Qué Abya Yala – Septiembre 2022

En desaparición forzada por el sistema mundo capitalista y sus locales extinguiendo su vida humana y no humana para la acumulación oligopólica de riquezas.

Historia y presente/ Ofensiva del sistema mundo capitalista / Alternativas emancipatorias

Historia y presente

El término Abya Yala es en sí mismo un símbolo de identidad y respeto hacia las raíces de los pueblos originarios; y en ese sentido, el poema Abya Yala Wawgeykuna (Hermanos Americanos), originario del pueblo Quechua de Argentina, hace un llamado a la unidad de los pueblos a mantener presente su origen y a continuar su camino siguiendo las huellas de sus ancestros. Tal como su título indica, Abya Yala Wawgeykuna.

Artes, saberes y vivencias de indígenas americanos, el libro que sostienen en sus manos es un tributo a la filosofía de ese poema, pues intenta plasmar el pasado y el presente de distintos pueblos originarios: sus modos de vida, sus manifestaciones artístico-culturales, sus creencias… y al fin y al cabo, su identidad. Leer

Estamos sumidos en una inflexión histórica como país, como continente y como mundo. El sistema capitalista local e imperialista maximiza el acaparamiento de tierras y bienes comunes hasta el extremo de arrasar la Cordillera, los océanos, los bosques nativos y las selvas. Es hora de suscitar el hondo deseo, en una creciente mayoría, de independizarse del peronismo y de los progresismos. Estos últimos cautivan en el Abya Yala pese a décadas de demostración que han continuado profundizando los extractivismos y propiciado gobiernos de derecha explícita.

Por eso, es crucial aprender de los análisis que realiza el filósofo y sociólogo boliviano Raúl Prada Alcoreza. Comprobemos en:

Nueva autocrítica en los espesores de la coyuntura política del plebiscito

8 de septiembre de 2022

Por Raúl Prada Alcoreza 

Es necesario volver a la autocrítica una y otra vez, pues es menester mejorar siempre las interpretaciones del acontecimiento. El desafío actual es la comprensión de los fenómenos sociales, políticos, económicos y culturales, desde la perspectiva de sus complejidades inherentes, sobre todo de sus singularidades, las que definen perfiles particulares. Para abordar una problemática concreta lo acontecido en Chile con los resultados del plebiscito constitucional, su aparente paradoja, como calificó la BBC, refiriéndose a la contundencia del rechazo, cuando antes, el 2020 fue contundente la apertura a una nueva Constitución.

Pese a que en octubre del 2020 casi un 80% de los electores en Chile votaron a favor de cambiar la Constitución y a hacerlo a través de una Convención Constitucional, casi dos años más tarde el texto que resultó de ese proceso fue ampliamente rechazado en el plebiscito de salida del proceso constitucional. La Convención de 155 integrantes que redactó la propuesta fue elegida en las urnas y su composición apostó a reflejar las demandas ciudadanas por paridad, diversidad, representación indígena e independencia de la política tradicional. Pero el texto que elaboró durante 12 meses no logró convencer a la mayoría del electorado y apenas logró el 38% de apoyos. Se trata, a primera vista, de una paradoja en un país que vio el proceso constitucional como salida a la crisis del estallido social de 2019. Tras entregar su decidido apoyo a un cambio constitucional en el plebiscito de entrada del proceso constituyente chileno y de votar en diciembre de 2021 como presidente a Gabriel Boric, partidario del “apruebo”, una amplia mayoría decidió este domingo desechar la alternativa que se le presentó en su referéndum de salida[1].

 

En lo que respecta a nuestro análisis, antes del plebiscito constitucional, no cuestionamos el análisis mismo, que no deja de ser crítico del gobierno progresista de Boric, del manejo de la casta política, de izquierda y de derecha, del proceso constituyente en los límites de la Convención, de la manipulación mediática y el terrorismo sensacionalista de la burguesía gamonal, en un contexto de ocupación militar del Wallmapu. Lo que se cuestiona es el pronóstico implícito y explícito de que ganaba, de todas maneras, el apruebo. ¿A qué se debe este error de estimación? Lo diremos directamente: no se conocen a cabalidad las dinámicas moleculares de la sociedad. Aunque digamos que nunca se van a conocer a cabalidad las dinámicas moleculares de la sociedad, de todas maneras, el error de estimación evidencia que no se observaron dinámicas concretas y desplazamientos sociales en la coyuntura. En este sentido, vamos a abordar, a través de hipótesis interpretativas, lo que podría haber ocurrido. Pero, sobre todo nos interesa hacernos cargo de la autocrítica.

Comenzaremos por lo segundo, la autocrítica. Hemos heredado de las ciencias sociales la tendencia a la generalización, incluso a la homogeneización. En otras palabras, les quitamos su singularidad a los hechos, eventos sucesos, convirtiendo al acontecimiento en una composición esquemática. Lo que no puede ser, pues el acontecimiento es multiplicidad de singularidades, multiplicidad de procesos singulares, en constante devenir. Cuando hablamos de pueblo, nos referimos a una totalidad como si esta mantuviera cierto perfil más o menos homogéneo; lo que no es acertado, pues el pueblo es un concepto, por así decirlo, rousseauniano, que representa la voluntad general. No así a las multitudes, a los colectivos, a los grupos, a los individuos, dados en sus propias singularidades. Esta tendencia generalizante y homogeneizante, lleva a cometer errores, sobre todo cuando los procesos sociales, políticos, económicos y culturales, adquieren ritmos y velocidades marcadas.

Por otra parte, las observaciones del análisis suelen basarse en la evidencia visible, perceptible y audible, que muchas veces tiene que ver con la constatación del momento, en el mejor de los casos, en la constatación de un lapso reciente. Incluso, cuando se amplían las observaciones y se las profundizan con una mirada histórica, también con una mirada estructural, se tiende a seleccionar núcleos que parecen más gravitatorios, más causales, que otros factores y condiciones. Cuando los escenarios corresponden a las crisis, que tienen varias aristas, varios planos de intensidad, estos núcleos estructurales y causales pueden variar o ser sustituidos por la composición de substratos cambiantes. Entonces, podemos decir, que cuando esto ocurre, en el devenir del acontecimiento, no se logra visualizar lo que está ocurriendo, por así decirlo, en las profundidades.

Aunque nos hemos movido o pretendido mover en la perspectiva de la complejidad, no necesariamente se da plenamente esta práctica y perspectiva, las herencias epistemológicas nos juegan, escondidamente, a retornos a paradigmas fosilizados y cristalizados, entonces inciden en el análisis de una manera imperceptible o incluso, a veces perceptible. Por ejemplo, los esquematismos dualistas tienden a sacar su estereotipada figura e incidir, de alguna manera en el análisis. A estas regresiones analíticas se suma la falta de investigaciones descriptivas. Claro, que se entiende que no se puede hacer las mismas en la inmediatez de la coyuntura, empero, su ausencia, en ciertos casos se hace notoria, cuando se evidencian y destacan ciertos errores de apreciación y de estimación.

Obviamente no estamos de acuerdo con las interpretaciones hechas tanto por la BBC como por algunos otros analistas con muy buena predisposición a explicarse la aparente paradoja del comportamiento plebiscitario en Chile. Son apreciaciones generales, provisorias, que pecan de miradas globales, esquemáticas y homogeneizantes. Vamos a descartar, de plano, las hipótesis de las teorías de la conspiración; son las más exaltadas y especulativas. Se basan en el supuesto del secreto, la estructura de poder en las sombras, grupos de control, grupos de poder, grupos que mueven hilos, de manera visible o invisible. Si bien pueden y, en verdad, existen, estos grupos, no controlan el conjunto de variables intervinientes; son en todo caso parte de estas variables. Tampoco compartimos las tesis de la culpabilidad o de la traición, se parecen a las tesis de la conspiración, solo que sustituyen la conspiración por la hipótesis permanente del mal. Así mismo descartamos las tesis de la victimización; siempre hay víctimas y verdugos, héroes y villanos. Estas tesis derivan de una predisposición religiosa o epopéyica. Nos quedaremos discutiendo con los análisis descriptivos, que mencionamos al principio, los que buscan en la paradoja de los comportamientos la explicación de lo ocurrido.

 Análisis periodístico de la BBC

 Como primera “razón” para explicar la aparente paradoja del plebiscito la BBC dice:

Aunque importantes constitucionalistas internacionales destacaron la calidad y las innovaciones en la propuesta constitucional, especialmente en áreas como la paridad y la protección del medio ambiente, el texto enfrentó varias críticas dentro del país. En el documento rechazado, por ejemplo, el Estado chileno se definía como plurinacional. Como dijo a BBC Mundo la cientista política Pamela Figueroa, los grupos por el rechazo asociaron la plurinacionalidad con la división del país y con la creación de los pueblos originarios como un grupo privilegiado, y ese discurso permeó el debate nacional.

 Un poco después se dice:

 En el proyecto se ordenaba la creación de autonomías territoriales indígenas, asegurando al mismo tiempo que el territorio del país era indivisible, y se planteaba el respeto a los sistemas de justicia indígena. Para el exintegrante del Tribunal Constitucional chileno Jorge Correa Sutil, el texto en general no dejaba bien delimitado el ejercicio de la autonomía política y la justicia indígena. Otro aspecto controvertido fue la idea de que la nueva Constitución no protegía el derecho a la propiedad privada, una idea tan extendida durante la campaña del plebiscito que los partidos oficialistas debieron dejar constancia escrita de que se protegería bajo toda circunstancia. Pero analistas entrevistados por BBC Mundo advirtieron que estas ideas no estaban en el proyecto sino en la desinformación que circuló en el país antes de acudir a las urnas.

 Como segunda “razón” la BBC establece que:

Si bien la confianza en los partidos políticos, la Cámara y el Senado han ido en declive en el país, las controversias en el desarrollo de la Convención Constitucional y las dificultades para comunicar su trabajo también fueron generando distancia con parte de la ciudadanía.

Seguidamente dice:

Si bien la Convención desarrolló un trabajo de gran complejidad en el tiempo y las condiciones acordadas, las declaraciones y gestos más radicales de sus integrantes tuvieron amplio impacto en el debate público, aunque no pasaron los dos tercios necesarios para su inclusión. Según la encuesta CEP publicada en la recta final del trabajo constituyente, más de la mitad de las razones para votar ‘rechazo’ se asociaban a una mirada crítica sobre la Convención.

 La tercera “razón” de la BBC para explicar la aparente paradoja dice:

En los días previos al plebiscito, aunque los partidos del gobierno favorecieron el apruebo y la oposición política impulsó el rechazo, ambos se comprometieron a continuar el proceso constituyente independiente del resultado del plebiscito. Bajo esos antecedentes, el resultado de la votación bien podría representar la oposición al texto propuesto y no el rechazo a un cambio constitucional. En un compromiso público por una nueva Constitución, la oposición propuso avanzar hacia un Estado social de derecho y, marcando diferencia con la propuesta de la Convención, ofreció defender el Senado, en vez de reemplazarlo por una Cámara de las Regiones, y reconocer a Chile como un estado multicultural, en vez de uno plurinacional.

 Ahondando las contradicciones en la coyuntura política y profundizando el deterioro de la Convención se hacen las siguientes declaraciones:

El presidente, Gabriel Boric, que firmó como diputado el acuerdo que abrió el itinerario del cambio constitucional en 2019, aseguró en televisión antes del plebiscito que, de ganar el rechazo, correspondía abrir un nuevo proceso constituyente. El acuerdo de los partidos de gobierno para hacer una serie de reformas de aprobarse el texto, apuntó a resolver algunas de las principales dudas de la ciudadanía. Pero también apuntó a que, de ser aprobada, la Constitución recién escrita enfrentaría algunas reformas inmediatas en el Congreso.

Estas son las tres “razones” que estipula la BBC para entender el rechazo a la nueva Constitución. La primera tiene que ver con la definición de la condición plurinacional del Estado, la segunda tiene que ver con las controversias en el desarrollo de la Convención, la tercera “razón” tiene que ver con el acuerdo previo de la oposición y el gobierno en buscar una nueva redacción para la Constitución, se apruebe o se rechace. Como se puede ver esto es lo que se ha venido ventilando en los medios de comunicación, lo que se ha sacado a luz del debate dado en la sociedad, ocultando los detalles, las minucias, las singularidades propias de los debates en una multiplicidad de lugares y escenarios. Se puede aceptar que una parte de la población votante contenía como carga los prejuicios mencionados, empero no corresponde a otros sectores, estratos, colectivos y multitudes de la población. Hay quienes aceptaron el carácter plurinacional del Estado, no solamente los que votaron a favor del apruebo, sino incluso los que no votaron, es más, los que votaron por el rechazo, pues consideraron que el texto constitucional fue disminuido por los sectores conservadores dentro de la Convención, de derecha y de izquierda. La manipulación de la casta política se dio desde un  principio, una vez que se constató la significativa presencia de los constituyentes independientes, que emergieron del estallido. Boicotearon la expresión más clara y radical de los artículos y de la estructura integral del texto constitucional. También la casta política, colaborada por la campaña sensacionalista de los medios de comunicación, boicotearon la información y la comunicación entre la Convención y la población, la sociedad y el pueblo.

No se puede aseverar que la condición plurinacional del Estado incidió preponderantemente en la actitud de rechazo mayoritaria. Se puede, más bien, sugerir, que fueron distintas actitudes, percepciones y posicionamientos, incluso en contraste y contradictorios, los que se fueron sumando para acumular la inclinación amplia por el rechazo.

También se puede aceptar que una parte de la población se vio aguijoneada por la propaganda mediática respecto a la abolición de la propiedad privada. Sin embargo, estamos hablando, en pleno siglo XXI, en contextos sociales y políticos donde los pueblos ya tienen una larga experiencia en el debate ideológico. No estamos hablando de poblaciones y sociedades ingenuas. Lo que se puede ver, mas bien, es que parte de la población, sobre todo la que se movilizó durante el estallido, se encontró con un texto excesivamente reformista, condescendiente en muchos aspectos, a pesar de las demandas claramente establecidas y dadas a conocer del estallido.

Lo que parece más atinado es lo que respecta al desgaste de la Convención, a sus dificultades, incluso para hacer aprobar artículos pertinentes de las propuestas de los independientes, recogidas socialmente, emergidas de las participaciones locales. Se puede decir que la Convención se desgastó, que su imagen se fue deteriorando, que sufrió el boicot de la manipulación mediática y de la casta política. Cuando se dio el plebiscito, presentando un texto constitucional disminuido, la convención se encontraba prácticamente aislada, mediada por la intervención del gobierno, que apoyó al apruebo, en las condiciones de disminución de la misma Convención. Algo que no le hizo bien ni a la Convención y al apruebo, en un contexto plagado de contradicciones de las gestiones del gobierno de Boric, sobre todo en el contexto específico de la represión en el Wallmapu.

Al respecto, se sabe que se atizó el conflicto del Wallmapu; no hablamos de lo que llama la misma jerga del gobierno, de grupos radicales, incluso “terroristas”, sino nos referimos a los propios empresarios, los forestales y otros que tienen sus inversiones en el Wallmapu, quienes estaban interesados en agitar y convulsionar el Wallmapu. También no hay que descartar a los servicios de inteligencia del ejército. El gobierno progresista se desgastó rápidamente, mostrando una gestión ambivalente y de concesiones a los grupos de poder, a las estructuras de poder, a los diagramas de poder, que han atravesado la formación social, sometiéndola a la extorsión y expoliación de la burguesía gamonal. El involucramiento del gobierno en el proceso constituyente y por el apruebo le quitó gravitación a la Convención y le restó apoyo social.

Ya con el acuerdo previo, entre el gobierno y la oposición, a revisar el texto constitucional, sea aprobado o no, le quitó todo sentido a la propia votación por el apruebo o el rechazo de la nueva Constitución.

Como se puede ver estamos ante la derrota anunciada del apruebo, aunque no haya sido suficientemente visible esto, aunque nos hayamos dejado obnubilar por los comportamientos electorales y los comportamientos políticos de la historia reciente, creyendo que, de todas maneras, las inclinaciones votantes se mantendrían.

