Cuarta crítica a J.Gambina

(…) El extractivismo en sí es autoritario, contaminador, destructor de la naturaleza, depredador de la vida y de las comunidades. No puede haber un buen extractivismo, no puede haber un extractivismo sustentable, ya que es un esquema que sofoca todo lo que tiene que ver con la vida, sea el trabajo, la comunidad o la naturaleza. Entonces el punto medular acá es que el autoritarismo es esencial dentro del extractivismo, debido a que no es democrático porque no hay democracia en un proceso que está depredando a la naturaleza, la Pachamama (Madre Tierra) y a las comunidades.

-La postura de los gobiernos progresistas, como el de Ecuador, ha sido la de procurar un mayor acceso y control por parte del Estado sobre los recursos y beneficios que genera la actividad, sin cuestionarse el modelo extractivista en sí. ¿Cómo se ha puesto en práctica este reclamo?

Bueno, de alguna manera, lo que hay es un discurso, pero no una práctica. Se habla de la necesidad de que el Estado tenga una mayor participación en la renta petrolera y en la renta minera, pero éste es un discurso que en la práctica es muy difícil de poner en marcha, en la medida que el gobierno ecuatoriano sigue dependiendo de las empresas transnacionales para ampliar la frontera petrolera o para abrir la puerta a la megaminería. Adicionalmente, la propuesta del Gobierno ecuatoriano dice que debemos liberarnos del extractivismo, pero ampliando las actividades extractivas (petroleras, mineras, agrarias) y eso en sí lleva a una enorme contradicción; es como que un médico le proponga a un paciente-que tiene un grave problema de drogas-, salir de esa afección aumentando la dosis de estupefacientes que consume y diciendo que después vamos a necesitar menos drogas. Eso es una verdadera aberración, es ilógico. (…)

(https://olca.cl/articulo/nota.php?id=105468)