DESACUERDO CON LAS DOS SIGUIENTES ARGUMENTACIONES* A FAVOR DE QUE SEA SÓLO ¡FUERA MILEI!

Luismi Uharte sostiene en los siguientes fragmentos:

(…)3) En el plano económico, el reciente acuerdo con el FMI es la decisión más trascendental por dos razones. En primera instancia, porque implicará de nuevo un gran endeudamiento acompañado de recortes drásticos. En segundo lugar, porque activa el tradicional mecanismo de acumulación de capital que utiliza la oligarquía argentina para recibir dólares, apropiárselos y luego practicar la fuga de capitales. (…)

4) El ataque a las políticas de memoria y reparación de la dictadura es otro frente abierto por Milei. Rompiendo el consenso de 4 décadas, no sólo puso en cuestión el genocidio, sino que está intentando ahogar a los centros de memoria, reduciendo al mínimo su personal, como recuerda la historiadora Paula Klachko. En nuestra visita al icónico Museo de la Memoria ESMA, situado en la siniestra Escuela de Mecánica de la Armada, así nos lo transmitió su personal.

 3) Reparemos que la burla de Cristina y Alberto Fernández al ¡basta de gobierno de Mauricio Macri! del voto mayoritario en el balotaje 2019 incluyó forzar a las diversidades de abajo a hacerse cargo de la enorme deuda que contrajo. También recordemos cómo se alardeó que Néstor Kirchner independizó la Argentina del FMI.

Reflexionemos sobre qué manifiesta Alejandro Olmos Gaona, historiador argentino, dedicado al estudio de la deuda externa e hijo de Alejandro Olmos también historiador de la misma temática y querellante en el juicio sobre la legalidad de la deuda externa argentina.

Martes, 2 de Enero de 2024

La deuda durante los gobiernos Kirchneristas: discurso y realidad

Análisis
Por Alejandro Olmos Gaona
Las atronadoras críticas que recibiera en su momento el gobierno de Macri, por parte de ex funcionarios y militantes del entonces Frente para la Victoria, respecto a ciertas decisiones económicas, como la nueva relación con el FMI, o con los grupos financieros, no fueron producto de la buena fe, o de la crítica rigurosa, sino simplemente del efectismo político con el que se pretendió combatir una gestión. Parece que los que así actúan hubieran perdido la memoria, o hubieran consumido el discurso de la «década ganada», ignorando realidades que los documentos muestran de manera contundente, y que ponen en evidencia cómo fue la relación de los gobiernos kirchneristas con los organismos multilaterales de crédito. Se los demonizaba en público, pero se accedía a lo que ellos querían, sin que esto se diera a conocer en ningún caso.

El habitual secretismo que imperó siempre en las negociaciones internacionales, permitió que muchas decisiones gubernamentales que afectan nuestra economía permanecieran silenciadas, mientras se mostraban estrepitosamente números y cifras que pondrían en evidencia el éxito del “llamado modelo nacional y popular”, aunque solo fueran producto de una ya rutinaria manipulación de las estadísticas, que a nadie asombra porque es parte de la habitualidad económica con la que se maneja el gobierno.

La demonización constante de los organismos multilaterales de crédito a través de los discursos presidenciales de la Sra. De Kirchner, y lo sostenido por diversos ministros de su gabinete, encubrieron una realidad distinta que ponía en evidencia cómo se negociaba con ellos, como se acordaban créditos para financiar planes sociales; como se continuaba con el clásico esquema se someterse a una lógica financiera de la que no existía la menor intención de salir y formaba parte de los manejos de un esquema de poder  que se recicla permanentemente aunque muchos ingenuos, en forma apresurada le han augurado un desenlace fatal.

Hay que estar viviendo en una dimensión distinta de la realidad para dudar de la relación operativa de los organismos multilaterales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y Corporación Financiera Internacional) con los grandes grupos financieros internacionales. El Plan Brady es un ejemplo de cómo colaboraron para salvar a los bancos privados transnacionales, y liberarlos de créditos presumiblemente incobrables, articulando toda una estructura que fue impuesta en casi todos los países de Latinoamérica, a principios de la década del 90, mediante la cual además de incrementar el endeudamiento externo, permitieron comprar empresas públicas a precios irrisorios, lo que determinó en la Argentina, un desguace integral del Estado.