 Análisis político de Patricio Altamirano Arancibia

El otro análisis descriptivo, aunque corresponda a una respuesta inmediata y no abarque, en la exposición oral, a la totalidad exaustiva de los resultados del plebiscito, es significativo por la evaluación política y la ponderación e interpretación de los resultados del rechazo amplio, que se ha dado en el plebiscito constitucional. Este análisis está a cargo de Patricio Altamirano, quien es un escritor y un analista de las estructuras de poder económicas, de las familias de poder, que han dominado la economía y la política de Chile, a lo largo de la historia reciente [2]. Ahora Patricio Altamirano dirige una radio comunitaria, un medio comunitario, que llega, de manera audiovisual a la población. Él dice concretamente lo siguiente: que la victoria del rechazo significa, de manera específica, el rechazo de parte de la población de la nueva Constitución, sin embargo, dice también que no se puede olvidar que ya hubo el rechazo plebiscitario en el caso de la Constitución pinochetista. Por lo tanto, la consecuencia objetiva es que el pueblo chileno rechaza ambas constituciones. Lo que se requiere, en adelante, es realizar un proceso constituyente auténtico, con participación y control social. El mencionado analista establece que está en contra de la solución acordada por el gobierno y la oposición, es decir, por los grupos de poder, de revisar el texto constitucional, puesto en referéndum, y acordar un nuevo texto consensuado entre las fuerzas políticas dominantes. Lo que el analista deduce de los hechos es que el pueblo chileno, al rechazar ambas constituciones, no acepta tampoco una revisión del texto constitucional en cuestión, una revisión congresal, por parte de las fuerzas del gobierno y de la oposición. Después del rechazo a ambas constituciones, lo que se requiere es abrir un nuevo proceso constituyente, auténtico, controlado por el pueblo, un proceso constituyente que equivalga a una asamblea constituyente originaria, un poder constituyente, que está por encima de todo poder constituido.

Las conclusiones de Patricio Altamirano nos llevan no sólo a hacer un análisis minucioso y comparativo de los resultados de los plebiscitos, el de entrada y el de salida, de los comportamientos políticos, de los movimientos sociales, dados en la historia reciente, sino también el análisis de las correlaciones de fuerzas en distintas coyunturas de los periodos recientes. Preguntarnos, por ejemplo, ¿por qué el estallido no derivó en la renuncia de Sebastian Piñeira?, ¿por qué no derivó en un proceso constituyente auténtico, con una Asamblea Constituyente originaria? Siguiendo con las preguntas: ¿Por qué se dejó cierta iniciativa a la casta política? La misma que limitó los alcances del proceso constituyente abierto y restringió los alcances de la Convención. ¿Por qué se dejó aislar a la Convención por parte del gobierno, la casta política y los medios de comunicación? ¿Qué pasó con el pueblo movilizado durante el estallido?

Análisis evaluativo de Marcel Claude

En esta selección de las evaluaciones inmediatas a los resultados del plebiscito de salida, también contamos con el análisis de Marcel Claude [3], Una mirada algo optimista a los resultados del plebiscito de salida 2022. Marcel Claude escribe:

“La derrota del 4 de septiembre de 2022, es la derrota de una clase política que se ha empeñado en manipular, abusar y explotar a trabajadores y trabajadoras chilenas”.

En concreto dice que:

“No era posible pensar que el pinochetismo, que a punta de fraudes aprobó la constitución del 80, hoy en pleno apogeo “democrático” y después del levantamiento popular de 2019, llegara al 63% de apoyo electoral”.

Como explicación de lo ocurrido argumenta en base a la estructura social de la votación:

“A todo esto, es bueno saber que la clase media alta, ya no es tan alta, pues recuerden que el 99% de chilenos nos quedamos con el 50% del ingreso, que queda en Chile, y eso incluye a la clase media alta, puesto que solo la clase alta se lleva el 50% de la riqueza y esa es nada más que el 1% de chilenos y chilenas”.

Siguiendo con su argumentación dice:

“¿Cuál era la necesidad de reeditar la disputa electoral que llevó al líder de la izquierda rosa posmoderna a La Moneda? Primero, pensaron que se podía reeditar el resultado electoral y eso garantizaba el apruebo y legitimaba a Boric y a los hípsters ñuñoinos en el poder. Segundo, les permitía ocultar la verdadera Constitución, que se pretendía aprobar y que contradecía flagrantemente, no solo el espíritu de la revuelta popular de 2019, sino también, los mismos preceptos ideológicos que supuestamente inspiran a esta nueva izquierda sin tacos ni corbatas. La campaña del apruebo faltó gravemente a la verdad.

No es cierto que recuperaríamos el agua, pues el artículo 35, de las normas transitorias, reconoce los derechos de agua otorgados, hasta la fecha, como realizados bajo la nueva Constitución.

No era cierto que se protegía el bosque nativo, pues no tocaba la sustitución de especies nativas por pino y eucalipto, lo que ha sido siempre el punto de quiebre de quienes hemos peleado por evitar la desaparición del bosque nativo; no era cierto que protegía a los animales, pues la industria de la carne (donde se tortura, flagela y trata despiadadamente a los animales) ni siquiera fue mencionada, ni se pretendía tampoco establecer alguna regulación para esa industria.

Tampoco se nacionalizaba el cobre, una fuente insustituible de recursos para financiar el desarrollo de Chile. Y se mantenían intactas las paredes maestras del neoliberalismo, tales como, el rol del Banco Central, el manejo “responsable” del presupuesto fiscal; el Tribunal Constitucional al que solo le cambian el nombre por Corte Constitucional; y mantenía el concepto de libertad sindical (léase poder crear todos los sindicatos posibles), lo que le ha permitido a la oligarquía hasta hoy, dividir el poder de los trabajadores creando sindicatos rastreros pro-empresa.

¿Y el Poder Judicial? Seguiría siendo un poder no sometido a la voluntad soberana ni al escrutinio del pueblo, o sea, seguiría siendo designado por los poderes constituidos. En fin, es larga la lista de concesiones que hizo la Convención Constitucional con el patronaje, con la clase empresarial dueña y señora de Chile S.A.”.

Más abajo escribe:

“Finalmente, al insistir tanto en reducir el plebiscito de salida 2022, a una disputa formal y superficial, entre la Constitución de Pinochet y la Nueva Constitución, entre ser facho o ser progre, entre ser pro Kast o apoyar los cambios, aunque fuesen estos mediocres y sibilinos, el plebiscito de salida emigró a una simple –aunque no tan simplona- evaluación del gobierno de turno, que era lo que buscaban tanto sipoaprovistas como ideólogos del rechazo”.

Sacando conclusiones escribe:

“Lo que ha ocurrido en realidad, a mí limitado entender, es que, por una parte, Boric no se demoró mucho en frustrar las expectativas de sus electores: puso a Mario Marcel (un socialista neoliberal, que ha sido parte permanente del staff de economistas, que durante todos los gobiernos de la Concertación han consagrado el capitalismo neoliberal más desigual de toda América Latina); desechó el quinto retiro, fue a ofrecer proyectos mineros a Canadá (una de las actividades económicas más contaminantes); cerró la Fundición Ventanas (la única que cumplía con los estándares ambientales); negó la cuestión de los presos políticos, se reunió con la BHP Biliton (un importante consorcio minero operando en Chile); continuó con la política de militarización de la Araucanía; encarceló a Llaitul y su hijo; envió a Jackson a cabildear para que no se incluyera la nacionalización del cobre en la nueva Constitución. Es decir, al poco andar, este nuevo producto del marketing político para captar la votación de izquierda, se puso de lado de sus patrones, y sin miramientos se alineo con Bachelet, Lagos y toda esa pléyade de notables figuras que han sido parte de la tragedia y del dolor del pueblo chileno”.

La conclusión política es la siguiente:

“Lo que ha estado ausente en el cuadro de la política chilena, es un proyecto político auténticamente popular”.

Especificando la evaluación política dice:

“El rechazo a la manipulación política de la Concertación y ahora del Frente Amplio, el rechazo a los proyectos políticos creados por la oligarquía para captar el voto de los oprimidos, es una gran oportunidad histórica que no debemos desaprovechar”.

La conclusión general dice así:

“La derrota del 4 de septiembre, no es una derrota del pueblo, es la derrota de la izquierda rosa posmoderna (un invento de las ONG yanquis), heredera de la vieja Concertación, amparada y levantada por los medios de comunicación de los oligarcas para capturar el voto de izquierda. No es la derrota de un proyecto popular, puesto que este no se ha podido aún construir ni echar a andar…la derrota del apruebo, es un llamado urgente a su creación y construcción, no hagamos oídos sordos a ese grito de angustia y desesperación que emerge desde el fondo del alma de este pueblo martirizado por el neoliberalismo reinante”[4].

Marcel Claude atribuye el contundente rechazo del plebiscito de salida a la nueva Constitución a la derrota de la izquierda rosa. Algo que también concluyó Patricio Altamirano. La crítica al gobierno progresista de Boric es compartida por ambos, también comparten que se quiere otro proceso constituyente. Se diferencian en el estilo de abordar la conclusión y la crítica al gobierno de Boric.

Hay que responder a la pregunta de por qué el estallido no llegó más lejos, por qué no incidió en otros desenlaces más favorables al pueblo movilizado. Porqué la correlación de fuerzas cambió una vez acabado el estallido, favoreciendo nuevamente a las estructuras dominantes, tanto económicas como políticas. No solo se trata de comparar dos plebiscitos, el de entrada y el de salida, señalar su contraste o, en su caso, su continuidad, al rechazar en los dos plebiscitos ambas constituciones. Bueno, aquí es cuando debemos ingresar a nuestra autocritica anunciada. Pero, antes, consideraremos otra evaluación y análisis político, que recoge una mirada desde el marxismo crítico.

 

Análisis político

Gustavo Burgos[5], en La estrepitosa derrota del Apruebo, abre una puerta a la irrupción de la clase trabajadora, escribe:

 “La abultada derrota del Apruebo en el plebiscito constituyente terminó por barrer al Gobierno de Boric tal y como se había instalado. Mientras se escriben estas líneas tiene lugar el cambio de Gabinete que expresa el retorno de la Concertación a La Moneda. Carolina Tohá en Interior, Uriarte a Presidencia, un enroque con Jackson y el reemplazo de ministerios secundarios, marcan un vigoroso movimiento hacia la Derecha del Gobierno y la reinstalación de los partidos tradicionales en el formato de lo que fuera la Nueva Mayoría. De hecho el comunista Nicolás Cataldo no pudo asumir como subsecretario de Interior por haber sido vetado por la propia Derecha. Esta circunstancia, reactiva el fracaso electoral del domingo, es consecuencia directa de la derrota de un discurso dirigido a la clase media y a la pequeña burguesía, un discurso de minorías y que interpreta tales intereses minoritarios como un programa para el conjunto de la sociedad. Este discurso posmoderno ha sido macizamente repudiado por los sectores más explotados, por la juventud obrera, por las comunas campesinas y hasta por la mujer trabajadora”.

La primera conclusión somera dice que:

“Puesto de esta forma, el 62% de voto rechazo a la Nueva Constitución es un voto castigo a una política económica al servicio del gran capital financiero, que justificara impedir el quinto retiro de fondo de las AFP, el término del IFE y la negativa a condonar el CAE. Toda esta política que denominan política antiinflacionaria en la práctica redunda en un inclemente castigo a los salarios y a la condición de vida de la mayoría trabajadora. En un país en el que 1% más rico de la población se lleva casi un 40% del PIB, las medidas aplicadas por este Gobierno buscan cautelar los intereses de dicha minoría explotadora, de la misma forma como en los últimos treinta años la concentración de la riqueza se ha multiplicado hasta en 80 veces”.

En lo que respecta a lo más grave, a la represión contra la nación y los pueblos mapuches, Burgos escribe:

“Coherente con la ofensiva llevada en contra de los trabajadores, Boric ha hecho igualmente de la represión el centro de su política para resolver la crisis social. La ocupación militar del Wallmapu durante ya seis meses, el encarcelamiento de Héctor Llaitul y de figuras de su entorno en la CAM, configuran formalmente acciones enteramente incompatibles con cualquier Gobierno democrático. Adicionalmente, la impunidad a los violadores de los DDHH empezando por Piñera y la nula respuesta al reclamo por la libertad a los presos políticos, son elementos que hicieron a este Gobierno perder todo apoyo popular y del llamado «octubrismo» de izquierda. Acá debemos encontrar otra respuesta para el vertiginoso derrumbe político que ha protagonizado”.

La segunda conclusión somera dice:

“El referido derrumbe arrastró al proceso constitucional y especialmente a la campaña por el Apruebo a la Nueva Constitución votada por la Convención. El Apruebo y el Gobierno de Boric formaron la misma cara del proceso de restauración del régimen, una campaña cimentada principalmente en la clase media capitalina que resultó enteramente insuficiente para imponerse electoralmente”.

Un poco más abajo aclara:

“Por su parte, la izquierda apruebista —aquella que se ubica en la izquierda del Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático y fuera de ella— es hoy un territorio en ruinas. Ven en la derrota del Apruebo una derrota desoladora para las masas. Arrasados por la caída de Boric su única respuesta hasta ahora ha sido responsabilizar al roterío y al «facho pobre» de su propia derrota. Esta conducta, además de sincerar su posición de clase, la deja en la incómoda situación de tener que esperar en la puerta de la Cocina del poder el nuevo texto que pacte Boric con la Derecha moderada, un texto del que muy probablemente se resten los republicanos de Kast sirviendo —por lo mismo— de un nuevo argumento para «derrotar al fascismo» y volver a cimentar una política de mal menor. Éste camino descrito, no solo es el más probable, sino que el más optimista. Privados de todo acceso al poder y carentes de un programa revolucionario, caerán rápidamente en la irrelevancia”.

La tercera conclusión somera dice:

“La fuerza social expresada en el plebiscito a través del Rechazo corresponde a una expresión política básica y elemental de los trabajadores. No una fuerza con política propia, ni mucho menos una fuerza revolucionaria, pero tampoco es una fuerza política de derecha o pinochetista.”

Aclarando sostiene:

“Para sostener esto nos limitamos a constatar que el Rechazo se impuso masivamente en las comunas obreras, siendo las más explotadas aquellas que en mayor proporción se inclinaron en contra de la Nueva Constitución, superando hasta por 50 puntos al Apruebo. Inclusive en las cárceles —votaron por primera vez— el Rechazo igualmente se impuso por porcentajes igualmente elevados. Esta expresión electoral —como hemos dicho al comienzo de esta nota— es un voto castigo y al mismo tiempo es una fuerza social que no encuentra expresión hasta ahora ni en los partidos del régimen, ni en las alicaídas organizaciones populares”.

Siguiendo con la evaluación de la coyuntura, escribe:

“Inesperadamente, no el desenlace del plebiscito, sino que la magnitud de las cifras ha terminado por abrir otra crisis en el régimen el que transita a una especie de «constitucionalización crónica», que le impedirá estabilizarse. La apertura y extensión de una nueva discusión constitucional arriesga superponerse a una crisis económica profunda, que en lo que va del año ha licuado de forma significativa los salarios y atacado el empleo. Esta crisis, expresión de la crisis global que atraviesa la economía capitalista mundial, no podrá ser contenida por el régimen sino agudizando su ataque a los trabajadores. Esta combinación de autonomización política y crisis económica amenaza con transformarse en un polvorín de lucha de clases y es este el proceso en el que el activismo, que se reclama de la clase trabajadora y la lucha revolucionaria, ha de construirse”[6].

También para Gustavo Burgos la contundencia del rechazo es una derrota del gobierno de Boric y de la izquierda apruebista, no de la clase trabajadora, que, mas bien, expresa en el rechazo, su repuslsión a la política condecendiente y encubierta del progresismo; una marcha hacia su autonomización, la independencia de clase. Para el analista crítico el gobierno de Boric es una continuidad de las gestiones de los gobiernos de la Concertación, que fueron escenarios de políticas en contra de la clase trabajadora y en favor de la burguesía, que se apodera del 40% del PIB, una continuidad de lo que nosotros llamamos el modelo colonial extrativista del capitalismo dependiente, con sus variantes singulares en Chile.

Lo interesante de los tres últimos análisis del plebiscito constitucional es que nos muestran la composición social del rechazo, donde sectores importantes de clases subalternas y clase trabajadora, votaron por el rechazo. Queda claro que la derecha no puede llevarse el agua a su molino, que queda pequeño ante el desborde social del repudio al teatro político del progresismo. En otras palabras, volvemos a las condiciones mismas de posibilidad de la crisis múltiple, a las condiciones que desataron las movilizaciones durante el estallido.

