Crítica al Movimiento Peronista Auténtico
La hacemos porque hoy urge la desperonización para poner fin al círculo perverso del Partido Justicialista garante esencial de los 41 años de legalización y legitimación de expropiaciones y mercantilización de los bienes comunes tanto sociales como naturales por el establishment transnacional y transnacionalizado. Pero, sobre todo, es para interpelar a las diversidades de abajo sobre significados e implicancias de su conciliación de clases que Perón y el PJ inculcaron e impusieron.
El cinismo del PJ es patente hoy. Sin embargo, sigue su círculo perverso de adueñamiento del Estado desde la vigencia del Estado corporativo que Perón fundó en 1944 durante la dictadura nazi fascista de los coroneles. Las izquierdas reformistas lo explican por falta de alternativa popular en las elecciones. No cuestionan a éstas como actualización de la gobernabilidad sobre la acumulación del establishment de riquezas, poder de dominio e ingresos.
Discutiremos el siguiente texto:
El gobierno de Milei es
un régimen de ocupación
Resumen Latinoamericano, 28 de Julio de 2025.
Desde la asunción del gobierno de “La Libertad Avanza” en diciembre de 2023 con Javier Milei como presidente, la Argentina ha entrado en un vertiginosa etapa caracterizada por la destrucción de la capacidad soberana del Estado, el saqueo indiscriminado de su riqueza natural, social, cultural y económica de la mano de una extranjerización de todos los resortes de la economía, empezando por un nuevo, grosero e ilegal endeudamiento externo.
Las consecuencias de este proceso no han demorado en hacerse patentes: pauperización de todos los índices de calidad de vida, pérdida del poder adquisitivo del salario, precarización laboral y pluriempleo, aumento de los accidentes laborales, destrucción del sistema de salud pública, abandono de la obra pública e infraestructura, desfinanciación de las provincias, la Educación Superior y el sistema científico nacional, el desmantelamiento de áreas claves del Estado y amenaza de remate de empresas y bienes públicos, entre los daños más significativos. Sobre este trasfondo, la provocación permanente y la represión como respuesta política a las demandas populares.
Seamos claros: este no es un gobierno “cipayo”, colaboracionista o ineficiente. No hay una administración a la que “le salen las cosas mal” o que simplemente gobierna para el interés extranjero: como nunca antes, es el interés extranjero y antinacional en sí mismo el que ha tomado el control de los destinos históricos y ejecuta su plan sin concesiones, a través de una fuerza política compuesta de forajidos, marginales, arribistas, genocidas y vendepatrias de toda laya que no temen pagar ningún costo político o social o que, simplemente, se creen impunes. A este esquema se han acoplado, como siempre y en beneficio propio, los resortes locales (medios de comunicación, poder judicial y las cámaras empresarias y financieras) del interés geopolítico que pretende sojuzgar y saquear nuestra Nación, con una voluntad política férrea han decidido acelerar a fondo en el objetivo de lograr de una vez por todas acabar con cualquier atisbo de resistencia, organización o iniciativa popular y de la perspectiva de Argentina como un país integrado, soberano y desarrollado.
Basta con prestar atención al rol de las embajadas de Estados Unidos y el estado genocida de Israel, sus organizaciones intermedias, sus voceros públicos y sus operadores. Ese es el verdadero poder que hoy maneja de modo directo el destino de nuestro país. El presidente no tiene tapujos ni vergüenza en exponer una vocación de esclavo que sólo produce asco e indignación.
Claro está que antes de que asumiera este gobierno, no nos hallábamos como pueblo y Nación en un proceso desatado de emancipación nacional y fortalecimiento de nuestra estructura económica soberana. Precisamente, es sobre el trasfondo de la traición que la dirigencia política del peronismo (salvo muy puntuales y honrosas excepciones, que en documentos anteriores identificamos en gestiones provinciales como La Rioja y Buenos Aires) en la estrategia de derrota casi permanente que han ejecutado durante los últimos años, cometió sobre los intereses y expectativas populares durante su última estadía en el poder, que se cimentó este estado de catástrofe nacional. Que un proyecto de tan notable carácter antipopular haya ganado una elección nacional por la vía democrática y continúe, aún hoy, después de casi dos años de gobierno, manteniendo un apoyo nada desdeñable, sin dudas se debe a una derrota de la alternativa política. Una dirigencia que no gestiona, transforma, enamora ni acumula poder popular cuando está en el ejercicio del poder, ni tampoco sirve para la resistencia cuando no lo está, por exceso de endeblez ideológica, mezquindad, cobardía y especulación.
