CREENCIA EN GOBIERNOS PROGRESISTAS
POR QUÉ ERRADICARLA
Atendamos a la reflexión siguiente desde Bolivia:
(…) Lo que llama la atención del kirchnerismo y su aparato mediático es que proclaman a los cuatro vientos que respetarán el período constitucional de Milei y descartan toda movilización o revuelta o rebelión que se oriente a derrocar en las calles al mileismo, apostando vergonzosamente con alargar el sufrimiento del pueblo argentino. (…)
Jhonny Peralta Espinoza en Rebelión 10/11/2025
Comencemos por aclarar sobre el Kirchnerismo: no se lo reconoce versión del Partido Justicialista pese a haber estado y estar vertebrado en el PJ. Sin el PJ no habrían existido gobiernos K por no poseer la imprescindible capacidad de despliegue -junto con el establishment- del entramado constante y nuevos de negocios y de la manipulación mediática con sostén del Estado.
El PJ es el partido político garante esencial -durante 42 años- a la incesante acumulación gran capitalista o neoliberalismo. ¿Por qué ha sido y es imprescindible al establishment transnacional y transnacionalizado? LLeva adelante el Estado Corporativo que Perón fundó en agosto de 1944 e incorpora al Estado neoliberal, además, de modo oculto al Estado terrorista con complemento en terrorismos paraestatales. De ahí que no haya habido apertura de archivos por ningún gobierno de turno desde diciembre de 1983 hasta ahora.
Tampoco que Cristina Fernández sea actual Presidenta del PJ ha permitido identificar a los K con el PJ homogenizado de derecha por Perón mediante la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) y otros terrorismos paraestatales. Se ejecutaron durante su tercer gobierno constitucional y el de su viuda sostenida por el PJ.
Consideremos, ahora, qué comparten todos los gobiernos progresistas (incluyendo a los del matrimonio Kirchner). Emergen de antineoliberales rebeliones populares o de expectativas izquierdistas en la mayoría de la población. Sin embargo, no las convocaron ni convocan a participar en poner fin al sistema opresor-represor. Por el contrario, mantuvieron el crecimiento gran capitalista e hicieron cuanto pudieron para enterrarlas como Néstor Kirchner manifestó además de estigmatizarlas de infierno. El calificativo fue interpretado por la mayoría de estar refiriéndose a las extremas penurias sufridas por querer los poderes dominantes continuar con el plan de convertibilidad sea como sea.
Los gobiernos progresistas operaron como los kirchneristas que:
-desarticularon la unidad de acción y dividieron a cada organización e incluso familias; -institucionalizaron a referentes y organizaciones de los principales protagonistas en la rebelión antineoliberal; -se adueñaron de la mayoría de organismos de derechos humanos y como a todos los institucionalizados le impusieron obediencia debida a Él y a Ella; -censuraron demonizando el disenso de las izquierdas no K; y se apropiaron de ideales izquierdistas para ahuecarlos. Junto con el espacio Carta Abierta modelaron relatos épicos e inculcaron lectura maniquea de la realidad argentina mirando, sobre todo, a reemplazar el imprescindible bipartidismo de la polarización electoral que garantiza gobiernos al servicio del establishment transnacional y transnacionalizado.