Ahora bien, ninguno de los análisis toca la problemática colonial, la problemática del desconocimiento colonial del Estado nación a la Confederación Mapuche. Se puede decir que se soslaya esta cuestión primordial, pues no puede haber emancipación social sin la emancipación de las naciones y pueblos indígenas. De todas maneras, el texto constitucional de la Convención propuso modificaciones a esta herencia colonial del Estado nación al reconocer la condición y el carácter plurinacional de la formación social chilena. También planteó la paridad institucional, reconociendo no solo la mitad complementaria femenina de la población, sino el efectivo funcionamiento de la sociedad en la reproducción social, por lo tanto, el otorgamiento a la realización paritaria de las gestiones. Por otra parte, por más disminuido que se haya encontrado el texto constitucional propuesto, con las revisiones y presiones de la casta politica, de izquierda y derecha, los artículo sobre la defensa ambiental, de la naturaleza y de la vida, abren la posibilidad de un desarrollo legislativo que no solamente atienda la crisis ecológica, sino que se encamine a la incursión en otras formas de gestión y administración, aperturando caminos hacia sociedades ecológicas.

Estas dos cuestiones son primoridales, al momento de atender la crisis múltiple, crisis ecológica, crisis de la civilización moderna, crisis del sistema mundo capitalista, crisis del orden mundial y crisis del Estado nación. No se puede seguir manteniendo los paradigmas modernistas, desarrollistas, clasistas, característicos del siglo XX, siglo ultimatista, cuando la episteme moderna ha sido desbordada, cuando avanzamos a la construcción de la episteme compleja, cuando sabemos que la crítica más radical al capitalismo es ecológica y descolonizadora.

Autocritica

Cómo podemos visualizar los límites de una movilización, los límites de una rebelión, los límites de una insurrección, en este caso, los límites del estallido. En la composición interna de la movilización, en el devenir mismo de la movilización, porque, de todas maneras, una movilización se transforma y cambia su composición interna. Entonces, en estas condiciones, circunstancias y perspectivas, se trataría de encontrar los límites que aparecen implícitamente en la movilización, en su composición y estructura inicial, sobre todo cuando no logra transformarse. Cuando la movilización no logra transformar su propia composición interna, logrando composiciones de mayor alcance, de mayor proyección, está destinada a estancarse en sus propios límites, que la circunscriben. Una movilización que al transformarse, al transformar su composición interna, transforma también a sus sujetos sociales involucrados, a sus multitudes, a sus colectivos, a sus grupos, a sus individuos, es una movilización que se abre camino aperturando horizontes. ¿Esto no habría ocurrido?

Si estalla una movilización es porque la sociedad se encuentra en crisis, esta crisis puede haber estado latente y después se hace evidente, se despliega, desborda. Ahora bien, cuando estalla la crisis y, por lo tanto, cuando estalla la movilización, con sus demandas y reivindicaciones propias,  lo hace con lo que tiene. Con las organizaciones que tiene, se convoca o se autoconvoca, con los sujetos que tiene. ¿Cuál  es la diferencia? La diferencia radica en la predisposición, la predisposición de los sujetos sociales ya no es la misma, están dispuestos a pelear por sus demandas y reivindicaciones, salen a la calle, a los caminos, se hacen escuchar. Se congregan, se multiplican,multiplican su convocatoria. La movilización irradia, afecta al conjunto de la sociedad.

Comenzando la autocrítica, lo más conveniente es ir a la nuez, al nudo de la cuestión, en este caso, de la autocrítica. Vamos a llegar a este nudo de la cuestión teniendo en cuenta la señal de la perturbación, en lo que respecta, a la marca del error que tiene que ver con la estimación, con el pronóstico respecto a los resultados del plebiscito constitucional de salida. De manera directa diremos que este error se debe al haber mantenido el criterio de una inclinación por continuar el perfil de las conductas y comportamientos electorales, respecto al plebiscito anterior y a las elecciones. Lo que de por sí ya no tienen en cuenta las conductas y comportamientos, inherentes a las movilizaciones, también no tienen en cuenta las conductas y comportamientos posteriores a la movilización. Esto nos hubiera permitido una comparación y evaluar contrastes en las dos formas de conductas y comportamientos, unas respecto a las votaciones y otras respecto a las movilizaciones. Por otra parte, quizás el mayor error estriba en creer que no iba a haber cambios en las conductas y comportamientos de las votaciones. ¿Por qué no?

En los tres últimos artículos considerados vemos claramente que el pueblo, lo popular, la clase trabajadora, se inclinó por el rechazo, manifestando su repulsa al teatro político de un gobierno condescendiente y continuista de la Concertación. Queda claro que no solamente ha habido una votación mayoritaria por el rechazo, por parte de los sectores conservadores, sino también ha habido votación por el rechazo por parte de las clases sociales subalternas, los sectores populares, la clase trabajadora. Esta situación deja evidentemente en dificultades a la propaganda de la derecha, que intenta llevarse el agua su molino, cuando el agua desborda y puede provocar un diluvio.

Entonces el error tiene que ver con no haber percibido los cambios singulares, específicos, múltiples y hasta imperceptibles, de las actitudes sociales respecto del texto constitucional, respecto de la Convención, en un contexto de deterioro político del gobierno. Esta actitud se da en un contexto donde el gobierno de Boric sufre, de manera inmediata, su desgaste, su regresión, para decirlo de manera simple, su derechización. Esto provoca no solamente la desconfianza popular sino el rechazo. Para decirlo en otras palabras, si no se resuelven las causas de la crisis, si las transiciones fracasan, hablamos de las transiciones políticas, si las soluciones políticas fracasan, en este caso, si las soluciones jurídico políticas constitucionales fracasan, entonces todo vuelve a su cauce. En el sentido que todo vuelve a las causas mismas de la crisis, por lo tanto, los sectores sociales, la clase trabajadora, los sectores populares, los pueblos, vuelven a la situación de predisposición a nuevas movilizaciones.

La crítica, en el caso que nos corresponde, la autocrítica estriba en no haber sensibilizado la mirada, la percepción, no haber ampliado la información respecto a los distintos planos de intensidad, en los que se mueve el campo social, también el campo político. En otras palabras, muestra estimación se basó en las impresiones de análisis anteriores, que corresponden a la interpretación del estallido de las movilizaciones,  a la impresión fenomenológica que deja el estallido, del que emergen análisis de las estructuras de poder, social y económica, durante este periodo. No se tuvo en cuenta las dinámicas moleculares, que inciden en las dinámicas molares, que, atendiendo a las referencias, no necesariamente son las dinámicas institucionales, sino las que están en el medio, es decir, las que alcanzan configuraciones masivas, colectivas, multitudinarias, inclusive estadísticas; de manera concreta, no solamente las conductas relativas a las elecciones, sino las relativas a la modificación del comportamiento electoral o de votación. Entonces, lo que habría pasado es que estas dinámicas moleculares singulares, específicas, locales, se habrían acumulado, de tal manera, que habrían terminado incidiendo en los comportamientos masivos. Algo que escapó a analistas, a comentaristas, a políticos, de derecha y de izquierda,  incluso partiendo de esta autocrítica, a críticos del poder y de las dominaciones, entre los que consideramos encontrarnos.

Hay que recordar y volver a remarcar, a partir de la crítica epistemológica, que la representación no es la repetición de la presencia, como pretende el concepto, sino que es una provisional iluminación de su referente, la realidad efectiva, las dinámicas integrales del acontecimiento, de donde forma parte la dinámica misma de la representaciones. Entonces, en consecuencia, no se puede esperar respuestas de la representación respecto a las problemáticas dadas en la realidad efectiva. La realidad efectiva es captada por la experiencia social, experiencia que pasa por sus propias interpretaciones, inherentes a la cultura, interpretaciones que deben ser puestas a la deconstrucción crítica, para lograr, con el apego activo a la experiencia social, a las prácticas, a las vivencias sociales, interpretaciones integrales, que articulen las dinámicas de los distintos planos de intensidad, obteniendo visualizaciones y enunciaciones cada vez más adecuadas del acontecimiento.

En lo que respecta a las dinámicas sociales, sobre todo cuando se trata de las resistencias, de las luchas, de las rebeliones, es indispensable mantener abierta las dinámicas de la interpretación, altamente sensibles, para que se pueda concebir la complejidad de la realidad efectiva, en este caso la realidad social.

Por otra parte, hay que tener en cuenta, desde la perspectiva libertaria, que lo que existe es el intelecto general, por lo tanto, es menester un trabajo colectivo en la interpretación crítica, aquella que está destinada al potenciamiento de la acción y las prácticas libertarias.

En consecuencia, para evitar errores, es aconsejable mantener la comunicación abierta con la multiplicidad de actores sociales, protagonistas de las resistencias y de las movilizaciones, también de la vida cotidiana y sus avatares.

Esto equivale a desechar las pretensiones de las vanguardias políticas, de los portadores de la verdad revolucionaria, de los profetas crepusculares. Los y las activistas ácratas tienen la tarea de activar la potencia social, inherente, inmanente, en los cuerpos sociales, colectivos, grupales, de los pueblos e individuales. No dirigen, ni son vanguardia, son aprendices de lo que hacen las multitudes en pie de lucha, las apoyan y participan, aprenden y ayudan en las interpretaciones colectiva.

La permanente rebelión Mapuche

 La Confederación de pueblos mapuches ha estado en pie de guerra anticolonial desde la llegada de los españoles, los conquistadores de coraza de hierro, montados a caballo, acompañados por infanteria, por arcabuceros y otros soldados. Ha vencido la guerra contra los conquistadores. Después tuvo que enfrentar la acometida de los criollos, de su república restringida, edificada solo para ellos, expluyendo a las naciones y pueblos indígenas. Por eso se han visto obligados a resistir la continuidad del colonialismo, sobre todo cuando se invade su territorio. Los ejércitos republicanos de Chile y Argentina los rodean en una tenaza, desatando la guerra contra las naciones y pueblos indígenas; violencia estatal encaminada al exterminio y al genocidio. Sin embargo, la tenacidad de los pueblos indígenas ha permitido su sobrevivencia, su resistencia se convirtió en una estrategia permanente, encarnada, manifestada en sus prácticas sociales, culturales y territoriales.

En la actualidad, vuelve la configuración de la Confederación Mapuche. Se muestra como alternativa a la crisis múltiple, ecológica, de la civilización moderna, del sistema mundo capitalista, del Estado nación. La lucha de la nación y los pueblos mapuches no se puede soslayar, menos con la narrativa anacrónica de la nación inventada por el Estado, tampoco con las aperturas constitucionalistas, que aunque pueden ir abriendo puertas y ventanas, aperturando horizontes, no son ninguna solución a la problemática crucial pendiente de la colonización y la colonialidad. La tierras del continente de Abya Yala son tierras indígenas, nativas, articuladas por los circuitos vitales, las composiciones de los ecosistemas y los nichos ecológicos, los tejidos comunitarios y sociales, los pactos y consensos de las confederaciones. Después de haber abierto la caja de Pandora, con la conquista de Tenochitlan, liberando a los monstruos, que hacen al sistema mundo capitalista, es en el continente donde la responsabilidad humana exige cerrar la caja de Pandora, volviendo a meter dentro a los monstruos. La responsabilidad es de los pueblos y sociedades del continente. La alternativa alterativa que clausura la genealogia de las dominaciones tiene que ver con la conformación de confederaciones de autogobiernos de los pueblos.

En la medida que se postergue esta alternativa alterativa, en la medida que siga abierta la caja de Pandora y los monstruos sueltos, no hay salida posible a la crisis, no hay solución. La emancipación social tiene como condición de posibilidad la emancipación de las naciones y pueblos indígenas. La emancipación de los pueblos y sociedades, los conglomerados barrocos del realismo mágico continental, de sus culturas de resistencias, se hace posible con la liberación de las naciones y pueblos indígenas, su descolonización radical.

A propósito, el historiador José A. Marimán, en La cuestión Mapuche, escribe:

“La conquista de la Araucanía, entre 1862 y 1883, significó la incorporación política de la población Mapuche al estado chileno. Esta incorporación tuvo, como primer efecto, el de transformar a los Mapuche en una minoría étnica al interior de la formación social chilena. Incorporación política compulsiva, ya que se realiza a través del sometimiento militar, ella implicó, al perder el pueblo Mapuche toda autonomía y al no serle reconocido ningún derecho político -ni cultural- específico en tanto que grupo étnico diferenciado del resto de la población nacional, la transformación de los Mapuche en minoría nacional oprimida en el seno del Estado nación chileno”.

El etnocidio se describe en la dilatación colonial:

“La ocupación y transformación de la Araucanía en territorio de colonización significó para los Mapuche el saqueo de su ganado -hasta entonces base de la economía Mapuche- y la expoliación de las mejores y mayor parte de sus tierras -proceso este último que se prosigue hasta hoy-. Esta expoliación material, con el consiguiente relegamiento a las clases más explotadas y sectores sociales marginales, hace de los Mapuche un pueblo colonizado; es decir expoliado materialmente, explotado, marginalizado y discriminado socialmente en tanto que grupo étnico. Como esta dominación colonial se da en el marco de un Estado-nación, en donde los Mapuches tienen los mismos derechos individuales de cualquier ciudadano chileno, no es entonces una situación colonial clásica, sino que corresponde a una situación de colonialismo interno”.

La exposición continúa con la caracterización:

“La cuestión Mapuche expresa entonces un tipo de contradicción -y por lo tanto de conflicto- particular al interior de la sociedad chilena. Como problemática étnica, ella es específica; ella está ciertamente vinculada y en relación con otras problemáticas de la sociedad nacional, pero en ningún caso puede ser reducida ni subordinada a alguna de ellas. Para el Estado, la solución del “problema indígena” -es decir, del problema que representa para el Estado-nación chileno una población colonizada, étnicamente diferenciada- será, obviamente, la “integración nacional”; en otras palabras, la asimilación”.

Se ha opuesto a la historia oficial la otra historia, basada en la memoria de los pueblos colonizados, nosotros hablamos de la historia alterativa, la historia basada en la inscripción de las resistencias en el espacio-tiempo social. Esta historia de las resistencia está en la memoria de los cuerpos, en la memoria de los pueblos, en las narrativas dispersas y locales, todavía no integradas, empero, que han emergido en las cultura de las resistencias, en la estética de las resistencias, que la literatura del llamado realismo mágico ha recogido en sus tramas y entramados literarios.

La historia de la nación y los pueblos mapuches es la historia de las resistencias anticoloniales, autonomistas y de autogobierno, que han atravesado los distintos periodos coloniales y republicanos, los distintos ciclos del modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente. Esta memoria se hace presente en los espesores de la coyuntura, se convierte en prácticas de resistencia actualizadas, en acciones y en proposiciones políticas. La figura de la confederación emerge como substrato, pero también como horizonte.

Actualidad del Conflicto

En otro escrito, que podemos caracterizar de la historia reciente, El nuevo ciclo de movilización mapuche en Chile: la emergencia de la CAM y el proyecto autonomista para una región plurinacional[7], el historiador, José Marimán, contando con la coparticipación de Esteban Valenzuela y Francisco Cortés en la investigación histórica presente, describen la situación contemporánea:

El origen de la Violencia en el Wallmapu

La irrupción de la CAM y las otras visiones, los sabotajes y ocupación de tierras usurpadas se han intensificado, por los mapuches a partir del año 1997, sobre todo en la Región de la Araucanía y la provincia de Arauco, colindante por el noroeste con La Araucanía, y que pertenece a la región del Bío Bío (capital Concepción). Los mapuche llaman Wallmapu a su territorio histórico, reducido en el presente a la región de la Araucanía, más zonas colindantes de las regiones Bío Bío, por el norte y Los Ríos por el sur. En esta zona vive una parte importante de los mapuches, constituyendo el 30% de la población regional. El resto se reparte en las regiones limítrofes y otras más lejanas, especialmente la Región Metropolitana. En ciudades importantes como Concepción (región del Bío Bío), Valparaíso (Vª Región de Chile) y Santiago (capital del país). En particular, en este último lugar viven medio millón de mapuches. La Araucanía posee varias comunas o municipios en que los mapuches son mayoría: Chol Chol, Ercilla, Puerto Saavedra, Currarehue, entre otros. Y en comunas colindantes de regiones vecinas también se da el mismo caso: Alto Bío-Bío, Tirúa (región del Bío Bío).

El cuadro social de la situación contemporánea se describe así:

Las comunidades campesinas mapuche que sufren el flagelo de no contar con agua en Malleco (y en la Araucanía entera) atribuyen su carencia a los chilenos y sus compañías madereras (industria forestal). Y otros mapuches lejos de la situación se solidarizan con ellos (solidaridad étnica desde las ciudades), asumiendo su lucha como propia. El movimiento mapuche se ha activado porque el Estado favorece las grandes empresas forestales, no devuelve las tierras usurpadas a las comunidades campesinas mapuche, no reconoce derechos políticos a los mapuche, según las propias convenciones de la ONU, que el Estado ha ratificado, y ha relegado a la Araucanía a seguir siendo la región de mayor pobreza del país.

