Retrógradas orientaciones políticas promueve Claudio Katz (II)

BRICS (II)

Los dilemas de la desdolarización

2 de julio de 2025 en Rebelión

(..)El trasfondo del protagonismo logrado por los BRICS es el retroceso norteamericano, el desplazamiento del centro de gravedad económica a Oriente y la consolidación del contexto multipolar (Sader, 2025). Los autores que amoldan sus interpretaciones a esos parámetros han demostrado mayor capacidad de previsión que sus antagonistas.

Más allá de los innumerables vaivenes de su evolución, los BRICS se han afirmado al cabo de veinte años en el escenario mundial. Quiénes lograron registrar en forma anticipada ese resultado tuvieron en cuenta el retroceso estructural de Estados Unidos, como dato ordenador de la dinámica contemporánea (Escobar, 2017). Recurrieron también a esa brújula para avizorar el surgimiento de los BRICS Plus.

Por el contrario, las miradas que subrayaron las inconsistencias y debilidades del quinteto inicial, pronosticaron un fracaso que no se ha verificado (Rodrik, 2015). Lo que está en juego no es quién construye una Bola de Cristal para detectar el futuro, sino cuál es el criterio analítico que se debe utilizar para evaluar las tendencias de largo plazo. La decadencia de Estados Unidos es el parámetro ordenador de esa caracterización. (…)

La omisión (o desconsideración) de ese barómetro induce a mirar el árbol sin ver el bosque. Registra datos reales, pero no logra conectarlos a los procesos subyacentes de mayor relevancia. En ese enfoque la desdolarización de los BRICS es por ejemplo descartada como una quimera o como un devenir inimaginable, utilizando indicios coyunturales de lo sucedido en cierta Cumbre.

Esa mirada pone el acento en los cortocircuitos que separaran a los miembros del quinteto, resalta su impotencia, remarca su subordinación a Occidente o señala el divorcio entre retórica y práctica efectiva de los BRICS. Con el foco puesto en esos episodios, se pierde de vista que el declive de Estados Unidos es el factor determinante de los acontecimientos. Ese retroceso explica la creciente gravitación de sus adversarios.

Brics (III)

El suicidio de Argentina y el veto de Brasil

3 de julio de 2025

El surgimiento de los BRICS es muy relevante para América Latina, por el papel central de esa región en la dominación imperial de Estados Unidos. La zona es un estratégico escenario de la pulseada, que el ascendente quinteto desenvuelve con la primera potencia y sus socios de Europa y Asia.

El principal protagonista de esa disputa es Brasil, que interviene como exponente latinoamericano dentro de ese bloque. Su veto al ingreso de Venezuela es tan ilustrativo en las tendencias en curso, como el rechazo de Argentina a integrarse a los BRICS.

LA AMBIVALENCIA DE BRASIL (…)

EL SUICIDIO DE ARGENTINA

La decisión argentina de rechazar el ingreso a los BRICS pasará a lo historia como un inédito ejemplo de inmolación. La incorporación del país era propiciada por Rusia, que hizo varias demostraciones de consideración hacia la Argentina. Putin invitó a Alberto Fernández a Moscú para hacerle llegar propuestas, luego de facilitar durante la pandemia el otorgamiento de grandes partidas de la vacuna Sputnik.

La presencia de Argentina en los BRICS permitía a Rusia motorizar su proyecto de gestar un mercado mundial de granos, en disputa con las empresas de Occidente. Ese cimiento reforzaba su estrategia de sostener la desdolarización, con fuertes pilares en las materias primas.

Los grandes yacimientos petroleros y gasíferos de Vaca Muerta permitían además concebir a la Argentina, como un potencial actor de la alianza petrolera global impulsada por Moscú. China e India coincidían con esta política y dieron el visto bueno a Brasil, cuando propuso sumar al país. Argentina tenía una alfombra desplegada a sus pies, para ingresar a un bloque ansiosamente ambicionado por más de 40 naciones del mundo.

Pero esa incorporación fue abruptamente bloqueada por Milei apenas asumió la presidencia. Simplemente rechazó la invitación, sin suscitar ninguna impugnación, debate u objeción por parte de los principales grupos de poder. (…)

China en América Latina:
del consenso de los commodities al consenso de Beijing

Autores: Svampa, Maristella Noemí | Slipak, Ariel M.