Las investigaciones que realicé en el Ecuador en oportunidad de integrar la Comisión de Auditoría de la Deuda de ese país, me permitieron conocer documentos confidenciales de cómo operaban estos organismos multilaterales a través de créditos, que se otorgaban para supuestos planes de desarrollo, y se desviaban para el pago de deuda externa y otras obligaciones, sin contar la exigencia de contratar auditorías impuestas por ellos, que en muchos casos, se llevaban en costos operativos sumas descomunales que se pagaban con los créditos otorgados. Por supuesto estaban las habituales condicionalidades, los planes de ajuste, la formulación de planes económicos a los que había que someterse, para contar con “ayudas” ficticias que encubren la realidad de un sistema perfectamente elaborado para condicionar las políticas de los países dependientes.

Después del pago, efectuado en diciembre del 2005, al Fondo Monetario Internacional, con el cual se cancelara la deuda pendiente con este organismo, el ex Presidente Néstor Kirchner, los ministros y distintos funcionarios del Poder Ejecutivo, reiteraron en cuanta ocasión se les presentara, que mediante ese pago se terminaba la sujeción al Fondo y a sus políticas, que “mucho dolor y hambre nos trajeron” disponiéndose una relación diferente con los organismos multilaterales de crédito, a los que la Argentina no iba a volver a recurrir. Tales conceptos abundaron también en los discursos de Cristina Kirchner, y los funcionarios que la acompañaron en su gestión, donde la sobreactuación discursiva, fue parte del ejercicio del poder para solaz de una vasta legión de aplaudidores, y el engaño constante a sectores populares que de buena fe se convencieron de la palabra oficial.

Nadie que conozca la política económica llevada a cabo durante la dictadura, y especialmente durante la década del 90, podrá justificar las constantes intromisiones del FMI, del Banco Mundial y del BID, en los planes de ajuste y en las restricciones económicas que produjeron hambre y desocupación. Lo que resulta una manifiesta contradicción, es que las actitudes de los presidentes Kirchner, hacia el FMI y los organismos multilaterales, no tuvieran nada que ver con lo que dijeron para sus sumisos auditorios y para una obnubilada militancia, que tomó como verdad revelada el contenido de los discursos.

Debemos recordar, que Néstor Kirchner fue el presidente que más le pagó al fondo transfiriendo todos los recursos que eran exigibles y sin cuestionar en momento alguno la legalidad de sus demandas, aun cuando la Comisión de Fuga de Capitales de la Cámara de Diputados, había determinado en el año 2002, que todos los préstamos del FMI, había sido fugados por empresas y particulares, con el conocimiento de ese organismo, tal como fue puesto en evidencia por su Oficina de Evaluación Independiente.

Durante la gestión  de la Presidenta Kirchner, las relaciones con el FMI y con el BID, fueron de estricta sumisión a las decisiones adoptadas por estos organismos. En efecto; haciendo un elogio de las contribuciones del BID para eliminar la pobreza y promover una mayor equidad social, la Sra. De Kirchner envió al Congreso Nacional en el 31 de agosto del año 2011, un proyecto que fue aprobado, para capitalizar al BID, en la suma de USD 7.525.760.227, más USD 26.779.415 para el Fondo de Operaciones Especiales, sumas que se abonaron en cinco cuotas, la primera en el 2011 y las restantes este año, el año 2013, 2014 y 2015 respectivamente, suscribiéndose acciones por esos importes.

En el Proyecto que llevaba la firma del ex Ministro de Economía Amado Boudou y el Jefe de Gabinete de Ministros se hacía mención a que el BID planteó entre sus metas “el logro de una mayor equidad social y la reducción de la pobreza en los países de menor desarrollo de América latina y el Caribe y, asimismo mediante el fortalecimiento de las operaciones de cooperación técnica y productos no financieros a países, reforzar sus estructuras institucionales”.