Tiene que quedar claro que nos enfrentamos a un régimen de ocupación instalado en el máximo nivel de decisión institucional. Esto supone un desafío urgente para cualquier intento de modificar el rumbo en pos de una opción soberana que reconstruya nuestra Nación.
Frente a este escenario el deber ya no de un peronista, sino de cualquiera que tenga involucrado su destino con el de la Patria, es organizarse, en el corto plazo, para resistir los embates del gobierno de ocupación; en el mediano, para impulsar el juicio político a Milei, su vicepresidenta y gabinete y la inmediata convocatoria a elecciones nacionales; en el largo plazo, hacer realidad sin miramientos y con voluntad política de fierro un programa de gobierno revolucionario que no sólo desmantele la actual entrega y destrucción de nuestra Patria sino que, fundamentalmente, cimente las bases de un modelo de país justo, libre, soberano, democrático y participativo. Lo que está en juego dramáticamente es nada más y nada menos que la integralidad territorial, la unidad del cuerpo social y político, las libertades individuales y colectivas conquistadas y la posibilidad de brindar un futuro digno de ser vivido a 47 millones de compatriotas. Por eso, una fuerza política popular que no se plantee entre sus definiciones principales confrontar a fondo contra el poder económico concentrado, es una fuerza que nace impotente y destinada al fracaso y la desilusión.
Hace años que el cuadro político y el espíritu que caracteriza a la mayoría del pueblo argentino es el desamparo. No sobresale dirigente, horizonte ni organización que defienda de los embates, promueva sus intereses, mejore su calidad de vida y contagie la vocación por participar en un proyecto colectivo de Nación. Por eso una fuerza política que se decida a representar los intereses populares debe, en primer lugar, revertir este desamparo resistiendo sin miramientos y con toda fuerza las medidas antinacionales del gobierno. En segundo lugar, concitar el entusiasmo mediante la acción y la propuesta detallada en un programa político claro que busque transformar radicalmente la realidad nacional en beneficio de las mayorías y en la búsqueda del imperio de la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política.
Sólo con una propuesta clara, una decisión política férrea, humildad para la discusión y generosidad para la construcción, como prácticas efectivas y no como consignas vacías, es que el peronismo podrá erigir una alternativa verdadera no sólo al gobierno de ocupación que preside Milei, sino a los planes de hambre, miseria y saqueo que el poder concentrado y colonial depara para nuestro país.
Sólo de ese modo podemos volver a soñar con la construcción de una Nación grande con un pueblo digno y feliz. Como venimos sosteniendo junto a un conjunto de compañeros y compañeras de diversos espacios que no se resignan a naturalizar este presente calamitoso, nuestro pueblo tiene derecho al futuro.
MPA – Movimiento Peronista Auténtico
Fuente: https://www.resumenlatinoamericano.org/2025/07/28/argentina-el-gobierno-de-milei-es-un-regimen-de-ocupacion/
Advirtamos, ya desde el título y el copete se oculta la verdad sobre que el despliegue del neoliberalismo desde los setenta se concretó como un régimen de ocupación económica territorial de Argentina. Se instauró mediante terrorismos para estatales y el Operativo Independencia como terrorismo estatal durante el tercer gobierno de Perón y el de su viuda sostenida por el PJ. En octubre de 1973 Perón avala el Documento Reservado del Consejo Superior Peronista que declara la guerra al movimiento insurreccional como plan de gobierno suyo.
En 1977 Rodolfo Walsh acusa a la Junta Militar que su terrorismo de estado es para implantar la Miseria Planificada. ¿En qué consistió esa criminalidad de lesa humanidad? La comunidad de negocios de los capitales y estados extranjeros -sobre todo imperialistas- con los locales, durante los 41 años, acumuló: riquezas, poder de dominio e ingresos al precio de incesante extensión de la pobreza estructural, el hambre y la desertificación del país. ¿Cómo fue posible? La viabilizaron los gobiernos de turno de la democracia no antagónica a la dictadura genocida, al ser ambas representativas del establishment transnacional y transnacionalizado.