El seguimiento de las interpretaciones del conflicto tiene su secuencia:

En las narrativas acerca del origen de la CAM se dice que nace oficialmente en 1998, pero comienza a gestarse en 1996, en un nguillatun realizado en la zona de Tranaquepe, cerca del Lago Lleu Lleu, Provincia de Arauco, donde se forma un primer germen de ella, como fue la Coordinadora Territoral Lafkenche (Klein 2008; Pairacán y Álvarez 2011; Weftun 2013), que contó con la suscripción de organizaciones y dirigentes como Adolfo Millabur (repetidas veces alcalde del pueblo de Titúa, actualmente en ejercicio del cargo), La Asociación Ñankucheo de Lumaco, dirigida por Galvarino y Adolfo Raiman, la ONG mapuche Xen Xen, Aukinco Domo, agrupación de mujeres mapuche, varias comunidades mapuche y dos organizaciones de mapuches urbanas de la ciudad de Santiago; Coordinadora Mapuche Metropolitana y Meli Wixan Mapu.

Al segundo encuentro de Tranaquepe solo llegan comunidades en conflicto; las demás organizaciones, con excepción de las de Santiago, se marginan del encuentro, quizás por desacuerdo en planteamientos estratégicos y tácticos, en desavenencias políticas o en formas diferenciadas de solución a las demandas de tierras, especialmente respecto de cómo relacionarse con la institucionalidad indígena del Estado. Sintomático de la división es que de la Coordinadora Territorial Lafkenche sale la Identidad Territorial Lafkenche y la Coordinadora Mapuche de Comunidades en Conflicto Arauco Malleco. Cada una se lleva una parte del nombre de la organización embrionaria.

La Coordinadora de Comunidades Mapuches en Conflicto Arauco Malleco (CAM) irrumpió con acciones y también un imaginario polisémico, para algunos un poder unificado de la insurgencia mapuche, para otros sólo las comunidades en conflicto abierto por tierras con las forestales y latifundistas, y según expertos como Martín Correa, en un “archipiélago de muchas comunidades que se manifiestan en su autonomía, en un amplio territorio tradicional de la resistencia mapuche”.

Un catastro de la Comisión Especial de Pueblos Indígenas (CEPI) realizado en 1994 detectó 80 conflictos de tierras en comunidades mapuches de la provincia de Malleco, muchos de los cuales no se expresaban orgánicamente o como demanda abierta, y los que se expresan generan inexorablemente hechos políticos. De hecho, en Arauco y Malleco existen 357 comunidades mapuche con Títulos de Merced, que suman una superficie de 90.601,34 hectáreas (González 1986). Estas comunidades representan el 12,2 del total de comunidades con Títulos de Merced, y en su mayoría presentan demandas de restitución de tierras.

Francisco Cortés (2013) distingue a la CAM de otras organizaciones por su estrategia y tácticas desplegadas en la consecución de sus objetivos, donde explicita la acción directa o resistencia con fines políticos. Estas operaciones, especialmente las acciones incendiarias contra las forestales, cambiarán el signo de las manifestaciones mapuche, que se conocían hasta 1997, provocando expectación pública, una inédita respuesta política y represiva del Estado chileno, y el despliegue de violencias de diverso signo. Pairacán y Álvarez (2011) postulan linealmente, sin complejizar el contexto de la demanda de tierras y sin considerar la diversidad de expresiones que posee el movimiento mapuche, que la CAM viene a ocupar un vacio reivindicativo y a dinamizar un proceso en que no existe conducción de organizaciones tradicionales, lo que parece dudoso a Cortés. Lo que sí es evidente es el desplazamiento de organizaciones surgidas en dictadura, como la liderada por el ex militante comunista (y después socialista) José Santos Millao, llamada Ad-Mapu. Y el Consejo de Todas las Tierras que impulsó Aucán Huilcaman al inicio de la nueva democracia. Para Martínez (2012), dirigentes como Santos Millao, Camilo Quilamán, Isolde Reuque o Juan Huenupi entre otros, perdieron apoyo en las bases sociales. Incluso el más joven líder de la transición que fue Aucán Huilcamán, del Consejo de Todas las Tierras, y que desde un comienzo había denunciado estas alianzas –con los partidos de la Concertación por la Democracia, coalición gobernante- tampoco se salvó de estas críticas desde la CAM (varios militantes del CTT terminaron en partidos de gobierno: Domingo Colicoy, Eugenio Alcamán, Elisa Loncón, por ejemplo).

El gran enemigo de la CAM y las comunidades son las empresas forestales, fomentadas por el Estado, desde el gobierno de Frei en los 1960s, como una manera de mejorar tierras degradadas. En algunos centros de la reforma agraria bajo Frei y Allende se convocó a llevar a cabo asentamientos comunitarios, a hacerse parte del Plan de Desarrollo Forestal a través de Forestal Lebu, empresa del Estado, administrada por la Corporación de Fomento de la Producción CORFO (Cruz y Rivera 1984, Molina 2000). En Malleco y Cautín, durante el Gobierno de Salvador Allende, se expropiaron 574 fundos con una superficie de 636.288,3 hectáreas. Todas estas comunidades mapuche tuvieron participación total o parcial en 138 predios, siendo la superficie favorable a los mapuches de 132.115,78 hectáreas físicas (Correa et al. 2002 y 2005). Luego del golpe de Estado de 1973, la concentración de la tierra estará en grupos empresariales monopólicos, que a través de sus empresas forestales llevaran adelante la expansión del monocultivo del pino insigne. Su principal soporte será el DL 701 de 1974, prácticamente fagocitado por estos grupos económicos, que les permitió tener un subsidio a las plantaciones por casi el 100%, alcanzando para el pago de mano de obra y gozando del beneficio de no pago de contribuciones (Cavieres et al. 1986).

Como se explicó en la introducción, el año 1997 es clave en el nuevo ciclo de la insurgencia mapuche por recuperar territorio. Las comunidades Pichiloncoyan y Pililmapu se movilizan por recuperar el fundo Pidenco de la empresa forestal Mininco. En octubre en la comuna de Traiguén, otra comunidad autónoma, no adscrita a la CAM, la Antonio Ñirripil o Temulemu, dirigida por el lonko (líder) Pascual Pichún, detuvieron el paso de camiones forestales para recuperar el fundo Santa Rosa de Colpi de propiedad de una empresa forestal, la cual les tenía usurpadas 58,4 hectáreas del Título de Merced original. El predio fue entregado a los mapuche (Correa et al. 2005), pero después de 1973 llegó a manos de Forestal Mininco (Vergara et al. 1999). El proceso de protestas y recuperación de tierras se dispara en el gobierno de Frei Ruiz Tagle (1994-2000). Hubo un máximo de 13 predios prácticamente ocupados en forma simultánea entre los días 22 y 27 de abril de 1999. Asimismo, las acciones violentas se convirtieron en una constante desde la quema de camiones de Forestal Arauco (en 1997), intensificándose notablemente en el último año. Entre el 1 de diciembre de 1997 y el 24 de mayo de 1999, se registraron un total de 17 acciones violentas, entre las que se cuentan ataques incendiarios a fundos y maquinarias forestales, enfrentamientos entre mapuches, carabineros y guardias forestales (Lavanchy 1999).

El ritmo de compra de tierras desde 1997 fue incrementándose, coincidiendo con el despliegue reivindicativo del movimiento mapuche y con las operaciones políticas del gobierno de turno, para controlar focos de activación política mapuche. Entre 1994 y 1997 el promedio de compra de tierras es de mil hectáreas anuales. En 1998 y 2002 las compras de tierras alcanzan las seis mil hectáreas promedio, y entre 2008 y 2011 el promedio anual supera las nueve mil hectáreas anuales. Aunque no se conocen las cifras desglosadas de las tierras adquiridas, un porcentaje relevante de tierras recuperadas corresponderían aquellas de empresas forestales, especialmente Mininco y Forestal Arauco, recuperaciones en las que han participado organizaciones como Ad Mapu, Consejo de Todas las Tierras, Identidad Lakquenche, Asociación Ñancucheo de Lumako, organizaciones territoriales y comunidades mapuche autónomas, así como también comunidades adscritas a la CAM.

La ocupación de tierras de hecho es una estrategia mapuche transversal a las comunidades del territorio entre el Bío Bío y Chiloé (región de Los Lagos hacia el sur de la Araucanía). Sin embargo, contemporáneamente, en Tirúa, una de las zonas más aisladas de menor acceso de la provincia de Arauco, presenta las mismas condiciones de los territorios de comunidades pehuenches y huilliches de zonas cordilleranas de los Andes y de la Costa, que posibilitaron estas ocupaciones, aunque debieron resistir los primeros intentos de desalojo. En zonas que podríamos pensar más reguladas y relativamente centrales, cercanas a vías de comunicación o centros poblados, como es la provincia de Malleco, el despoblamiento ocurrido con la expansión forestal también ha hecho las zonas más inaccesibles y con menor presencia del control del Estado, que no sea a través de los puestos policiales y los vigilantes de los fundos de las empresas forestales.

En 2012, varias comunidades mapuche de las provincias de Arauco y Malleco, no adscritas a la CAM, habían iniciado “recuperaciones productivas” de tierras ancestrales. En la caleta de Quidico, costa de Arauco, Comuna de Tirua, 250 familias de la Comunidad Mapuche María Colipí, viuda de Maril, iniciaron un proceso de recuperación de tierras con fines productivos sobre el fundo Labranza, de dos mil hectáreas de propiedad de Forestal Mininco. En el Fundo Rukañanco y La Posada de Contulmo, de 300 hectáreas y 200 hectáreas respectivamente, se hace la misma ocupación productiva. También se ocupan en Lleu Lleu 78 hectáreas. De igual modo se encontraban ocupados los Fundos “Cerro Negro” y Tirúa Sur, de 300 hectáreas, Fundo El Cardal de 1.600 hectáreas, y el Predio Choque de Forestal Mininco de 400 hectáreas. Un año después, el 16 de abril de 2013, en la provincia de Malleco, las comunidades Andrés Huaiquiñir, Mateo Huenchuman, Pascual Pichulman, Juan Quilaqueo, Painen Marileo y Rain Chillacura, todas pertenecientes al Lof Cayu del Bajo Pellahuén, proceden a recuperar 15 mil hectáreas de tierras consideradas usurpadas por las empresas forestales Masisa, Mininco y Arauco. Sin embargo, estas comunidades no apelan a los argumentos de la CAM, sino que interpelan a la historia y los compromisos del Estado de Chile con el Pueblo Mapuche, al señalar que la recuperación de los predios se efectúa después de 132 años de usufructo de las tierras por personas naturales o jurídicas ajenas al pueblo mapuche. Señalan que en virtud del Convenio 169 de la OIT vigente en Chile desde 2009 es posible invocar el Tratado de Tapihue de 1825, que prohibió la presencia de chilenos en territorios mapuches, debidamente demarcados por el río Bío Bío. Justifican además las recuperaciones de tierras en el Artículo 28 de la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas, que establece el derecho a la reparación y restitución de tierras tradicionalmente ocupadas.

Respecto a los beneficios percibidos por las empresas, se tiene el siguiente balance económico:

Los anunciados problemas económicos no se ajustan con los niveles de ganancias obtenidos por estas empresas, donde los principales grupos económicos forestales con plantas de celulosa, Arauco y Compañía Manufacturera de papeles y Cartones CMPC, entre 1996 y 2010 aumentaron sus ganancias en ocho veces, con rentabilidad superiores al 30% (Frêne y Núñez 2010): Las utilidades acumuladas durante el período 2000-2005 superaron los 2.268 millones de dólares. CMPC por su parte obtiene en 2005 utilidades mayores a 230 millones de dólares, acumulando en el período 2000-2005 más de 1.269 millones de dólares (Monsalve 2007). De igual modo, a pesar de la reivindicación de tierras del movimiento mapuche y de las acciones de violencia política atribuibles a la CAM, en el periodo 1993 a 2007, a juzgar por las declaraciones empresariales, se aprecia una disminución de la tasa de plantación, pero en ningún caso la paralización de las plantaciones.

La salida que visualizan los investigadores, considerando su estudio, es la siguiente:

La alternativa de una salida política: Región Plurinacional 

La política de atacar las consecuencias de los desastrosos planes de desarrollo forestal, con criminalización y represión, en vez de atender a las causas que han generado los odios, miedos, uso de la fuerza, por ambos lados, no han hecho sino validar una hipótesis archiconocida en las ciencias sociales. A saber, que mientras más violencia se practique contra un grupo humano, que se plantea étnicamente diferente y es reconocido por el “otro” como tal, más se cohesiona y más se agudiza el conflicto. Y esos hechos de violencia y abuso-victimización son transmitidos a través de generaciones, ayudando a crear fronteras muchas veces infranqueables con malas disposiciones entre vecinos para el futuro.

En resumen:

 La violencia en la Araucanía tiene varios rostros, una violencia política social, usada de modo circunstancial por las comunidades mapuche y organizaciones como la CAM, que busca justicia y que se expresa como resistencia y respuesta legítima ante los otros tipos de violencia material y simbólica, de carácter empresarial y del Estado, de manera permanente. En este sentido la violencia empresarial se expresa a través de las masivas plantaciones de pino insigne y sus efectos medioambientales y territoriales, en cuanto tiene la posesión y tenencia de tierras ancestrales indígenas, sino también con la presencia de las guardias y grupos paramilitares para resguardo de sus predios y bosques, reivindicados por las comunidades mapuche.

 El balance del conflicto se describe en su secuencia dramática:  

 Las recuperaciones de tierras en el período 1997 -2013 ha generado dos estrategias inéditas antes de 1990. Por una parte, la Ley Indígena introduce el mecanismo de compra de tierras en conflicto, en respuesta al movimiento mapuche, que surge durante la dictadura, y que en Arauco y Malleco permite recuperar importantes superficies de tierras y resolver algunos conflictos históricos; y un segundo tipo corresponde a la ocupación de hecho, que se conoce como recuperaciones productivas, las que de acuerdo a la información de prensa superaría las 20 mil hectáreas en Arauco y Malleco. Las recuperaciones de tierras corresponden a la acción de comunidades autónomas, organizaciones mapuche tradicionales (Ad Mapu, Consejo de Todas Las Tierras), organizaciones y asociaciones indígenas locales, identidades y coordinadoras territoriales, todas ellas expresiones de la diversidad orgánica de la que se compone el movimiento mapuche en la Araucanía. Así lo señala uno de sus dirigentes: Somos antisistémicos, porque no aceptamos la dominación occidental como modelo de vida y lo hacemos a través de la lucha territorial. Creemos que las vías que el sistema ofrece, sus programas y políticas sociales, resultan funcionales al sistema que nos oprime, no nos sirve. Queremos pasar a otro tipo de práctica: ocupar territorio y controlarlo. Mediante la acción directa quebrar de alguna manera la institucionalidad que se nos quiere imponer. Llamamos a este proceso “experiencias de control territorial, formas embrionarias de autonomía y liberación” (Llaitul y Arrate, 2012). Este pensamiento puede cobrar sentido en muchas comunidades y organizaciones mapuches que ven como sus negociaciones y demandas ante el Estado no tiene respuesta o solución. Por ello, ¿puede un proyecto emancipador o de liberación nacional trascender hacia comunidades que no están en conflictos de tierras, que son una importante proporción? ¿El proyecto puede ir más allá de las provincias de Arauco y Malleco? ¿Si el planteamiento de la CAM no considera alianzas, es posible sumar las fuerzas y voluntad mayoritaria para su concreción? Son preguntas a las que solo el tiempo puede contestar.

Conclusiones 

 Después del resultado del plebiscito de salida, constatando que no se sale de la crisis constitucional y del contexto de esta crisis, que corresponde a la crisis múltiple que mencionamos, sobre todo, considerando la focalización nacional, aludiendo a la crisis del Estado nación, podemos aseverar que las salidas políticas, derivadas de elaboradas propuestas, independientemente de su alcance plausible, no son efectivas en la medida que el conglomerado de voluntades singulares de la población, no construye una voluntad integral consensuada. La composición diferencial de las voluntades no podría llegar a una voluntad integral  consensuada si es que las partes ponen obstáculos a lograrlo. Es más, yendo a las condiciones de posibilidad iniciales de las voluntades, éstas no llegarían a ser tales en la medida que no racionalicen sus deseos, sus necesidades, su incumbencia en la responsabilidad social, también responsabilidad ecológica. Se actuaría, por así decirlo, mecánicamente, como repetición de costumbres, comportamientos, prácticas, fosilizadas, convertidas en prejuicios.