Este Proyecto de capitalización fue idea de los mayores accionistas de la institución (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, China, etc.) para compensar las importantes pérdidas que le ocasionaron inversiones especulativas que determinaron que su capital operativo disminuyera considerablemente. En el año 2008 las pérdidas fueron del orden de los USD 1.900 millones, lo que llevó al Senador Richard Lugar, del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos a pedir explicaciones al presidente del BID, Luis A. Moreno, quien reconoció el la existencia de operaciones de riesgo lo que determinó a que con fecha 22 de marzo de 2010 la Asamblea de Gobernadores aprobara la Declaración de Cancún , que llevó a elaborar un documento técnico que con fecha 24 de junio de 2010 , el Ex ministro Boudou votó favorablemente. En ese documento se resolvió elevar el capital del Banco en la suma de USD 70.000.000.000 más la suma de USD 479.000.000 para el Fondo de Operaciones Especiales.

Hace dos años el ex Presidente de la Comisión Presidencial para la Nueva Arquitectura Financiera del Ecuador, Dr. Pedro Páez, me había comentado los quebrantos del BID, y de lo absurdo que suponía seguir postergando la capitalización del Banco del Sur, mientras se entregaban ingentes fondos a los organismos multilaterales.

El 15 de diciembre del año 2012 el Fondo Monetario Internacional decidió aumentar las cuotas de participación en el organismo, lo que tuvo el voto favorable del representante argentino. Debido a ello el 21 de febrero de ese año, la Presidenta Kirchner, envió un proyecto de Ley al Congreso, que tuvo media sanción del Senado y fue aprobado por la Cámara de Diputados, para aumentar la cuota de la Argentina en USD 3187. El aumento sería pagado en moneda de la República y en la de otros países con recursos del Banco Central. A pesar de las críticas constantes al organismo, la Presidenta no tuvo ningún reparo en disponer de esa suma, para aumentar las disponibilidades que se le exigiera debía hacer junto con los otros miembros. En el mensaje del Proyecto la Presidenta consignaba que el FMI “fue creado para fomentar la cooperación monetaria internacional, facilitar la expansión y el crecimiento equilibrado del comercio internacional, fomentar la estabilidad cambiaria, coadyuvar a establecer un sistema multilateral de pagos y poner a disposición de los países miembros con dificultades los recursos de la institución”

El Ministro de Economía Amado Boudou, emitió su voto afirmativo el 15 de octubre del 2010 para efectuar esos pagos y aprobar la modificación del Convenio. El artículo 5, significaba la ampliación de las facultades de inversión del FMI, el 6 el fortalecimiento de la institución.

Como se podrá observar, nada de esto nunca se dio a conocer en los reiterados discursos por la cadena nacional, pero sí se hablaba mal del FMI, aun cuando en los papeles, se respetaban escrupulosamente sus decisiones, y se le daba dinero.

Cabe apuntar, que la plata que Néstor Kirchner le pagó al FMI, generaba un interés del 5%, y para cubrir parte de ese bache, el gobierno se endeudó con la República de Venezuela, entregando bonos, que generaban intereses hasta el 15%.

Cuando se habló que nos “liberamos del Fondo”, se instaló otra falacia, porque liberarnos no significaba solo pagar una suma que no correspondía, sino retirarnos del mismo, y efectuar una serio cuestionamiento, reclamando todo lo que habíamos pagado indebidamente durante años, especialmente en concepto de resarcimiento por las políticas  llevadas a cabo durante la dictadura militar que tuvieron al FMI, como partícipe fundamental como se pudo acreditar en la causa Olmos, y que determinó una especial mención del Juez Jorge Ballestero en la sentencia dictada en abril del año 2000.

Finalmente, y como ya es habitual en esto de someterse a las exigencias de estos organismos multilaterales, la expresidenta envió al Congreso de la Nación el 1º de julio de 2014 un proyecto de ley para capitalizar al Banco Mundial, a la Corporación Financiera Internacional y a la Asociación Internacional de Fomento. A la Corporación Financiera se le darán 4.276.000 dólares, a la Asociación Internacional 71.411.538 dólares, y al Banco Mundial, la nada despreciable suma de USD 990 millones a pagar en cuatro años. En el proyecto de ley la Presidenta recuerda que “El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) entró en vigor el 31 de diciembre de 1945 cuando veintiocho (28) países aprobaron su convenio constitutivo, siendo su objetivo lograra la reducción de la pobreza en los países en vías de desarrollo brindándoles asesoría financiera en materia de gestión económica, préstamo, garantías…” Tal proyecto después de pasar los laberínticos vericuetos de las comisiones, fue tratado y aprobado por el Senado de la Nación, ya que los proyectos del Poder Ejecutivo jamás fueron discutidos en profundidad y se los aprobaba, aun cuando existieran objeciones fundadas por parte de algunos legisladores.

