Consideremos que todos los gobiernos progresistas hicieron cuanto pudieron por poner fin al descontento masivo o a la rebelión contra el neoliberalismo que los hicieron emerger.

Se diferencian de la UAC que se definió anticapitalista cuando descubrió que los extractivismos rurourbanos constituyen la única forma de acumulación gran capitalista en el Sur Global.

Por el contrario, los gobiernos progresistas organizaron la UNASUR para responder a exigencias de los oligopolios que dominan el mercado global y adoptaron como su eje de desarrollo a la IIRSA (la ocultaron como COSIPLAN) cuya finalidad fijada a principios de siglo, regeografía o desterritorializa Sudamérica para reterritorializarla en función de la eficiencia en el saqueo del contubernio imperialista con las elites locales.

También continuaron profundizando el régimen extractivista como neofeudalismo cuyas graves implicancias describe y plantea Luis E. Sabini Fernández respecto a su país. (…)

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