Diferencias sobre desafío abajo con Txema García
agosto 25, 2025
Examinemos cómo Txema García plantea –desde España- el desafío actual en nuestro país, nuestro Abya Yala y el mundo entero.
La unión de las causas: hacia una izquierda integral
20 de agosto de 2025
(…)La izquierda contemporánea ha transitado desde una lucha que tenía como eje la conciencia de clase, hacia una práctica política centrada casi exclusivamente en lo electoral (ese tablero amañado donde las reglas las dicta el sistema) y en una constelación infinita de causas que se abordan como batallas aisladas, sin conexión ni estrategia común. Cada formación política, cada colectivo, en su país o territorio, defiende su parcela, su herida, su urgencia, como si el problema no fuera global, como si la injusticia no tuviera un rostro sistémico que nos afecta a la inmensa mayoría. Es como si estuviéramos intentando apagar un incendio planetario con cubos de agua dispersos,sin saber que todos estamos dentro del mismo bosque en llamas. Así, la división se ha convertido en norma, y la fragmentación en método, donde partidos, organizaciones, programas, luchas… son la expresión de un “totum revolutum” que, al enfrentarse entre sí mismos por alcanzar pírricas victorias pierden de vista su objetivo final frente a un enemigo común. El resultado, en todo caso, es una coreografía caótica de esfuerzos que, lejos de converger, se neutralizan entre sí. Es la suma cero.
Mientras tanto, el sistema que nos oprime no se fragmenta: se articula con precisión quirúrgica, se metamorfosea según convenga, se coordina como una maquinaria global que no deja cabos sueltos. Es algo más que una hidra con cabezas que se regeneran: es el fuego que avanza por el bosque, alimentado por cada ráfaga de viento, por cada árbol seco, por cada distracción. Mientras las llamas se propagan por doquier, nosotros seguimos corriendo en círculos, intentando apagar focos aislados con las manos desnudas, sin mapa, sin estrategia, sin saber que el incendio es uno solo. Nos dispersamos en mil frentes, cada uno con su manguera rota, creyendo que cortar una llama detendrá el fuego. Pero el fuego no se corta: se contiene con unidad, con visión, con coordinación. Y como no la tenemos, el resultado es siempre el mismo: el bosque arde, y nosotros perdemos.
En mi humilde opinión, la izquierda debe replantearse con urgencia cómo salir de ese enfoque sectorial que la debilita, de esa mirada fragmentada, de esa acción parcial que apenas logra contener las llamas en un rincón del bosque. Lo que necesitamos son dos figuras políticas nuevas y profundamente conectadas: el ciudadano-ciudadana total, y su reflejo colectivo, la organización-paraguas total. No basta con quien lucha por su salario, por su alquiler, por la sanidad pública o por el reconocimiento de su identidad: necesitamos a quien entiende que cada uno de esos fuegos forma parte del mismo incendio. No más organizaciones aisladas, cada una defendiendo su parcela como si no estuviera rodeada de llamas. No más islas de lucha: una por el trabajo digno, otra por la vivienda, otra por la ecología, otra por los derechos identitarios, todas desconectadas de una raíz común. Lo que hace falta es una estructura amplia, viva, capaz de representar con fuerza todas esas causas y muchas más, como ramas de un mismo árbol que se niega a arder. Porque solo así podremos dejar de correr detrás del fuego y empezar a construir el bosque que queremos.
- De la reacción a la estrategia (…)
Hacer del conflicto un motor de creatividad colectiva nos permitirá pasar de la mera coexistencia de luchas al diseño de estrategias compartidas.
¿Y si volvemos a pensar en clave internacionalista? La historia nos lo recuerda: las resistencias más fuertes han sido aquellas que cruzaron fronteras. Hoy, el internacionalismo no se construye desde sedes centrales, sino desde redes descentralizadas que comparten información, estrategias y afectos. Una Internacional distribuida es más resiliente y más difícil de neutralizar.
Las tecnologías que hoy nos conectan también pueden servir para coordinar la lucha. Plataformas seguras, inteligencia colectiva, canales de solidaridad transnacional… todo eso existe, pero hay que apropiárselo políticamente. Si el capital las usa para extraer valor, nosotros debemos usarlas para construir resistencia.
Ahora bien, la articulación política también necesita tácticas concretas. Cooperativas integrales, redes de cuidados, asambleas mixtas, huertas comunitarias… son ejemplos de prácticas que ya encarnan la visión del ciudadano total. La transformación no se decreta: se construye desde abajo, día a día. (…)
Txema García, periodista y escritor
Fuente: https://rebelion.org/la-union-de-las-causas-hacia-una-izquierda-integral/
Nos diferenciamos de Txema García por apreciar como sujeto del cambio social, no a las izquierdas, sino al protagonismo deliberativo de los pueblos asumiendo sus respectivas autodeterminaciones entrelazadas entre sí. También miramos, no por el ciudadano total, sino por el poder de comunidades autónomas y confederadas democráticamente