre una materia prima como la soja genera aumentos inmediatos en el coste de otras materias primas, como aceites vegetales, cereales o productos lácteos.
Intensificada por la guerra en Ucrania, esta situación se traduce en un aumento de los niveles de inseguridad alimentaria en numerosos puntos del planeta: según el Programa Mundial de Alimentos, el número de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda ha pasado de algo más de 200 millones en 2019 a 345 millones a día de hoy.
Paralelamente, la destrucción de ecosistemas para el monocultivo de la soja tiene efectos nefastos sobre la vida en espacios de enorme riqueza natural. Según el estudio de Transport&Environment, se calcula que el jaguar ha perdido en torno al 50 % de sus hábitats originales como consecuencia de la deforestación de la Amazonía. Igualmente, en el informe miembros de comunidades indígenas denuncian situaciones de hostigamiento para abandonar sus territorios, incendios provocados, rociamiento de comunidades con pesticidas o contaminación de sus aguas, entre otras agresiones por parte de la industria.
Para frenar todos estos impactos, el estudio apunta a una serie de recomendaciones políticas para la UE, inmersa en el proceso de revisión de la Directiva de Energías Renovables. En opinión de Pablo Muñoz, portavoz de la campaña de biocombustibles de Ecologistas en Acción, “la UE puede y debe frenar el daño que la expansión de la soja está provocando en Brasil y otros puntos del planeta. Para hacerlo, la Comisión y el Consejo deben simplemente apoyar la propuesta del Parlamento Europeo de abandonar en 2023 el aceite de palma y de soja para producir combustibles”.
Algo que aplica igualmente a los Estados miembro individualmente, según recuerda el portavoz ecologista: “España debe sumarse a otros países de la UE que ya han decidido abandonar tanto la palma como la soja. Seguir quemando alimentos en nuestros depósitos no tiene ninguna justificación, como tampoco la tiene seguir deforestando y agravando la crisis climática que nos afecta”.
https://www.ecologistasenaccion.org/212288/el-aumento-de-la-demanda-de-aceite-de-soja-para-combustibles-amenaza-con-colapsar-la-amazonia-brasilena/
Fuente: https://rebelion.org/740752-2/
Podríamos atribuir a Bolsonaro en exclusivo la desertificación pero el responsable fundamental es el capitalismo sea su gestión de la derecha explícita sea la progresista.
Brasil y Bolivia concentran el 90% de la deforestación y degradación de la Amazonia
Según una investigación, dada a conocer por la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, el bosque tropical más grande del mundo se encuentra a puertas de la “destrucción irreversible del ecosistema”
5 de septiembre 2022
Por Andrés Rodríguez
La Amazonia se encuentra inmersa en una crisis o punto de no retorno debido a las altas tasas de deforestación y degradación. Esta situación no es un escenario futuro, sino un estado ya presente en algunas zonas de la región. Países como Brasil y Bolivia concentran el 90% de la deforestación y degradación combinadas, entendidas como perturbaciones en el bosque. Como resultado, la sabanización, proceso que lleva a un ecosistema a convertirse en llanuras con pocos árboles o muy distanciados entre sí, ya se está produciendo en ambos países, de acuerdo conel informe La Amazonia a contrarreloj: un diagnóstico regional sobre dónde y cómo proteger el 80% al 2025, dado a conocer este lunes, en Lima, Perú, en la V Cumbre Amazónica de Pueblos Indígenas, organizada por la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).
La investigación, dada a conocer por líderes indígenas amazónicos e investigadores, aborda la problemática a nivel nacional en los nueve países de la cuenca y evidencia que el 34% de la Amazonia brasileña ha entrado en un proceso de transformación, al igual que el 24% de la Amazonía boliviana, seguido por Ecuador con el 16%, 14% en Colombia y 10% en Perú, que son los países con mayores índices. Asimismo, la sabanización ya es una realidad en el sureste de la región, principalmente en Brasil y Bolivia. Ambas naciones comparten las invasiones o avasallamientos como causa central de la deforestación. Esta problemática pone en el centro de las soluciones a los Estados y sus marcos legales.
La Amazonia se encuentra a puertas de la “destrucción irreversible del ecosistema” debido a las altas tasas de pérdida y perturbación de la selva que, combinadas, ya alcanzan el 26% de la región. Sin embargo, el 74% restante, 629 millones de hectáreas de áreas prioritarias siguen en pie y requieren protección inmediata. La Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) conceptualiza a la Amazonía como un ecosistema integral que cubre un área de investigación de 847 millones de hectáreas. “Sin saberlo, comemos, nos transportamos y nos vestimos con productos que destruyen a la Amazonía. No podemos darnos el lujo de perder una hectárea más. El futuro de la Amazonía es una responsabilidad de todos”, dijo Alicia Guzmán, representante de Stand.Earth, una de las coordinadoras que forma parte de la coalición “Amazonia por la Vida”.
Según el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales, dependiente de la Agencia Espacial Brasileña, en los últimos 30 días se registraron vía satélite 31.513 alertas de incendios en la Amazonia, convirtiendo al pasado agosto en el peor desde 2010, cuando las quemas ascendieron a 45.018 en todo el mes. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sugirió que el incremento de los incendios fue causado por eventos naturales o por las comunidades indígenas, según dio a conocer en una entrevista con Globo TV el pasado 22 de agosto.
“En Brasil somos testigos de un Gobierno con una política de Estado frontalmente antiindígena que intenta, de todas las maneras posibles, legalizar lo ilegal. La destrucción y codicia desenfrenada a nuestros territorios ancestrales, nuestra Amazonia, en el norte del país, es la cara visible de la histórica violación de derechos a los que nosotros estamos sujetos hace décadas”, dijo Nara Baré, ex coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña.
Según el mismo informe, desarrollado desde 2021 por la RAISG—con datos desde 1985 a 2020—, la industria ganadera es la mayor impulsora de la deforestación en la Amazonia. La deforestación causada por la ganadería en la selva amazónica representa casi el 2% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) anualmente.La mayor parte de la actividad ganaderaen el mundo tiene lugar en Brasil.
La investigación también señala que el 66% de la Amazonia está sujeta a algún tipo de presión fija o permanente. Apunta a que donde hay fuerte presencia estatal se presentan amenazas y presiones o impulsores “legales” y en sitios donde la presencia gubernamental es débil, se presentan impulsores “ilegales”.Los territorios indígenas y áreas protegidas no están almargen de esta realidad. “Los bloquespetroleros, centrales hidroeléctricas yminas se planifican a lo largo y ancho de la Amazonia. Los marcos legales vigentes generan condiciones para que los Estados concesionen licencias en bosques intactos o territorios indígenas sin el consentimiento libre previo e informado de las poblaciones que habitan la región”, señala el documento.
Otro dato que no es menor, presente en el informe, es que entre 2015 y el primer semestre de 2019, 232 líderes comunitarios indígenas fueron asesinados en la región en disputas por la tierra y recursos naturales. En 2020, esta tendencia se mantuvo. Mientras que, en 2021, un tercio de todas las violaciones registradas en las Américas fueron contra defensores de los derechos ambientales, territoriales y de los pueblos indígenas. Debido a la alarmante situación de violencia en la región, el pasado julio, el Parlamento Europeo ha adoptado una resolución que condena las políticas de derechos humanos del presidente brasileño y denuncia la creciente violencia contra defensores, indígenas, minorías y periodistas en Brasil, incluido el asesinato de Dom Philips y Bruno Pereira.
“Existe una correlación directa entre la destrucción de nuestro hogar y los asesinatos a líderes y lideresas indígenas, defensores de nuestros territorios. Hemos corroborado que el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas de la cuenca amazónica es una solución urgente para salvaguardar el 80% de la Amazonia. Debemos actuar todos en unidad, y debemos hacerlo antes de 2025″, dijo José Gregorio Díaz Mirabal, líder indígena y coordinador general de la COICA.
Fuente: https://elpais.com/america-futura/2022-09-05/brasil-y-bolivia-concentran-el-90-de-la-deforestacion-y-degradacion-de-la-amazonia.html
La expropiación y el consiguiente acaparamiento de tierras por quienes dominan al sistema mundo capitalista y a sus locales no se detiene pese a generar ecocidios y genocidios. Su criminalidad de lesa naturaleza y lesa humanidad desde 2019 se ha agravado al usar incendios para adueñarse de tierras de los bosques nativos y las selvas. En Colombia, el sistema mundo capitalista junto a su local avanza planificando esos incendios y nos muestra que los incendios en Argentina forman parte de ese plan capitalista e imperialista, como inferimos del Plan Colombia.
Concentración y centralización capitalista
Comprobemos cómo la criminalidad de lesa humanidad es esencial al capitalismo a lo largo de su existencia de siglos. Atendamos a:
Mireille Fanon , hija del célebre intelectual y revolucionario Frantz Fanon, se ha consolidado como una destacada intelectual y activista de derechos humanos a lo largo de su carrera. Como presidenta del Grupo de Expertos de las Naciones Unidas para Afrodescendientes, ha influido de manera significativa en el discurso global sobre la igualdad y la justicia racial. Recientemente, pronunció un discurso en la Escuela de Invierno sobre Decolonialidad 2024, organizada por la Universidad de KwaZulu-Natal en Durban, Sudáfrica.
En este contexto, abordó temas cruciales como la situación en Palestina y Haití, enfatizando la vigencia del pensamiento de Frantz Fanon para comprender y enfrentar las complejidades de nuestra actualidad y las luchas por la autodeterminación y la justicia social.
Pensamiento decolonial en tiempos de genocidio
16 de octubre de 2024
Por Mireille Fanon Mendes
Estoy utilizando parcialmente un artículo escrito unos días después del 7 de octubre, antes de que el genocidio perpetrado contra el pueblo palestino alcanzara las cifras que conocemos hoy, y antes de que el régimen sionista convirtiera su guerra colonial en una guerra regional.
Además de la destrucción sistemática de la Franja de Gaza, se ha orquestado una nueva arma de destrucción masiva por los criminales ocupantes-colonizadores, que podría pasar por invisible: el hambre mantenida por quienes deciden qué se permite ingresar a este territorio, cercado por las garras homicidas de un estado que afirma bloquear la barbarie en nombre de la democracia. Los cuerpos se hunden bajo los escombros, otros quedan heridos de por vida; otros agonizan en medio del hambre.
Es, de hecho, una guerra de exterminio en el sentido en que la entiende Raphaël Lemkin (1944): “Un acto de genocidio dirigido contra un grupo nacional como entidad, y los actos en cuestión están dirigidos contra individuos, no como individuos, sino como miembros de su grupo nacional”
Pero todos los aliados de Israel, liderados por EE.UU., objetan el uso de la palabra exterminio. Dicen que el Estado de Israel tiene derecho a defenderse.
El llamado es a luchar por la democracia contra la barbarie; sea cual sea el precio a pagar en términos de dignidad y derechos fundamentales, incluido el derecho a la vida. Fue necesaria la palabra del Estado sudafricano para finalmente poner el término apropiado a esta masacre en vivo, que se exhibe cada noche en las pantallas de televisión de todo el mundo, y desde entonces Sudáfrica ha sido el blanco de ataques y amenazas. No es irrelevante considerar por qué un país que fue víctima de negrofobia durante la época del apartheid debería levantarse y utilizar las normas de jus cogens para denunciar el crimen cometido contra la vida palestina.
Cuán orgullosos estábamos de seguir las audiciones en vivo y ver a nuestros hermanos y hermanas de Sudáfrica acusar a los criminales que representan la democracia del mundo blanco. Un gran momento. El mundo blanco ha inculcado tanto en la mente colectiva de la humanidad, desde la trata transatlántica, la esclavitud y la colonización, que una vida negra no vale nada, al igual que una vida árabe. ¡Cuidado con aquellos que se oponen a tal mantra!
Esto se refleja, entre otras cosas, en la negativa del mundo blanco a rendir cuentas por los crímenes cometidos contra millones de africanos desarraigados de su continente durante más de 4 siglos, y contra miles de indígenas exterminados para corroborar la narrativa propagada por los colonizadores: una tierra sin pueblo – una tierra vacía de pueblo. Esta mentira nunca ha dejado de ser pronunciada, ya sea en Palestina, en el Sahara Occidental, en las colonias francesas de Martinica, Guadalupe, Guayana Francesa, Kanaky, Reunión, y varias más. Países soberanos e independientes despojados de sus recursos naturales, como la República Democrática del Congo, Senegal y muchos otros.
Lo principal era asegurar que ninguno de estos crímenes pudiera destronar el crimen de todos los crímenes, el del genocidio, para el cual se acuñó este término único. El supremo agravio sería que se utilizara para otros crímenes cometidos por blancos contra negros o árabes. No, este término debe permanecer para designar el crimen cometido por blancos contra blancos. Nada puede o debe disminuir esta supremacía en el horror.
En 1951, los afroestadounidenses se lo señalaron a la ONU “Sobre nosotros pesa el genocidio” (Civil Rights Congress, 1951) por la esclavitud. La ONU nunca respondió, lo que demuestra, para aquellos que aún dudan, hacia dónde se inclinan las Naciones. Debería incluso señalarse que el hombre que había dado al mundo occidental el término “genocidio” se pronunció en contra de esta petición argumentando que “Estas acusaciones son una maniobra de distracción diseñada para desviar la atención de los crímenes de genocidio perpetrados contra estonios, letones, lituanos, polacos y otros pueblos sometidos por los soviéticos” (William Patterson, 1951). Entonces las organizaciones afroestadounidenses decidieran establecer un Tribunal del Pueblo para dictaminar si la captura, esclavización y segregación transatlántica constituían genocidio. A pesar del veredicto indiscutible de los jueces, la ONU, los medios de comunicación y la mayoría de los políticos permanecen en silencio. El concepto de genocidio no puede concernir a las vidas negras, las vidas indígenas o las vidas árabes.
El término genocidio se niega a los crímenes cometidos contra pueblos y cuerpos reducidos a la esclavitud y/o colonización y colonialismo. Este crimen perpetrado es parte integral de los cimientos del sistema capitalista, y para que ese sistema perdure, este crimen debe permanecer en el subconsciente, ignorado, perdonado, asumido por las propias víctimas y ahora por todos los descendientes de esta historia. El sistema de dominación liberal solo les concederá memoria, que, por supuesto, se declinará según el deseo de los dominantes y, sobre todo, el equilibrio de poder en juego.
Por lo tanto, es natural concluir que, para estas poblaciones, las relaciones de poder político prevalecen sobre la ley, particularmente cuando se trata de derecho internacional y derecho internacional humanitario, que se establecieron para regular las relaciones de poder; Sin embargo, en el contexto colonial del que nunca nos hemos ido, estas normas son confiscadas, manipuladas e instrumentalizadas por los poderes blancos dominantes, de modo que se reducen a un conjunto de normas paradójicamente imperativas. Más preocupante es que son prácticamente desconocidas para el pueblo, que las considera inalcanzables y no las ve como un palanca política para resistir.
Sin embargo, millones de personas, movilizadas en apoyo del derecho de Palestina a resistir la ocupación ilegal de su país, continúan pidiendo un alto el fuego inmediato, mientras piden a la Corte Penal Internacional que tome este crimen de genocidio lo antes posible. Ellos llevan consigo la dignidad humana que falta desesperadamente en aquellos que utilizan este sistema para prohibir con el fin de destruir y dominar mejor. Pero hay quienes eligen amar al otro, reconocer la dignidad y respetar la alteridad, renunciando a su posición para no ser cómplices del genocidio, como Craig Mokhiber, ex director de la oficina de Nueva York del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien dejó su cargo para protestar contra las Naciones Unidas por fallar en su deber de prevenir lo que describe como “El genocidio de los civiles palestinos en Gaza bajo el bombardeo israelí”; también menciona a los Estados “totalmente cómplices en este horrendo asalto”, incluidos Estados Unidos, el Reino Unido y gran parte de Europa.
Si en la Carta de la ONU se reconoce el derecho de un Estado agredido a defenderse (Artículo 51), no se reconoce el derecho a utilizar fuerza desproporcionada, como sucede actualmente con el Estado colonizador, Israel. El principio de proporcionalidad introduce el hecho de que una acción no debe ser más devastadora que el daño ya sufrido. Sin embargo, en su respuesta, el Estado de Israel ha optado por la violencia indiscriminada, violando el principio de proporcionalidad y actuando ilegalmente, ya que no respeta ningún equilibrio entre el objetivo – salvar a los rehenes – y los medios empleados, que tienen como único objetivo hacer de Gaza un lugar inhabitable para todos los palestinos. El objetivo: eliminar a la mayor cantidad de ellos posible, sin importar si se sacrifican rehenes en el proceso; Hamas debe ser erradicado en nombre de “su” democracia. ¡Y muchos Estados los siguieron en esta masacre!
¿Qué autoriza entonces a este Estado a desestimar el principio de proporcionalidad al violar las normas y principios de la guerra? ¿Acaso la noción de principio no cubre solamente la necesidad de optimizar valores e intereses, mientras que las normas y reglas a menudo se presentan como de naturaleza ontológica? ¿No prevalece el principio de proporcionalidad sobre las reglas y normas, especialmente cuando un primer ministro afirma que Hamas debe ser eliminado, y a cambio recibe el respaldo de toda la comunidad internacional, y en particular de sus seguidores que, al igual que él, se oponen a la barbarie? En ese momento, le resulta fácil decidir sobre la cuota de esta proporcionalidad. Y es en este punto donde debemos cuestionar el papel desempeñado por varios Estados occidentales, en su incapacidad de pensar en la guerra librada contra Palestina desde la creación forzada del Estado de Israel, como algo distinto al precio que hay que pagar por el crimen cometido por los blancos contra otros blancos de religión judía. Esta culpabilización se ha convertido en un principio, una regla, una norma que a veces vale más que el jus cogens (derecho obligatorio) , hasta el punto en que quienes la reclaman han perdido el significado de las palabras, confundiendo deliberadamente, entre otras cosas, el antisemitismo con el antisionismo.
Por parte de muchos países occidentales, hay una manifiesta voluntad de mentir, de falsificar narrativas, de ser cómplices en la comisión de crímenes indescriptibles. Ninguna palabra podrá describir jamás este genocidio, que lleva consigo toda la duplicidad, arrogancia, venganza e inhumanidad del mundo blanco, que se siente amenazado en todas partes por la aparición de aquellos a quienes ha invisibilizado, asesinado y silenciado, considerándolos como No-Seres que ahora reclaman dignidad, humanidad y responsabilidad.
La deshumanización de los cuerpos considerados como no pertenecientes a quienes los habitan no es nada nuevo. ¿No fue así como los autoproclamados “descubridores”, y los reinos a los que pertenecían, resolvieron la cuestión de una mano de obra forzada afirmando que tanto los pueblos indígenas como los africanos no tenían alma? Esto permitió al poder colonial arrancarlos de su continente, ejecutarlos sumariamente y, sobre todo, considerarlos como cosas.
Con Palestina, se está implementando el mismo paradigma de dominación colonial sobre los cuerpos, que es respaldado por todos los amigos de este Estado asesino. Aseguran que están luchando contra la barbarie, asegurándonos que son solo animales, obligándolos a soportar un desplazamiento forzado eterno, privándolos de toda posibilidad de satisfacer sus necesidades básicas, y, finalmente, dejándolos morir de hambre.
No hay nada nuevo bajo el sol de la democracia imperial, sostenida por un sistema capitalista mortal que decide quién vive y quién muere, mientras que los medios de comunicación principales se utilizan para proporcionar argumentos que convenzan a cualquiera que escuche de que no hay alternativa para salvar al mundo blanco.
Si algún país puede dar cuenta de estos poderes hegemónicos, es Haití. Desde que adquirió la independencia a costa de una lucha contra el colonizador y dueño de esclavizados, este último tuvo la osadía de cobrar el precio de esta liberación. La imposición de una deuda ilegal por parte de Francia no es suficiente, se necesita más. Luego, los Estados Unidos ocuparán esta primera República negra y se llevarán todo el oro de los bancos de Haití. Pero eso no es suficiente: los antiguos colonizadores participarán en la elección de presidentes, fomentando la corrupción y el surgimiento de las pandillas que hoy han llevado al país a la parálisis. Esta es una buena oportunidad para que el poder colonial se apodere de lo que considera su pertenencia. Para los dominantes, la liberación de Haití fue un error, debe ser devuelta al imperio hegemónico. Haití está en llamas y sangre, y la ONU se deja instrumentalizar por los poderes blancos que la crearon para sus propios intereses, como un caballo de Troya en la lucha por la independencia de países que aspiran a su emancipación.
Incluso la supuesta ayuda debe ser cuestionada. Por el momento, la ONU actúa de acuerdo con los deseos de los “amigos” de Haití (EE.UU. y los países centrales), quienes quieren que las pandillas pongan fin a sus actividades deleznables y asesinas, porque les impiden tomar el control de lo que queda de los recursos naturales del país y, sobre todo, limitan el tráfico de drogas desde Colombia hacia EE.UU. y Europa. Así que una brillante idea estaba germinando en estas mentes nubladas por la colonialidad del poder: enviar una fuerza policial liderada por Kenia para combatir a las pandillas y restablecer “la seguridad y el orden”, un lema eminentemente colonial. Negros contra Negros; así, si se comete un crimen masivo, los blancos no serán ni cómplices ni responsables. Organizan lo indecible y se lavan las manos, como en Ruanda. Continúan acumulando ignominia, violando el derecho de los pueblos a la autodeterminación y la soberanía política. Debemos cuestionar enérgicamente la ayuda enviada por el poder imperial y movilizarnos con el pueblo haitiano, que rechaza firmemente esta intervención.
¿Serán abandonados, solos, para enfrentar a nuevos ocupantes, cuando sabemos que una de las claves para la emancipación de africanos y afrodescendientes es la emancipación decolonial de Haití?
¿Qué significa ayudar a Israel? Cuando los países ayudan a Israel suministrando componentes o municiones, como Estados Unidos, que en diciembre de 2023 envió más de 10,000 toneladas de rifles, más de 15,000 bombas y más de 50,000 piezas de artillería, o simplemente enviando sumas colosales de dinero para comprar todo el equipo militar que necesita, sabemos dónde están sus elecciones. Sin ser menos, Francia es el principal exportador de armas, componentes para drones, y aviones de reconocimiento, hacia Israel.
Al ayudar o asistir a este país en el genocidio en curso, en nombre de su derecho a defenderse, estos Estados son cómplices de la ocupación ilegal, la colonización, el apartheid y la limpieza étnica en Cisjordania, la Franja de Gaza e incluso respecto a los beduinos, sin mencionar los crímenes de guerra que se han cometido durante más de 70 años, violando todos los derechos humanos y los derechos de los civiles como lo garantiza la Cuarta Convención de Ginebra (sobre la protección de los civiles en tiempos de guerra), a pesar de numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la ONU (entre otras la Resolución 446 de 1979). Permítanme recordar que el pasado agosto marcó el 75 aniversario de la adopción de esta Convención. No tengo dudas de que se celebró con pompa y ceremonia, pero ¿No es este entramado normativo más que el resultado de una arrogancia de la que solo los representantes de la supremacía blanca tienen acceso?