Los altisonantes discursos de los miembros de estas instituciones, donde se enfatizan ideas supuestamente progresistas y liberalizadoras, no pueden ocultar la realidad de que la colaboración económica de nuestros países es casi inexistente, y cuando se necesita dinero, se recurre invariablemente a las seculares fuentes de financiamiento: los grandes bancos de Estados Unidos y de Europa, y recientemente de un nuevo partícipe del sistema, la República Popular China, con los condicionamientos que se siguen imponiendo y que todos los países aceptan sin discutir.

Seguramente ya conozco el argumento que podrá justificar estas capitalizaciones: si somos miembros de esos organismos, tenemos que cumplir con lo que deciden las normas estatutarias. Eso sería cierto si se cumplieran estrictamente con los reglamentos de esos organismos, pero eso no ocurre ya que el gobierno Kirchner, desconoció durante años la obligación de someter las cuentas públicas a la revisión del FMI, tal como lo determinan los Artículos IV, Sección 3, inc. b y VIII, Sección V de su Carta Constitutiva, y solo se limitó a cumplir con aquellas cuestiones estatutarias que no mostraran la realidad de nuestra precaria situación económica. Lo mismo ocurrió con las obligaciones existentes con los otros organismos. Es decir que podemos darles todo el dinero que decidan que les debemos entregar, pero no se pueden hacer públicas las realidades de las cuentas públicas y las adulteradas estadísticas que se manejaron. 

Durante años se vivió en la ficción discursiva para consumo interno, donde supuestamente se enfrentó al sistema financiero pero se negoció con ellos, se demonizaron a las instituciones multilaterales, pero se las capitalizó, sustrayendo un dinero necesario para disminuir la pobreza que sigue creciendo. Se criticó a los buitres como NML o Aurelius, pero se negoció con los grandes como el Citibank, el Barclays, el Deutsche, o Merrill Lynch. Se dijo una cosa, se hizo otra, y siempre existió alguna explicación para justificar el sometimiento mostrando una actitud soberana que en la realidad de lo que se firmaba no existía, sobreactuando y exhibiendo una independencia económica que no existía y que los documentos muestran de manera definitiva.

Fuente: https://observatoriodeladeuda.ulp.edu.ar/Novedad/92/La-deuda-durante-los-gobiernos-Kirchneristas–discurso-y-realidad

LA ACUMULACIÓN GRAN CAPITALISTA LOCAL E IMPERIALISTA EN EL ABYA YALA SE DA POR EL BINOMIO PERVERSO DEL RECIBIR SUBSIDIOS DIRECTOS E INDIRECTOS CON EL FUGAR CAPITALES. En síntesis, su enriquecimiento lo sostenemos con nuestra creciente pobreza y precarización de la vida social y sufrimos eterno endeudamiento que justifica despojo de bienes comunes, envenenamiento, desertificación.

4) Apreciemos que la lucha por el juzgamiento de quienes fueron responsables de los crímenes de lesa humanidad estuvo a cargo de quienes se autoorganizaron como organismos de derechos humanos. Destaquemos al Encuentro Memoria Verdad y Justicia en especial a la Asociación de Ex detenidos, desaparecidos cuyos integrantes –a causa que todos los gobiernos no abrieron los archivos del Estado- debieron revivir la violencia del estado terrorista para dar testimonio e incluso ser desaparecido-asesinado durante el gobierno de Néstor Kirchner como Jorge Julio López cuyo testimonio fue fundamental para la condena a Etchecolatz y la definición que sus crímenes se concretaron en el marco de un genocidio. También tengamos presente a Silvia Suppo que fue asesinada, en Rafaela, por testificar contra el ex juez Víctor Hermes Brusa. Ni olvidemos que Alberto Fernández -como presidente- habló de «dar vuelta la página» en un acto militar respecto a la dictadura genocida de los setenta. Tampoco olvidemos que el Kirchnerismo usó   para asados y murgas “al icónico Museo de la Memoria ESMA, situado en la siniestra Escuela de Mecánica de la Armada”.

*Luismi Uharte en “La nueva derecha avanza motosierra en mano (I)”/ Rebelión 27/05/2025