2015

Resumen

Durante las últimas dos décadas del siglo XX el mundo fue testigo de importantes transformaciones en la forma de producción y acumulación global, así como de la consolidación de un orden internacional en apariencia unipolar con Estados Unidos como su rector indiscutido. Sin embargo, las transformaciones económicas globales que implicaban una migración de etapas productivas hacia la región de Asia-Pacífico, en forma simultánea con una serie de cambios internos en la República Popular de China, generaron que hacia inicios del siglo XXI nos encontramos con este país convertido no solamente en un gran actor económico sino también en una potencia en expansión desde un punto de vista geopolítico. En este artículo discutimos sucintamente el escenario de ascenso o reemergencia de China en el orden global, para luego realizar algunas caracterizaciones de su relación con América Latina e inspeccionamos en particular los flujos de Inversión Extranjera Directa provenientes de aquel país como una arista particular de dicha relación. (…)

Las fronteras del neoextractivismo en América latina*

Por Maristella Svampa

2019

(…)Capítulo 5. Fin de ciclo y nuevas dependencias
Este capítulo indaga sobre el contexto geopolítico, a partir del ascenso global de China y la multiplicación de intercambios comerciales con América Latina. Explora por ello las formas que asume la nueva dependencia en relación con China, a la luz de una integración latinoamericana trunca o, más bien, del fracaso del regionalismo autónomo, propuesto por los gobiernos progresistas. En esta línea, en los dos apartados finales se propone una reflexión sobre los límites del ciclo progresista.


China y los marcos de una nueva dependencia
En los últimos años, los intercambios entre América Latina y China se intensificaron notoriamente. Hacia el año 2000, China no ocupaba un lugar privilegiado como destino de exportaciones u origen de importaciones de los países de la región. Sin embargo, en 2013 ya se había convertido en el primer origen de las importaciones de Brasil, Paraguay y Uruguay; el segundo en el caso de Argentina, Chile, Colombia, Costa
Rica, Ecuador, Honduras, México, Panamá, Perú y Venezuela; y el tercero para Bolivia, Nicaragua, El Salvador y Guatemala.

De esta manera, fue desplazando como socios comerciales de la región a Estados Unidos, países de la Unión Europea y Japón.

Para el caso de las exportaciones, China es el primer destino de Brasil y Chile, y el segundo de Argentina, Colombia, Perú, Uruguay y Venezuela (Svampa y Slipak 2016). Este intercambio es, empero, asimétrico.
Mientras 84% de las exportaciones de los países latinoamericanos a China son commodities, 63.4% de las exportaciones chinas a la región son manufacturas. Por mencionar algunos casos: Argentina exporta básicamente soja, frutos oleaginosos y aceites vegetales; Chile el cobre; Brasil soja y mineral de hierro; Venezuela y Ecuador petróleo; Perú mineral de hierro y otros minerales (Svampa y Slipak 2016).

Incluso la relación con China de un país como Brasil discurre por una vía asimétrica, y ha sido leída –como ya se señaló– en términos de “desindustrialización temprana”, debido a la incapacidad de los gobiernos para contrarrestar los efectos de la enfermedad holandesa; esto es, la exportación masiva de materias primas ligadas a la explotación de recursos naturales (Salama 2011).

En materia comercial, China tiene firmados tres Tratados de Libre Comercio (tlc) con países de la región. Se tratan de Chile (2005), Perú (2008) y Costa Rica (2011), y está próximo a firmar uno con Colombia. Transcurridos casi diez años de firma del tlc entre Chile y China las exportaciones del primer país al segundo prácticamente se cuadriplicaron, pero la composición de las mismas muestra la profundización
de la tendencia a la concentración en productos primarios (cobre y sus
derivados, mineral de hierro, madera, frutas y otros minerales) (Svampa y Slipak 2016).

Asimismo, la presencia de capitales de origen chino es cada vez más importante en la región. Algunos ejemplos pueden servirnos para graficar lo dicho. En el sector de hidrocarburos, están presentes las cuatro grandes empresas de origen chino: Sinopec, la Corporación Nacional de Petróleo de China (cnpc), la China National Offshore Oil Company (cnooc) y Sinochem. Estas cuatro firmas se encontraban participando
ya hacia 2010 en unos 15 proyectos de extracción, localizados en Perú,
Venezuela, Ecuador, Colombia, Brasil y Argentina.
En cuanto a minería y metales, el principal destino de las inversiones mineras chinas ha sido siempre Perú, secundado por Brasil y de modo más reciente por Ecuador. Las firmas más dinámicas son Minmetals y Chinalco. En 2014, Minmetals le compró a Glencore-Xstrata la mina peruana de Las Bambas –uno de los mayores proyectos de cobre del
mundo–. En Ecuador, el gobierno de Rafael Correa concedió a la firma Ecuacorriente (Ecsa) –cuyos accionistas son las firmas públicas chinas Tongling Nonferrous Metals Group Holdings y China Railway Costruction Corporation Limited–, la explotación de los proyectos San Carlos Panantza y Mirador. Con estas concesiones, las estatales chinas controlarían más de la mitad de la producción de cobre y al menos un tercio
de la producción de oro y plata de Ecuador (Chicaiza 2014).