Es importante señalar que los Estados no necesitan participar directamente en el acto ilícito; es suficiente que proporcione asistencia voluntaria a la realización de un acto ilícito o a la prolongación en el tiempo de este acto, y esto concierne a todos los Estados que favorecen a sus empresas para que firmen contratos de venta de componentes o armas al Estado israelí.
Cabe señalar que, en el caso del pueblo palestino y en relación con el acto internacionalmente ilícito de Israel, están en juego obligaciones consideradas “esenciales” para la “comunidad internacional en su conjunto”. En la década del 70, la Corte Internacional de Justicia falló en un famoso caso sobre este tema: “(…) Una distinción esencial debe ser hecha entre las obligaciones de los Estados hacia la comunidad internacional en su conjunto y las que surgen hacia otro Estado… Por su propia naturaleza, las primeras obligaciones conciernen a todos los Estados.
Dada la importancia de los derechos en cuestión, todos los Estados pueden ser considerados como teniendo un interés legal en la protección de esos derechos; las obligaciones en cuestión son obligaciones erga omnes” (CIJ; Arret Barcelona Traction, Recueil, 1979). Solo necesitamos pensar en la situación de Haití para entender que Palestina es el signo de una comunidad internacional incapaz de pensar en las relaciones políticas de otra manera que no sea de forma mortificante. Haití es para el mundo colonial lo que Palestina es para el Estado israelí colonial. En cualquier caso, los otros Estados deberían entender que lo que se puede infligir a estos países soberanos se infligirá a otros. La “regla de derecho” del sistema liberal hegemónico, racista y capitalista es la desregulación, la deslegitimación, la desestructuración y la muerte.
No hace falta decir que una de las consecuencias directas de un acto ilícito a nivel internacional es que todos los sujetos del derecho internacional están obligados reparar. La reparación, que implica la obligación de eliminar las consecuencias del acto ilícito internacional, aparece principalmente como un mecanismo para sancionar la violación del derecho internacional.
El principio de la obligación de reparar está profundamente arraigado en el derecho internacional. Según la Corte Permanente de Justicia Internacional, «el principio esencial que surge de la noción de acto ilícito… es que la reparación debe, en la medida de lo posible, borrar todas las consecuencias del acto ilícito y restablecer el estado que probablemente habría existido si dicho acto no se hubiera cometido…». Pero, una vez más, todo se basa en la noción de principio…
Voy a dejar de lado las referencias a los textos legales. Este desvío solo tiene sentido porque muestra cómo el derecho internacional y el derecho humanitario internacional también están atravesados por relaciones de poder e intereses. En un momento en que el mundo enfrenta múltiples crisis, el derecho internacional está en un coma profundo. Esto permite que Francia, cuando organizaciones presentan una denuncia por complicidad en la comisión de un acto ilícito al suministrar componentes militares al Estado de Israel, responda con total descaro: «circulen, acá no hay nada que ver», esgrimiendo la teoría de los actos de gobierno, es decir, que el procedimiento legal iniciado por las organizaciones no puede ser apelado ante un tribunal francés, ya que los actos en cuestión pertenecerían a la esfera política.
Esta referencia a la teoría de los actos de gobierno es una limitación al principio de legalidad, que es la base de cualquier Estado de derecho, y no respeta la obligación de respetar la jerarquía de las normas. Al actuar de esta manera, el Estado francés está reconociendo la ayuda que brinda a un Estado criminal y, por lo tanto, comprometiendo su responsabilidad internacional al facilitar la perpetración de genocidio.
Exigir reparaciones debería ser uno de los elementos que garanticen la emancipación de los pueblos y debe constituir el combate común de las fuerzas de ruptura que luchan contra la colonialidad del poder, que domina tanto el derecho internacional como el nacional. La dignidad de millones de personas y la soberanía de muchos pueblos están en juego; en particular, el pueblo palestino ya no puede tolerar que su soberanía sea usurpada por los defensores del orden mundial liberal, como sucedió, de alguna manera, en la época de la esclavitud.
La comunidad internacional y todas las instituciones internacionales deben comprender y admitir que el racismo que dicen combatir solo puede erradicarse si se “derriba” sustancialmente el paradigma de la dominación capitalista racista, lo que también implica luchar por los derechos decoloniales.
A través de las reparaciones, se busca poner fin a la perpetuación de un sistema de sumisión y explotación cuyo modelo fue impuesto a numerosos pueblos del Sur desde 1492 en adelante, y que todavía sigue alimentando las relaciones impuestas por la Modernidad y el Eurocentrismo, sin importar en qué nivel se manifiesten. Este equilibrio de poder se ejerce en relación con la tierra en estos países. ¿Quién la posee y qué derecho puede utilizarse para reclamarla cuando fue adquirida a través de la sangre y el robo?
Las reparaciones nos exigen redefinir el marco dentro del cual deben compartirse los derechos humanos y alejarnos de las referencias que han traído consigo crímenes de lesa humanidad, genocidio, robo, guerra… Por eso es interesante leer tanto la primera constitución francesa como la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Una afirma la libertad y los derechos iguales para todos los ciudadanos, los cuales ya habían sido garantizados por la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, mientras tanto millones de personas fueron dejadas de lado. Esclavizadas, fueron excluidas de todos los derechos, y es sobre esta segunda mentira que se construyó, por un lado, la nación francesa y, por otro, su reputación como la «patria de los derechos humanos». La otra, en la Declaración de Independencia de EE.UU., subraya que “sostenemos como evidentes (…) las siguientes verdades: todos los hombres son creados iguales, son dotados por el Creador de ciertos derechos inalienables; entre estos derechos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”. Sin embargo, la esclavización de todos los que ya estaban allí ni cesó ni se redujo entre esta declaración y la abolición final.
Más allá de la abolición, esta ideología de dominación continuó, luego los Estados Unidos promulgaron las leyes de Jim Crow (desde 1875 hasta 1964) que establecieron un nuevo orden social y luego un sistema judicial que aún hoy no castiga los crímenes cometidos contra jóvenes afroestadounidenses. De esta manera, se organiza la impunidad para las fuerzas del orden y se refuerza el racismo estructural, un elemento común a todos los antiguos países colonizadores.
Michelle Alexander, en su libro El Nuevo Jim Crow (2010), desarrolla la metáfora de las leyes de Jim Crow en relación con el encarcelamiento masivo como un medio de controlar, monitorear y castigar a los afroestadounidenses en lugar de implementar políticas sociales, culturales y políticas. Esto continúa, a través del encarcelamiento masivo, la privación de identidad que se introdujo con la esclavitud, luego con el colonialismo y el capitalismo liberal que no sabe qué hacer con todas las personas excluidas cuyo número sigue aumentando.
Este vínculo ontológico que sigue corrompiendo la percepción de lo que debería ser el ser humano proviene del poder que los europeos blancos impusieron a través de la instalación de un maniqueísmo moral basado en la aprehensión del ser humano a través de la ‘raza’. Esto se desarrolló a tal punto que fue a partir de esta creencia que se organizó el mundo social, impidiendo por todos los medios posibles que el hombre, apenas salido de su condición de esclavitud, pudiera cuestionar el mundo o convertirse en un agente de transformación de ese mundo, y mucho menos dejar de aceptar la inferioridad institucional en la que lo mantienen los dominantes. (…)
Consideremos las reflexiones finales de Mireille Fanon Mendes:
(…) Los dominantes terminaron alineando al mundo al construir, al final de la Segunda Guerra Mundial, un discurso sobre los derechos humanos, moral y compasivo, que daría origen a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. A pesar de este instrumento y de los muchos otros que le siguieron, incluidos los dos Pactos Internacionales de 1966, los condenados no han dejado de ser mantenidos en la alienación estructural. Los derechos humanos funcionan como un mandato paradójico; para ello, quienes detentan el poder, respecto de los pueblos, saben cómo utilizar este mandato contenido en el primer artículo común a los dos Pactos Internacionales, que establece el derecho de los pueblos a la autodeterminación. Palestina es el ejemplo perfecto de este mandato paradójica.
Es un mandato porque el mundo occidental, tras las aboliciones, nunca quiso cuestionar los aspectos inhumanos de la sociedad criminal en la que tuvieron lugar la colonización y la esclavitud. Se negaron, con pasión, a mirar la inhumanidad de sus acciones, y con un ardor irresistible hicieron todo lo posible para ocultar sus pensamientos mortales. Era necesario salvar los cimientos del capitalismo organizando la impunidad. Así es como, de manera bastante natural, estos dos crímenes continuaron a través del colonialismo, con la perpetuación de crímenes igualmente graves, que hoy se presentan bajo nuevas formas de neocolonialismo y liberalismo, de los cuales el sistema financiero y la militarización del mundo son los garantes. Por esta razón, los instrumentos que deberían tener un uso universal son solo ilusiones que permiten autorizar o justificar la violencia estructural y el racismo, los únicos medios encontrados para mantener el control sobre los colonizados y los condenados.
Así es como, a partir de la situación histórica del Caribe y particularmente de Guadalupe, Martinica o Guyana, si queremos pensar en la condición humana, en lo humano, en un hombre nuevo en el sentido defendido por Frantz Fanon, no nos queda otro camino que cuestionar el concepto hegemónico de lo humano arrastrado por siglos de esclavitud, colonialismo, obligación y sumisión.
Hay que reconocer que sólo cuando “la violencia que presidía la organización del mundo colonial”, como subraya Frantz Fanon, “(…) y que marcaba incansablemente la destrucción de las formas sociales indígenas, fuese demolida (…) los sistemas de referencia de la economía, los modos de aparición; serán reivindicados y asumidos por los colonizados en el momento en que, decidiendo ser historia en acción, la masa colonizada se precipitará hacia las ciudades prohibidas” (Los condenados de la tierra), podremos finalmente pensar en las condiciones que garanticen a los humanos vivir en una humanidad humana. El pensamiento humano está en el centro del universalismo y desde el cual debe entenderse este universalismo.
La primera obligación es descolonizar el discurso limitante y nunca efectivo sobre los derechos humanos y, en particular, aquel que se instauró desde las aboliciones. La libertad de los nuevos «liberados» se tradujo en el mantenimiento del orden establecido, la obligación de trabajar y el reconocimiento, sin objeciones, hacia la República emancipadora y, sobre todo, por la obligación de «olvidar» el pasado. Es el borrado de este pasado lo que está en juego en las diversas declaraciones y otros instrumentos normativos internacionales que apoyan medidas que hacen posible su restricción en diferentes áreas y contextos.
Sin olvidar que, al final de la esclavitud y del colonialismo, la justicia era una justicia aparte, y sobre todo al margen del derecho común, lo cual aún se puede observar en el Caribe, donde la tierra sigue perteneciendo a quienes la adquirieron mediante la violencia y el robo. No se trata de hacer estas Declaraciones más morales o más justas, sino de reflexionar, bajo el impulso de los condenados, sobre una nueva definición del ser humano basada en la percepción que los colonizados, los condenados, tienen de lo que debería ser la humanidad. De hecho, es toda la matriz colonial la que debe ser deconstruida para generar relaciones sociales libres de la referencia étnico-racial y para dar lugar a una humanidad pensada fuera de las líneas de fuerza impuestas por la Modernidad. Donde el hombre pueda relacionarse con el hombre donde quiera que esté, porque las condiciones decoloniales le permitirán escapar, colectivamente, de la zona del No-Ser.
* Presidenta de la Fundación Frantz Fanon.
Publicado originalmente en //.fondation-frantzfanon.com
https://www.pagina12.com.ar/775094-pensamiento-decolonial-en-tiempos-de-genocidio
también editado y en difusión desde
https://argentina.indymedia.org/
Alternativas emancipatorias
Partamos de dos comentarios a mi posteo sobre que los de abajo a la izquierda deberíamos entablar otras relaciones dentro de nuestras organizaciones y entre ellas mirando a ir creando democracia directa desde ahora.
Elena, tal vez me permitas opinar. Cuando era adolescente aprendí conceptos como la moral revolucionaria y la izquierda es corrupta, coimera y peor aún, explotadora de los más necesitados. Hay que comenzar de nuevo, abandonar ideologías occidentales desactualizadas y fracasadas, el mundo andino tiene conceptos solidarios, igualitarios, sin élites anquilosadas, para una humanidad plena
Lo que dice Nestor Omar Ruiz apunta correctamente a la formación de una izquierda teórica, organizativa e institucionalmente subordinada al mismo eurocenrismo impuesto por nuestras clases dominantes. «Comités Centrales», «Comités de Organización», «Congresos Partidarios», «Modernidad», «desarrollo»… La Tierra. el Aire y el Agua desaparecieron de las agendas urbanizadoras. En ese camino de un formato burocrático único se perdieron nuestras genuinas rebeldías decoloniales. Gracias Elena Cedrón.
Discutamos mi disenso con estos comentarios. Por un lado, irresponsabilizan a dirigencias e intelectuales de las izquierdas marxistas leninistas y trotskistas de haberse adaptado al capitalismo desde la implantación del neoliberalismo o único capitalismo existente a partir de los ‘70. Por otro lado, menosprecian la memoria revolucionaria sobre teorías-praxis que propulsaron la maduración de la imprescindible lucha de clases; la lógica dialéctica contra la asimilación mayoritaria de la lógica propia al Capital; y la concepción humanista tanto de otro mundo como de otra sociedad confraternales.
Hallamos fundamentos mejores para tal discrepancia en
Sergio Tischler*:
(…) Desmitificar la guerra revolucionaria
El EZLN desmitifica la guerra revolucionaria al desmitificarse a sí mismo. Parte de una premisa negativa de la guerra revolucionaria, y eso es algo extraordinario, nuevo.
En su discurso no existe un cierre simbólico-heroico de la guerra revolucionaria,
como existió y existe en otras organizaciones guerrilleras. Es como si dijeran: “Estamos aquí organizados de esta manera por una desgraciada necesidad, pero lo que queremos es crear condiciones para que no existamos nosotros en esta forma”. Es decir, que esa dimensión necesariamente instrumental-armada pueda
ser eliminada, para dar lugar a una política de otro tipo. Y ésta es una política de la desmitificación de la guerra revolucionaria.
Se podría decir que los zapatistas expresan la emergencia de una nueva constelación de la lucha de clases, en la cual la conciencia revolucionaria implica un proceso de desmitificación de las categorías revolucionarias. Esto es, en otro nivel, plantear que la revolución no se piensa en términos de categorías cerradas y sintéticas. Lo cual no presupone decir que lo que se hizo anteriormente estuvo mal. Eso sería pensar linealmente. Más bien, es hacerse cargo críticamente de la experiencia revolucionaria y sus expresiones más conspicuas, para superarlas. Es más: la crítica se hace cargo de las derrotas y fracasos de las experiencias revolucionarias. Sin eso no habría memoria revolucionaria.
La producción de memoria
En este tema no estaría mal anotar algunas cuestiones de otras experiencias revolucionarias. Por ejemplo, el caso guatemalteco.
A muy grandes rasgos, se puede decir que a partir de los Acuerdos de Paz que pusieron fin a la guerra, se ha dado un proceso de integración de los otrora militantes y guerrilleros al sistema. Esto, por supuesto, no es un fenómeno local. Pero lo que cabe destacar es la ausencia de crítica profunda y rigurosa de la experiencia revolucionaria. Esto ha dado lugar a que las luchas del pasado sean vistas como una suerte de infantilismo y de error que hay que superar.
La democracia, entonces, se percibe como una etapa madura del país.
El pasado ha quedado como un error que hay que olvidar, cuando lo cierto es que esas luchas han sido momentos condensados de voluntad de cambio y de libertad de acción para las clases explotadas. Con todos sus problemas, con todos sus errores particulares, es cierto. Pero no es ningún error el luchar contra la opresión y la emancipación social. Entonces, la cuestión sería rescatar esa historia del olvido en que está cayendo, pero no como nostalgia, sino como crítica, como parte del proceso actual de construcción de una subjetividad revolucionaria.
La otra manera es producir una subjetividad que se identifica con lo existente: los revolucionarios se convierten en organizadores de la democracia representativa y se
justifican diciendo: “aquello que hicimos fue un error”, o, lo peor, se ha llegado a plantear que la democracia representativa es una suerte de fruto maduro de una guerra donde hubo unos doscientos mil muertos y que esa es la contribución de la izquierda. Es una monstruosidad, ciertamente. Pero es también la derrota de una izquierda armada que no ha podido apropiarse revolucionariamente de su derrota. Sin memoria revolucionaria, pues. Porque la memoria, en este caso, no es lo mismo que el recuerdo heroico o nostálgico.
Entonces, buscar las raíces de esas derrotas es buscarnos a nosotros mismos, como revolucionarios. ¿Por qué? Yo tengo que buscarme a mí mismo, pero no puedo partir del olvido de los grandes eventos colectivos. (…)
Comprobemos cómo Sergio Tischler* explica la actualización de la memoria revolucionaria:
(…) Quizás porque es ya un ícono de la lucha guerrillera y de las letras guatemaltecas. ¿Cómo lo actualizo? ¿Cómo traduzco sus imágenes en imágenes dialécticas? Para eso tengo que introducir mi tiempo en su tiempo sin que este último desaparezca, porque retener su tiempo en mi tiempo es lo que
puede iluminar desde atrás el tiempo ahora. Él pensaba con ciertas categorías, que se plasmaron en imágenes. Para actualizar a Payeras necesito transformar esas imágenes en imágenes dialécticas; en otras palabras, pensarme en imágenes (dialécticas) que tienen las imágenes de Payeras como experiencia actualizada. Es
como que estuviera pensando mi superación a partir de él (una aclaración: cuando hablo en primera persona me estoy refiriendo a un hecho colectivo). Hasta cierto punto, así veo el esfuerzo de producción de memoria, como una actualización. Esto no implica la lógica lineal de la producción de historia en el sentido tradicional. Es producirnos a nosotros mismos a partir de la rebeldía de la insubordinación. Esto es fundamental.
Ahora bien, creo que el proceso llamado EZLN se mueve hasta cierto punto de esa manera. Abre la posibilidad de resignificar nuestras luchas como parte de una historia común de los de abajo. Dice algo así como que las luchas no son, sino que nosotros somos luchas. Discontinuas, puede ser, pero que en la colectivización de la memoria las hacemos presente condensado como
ruptura. Sin ese tipo de memoria, no somos más que abstracciones. Y este es un tema muy importante. La subjetividad dominante es abstracta y, por decirlo de alguna manera, “llena” el vacío de la abstracción con el fetiche y el mito. Por ejemplo, la pobreza es una categoría abstracta si la separamos de las relaciones sociales que la producen y del sujeto que la encarna. Pero también la pobreza puede plantearse a partir del mito de la redención en un más allá. (…)
Observemos cómo Sergio Tischler* aclara sobre la política del zapatismo.
Pero además de estas consideraciones generales, está el asunto de la estrategia revolucionaria. Para el EZ la estrategia no es una abstracción que hay que poner en la realidad y hacer que dicha realidad entre en aquella lógica. Por ejemplo, podemos decir que en un lugar existen campesinos o indígenas y que, por
su condición de pobres y explotados, se puede deducir que son
potencialmente revolucionarios que van a aceptar la interpelación revolucionaria que parte del foco guerrillero. Eso es relacionarse mecánicamente y deductivamente con la realidad social, como un grupo que conoce la lógica de ésta y que puede predecir sus tendencias gracias al conocimiento de dicha lógica.
Esto puede ser cierto, pero hasta cierto punto de abstracción. De alguna manera, ese tipo de relación fue la que condicionó que la guerrilla del Che en Bolivia resultara exógena a la historia de ese país.
De todos modos, el problema es que la estrategia revolucionaria es algo que no se puede resolver apelando a la abstracción teórica y a los modelos, haciendo a un lado la historia específica de las luchas y los modos concretos de la construcción del sujeto.
Para el EZ, nos parece, la estrategia revolucionaria es historia, historia a “contrapelo”, tomando el término de Benjamin. En otras palabras, es también memoria. No puedes hacer estrategia sin memoria. Por eso es que el zapatismo dice que no es ni siquiera un “modelo para armar”. Eso significa que la estrategia no es tiempo homogéneo sino tiempo ahora, que se mueve creando umbrales, y desde esos umbrales se crean nuevas realidades que generan nuevas situaciones de umbral.
En fin, estoy interpretando, y lo hago a partir de esa tesis que adelantamos que es la de la estrategia como despliegue horizontal del conflicto. Lo horizontal implica el umbral, y el umbral es la concentración crítica de la historia como lucha de clases. Es algo que surge cuando la certeza del Estado como sujeto y como mito revolucionario es cuestionada. Tienes que moverte en otra temporalidad, que es la temporalidad del sujeto revolucionario como sujeto autodeterminante irreductible a una forma organizativa hegemónica y homogénea.
Desmitificar la nación (…)
*libro Zapatismo, Reflexión teórica y subjetividades emergentes/ John Holloway; Fernando Matamoros Ponce; Sergio Tischler; compilado por Luciana Ghiotto y Néstor López. -2ª ed.-Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Herramienta; Puebla: Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2015
Fuente: https://www.herramienta.com.ar/files/9789871505470zapatismohollowayjohnsi-73004.pdf
Valoramos, superando estimaciones marxistas (de por lo menos un siglo atrás) bien fundamentadas en aquel presente-pasado sobre las religiones como opio de los pueblos, al:
Posicionamiento político sobre
transiciones energéticas
– Red Iglesias y Minería
La red latinoamericana Iglesias y Minería, luego de un proceso de profunda reflexión de la mano de las vivencias territoriales y el acompañamiento a los pueblos martirizados por el extractivismo y la desigualdad, emite un posicionamiento sobre la agenda de la llamada «transición energética» y sus impactos en las víctimas y los territorios.
La Red Iglesias y Minería es una red ecuménica, conformada por comunidades cristianas, organizaciones de fe, organizaciones populares y pueblos indígenas, que enfrentan al modelo extractivista minero. En esta situación de colapso climático, tenemos consciencia de la urgencia de retirar los combustibles fósiles de la matriz energética actual y de los sistemas de transporte. Pero, con este documento, queremos alertar sobre la ambigüedad y las amenazas de las llamadas “transiciones energéticas”.
La “transición” hacia una economía llamada “verde” exige un suministro constante y creciente de minerales críticos esenciales para promover la energía, los vehículos eléctricos, la transición digital, otras innovaciones tecnológicas y militares necesarias para su sostenibilidad, seguridad y mantener un tipo de “progreso” que favorece al Norte Global, pequeñas élites del Sur Global y China. Sin embargo, lo que llaman “energía limpia” causa una degradación ambiental significativa en el Sur Global, convirtiendo la mayor parte de la geografía mundial en territorios en disputa.
Recogiendo los sufrimientos y resistencias de los pueblos y territorios de América Latina impactados por la actividad minera, reconocemos que la transición energética se impone para sostener el modelo de desarrollo neoliberal extractivista y los niveles de consumo de los países y poblaciones de mayores ingresos, a costa del despojo territorial, la pérdida de vidas humanas, de biodiversidad, de ecosistemas y de fuentes de agua. Todo ello es consecuencia de un colonialismo histórico aún vigente en nuestros países. Por ello, sentimos la necesidad de pronunciarnos frente a las falsas soluciones que se presentan para hacer frente a la crisis climática.