Lo que se puede observar es el apego de los estratos sociales, para hablar en lenguaje sociológico, el apego de las clases sociales,  para hablar en lenguaje marxista, a esquemas de comportamiento, incrustados institucionalmente. Sobre todo las clases dominantes se inclinan por el apego a una ideología conservadora anacrónica, que considera “natural” la diferenciación social, la diferenciación colonial, y en esta “naturalidad” supuesta, consideran “normal” su dominio, su manejo, su monopolio político, económico y cultural. Por otra parte, circunscriben el futuro a un presente restringido al tamaño de sus prejuicios y sus miserias humanas. Hablan de “desarrollo” como si esta perspectiva fuese indiscutible, olvidando que su “desarrollo”, destruye las condiciones de posibilidad mismas de la vida, de los ciclos vitales. Esta visión es estrecha, no solo mezquina; no toman consciencia que con la contaminación, la depredación, la destrucción ecológica, también de los tejidos sociales, ellos también son arrastrados al abismo apocalíptico, que se avizora con la crisis ecológica.

Sin embargo, la estrechez es más notoria en la casta política, de izquierda y de derecha. Quizás hasta tengan más responsabilidad en el desastre, pues fungen de administradores de la cosa pública, del Estado, se colocan como direcciones políticas, como orientadores de opiniones y proponentes de políticas y estrategias. La casta política cree que puede jugar a diferir la crisis, a ganar tiempo, a manipular con las condiciones de posibilidad y los factores intervinientes. Esta es su ilusión de poder. No se da cuenta que las dinámicas de la crisis no están al alcance de sus dispositivos de poder. No controlan nada, no controlan la complejidad planetaria, incluso no controlan la complejidad social, solo pueden ocasionar débiles vaivenes en medio de la tormenta. Lo único que pueden hacer es diferir un poco, amortiguar muy poco, encubrir, los alcances de la crisis desatada. En verdad, lo único que pueden hacer es engañar a la gente, al pueblo. De esta casta política, la más demagógica es la que corresponde, en la historia reciente, a las formas de gubernamentalidad neopopulistas, a los gobiernos llamados progresistas, socialistas matizados del siglo XXI.

Notas 

[1]  Triunfo del “rechazo” | La (aparente) paradoja de Chile: 3 razones para entender el no a la nueva Constitución cuando casi el 80% estaba a favor de cambiarla. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-62790749.

[2] Ver de Patricio Altamirano Arancibia: La casta Larraín en la burguesía chilena. Ojo Editores; Chile.

[3] Marcel Henri Claude Reyes: (Santiago26 de febrero de 1957) es un economista, académico y activista político chileno. Fue candidato presidencial para elección de 2013 con el patrocinio legal del Partido Humanista (PH) y el apoyo del movimiento “Todos a La Moneda“.

[4] Cuadro:

https://www.facebook.com/photo/?fbid=2057640137958851&set=a.175609082828642&__cft__[0]=AZUmuSmV9AFPZINM6mo9iYw-NRsuz56Jr6bA347QYFe1GmxtFvbmNH9qR_YVkB7wPollPE8LhEo6qGWf81AblTACMBxbYesoEJfUBy9d2kNimeZZn16wyVs5j_c50bflX6k&__tn__=EH-R.

[5] Gustavo Burgos: Director de la revista «El Porteño» y conductor del programa «Mate al Rey».

[6] Leer de Gustavo Burgos: La estrepitosa derrota del Apruebo, abre una puerta a la irrupción de la clase trabajadora. https://elporteno.cl/la-estrepitosa-derrota-del-apruebo-abre-una-puerta-a-la-irrupcion-de-la-clase-trabajadora/.

[7] El nuevo ciclo de movilización mapuche en Chile: la emergencia de la CAM y el proyecto autonomista para una región plurinacional.

https://pdfs.semanticscholar.org/b2a1/17ec539cdac85b67062ef5213bce6163993b.pdf.

Fuente: https://www.bolpress.com/2022/09/08/nueva-autocritica-en-los-espesores-de-la-coyuntura-politica-del-plebiscito/ 

  Ofensiva del sistema mundo capitalista

Pensemos en cuántos asesinatos de periodistas, de políticos y de defensores socioterritoriales ha habido y hay en el Abya Yala destacándose Colombia. Podríamos enmarcarlos en la política de contrainsurgencias que alcanza potencial con el Plan Colombia todavía en vigencia y perfeccionándose.

Examinemos:

Contrainsurgencias

30 de septiembre de 2022

Por Gilberto López y Rivas | La Jornada

La guerra de contrainsurgencia, irregular, integral o de desgaste, contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y su entorno comunitario multiétnico y plurilingüístico, contra sus gobiernos autónomos y bases de apoyo, iniciada en 1994, y continuada hasta la fecha con diversas modalidades, tiene una matriz doctrinal principalmente estadunidense, aunque se nutre de otras experiencias acumuladas por las fuerzas armadas coloniales o neocoloniales, como la francesa, en Indochina, hoy Vietnam, y en Argelia; o la británica, en Irlanda, el mundo árabe, principalmente Irak, India, Birmania, Afganistán, entre otras. De los ingleses proviene, por ejemplo, la expresión de ganar los corazones y las mentes de la población civil, durante la guerra contra la rebelión en Malasia, en la década de 1950. De aquí se desprende, también, la necesidad de establecer una eficiente red de inteligencia, el desplazamiento de población, los campos de concentración y las aldeas cercadas. En Irlanda, durante las frecuentes rebeliones contra los ocupantes, los ingleses destruían o quemaban las casas de los sospechosos, colaboradores y simpatizantes.

La herencia francesa en la contrainsurgencia data de la derrota de sus tropas en Vietnam en 1954. De ellos se nutre la acción sicológica asistencialista, la construcción de escuelas, viviendas, programas de vacunación. En Argelia se equipara al combatiente insurgente con el terrorista, al igual que los nazis con el maquis, en la Segunda Guerra Mundial. Se impone, en todos los casos, la tortura como método sistemático para obtener información sobre la organización y las cadenas de mando, se instalan programas de protección urbana, censos, redes familiares, líderes de grupos tribales y comunitarios. El filme ítalo-argelino La batalla de Argel (1966), dirigida por Gillo Pontecorvo, describe magistralmente las vicisitudes de la heroica lucha por la independencia, y el despliegue brutal de la contrainsurgencia, que incluía los tenebrosos vuelos de la muerte, en los que se arrojaban al mar a los insurrectos, práctica, por cierto, utilizada en Guerrero durante la llamada guerra sucia.

Estados Unidos inicia sus experiencias contrainsurgentes tempranas en sus campañas etnocidas contra la población indígena, y en la guerra de conquista contra México, cuando el general Scott puso en práctica los métodos que luego serían utilizados por los nazis de demoler casas, e incluso manzanas, durante la insurrección popular en la Ciudad de México, el 14 y 15 de septiembre de 1847. Siguieron sus prácticas contrainsurgentes en Filipinas de 1899 a 1902, impulsando medidas políticas, escuelas, obras públicas combinadas con traslado de población, y acciones punitivas con saldo de 220 mil muertos durante esos años. Tuvieron una experiencia fallida en Nicaragua, donde Sandino aplica la táctica guerrillera, si bien logran imponer la dictadura de los Somoza tras su asesinato.

Kennedy fue el gran impulsor de la contrainsurgencia, aunque la CIA se instala en 1947 como aparato de control en el ámbito mundial. La revolución cubana justifica la idea de la ofensiva permanente contra los peligros revolucionarios, ya en la guerra fría, y la perspectiva extraterritorial y extrajurídica de la contrainsurgencia, que más tarde se transforma en guerra contra el terrorismo y guerra de cuarta generación. Se apoyan grupos paramilitares y ejércitos nativos contra los insurgentes, combinando con intervenciones directas con tropas de Estados Unidos, con su larga lista de invasiones en América Latina y el mundo. El enemigo potencial es toda la población. En todo el mundo surgen cárceles clandestinas, o abiertas, como Guantánamo, incluyendo barcos, bases secretas y operaciones de sus fuerzas especiales en más de 130 países. El término guerra de cuarta generación, acuñado en 1989, comprende toda la gama de la contrainsurgencia, incluyendo las guerras asimétricas, el terrorismo de Estado, la guerra sucia, el terrorismo y el contraterrorismo, que conceptualizo como terrorismo global de Estado (https://vocesenlucha.com/wp-content/uploads/2020/12/GILBERTO-LOPEZ-Y-RIVAS.-ESTUDIANDO-LA-CONTRAINSURGENCIA-DE-EEUU.pdf).

Israel es un gran impulsor de contrainsurgencia, que impone permanentemente contra el pueblo palestino, aunque se ha especializado en la venta de sofisticados programas de intervención telefónica y cibernética, como los instalados en México a través de la Iniciativa Mérida, así como en los métodos de tortura (interrogatorios y trato de prisioneros).

Los militares mexicanos denominan a la contrainsurgencia guerra irregular, y su estrategia se fundamenta en la utilización combinada de grupos paramilitares (peces bravos), cerco de penetración, saturación del teatro de la guerra, vigilancia aérea, terrestre y de comunicaciones, desplazamiento de población, masacres, como la de Acteal. Estos grupos son entrenados y apoyados por las fuerzas armadas, aunque esta vinculación no es reconocida por el Estado.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2022/09/29/opinion/017a2pol

Veamos su amplio y sutil espectro de actuación:

Pedagogía de la infamia y de las mentiras

29 de septiembre de 2022

Por Renán Vega Cantor /Rebelión

A la memoria de mi estudiante Fabián Alonso Ramírez [1997-2020], cuya joven vida se apagó en forma absurda por el odio y sed de venganza de la neoinquisición fundamentalista.

“[…] Luchar sin cansancio. Luchar por el derecho que tengo de ser respetado y por el deber que tengo de reaccionar cuando me maltratan. Luchar por el derecho que tú, que me lees, profesora o alumna, tienes de ser tú misma y nunca, jamás, luchar por esa cosa imposible, grisácea e insulsa que es la neutralidad. ¿Qué otra cosa es mi neutralidad sino una manera tal vez cómoda, pero hipócrita, de esconder mi opción o mi miedo de denunciar la injusticia?” «Lavarse las manos» frente a la opresión es reforzar el poder del opresor, es optar por él. ¿Cómo puedo ser neutral frente a una situación, no importa cuál sea, en que el cuerpo de las mujeres y de los hombres se vuelve puro objeto de expoliación y de ultraje?” (Paulo Freire, Pedagogía de la autonomía, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 209, p. 107.)

En estos momentos estoy siendo sometido a una nueva persecución que se une a las que he soportado durante años en la UPN. La de ahora se basa en la mentira, la calumnia, el anonimato y la amenaza, y en eso se parece a la que se emprendió contra mí en 2012. Lo “novedoso” del caso actual radica en que, mientras un vil panfleto anónimo de 2012, surgido en el seno de la UPN, se burlaba de mi actitudes “afeminadas”, por haber llorado por mis tres estudiantes muertos, ahora se ha emprendido un linchamiento moral contra mí porque supuestamente soy homófobo y tránsfobo. La fabricación de esta infamia no es accidental, responde, por el contrario, a una campaña orquestada de destruir mi imagen de profesor crítico, de enlodar mi honra personal y de desacreditar mi labor de 34 años en la UPN como una persona que se ha entregado con pasión a la noble profesión de educar y de denunciar y confrontar las injusticias del mundo.

Ahora me someten, con la finalidad de callar mi voz y mi pluma, a un linchamiento moral, propio de la nueva inquisición que se está tomando las universidades colombianas, y la UPN en particular. Para esa neoinquisición la libertad de cátedra es un inconveniente que debe eliminarse, y con ello el derecho a opinar, pensar con cabeza propia, disentir, cuestionar y criticar. Se pretende imponer una nueva y peligrosa censura, con la intención de homogenizar el pensamiento. Se descalifica pura y simplemente, recurriendo al pasquín anónimo y cobarde, sin asumir con entereza la responsabilidad de las afirmaciones que se realizan, y sin ningún tipo de pruebas, argumentos o demostraciones. Se acude a la calumnia, la tergiversación y la mentira, en lugar de dialogar y debatir cara a cara en el aula de clase y en el campus de la UPN.

Es el nuevo fascismo que quiere destruir al otro, porque ese otro es distinto, porque piensa diferente, porque no se somete a los dictados de lo que es políticamente correcto, según lo dictaminan los cánones de una intolerancia que dice apoyarse en la tolerancia y en la victimización, y que es propia del capitalismo realmente existente con sus nuevos tipos de negocio y de consumo. Como bien lo analizó hace años el gran Pier Paolo Pasolini, revolucionario marxista y homosexual de Italia, y lo expresó en su libro Escritos Corsarios [1975]: “Este nuevo fascismo, esta sociedad de consumo, ha transformado profundamente a los jóvenes, les ha tocado en lo íntimo de su ser, les ha dado otros sentimientos, otros modos de pensar, de vivir, otros modelos culturales. Ya no se trata, como en la época mussoliniana, de un alistamiento superficial, escenográfico, sino de un alistamiento real que les ha robado y cambiado el alma. Lo que significa, en definitiva, que esta civilización del consumo es una civilización dictatorial. Si la palabra fascismo significa prepotencia del poder, la sociedad de consumo ha realizado cabalmente el fascismo”.

LA FABRICACION DE LA INFAMIA

“Si te muestras crítico con la opinión recibida, tendrás que documentar todas y cada una de tus frases”. (Noam Chomsky, La (des)educación, Editorial Crítica, Barcelona, 2013, p. 203.

En la última semana de agosto empezó a circular por los corredores y salones del Edificio A de la UPN, así como por medios electrónicos, un pasquín anónimo con el título “Pedagogía del terror y Renán Vega”. En este panfleto se dice una sarta de disparates sin la más mínima prueba fáctica o documental, sino que simplemente recurre al método expedito y fácil de colocar entrecomillas pretendidas cosas que yo habría dicho.

Así se puso a rodar un fake news [noticia falsa] por los pasillos de nuestro departamento de Ciencias Sociales. Como el pasquín aludido no tiene firma es bueno hacer algunas preguntas. En cuanto a su autoría, ¿lo escribió una persona o un grupo de personas?; en cuanto a la filiación institucional de su autor, autora o autores: ¿Son estudiantes de la UPN?, ¿Son “asistentes”? ¿Son marcianos o extraterrestres? ¿O son infiltrados de la policía y de los numerosos cuerpos de seguridad del Estado colombiano, decenas de los cuales se pasean como Pedro por su casa en nuestra universidad? Esta última pregunta es pertinente, si recordamos que se acaba de cerrar judicialmente el montaje [falso positivo judicial] de Lebrija, en donde por acción de un infiltrado [Cuper Diomedes Díaz Amado], quien estaba inscrito como estudiante de la Facultad de Educación en la UPN, se encarceló, persiguió, calumnió, difamó y fue arruinada la vida de varios estudiantes de esta universidad, cuatro de ellos y ellas estudiantes de Ciencias Sociales.

Y esos estudiantes, luego de todo lo que soportaron junto con sus familias, acaban de ser absueltos. De tal manera, que existen antecedentes muy cercanos a nosotros para inquirir con toda la legitimidad del caso sobre el origen de tan tenebroso pasquín e involucrarlo en las acciones de infiltración que se llevan a cabo de manera cotidiana en nuestra alma mater. Porque, además, ¡la redacción, sintaxis, coherencia interna, nivel de argumentación y profundidad del pasquín en cuestión es de tal nivel que parece haber sido escrito en un cuartel de policía! [Ver Anexo: El agente secreto Diomedes Diaz].

Una cosa deja clara este panfleto y es que quien o quienes lo concibieron dicen estudiar en el Departamento de Ciencias Sociales, debido a lo cual es necesario hacer unas breves consideraciones sobre su validez documental. Y aquí voy a remitirme a aquello que planteo en forma reiterada desde hace años en los cursos que imparto de historia, especialmente en el Taller de Historia, con respecto a las fuentes, un asunto que le recalcó a los estudiantes hasta el cansancio.