SE EXPLICA COMPORTAMIENTO ANTIPOPULAR PORQUE: Todos los gobiernos progresistas promovieron y promueven los extractivismos rurourbanos o sea la criminalidad neoliberal de lesa naturaleza y lesa humanidad. Fue el gobierno progresista (en verdad del derechista PJ) de Cristina y Alberto Fernández que estableció el predominio del Estado policial militarizado por sobre el de derechos formales mediante la justificación de proteger de la Covid19; Comandos Unificados de las Fuerzas Federales con las de cada provincia; el primer Comando para ataque frontal contra el pueblo nación Mapuche Tehuelche; la entrega del agua dulce (aguas superficiales y subterráneas) de Argentina a Mekorot. Reflexionemos sobre implicancias:
(,,,) Como hemos señalado, Israel opera desde sus inicios como un régimen colonial. Busca profundizar su hegemonía económica y política apostando a un fuerte desarrollo militar y de seguridad, controlando los principales bienes naturales del territorio ocupado. Lo hace además, ejerciendo el apartheid como mecanismo institucional de limpieza étnica hacia la población originaria de ese territorio. Desde esa convicción analizamos la expansión de Mekorot en nuestra región, en el marco del conjunto de intereses que históricamente tiene el sionismo en nuestros países. Vale la aclaración, puesto que en nuestros territorios, algunos sectores, incluso desde un pensamiento progresista, destacan el modelo de gestión de la empresa, su desarrollo tecnológico, sus logros, etc. divorciando estos aspectos del principal rol que ha cumplido toda la vida: gestionar el agua desde una relación de dominación de un pueblo sobre otro.
Mekorot se posiciona internacionalmente como ‘líder en la gestión de recursos hídricos’, por su desarrollo en tecnología, sus enormes plantas de desalinización y el reciclado de efluentes. A su vez, alimenta el mito del ‘milagro israelí’, por haber ‘transformado un desierto en un oasis’, omitiendo por supuesto, el despojo del territorio palestino y el robo de sus principales fuentes de agua. En Latinoamérica, Mekorot ofrece principalmente servicios de consultoría: asesoramiento en la gestión hídrica, monitoreo, planificación de políticas, diseño de proyectos y capacitación, entre otros. En general, estos servicios se ofrecen a gobiernos, empresas u organismos que requieren mantener, expandir o profundizar proyectos extractivistas que demandan un uso intensivo del agua. Frecuentemente, entidades del lobby sionista de los distintos países invitan a comitivas gubernamentales a recorrer las instalaciones de la empresa en Israel o a participar en los seminarios y eventos que organiza sobre el agua. (…) Por Galizia Alfano Paula , Ferreyra Silvia
https://www.herramienta.com.ar/mekorot-el-agua-como-herramienta-de-dominacion
En fin, sobre Gustavo Petro advirtamos:
¿Progresismo contrainsurgente en Colombia?
8 de octubre de 2025
Por Pedro Páramo/ Rebelión
(…) En el plan de ofensiva político militar que el actual gobierno progresista desarrolla sobre algunos territorios en el país, no ha habido una sola situación en el que la población civil no haya sido victimizada por la fuerza pública y sus organizaciones de mercenarios a sueldo que están trabajando conjuntamente para someter a la gente a sus presiones y vejaciones. Sin duda, esa distinción entre combatientes y no combatientes se ha roto en toda esta coyuntura.
Mientras los territorios resisten, se está creando un marco discursivo para seguir presionando las organizaciones comunales, sociales, políticas y populares a cooperar por la fuerza para actuar como espías encubiertos en las comunidades y con ello abrirle paso a los mercenarios que están aliados con la fuerza pública para asestarle golpes a las organizaciones insurgentes.
Todo esto sucede porque dentro del proyecto progresista, se está utilizando una táctica de dividir estructuras por medio de todas las formas de presión psicológica, política, económica, social y comunicacional, que intenta convertir los procesos organizativos de las comunidades en cooperantes forzados para los intereses de la política de seguridad del establecimiento.
Sin duda, estamos ante nuevas modalidades de la denominada guerra hibrida, aquella que ha sido utilizada para inocular procesos sociales y políticos que en sus fases de politización más alta, han sido destruidos bajo formas muy refinadas de persecución y hostigamiento que terminan fisurando los desarrollos orgánicos y políticos que impiden fracturar el establecimiento.
No es extraño que bajo las cortinas de humo que se están creando para desviar la atención de lo que sucede en los territorios, estemos viviendo un nuevo modelo de aplicación de contrainsurgencia bajo la política progresista que resuelte más destructiva que la se ha hecho presente en los últimos cuarenta años en el país. Por ahora nada es descartable en la actual coyuntura.