La transición energética: una nueva agenda de imposición neo colonial que no transforma estructuras de desigualdad.
Cuestionamos la imposición en la agenda global de la llamada “transición energética”, propuesta por corporaciones, empresas y gobiernos, desde la perspectiva del Norte Global, ya que se centra en la mitigación del carbono y en la necesidad de la descarbonización, pero ignora la urgencia de una transformación sistémica más amplia. En realidad, solo busca rediseñar el capitalismo como «verde». El modelo neoliberal extractivista no busca superar la desigualdad en el acceso, la distribución y el consumo de los pueblos indígenas u originarios y poblaciones empobrecidas y de mayor vulnerabilidad.
Por ello, como Red, consideramos que no podemos hablar de “transiciones” que solo plantean cambios dentro del modelo, debemos hablar de una verdadera “transformación”, que plantee modificaciones estructurales hacia un cambio de modelo.
La estrategia de la agenda de “transición energética” prioriza la estabilidad económica de sus propios intereses, buscando el dominio y el suministro seguro de minerales críticos esenciales para industrias como la tecnología, la manufactura, la industria militar y la energía en el Norte Global. Los esfuerzos del Norte para mitigar el cambio climático revelan una alta dependencia del consumo de energía y su papel destacado en la implementación de tecnologías supuestamente de baja emisión, mientras que gran parte de la extracción de estos bienes comunes (llamados recursos esenciales por el capitalismo) y sus impactos ocurren en el Sur Global.
Es urgente y un deber ético romper el mito de la “energía limpia” porque no lo es: desde la extracción de los metales críticos hasta la fabricación e instalación de los artefactos captadores y almacenadores de energía, los territorios se contaminan y depredan a perpetuidad.
Y a su vez porque no tenemos energía suficiente para este modelo, ni tenemos bienes comunes suficientes para las “transiciones” que se nos imponen. Por ello, debemos repensar la relación con la naturaleza como elemento vital de nuestra casa común, no como “recurso”, y con los pueblos ancestrales que la habitan, que han logrado mantener una relación fraterna con ella, que es la que necesitamos recuperar.
Territorios en el Sur Global siguen siendo víctimas del despojo, violencia y violaciones de derechos.
Los impactos ambientales y las violaciones de derechos humanos, criminalización, corrupción y crimen organizado están intrínsecamente asociados a la extracción de minerales como cobre, litio, cobalto y las llamadas tierras raras y afectan los territorios de los pueblos entregados por los Estados a las empresas mineras. Todo ocurre en un contexto de profunda ilegitimidad e impactando de modo exacerbado en la vida de las mujeres que padecen en sus cuerpos los flagelos ambientales y sociales que estos proyectos de muerte traen consigo.
La falta de evaluación del ciclo de vida en la electrificación de sectores como el transporte, y la ausencia de infraestructura para gestionar la eliminación de materiales, plantea nuevas preocupaciones ambientales. A esto se suman las campañas de desinformación o incluso engañosas sobre la realidad de la minería, que promueven falsas soluciones climáticas y minimizan sus impactos sobre los derechos humanos, el ambiente y la crisis climática.
La llamada “necesaria transición climática” se usa para justificar más explotación minera, la necesidad de zonas de sacrificio, buscando “acaparar” los territorios desde el Estado. Los gobiernos de turno generan un andamiaje legal que beneficia solo a las empresas mineras y al relato de generación de supuestas “energías limpias”, que solo favorecen el extractivismo y las “transiciones”, agudizando el cambio climático con el consecuente cambio de uso de los suelos.
Por todo ello, es importante superar la implementación de acciones neocoloniales en la política climática, tales como el aumento del control sobre los bienes comunes de la naturaleza (mal llamados recursos) en el Sur Global, el desplazamiento y la alteración de los ecosistemas.
Estamos ante un gran desafío en relación con la crisis climática, y uno de los caminos a seguir para enfrentarla es desmantelar las narrativas de las falsas soluciones de las “transiciones energéticas”, que no consideran la cuestión climática desde una perspectiva integral. Es necesario abrir el debate sobre la solución de temas estructurales para abordar de manera holística las diversas crisis que vivimos que agudizan la cuestión climática, de lo contrario seguiremos en lo mismo. Para ello es necesario hablar de “Transformaciones socioecológicas, políticas y culturales”, “no globales, sino universales”, como ha planteado el Papa Francisco a los movimientos populares.
Ninguna transformación puede gestarse a partir de un proyecto “globalizante” impuesto desde el Norte Global -incluida China, para su propio beneficio-, al resto de la población mundial, desconociendo la forma de habitar los territorios de los pueblos indígenas, que se ven obligados a convivir con proyectos de muerte, que invisibilizan la cultura, la cosmovisión y la identidad de los Pueblos del Sur Global.
Esto es lo que ocurre con las “transiciones energéticas” que aprovechan la necesaria y urgente atención a la cuestión climática, para convertirla en una oportunidad de negocio, generando mayor extractivismo minero, zonas de sacrificio y con ello la agudización de la crisisclimática, lo que no importa una solución.
Buscar respuestas estructurales junto a las comunidades que promueven alternativas al desarrollo capitalista.
Se trata también, de una disputa cultural, donde la narrativa del modelo neocolonial del progreso, del desarrollo, de la prosperidad, busca imponerse sobre la forma de vida de los pueblos tradicionales, de sus relaciones espirituales y sus modos de vida alternativos al modelo de consumo imperante.
Es necesario que estos procesos sean “universales” como los derechos: de todas y todos, para todas y todos, y sobre todo “con todas y todos”. Toda transformación de estructuras necesita venir desde la escucha de aquellas comunidades que luchan contra la expansión del capitalismo en sus territorios y que se ven arrasadas por ésta.
Son fundamentales los agentes de cambio que buscan el bien común y el buen vivir, y que requieren fortalecer sus redes para promover la necesaria transformación con sus alternativas al desarrollo, con sus saberes. Desde el Sur Global junto a los afectados que también se encuentran en el Norte Global, priorizando vivir una vida con “sobriedad feliz” a la que nos llama el Papa Francisco en la Encíclica Laudato Sí, con énfasis en el Norte Global.
Son necesarios enfoques amplios que cuestionen el sistema económico y busquen soluciones colectivas centradas en los derechos humanos y de la naturaleza. Es necesario superar el interés estratégico del Norte Global, que busca mantener un suministro confiable de materias primas para apoyar su control sobre la innovación y el progreso tecnológico al servicio de sus objetivos y estilo de vida.
Los organismos multilaterales y los países de origen de las empresas en el Norte Global, inciden en la modificación de los marcos normativos en el sur global para facilitar la extracción minera para favorecer la demanda de la transición energética.
Para enfrentar estos desafíos, es fundamental una colaboración global dentro de un multilateralismo desde las bases, con los Pueblos Indígenas y Originarios, Comunidades Tradicionales, Campesinas y Periféricas, Comunidades de Fe, Movimientos Sociales, ONGs y Academia, dentro del sentir de las luchas y experiencias del Sur Global.
En resumen, la Red de Iglesias y Minería y sus miembros, en diálogo con los movimientos, organizaciones sociales, pueblos indígenas y ancestrales desde sus territorios y la academia, apoyan activamente la construcción de un cambio hacia una economía post-extractivista, que se aleje de la reconfiguración del capitalismo como “verde’ y de la dependencia de la extracción de bienes comunes como la minería y el petróleo. Esta transformación requiere cambios estructurales, económicos, culturales, políticas sostenibles con amplia participación social e instituciones que respeten los límites y ciclos de la naturaleza, con redistribución de la riqueza y combate de las desigualdades.
Asimismo, ello requiere la promoción de alternativas desde los saberes y prácticas ancestrales, como la agroecología y la agricultura familiar, el turismo responsable y comunitario, la producción local, la democracia de base y el conocimiento, alineados con los principios del “Buen Vivir”, cuyos valores están arraigados en las culturas indígenas y sus cosmovisiones, la diversidad ecológica, social y cultural.
Además, aprendemos que los conflictos con la minería resaltan la necesidad de considerar la importancia de los territorios. Las Iglesias, en muchos lugares, junto con movimientos sociales y comunidades, apoyan el establecimiento de “Territorios Libres de Minería», donde se lucha por el “Derecho a Decir No”, para rechazar las actividades extractivas que destruyen su tierra, cultura, vidas y medio ambiente.
Y es por eso que desde la Red asumimos la perspectiva y cosmovisión de los pueblos ancestrales: la filiación universal fundada en reconocer Madre a la Tierra = Pachamama. Donde la Energía es principio de vida gratuitamente ofrecido y compartido a través de los procesos de fotosíntesis, de cultivo, de engendrar, parir, cuidar y criar la vida, humana y no humana. Pensar y sentir la energía en clave de amor y don fundante, nos responsabiliza como especie: se nos convoca a despertar la dimensión espiritual que nos hace sensibles a la solidaridad, la justicia y la fraternidad.
Como Red y en fidelidad a nuestra trayectoria, seguimos esperanzados en retroalimentar nuestras reflexiones en un tema que nos desafía por su complejidad y alcance intergeneracional.
RED IGLESIAS Y MINERÍA
Fuente: https://iglesiasymineria.org/2025/02/19/posicionamiento-politico-sobre-transiciones-energeticas-red-iglesias-y-mineria/
Apreciamos a la Red Iglesias y Minería que, pese a confiar en el Papa Francisco que bloqueó el Llamado de Yakarta de la Vía Campesina y desvió a los movimientos sociales del mundo hacia reclamar derechos respectivos, “luego de un proceso de profunda reflexión de la mano de las vivencias territoriales y el acompañamiento a los pueblos martirizados por el extractivismo y la desigualdad, emite un posicionamiento sobre la agenda de la llamada «transición energética» y sus impactos en las víctimas y los territorios”.
Destacamos no sólo su metodología de diálogo sino también sus objetivos. En efecto, señala:
“Esta transformación requiere cambios estructurales, económicos, culturales, políticas sostenibles con amplia participación social e instituciones que respeten los límites y ciclos de la naturaleza, con redistribución de la riqueza y combate de las desigualdades.
Asimismo, ello requiere la promoción de alternativas desde los saberes y prácticas ancestrales, como la agroecología y la agricultura familiar, el turismo responsable y comunitario, la producción local, la democracia de base y el conocimiento, alineados con los principios del «Buen Vivir», cuyos valores están arraigados en las culturas indígenas y sus cosmovisiones, la diversidad ecológica, social y cultural”.
Se contrapone a los progresismos que desde el Pacto Ecosocial e Intercultural del Sur sólo pretenden transición justa y popular o sea humanización del neoliberalismo. Por ejemplo, su Manifiesto plantea:
(…) el pago de la deuda ecológica. Esto significa, ante la responsabilidad desproporcionada del Norte Global por la crisis climática y el colapso ecológico, la implementación real de un sistema de compensación al Sur global. Este sistema debe incluir una considerable transferencia de fondos y tecnología apropiada, y debe conllevar la cancelación de la deuda soberana para los países del Sur. Apoyamos una política de reparaciones por las pérdidas y daños sufridos por pueblos indígenas, grupos vulnerables y comunidades locales debido a proyectos de minería, grandes represas y energía sucia. También apoyamos las luchas para legalizar y restituir los territorios colectivos de los pueblos indígenas en todo el mundo.
Rechazamos la ampliación de la frontera hidrocarburífera en nuestros países —a través del fracking y proyectos offshore— y repudiamos el hipócrita discurso de la Unión Europea, que recientemente declaró al gas natural y a la energía nuclear como “energías limpias”. Como ya se planteó en la Iniciativa Yasuní en Ecuador en 2007, siendo una idea que hoy es apoyada por muchos sectores y organizaciones sociales, apostamos por dejar los combustibles fósiles bajo tierra y a generar las condiciones sociales y laborales necesarias para abandonar el extractivismo y transitar hacia un futuro post combustibles fósiles.
De manera similar, rechazamos el colonialismo verde bajo la forma de acaparamiento de tierras para parques solares y eólicos, la extracción indiscriminada de minerales críticos y la promoción de «soluciones» tecnológicas como el hidrógeno azul, verde y gris. El cercamiento, la exclusión, la violencia, la invasión y el atrincheramiento han caracterizado las relaciones energéticas Norte-Sur pasadas y actuales y no son aceptables en una era de transiciones ecosociales. (…)
Cuestionemos la ambigüedad de denominar “progresismos” y no identificarlos como quienes están convencidos que el capitalismo puede humanizarse o que es menos ilusorio imponerle exigencias y rechazos que erradicarlo.
Preguntémonos por qué ese contraste y la respuesta reside en que: la Red de Iglesias y Minería y sus miembros entablan “diálogo con los movimientos, organizaciones sociales, pueblos indígenas y ancestrales desde sus territorios y la academia, apoyan activamente la construcción de un cambio hacia una economía post-extractivista, que se aleje de la reconfiguración del capitalismo como ’verde’ y de la dependencia de la extracción de bienes comunes como la minería y el petróleo”.
Qué democracia
Peronizada tanto por la profundización del Estado Corporativo de Perón como por la habituación mayoritaria al orden instituido y por la creencia en el estado benefactor del Capital.
Legalidad-legitimidad de la gran burguesía/Bloqueo de la lucha de clases/
Alternativas emancipatorias
Legalidad-legitimidad de la gran burguesía
Comencemos por descubrir la que ‘democratiza’ privilegiar al régimen latifundista e inicia el mito de Perón sobre Juan Manuel de Rosas. Lo definió inculcando una lectura maniquea de la historia donde Domingo Faustino Sarmiento debía ser repudiado mientras se glorificaba al general Rosas como adalid de la soberanía nacional.
¿En qué consiste este reconocimiento hasta hoy vigente e impulsado todavía como ejemplifica el Frente por la Soberanía Nacional?
Olvido, ninguneo y justificación, por un lado, del genocidio y despojo de tierras a los pueblos originarios que originó la oligarquía terrateniente bonaerense cuyo máximo representante fue Juan Manuel de Rosas.
Y por otro, soslayar que fue la oligarquía más poderosa debido a apropiarse del puerto estableciendo asociación de negocios con Inglaterra. Alianza que sometió al país a saqueo de la metrópoli de esa época y a subdesarrollo o sea a estructuración socioeconómica según necesidades e intereses británicos.
Agreguemos que Rosas fundó una dictadura opresora y represora. Se constituye en gobernador bonaerense al liderar, según Fernando Operé,
“la expansión de una economía ganadera en la década de 1820 y facilitar en parte la transición de Buenos Aires de capital del Virreinato a centro exportador34. Dentro de esta línea hay que situar sus esfuerzos para extender las haciendas más allá de las fronteras del sur, territorio poblado por tribus indias35.
Lo que Rosas supo comprender fue que la expansión ganadera era paralela a la superación de la inseguridad en las fronteras. Para conseguir esta seguridad, el factor militar era un elemento imprescindible. Rosas entendió que para dar continuidad, estabilidad y ganancias a la empresa agropecuaria, ésta había de ir a la par de la producción militarizada37. En el contexto de estas concepciones hay que situar la política de Rosas encaminada a satisfacer las necesidades crecientes de estancieros y empresarios con su expansión en el desierto. En 1820 Rosas organizó a su peonada militarmente. No le fue difícil reclutar entre sus propios peones y los de otras estancias el suficiente número de hombres para formar una milicia de caballería a la que equipó y uniformó en rojo”.
Entonces el enfoque como desierto de los territorios indígenas (todavía fundamental para la justificación de la expansión de los extractivismos) debemos asociarlo a Rosas y no sólo a Roca. También Rosas implanta la militarización como procedimiento eficaz para dicha expropiación por los latifundistas y capitalistas e imperialistas. Destaquemos, aún más, cómo le quita libertad y derechos a los peones o gauchos criollos e indígenas apresados. Fernando Operé sostiene:
“Su posición de comandante de la milicia de Buenos Aires añadía un elemento diferenciador con respecto a los otros estancieros. Sin embargo, no toda la popularidad de Rosas fue espontáneo resultado de su posición y personalidad. Se reveló como un consumado estratega que planeaba sus acciones con meticulosidad y daba a cada uno lo que consideraba imprescindible para atraerlo. A la oligarquía le abrió las fronteras poniendo en sus manos vastas extensiones de tierras pacificadas. La burguesía, incapaz de dominar la situación, debió resignarse fatalmente al arbitrio del hombre que había demostrado poseer los recursos necesarios para controlar el caos al que las diversas facciones habían empujado al país. Los intereses de los comerciantes requerían un país pacificado y próspero. Las clases bajas de la campaña y la ciudad, incapaces en este tiempo de orientarse por sí mismas, propensas a inclinar su fuerza potencial a favor de quien las sedujera, no resistieron el avasallador atractivo del caudillo. «Rosas, en Buenos Aires, tenía ya su trabajo maduro y en estado de ponerlo en exhibición; era una obra de 10 años realizada en derredor del fogón del gaucho, en la pulpería al lado del cantor»51.
El apoyo de las clases bajas era fundamental para el mantenimiento de la dictadura rosista, y Rosas lo sabía. (….)
El bloqueo francés hacía más difícil la defensa de la ciudad. Con todo, Rosas sobrevivió al año 40 y el régimen se endureció111. Hasta 1840, la dictadura había empleado tácticas intimidatorias para controlar a la oposición, prevenir levantamientos y uniformar al país. En ese sentido la acción de la Sociedad Popular Restauradora había probado ser altamente eficaz. Sus directas o veladas amenazas, los periódicos escarmientos infringidos entre la oposición y el control ejercido a través del amplísimo sistema de espionaje habían funcionado. A partir de 1840 el terror se extendió a todos los sectores de la sociedad, y Rosas lo permitía o lo controlaba. En 1840 la vida y las propiedades de todos los no adictos al régimen federal estaban en peligro112. La suma del poder público con que estaba investido le permitía ejercer la justicia a voluntad, y durante tiempos tan virulentos usó de esas prerrogativas en forma ilimitada: decretó ejecuciones sumarias o sentenció a penas de diverso orden sin juicios previos. De hecho, fue en esos años duros de emergencia nacional (1839-1842) cuando Rosas abrió los diques de la reacción popular con una demagogia estudiada. Entre bastidores Rosas ejercía un control del sistema de espionaje y policial. Las listas preparadas por la policía, el cuerpo de serenos, militares o la Mazorca, eran presentadas al Dictador que tomaba la última decisión: «fusilar, azotar, multar»113. Las medidas adoptadas eran en parte defensivas, aunque a partir de 1840 el contraataque fue la tónica114.
En 1840 Rosas estableció su cuartel general en el pueblo de Santos Lugares, en la provincia de Buenos Aires. El cuartel sirvió también de prisión en donde se encarcelaba a presos políticos y se llevaban a cabo ejecuciones sumarias115. El recuerdo del lugar va asociado a las memorias borrosas de tortura, sangre y muerte. No menos siniestros fueron el cuartel de serenos y el cuartel de los restauradores, sedes del cuerpo de serenos y de la Mazorca respectivamente116.
Al inicio de los años cuarenta, Rosas se vio forzado a reajustar todo el sistema de control político que parecía demandar la continuidad del régimen. El país vivía una guerra civil dentro y fuera de la provincia. De hecho, si la conspiración de los Maza y la del Sur de Buenos Aires venían del lado federal, se hacía necesario diferenciar a enemigos y aliados. Es decir, era imperativo conocer la filiación de los partidarios del gobierno. Llevar a cabo esta tarea era algo que encuadraba perfectamente con el sentido del orden y uniformidad de Rosas.
Rosas había demostrado ya sus habilidades como estratega y demagogo. Así, decretó una parafernalia partidista en la que una serie de distintivos externos permitirían comprobar la afiliación política de cada ciudadano. El rojo fue adoptado por el federalismo como color oficial117. Había que vestir en este color o mostrar algún tipo de distintivo punzó: cintas, pañuelos, ponchos, brazaletes, etc.118 Si los unitarios se denominaban a sí mismos «gente decente» y gustaban vestir frac, el poncho pronto fue el atuendo del rosismo. Si los unitarios iban en calesa, los federales montaban a caballo. Si el unitarismo era europeizante y se enorgullecía de ello, el federalismo se proclamaría vernáculo reivindicando los aspectos genuinamente argentinos. La reestructuración del régimen aglutinó a los adictos y paralizó a los disidentes. Los años de entusiasmo federal generalizado dieron paso a una división aún más acusada de la sociedad.
Fundamental en la instrumentación del aparato represor rosista fue la organización conocida como la Mazorca. Brazo parapolicial de la Sociedad Popular Restauradora, la Mazorca, motejada por sus enemigos como la «más-horca» fue el símbolo del terror. Los mazorqueros, los activos miembros de la organización, estaban reclutados entre los más exaltados miembros del federalismo rosista, por lo general extraídos de los sectores bajos de la sociedad. Durante la invasión de Lavalle mucha gente intentó afiliarse a la organización, aunque su carácter parapolicial requería un cuidadoso escrutinio de sus miembros. Limpiar la Argentina de «salvajes unitarios», enemigos del Restaurador, era su fin.
La acción de la Mazorca se hizo sentir especialmente en los llamados años del terror rojo: 1840 y 1842. Entonces, la Mazorca perpetró actos delictivos de todo orden: violación de domicilios, intimidación, manifestaciones públicas de fuerza, arrestos, torturas y asesinatos. El degüello fue una práctica en uso. Más de una mañana del terrible mes de octubre de 1840 se hallaron cabezas decapitadas en lugares públicos119. Las amenazas alcanzaron a todos los estratos de la sociedad, puesto que el terrorismo rosista no fue un terrorismo de clase. Fue dirigido a eliminar por todos los medios a la oposición del régimen. La benevolencia del dictador en el control del terrorismo era una forma de hacer verosímil que la selección de la víctima había sido el resultado de la cólera popular. No era así: el sistema policial estaba bien organizado y la represión instrumentada en la mayoría de los casos120. «Se organiza un fichero con los nombres de los empleados públicos, y luego con los de todo el mundo, en que se clasifican las personas con arreglo a sus opiniones públicas»121. (….)
Recordemos que Perón crea la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) para poner fin al sindicalismo desperonizado o con independencia de clase y a las izquierdas anticapitalistas en 1973 no bien asume su tercer gobierno. Reflexionemos en base a La Izquierda Diario:
Publicamos aquí la intervención de Andrea Robles en la charla-debate “Perón y la guerra sucia contra el campo popular. 50 años del documento reservado del Consejo Superior Peronista” realizada en la Universidad Nacional de Luján, el jueves 12 de octubre (se puede escuchar el audio acá).
El documento reservado [1]
El 1º de octubre de 1973 fue repartido en una reunión convocada por el Consejo Superior Peronista, a la que asistió su plana mayor, Raúl Lastiri, el sucesor de Héctor Cámpora en la presidencia, yerno de José López Rega, este último mano derecha de Perón, quien ya era presidente electo, ambos también estuvieron presentes junto a gobernadores y vicegobernadores del peronismo. A raíz de una filtración, esta “orden reservada” fue publicada al día siguiente en los diarios La Opinión y Crónica. Dos hechos fueron emparentados con el documento: el asesinato de José Ignacio Rucci, secretario general de la CGT, una semana antes, y la aparición de la Triple A, la organización paraestatal comandada por López Rega, al mes siguiente.