Es decir, que “el interés extranjero y antinacional en sí mismo el que ha tomado el control de los destinos históricos y ejecuta su plan sin concesiones” no se convirtió, desde diciembre 2023, en dictadura del contubernio local con los imperialismos liderados por EE.UU. sino desde los setenta comenzando como militar-eclesiástica y continuando con fachada democrática que gestionó la Miseria Planificada o neoliberalismo consistente en neocolonialismo.
En efecto, todos los gobiernos de turno aceptaron como responsabilidad prioritaria el pago de los servicios de la deuda del establishment que Domingo Cavallo estatizó -casi por completo- a fines de la dictadura genocida. La deuda externa pública fue diseñada para ser eterna y todos los gobiernos de turno la privilegiaron por sobre la atención a las necesidades básicas e infraestructuras para la dignidad humana de los pueblos de Argentina.
El neocolonialismo implícito en el neoliberalismo fue impulsado hasta su optimización por el gobierno del PJ liderado por Carlos Menem que no sólo incorporó en su cúpula a dirigentes de la Ucedé, partido creado por Álvaro Alsogaray a fines de la dictadura para el simulacro de democratizarse. Sobre todo, convirtió en súper ministro a Domingo Cavallo, quien implementó el Consenso de Washington de privatizaciones que resultaron en adueñamiento por las transnacionales de las empresas palancas de desarrollo del país y del bienestar social. Que restringieron lo que denominaron servicios públicos a quienes tenían poder adquisitivo. En fin, fue Cavallo al frente del PJ que hundió en la miseria a buena parte de los jubilados y pensionados. Desde entonces rige la ley cínicamente designada con el nombre de “solidaridad previsional”.
De suerte que esa expropiación y mercantilización de los bienes comunes sociales condujo, por un lado, al colapso de las economías regionales, a estados fallidos provinciales y a la quiebra del 50% de las pymes rurourbanas. Acompañados por despidos masivos y despojo de tierras a campesinos e indígenas. Esto último se potenció con el peronista Felipe Solá que, como secretario de agricultura de Menem en 1996, legalizó la invasión económica territorial de Monsanto al aprobar su soja transgénica y el correspondiente paquete tecnológico.
Por otro lado, ese apoderamiento económico territorial de las transnacionales y el cuerpo jurídico que el PJ elaboró sirvieron a la expansión de los extractivismos o ecocidios con sus consecuentes genocidios silenciados e invisibilizados por el capitalismo para progresar en ese acaparamiento de tierras y otros bienes comunes naturales.
Fueron otros gobiernos del PJ, los liderados por Néstor y Cristina Kirchner que implantaron la criminalidad de lesa humanidad y lesa naturaleza de los extractivismos. Es decir, fueron fundamentales para que se concretara la Miseria Planificada por el establishment durante su genocida dictadura militar eclesiástica.
Más de una deKada afianzó el avance gran capitalista de la ocupación e invasión económica territorial del país-continente por el sistema global de agronegocios. Lo realizó en nombre, primero, de alimentar al mundo y luego de producir agrocombustibles que oficializó como biocombustibles para embaucar de dar soluciones a la emergencia climática garantizando la vida. Cuando lo cierto es que esos monocultivos de transgénicos pueden existir gracias a agrotóxicos derivados del petróleo. Son mortíferos para todos los seres que no sean los modificados en su herencia para tolerarlos y para los humanos son cancerígenos y teratógenos.
Subrayemos que más de una deKada fue crucial para el cumplimiento de la función de la democracia continuadora de la dictadura genocida: profundizar, perfeccionar y actualizar la política e ideología antisubversiva. En efecto, construyó la delegación en, u obediencia incondicional al liderazgo político de quien está siendo representante del establishment en dicho período histórico. Partió de mimetizarse con las aspiraciones mayoritarias (para «enterrar» dijo Néstor la antineoliberal rebelión popular 2001-2002) y ahuecarlas, corromperlas, sumarlas a la censura del disenso desde izquierdas independientes e instaló la lectura maniquea de la realidad política económica para sustituir al desprestigiado bipartidismo tan imprescindible a mantener gobiernos de turnos representantes del establishment transnacional y transnacionalizado.