De acuerdo con Acción Ecológica, en 2012 empresas chinas ligadas al proyecto
minero Mirador fueron denunciadas por incumplimiento de beneficios laborales, malos tratos, salarios injustos y accidentes por la comunidad shuar.

En 2016, hubo nuevos conflictos cuando indígenas shuar tomaron un campamento minero en la región de la Amazonia. El ingreso de la empresa china se realizó sin consulta previa y con militarización de los territorios.40 Por otra parte, no podemos dejar de destacar que la firma china Shandong Gold adquirió 50% del Proyecto Veladero para la explotación de oro en la provincia de San Juan, en Argentina, responsable de dos importantes derrames de cianuro (2015 y 2016), anteriores a su asociación con la empresa canadiense Barrick Gold.

Otro de los temas que cobran mayor relevancia son los préstamos.
Estudios recientes consignan que la mayoría de los préstamos chinos en
la región han sido para infraestructuras (55%), seguido de energía (27%)
y minería (13%). El principal prestamista ha sido el Banco de Desarrollo
de China al haber concedido alrededor de 71% de los préstamos hacia
la región, y el principal beneficiario Venezuela con algo más de la mitad
de los fondos prestados para financiar 13 proyectos. Como beneficiarios
de los préstamos se destacan Brasil y Argentina al recibir cada uno de
ellos cerca de 14% de los préstamos realizados en la región. Los préstamos
chinos a Ecuador y Venezuela están ocupando el lugar de los mercados
de deuda soberana, y se garantizan con petróleo o alguna materia prima (préstamos condicionados por commodities), que incluye una política de inversión con la participación de las empresas chinas.

Por otro lado, cabe preguntarse sobre el destino de las inversiones provenientes de China. En esa línea, los estudios coinciden en afirmar que éstas se establecen mayoritariamente en actividades extractivas (minería, petróleo, agronegocios, mega represas), lo cual refuerza el efecto reprimarizador que las economías viven bajo el Consenso de los Commodities. En algunos casos se orientan al sector terciario para dar
apoyo a las primeras. Este desembarco implica incluso una amenaza a clústeres conformados por pequeñas y medianas empresas, sea por la contaminación ambiental o por la posibilidad de exportar directo a China productos que antes eran transformados por pymes locales.

Al inicio del Consenso de los Commodities y al calor del ascenso de los gobiernos progresistas, no pocos analistas y políticos vieron con buenos ojos la incipiente relación entre los países latinoamericanos y China, argumentando que ésta ofrecía la posibilidad de ampliar los márgenes de autonomía de la región, en relación con la hegemonía estadounidense. Fue el propio expresidente venezolano Hugo Chávez quien
lideró este tipo de posicionamiento, llevando a cabo una política de notorio acercamiento con China. Apoyado en la riqueza petrolera, Chávez vio en China el aliado comercial y político idóneo para tomar distancia de Estados Unidos. En ese marco, en un escenario de pasaje acelerado de un mundo bipolar a uno de carácter multipolar, la relación con China
adquiría un sentido político estratégico, en los equilibrios geopolíticos de la región latinoamericana.

Para los más optimistas, la nueva vinculación comercial abría la posibilidad de una colaboración Sur-Sur entre países “en desarrollo”. Sin embargo, más allá del rótulo de “país emergente” y de lo difícil que resulta aceptar la autopresentación de China como “país en desarrollo”, es claro que el meteórico ascenso global del país asiático, así como la realpolitik de las relaciones comerciales con los países latinoamericanos, están lejos de ilustrar la hipótesis de una relación simétrica Sur-Sur. (…)

*El presente libro analiza el avance del neoextractivismo en América Latina, a través de cuatro núcleos fundamentales. 1) propone las categorías de neoextractivismo y de Consenso de los Commodities como ventanas privilegiadas para leer la crisis actual. 2) analiza de las fases del neoextractivismos, desde 2003 hasta la actualidad. 3) aborda las resistencias sociales y las nuevas gramáticas políticas, desde el concepto del giro ecoterritorial y coloca el acento en el avance de los pueblos indígenas y el protagonismo creciente de las mujeres. 4) ilustra la fase actual de expansión de las fronteras del extractivismo (territorialidades criminales, violencia patriarcal, energías extremas). El cierre propone una reflexión más general, acerca de la relación Norte-Sur y la crisis del Antropoceno.

CALAS
Maria Sibylla Merian Center for Advanced Latin American Studies in the Humanities and Social Sciences
Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades / Campus Belenes
Universidad de Guadalajara Parres Arias #150, C.P. 45132.
Zapopan, Jalisco, México.
Teléfono: + 52 (33) 3819 3300-23594.

primahttp://calas.lat/sites/default/files/svampa_neoextractivismo.pdf