Pasado medio siglo de que se conociera el “documento reservado” quisiera detenerme en tres cuestiones que me parece muestran a las claras su naturaleza y objetivo, así como también la definición en torno a la situación planteada. Me parece útil evaluar entonces si se trata de una cuestión del pasado, qué vigencia tiene su discusión en la actualidad.
1) “Guerra contra el marxismo”
Lo primero que nos salta a la vista es la reiteración que hace el documento del objetivo: combatir al marxismo, en el que además se habla de estado de guerra y de guerra contra el marxismo.
Cuando Perón habla de marxismo es muy consciente de que su expresión en las filas del peronismo era resultado de la confluencia de procesos muy profundos que se venían desarrollando desde hacía tiempo. Las políticas de sustitución de importaciones provocaron la emergencia de una nueva clase obrera, extendida y concentrada en grandes fábricas industriales, en las principales ciudades de la Argentina. Hitos que marcaron a toda una generación, como la Resistencia peronista. Y la Revolución cubana que enalteció el imaginario socialista de sectores de masas, especialmente, de la juventud, con gran impacto en la vanguardia y sus partidos, no solo de la propia izquierda, sino también que terminaron de decantar en el peronismo alas a izquierda y a derecha.
Con una tradición combativa, la clase trabajadora profundizó sus métodos de lucha, enfrentando a las dictaduras militares, a las patronales y a la burocracia sindical, con tomas de fábrica, con rehenes, etc., poniendo en pie organismos antiburocráticos, como los cuerpos de delegados y las comisiones internas, que constituyeron, al decir de Lenin, “escuelas de guerra” contra los enemigos de clase.
Al calor del ascenso internacional con epicentro en el Mayo francés, se produce un nuevo salto. Un año después, en 1969, el Cordobazo dio jaque mate a la dictadura de Onganía, revitalizando las fuerzas de la clase trabajadora y estudiantil –cuya alianza quedaría sellada, junto con el desprestigio de la burocracia sindical– sembrando una disposición a la lucha difícil de doblegar. Capitalizado fundamentalmente por el peronismo de izquierda, se crea la Tendencia revolucionaria, en 1973, que aglutinó además de la juventud peronista, universitaria y secundaria, unas 200 organizaciones de base y agrupaciones sindicales combativas.
Por otro lado, durante los ‘60 el predominio del sector económico extranjero con la mayor intervención del imperialismo no le permitió a la burguesía resolver la crisis de hegemonía –que Juan Carlos Portantiero denominó «’empate hegemónico’ de fuerzas entre las fracciones burguesas”–, o sea consolidar un dominio capitalista estable que contuviera las contradicciones de clase.
Desde el punto de vista del marxismo –y podemos decir, desde el punto de vista de la burguesía y de Perón–, la confrontación entre una clase obrera fortalecida y una clase burguesa en crisis marcó, después del Cordobazo, el punto más alto de cuestionamiento al poder capitalista de la historia de nuestro país. O sea, que cuando Perón habla de guerra no está apelando a ninguna metáfora o discurso hiperbólico tampoco se está refiriendo a un plano ideológico. Su formación militar excluye cualquier ingenuidad respecto a lo que está definiendo: el proceso de cierre de las tendencias revolucionarias que anidan en el movimiento de masas, que está ordenando su gobierno, no va a ser pacífico. Es un reconocimiento a una lucha de clases que adoptó rasgos de una guerra civil de baja intensidad [2] que la asunción de Perón al gobierno no sofocó per se.
La vuelta de Perón era para la burguesía la única carta que podía jugar para desviar, contener y cambiar la relación de fuerza después del Cordobazo, por su carácter de partido burgués y por la adhesión política del movimiento obrero al que controlaba mediante la burocracia en las organizaciones de masas.
2) El asesinato de José Ignacio Rucci
Vayamos a la segunda cuestión que quiero resaltar, se trata del motivo que dispara el documento: el asesinato de Rucci.
Rucci asumió la secretaría general de la CGT, en 1970, con el apoyo de Perón. Al mando de los poderosos sindicatos nacionales fue el gran promotor de una “policía interna” en el peronismo para liquidar a activistas y dirigentes obreros.
De regreso de su visita a Perón, en Madrid, en febrero de 1973, creó la Juventud Sindical Peronista (JSP). La JSP se unió a los objetivos de las agrupaciones más activas del peronismo de ultraderecha en el ámbito sindical, como el Comando de Organización y la Concentración Nacional Universitaria, que ya venían actuando contra el activismo, y que pocos meses después confluirán en el armado de la Triple A. Su secretario de prensa Osvaldo Agosto nos lo confirma de esta forma: “La Juventud Sindical Peronista fundada por Rucci, pero aprobada previamente por Perón, fue una organización que se pensó y se creó de arriba hacia abajo… su principal tarea era confrontar con la JTP en el terreno que fuera. Por eso los gremios aportaron a sus militantes más jóvenes. La razón de ser de la JSP era la acción” [3]. En sus filas estuvieron conocidos exponentes de la burocracia sindical como el “Momo” Venegas, Jorge Omar Viviani, José Rodríguez, Hugo Moyano y –el últimamente tan renombrado– Luis Barrionuevo.
A su vez, no hay que olvidar que Perón encomendó la organización de su arribo al país: a su asesor de Seguridad y, nombrado al asumir su gobierno, subsecretario de Deportes –dependiente del Ministerio de Bienestar Social, como se sabe, a cargo de López Rega–, al militar Jorge Osinde; a Rucci, junto a otros exponentes del sector ortodoxo del peronismo; y a Juan Manuel Abal Medina, el único con buenas relaciones con la Tendencia. Tampoco, que en sus declaraciones después de la Masacre de Ezeiza, Perón responsabilizó duramente al ala izquierda del peronismo por los enfrentamientos, provocando la salida de facto de Cámpora del gobierno. De hecho, se ha inferido que el asesinato de Rucci estuvo vinculado al protagonismo que tuvo en esos acontecimientos.
La asunción de Perón fue vivida como un triunfo propio para las masas. Perón logró consenso político, desviando coyunturalmente una perspectiva independiente de las masas, pero encumbrado en grandes expectativas en su gobierno. Con el Pacto Social –la política por excelencia del gobierno de congelamiento de precios y salarios–, no pudo evitar que la clase trabajadora buscara ganar terreno para recuperar las conquistas perdidas y a sus organizaciones de manos de la burocracia. Debido al compromiso de la izquierda peronista con Perón, el descontento con el gobierno, que se empezó a colar, fue capitalizado por la izquierda clasista. Valga el ejemplo del trotskista Partido Socialista de los Trabajadores (PST), del que mi padre fue dirigente, que constituyó una significativa minoría en el movimiento obrero.
El historiador Daniel James escribe:
la victoria electoral y las expectativas que había generado provocaron una oleada de rebeliones fabriles que por primera vez invadieron todo el cinturón industrial del Gran Buenos Aires. Si bien el prestigio de Perón impidió un rechazo explícito de los controles salariales estipulados en el Pacto, los trabajadores encontraron mil maneras de trasladar la victoria política en las urnas a ventajas propias en el lugar de trabajo. Las condiciones de éste y las de sanidad y seguridad, los salarios atrasados, la reclasificación de las tareas y la cuestión de designar nuevas y auténticas direcciones de planta se plantearon como problemas a medida que innumerables quejas acumuladas en el período anterior a 1973 empezaron a ventilarse. En consecuencia, a despecho de una política oficial de consenso y conciliación en el plano político, en términos sociales se presenció una intensificación del conflicto de clase [4].
Veinte días después de la asunción de Cámpora había 176 fábricas ocupadas y de junio a septiembre de 1973, el 43% de las huelgas se realizaban con tomas de fábrica [5]. Según Juan Carlos Torre, “esta incesante movilización obrera, que se prolongaba hasta los aparatos sindicales, cuestionando a las direcciones oficiales, dramatizaba más aún las dificultades que afrontaba la CGT dentro del Pacto Social” [6].
Podemos decir que los organismos de autorganización que implantan la unidad y la democracia entre la clase trabajadora, proyectando su peso nacional, son el “fenómeno maldito” del peronismo y –como intento demostrar en lo que sigue– del Estado.
3) Recursos del Estado
Por último, quiero destacar una oración que puede pasar desapercibida, pero tiene una importancia fundamental: “Deberán participar en la lucha iniciada, haciendo actuar todos los elementos de que dispone el Estado para impedir los planes del enemigo y para reprimirlo con todo rigor”.
¿Y de cuáles elementos dispone el Estado, además de los legales –para los cuales no era necesario un documento reservado–, “para impedir los planes del enemigo y para reprimirlo con todo rigor”? Empecemos por la clásica definición del Estado. Para Marx, el Estado moderno es la expresión de los antagonismos irreductibles entre burguesía y proletariado. Y su función esencial es la reproducción del orden capitalista. A su vez, en el siglo pasado, en el período de entreguerras, tanto León Trotsky como Antonio Gramsci dieron cuenta de los cambios que operaron en las formas de poder estatal [7], que el revolucionario italiano definió alrededor del concepto Estado integral o Estado ampliado. Brevemente, el concepto de Estado ampliado de Gramsci define el carácter inmanentemente social que adquiere a través de prácticas estatales enraizadas en la sociedad civil y sus aparatos hegemónicos.
Para León Trotsky esta ampliación, que refuerza el poder burgués del Estado, se da en dos sentidos: 1) en la estatización de los sindicatos, 2) en la creación de fuerzas paraestatales como mecanismo complementario de la represión legal. En relación a los sindicatos, la clase obrera pierde la autonomía de sus organizaciones que pasan a ser controladas por el Estado –mediante el cobro compulsivo de las cuotas sindicales, de las obras sociales, etc.– a través de una burocracia, agente de la burguesía, con una doble función política y policial. Es decir, canaliza “a su manera” las reivindicaciones por medio de cierta puja distributiva, pero lo hace imponiendo la atomización y, en la actualidad como nunca antes, una férrea división entre los trabajadores, de planta, terciarizados, contratados, monotributistas, precarizados, no registrados, rotos, de las apps, etc.–, para imposibilitar que las luchas superen los marcos reivindicativos económicos, es decir, el estadio defensivo.
Es a Perón a quien la burguesía tiene que agradecer la gran operación, al estatizar los sindicatos mediante el decreto N° 23.852 de 1945 que habilita diversos mecanismos de ligazón entre el Estado y los sindicatos y de fortalecimiento de las direcciones sindicales, de impulsar en grados no vistos hasta entonces la burocratización de las organizaciones para contener y controlar a la vigorosa clase obrera argentina [8]. Parafraseando a Trotsky podemos decir que, si no fuera por la burocracia sindical –y, agrego, su función de minar la capacidad de fuego de la clase trabajadora como clase nacional–, la policía, el ejército, los tribunales, el senado, el gobierno, aparecerían ante los ojos de las masas proletarias como lamentables y ridículos juguetes. La burocracia sindical es la columna vertebral del peronismo y del Estado burgués argentino. Los hechos agudos de la lucha de clases de la primera mitad de la década de 1970 permiten verificar que no es el Estado un campo de batalla, jamás pierde naturaleza burguesa. Son las organizaciones de la clase trabajadora, las que la burocracia socava, las que se convierten en un centro de disputa para una estrategia emancipadora.
Visto desde aquí, las palabras de Perón después del asesinato de Rucci, “Esos balazos fueron para mí, me cortaron las patas” no eran para nada exageradas. A lo largo de la historia hemos visto que la burguesía puede, para garantizar su dominio, permitirse gobiernos de izquierda reformista, en función de la relación de fuerzas establecida y la situación económica para, cambios mediantes en esta ecuación, invocar a un partido de orden para el gobierno. Una muestra elocuente son los distintos gobiernos de Perón y los gobiernos peronistas, en general.
Esto se ve más claramente cuando vemos que poco después que Perón apele en el documento al uso de “todos los elementos de que dispone el Estado” hizo su aparición la Triple A, cuyo fin era impedir que la vanguardia confluyera con el movimiento de masas.
La política de Perón en su conjunto se asentaba, por un lado, en el éxito del Pacto social y una serie de leyes que apuntaron a fortalecer el control de la burocracia sindical y fagocitar el poder de las comisiones internas antiburocráticas –como la Ley de Asociaciones Profesionales y la reforma al código penal. Y, por el otro, sobre la base de las patotas al interior de los sindicatos, las organizaciones ultraderechistas, como las que mencionamos que seguían actuando, y la Triple A paraestatal, que asesinó entre 1500 y 2000 activistas, dirigentes y personalidades reconocidas de la izquierda peronista o no peronista. La falta de prestigio de Isabel Perón obligó a acentuar la política represiva por medio de la Triple A y, a partir de febrero del ‘75, ordenando la intervención del Ejército también.
Hoy no hay duda de que Perón fue el artífice de la Triple A, eligiendo a través de decretos suyos –a los que se pueden acceder con facilidad en el Boletín oficial– a cada uno de los que ocuparon la jefatura operativa de la banda paraestatal, la que fue centralizada desde el Ministerio de Bienestar Social con Lopecito –como lo llamaba cariñosamente Perón– y la Policía Federal, a cargo del comisario Alberto Villar. Villar, especializado en contrainsurgencia, por ejemplo, en 1971, fue con sus tropas el represor de la las huelgas y movilizaciones en Córdoba, conocidas como el Viborazo. Pasado a retiro durante el gobierno de Cámpora, regresa al servicio activo por pedido expreso de Perón, a inicios de 1974, que asume el cargo de subjefe y poco después la jefatura de la Policía Federal.
La importancia de la Memoria
En medio siglo, los pactos de impunidad en relación al accionar de la Triple A se han sucedido gobierno tras gobierno, con diferentes políticas pero con un mismo cometido común: perpetuar a la burocracia sindical, garantizar la impunidad de sus autores intelectuales y materiales, ocultar el papel de Perón como figura emblemática para sectores de masas. Y por sobre todo encasillar la lucha de los explotados y oprimidos en una supuesta oposición absoluta entre democracia y dictadura, ambas asentadas en el orden capitalista. Como muestran los ‘70 y muchos otros ejemplos históricos, cuando ese orden es amenazado, la primera se encarga de abrir paso a la segunda.
Uno de los objetivos centrales de la dictadura militar fue eliminar a toda una generación que había empezado a hacer una experiencia con el peronismo, cuyos anhelos no eran solo de reformas sino de cambios revolucionarios. Liquidar a estar generación y estos anhelos ha sido un gran triunfo burgués. Siguiendo a Enzo Traverso, la cultura neoliberal predominante, dibuja el siglo XX como un siglo de guerras, totalitarismos, genocidios y víctimas, excluyendo interesadamente lo que fue también el siglo de las revoluciones, de las luchas emancipadoras, de la descolonización en todos los continentes y de proyectos colectivos… Como dice en su libro Melancolía de izquierda, a través de la cultura dominante han confinado la imaginación social en los estrechos límites del presente [9].
El mejor homenaje que podemos hacer a la generación de los ’70 es extraer las enseñanzas del pasado, actualizar la lucha por el socialismo como la mejor perspectiva para enfrentar a la derecha negacionista y antiderechos. Y desconfiar de los que hablan de “memoria”, pero niegan cualquier proyección en el futuro, de quienes nos convocan a dejar nuestros anhelos de lado, conformarnos con el “mal menor” y la resignación, o sea, a la peor de las derrotas.
***
Texto completo del “Documento Reservado”
Consejo Superior Peronista
1° de octubre de 1973( ..)
Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/50-anos-del-documento-reservado-de-Peron-Rucci-la-Triple-A-y-la-guerra-al-marxismo
Situémonos en el gobierno de Milei y atendamos a:
Daniel Cecchini
TERRORISMO DE ESTADO
Definir como terrorismo de Estado lo que está ocurriendo abre múltiples debates en busca de la exactitud de la definición.
No pretendo definirlo por sí o por no, para nada.
Es claro que no se trata de un Estado Terrorista como el instaurado por la dictadura a partir del golpe del 24 de marzo de 1976, pero ahí está la cosa.
Hubo terrorismo de Estado en la Argentina antes del golpe, es decir, instalado por un gobierno democráticamente elegido, como ocurrió entre 1974 y 1976, durante los gobiernos de Perón e Isabelita.
Queda claro desde el descubrimiento del “documento reservado” de Perón en octubre de 1973, donde ordenaba “depurar” el movimiento y habilitaba a la represión ilegal a cualquier disidencia.
El Terrorismo de Estado es posible aún en el marco de un falso escenario democrático. Es lo que estamos viviendo.
Bloqueo de la lucha de clases
Necesitamos, abajo a la izquierda como el zapatismo nos nombra a quienes nos esforzamos por ir creando otra sociedad y otro mundo desde ahora: suscitar la desperonización o la ruptura de la conciliación con el Capital y su Estado en los movimientos reivindicativos. Significa que estos se independicen del Kirchnerismo, del Papa Francisco y de las izquierdas electoraleras. Porque desde las tres orientaciones políticas e ideológicas convocan a la lucha por derechos y no, por el cambio social como en los setenta.
Arraiguemos esa ruptura con los poderes determinantes de la historia de nuestro país que todavía rigen en las sombras. Tengamos presente que la oligarquía terrateniente junto a la Iglesia Católica fueron esenciales al predominio del feudalismo sobre el capitalismo. Contra ambos peleó Domingo Faustino Sarmiento en contraste con Rosas. De resultas hizo al desarrollo de:
- La educación pública, gratuita, universal, mixta y laica.
- El reconocimiento de las mujeres como personas capaces de formarse y desempeñarse al igual que los hombres.
- La creación de las posibilidades de educación y trabajo social de las mujeres, sobre todo, valorando su cuidado y guía de sus hijos, facilitó su incorporación a las escuelas y a la dignificación de la profesión de maestros con edificios higiénicos, cómodos; con “rentas propias y gobierno autónomo para librarlas, en lo posible, de los vuelcos políticos y del manoseo de los chalanes de la política.
- La novedad contundente, entre todas –en un ambiente cristiana o arábigamente patriarcal y misógino- fue la importancia capitalísima asignada a la educación de la mujer por Sarmiento” destaca Luís Franco en “Sarmiento entre dos fuegos” de editorial Paidós.
Mi infancia transcurrió, durante el primer gobierno de Perón, en escuelas públicas pero sometidas a la Iglesia Católica y a la correspondiente institucionalización de la represión en sus varias formas. La mayor violencia que sufrí fue en un jardín de infantes de Villa Crespo y en la escuela Roca casi pegada al Teatro Colón. Por cansar con mis travesuras la maestra amenazó de tirarme al pozo ciego y me negué volver al jardín, entonces mis padres supieron de la escuela: qué había sucedido.
Después, en primer grado como mis padres comunistas no quisieron me impartiesen religión. Debía estar con los brazos cruzados escuchando la clase de religión. Sin embargo, la tortura provino que no me dejaban jugar en los recreos y debía estar parada junto a una compañerita con discapacidad motora. Una vez se me ocurrió jugar con los dos únicos varones por ser hijos de una maestra: me pusieron en penitencia ejemplar para todo el alumnado que formó antes de salir y me prohibieron hacerlo hasta el ingreso (enojada con la escuela Roca) de mi mamá.
Reflexionemos sobre qué Paula Schaller explica:
IGLESIA Y EDUCACIÓN.
Cuando Perón atacó la educación laica
11 de agosto de 2018
En el marco de la lucha por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, las y los jóvenes pusieron en discusión la relación del Estado con la Iglesia y la injerencia de esta sobre la educación. Aunque esta injerencia es permanente por la vía de los subsidios estatales a la educación religiosa y la intromisión en las políticas educativas provinciales, un capítulo específico de esa relación se escribió en la década del 40, cuando la Iglesia logró la derogación de la ley 1420.
La educación laica: blanco del ataque clerical (…)
Perón y la educación religiosa
Una vez electo democráticamente (luego de haber sido vicepresidente del gobierno de facto de Farrell) Perón mantuvo una continuidad con la obra educativa de la dictadura impulsando en el año 1947 la sanción de la ley n° 12978 que ratificaba el decreto de 1943. Los argumentos de los diputados peronistas que defendieron la ley en el Congreso se fundamentaron en los principios del catolicismo integrista que venía consolidándose desde la década anterior a la cabeza del Estado.
La identificación entre hispanidad, catolicismo y nacionalidad, la consideración de la religión como fundamento del cuerpo social y del liberalismo/laicismo como elemento de su desintegración fueron los principales ejes del discurso parlamentario peronista. El diputado Lasciar, por ejemplo, afirmó durante el debate: “Nuestra tradición es Cristo y estar contra ella es estar contra Cristo. Dios es el alma nacional”. Mientras Díaz de Vivar, designado por Perón para conducir el debate parlamentario, planteó “… [hemos] sido víctimas de un percance histórico de muy grandes proporciones (…) Con España, el catolicismo era el otro gran calumniado; se estableció la siguiente sinonimia: hispanidad, catolicidad, oscurantismo. Y así comenzó, señores diputados, todo el proceso de descastización, una de cuyas afloraciones más eminentes fue precisamente, en mi opinión, la ley 1.420. Entre otras cosas, eso significó la ley que tratamos de modificar: una ruptura violenta con la más pura y rancia tradición argentina”.
Pero la importancia de la enseñanza religiosa no residía para el peronismo sólo en la recuperación de una tradición, sino en la posibilidad de introducir un elemento tendiente al orden y la armonía social “… el trabajador argentino se siente solidario con la enseñanza religiosa en las escuelas, amén de apreciar la trascendencia de la misma en lo que se refiere principalmente a la formación de la conciencia y a la jerarquización de los sentimientos como factores de orden y disciplina […] La enseñanza religiosa, al suavizar las asperezas entre los hombres, coopera eficientemente a destruir todo asomo de anarquía y atropello…” (1).
Entre los principios y metas de la escuela argentina, la ley señalaba que las metas de la escuela eran “entronizar a Dios en las conciencias, exaltando sobre lo material y lo espiritual” (2). Con esto Perón cumplía las promesas que había hecho durante la campaña electoral, tal como había declarado seis días antes de los comicios del año 1945 en el diario La época: “He jurado escuchar y satisfacer los anhelos del pueblo argentino, y como el pueblo argentino, por mayoría abrumadora, quiere para sus hijos la enseñanza religiosa, he de mantenerla y acrecentarla con el mayor empeño, ya que responde, además, a una íntima convicción de mi espíritu”.
La Iglesia había logrado introducir esta discusión como tema de campaña, al punto que la jerarquía católica en su pastoral de septiembre de 1946 prohibía a sus fieles votar por los partidos que incluyeran en sus programas la enseñanza laica. En el mensaje de la pastoral, se señalaba “(…) La Iglesia ha recibido el derecho de enseñar de Dios mismo. Puede, pues, exigirlo también en nombre de los intereses del niño que exigen se les imparta una educación integral haciéndole conocer su origen divino, sus destinos inmortales y los derechos sagrados de su persona. Puede exigirlo en nombre de la Constitución, como también de la tradición argentina…”.