Un elemento distintivo del oficio del historiador y del profesor de historia radica en indagar sobre la validez de las fuentes. Primero hay que establecer el origen y autenticidad de una fuente, y esto remite a su crítica externa, lo cual se resume en varias preguntas: ¿Quién generó la fuente? ¿Es una fuente voluntaria (intencional) o involuntaria (no intencional)? Al respecto, la teoría historiográfica ha establecido que la fuente intencional o voluntaria es la más deleznable y la menos fiable de todas. Y, peor aún, cuando es perversamente intencional o malintencionada ‒como el panfleto aludido‒ y no lleva ninguna firma, lo cual quiere decir que se hace con el claro objetivo de hacer daño y no asumir ninguna responsabilidad. Es evidente que este pasquín no resiste una crítica externa, porque fue escrito con el fin de calumniar sin dar la cara. Segundo, en esas condiciones, la crítica interna, sobre el contenido mismo del pasquín, sobra, no es necesaria, porque eso sería darle validez a un conjunto de sandeces, que recurren al anonimato, la tergiversación y la mentira.

Dicho esto, vale decir que el panfleto tiene, además, un tono amenazante cuando utiliza al final el dibujo de una vaca y en su cuerpo aparece una cruz. Esto puede entenderse como una abierta amenaza, porque entre las múltiples metáforas que se desprenden de la utilización de la cruz, una trágica y dominante en Colombia es la de la muerte y, en forma más lapidaria, las amenazas o condenas a muerte.

Como no sabemos la identidad del autor o autores del pasquín para que aclaren qué sentido le atribuyen a la cruz pintada en el costado de la vaca, y como las intenciones del pasquín son perversas y destructivas, podemos, con toda la gravedad que genera la situación, atribuirle el sentido de que es una amenaza de muerte. Lo preocupante radica en que muchos estudiantes del Departamento de Ciencias Sociales de la UPN, profesores de nuestro programa y de otros programas y, abusivamente, el Coordinador del Departamento de Ciencias Sociales se sorprendan de la interpretación del símbolo que cierra el pasquín como una amenaza de muerte. Esa interpretación es perfectamente válida, si tenemos en cuenta que, de una parte, yo he sido amenazado antes y me he tenido que exiliar y, de otro lado, en este país matan a diario a decenas de personas y a muchas de ellas antes de acribillarlas les han enviado mensajes ataviados con terroríficas cruces [♰].

Hay más cosas referidas a la violencia explícita e implícita del panfleto de marras que se inscribe en lo políticamente correcto del repliegue identitario, una de cuyas pretensiones es eliminar a quien considera su incomodo adversario, como a quien escribe y firma este texto. Esa violencia simbólica es el linchamiento moral a que se somete a una persona ‒y ahora me toca a mi‒ atacando uno de los puntos más preciados de su humanidad, como es su honor y autoestima. Por eso se puede hablar de otro tipo de acción homicida, es el asesinato de su imagen pública. Porque, no se nos olvide, que, así como existen “asesinos de la memoria”, existen “asesinos de la moral”, porque se trata de destruir la dignidad de un ser humano y enlodarlo con calumnias, tergiversaciones y embustes. Eso puede hacerse con el manto del anonimato y con la protección de los que se autoproclaman como representantes de las “victimas”. Por todo lo anterior, ¡los miembros de la comunidad de la UPN deberían saber que Cundinamarca no es Dinamarca!

LA CIRCULACIÓN Y DIFUSIÓN DE LA INFAMIA

“Al reflexionar sobre las recientes cazas de brujas, incluida la mía, me han sorprendido especialmente las cartas de denuncia masiva, que ahora son comunes en nuestras universidades […]. Me parece que estamos entrando en el reino de la oscuridad cultural, donde el argumento racional y el respeto por el oponente están desapareciendo del discurso público, y donde, crecientemente, en cada asunto que importa, se permite solo una visión y una licencia para perseguir a todos los herejes que no se adhieran a ella”. (R. Scruton, citado en Axel Kaiser, La neoinquisición. Persecución, censura y decadencia cultural en el siglo XXI, Ariel, Bogotá, 2020, pp. 26-27).

Luego de fabricada la infamia, viene la segunda labor, la de su circulación y distribución, algo fácil en este mundo de cretinos digitales. Primero, se imprimió en papel para distribuir en el edificio A de la UPN, habiendo dejado una gran cantidad de copias del panfleto en la sede de ASPU-UPN, lo cual no es casual, sino que responde a la campaña de desprestigio a todos los niveles, que se empezó a orquestar desde la última semana de agosto. También empezó a circular por medios virtuales, para ampliar su radio de acción y difundirlo a través de las redes (anti)sociales, en donde no existe el más mínimo criterio de racionalidad.

Otro medio de difusión de los infundios, calumnias y mentiras que se están vertiendo contra mí en estos días, contra mi buen nombre y mi reputación moral (esto es lo verdaderamente crucial, porque lo académico e intelectual pasa a ser una cuestión muy secundaria) son las paredes del edificio A y de sus baños. Y se han convertido en muros de la infamia, en donde se replican las mentiras, calumnias e infundios sin fundamento, a raíz de la publicación por un grupo de estudiantes de un documento titulado “Por una universidad crítica, deliberante y en constante debate”. Este texto va firmado con nombres y apellidos y asume un punto de vida de manera franca y directa, dando la cara y no amparándose en la comodidad y cobardía propia de los anónimos. ¿Quién dijo miedo? Inmediatamente empezaron los descalificativos llamando a esos estudiantes “sapos”, “lambones” y otras lindezas por el estilo. Y han aparecido señalamientos contra mí, dando por sentado que lo que dice el pasquín original es cierto.

A partir de un anónimo al que se le da carta de credibilidad, sin la menor distancia crítica frente a lo que representa como generador de patrañas, infundios y calumnias, van ampliándose los señalamientos: ahora soy homófobo, tránsfobo, acosador, sin que exista la menor prueba real, material, que lo confirme. Como no existe el elemental derecho de la PRESUNCIÓN DE INOCENCIA, en cartas, mensajes por las redes (anti) sociales, comunicados y anticomunicados eminentes académicos y académicas dan por válidas las infames acusaciones y me señalan como responsable de los infundios que dice un papel anónimo. Ellas y ellos portan el rutilante traje de neoinquisidoras y neoinquisidores y blandiendo el fulgurante látigo de la autoproclamada “superioridad moral” echan leña al fuego de la pira excremental, donde se quema a este inquisidor porque se ha atrevido a transgredir las “buenas costumbres” de la corrección política de moda.

Para ellos no hay duda alguna, SOY CULPABLE y debo ser lapidado, como lo ordena la nueva inquisición. Sus invocaciones se basan en las sandeces de un pasquín anónimo, cuyas afirmaciones tienen el mismo grado de veracidad como decir que “Hoy está lloviendo para arriba” o “Me están visitando los marcianos”. Si esto lo afirma alguien que se autoproclama “victima” ‒terreno tan manoseado como pocos‒ y cree que la lluvia o los extraterrestres lo están atacando es porque está lloviendo para arriba y esta mañana los visitaron los habitantes de Marte y punto. Eso no se discute, hay que creerle a pie juntillas y no dudar ni un minuto, porque así lo dice una supuesta víctima. A quienes atizan la hoguera del odio y de la infamia vale preguntarles: ¿Tan pronto se les olvido el suicidio inducido de Fabián Ramírez, estudiante de Ciencias Sociales ‒mi recordado alumno‒ en uno de los baños del Edificio A de la UPN el 11 de marzo de 2020, luego de que se publicaran anónimos que lo incriminaban y deshonraban?

A partir de los chismes y el matoneo se pretende, como algo propio del fingido victimismo que se ha impuesto como norma, que pidamos perdón por ser como somos, por pensar en forma crítica e independiente, por no estar sujetos a las estupideces de la corrección política. Porque en la UPN a muchos y muchas les duele no haberme podido callar durante 34 años y que haya mantenido mi postura independiente, seria y rigurosa, sin rendirle pleitesía a nadie ni a nada, diciendo cosas que incomodan, no incurriendo en la autocensura, ni plegándome a las modas en curso. Porque mi delito es hablar claro, sin rodeos ni eufemismos, en plantear asuntos críticos, en no decir palabras convencionales. Y por eso hago mío el pensamiento del gran Oscar Wilde, escritor que fue encarcelado por su condición de homosexual: “Cada vez que la gente está de acuerdo conmigo siento que me estoy equivocando”.

Se trata, como dijo alguna vez Franz Kafka, al que algunos estudiosos de su obra y vida consideran homosexual: “Pienso que sólo debemos leer libros de los que muerden y pinchan. Si el libro que estamos leyendo no nos obliga a despertarnos como un puñetazo en la cara, ¿para qué molestarnos en leerlo? […] Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa […] Un libro debe ser el hacha que rompe el mar helado dentro de nosotros”. Esto mismo debe concebirse no solamente para la palabra escrita, sino para la palabra oral, en las clases. Es decir, que aquello que digamos toque a los estudiantes de alguna forma, los cuestione, revuelva las cosas “normales” y las ponga patas arriba. Para que los estudiantes o las personas que escuchan se inquieten, por lo menos. Y si eso que se dice los aturde, los lleve a preguntar, a cuestionar, a dudar, a no tragar entero, eso ya es un gran logro educativo, que rompe con la educación bancaria, que adocena, embrutece y encasilla a los seres humanos.

Lo sano y honesto es que si ese pensamiento y esa forma de ser en el aula de clase los afecta o conmueve, lo manifiesten allí mismo ante el profesor, porque ese es un mecanismo indispensable para construir dialogo. Si no es así y se acude al chisme, a la calumnia, a la mentira, a hablar de espaldas a la gente a la que tenemos de frente pero no lo decimos nada, lo que se está generando es una red de inquisidores, de censores, de mediocres que no entienden lo que significa pensar y la libertad de expresarse en una cátedra.

Porque una cosa es evidente, la neoinquisición que se quiere implantar en las universidades públicas colombianas, entre ellas la UPN, busca es eliminar la libertad de cátedra, el derecho a opinar, expresarse, y, en últimas, el derecho a pensar. Como bien lo dijo Tomas Paine, en su obra Sentido Común: “Cuando el hombre renuncia al privilegio de pensar, se oculta en el horizonte la última sombra de libertad”.

CONCLUSIÓN SOBRE CIERTO TIPO DE “DES-EDUCADORES”

Quien o quienes escribieron ese miserable panfleto anónimo dicen pertenecer a nuestro departamento de Ciencias Sociales, lo cual supone que se está formando como profesores. Pero, ¿qué tipo de educadores pueden llegar a ser? ¿Qué nos espera con “educadores” que basan su quehacer en la mentira, la infamia, la hipocresía, la simulación? ¿Qué pensar de “educadores” sin el más mínimo carácter, personalidad y criterio para asumir una posición, defenderla y discutirla con el que consideran su antagonista, hasta el punto de que en lugar de hacerlo se basan en el escupitajo anónimo y cobarde? ¿Qué expectativas de transformación pueden fincarse en personas que quieren ser profesores o profesoras y recurren al linchamiento moral, a la calumnia, al golpe bajo y sin asumir ninguna responsabilidad, refugiándose en el complaciente anonimato? ¿No van a ser más bien prototipos de la mala educación que tan bien critica el director de cine, homosexual, Pedro Almodóvar en una extraordinaria película que lleva ese mismo título?

Por todo ello, me estremezco de angustia de solo concebir la idea de que mis dos pequeñas hijas puedan llegar a tener DES-EDUCADORES de esa calaña, de la que han mostrado en estas semanas aquellos que han hecho suya la pedagogía de la indignidad, de las mentiras, de la vileza y de la infamia. Contra esa pedagogía hemos luchado durante toda nuestra vida, sin ceder ante la misma ni un ápice, ni concederle el más mínimo respeto, como lo seguiremos haciendo dentro y fuera de la UPN, el centro educativo al que he consagrado gran parte de mi vida, y al que espera un tenebroso futuro si dejamos que quede en manos de los neoinquisidores y neoinquisidoras de la corrección política y su pretendida “superioridad moral”, a partir de la cual se creen con el derecho de juzgar y condenar a tirios y troyanos.

ANEXO

«EL AGENTE SECRETO DIOMEDES DÍAZ»
John Galán Casanova
El Espectador, septiembre 10 de 2022.

Este falso positivo judicial tiene tanto de aberrante como de insólito.

Diez años atrás, en 2012, un presunto estudiante de psicopedagogía entabla amistad con otros alumnos de la Universidad Pedagógica, participa de las marchas y los debates, asiste a las casas de los activistas. Gana su confianza al punto que, cuando los invita a una finca de recreo en Lebrija, Santander, nadie desconfía. Varios asisten, entre ellos el profesor Carlo Alexander Carrillo y las estudiantes Érika Aguirre y Xiomara Torres. Llegan a la finca Villa Karen el 25 de septiembre, para, a la madrugada siguiente, junto a estudiantes de otras partes del país, ser capturados por un comando de la Dijin, sindicados de fabricar explosivos y de integrar una red guerrillera denominada Juventudes M-19.

Los medios divulgaron el montaje oficial. Bajo el título “Capturan universitarios que planeaban disturbios en aniversario de muerte de Mono Jojoy”. El Espectador reprodujo dos días después el rugido del entonces director de la Policía, general León Riaño: “Este grupo de estudiantes se encontraba preparando material explosivo para protestas en la UIS, donde, de acuerdo con el material recaudado, pretendía cometer acciones vandálicas” [Ver]. Al profesor Carlo lo convirtieron en alias Caco, y a las estudiantes Érika y Xiomara, en alias Mónica e Indira.

El ardid empezó a derrumbarse cuando el fiscal Bohórquez Flechas presentó a su principal testigo, una “fuente no formal” que resultó ser el amistoso estudiante de psicopedagogía, que resultó ser un agente encubierto de la policía. Aunque este acusó a los imputados de ser diestros cocineros de papas explosivas, al juez no le convenció el conjunto de las pruebas presentadas. Por el contrario, recriminó a Flechas por basar el caso en el testimonio del infiltrado, quien nunca tuvo una orden de la Fiscalía o una autorización de un juez para acechar a los entrampados. En consecuencia, tras diez años de pesadilla, cuatro de los cuales estuvieron encarcelados, el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Bucaramanga decretó su inocencia a finales de julio.

Lo más insólito de esta historia –aparte del hecho de que el juez Beltrán no haya ordenado investigar el proceder del agente secreto y sus superiores– es la identidad del sujeto en cuestión, quien responde al nombre de Diomedes Díaz. Cúper Diomedes Díaz Amado, para ser más exactos, como se lee en la denuncia penal instaurada por la madre de una de las inculpadas.

Imagino a los papás de Cúper Diomedes poniéndole el nombre al muchachito. Coinciden en el Diomedes de su ídolo musical, y anteponen el Cúper, no sé si por la estrella del cine Gary Cooper, o por Cupertino Surrucuca, uno de los personajes del dúo Los Ruanetas en Sábados Felices. Así, con ese rótulo altisonante, los Díaz Amado lanzan al mundo a su vástago, destinado a ser espía.

En principio, resulta absurdo pensar que alguien con un nombre tan reconocido como el de Diomedes Díaz pueda ser agente secreto en este país. Lo mismo diríamos de alguien llamado Radamel Falcao o James Rodríguez. Cúper Diomedes lo consiguió. El boletín de alerta que lanzó el portal Universidad Pública Colombia para denunciar esta estrategia de criminalización del movimiento estudiantil muestra un Diomedes Díaz bien parecido, mejor conservado que el cantante, más jovial de civil en la universidad que en el carné de policía.

En últimas, Cúper Diomedes capitalizó lo que parecía imposible: aprovechar su nombre de ídolo entronizado en el inconsciente colectivo para engatusar a sus víctimas, a lo cual se suma el efecto subliminal de su segundo apellido. Porque, ¿a quién no le parecería simpático ser amigo de Diomedes Díaz Amado? ¿Cómo no sentirse halagado si Diomedes Díaz le gasta una empanada a uno? ¿Cómo no marchar confiado junto a Díaz Amado? ¿Cómo negarse a salir a rumbear con él o rechazarle la invitación a una finca?

“Lo consideraba casi como un hermano. Para Érika y para mí era una persona más de la familia”, señaló Xiomara Torres, la estudiante de Física que por fin logró graduarse el año pasado y obtuvo una beca de maestría en el exterior. Su amiga Érika Aguirre, estudiante de Química, creó a partir de su experiencia la campaña Objetivo Libertad, que recopila y denuncia falsos positivos judiciales. El profesor Carrillo sigue dedicado a la enseñanza y a la cuentería, y espera ser resarcido tras batallar una década por recuperar su buen nombre: “Estoy contento porque no somos lo que los medios mostraron. No es lo mismo que tú digas ‘soy inocente’, a que lo diga la justicia. Fue una tortura de diez años”.

