La lucha contra el neofascismo es anticapitalista y ¡no se reduce al fuera MILEI!

Luismi Uharte sostiene en los siguientes fragmentos*:

(…) ¿Neofascismo? Lo más novedoso y preocupante del modus operandi de Milei y su gobierno es el salto cualitativo en cuanto al modo de relacionarse con el adversario político, lo cual ha abierto el debate sobre su posible carácter neofascista. Para el filósofo italo-argentino Rocco Carbone, Milei se diferencia de la derecha tradicional (del ‘macrismo’) porque no reconoce al antagonista político. Le suprime sus derechos, representando una experiencia política no democrática, lo cual plantea en su libro ‘Fascismo psicotizante’. Esto explica el discurso del odio hacia el diferente que caracteriza la política comunicativa presidencial y la política de la “crueldad” como dispositivo de gestión gubernamental. Como dice Gervasio Ramos: “no solo se despide a la gente de su trabajo, dejando a una familia sin ingreso, sino que además se burlan públicamente de ella”.

Proyecto. Otra de las novedades del movimiento liderado por Milei es que pretende reconfigurar el sistema político casi centenario de Argentina, acabando con la “singularidad nacional argentina (el peronismo)” (Carbone). De hecho, habla de la decadencia de los últimos 70 años, mientras reivindica una supuesta Argentina potencia del siglo XIX, que no hay que olvidar, según el antropólogo Andrés Ruggeri, que es el país oligárquico previo al sufragio universal.

Constatamos que Luismi Uharte fetichiza en Milei al neoliberalismo en pleno despliegue de neofascismo. ¿Dónde? en el holocausto del pueblo palestino perpetrado por el gobierno de Israel a plena luz del día ante los ojos del mundo y los gobiernos.

Como en el siglo XX, el capitalismo ejecuta su nazismo al percibirse amenazado de extinción. A diferencia del pasado que fue en reacción a la existencia de la Unión Soviética, el peligro está en no poder mantener su incesante crecimiento económico si no expropia todos los territorios planetarios, en especial los del Sur Global para convertirlos en minerales y fuentes tanto de energía como de agua dulce.

Tampoco Luismi Uharte descubre al Estado Corporativo en vigencia desde su fundación por el general Juan Domingo Perón en 1944 y que las diversidades de abajo lo han naturalizado al extremo que el sindicalismo combativo le exige actuar.

Ni percibe cómo se constituyó el Estado Neoliberalismo incorporando tanto al Estado Corporativo como al Estado terrorista en binomio indisoluble con los grupos de terrorismo paraestatal.

Esta composición explica por qué el Partido Justicialista (homogenizado de derecha por los terrorismos que programó e inició Perón en su tercer gobierno) ha sido y es el imprescindible garante, durante 41 años, de legalización-legitimización de la máxima concentración-centralización económica territorial por el establishment.

En fin, no sólo soslaya que Argentina está bajo dictadura del establishment, democratizada por el fraudulento balotaje de 2023, sino sobre todo no hay ‘grieta’ para acelerar e intensificar los extractivismos que la desintegra en zonas de sacrificio. Es decir, ése es el proyecto del sistema mundo capitalista y su local y no de Milei como Luismi Uharte señala.

*Luismi Uharte en “La nueva derecha avanza motosierra en mano (I)”/ Rebelión 27/05/2025