Miles de jóvenes fueron educados en las escuelas públicas según las concepciones de la Iglesia católica, que incidió sobre planes de estudio tal como permitía la ley, impuso festividades religiosas y tuvo injerencia en distintas actividades en el ámbito escolar.
La enseñanza religiosa en las escuelas públicas se sostuvo hasta 1955, cuando Perón resolvió retroceder de esa concesión a una Iglesia ya pasada al campo de la oposición política al peronismo y activa organizadora del golpe que llevó a la “fusiladora”. Pero este pasaje al campo golpista no significó una ruptura de relaciones entre la Iglesia y el peronismo, que se mantiene hasta nuestros días.
Sin dudas en esa relación anida parte importante de la explicación del rechazo en el Senado a la ley IVE bajo argumentos retrógrados y oscurantistas, así como el pedido de Cristina Kirchner a las pibas y pibes de “no enojarse con la Iglesia”. Por fortuna, las y los miles de jóvenes que se apropiaron de la consigna “Iglesia y Estado, asuntos separados”, parecieran no estar dispuestos a hacerle mucho caso.
Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Cuando-Peron-ataco-la-educacion-laica
Alternativas emancipatorias
Recordemos al Partido Justicialista y a la Iglesia Católica como fundamentales para el desarrollo del neoliberalismo o poder oligopólico que condujo a la emergencia socioeconómica del 90% y la socioecológica.
Perón y el Partido Justicialista contribuyeron, de modo esencial, a la implantación del neoliberalismo y a su desarrollo:
Varias personas se preguntan cómo es que llegó Milei al gobierno. Sin duda hay que considerar varios factores para elaborar una respuesta, pero uno de ellos fue la práctica del negacionismo. En el mes de la memoria es importante recordar que, de manera universal, se considera la emergencia e instalación del neoliberalismo al golpe de Estado contra Allende, que finalmente transformó a la dictadura de Chile en el ejemplo a seguir. En la Argentina, Chile y Uruguay la ofensiva comenzó en junio de 1973 (golpe de Bordaverry en Uruguay, Ezeiza y Tanquetazo). No se puede escindir el neoliberalismo de la Triple A, el Operativo Cóndor, el “Navarrazo”, Operativo Independencia, etc. Esta política escaló en la dictadura.
Con la democracia se instalaron varias iniciativas negacionistas que llevaron a funcionarios de la dictadura a puestos de poder. El caso paradigmático es Cavallo, que fue ministro y candidato apoyado por el Grupo Calafate. Claro que la lista de partícipes de las dictaduras reciclados en democracia es más amplia: Dromi, Guadagni, Othacehe, Gerardo Martínez, Alicia Kirchner, Milani, Alterini, Tomada, Arnaldo Castillo (gobernador de Catamarca), Aldo Ferrer y muchos más.
Recordemos que Cavallo recibió el aval de Chacho Álvarez y como candidato el apoyo de Miguel Talento, el cineasta Jorge Coscia, sociólogo Roberto Ivancich y Alberto Fernández, entre muchas otras personas.
La actualidad no se explica sin estas complicidades y la función que cumplieron el peronismo y el radicalismo (Angeloz) como partidos neoliberales. No dejemos que Milei sea el único que reconozca el hilo de la historia uniendo su gobierno con el de los 90.
Compartimos con los pueblos de Europa lo que sufrimos durante los 40 años de la democracia profundizadora de lo hecho por la dictadura militarizada del establishment. En la actualidad se agrava por el cogobierno de Milei con el PJ en conformidad a la realidad internacional del capitalismo como Andrea Zhok manifiesta:
«Hoy los pueblos de Europa son rehenes, rehenes de una oligarquía financiera que manipula las conciencias, que miente constante y descaradamente a través de sus servidores en la prensa escrita, que de vez en cuando llama a votar con reglas distorsionadas y luego traiciona sistemáticamente la mayoría de las promesas electorales, hasta el punto de que la “promesa electoral” se ha convertido en sinónimo de “cuento de hadas publicitario”. Y todo esto se glorifica como “democracia liberal”. La impermeabilidad y sordera a las necesidades de la gente corresponde a la complacencia de felpudo ante diversos lobbys, que operan con transferencias directas o beneficios indirectos». (…)»
.Atendamos significados de la derrota de Sarmiento por la oligarquía terrateniente y la Iglesia Católica que Perón y el PJ afianzaron hasta convertir su Estado Corporativo en Estado neoliberal y al régimen latifundista en régimen extractivista. Sarmiento como burgués progresista luchó por la reforma agraria de un Estado distribuidor de tierras y fomentador de la agricultura en nexo con la forestación de la pampa en vez de la ocupación por la ganadería.
Luís Franco advierte como democratización del agro:
«que Sarmiento vea la propiedad latifundista de la tierra, desde sus primeros tiempos, como primer macizo obstáculo y también distinga la carencia de práctica y tradición agrícolas justamente en las provincias de desaforada llanura pampeana….
La cosa venía de muy lejos. Bajo los españoles arábigos, el sur de la península había sido la región más sabiamente cultivada de Europa. Los descendientes de los enjutos conquistadores venidos del desierto, donde el agua vale más que los diamantes, habían hecho del agua de riego la varita mágica capaz de hacer florecer a la roca. (…)
Con la reconquista cristiana expulsando a los españoles moros, España se privó de sus mejores agricultores e industriales. En gran parte sus tierras pasaron a poder de la iglesia y de los nobles, y muchas de las pingües zonas de agricultura mahometana pasaron a poder de la Mesta, asociación de los ganaderos, cuyo afán mayor fue la crianza de católicos toros de lidia. (…)
La granja o farm que civilizó a la parte más progresiva de las colonias del Norte, fue poco menos que desconocida aquí. Nuestros varones criollos, que coleccionaban feudos corníferos se habían identificado de tal modo con el privilegio latifundista que toleraban muy difícilmente en sus aledaños, la existencia de chacra, aún diminutas. (…)».
Destaquemos la visión ecológica de Sarmiento:
«La República Argentina, en general es un país seco. La agricultura prospera pero…Los ferrocarriles van agotando los bosques clareados de su trayecto y como fueron maderas duras (algarrobos, quebrachos, lapachos, etc.) no es fácil reemplazarlos, ni hacerlos revivir, aun cortándolos en estaciones propicias. El clima, pues, tenderá a hacerse más seco y la tierra a estirilizarse…Los ferrocarriles harán al desierto».
Volvamos al presente. Observemos cómo la situación (a) y la alternativa(b) que formulan desde abajo de Argentina se parecen a las de Perú. Jorge Lora Cam escribe en Rebelión 08/03/2025:
a)
«El Perú atraviesa por un escenario extremo y complejo de corrupción total del sistema político y cínica degeneración de los sujetos políticos, e implica a instituciones, funcionarios públicos y procesos gubernamentales sometidos por prácticas corruptas que llegan a convertirse en un instrumento de dominación y muerte, lo que ha llevado al Perú a una pérdida completa de identidad, de integridad, confianza y transparencia; el Estado al persistir en la lógica colonialista, racista, genocida y neofeudal pierde eficacia y toda legitimidad. Algunos factores que han contribuido a esta situación surgen de la propia Presidencia y las organizaciones criminales a las que representa, y en lo más profundo al saqueo, a la expansión territorial y, al mismo tiempo, a la concentración del poder político y económico en pocas manos, que multiplica el riesgo de que aumente aún más el abuso del poder para beneficio de castas selectas de privilegiados.
Estamos muy de acuerdo con Milciades Ruiz -lo mismo que con Raúl Zibechi o Gilberto López y Rivas- cuando sostienen que los pueblos deben autogobernarse de acuerdo con la “tradición comunitaria andina (que) aún conserva la democracia directa interna” (…)»
b)
«El desafío es unirse en la acción con un horizonte común y con protagonismos definidos. No hay transformación sin que los sectores populares y sus liderazgos emergentes sean los protagonistas de la disputa por el futuro. Los movimientos locales y regionales, con elecciones directas de representantes únicos para participar el 2026 puede ser la tarea para frenar al nuevo colonialismo que amenaza con revitalizarse, pero que no debe postergar lo más importante que es empezar por organizarse y cambiar desde abajo, democráticamente las estructuras coloniales».
Notas:
2 Milciades Ruiz, «Propuestas de política popular», https://rebelion.org/propuestas-de-politica-popular/
3 El debate acerca de la naturaleza de la democracia y su historia es muy amplio y no lo vamos a desarrollar aquí. La democracia liberal en el mundo está en extinción. ¿Solo duró mientras hubo un estado del bienestar 1950-90? Y hoy tiene más enemigos que amigos en el poder.
Jorge Lora Cam es doctor en Ciencias políticas y en Estudios Latinoamericanos-UNAM
Fuente: https://rebelion.org/la-salida-electoral-del-fango-no-es-una-alternativa/
HOY EL SISTEMA MUNDO CAPITALISTA Y SUS LOCALES HAN DEGRADADO, POR COMPLETO, LAS DEMOCRACIAS ES QUE REPRESENTAN AL 1% DE LA HUMANIDAD. ESTE ANTAGONISMO LO PATENTIZA EL GENOCIDIO DE LOS PALESTINOS EN VIVO Y DIRECTO CON APOYO INTEGRAL DE LOS PAÍSES QUE SE ENORGULLECÍAN DE SUS ESTADOS DE DERECHO Y LIBERTAD CIUDADANA.
EN ARGENTINA, EL BALOTAJE INSTALADO POR EL PJ, NI SIQUIERA PERMITIÓ OPCIÓN POR EL MAL MENOR, SÓLO HUBO EXPRESIÓN DE ODIO A QUIEN NO SE VOTABA.
ANTE LA BRUTAL REPRESIÓN CON METODOLOGÍA E INSUMOS BÉLICOS, ENTRE NOSOTROS SURGEN QUIENES CONVOCAN A ODIAR COMO ELLOS.
Pero los de «abajo a la izquierda» requerimos afirmarnos en nuestra dignidad humana negada y pisoteada por el capitalismo.
El zapatismo nos nombra «abajo a la izquierda a quienes nos autoorganizamos mirando por facilitar (e involucrarnos en) la autodeterminación de los pueblos de Argentina sin fronteras ni muros burgueses: necesitamos entrelazarnos con sentidos colectivos de vida que reside en comunalizar nuestros barrios, lugares de vida y de trabajo e ir expandiendo, multiplicando esa nueva sociedad teniendo en cuenta a lo construido desde décadas o más. Habrá que suscitar la confianza en que podemos erradicar el creciente malvivir o sea derrotar al Capital y su Estado: sólo en el campo de acción donde están nuestras fortalezas y ¡no! con los sentimientos ni con la metodología de nuestros usurpadores, opresores, represores.
Se está agravando el neoliberalismo en la actual inflexión histórica del país y el mundo hacia representar a unos pocos oligopolios y estados acelerando e intensificando acaparamiento de tierras para mercantilizarlas. De ahí la centralidad de las defensas y recuperaciones de territorios en el Abya Yala.
Desde el peronismo y las izquierdas electoraleras hay negación -oposición y menosprecio respectivamente- de la política que la Unión de Asambleas de las Comunidades (UAC) por la vida y los territorios se esmera por crear. Consiste en asamblearse, comunalizarse y territorializarse. Es ir construyendo la democracia desde el protagonismo deliberativo de las comunidades y naciones de Argentina.
Para suscitar la voz de cada cual y de todos son fundamentales los principios de horizontalidad y de autonomía.
Así como el peronismo y las izquierdas electoraleras distorsionan significados de «plurinacional», también dan una versión de la «horizontalidad» que soslaya su origen en la autonomía. La eluden por ser esencialmente estatistas e imitadores del instituido orden jerárquico por el establishment tanto en sus dictaduras militarizadas como en sus democracias formales.
Sin embargo, la «autonomía» del comunalizarse en binomio con el territorializarse tiene raíces más profundas o reales y efectivas. En efecto, se fundamenta en la recuperación de los bienes comunes tanto sociales como naturales. Los desprivatiza y desmercantiliza quitándoselos al sistema opresor represor.
Qué Trabajo
Alienado al extremo de ser ecocida por arrasar el presente y el futuro habitable del país y del continente-mundo.
Expropiado y explotado por burguesía / Ecocida y genocida /
Alternativas emancipatorias
Expropiado y explotado por la burguesía
Examinemos el análisis siguiente de:
El Congreso de la UTEP con presencia de la CGT termina siendo una muestra de la situación del movimiento obrero.
Convocan a un paro (sin fecha) antes de un mes. Con dirigentes que ya no son burócratas sino empresarios. El movimiento obrero argentino es dirigido por empresarios justicialistas que manejan la CGT como una caja personal. Con más de una decena de millones de trabajadores fuera de todo convenio, con la amenaza del gobierno de bajar moratorias que revientan -al 80% de la clase trabajadora- la posibilidad a jubilarse. Donde el grueso, millones y millones, no llegan a salarios básicos. Donde dejaron pasar sin una lágrima, los cientos de miles de despidos solo del año pasado.
Y la UTEP, sindicato que nació paralelizando otros sindicatos, sin convenio colectivo marco, para convalidar la superexplotación y tercerización de la mano de obra en Argentina desde finales de los 90 y agudizada después del 2001.
La UTEP, que le hizo un favor al sistema con vistas a no reencuadrar a los millones de trabajadores precarizados, que ya no son precarizados, sino parte de un ecosistema insólito llamado «economía popular».
La UTEP, que nació como apéndice del Ministerio de Desarrollo Social, y con el patrón (entonces el Ministro Arroyo) asistiendo a su fundación. Y esto no tiene nada que ver con que muchos (y me consta) militen la UTEP genuinamente, sino que tiene que ver con un debate político sindical.
La existencia misma de la UTEP fue un favor a la burguesía (convalidó la precarización obrera), al Estado (se volvió un sindicato amarillo patronal, apéndice de Desarrollo Social) y a los burócratas de la CGT (que les sacó de en medio la tensión/responsabilidad de afiliar a millones).
Desde la CGT llaman a un paro sin debatirlo con nadie. Sin participación de las bases. Con arreglos limitados. Llaman a un paro «antes del 10 de abril». En principio sin movilización. El movimiento obrero atado de pies y manos a una dirección que mantiene privilegios corporativos, empresas que tercerizan en todos los sectores y ramas.
Es la foto del peronismo en el sindicalismo. Una foto que es cualquier cosa menos nueva. Una foto que muestra cuanto se puede transar, uno tras otro, con todos los gobiernos.
Quienes militamos tanto sindicalmente como territorialmente hace años, conocemos bien el paño, y sus maniobras.
Tengamos presente cómo progresa el neoliberalismo en el mundo:
El final de las certidumbres en el trabajo
15 de marzo de 2025
Por José Candela Ochotorena |
(…) En la segunda mitad de la década de los setenta es cuando el robot -objeto rey de la nueva automatización- asegura un vigoroso avance que ya no se desmentirá (B. Coriat) Desde la óptica del trabajo, la llamada revolución industrial de la robótica tomó la forma de control numérico y desplazó al operario, desde su posición de operador experto en la máquina que maneja, cambió a operador con experiencia en el trabajo con máquinas. Radovan Richta situaría ese comienzo en una fecha menos definida, pero cercana, cuando la física del silicio proporcionó un soporte electrónico a la Cibernética, multiplicando la velocidad de los procesos de información y cálculo.
En la década de 1970, Radovan Richta y Daniel Bell desgranaron los efectos disruptivos de la computación informática para las profesiones humanas. Bell se centró en el futuro postindustrial, dominado por los expertos y con una cultura meritocrática, y el sociólogo checo advertiría sobre la encrucijada de la civilización industrial, y las amenazas latentes en una transición dirigida por el capitalismo.
Tanto la perspectiva liberal de Daniel Bell, como la marxista de Radovan Richta alertaban del riesgo de una tragedia de las ocupaciones durante el periodo de transición, cuando las habilidades aprendidas para el trabajo dejaran de encajar con los nuevos requerimientos profesionales. Ambos acertaron y fueron despreciados por la academia, abducida por las ideas neoliberales. Las razones de ignorar el futuro no eran solo filosóficas; tenían su base en la política, en la contradicción profunda entre capitalismo y democracia que anunciaban (v). La concentración de acontecimientos en torno a 1970-1976 presagiaban fuertes turbulencias, entre otras, la represión sangrienta de los intentos para construir una democracia económica en Chile y en Checoeslovaquia.
Notas: (…)
https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/final-certidumbres-trabajo/20250313150119236301.html
Fuente: https://rebelion.org/el-final-de-las-certidumbres-en-el-trabajo/
Contextualicemos el análisis de Damián Ripetta en la extraordinaria concentración y transnacionalización económica territorial de Argentina como producto de los extractivismos acelerados e intensificados sobre todo después de la pandemia. Significa: omnipotencia del establishment o contubernio de capitales y estados imperialistas con los locales; su dictadura legalizada-legitimada como gobierno de Javier Milei.
Por eso, urge transformar el ¡fuera Milei! (que se convertirá en PJ dejando de cogobernar y asumiendo a pleno su actualizado Estado Corporativo) en «que se vayan todos» pero hoy desde la madurez alcanzada por las autoorganizaciones abajo a la izquierda de décadas y desde la ruptura de la conciliación con el capitalismo implícita en el reclamo de derechos en vez de luchar por abrir caminos a la autodeterminación de los pueblos de Argentina sin fronteras ni muros burgueses.
Sin embargo, todavía rigen dos formas de conciliación con el orden establecido para robarnos todo.
a) La unidad en acción entre diversidades de abajo en febrero respaldó la Marcha LGBTIQNB, el 12 de marzo se solidarizó con la admirable lucha de los jubilados. Pero tiene objetivos ilusos al luchar por la justicia social dentro de un sistema en antagonismo irreconciliable con la humanidad del 90%. Sobre todo, los 40 años de despliegue del neoliberalismo hicieron posible la actual omnipotencia del establishment para imponer ‘democráticamente’ su expoliación total.
Apreciemos que su máxima acumulación de riquezas, poder de dominio e ingresos expropiados a nosotros, los de abajo, implicó que todos los gobiernos de turno durante los 40 años cumplieran con la ejecución de la «Miseria Planificada» (como Rodolfo Walsh denunció en 1977) por el establishment durante su dictadura genocida.
RECORDEMOS AL ESTADO CORPORATIVO QUE FUNDÓ EL GENERAL PERÓN EN 1944 y desde entonces está en vigencia. No podemos seguir exigiendo a la CGT (que lo vertebra más que el Estado Policial militarizado) paro general y ponerse del lado trabajador.
b) El extrañamiento de las mayorías abajo sobre cómo las resistencias al avasallamiento capitalista de derechos sus verdaderas representantes, interpela a multiplicar espacios en común de diálogo con el vecindario en los barrios sobre que están y estamos viviendo.
Recuerdo que este miércoles 12 de marzo atravesé la plaza 1º de mayo a pocas cuadras de donde se estaba desplegando la brutal represión en guerra contra los jubilados y la amplia solidaridad: había muchos jubilados y otros vecinos sin registro de la lucha imprescindible para ellos.
Ecocida y genocida.
Requerimos un 24 de marzo del 2025 que asuma el antagonismo irreconciliable con el Capital y su Estado que hoy, en el país y en el mundo, están en guerra contra los pueblos por maximizar el acaparamiento económico territorial en el planeta pese a estar amenazando de extinción la vida planetaria.
Es recuperar las insurrecciones de 1966 a 1976 contra las cuales se edificó el Estado Neoliberal sobre las bases del Estado Corporativo que implantó Perón encubriéndolo con el Estado benefactor. Hoy el Estado Neoliberal se yergue como Estado policial militarizado por sobre el Estado de derechos formales. Este predominio lo implantó el gobierno de los Fernández, donde CFK era la del poder político, bajo la justificación de protección de la Covid19.
También el gobierno de CFK encubierto por Alberto Fernández, legalizó y legitimó la dictadura de los únicos beneficiarios del sistema imperialista de agronegocios cuyo Plan 2020-203O lo convirtió en ley del agro.
En fin, el gobierno de Cristina y Alberto Fernández nos impuso no sólo el Comando Unificado de las Fuerzas Federales con las de cada provincia sino también la legalización de la ocupación territorial y acaparamiento total del agua dulce de Argentina por MEKOROT, se halla documentado en la ONU su apartheid hídrico a los palestinos.
Reflexionemos sobre la imposibilidad de vida sin agua dulce al componerla como mínimo en 45% y representar el 70% del cuerpo humano. Por tanto, concluyamos sobre el carácter ecocida y genocida que implica:
El agua, el nuevo botín
9 de noviembre de 2022
Por Susana Lara /El Cohete a la Luna
La empresa estatal israelí que secó el río Jordán —aquel en cuyas aguas fue bautizado Jesús y ungido Mesías por el cristianismo— se afianza en la Argentina para el proceso de creación de un mercado del agua de consumo humano, productivo e industrial.
A diez años del proyecto frustrado en la provincia de Buenos Aires, Mekorot Israel National Water Co firmó un acuerdo con el Gobierno nacional que le permite iniciar negocios para la gestión integral de los recursos hídricos de cinco provincias, en tanto que mantiene avanzadas conversaciones al menos con dos municipios sobre la costa del río Paraná. La misma empresa realiza inversiones en infraestructura de agua y salubridad por otro memorándum de entendimiento firmado el año pasado, los que se articulan estratégicamente.
“Uno de los objetivos principales de la política hídrica en Israel fue que la gestión del recurso esté centralizada en pocas instituciones con una clara delimitación de las facultades y responsabilidades de cada una”, según el análisis de Evangelina Dardati, economista chilena. Mekorot es uno de los cinco puntales de ese modelo.
La empresa firmó un acuerdo para la gestión integral de los recursos hídricos superficiales y subterráneos con el Consejo Federal de Inversiones (CFI), quien a su vez lo hizo con los gobiernos de las provincias de San Juan, Mendoza, Catamarca, La Rioja y Río Negro. Las declaraciones oficiales de funcionarios públicos y de los directivos de la empresa permiten interpretar los alcances del acuerdo de negocios plasmados en los respectivos convenios particulares. Arancelamiento de todos los servicios de aguas, modificación de las leyes provinciales y de sus organismos de aplicación, reordenamiento total de los usos y destinos de la infraestructura existente, creación de valores económicos y financieros para establecer un costo del agua en la Argentina, nacionalización y centralización de algunos sectores del mercado, entre otros objetivos de esta gran reforma que pretende completar y perfeccionar la de los ’90.
En este caso, el conflicto se plantea por dos frentes. Por una parte, por el plan de negocios neoliberal para el agua dulce potable, recurso estratégico comparable a la tierra libre de agroquímicos y de ocupantes con título de propiedad privada. Por otra, Mekorot es una de las empresas cuyas prácticas fueron condenadas por el Relator Especial de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Michael Lynk, con rol clave en el proceso calificado como apartheid contra el pueblo palestino en Gaza, Cisjordania y Jerusalén este. El último informe del Comisionado se hizo público en el 25 de marzo pasado; un mes después después, una misión argentina encabezada por el ministro del Interior, Wado de Pedro, recorrió las obras modelo de Mekorot que privan de a Palestina agua en calidad y cantidad suficiente para una vida digna.