De modo que, integrantes de ONG, líderes y lideresas barriales y estudiantiles, compañeras y compañeros activistas, mucho ojo: si las o los llega a abordar alguien llamado Diomedes Díaz, Silvestre Dangond o Jessi Uribe, tengan cuidado, desconfíen al máximo, lo más probable es que se trate de un infiltrado.

Renán Vega Cantor: Profesor Departamento de Ciencias Sociales, Universidad Pedagógica Nacional

Fuente: https://rebelion.org/pedagogia-de-la-infamia-y-de-las-mentiras/

Sumemos que contra la lucha de la COICA, Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica o sea de los nueve países (Brasil, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, Perú, Guyana y Suriname) se halla el sistema mundo capitalista como se denuncia a continuación:  

Así es cómo los principales bancos centrales del mundo financian la deforestación de bosques en Brasil

29 de septiembre de 2022

(…)Una investigación titulada «Destrucción Bancaria» —de la ONG internacional Global Witness— fue publicada este miércoles y detalla cómo los bancos centrales financian «la destrucción ambiental», al comprar «grandes volúmenes de deuda» emitidos por empresas vinculadas a la deforestación y pérdida de biodiversidad.

De acuerdo al estudio, la Reserva Federal de EE.UU. ha comprado un total combinado de 16 millones de dólares en bonos emitidos por las empresas Archer Daniels Midland Company (ADM), Bunge Ltd Financial Corp y Cargill, desde 2020, todas acusadas de participar en deforestación y acaparamiento de tierras, aunque niegan estas actividades. (…)

(…)«Necesitamos esos bosques en pie»

Oakeshott agregó que la situación con respecto a la deforestación de bosques en la Amazonía es tan crítica, que si el mundo quiere poner freno al cambio climático, debe velar porque la destrucción no siga.

«Si queremos tener alguna esperanza de limitar el cambio climático, necesitamos esos bosques en pie. Cualquiera que sea el motivo por el que se establecieron sus esquemas de compra de bonos corporativos, ciertamente no fue esto», dijo la investigadora.

El informe también estima que mediante la compra de bonos corporativos, los tres bancos señalados se hacen cómplices de abusos contra los Derechos Humanos porque tanto ADM, Bunge y Cargill, ejercen presiones en instancias multilaterales para que se siga permitiendo la deforestación, mientras impulsan el agronegocio en zonas en conflicto, donde sus habitantes tradicionales —entre ellos población indígena— viven en condiciones de pobreza y vulnerabilidad, y son víctimas de ataques, prohibición del acceso a la tierra y daños ambientales graves.

Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/443060-bancos-centrales-mundo-financian-tala-bosques-brasil

Tengamos en cuenta cuanto acabamos de examinar respecto a cómo la ofensiva del capitalismo prepara su éxito y el consenso imprescindible. Sin embargo, al igual que el presidente de Bolivia, el de Colombia elige la ONU como ámbito de cambio a otro mundo posible, menospreciando tantas pruebas que el organismo internacional responde a los intereses de EE.UU. y de otros imperialismos. Recordemos la Minustah en Haití.

El discurso de Petro en la ONU y la “búsqueda de sí mismo”

26 de septiembre de 2022

Por Fernando Dorado  | Rebelión

En ocasión del discurso de Gustavo Petro en la Asamblea General de la ONU  en Nueva York, que muchas personas han calificado de lírico, poético, crudo, agresivo, explosivo, retador y hasta cruel, planteo algunos aspectos de su accionar político. No se trata de justificar o idealizar sino de ubicar lo “diferente” o “nuevo” con respecto a otras experiencias de América Latina.

Petro se expresó como una víctima o como el representante de las víctimas de un modelo económico injusto, depredador e irracional. Usó el tema de la coca y la cocaína, de la guerra contra las drogas y de la lucha contra el cambio climático para plantear una crítica profunda y sentida al capitalismo. Aunque se asumió como vocero de los colombianos y defensor de la Amazonía, en su catilinaria incluyó a los estadounidenses que mueren por sobredosis, a las comunidades negras (“afros”) que son discriminados y encarcelados, a los migrantes que son rechazados y/o expulsados, y a muchos otros sectores de la población global. Habló como humanidad y para la humanidad. 

De alguna manera su discurso incluyó a los poderosos porque ellos no pueden superar su adicción a las ganancias, al poder y al dinero. Petro habló como un psicoanalista del “sur global” que le muestra al “norte desarrollado” un camino ecológico para superar su “soledad narcotizada” por el consumismo suicida. Petro con su beligerante discurso hizo avergonzar al mundo. Desnudó la hipocresía existente. Denunció la “adicción a la ganancia” como la madre de todas las adicciones que lleva a toda la humanidad hacia su extinción. Se enfrentó –siendo presidente de una nación- a la lógica de muerte del gran Capital sin caer en la trampa del alineamiento internacional.

Lo interesante del proceso político que impulsa Petro es que actúa a varios niveles y con cierto eclecticismo y flexibilidad. Él mismo ha dicho que su proceso es “una búsqueda”. En lo interno, dirige un gobierno (su equipo de ministros y colaboradores) con mucho sentido práctico y poca ortodoxia. Petro no oculta la variada composición social y política de su gobierno (“alianza inter-clasista”), la hace evidente y la convierte en una ventaja tanto a nivel interno como externo. 

Paralelamente, se mueve en otros terrenos de la administración y de la vida del país apoyándose en otros funcionarios (y organizaciones) más cercanos a su idea, como es el caso del comisionado de paz y otros personajes que promueven la participación de la gente en diversos niveles y escenarios. Impulsa actualmente los “diálogos regionales vinculantes” adaptando su temática y participación a las necesidades de la gente en amplios territorios. Así mismo, se apoya en la “coalición multipartidista” para aprobar leyes y propuestas en el Congreso sin tener que “tensionar mucho la pita”. Ha nombrado en cargos importantes a gente experimentada con enfoques relativamente tradicionales, pero también permite y estimula que dirigentes surgidos de movimientos sociales o de la academia se prueben y aprendan en el campo de la gestión del Estado.

Igualmente, Petro ha empezado a moverse en varios niveles en el campo internacional. Desarrolla relaciones bilaterales; promueve la comunidad andina; construye alianzas ambientales; tiene como eje a América Latina pero no pierde de vista lo que ocurre en el mundo. Es crítico del capitalismo pero sabe que tiene que “actuar dentro de él”. Es consciente que no puede enfrentarse con el gobierno de los EE.UU. porque fácilmente lo pueden aislar. Tampoco puede hacerlo frente al BM o al FMI, dado que debe relacionarse con ellos. Por ello, es capaz de rechazar las guerras (todas) y no se alinea con ningún bloque o potencia. Y todo ello, le permite tomar decisiones que ningún gobierno progresista o de izquierda de “línea dura” se atrevería a asumir, como aprobar de entrada una reforma tributaria o incrementar los precios de los combustibles para enfrentar la grave situación fiscal que heredó del anterior gobierno. 

Petro es el primer gobernante progresista de la región que parece actuar con una visión sistémica, compleja y “no lineal”. De esa manera, los pueblos y los trabajadores pueden apoyarse en él sin que ello implique delegar toda la acción social y política en su liderazgo. Él mismo ha pedido que los movimientos y organizaciones sociales mantengan su autonomía. Tampoco se ha propuesto construir una organización política tradicional (“partido”), porque sabe que hasta allí llegaría “su búsqueda”. Es consciente que ese tipo de organización cae con facilidad en prácticas burocráticas y verticales que debilitan los procesos reales y anulan las relaciones creativas entre dirigentes y militantes de diversos grupos y movimientos. Todo indica que le interesa construir una “corriente de pensamiento” que sirva de referente para la acción social y política. 

En ese sentido, Petro combina el aprendizaje de lo vivido en países vecinos o que han tenido “procesos progresistas” (Bolivia, Ecuador, Brasil, México, España, Grecia, etc.) con el estudio teórico de diferentes autores clásicos y actuales. Y le apuesta a desarrollar su propia experiencia. 

Es por todas esas particularidades que Petro todavía no es interpretado por las izquierdas que colocan como tarea central el enfrentamiento con el gobierno de los EE.UU. Los más radicales “ambientalistas” tampoco lo entienden porque Petro ha planteado la necesidad de desarrollar el capitalismo, así tenga en mente una variante que combina un “nuevo tipo de industrialización” con la superación de la matriz energética dependiente de combustibles fósiles. Y menos es comprendido por los sectores más extremos de derechas e izquierdas que tienen esquemas preconcebidos y no saben cómo reaccionar frente a esa variedad y multiplicidad de enfoques y conductas.  

Así y todo, el discurso de Petro en la ONU llamó la atención. Su “búsqueda” se abre nuevos espacios, avanza en nuevos terrenos y aprende (y enseña) sobre la marcha. Petro sorprende afuera y adentro, y de alguna manera se enfrenta a los paradigmas existentes. Recién empieza a gobernar pero en menos de seis (6) semanas se ha hecho sentir.

E-mail: ferdorado@gmail.com

Blog: https://aranandoelcieloyarandolatierra.blogspot.com/2022/09/el-discurso-de-petro-en-la-onu-y-la.html#.Yyu36XZBzDc   

https://aranandoelcieloyarandolatierra.blogspot.com/2022/09/el-discurso-de-petro-en-la-onu-y-la.html#.Yyu36XZBzDc

Fuente: https://rebelion.org/el-discurso-de-petro-en-la-onu-y-la-busqueda-de-si-mismo/

Alternativas emancipatorias

Tratemos de cuestionar a ambos presidentes progresistas y por tanto, capitalistas. Ante todo, indaguemos en los pueblos indígenas:

Dario Aranda

Argentina originaria

Los pueblos indígenas contaban con un dios mucho antes de que la Iglesia Católica pisara lo que hoy es Argentina. Tenían formas de gobierno antes de que se instaurara el Virreinato del Río de la Plata. Y se regían por leyes propias mucho antes de que el país tuviera su primera Constitución Nacional.

Los pueblos originarios padecieron campos de concentración antes que el pueblo judío. Conocieron torturas y secuestros de bebés antes de la dictadura argentina de 1976. Y defienden el territorio y los bienes naturales desde mucho antes de que se comenzara a hablar de ecología.

Los pueblos indígenas son pasado, son presente y, sobre todo, son futuro si es que queremos un mundo digno.

—-

AlterNativa

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QUIÉN ES QUIÉN: FELIPE QUISPE Y LA GUERRA DE LOS AYLLUS

Nuestro recorrido por las ideas del indianismo/katarismo (IK) concluye, por ahora, en la mente activa e inquietante de Felipe Quispe Huanca. Lo que más distingue al Mallku y la razón por la cual ya está inscrito en la historia del Qollasuyo, es que Quispe transformó su retórica en acción concreta. Nunca fue un charlatán. Cada una de sus concepciones fue puesta a prueba en el terreno de la vida. Allí él encalló o despegó, de acuerdo a las circunstancias.

Felipe Quispe es el ideólogo de la guerra de los ayllus, la cual Implicó la introducción de la violencia como práctica política efectiva. Su mirada resolvió de inicio la pregunta: ¿cómo nos liberamos? Quispe apuesta al levantamiento orgánico y generalizado de las comunidades contra el Estado boliviano. Equivale a armar las estructuras prevalecientes a pesar de siglos de colonialismo y volcarlas a la erradicación material de la opresión blanca-criolla.

El otro recurso seductor de la ideología Mallku es la noción de que el socialismo en Bolivia no es algo a ser construido, sino una realidad imperante en las comunidades aymaras y quechuas. Acá, Quispe traza un acercamiento con la izquierda marxista. La experiencia de Quispe en la guerra civil salvadoreña le hizo confirmar que el temblor viene desde el campo y que más que hacer algo nuevo, hay que convalidar lo larvario, lo germinal, lo ya existente, reprimido.

Si bien la guerra de los ayllus nunca pudo detonarse del todo, ni siquiera en 2000 o 2003, no cabe duda que la visión de Quispe adquirió visos de credibilidad en aquellas refriegas.

¿Es Quispe la inserción de la ultra izquierda dentro del IK? Una vez más, no. Las furiosas arremetidas contra los hermanos García Linera y el MAS por parte de Quispe, confirman que el IK no se fusionó con la izquierda guerrillera en 1992. Nunca hubo una síntesis entre ambas corrientes. A lo sumo se logró una coordinación operativa, pero jamás la amalgama ideológica que se pretendía. Quispe mantuvo su tozuda autonomía, mientras la fracción blanca del EGTK se sumaba a Evo Morales y su proyecto «socialista». El IK quedaba fuera del esquema, una vez más.

Valoremos el antagonismo irreconciliable con el Capital-Estado extractivista que asumen autoorganizándose

Neocolonialismo verde, rebeldía negra en Brasil

20 de enero de 2015

Por Renata Bessi y Santiago Navarro F

Papel desechable, tales como papel higiénico y toallas de primera calidad; un producto suave y esencialmente blanco, es el destino principal que tiene la celulosa brasileña extraída de los árboles de eucalipto. Un producto que busca abastecer, principalmente, la demanda del mercado de los países del primer mundo. Aunque este tipo de papel ha generado impactos sociales y ambientales en tierras brasileñas, muchas comunidades jamás han tenido en sus manos un tipo de papel como el que se usa en estos países.

La región conocida como Sape do Norte, que incluye los municipios de São Mateus y Conceição da Barra, en el estado de Espírito Santo, Brasil, ha sido afectada fuertemente por las plantaciones de eucalipto. En São Mateus por ejemplo, las plantaciones ocupan el 70% del territorio. De Vitoria, la capital de Espírito Santo, a São Mateus, casi 300 km de longitud son ocupados por arboles de eucalipto, en algunos trechos muy accidentados, aun se pueden ver pequeños resquicios de lo que fue el bosque nativo y su biodiversidad, que abarcan algunas hectáreas, que se pueden recorren en escasos minutos en automóvil.

Esta área es también símbolo de la resistencia negra, tierra de Quilombolas. Quilombo viene de la lengua kimbundu, una de las lenguas bantúes más habladas en Angola. Quilombo se le llamo a los lugares donde vivieron los esclavos rebeldes o fugitivos, que llevaban una vida de libertad en rincones apartados de las ciudades o en el campo y de ahí viene la palabra Quilombola, usada en Brasil para referirse al negro rebelde.

 

«Quilombo es un tipo específico de ascendencia africana que al igual que los otros fueron traídos de África en la época colonial, pero que se negaron a ser sometidos a la esclavitud y representaron la resistencia negra. Ellos construyeron comunidades, a las que también llamaron quilombos, huyendo de la esclavitud en Brasil donde permanecían aislados en pequeñas comunidades compuestas de 20 a 30 familias donde vivían de forma autónoma. Sus descendientes permanecieron en estos sitios»

Marcelo Calazans de la Federación de Organizaciones para la Asistencia Social y Educacional (FASE) organización que trabaja desde hace 30 años con los temas relacionados con los impactos del eucalipto en el estado de Espírito Santo.

En São Mateus había un puerto que comercializaba los negros recién llegados de África y muchos de ellos huían de las embarcaciones antes de que los navíos llegaran al muelle. Huían y se refugiaban en los bosques.

La emancipación de los esclavos ocurrió en 1888 y no fue acompañada de medidas que permitiesen a las comunidades negras permanecer en las zonas rurales. Sólo un siglo más tarde, se produjo el reconocimiento legal de estas comunidades con la Constitución de 1988, aunque no garantizó efectivamente la preservación del territorio quilombo. El hecho es que, con o sin reconocimiento, una gran parte de estas comunidades sobrevivieron en las zonas rurales. Prueba de eso son las comunidades del Sapé do Norte.

En la década de 1960 con la llegada de la industria de la celulosa extraída del eucalipto, los Quilombolas sufrieron un nuevo impacto y las familias se vieron obligadas a abandonar sus tierras y algunos se trasladaron a las grandes ciudades en busca de supervivencia, terminaron nutriendo las grandes favelas. Se estima que antes de que llegara la neocolonización del eucalipto, había alrededor de 15.000 familias Quilombolas. Hoy en día se calcula que 1.200 familias se reorganizan en 32 comunidades de la Sapé do Norte. Los descendientes Quilombolas están dispersos en comunidades “aisladas” por plantaciones de eucalipto, sufriendo todo tipo de presiones y efectos provocados por la industria de la celulosa.