Agreguemos a más de una deKada, recordando cómo Cristina Fernández y Axel Kicillof hicieron al festejo popular de la estatización parcial de YPF. Cuando lo cierto fue que la concretaron para la invasión del fracking por las grandes petroleras. Incluso CFK promulgó la ley Chevon o RIGI actual. Aún más, a YPF la transformaron en la herramienta para los imprescindibles subsidios directos e indirectos a los extractivismos.
Sumemos la burla a la voluntad popular de ¡basta de gobierno de Mauricio Macri! por el gobierno de CFK, encubierto por AF, al continuar con ajustazos e hiperinflación cuya función no es como señalan -desde décadas- las izquierdas electoraleras para pagar servicios de la deuda eterna, sino que es para subsidios directos e indirectos a la expansión de los extractivismos o único modo capitalista de enriquecimiento oligopólico por despojo, y mercantilización, de los bienes comunes a los pueblos del Abya Yala.
El gobierno de Cristina y Alberto Fernández hizo viable esa maximización de la acumulación del establishment transnacional y transnacionalizado mediante Acuerdo de Paz Social que firmaron todas las centrales sindicales y la dirigencia de la ‘economía popular’ y todavía dura esa usurpación del poder de los trabajadores.
Por último, el gobierno de Cristina y Alberto Fernández legitimó la ocupación económica territorial de Argentina por Mekorot que significa establecer el apartheid hídrico como en Palestina e ingreso de las fuerzas militares y de seguridad e inteligencia del genocida Estado sionista de Israel.
Subrayemos otras tergiversaciones del MPA:
a) “sobre el trasfondo de la traición que la dirigencia política del peronismo (salvo muy puntuales y honrosas excepciones)” cuando lo cierto es que han sido fieles al nazi fascista Juan Domingo Perón. Pero, entonces, el MPA debería aclarar porqué se identifica con el General admirador de Juan Manuel de Rosas o sea de la más poderosa oligarquía terrateniente por entregar el país a Inglaterra. En verdad el MPA nos esclarece su carácter peronista cuando designa cambio revolucionario al desmantelamiento de “la actual entrega y destrucción de nuestra Patria” que descontextualiza del neoliberalismo (o neocolonialismo en el Abya Yala) en los setenta y de los 40 años de legalización y legitimación al establishment en sus expropiación, mercantilización y expoliación tanto de la naturaleza como de los trabajadores, pueblos de Argentina.
b) “Una dirigencia que no gestiona, transforma, enamora ni acumula poder popular cuando está en el ejercicio del poder, ni tampoco sirve para la resistencia cuando no lo está, por exceso de endeblez ideológica, mezquindad, cobardía y especulación”. Desconoce a la actual presidenta del PJ y su conquista de obediencia incondicional, así como ser símbolo de democracia y libertad.
Comprobamos que en base a estas tergiversaciones propone:
Frente a este escenario el deber ya no de un peronista, sino de cualquiera que tenga involucrado su destino con el de la Patria, es organizarse, en el corto plazo, para resistir los embates del gobierno de ocupación; en el mediano, para impulsar el juicio político a Milei, su vicepresidenta y gabinete y la inmediata convocatoria a elecciones nacionales; en el largo plazo, hacer realidad sin miramientos y con voluntad política de fierro un programa de gobierno revolucionario que no sólo desmantele la actual entrega y destrucción de nuestra Patria sino que, fundamentalmente, cimente las bases de un modelo de país justo, libre, soberano, democrático y participativo.
Destaquemos cómo transforma el “que se vayan todos” de la antineoliberal rebelión popular de fines del 2001 a mediados de 2002 en “fuera gobierno de Milei” y en llamado a elecciones cuando de ese modo, en aquel entonces, se inició la campaña contra otra posible rebelión a fin de proseguir consolidando el neocolonialismo.
Los 41 años prueban la función de las elecciones de gobernabilidad del creciente saqueo y envenenamiento por el establishment transnacional en sociedad de negocios con las elites locales.