El interés de siempre
Como para empezar de cero, sin el lastre de los negociados menemistas, los funcionarios públicos nacionales y provinciales insisten en hablar del acuerdo con Mekorot como reciente, de menos de dos años.
La Argentina e Israel firmaron en 1995 un acuerdo de cooperación comercial y económica. Uno de los antecedentes importantes es el acuerdo del Gobierno de La Pampa e Itzhak Aviran, embajador de Israel en la Argentina a partir de una gestión personal de Osvaldo Roberto Schvartzer, en su rol de presidente de la Asociación Argentina de Amigos de la Universidad de Ben Gurión. El economista estuvo involucrado en los 90 en el cobro y uso de 17 millones de pesos en concepto de ATN (aportes del tesoro nacional) cedidos por la cartera de Carlos Corach a la embajada israelí en Buenos Aires. Años después, le armó la gira de negocios por Israel a Mauricio Macri cuando era Presidente.
Para 2003 Jorge Sobisch, gobernador de Neuquén, avanzó con un proyecto de irrigación de 40.000 hectáreas en el que aparece el grupo de intereses que confluía en la embajada de Israel. Dos años después, le otorgó en forma directa (sin licitación ni concurso público) a la consultora The Israeli Consulting and Technological Company Ltd. (ITC) el diseño de un proyecto de desarrollo agroproductivo para la zona comprendida entre Arroyito, El Chocón y Challacó. El ingeniero Ernesto Schvartzer, sobrino de Osvaldo, armó ITC, brazo técnico-comercial de la Universidad Ben Gurion, con la que ejecuta proyectos de agricultura intensiva en varios países. Hicieron pie en el Valle de Antinaco (La Rioja), Formosa, Salta —de la mano del grupo Socma (Macri)—, así como en Choele Choel y el Idevi (Río Negro), con el discurso de la ampliación de la frontera agropecuaria y la incorporación de tecnología eficiente para el riego de suelos áridos.
El grupo de negocios incluyó socios locales. En 2007 fructificó la alianza con la Federación Nacional de Trabajadores de Obras Sanitarias de la República Argentina (FENTOS). Ese mismo año el gobierno de Río Negro alcanzó un acuerdo con objetivos generales similares a los de hoy. En 2008 Chubut firmó un convenio marco con la dupla gremial-empresaria cuyo desarrollo se fue licuando. Ese mismo año, el ex gobernador Daniel Scioli decretó de interés público un proyecto de saneamiento de aguas en La Plata, que no soportó los cuestionamientos técnicos y políticos y naufragó. En 2009 la empresa anunció su interés por participar del armado y emplazamiento del Polo Industrial y Tecnológico de Bariloche. Por su parte, Juan Schiaretti, actual gobernador de Córdoba y también en 2010, analizó en ese entonces la posibilidad de un acueducto entre el río Paraná y Córdoba.
Muchos de estos proyectos merecen revisarse en profundidad para entender un modo de acumulación de capital asociado a los Estados, los elencos locales de los partidos políticos y la burocracia sindical en el anclaje territorial del modelo neoliberal.
Otros capitales trasnacionales acapararon la atención con la transformación estructural del territorio que emergió con la soja transgénica, los desmontes masivos y el acaparamiento de tierras rurales para nuevas rentas de la naturaleza. Así, no llamó la atención cuando en 2020 reapareció Mekorot en negociaciones con el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA), las que se formalizaron el año pasado. “Mekorot contribuirá en el desarrollo de proyectos de alto impacto para el fortalecimiento de las capacidades de gestión en los servicios de agua y saneamiento a través de un equipo de expertos israelíes con experiencia probada en la gestión de los recursos hídricos. La realización de estudios de viabilidad y de proyectos de tecnología aplicada a los recursos hídricos es uno de los puntos incluidos en el acuerdo. También la elaboración de informes, el asesoramiento, el fortalecimiento de los marcos legales y la planificación”, informó la Cámara de Comercio Argentino Israelí.
El proyecto, lxs proyectistas
“Queremos nacionalizar la gestión de los recursos hídricos. Tenemos un borrador en base a la experiencia de Israel, Estados Unidos y Australia, y al regreso del viaje discutiremos con los gobernadores las mejores opciones. Nuestra propuesta es que haya una sola autoridad del agua en el país”, dijo De Pedro a la salida de la planta Eshkol, en abril. Participa de este proyecto Malena Galmarini, presidenta de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), con la presencia de José Luis Lingeri, integrante del directorio y nexo con las fallidas inversiones en La Plata y Bahía Blanca de hace una década.
Mekorot tiene dos subsidiarias, Mekorot Desalination and Enterprise y Mekorot Development & Enterprise LTD. Esta última es la que integró la UTE para una obra en La Plata que Lingiere conoció de adentro. Por parte de la empresa, participó de las negociaciones con el ENOSHA Moti Shiri, director ejecutivo de Mekorot Desalination. En el acuerdo canalizado por CFI, Barak Graber y Diego Berger. Graber integra los directorios de las firmas con que desarrollaron y operan dos plantas desalinizadoras en Chipre. En tanto, Berger juega de local; nació en Argentina y se radicó en Israel. En mayo participó de actividades en Chile, donde informó al Senado sobre aspectos de la gestión del agua en vista de la reforma constitucional que por entonces se definía.
Los anuncios oficiales no fueron acompañados por la documentación pública correspondiente. La única copia disponible se publicó en el Boletín Oficial después de que la Asamblea Popular por el Agua de Mendoza la reclamara formalmente con una abogada. De esa copia se desprende que al menos Mendoza firmó dos acuerdos con el CFI. El 11 de agosto acordó la realización del “Plan integral para la sustentabilidad del sistema hídrico provincial” por el plazo de dos años. El 5 de septiembre el “Convenio marco de cooperación – Lineamientos técnicos, parámetros y principios de funcionamiento aplicables a la elaboración de un plan maestro para el sector hídrico de la provincia”.
Rodolfo Alejandro Suárez, gobernador de Mendoza, refrendó por decreto el primer acuerdo, que en los considerando indica que comprende cinco proyectos concurrentes: “1) Plan Maestro para el sector hídrico; 2) Código de Aguas para la Provincia de Mendoza; 3) Herramientas para la optimización de la disponibilidad hídrica; 4) Fortalecimiento del programa de inversiones en cauce; y 5) Fortalecimiento de la gobernanza del sistema”. En el segundo acuerdo consta que la cooperación se inicia con la contratación por parte del CFI a la consultora Mekorot Israel National Water para definir los lineamientos técnicos, parámetros y principios de uso sostenible de los recursos hídricos y la adquisición de las capacidades necesarias para la gestión sustentable de estos. Esos términos vagos se delimitan un poco más cuando indica que el proyecto realizará “un análisis del potencial de los recursos hídricos (aguas superficiales y subterráneas); la creación de proyecciones de la demanda de agua (urbana, rural y de riego) para crear un sistema de asignación que permita regular la demanda de agua; definir planes alternativos de abastecimiento de agua”, entre otros objetivos. Mendoza tiene una ley provincial de aguas y una autoridad de aplicación local, el Departamento General de Irrigación (DGI).
Otros pocos detalles surgen de las declaraciones de lxs gobernadorxs firmantes. Río Negro anunció que en dos meses entregará el contenido para el desarrollo del Plan Maestro local, que quedó en manos del Departamento Provincial de Agua (DPA), autoridad de aplicación del código de aguas local. La propuesta propia incluirá una “evaluación de alternativas de desalinización para abastecimiento de agua potable en la región sur y en poblaciones de la zona atlántica; la planificación y optimización de la reutilización de los efluentes generados en las plantas de tratamiento de líquidos cloacales; un análisis de funcionamiento y eficiencia de los sistemas de riego y drenaje, para realizar posteriores planes de reacondicionamiento o modernización; un análisis económico, balance prospectivo y recomendaciones para alcanzar un desarrollo equilibrado, trabajando sobre el valor económico del agua que permita alcanzar un financiamiento genuino de la gestión integrada de los recursos hídricos”, informó la gobernadora Arabela Carreras.
La provincia hizo propio el viejo interés de Mekorot por una planta desalinizadora en Sierra Grande, opción que reflotó el desarrollo del proyecto de hidrógeno verde en Punta Colorada.
Palestina, pueblo originario
Maren Mantovani, coordinadora de relaciones internacionales de la campaña palestina Stop the Wall (Paremos el muro), regresó a la Argentina por Mekorot. Había participado de la campaña de esclarecimiento “Buenos Aires, aguas turbias” por el proyecto de La Plata. La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y la Liga Argentina por los DD.HH. organizaron la presencia de la activista en Esquel (Chubut), donde planteó el tema del dominio del agua para tener el control territorial en el caso de Palestina.
“La acción de Mekorot en Palestina es mucho más que la mercantilización del agua, es el uso estratégico del control del agua para expulsar a las comunidades de los territorios al despojarlos del recurso”, argumentó Mantovani en una conversación virtual. Israel tiene centralizado el uso del agua que es exclusivo dominio estatal. En el control estatal del recurso, Mekorot es la única empresa del sector, brazo técnico de la estrategia de gobierno para con Palestina.
En los reclamos internacionales, consta que extrae una cantidad de agua de los territorios palestinos ocupados que excede la regla de usufructo de las Regulaciones de La Haya y, por lo tanto, viola el derecho internacional humanitario (DIH). Israel prohíbe totalmente a los palestinos abrir nuevos pozos; al mismo tiempo, Mekorot perfora al lado sus pozos más profundos para los asentamientos israelíes de forma ilimitada, mientras restringe el suministro de agua para las comunidades palestinas en la misma región. Estas prácticas empresarias son violatorias de numerosos pactos internacionales.
“Como Sudáfrica y Namibia, Israel comete el delito de apartheid”, sintetizó Mantovani. En ese sentido, en su informe en la sesión 49 del Consejo de Derechos Humanos, el relator especial Lynk advirtió sobre “la transición de un estado de ocupación —que ya supone un desafío al derecho internacional—, a convertirse en un régimen de apartheid asumido por el gobierno israelí (…). Su prohibición incluso constituye una norma imperativa del derecho internacional”.
Dice la Biblia que el pueblo de Israel cruzó a la tierra prometida por el sur del río Jordán, cuyo caudal languidece por años de sobreexplotación para riego y agua potable de la colonización de los territorios palestinos. En su desembocadura, el mar Muerto desciende al perder el único aporte de este afluente de agua dulce.
Envuelto en los discursos del cambio climático y la transición de la matriz energética, la reforma estructural que plantea el gobierno nacional para con el agua dulce potable, en acuerdo con los gobernadores de distinta extracción política, plantea un conflicto de impacto masivo y a mediano plazo. De todos modos, cuesta imaginar un futuro en que las petroleras paguen a precio de mercado el agua del fracking en Vaca Muerta, que los estancieros paguen por usar el agua sin restricciones o se cobre el derroche en piscinas de las viviendas de alta gama.
Fuente: https://rebelion.org/el-agua-el-nuevo-botin/
En consecuencia, la Campaña Plurinacional en Defensa del Agua para la Vida que procura ley de acceso universal al agua dulce desestima la extrema y legalizada-legitimada violencia conque el sistema mundo capitalista y su local expropian los bienes comunes expandiendo, por tanto, el avasallamiento total de los derechos de los pueblos e individuos.
Agreguemos que Israel pretende apropiarse de la Patagonia como Gran Bretaña lo hizo antes y en las Islas Malvinas que domina.
De Gaza a Siria: la persistente realidad del colonialismo de asentamientos israelí
15 de marzo de 2025
Ramzy Baroud /Rebelión
Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo
El debate sobre el colonialismo de asentamientos no debe reducirse a las discusiones académicas, ya que dicha forma de colonialismo es una realidad política, evidenciada claramente por el comportamiento cotidiano de Israel.
Israel no es solamente un régimen expansionista desde un punto de vista histórico, sino que sigue siéndolo en nuestros días. Además, el núcleo del discurso político israelí, tanto en el pasado como en el presente, gira en torno a la expansión territorial.
Con frecuencia sucumbimos a la trampa de culpar de ese lenguaje a un conjunto específico de políticos de derechas y extremistas o a una administración estadounidense concreta. La verdad es muy distinta: el discurso político sionista israelí permanece fundamentalmente inalterado a lo largo del tiempo, aunque pueda cambiar de estilo.
Los líderes sionistas siempre han asociado el establecimiento y la expansión de su Estado con la limpieza étnica de los palestinos, algo a lo que se hace referencia en la literatura sionista como: “el traslado”.
Theodor Herzl, fundador del sionismo político moderno, escribió en su diario en relación con la limpieza étnica de la población árabe de Palestina:
“Intentaremos animar a la población sin recursos a cruzar la frontera procurándole empleo en los países de tránsito, al tiempo que le negamos cualquier empleo en nuestro propio país… Tanto el proceso de expropiación como el traslado de los pobres deben llevarse a cabo con discreción y circunspección”.
No está claro qué ocurrió con el grandioso plan de empleo de Herzl destinado a “expoliar” a la población de Palestina y repartirla por toda la región. Lo que sabemos es que la llamada “población sin recursos” se resistió al proyecto sionista de numerosas maneras. En última instancia, la despoblación de Palestina se produjo por la fuerza y culminó en la Nakba, la Catástrofe de 1948.
El discurso del desarraigo del pueblo palestino ha sido el fundamento compartido por todos los funcionarios y gobiernos israelíes, aunque se haya expresado de diferentes maneras. Siempre ha tenido un componente material, manifestado en la lenta pero decisiva apropiación de viviendas palestinas en Cisjordania, la confiscación de granjas y la constante construcción de “zonas militares”.
A pesar de lo que diga Israel, este “genocidio gradual” no está directamente relacionado con la naturaleza y el nivel de la resistencia palestina. Yenín y Masafer Yatta ilustran claramente a este respecto.
Veamos, por ejemplo, la limpieza étnica en curso en la Cisjordania septentrional, que, según la UNRWA [el organismo de la ONU para los refugiados palestinos], es la peor desde 1967. Israel ha justificado el desplazamiento de decenas de miles de palestinos por necesidades militares, a causa de la feroz resistencia en esa región, sobre todo en Yenin, pero también en otros lugares.
Sin embargo en muchas otras partes de Cisjordania, incluyendo la zona de Masafer Yatta, nunca ha habido resistencia armada. Sin embargo, han sido elegidas por Israel para la expansión de sus colonias.
En otras palabras, el colonialismo israelí no está relacionado con la resistencia, la acción o la inacción. Y esto ha sido así durante décadas.
Gaza es un claro ejemplo. Mientras se estaba produciendo uno de los genocidios más terribles de la historia reciente, empresas inmobiliarias israelíes, miembros de la Knéset (el Parlamento) y líderes del movimiento de asentamientos ilegales se reunieron para discutir las oportunidades de inversión en una Gaza despoblada.
Los insensibles magnates se dedicaban a prometer chalés en la playa a precios competitivos mientras los palestinos morían de hambre, en medio de un recuento de cadáveres cada vez más elevado. Ninguna ficción puede ser tan cruel como esta realidad.
No resulta sorprendente que los estadounidenses se sumaran, como muestran los comentarios igual de despiadados hechos por Jared Kushner, yerno del presidente Trump, y posteriormente por el propio presidente.
Aunque muchos hablaron entonces de la extrañeza de la política exterior estadounidense, pocos mencionaron que ambos países son ejemplos paradigmáticos del colonialismo de asentamientos. A diferencia de otras sociedades coloniales, tanto Israel como Estados Unidos siguen comprometidos con el mismo proyecto.
El deseo de Trump de apoderarse del Golfo de México y cambiarle el nombre, su ambición de ocupar Groenlandia y reclamarla como territorio estadounidense y, desde luego, sus comentarios sobre hacerse con la propiedad de Gaza son todos ellos ejemplos del lenguaje y la conducta típica del colonialismo basado en el asentamiento de colonos.
La diferencia entre Trump y anteriores presidentes es que los otros empleaban el poder militar para ampliar la influencia de EE.UU. mediante guerras y cientos de bases militares en todo el mundo sin utilizar de forma explícita un lenguaje expansionista. En vez de eso se referían a la necesidad de acabar con la “amenaza roja”, “restaurar la democracia”, lanzar una “guerra global contra el terror” para justificar sus acciones. Trump, sin embargo, no siente la necesidad de enmascarar sus acciones con una lógica falsa y mentiras descaradas. Su marca es la sinceridad brutal, aunque en esencia no se diferencia de los demás.
Israel por su parte raras veces siente la necesidad de dar explicaciones a nadie. Sigue siendo un modelo de feroz sociedad colonial tradicional a la que no le preocupa la rendición de cuentas ni respeta el derecho internacional.
Mientras los israelíes continuaban la conquista y limpieza étnica de Gaza, seguían atrincherados en el sur de Líbano e insistían en permanecer en cinco zonas estratégicas, violando así el acuerdo de alto el fuego con Líbano, firmado el 27 de noviembre.
Un ejemplo perfecto de esto fue la expansión inmediata -y quiero decir inmediata- hacia el sur de Siria en el momento en que el régimen sirio se derrumbó el 8 de diciembre. En cuanto los acontecimientos en Siria ampliaron los márgenes de seguridad, los tanques israelíes entraron en acción, los aviones de guerra destruyeron casi la totalidad del ejército sirio y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, canceló el acuerdo de armisticio firmado en 1974.
Dicha expansión siguió adelante aunque Siria no presentaba ninguna supuesta amenaza de seguridad para Israel, que ahora controla el monte Sheikh y Quneitra, en el interior del país. El insaciable apetito por la tierra de Israel sigue siendo tan fuerte como cuando se formó el movimiento sionista y se apoderó de la patria palestina hace casi ocho décadas.
Darse cuenta de esto es crucial, y los países árabes en particular deben entenderlo. Sacrificar a los palestinos a la máquina de muerte israelí con el cálculo erróneo de que las ambiciones de Israel se limitan a Gaza y Cisjordania es un error fatal.
Israel no dudará ni un minuto en adentrarse militarmente en cualquier espacio geográfico árabe en el momento en que se sienta capaz de hacerlo, y siempre encontrará el apoyo de Estados Unidos y el silencio de Europa, independientemente de lo destructivas que sean sus acciones.
Jordania, Egipto y otros países árabes podrían encontrarse en el mismo aprieto en que se encuentra Siria en estos momentos: observando cómo se apoderan de sus territorios y sin recursos para responder ante ello. Esta constatación también debería importar a quienes se ocupan de buscar “soluciones” al “conflicto” palestino-israelí, que circunscriben el problema al de la ocupación israelí de Cisjordania y Gaza.
El colonialismo basado en asentamientos de colonos nunca puede resolverse mediante soluciones creativas. Un Estado colonial de asentamientos deja de existir, y una sociedad colonial de asentamientos deja de funcionar si la expansión territorial deja de ser la norma.
La única solución a esto es que el colonialismo de Israel sea cuestionado, restringido y, en última instancia, derrotado. Puede que sea una tarea difícil, pero es ineludible.
Ramzy Baroud es periodista y director de The Palestine Chronicle. Es autor de cinco libros. El último es «These Chains Will Be Broken: Palestinian Stories of Struggle and Defiance in Israeli Prisons» (Clarity Press, Atlanta). El Dr. Baroud es investigador principal no residente en el Centro para el Islam y los Asuntos Mundiales (CIGA) de la Universidad Zaim de Estambul (IZU). Su sitio web es www.ramzybaroud.net
https://www.counterpunch.org/2025/03/11/from-gaza-to-syria-the-unyielding-reality-of-israeli-settler-colonialism/
El presente artículo puede reproducirse libremente siempre que se respete su integridad y se nombre a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo
Fuente: https://rebelion.org/de-gaza-a-siria-la-persistente-realidad-del-colonialismo-de-asentamientos-israeli/
Alternativas emancipatorias
Analicemos significados e implicancias de defensas y recuperaciones de territorios que conducen a erradicar el capitalismo abriendo caminos hacia la socialización del modo de habitar el planeta o sea están confrontando con sus expropiaciones de bienes comunes tanto sociales como naturales y su expoliación a trabajadores, pueblos e individuos subalternos. Consisten en:
-Resistencias al avasallamiento de derechos de las diversidades de abajo y de la naturaleza, estos últimos es su funcionamiento-evolución esencial a la vida humana/no humana.
-Autoorganizaciones de vecinos e indígenas comunalizadas y territorializadas o sea empoderadas de sentidos colectivos de vida y de ser parte de la naturaleza cuya salud determina la humana.
-Cosmovisiones que aprendieron de los pueblos originarios cuya historia de siglos fue posible por trabajo comunal en armonía con la naturaleza o sea respetando sus derechos para transformarla conforme a necesidades e intereses de la comunidad.
-Pluriversos por aprecio a diversidades de abajo; biodiversidades de la naturaleza lugareña y de los cultivos comunitarios en vez de la agricultura familiar y vastos monocultivos de la agricultura capitalista; a la sustitución del urbanismo y la ciudadanía homogeneizadoras por asambleas de deliberación sobre problemas fundamentales y toma de decisión incluyente de todos quienes comparten territorio, pero comprometidos con la confederación democrática de las comunidades.
-Construcción de autonomía por las autoorganizaciones en lucha y poe las comunidades a las cuales se pertenece que les exige trabajo independizado del Capital y su Estado, lo cual las distancia de quienes sumidos en la desesperación por emplearse ejecutan los ecocidios con sus consecuentes genocidios silenciosos.
-Posicionamiento contra el productivismo e industrialización del capitalismo poniendo de relieve caminos que el protagonismo deliberativo de los pueblos asumirá al responsabilizarse en crear sus respectivos «buenos vivires». Es decir, mira por nuevas relaciones intra e intercomunales y recuperar el trabajo que humaniza al cuidar de optimizar la salud de la naturaleza.
Qué Abya Yala
Hundido en crisis civilizatoria por el sistema mundo capitalistas y sus locales bajo gestión progresista y neoliberal.
Historia y presente/ Ofensiva del sistema mundo capitalista / Alternativas emancipatorias
Historia y presente
El término Abya Yala es en sí mismo un símbolo de identidad y respeto hacia las raíces de los pueblos originarios; y en ese sentido, el poema Abya Yala Wawgeykuna (Hermanos Americanos), originario del pueblo Quechua de Argentina, hace un llamado a la unidad de los pueblos a mantener presente su origen y a continuar su camino siguiendo las huellas de sus ancestros. Tal como su título indica, Abya Yala Wawgeykuna.
Artes, saberes y vivencias de indígenas americanos, el libro que sostienen en sus manos es un tributo a la filosofía de ese poema, pues intenta plasmar el pasado y el presente de distintos pueblos originarios: sus modos de vida, sus manifestaciones artístico-culturales, sus creencias… y al fin y al cabo, su identidad. Leer
Advirtamos que nosotros, como Abya Yala, estamos sumidos no sólo en una acelerada e intensificada desertificación sino también en nuestra fragmentación social por el establishment o contubernio entre países imperialistas con socios menores en los poderes locales.