“Hubo plantaciones de monocultivos en lugares inverosímiles, en nacimientos y en zonas de recarga hídrica. Se eliminaron los bosques de la ribera, se cortó el curso del agua, las lagunas fueron rellenadas con tierra, se mató la biodiversidad del bosque atlántico con plaguicidas y herbicidas, eso hizo imposible la siembra agrícola, al menos que se usaran agroquímicos”, explica a SubVersiones Simone Batista Ferreira, investigadora del Departamento de Geografía de la Universidad Federal de Espírito Santo.

Empresa líder mundial

La empresa Aracruz Celulosa llegó en tierras de Espírito Santo en la década de los años 1960. Estuvo constituida en un primer momento por accionistas como Souza Cruz (una subsidiaría de British American Tobacco), el Grupo de la familia Lorentzen –ligados a la realeza de Noruega-, y el Grupo Safra, con un 28% de participación de capital cada uno; el Estado brasileño era un socio con las acciones del Banco Nacional de Desarrollo Económico (BNDE) -ahora denominado BNDES-, que se redujo al 12%. En el año 2009 la empresa Aracruz Celulosa cambió de nombre y nace la empresa Fibria Celulosa, resultado de la incorporación de acciones de Aracruz Celulosa y la de Votorantim Celulose e Papel (VCP). Fibria es considerada en la actualidad como una empresa líder mundial en la producción de celulosa de eucalipto. Es la única empresa del sector forestal del mundo que está en la lista de empresas del Índice Dow Jones, cotizando en la Bolsa de Valores de Nova York.

 

Bosques sin vida

Un bosque sin flores, sin olor, sin animales, ningún ave ronda su vuelo por este lugar. Un bosque escéptico, de un color verde uniforme. Árboles raquíticos, troncos delgados y altos, que parecen columnas cimbradas en la tierra. En Ecuador las plantaciones de eucaliptos son conocidas como el bosque silencioso, porque no hay pájaros. En Chile le llaman, bosque militar porque, además de tener un color verde característico del uniforme militar, los árboles están formados y ordenados de una forma rígida. En Brasil le llaman desiertos verdes, simplemente porque no hay vida en su entorno.

Brasil es el cuarto mayor productor mundial de celulosa, después de Canadá, Estados Unidos y China. De Acuerdo con el informe del año 2014, de la Industria Brasileira Árbol Forestal (IBA por sus siglas en inglés), con datos del año 2013, el área forestal cultivada en Brasil llegó a 7,6 millones de hectáreas en 2013. El eucalipto representa el 72% de este total con una área cultivada de 5 millones 474 mil hectáreas. En el año 2013 se produjeron 15,1 millones de toneladas de celulosa y 10,4 millones toneladas de papel. El objetivo es alcanzar una producción de 22 millones de toneladas de celulosa en Brasil hasta el año 2020.

La celulosa de Brasil tiene como principal destino, el mercado de Europa, que recibe el 41% del volumen de las exportaciones, seguido por Asia y América del Norte, con cerca del 39% y 20%, respectivamente.

Demanda internacional

De acuerdo con el economista Helder Gomes, miembro de la Red de Alerta contra el Desierto Verde, en la década de los años 1960 los mercados internacionales sufrían una presión por la demanda de pulpa y papel, por las dificultades de la ampliación en la producción de madera en los países que tradicionalmente se habían destacado como principales productores mundiales de eucalipto.

«En la década de los años 1960, estudios de la FAO indicaban las dificultades para ampliar dicha producción en los países productores, como la disponibilidad de tierras en los países centrales, el largo período de maduración y las presiones de los movimientos sociales contra el aumento de las emisiones contaminantes y contra la expansión de los monocultivos».

Según el economista, esto obligó a que organismos internacionales como la propia FAO comenzaran a subsidiar la expansión de los programas forestales en países como Brasil, donde habían condiciones ecológicas favorables para el rápido crecimiento de los bosques, la disponibilidad de tierra, la abundancia de mano de obra barata y las políticas gubernamentales que beneficiaban y respaldaban a esta industria.

Destrucción

La empresa Aracruz Celulosa es responsable inmediata de la destrucción de al menos 43.000 hectáreas de selva tropical en el municipio de Aracruz, solo por poner un ejemplo. Un municipio que, a parte de las plantaciones, alberga tres de las mayores fabricas que procesan la celulosa de los arboles, de la misma empresa.

Una destrucción documentada en el Informe de Evaluación de Impacto Ambiental realizada para los permisos de la primera expansión de la producción de la compañía – hecha por el Instituto de Tecnología de la Universidad del Estado de Espírito Santo, en año de 1988. Según el informe, “a través del análisis de fotografías aéreas obtenidas en los inicios de la década de 1970, se encontró que al menos el 30% del municipio de la superficie de Aracruz estaba cubierto por bosque nativo, que fue sustituido por bosques homogéneos de arboles de eucalipto”.

Aracruz no solo llego devastando el bosque, sino que expulsando comunidades que vivían allí. “De 40 comunidades indígenas que habían durante los primeros años de desarrollo de esta industria, solo quedaron 6”, afirmó a SubVersiones el abogado Sebastiao Ribeiro Filho, miembro de la Red de Alerta contra el Desierto Verde.

Blanqueamiento tóxico

La cadena de producción da celulosa, además de impactar la vista con el paisaje homogéneo, también impacta el olfato. Caminando por el municipio de Aracruz de pronto llega un tufo con un olor acido. «¡Es cloro!» avisa Calazans, que cuenta porque huele así. «Para blanquear el papel se requieren millones de litros de químicos, entre ellos el peróxido de hidrogeno y el cloro, que en muchos países están prohibidos. No hay una regulación severa de su uso. Después estos desechos van a parar directamente al mar».

De acuerdo con Luiz Alberto Loureiro, ex funcionario de la empresa Aracruz, las plantaciones constantemente son atacados por una serie de plagas o por plantas de otras especies que tienen que ser contenidos con químicos como el Glifosato o el Mirex, un plaguicida prohibido en todas sus formulaciones y usos, por ser dañino para la salud humana y el medio ambiente. «Los trabajadores mueren por envenenamiento y por accidentes y eso no se dice. Los trabajadores no reciben orientación sobre el envenenamiento y muchas veces llevan sus ropas de trabajo a casa y son lavadas con las de sus hijos».

Daniela Meirelles, integrante de Fase, quien ha dado talleres a grupos de mujeres, trabajadoras de la empresa de celulosa, también afirma que la empresa promueve igualdad de genero dando oportunidades de trabajo a las mujeres. «Fibria, con la intención de integrar a las mujeres a la producción, promovió una política de genero para contratar mujeres Quilombolas. El detalle es que el trabajo consiste en fumigar a los arboles, sin la protección e información necesaria sobre los químicos usados», afirma Meirelles.

Los empleos prometidos

De acuerdo con Sebastião Pinheiro, agrónomo y profesor de la Universidad de Rio Grande do Sul, los llamados desiertos verdes no generan empleos, por el contrario están destruyendo las fuentes de sustento de miles de familias:

«Los desiertos verdes no generan trabajo, para generar un empleo se necesitan 400 hectáreas de eucalipto. En la agricultura familiar o campesina se necesitan diez personas por hectárea. La Organización Mundial de Comercio (OMC), el Banco Mundial (BM) y los gobiernos que vienen promoviendo este sistema de cultivo, que beneficia a unas cuantas multinacionales, están provocando un genocidio económico destruyendo la agricultura tradicional y eso significa la destrucción de pueblos y comunidades enteras»

Memoria de la destrucción

«Tengo el recuerdo del bosque atlántico. Vivíamos de la agricultura en el campo, de la caza. También recuerdo cuando llegó la empresa. La devastación no fue de árbol en árbol, fue con grandes cadenas de unos 100 metros arrastrados por tractores, devastando todo lo que había a su paso. Cada eslabón de la cadena debía pesar unos 100 kilos. Habían árboles con diámetros enormes que no resistieron a las grandes cadenas», cuenta John Ramos de Souza, Quilombola de la comunidad de Angelim

«Vi muchas cosas monstruosas que la empresa hizo. Yo vi sin saber, sin conocer las consecuencias y ahora estamos pagando el precio.».

El Ministerio Público de la Federación en noviembre del año 2014, con una medida cautelar suspendió una de las líneas de financiamiento de Fibria, la del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) del gobierno federal, referida a la zona Quilombola en el norte del Espírito Santo.

La empresa Fibria está siendo acusada de fraude en la obtención de tierras para sus plantaciones. Según la demanda, a principios de 1970, antiguos funcionarios de la empresa se autonombraron como pequeños agricultores ante el gobierno del estado de Espirito Santo, con el fin de obtener títulos de dominio de terrenos “baldíos”. Después, los empleados transfirieron estos títulos de propiedad, de terrenos ubicados entre Conceição da Barra y São Mateus, para Fibria. En la mayoría de los casos, el período en que las áreas permanecían como patrimonio jurídico de los funcionarios de la empresa no duraba ni una semana y ya eran transferidas.

Quilombolas resisten al eucalipto

 ARUE Ticumbi. ARUE Ticumbi.
¿Qué hizo mal este pueblo?
¿Lo que hizo este pueblo mal así?

Estas preguntas son parte de una canción cantada por los negros en la época de la esclavitud y que los Quilombolas de la Barra da Conceição mantienen como una tradición en el ritual que ellos llaman Ticumbi. En la canción preguntan a San Benito las causas de tantas pérdidas han sufrido. La pérdida de su territorio, los bosques, los campos del agua.

Hoy la canción parece haber ganado otra dimensión en la voz de Souza, maestro Ticumbi. Una dimensión de resistencia. La cultura de sus antepasados sirve como una fuerza para resistir a las nuevas formas de esclavitud, esta vez por parte de la neocolonización del eucalipto. «Somos comunidades aisladas por el eucalipto y estamos aquí resistiendo », dice Souza.

El Quilombola cuenta que su padre, entre las décadas de los años 1960 y 1970, fue expulsado dos veces de sus tierras, de donde obtenía la subsistencia para su familia. «Las personas que reclamaban ser los propietarios de estas tierras aparecían y hacían presión para que nosotros saliéramos. En ese momento teníamos miedo y salíamos. Era más difícil de afrontar. Y fue así que estas tierras fueron transferidas a la empresa [Aracruz ]».

La resistencia ya no es suficiente, dice Vando Falcão Souza, hijo de Souza, es necesario avanzar: «No tenemos tiempo que perder. Nuestro camino a seguir contra el eucalipto es volver a la tierra que fue de nuestros antepasados y continuar plantando alimentos», sostiene.

Angelim 1 es una recuperación de tierras hecha por las familias Quilombolas. Después del corte de los arboles realizado por la empresa, las familias regresaron a la tierra y comenzaron un proceso de recuperación del suelo. «Después de 40 años de plantar eucaliptos en el mismo lugar, un proceso de transición es necesario. La tierra está muy seca, llueve y el agua desaparece. Muchos decían que no íbamos a ser capaces de plantar nada, pero estamos viendo que con paciencia y mucho trabajo es posible. En unos cinco años creo que podemos hacer que la tierra sea como era antes del eucalipto», dice Falcão.

Ahora ya han comenzado a florecer las nuevas plantas, que ellos llaman la transición al post-eucalipto. Generalmente empiezan la transición con plantas como la sandía, yuca, calabaza y frijol. «El maíz y el café aun no crecen. Nosotros ya estamos cultivando varias especies de frijoles y estamos empezando a comercializar en los pequeños mercados de la comunidad. La intención es formar un tipo de cooperativa aquí», sostiene el Quilombola.

 

Saliendo de las Senzalas

A pocos kilómetros de Angelim 1 existe otra recuperación de tierras, Linharinho. Allí, el esfuerzo de transición es plantar por medio del modelo agroecológico para recuperar la tierra. «Después de limpiar la tierra del eucalipto la técnica es plantar arboles del bosque nativo traídos de otros lugares, y alrededor de estos arboles otros cultivos como el frijol y la calabaza. Así vamos a reconstruir el bosque y la cosecha al mismo tiempo. El proceso es lento, llevará incluso seis o siete años para que los animales silvestres vuelvan de nuevo y se recuperen las aguas», comparte  el Quilombola Antonio Rodrigues de Oliveira.

Rodrigues cuenta que llegó a estas tierras con pocos recursos, apenas con el rostro en alto, sus manos y el coraje necesario. «No podemos esperar nada del gobierno, ni de la empresa, ni de nadie. Tenemos que tomar el azadón, entrar en la tierra, construir una choza, hacer un pozo… sacar agua, incluso empujando con un burro si es necesario. Morir de hambre nunca más…. no, no moriremos. Vamos poco a poco porque no tenemos infraestructura, pero lo haremos », sostiene.

El Quilombola dice que la situación es difícil y recuerda que la empresa llegó a plantar eucaliptos hasta en el mismo cementerio donde estaban enterrados sus abuelos. «No dejaron casi nada, sólo algunos roedores que se adaptaron, cerdos salvajes y armadillos viviendo como vivimos, migrando y buscando lo necesario para subsistir», afirma Rodrigues. Pero él cree que no hay tiempo para quejarse, sino que es tiempo de trabajar duro y reconstruir lo que han destruido.

«Aquí es un Quilombo, lugar de la liberación»

Él no duda en comparar la situación de su comunidad con la de sus antepasados. «Lo que estamos haciendo aquí es lo que hicieron nuestros antepasados. Huyeron de los lugares de la esclavitud, conocidos como Sensala [lugar donde los esclavos estaban presos en las grandes granjas] y crearon condiciones de vida en lugares aislados. Ellos abrieron claros e hicieron producir la tierra. Aquí es un Quilombo, lugar de la liberación», sostiene Rodrigues, quien ha trabajado en varias fincas y experimentó la migración hacia las grandes ciudades.

Cultura de transición

Dentro del complejo de la industria de la celulosa lo que marca el ritmo y la velocidad es la cantidad de troncos de eucalipto que entran todos los días. La maquinaria necesita de la fibra de celulosa homogénea para operar a la máxima potencia, para esto debe prevalecer la cultura de homogeneización. Terreno plano, árboles largos, delgados y sin ramas. La tierra debe estar libre de impedimentos, aquí la diversidad es un obstáculo.

João Guimarães, otro Quilombola de Angelim 1, dice que es necesario construir una conocimiento que permita convertirse en una cultura de la transición post-eucalipto. «Ya no podemos vivir lamentando la desaparición del río y el manantial de agua que murió y los árboles que desaparecieron, los pájaros que se han ido. El Bosque Atlántico que se fue, ahora lo tenemos que recuperar. Estos 40 años de plantaciones de eucalipto no se olvidan de la noche a la mañana, por lo que tenemos que trabajar duro, experimentar las formas de cómo vamos hacer esta recuperación, con ensayo y error, para construir una transición del conocimiento», afirma Guimarães.

Las tierras retomadas son parte de este proceso:

«Estas áreas están sirviendo para nosotros para crear este conocimiento de la transición. Vivimos en una cierta tensión debido a que estas tierras están en disputa y nos pueden desalojar en cualquier momento a petición de la empresa. Pero no tenemos otra opción. En la medida que ellos avanzan con sus máquinas modernas, nuestra forma de insurgencia es plantar alimentos con nuestras hoces y azadones. De forma lenta, pero recuperando la tierra y nuestra independencia»

Esta es la primera generación que está retomando las tierras para la producción de alimentos. «Es la memoria de los más antiguos que está fortaleciendo nuestra lucha», dice Guimarães.

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Lucha por la memoria

Una de las controversias que está en juego es el recuerdo de lo que fue el Bosque Atlántico y la transmisión de esta memoria a las generaciones más jóvenes. «Tal vez en 100 años un Quilombola mirará las plantaciones de eucalipto y dirá que es un bosque, porque no va a tener la referencia de lo que es un bosque nativo», dice Calazans. «La empresa de celulosa sabe que si rompe esta memoria ya no tendrá más problemas de resistencia.»

La generación de personas en el estado de Espírito Santo que tiene la memoria de la Mata Atlántica morirá en los próximos 30 años. Estas personas han visto y vivido en el bosque. Si ellos mueren y todavía no tenemos la transición del eucalipto para el bosque nativo y de la agricultura tradicional, evalúa Calazans, esto ya no sucederá.

«La memoria asegura la utopía de los territorios. El día que la memoria muera completamente no podremos mas pensar en un post-eucalipto. Tenemos que invertir en la construcción del conocimiento de la transición. Estas tres décadas siguientes son estratégicas para la lucha», concluye.

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