Examinemos cómo plantean la articulación de saberes académicos con los de las diversidades de abajo. Desde Brasil nos fundamentan caminos hacia conocimientos alternativos en tiempos de crisis civilizatoria en que el capitalismo sumió a la humanidad y crisis estructural del sistema mundo bajo hegemonía de EE.UU. quienes nos relatan nuestra situación tapan que la pelea es por adueñarse de oprimirnos lo más posible aun cuando se disfracen de socios y de cooperación.
Marcelo Firpo, Diego Ferreira Da Rocha, Marina Tarnoski* sostienen:
(…) Hay en este desafío ético, político y epistemológico una preocupación que representa tanto un temor como un dilema. Ëste se expresa en el recelo de la fragmentación y de los relativismos típicamente posmodernos decurrentes del reconocimiento de la gran diversidad de luchas sociales que han proliferado en las últimas décadas, sean estas territoriales, culturales, por identidad, religiosas o de respeto a otras cosmovisiones. Son luchas políticas y ontológicas que cuestionan (las hegemónicas) y reivindican (otras) formas de poder, ser y conocer. Como nos alertaron el sociólogo Aníbal Quijano (2000) y Maldonado-Torres (2007) necesitamos enfrentar las colonialidades del ser, del saber y del poder.
Tales luchas asustan a los proponentes de visiones críticas emancipadoras pautadas en la universalidad de la explotación capitalista, base de la unidad de la clase trabajadora y del sentido teleológico de la mágica palabra revolución que ha orientado tantas generaciones. Esa pretensión de unidad ha sido cuestionada por diferentes procesos de emancipación que apuntan a otras posibilidades de poder, ser y conocer.
No negamos la legitimidad de la causa trabajadora y de sus formas de lucha, sin embargo, queremos enfrentar diversos reduccionismos que limitan las experiencias humanas de emancipación a una dada experiencia de opresión, subalternando a todas las demás. De esa forma, inspirados por nuestras experiencias y por autores sorprendentes como Boaventura de Sousa Santos, cuestionamos: ¿Cómo cada lucha puede (retro)alimentarse de las conquistas y avances de las demás, sin que se pierdan sus propias especificidades? ¿Cómo evitar que los espacios de diálogo entre los grupos sociales que sufren no se hagan arenas de disputas sobre quienes lo hace con más intensidad y por tanto, cuya lucha emancipadora debería tener prioridad sobre todas las demás luchas?
¿Cómo construir redes de solidaridad en que cada uno/a perciba que su propio sufrimiento tiene raíces comunes con lo de otros grupos sociales, aunque no podamos reducir una lucha a la otra? O sea, el reconocimiento que la emancipación social y la promoción de cada agenda política no pueden ocurrir al coste de la exclusión, del sufrimiento y de la intensificación de la opresión de otros grupos sociales, comunidades y pueblos.
Para enfrentar tales cuestiones, necesitamos concienciarnos de que estamos todas/os delante de los mismos dilemas, aunque cada una/o a su modo y que necesitamos construir procesos que permitan pensar estratégicamente los momentos de aglutinación o de distanciamiento solidario. Aprendemos cuando luchamos juntos/as y cuando respetar el protagonismo de otros movimientos, dadas las especificidades de sus luchas, se hace necesario.
Ante esto, ¿cómo enfrentar el dilema de la fragmentación? Nuevos procesos emancipatorios están en este momento ejerciendo las bases de este hacer común que puede caracterizar una humanidad sin guerras, violencias, racismo, machismo, en fin, opresiones de diversos órdenes que impiden el ejercicio de la dignidad humana y la continuidad de la vida en el planeta que continúan, o incluso se intensifican, con la modernidad y sus promesas de emancipación.
Ese desafío civilizatorio implica avanzar en las lógicas y posibilidades de imaginar la emancipación a parir de un pensamiento dialéctico menos dicotómico, más dialógico, fractal y afectivo que reúna pensar y sentir, razón y corazón, objetividad y poesía, finalmente, saberes y prácticas en dirección a decisiones sabias.
¿Cómo enfrentar crisis como las que vivimos sin sabiduría? Para avanzar en el desafío del conocimiento sabio, apoyémonos en concepciones como la del educador Paulo Freire que propone la comunicación como hacer común, una comunión, base de la acción conjunta que interconecta personas y colectividades en la búsqueda del proyecto de quiénes somos y podemos ser. (…)
* Marcelo Firpo, Diego Ferreira Da Rocha, Marina Tarnoski (julio 2022). Salud, ecologías y emancipación: conocimientos alternativos en tiempo de crisis. Ediciones Abya Yala, 1ª edición al español
Ofensiva del sistema mundo capitalista
Prosigamos develando significados e implicancias de ser propiedad de quiénes se enriquecen despojándonos de todo en forma cada vez más extendida y profunda. Ejemplifiquemos la situación en el Abya Yala de emergencias socioeconómica del 90% y socioecológica cuya manifestación contundente es la climática mediante el siguiente análisis:
Propietarios del capital y de la consciencia colectiva
Enemigos del pueblo:
La verdad no oficial de los dueños de Chile
10 de noviembre de 2022
Por Jorge Molina Araneda | Rebelión
En América Latina existen 104 ultrarricos de los cuales nueve son chilenos.
De acuerdo a Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional “La pandemia de Covid-19 ha sacado a la luz la codicia y las oportunidades económicas y políticas que han convertido las desigualdades extremas en un instrumento de violencia económica. Los milmillonarios han tenido una pandemia de lujo. Los bancos centrales han inyectado billones de dólares en los mercados financieros para salvar la economía, pero una gran parte ha acabado en los bolsillos de los milmillonarios, que se han aprovechado del auge de los mercados bursátiles. Con las vacunas se pretendía poner fin a esta pandemia, pero los gobiernos de los países ricos han permitido que los multimillonarios y los monopolios farmacéuticos corten el suministro a miles de millones de personas. Esto podría traducirse en un incremento de todas las formas imaginables de desigualdad. La previsibilidad de esta situación es indignante, y sus consecuencias son letales”.
Agregó, “no falta dinero, eso quedó claro cuando los gobiernos movilizaron 16 billones de dólares para la respuesta ante la pandemia. Lo que falta es voluntad e imaginación para liberarnos del asfixiante y letal corsé que constituye el neoliberalismo extremo… Que las desigualdades estén aumentando a esta escala y ritmo no es fruto del azar, sino de una elección. Los modelos económicos actuales no solo nos han expuesto en mayor medida al impacto de esta pandemia, sino que están permitiendo activamente quienes ya son extremadamente ricos y poderosos exploten esta crisis en su propio beneficio”.
En América Latina existen 104 ultrarricos de los cuales nueve son chilenos, con un patrimonio de estos últimos que a fines de 2021 estaba compuesto, según la revista Forbes, de la siguiente manera:
-Iris Fontbona y familia Luksic: US$23.300 millones
-Julio Ponce Lerou: US$4.100 millones
-Horst Paulmann y familia: US$3.300 millones
-Sebastián Piñera y familia: US$2.900 millones
-Jean Salata: US$2.400 millones
-Roberto Angelini: US$2.000 millones
-Álvaro Saeih: US$1.800 millones
-Patricia Angelini: US$1.600 millones
-Luis Enrique Yarur: US$1.300 millones
A pesar de que este 2022 el salario mínimo obtuvo su mayor alza en los últimos 29 años ($400.000 a contar del 1 de agosto de 2022), este reajuste de 14,3% impulsado desde la CUT y apoyado desde el actual gobierno, no llega a significar en la práctica un real alivio para la clase trabajadora, que finalmente termina pagando la crisis.
Así lo demuestra el último estudio de Fundación SOL, Los Verdaderos Sueldos de Chile, que revela que un 29,1% de mujeres y un 16,5% de hombres ganan un salario igual o menor a $300.000, y afirma que “el 50% de las personas que trabajan remuneradamente gana menos de $458 mil y que 7 de cada 10 trabajadores y trabajadoras recibe menos de $680.000 líquidos”.
Para los investigadores de esta fundación, esta realidad sería consecuencia de un problema estructural: “…De acuerdo a los recientes datos entregados por la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) 2021, se puede concluir que en Chile se registra un considerable atraso salarial, un problema estructural y de largo plazo, que va más allá de las consecuencias negativas coyunturales sobre el mundo del trabajo que ha generado la pandemia mundial COVID-19”.
Estas cifras golpean especialmente a las mujeres, ya que según el estudio ya citado, la brecha salarial continúa dibujando una marcada diferencia entre ambos géneros. A nivel nacional, el 50% de los hombres gana hasta $500.000, mientras que el 50% de las mujeres recibe hasta $405.348.
Lo que viven día a día miles de familias chilenas, cuyos salarios se disuelven al costear la inflación, se contrapone con la realidad de los grandes grupos económicos, que a pesar de esta llamada “crisis”, han obtenido jugosas ganancias. Un claro ejemplo de aquello es la Banca, que según informó la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), cerró el primer semestre de este 2022 con utilidades de más de US$3.270 millones, de lo cuales 585 millones de dólares corresponden solamente a las de ganancias de julio.
“El resultado del mes en el sistema bancario alcanzó los $538.285 millones de pesos de utilidad (MMUSD 585) y el resultado acumulado en lo que va del año sumó $3.008.910 millones de pesos (MMUSD 3.271), aumentando un 48,93% en 12 meses”, señaló el reporte de la CMF.
Según el Resultado del Ejercicio Consolidado por Institución Bancaria, informado por la CMF, entre los bancos que sacan la mejor tajada de la torta inflacionaria, se ubica el Banco de Chile, propiedad del grupo económico dirigido por Andrónico Luksic (Canal 13, CCU, Antofagasta Minerals, etc.), con utilidades de $723.250 millones hasta junio de este año. Le sigue Banco Santander que cerró el primer semestre con $529.124 millones, mientras que el Banco de Crédito e Inversiones (BCI) se quedó con $440.928 millones en ganancias.
Asimismo, existe un alto nivel de endeudamiento y, peor aún, de sobreendeudamiento que persiste en la población chilena. Sin ir más lejos, el último Informe de Deuda Morosa de USS/Equifax, arrojó que en Chile las y los deudores morosos aumentaron por tercer trimestre consecutivo totalizando en el periodo abril-junio de 2022, 4.142.633 personas.
Este reporte evidenció que la mayoría de las y los morosos provienen del retail, en un 46%, y de la banca, en un 25%. A nivel nacional, en promedio, la deuda morosa asciende a $1.894.112.
En cuanto al retail, en enero de este año la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) resumía el exitoso 2021 para el comercio, ya que las ventas minoristas subieron cerca de 30% en ese año. Todo en medio de un contexto de alta liquidez de las personas ante los retiros desde las AFP y ayudas estatales, a los que se sumaron otros factores que aportaron. Falabella, Cencosud, Forus y Tricot destacaron en la entrega de sus resultados, al cierre de diciembre del pretérito año, la fuerte recuperación que lograron y que algunos indicadores llegaron a cifras históricas, tras aumentar sus ventas a doble dígito y expandir con fuerza sus utilidades.
“El 2021 fue un año récord en varios de nuestros indicadores financieros, con un muy buen desempeño de nuestros negocios estando en un pleno proceso de transformación«, calificó Falabella su operación en este ejercicio. La empresa informó ganancias por $652.030 millones, lo que se compara con los $ 30.758 millones del 2020, mientras que sus ingresos aumentaron 21,2% respecto del año anterior.
Cencosud, que reúne a Paris, Jumbo y Santa Isabel, señaló que tras un avance de 1.958% en sus utilidades, equivalentes a $471.910 millones, consolidaron su liderazgo «incrementando la participación de mercado en varios de los negocios de la región«. La firma aumentó sus ingresos en 19,5%.
Mientras que Forus, compañía que en el año pasado alcanzó utilidades por $39.349 millones, un alza respecto a los $ 4.719 millones obtenidos en el año anterior, fue un poco más allá y afirmó que en un año de profundas transformaciones, la empresa «obtuvo los mejores resultados de nuestra historia, medido no sólo en ingresos, sino también en ganancia bruta, Ebitda y ganancia del ejercicio«. En cuanto a sus ventas, la compañía indicó que 2021 se convirtió en el año de mayores ventas de su historia, con ingresos consolidados por $294.690 millones, un crecimiento de 59,8%.
Por su parte, Tricot también vivió un buen 2021 en sus operaciones. La empresa alcanzó ventas por $180.814 millones e indicó que el resultado neto de la compañía el año pasado fue de $23.719 millones.
A su vez, en cuanto a las AFP, en medio de las pérdidas que registraron todos los fondos de pensiones en septiembre, la Fundación SOL dio a conocer las millonarias ganancias que han obtenido las AFP en lo que va del 2022.
Según informaron las aseguradoras, los fondos A y B registraron una caída de -2,01% y 2,90% respectivamente; el fondo C retrocedió en -2,58%; mientras que el D y E registraron las mayores pérdidas con una caída de -3,11% y 3,23%. De igual forma, se informó que el fondo E perdió todos los retornos que sumó durante este año.
En ese mismo sentido, la Fundación SOL informó que, entre todas las Administradoras de Fondos de Pensiones, han registrado ganancias diarias de cerca de $1.300 millones este año.
Según el informe World Inequality Report (2022), el 1% más rico de Chile concentra el 49,6% de la riqueza total del país, mientras que en Brasil los multimillonarios controlan el 48,9%, igual situación que en México (46,9%) y en Estados Unidos (34,9%).
Los historiadores suelen explicar el origen de la brecha social remontándose a los tiempos de la colonia, en los que la mayor parte de las tierras fueron repartidas entre los españoles y sus descendientes. En esa época surgió la hacienda, en la que la sociedad quedó dividida entre patrones, empleados, inquilinos y peones.
Desde aquella desigualdad agraria, la concentración de la riqueza fue expandiéndose a otros sectores económicos de explotación de recursos naturales como, por ejemplo, la minería, que ha convertido a Chile en el mayor exportador de cobre del mundo.
En la historia más reciente, la brecha social se expandió en las décadas de 1970 y 1980 durante la dictadura cívico-militar encabezada por Augusto Pinochet con la creación de un modelo económico con poca regulación que permitió el surgimiento de grandes fortunas familiares.
Según escribió el economista Osvaldo Larrañaga en La desigualdad a lo largo de la historia de Chile, la brecha aumentó con Pinochet a través de mecanismos como “la privatización de las empresas públicas, que pasan a ser propiedad de un número pequeño de grupos económicos, la supresión y represión de los sindicatos, y la conversión del estado benefactor en uno de carácter residual”, entre otras medidas.
En el grupo de los ultrarricos del Chile actual hallamos el caso de Julio Ponce Lerou, el ex yerno de Pinochet que se convirtió en el mayor accionista de la empresa SQM, una de las mayores productoras de fertilizantes, yodo y litio a nivel global, tras la privatización de la firma.
Con el retorno de la democracia en 1990, la pobreza y la desigualdad de ingresos disminuyeron en el país, aunque la riqueza permaneció concentrada en la punta de la pirámide, lo que fue una de las principales demandas durante el estallido social que comenzó en el país en octubre de 2019.
En Chile y Latinoamérica hay niveles más altos de concentración de la riqueza porque en algunos sectores son muy pocos los actores, dice Luis Felipe López-Calva, director regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
“La riqueza nos preocupa cuando viene de rentas por falta de competencia, no cuando es riqueza productiva que genera bienestar para un país”, apuntó.
Chile tiene dueños. No, no es una metáfora. Es la realidad. En nuestro país hay 140 personas que concentran una riqueza de casi 90 mil millones de dólares. Para que tengamos una idea de qué significa ese monto, con esa plata podríamos pagar un sueldo de $600 mil durante un año para más de 9 millones de chilenos.
Esas personas son parte de algunas pocas familias que están totalmente relacionadas entre sí por lazos familiares y negocios. Son las familias Luksic, Matte, Angelini, Piñera, Paulmann, Solari, Yarur, Edwards, Falabella, Larraín, Ponce Lerou y unas pocas más. Además de su propia asociación, esas familias reparten el saqueo con grandes transnacionales. Hay una verdadera división de tareas entre el capital internacional y esa oligarquía chilena.
Las transnacionales se quedan con el sector minero: BHP Billiton (anglo-australiana), AngloAmerican (anglo-americana), Glencore (Suiza); parte de las AFP: Provida (EEUU), Capital (Colombia), del sistema bancario: Santander (España), Scotiabank (Canadá), BBVA (país Vasco), Itaú (Brasil), energía: Enel (Italia) y CGE en manos del Estado chino, que concentrará más de la mitad de la distribución de energía en Chile. Además, están presentes en varios otros sectores (pesqueras, industria, etc.)
Subrayemos el enemigo a enfrentar en vez de sus fetiches es el establishment o:
verdadero consorcio de grandes capitalistas internacionales y algunas familias chilenas para saquear el país y explotar la fuerza laboral de la clase trabajadora que vive en Chile. La riqueza que se queda en Chile se concentra en las manos de esas familias, lo que sale del país va para los capitalistas internacionales. La mayoría de la población, que produce todo eso, con suerte alcanza a llegar a fin de mes.
Esa ínfima minoría de grandes empresarios y banqueros tienen como base de apoyo un sector más amplio que no desea cambiar nada. Conforman un verdadero ejército de intelectuales, políticos, gerentes, abogados, ejecutivos de empresas, oficiales de las Fuerzas Armadas y Carabineros, sectores privilegiados de la Iglesia, etc. Y también están los trabajadores sin conciencia de clase que defienden los intereses de los sectores privilegiados para ver si logran comer de sus migajas.
Los que están en la cumbre de esa pirámide y sus aliados son los verdaderos enemigos del pueblo, los que no quieren que nada cambie. Tenemos que comprender cómo mantienen su dominación, cómo logran concentrar tanta riqueza y poder en sus manos.
Para mantener su dominación la clase privilegiada y sus aliados internacionales utilizan varios mecanismos, como, por ejemplo: los grandes medios de comunicación (que son de los mismos empresarios – La Tercera pertenece a Álvaro Saieh, El Mercurio a la familia Edwards, Canal 13 a los Luksic, etc.), la Iglesia, las universidades, los sindicatos (controlados por la burocracia sindical). Sin embargo, la principal institución que los patrones de Chile tienen para mantener su dominación es el Estado. El Estado no es neutral. El Estado es dominado por los grandes grupos económicos y sus representantes. La Constitución Política fue elaborada por la dictadura en íntima conexión con el empresariado. Toda la legislación actual, defendida por los Tribunales, fue hecha a la medida del gran empresariado e implementada a punta de fusil.
El Grupo Luksic, en 2010, compró el 67 % de Canal 13; adquisición que también incluía Radiodifusión S.A. –Oasis FM, Play FM, Sonar FM, Tele 13 Radio, Radio Horizonte y Top FM–. Así entraba de lleno al negocio de las telecomunicaciones.
El interés que manifestaba Andrónico Luksic estaba relacionado con la imagen que proyecta el empresariado en la ciudadanía, pues aseveró que “en los últimos años se ha ido instalando una concepción que pone en duda el aporte de la empresa privada al progreso de nuestro país” (La Tercera, 2010).
Sin embargo, antes de que Luksic lograra su cometido, otro conglomerado empresarial se le adelantó: el grupo Bethia, que está presidido por Carlos Heller. Bethia, por medio de un acuerdo con el Grupo Bezanilla, logró concretar la compra de las radios Infinita, Tiempo y Romántica. Estas tres radios se sumarían a Mega, Mega.cl, ETC TV y las radios Candela y Carolina.
Los ejemplos mencionados son una clara evidencia de cómo se constituye la concentración de medios que existe en el país. Pero
¿por qué es preocupante? En primer lugar, porque de acuerdo con el informe elaborado por el académico Luis Breull para el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) a fines de 2015, los cuatro principales operadores en cada sector de medios de Chile concentran más del 90% del mercado, cuando en América Latina el promedio es 80%. Esa aseveración también se ratifica en el Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (2016), donde la Relatoría Especial asegura que “Chile exhibe uno de los sistemas mediáticos con mayores índices de concentración”.
En segundo lugar, porque la concentración indebida de la propiedad de los medios de comunicación constituye una amenaza para la libertad de expresión y la democracia (Informe de la UNESCO sobre concentración de medios y libertad de expresión).
El aparato legislativo y judicial están íntimamente conectados al poder Ejecutivo y a las Fuerzas Armadas y Carabineros. Cuando la ideología de la Iglesia, de los medios de comunicación y las amarras de los sindicatos dejan de funcionar para controlar la rabia de los trabajadores, entran en juego la policía y los militares para garantizar el orden. La democracia burguesa solo tiene apariencia de democracia. En el fondo, es una dictadura del capital.
Fuente: https://rebelion.org/enemigos-del-pueblo-la-verdad-no-oficial-de-los-duenos-de-chile/
Alternativas emancipatorias
Hagamos revisión crítica de cómo las luchas por la vida y dignidad de los pueblos están desviadas de ir contra el modo capitalista de producción y mercantilización de la Naturaleza para verdaderamente lograr autodeterminación y creación de sus respectivos buenos vivires. Para ello, generalicemos el concepto de «territorio» y la centralidad actual de las defensas y recuperaciones de territorios.
Quilombola contra los aerogeneradores
17 de marzo de 2025
Por Elisangela Paim y Fabriana P. Furtado
Otras palabras
Cerca de Canoa Quebrada, la comunidad de Cumbe ya no tiene libre acceso ni a la playa ni al manglar. Los molinetes fragmentan el terreno común y obstaculizan a los residentes. Se resisten: “¿De qué sirve un pueblo libre en un territorio prisión?”, pregunta uno de sus dirigentes.
El siguiente texto es un capítulo del libro Mujeres en Defensa del Territorio: Cuerpo, Agua, Tierras . Organizado por Elisangela S. Paim y Fabrina P. Furtado, autoras de la entrevista, fue publicado por Funilaria y la Fundación Rosa Luxemburgo , socia de Outras Palavras.
“La camaronicultura nos sacó de los manglares; el parque eólico nos sacó de las dunas”
Cleomar Ribeiro da Rocha es una quilombola y pescadora del territorio quilombola de Cumbe, habitado por aproximadamente 170 familias (cerca de ochocientas personas), que viven del mar, de las dunas y de los manglares, ubicado en el municipio de Aracati, en el litoral este de Ceará, a unos 160 kilómetros de Fortaleza. El territorio se ve afectado por un parque eólico de la Companhia Paulista de Força e Luz Energia (CPFL), la cría de camarones [cría de camarones en cautiverio], los emprendimientos turísticos y el derrame de petróleo que afectó la costa noreste en 2020. Cleomar participó activamente en los cursos de extensión “Derechos y saberes feministas en tiempos de pandemia” (realizado en 2021) y “Mujeres en defensa del territorio-cuerpo-tierra-aguas” (realizado en 2022). Durante este último, organizamos un intercambio entre las mujeres participantes del curso y referentes de los territorios de la naciente y desembocadura del río Jaguaribe, curso de agua que atraviesa Ceará. Cleomar fue uno de los anfitriones de la reunión. Aquí compartimos fragmentos de las conversaciones que tuvimos con ella durante estas actividades.
Elis & Fabrina: Cleomar, cuéntanos sobre ti y tu territorio.
Cleomar: Soy Cleomar, una mujer de las aguas, soy quilombola, defensora de los derechos humanos. Somos la voz del territorio, quienes estamos aquí somos un pedacito del territorio, aportando toda la lucha y resistencia.
Soy de Ceará, Aracati, costa este, vivo en el territorio quilombola de Cumbe. Para los que no lo saben, tenemos una parte que es zona de manglares, otra que es zona de dunas y otra que es playa. Áreas con las que siempre hemos tenido relación, que me representan, porque soy pescadora, marisquera.
Este territorio es mi ascendencia, un territorio-experiencia, un territorio-memoria. Yo crecí aquí, conozco cada rincón con mucho amor, con mucho cariño. La pertenencia del cuidado, de ver el territorio como maestro, como educador. Yo digo que el territorio nos enseña mucho, y, como tenemos acceso a todos los rincones, pescamos en la laguna, en la playa; Producíamos nuestra harina, asábamos el pescado.
Entonces este territorio significa mucho, ¡es identidad! No sé hablar de mí sin hablar del territorio. Y como dije ¡soy la voz del territorio! Hablo de la relación con él, con el manglar, con las zonas de dunas, con las lagunas, la playa, el mar… Viví dentro del manglar, de donde obtenía mi alimento, este territorio que me daba agua cuando tenía sed, un territorio que trae espiritualidad, encanto. De hecho, como tenemos pesca periódica, en invierno y en verano, el territorio es dinámico y sufre cambios constantes. Seguimos todas las fases que naturalmente tiene el territorio. Yo digo que vamos con las mareas. Es el territorio el que hace la lectura, nosotros somos guiados en este proceso. ¡Es esta relación la que me hace, cada vez más, resistir y luchar! Porque decimos que el territorio sufre, y nosotros sufrimos, ¡porque somos territorio! Cuando nuestro territorio se ve afectado, se degrada, se destruye, se contamina, ¡nosotros también! ¡Sentimos los mismos síntomas desde el territorio!
Considerando lo que significa para usted el territorio, ¿cómo analiza los impactos de los grandes proyectos de infraestructura que se están desarrollando en Cumbe?
Voy a hablar sobre la llegada del parque eólico al territorio quilombola de Cumbe para que puedan entender cómo se instala un emprendimiento de ese porte, incluso con la idea de energía limpia, energía renovable que mejorará la vida de todos, una energía que no destruye. Esta es la discusión, este es el discurso de desarrollo que llega a la comunidad.
Este parque eólico cuenta con 67 aerogeneradores. Fuimos uno de los primeros territorios de Ceará en sufrir los impactos negativos, con la llegada de la noticia de que la planta se instalaría en Canoa Quebrada, una playa ubicada junto a nuestro quilombo. Así empezó así, sin saber nosotros si iba a ser en Cumbe. ¿Y cómo llega? Viene trayendo violencia, violando nuestros cuerpos; Nuestros cuerpos son oprimidos dentro de nuestro propio territorio, al que se nos niega el acceso pleno.
A menudo decimos: “¿Qué sentido tiene un pueblo libre en un territorio penitenciario?” Territorio al que no tenemos acceso. Durante la instalación de la planta, nuestros niños ya no iban solos a la escuela; Aparecieron muchos bares y, con ellos, las bebidas; mujeres y niños vulnerables, expuestos a la explotación sexual, debido a la gran cantidad de trabajadores varones procedentes de otras ciudades; mucho polvo procedente de los camiones que provoca problemas respiratorios; problemas psicológicos. Todo ha sido muy invasivo hasta el día de hoy, con muchas restricciones en el mar y en las dunas.
Y hay más. En la década de 1990 también nos enfrentamos a la llegada de la camaronicultura, (1) el camarón criado en cautiverio que domina toda esta zona de manglares. El área donde mejor me cuidaron, mejor me alimentaron y donde aún hoy consigo mi comida. En la zona de playas y dunas, tengo una relación con las inundaciones que tuvimos en el territorio y nos tocó vivir en las dunas. Creamos una relación, plantamos en las dunas, pescamos en los lagos y el mar, recogimos frutas, teníamos una relación ancestral, un lugar de afecto. ¡Ahhh, tanto cariño!
La cachaça de Cumbe era una cachaça muy famosa y conocida. Y, como el quilombo está en una región con un colonelismo de tierras muy grande, de molinos nuevos, donde ya se trabajaba cachaça desde hacía mucho tiempo, decían que el manglar no era importante, que la duna no era importante. ¡A ellos no les importaba, ¿verdad?! Y es por todo esto que hablamos del racismo, del racismo ambiental que afecta a nuestro territorio. Y eso también afecta nuestra salud dentro de un lugar que está destruido, fragmentado.
En resumen, la cría de camarones nos sacó de los manglares, el parque eólico nos sacó de las dunas.
Cleomar, ¿cuáles son los impactos del parque eólico?
Es todo muy grande, muy gigantesco, te da miedo ese poder. La planta ingresa a una comunidad que no contaba con la estructura para recibir un proyecto de esta envergadura. Por eso luchamos por todos los medios para evitarlo.
Pero todo ya estaba decidido antes de que ellos llegaran, sobre todo porque nos ocultaron el proceso, decían que era en Canoa Quebrada. Luego, cuando nos damos cuenta, la planta se está construyendo prácticamente dentro de nuestro territorio. Sufrimos mucho por eso, fue como si nuestras vidas se hubieran puesto patas arriba.
Estamos hablando de una comunidad donde muchas casas estaban hechas de adobe. Y con el desarrollo, muchas casas se cayeron. Casi se cae la iglesia, casi se cae la escuela. Está el impacto de los coches pesados que van y vienen, el impacto de los aerogeneradores pesados dentro del quilombo, dentro de una comunidad que no tiene estructura. No había forma de prepararse para una estructura como esa. Primero vino una empresa a trabajar en las dunas. Lo más doloroso, durante este período de construcción, fue ver la devastación del territorio, la devastación de nuestras lagunas siendo sepultadas. Demarcaron toda la zona, desde la carretera por donde pasaban los camiones hasta el lugar de instalación de todas esas hélices, esas torres. Y muchas de estas torres están sobre lagunas tradicionales. Tenemos varios lagos tradicionales en la comunidad en el área de dunas y era por estos lagos por donde pasaban los caminos. Enterraron muchos estanques. Era imposible creer tanta destrucción, tanto desgarro en el territorio provocado por el parque eólico.
¿Cómo podremos soportar tanta destrucción de “energía limpia”? Entonces, veamos el papel de esta “energía limpia”: destruyendo comunidades, destruyendo nuestras vidas, destruyendo nuestras prácticas y devastando nuestro territorio. Mucha gente pregunta: “Cleomar, incluso con este proceso de construcción, esta violencia, toda esta degradación, ¿hay paz hoy?” Hoy en día, la situación es aún más grave. ¡Son muy bajos, son muy malos!
¡Las empresas sólo buscan el lucro! Y es como si no fuéramos parte de la tierra, porque en ningún momento se nos ve. Oh, hay gente ahí, tienen sus prácticas culturales, tienen su relación con el lugar, la cultura de ir a la playa, de ir a los manglares, de ir a las lagunas, de recoger fruta, de recoger leña. Acabaron con nuestras prácticas culturales en las dunas, sobre todo porque hoy tenemos un campo minado de redes de cableado eléctrico. Y es bueno recordar que las dunas móviles juegan un papel, ni siquiera ellas pueden contener su fuerza.
¡Tienen máquinas trabajando todos los días, todos los días, todos los días! Hay veces que no controlan la fuerza de la duna, y de un día para otro ésta se mueve muy rápido. Debido a esta destrucción, debido al parque eólico, perdimos nuestra autonomía, nuestra identidad. Nos perdemos en el territorio. Entonces, a pesar de que el discurso es de producir buena energía, energía limpia, energía que no produzca contaminación, en la práctica está destruyendo comunidades, está destruyendo patrimonio ancestral.
Que esto quede explícito, porque la idea es que esta energía es “limpia”, pero lo contextualizamos: “Mira, la energía no me deja pasar por mi territorio, la energía ya no me deja hacer mis prácticas, la energía no me deja disfrutar de los lagos, pescar en los lagos, ir a la playa!” ¡Miren el papel de esta “energía limpia”! ¿Es sostenible? ¿Es renovable? Destruir a las mujeres, sus cuerpos, no sólo el mío sino el de quienes vivimos en la comunidad. Y luego, cuando llegamos a este nivel de enfermedad, es porque estamos fragmentados, ¡al igual que el territorio!
El territorio resiste tanto como puede y nosotros, a través de nuestra relación con la tierra, lo leemos pidiendo ayuda. Como también somos territorio, estamos sintiendo. Reflejamos el dolor, la destrucción; La privatización que está sufriendo la tierra es también nuestra privatización. Porque no soy libre, sigo siendo esclavo, en el sentido de que ya no tengo mi libertad en el territorio. Y la esclavitud, sabemos que se renueva de esa manera, este tipo de esclavitud de personas encadenadas en su propio territorio, se nos impide completar nuestras prácticas. Tanto en zonas de manglares, por el cultivo de camarón, como en zonas de dunas, por las centrales eólicas.
¿Cómo afrontas un proyecto construido desde el discurso de las energías limpias, como has mencionado antes, en nombre de la transición energética?
Dado que la energía eólica viene acompañada de este discurso sobre energía limpia, ¿quién estaría tan loco como para decir que está en contra de este proyecto? Los empresarios nos decían a la cara: “Los movimientos pedían energía limpia y ahora esa energía ha llegado”. Tanto es así que hoy todavía dicen, contextualizan esto, “es una energía que ustedes pidieron”. Pero esa energía tiene que ser contextualizada, porque, así como fuimos el primer territorio quilombola en recibir ese tipo de emprendimiento aquí en Ceará, también fuimos la primera comunidad en contextualizar lo que realmente era esa energía limpia.
¿Cómo es limpia esta energía si está destruyendo comunidades, destruyendo pueblos, destruyendo ancestralidades, destruyendo prácticas? Ya no puedo seguir con mis prácticas culturales, estoy prohibida, estoy limitada, estoy expulsada de un territorio que es tan importante para mí, para nuestras prácticas. Yo digo que el territorio es estructurante, porque trae esa reproducción cultural, ancestral, social, económica, pero hoy tenemos que vivir de estrategias, de incidencias.
¿Cómo vivir en el territorio afectado por tantos proyectos? ¿Cómo podemos reinventarnos hoy para tener un territorio donde vivir, para que nuestra ancestralidad y nuestras prácticas no sean todas exterminadas por culpa de un parque eólico que dice ser limpio? Esta energía no es limpia. Nuestros cuerpos están rotos, nuestros cuerpos están fragmentados, nuestros cuerpos están oprimidos por un parque eólico que dice estar limpio.
Para las empresas, nuestras vidas no importan, no se ven afectadas. Y traemos este contexto para afirmar que no está limpio, porque está afectando un territorio que tiene este significado muy importante para nosotros.
Frente a toda esta violencia, silenciamientos, violaciones e impedimentos para realizar sus actividades y sus formas de vida, ¿cómo se organizan?
La asociación quilombola viene en un intenso proceso de lucha, en el que solemos decir que lo que ocurre hoy ya lo venimos alertando desde hace mucho tiempo. Lo venimos denunciando desde el inicio de nuestra lucha, hablando del papel de esta “energía limpia” en nuestro territorio. Para ir a la playa, por ejemplo, tenemos que tener un acuerdo. Esto es porque necesitamos movilizarnos, necesitamos ir a pescar, acceder a la playa, a nuestras lagunas, a nuestras áreas. Entonces, es una lucha constante, una lucha diaria, es una lucha para nosotros permanecer aquí, porque los aerogeneradores no nos dejan movernos.
Para llegar a la playa o las lagunas, tengo que pasar por este parque eólico. Y luego, si le preguntas a la dirección de la empresa si estamos impedidos, te dicen: «No, ellos pasan. Nuestra preocupación es orientarlos para que no corran ningún riesgo». Me gustaría señalar que venimos asumiendo este riesgo desde hace algún tiempo, desde que oímos hablar de estos proyectos.
La empresa es cada vez más violenta. Para poder pasar, tenemos que luchar, luchar para llegar a nuestro cementerio. Es todo muy agresivo por parte de esta planta que dice estar “limpia”. Para llegar a nuestro cementerio, que es un cementerio secular, considerado sagrado, tenemos que pedir permiso. Al principio teníamos que escribir una carta cuando alguien moría. Teníamos un camino para llegar al cementerio que fue destruido por la cría de camarones. Para ir a la duna, tuvimos que escribir una carta a la empresa. Esto cambió después de que llegamos a un acuerdo, un Término de Ajuste de Conducta (TAC), para que pudiéramos seguir adelante y enterrar a nuestros muertos, a nuestros seres queridos. Así que no es un día cualquiera el que podemos ir al cementerio.
¡Mira lo serio que es todo esto! Pero esto parece tan banal y tan correcto. ¡Para nosotros es tan violento tener “energía limpia” y ser maltratados por esa “energía limpia”! ¡Estamos siendo destruidos, estamos siendo expulsados por esta “energía limpia”!
Pero seguimos resistiendo. Cada año organizamos el Festival del Manglar, 2 que ya era una práctica nuestra, pero lo oficializamos como una forma de resistencia, como una forma de lucha, de fortalecimiento, de decir que existimos, de identidad. Mi identidad es el manglar, mi identidad es el territorio, y las consecuencias se reflejan en nuestros cuerpos, en nuestras enfermedades, en la criminalización, en la persecución.
Entonces nos organizamos, como asociación, para también combatir esto. A menudo decimos que somos gente fiestera a la que también le gusta bailar. Y la fiesta del manglar trae mucho de eso, esta forma de luchar contra toda la opresión que vivimos dentro del territorio. Entonces, somos un pueblo quilombola, pescadores oprimidos por la “energía limpia”.
Otra forma que tenemos de organizarnos es el Bloco Carambola, que también es una fiesta, desfilamos en el carnaval cultural. Creamos un cronograma para tener una celebración cada mes, como el Día del Quilombo, el día de nuestra certificación.
También realizamos mucho trabajo de campo cerca del parque eólico. No entramos, pero tomamos clases, sabemos que hay vigilancia y también persecución cuando vamos allí. Una de las cosas que hizo la iniciativa fue dividir a la comunidad. Vemos esto en varios territorios, la división que imponen las empresas, que buscan dividir y dominar. Dividir es una estrategia colonialista.
¿Cómo ha sido el proceso de lucha por la defensa de tu territorio y de tu cuerpo, como mujer, quilombola, pescadora?
Dentro de un quilombo lleno de conflictos, lleno de persecuciones, aún tenemos la fuerza de buscar nuestra identidad, nuestra historia y ancestralidad que el colonialismo intenta borrar. Yo digo que estamos cosiendo nuestra historia, que fue borrada por el colonialismo y por el colonialismo de la región. Y por eso es importante estar en estos espacios, no hay nada más cierto que traer nuestra realidad, hablar por nosotros mismos. Nuestra historia siempre ha sido contada desde el punto de vista de los colonizadores, y necesitamos contar nuestra propia historia, nuestra propia realidad, y no dejar que otros hablen por nosotros.
La colonización es un proceso en el que no puedo ser, no puedo pensar, no puedo tener otra lectura de la vida, de la historia, no puedo ser una mujer rebelde, no puedo ser una mujer de lucha, no puedo ser una mujer que resiste. Mi pertenencia, mi historia, mis prácticas son más flagrantes que todo aquello que me ha hecho sentir inferior a lo largo de mi vida, en lo que han tratado de imponer que yo no era capaz. El patriarcado no me dejó estudiar y truncó mis sueños. ¡El patriarcado mata! Hoy me siento orgullosa de defender mi territorio, de defender a la mujer que soy, a las mujeres que estamos en la lucha. Quiero dar visibilidad al poder que somos, las mujeres somos poderosas, aunque suframos la colonización, el sistema capitalista que se impone en nuestras vidas. Mi infancia fue así y me hizo esta mujer luchadora, tengo prisa por luchar,
por cambiar la historia.
También quiero agradecer a las organizaciones que nos apoyan, que nos acogen, que nos cuidan cuando salimos de los territorios para ir al encuentro de otras mujeres, ¡eso es muy bueno! Sin duda, además del proceso de desenvolvimiento dentro de los territorios, ¡nos sentimos queridos y cuidados! Allí, con empresas y otras personas ajenas a la comunidad, el escenario es diferente. ¡Parece que somos los villanos, la gente malvada!
Éste es el entendimiento que se nos transmite. Defendemos la vida; Al mismo tiempo, parece que la lucha de nosotras, las mujeres, en defensa del territorio, queda marginada. Tuve que salir del manglar, de trabajar con mariscos, de defender el territorio, de defender el manglar. Fue mi autocuidado: trabajar en la marea, observar las mareas, las mareas altas, las mareas secas. Tenemos procesos dentro de los territorios, estamos atendidos, ¡incluso al trabajar! El manglar nos cuida. En el trabajo no sentimos que trabajamos, nos sentimos cuidados. Desde allí tomamos la comida. Tuve que salir a desempeñar este papel de cuidador.
Y como dije, nosotros somos el territorio, este dolor está dentro de nosotros. Y luego, lees la tierra, los manglares se están degradando, nuestras aguas se están contaminando, nuestros océanos se están privatizando, porque la energía eólica también dice que es dueña de nuestras playas. En invierno vamos a pescar, tenemos una relación muy estrecha con esas dunas, con las lagunas, vamos a buscar hierbas y ya no vamos a esos lugares. ¡Esto es muy doloroso y te enferma!
Estamos aquí con zonas de manglares que están siendo destruidas, más de diez hectáreas están ocupadas por el cultivo de camarón, hemos perdido el acceso. A veces dicen: “¡somos frágiles!” ¡Pero son estas situaciones las que nos hacen vulnerables! Y para que podamos salir de nuestros orígenes, de nuestras prácticas, enfrentar otros escenarios, estar en otros lugares, defender este territorio, que es importante para las generaciones que vienen, necesitamos fortalecernos.
Mientras digo que me expulsan, que me oprimen, ¡la energía eólica pretende ser “energía limpia”! ¿Quién miente? ¡Porque no nos ven y muchas veces piensan que somos un fraude cuando digo que me están expulsando, que me están oprimiendo dentro de un territorio por una energía que dice ser limpia!
Es un gran sufrimiento. Lloro. Cada día es un desafío. ¡Es tan fuerte! ¡Es tan doloroso! Creo que expresar mis sentimientos de indignación, de la injusticia que sentimos dentro de los territorios, es importante. ¡El territorio tiene una representación muy grande en mi vida! ¡El manglar sufrió durante largos periodos el mal olor y el mal olor de un lugar repugnante! Pero Él me alimentó toda mi vida, ¡Él me alimenta! El manglar es la cuna de la vida, para tener nuestros peces en los océanos, ¡necesitamos cuidar nuestros manglares!
A veces, en momentos en los que no podemos hablar, nos abrazamos, porque no podemos hablar, ¡el dolor es tan grande! Y revisamos nuestras estrategias: “¿Cómo lo vamos a hacer?” Hay momentos en que no tenemos salida, pero también evaluamos dónde está el problema, identificamos dónde está, ¿cómo podemos combatir todo eso? ¿Qué delito cometo al defender mi territorio? ¿Cuál es el delito?
¡Es mi derecho vivir mi manera de vida, es la regla para mí, lo que mi comunidad me enseñó es la regla para mí! Cuidar mi patio productivo, salir a pescar, salir a caminar, porque el territorio brinda ese autocuidado. ¡Toda mi vida fui cuidada por un territorio que me dio todo lo que quería! La lucha me enseñó mucho a tener ese papel de mujer dentro del territorio, pero dejamos allí, el quilombo, muchas veces criticado, ese prejuicio del racismo de decir “¿qué hacen estas mujeres ahí en Río de Janeiro?”. Si mi hijo, por ejemplo, tiene alguna dificultad en la escuela, dicen que le va mal porque su madre no está en casa. ¡Se mueve, duele! ¡El proceso que nosotras, las mujeres, pasamos para estar en la lucha! He oído decir: «Es feo que una mujer pelee, ¡que una mujer pelee!»
He aprendido y sigo aprendiendo mucho, mucho, de otras mujeres que luchan. Cada mujer que escucho hablar de su lucha me fortalece en mi territorio. El proceso de defensa del territorio no es fácil, ¡es muy repugnante! ¡La injusticia es constante, es constante! ¡Los productores de camarones y los empresarios de los parques eólicos nos señalan constantemente con el dedo! ¡Estamos vigilados dentro de nuestro territorio en todo momento! Para mí caminar en el territorio, caminar en las dunas, ¡hay una vigilancia detrás de mí! ¡Me gustaría poder sacar esas torres, no puedo cargar una torre como esa!
Entonces ¿para quiénes son esos vigilantes? ¡Están para nosotros, para vigilarnos y criminalizarnos! Y respondemos a los procedimientos legales. Por eso estamos en el programa de defensa de los derechos humanos, porque constantemente estamos amenazados, porque hacemos nuestra defensa, nuestra lucha.
Finalmente mi formación fue la del territorio, esa formación que me hizo más humana, y que yo como pescadora negra tengo que tener, tengo que hacer algo, no soy cobarde, tengo que luchar por este territorio, incluso estando enferma, incluso con este proceso violento que estamos viviendo! ¡Estoy enferma, estoy luchando!
Notas:
1 Técnica para la crianza de camarones en cautiverio. La camaronicultura necesita construir una compuerta, que sería una forma de drenar el agua, por lo que necesita que el agua que llega a esos estanques pase a sus tanques camaroneros. El cultivo de camarones es el cultivo de camarones en cautiverio.
2 La Fiesta del Manglar es un evento tradicional que se realiza anualmente en el Territorio Quilombola de Cumbe y tiene como principal objetivo ocupar el territorio, hablar sobre el ecosistema del manglar y su importancia para la comunidad quilombola-pescadora.
ELISANGELA PAIM Y FABRIANA P. FURTADO
Elisangela Paim es periodista y coordinadora del programa latinoamericano de clima y energía de la Fundación Rosa Luxemburg. Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Coordina cursos de investigación y extensión en conjunto con la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro (UFRRJ) sobre energía, clima y mujeres. Recientemente coordinó un informe sobre los resultados de la investigación colectiva «En nombre del clima: Mapeo crítico».
Fabrina P. Furtado es profesora del Programa de Posgrado en Ciencias Sociales del Desarrollo, la Agricultura y la Sociedad (CPDA) de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro (UFRRJ) e investigadora del Colectivo de Investigación sobre Desigualdad Ambiental, Economía y Política y del Grupo de Estudios sobre Cambio Social. Coordina proyectos de investigación y extensión sobre neoextractivismo, financiarización de la naturaleza y mujeres.
https://outraspalavras.net/descolonizacoes/uma-quilombola-contra-as-eolicas/
Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2025/03/19/brasil_ceara-comunidad-quilombola-contra-los-aerogeneradores/