Qué Abya Yala-Junio 2022

De decolonialidad del saber y el poder de la humanidad por aprecio de: trabajo, dignidad y potencial de cambio social de sus naciones indígenas.

Historia y presente/ Ofensiva del sistema mundo capitalista /
Alternativas emancipatorias

Historia y presente

El término Abya Yala es en sí mismo un símbolo de identidad y respeto hacia las raíces de los pueblos originarios; y en ese sentido, el poema Abya Yala Wawgeykuna (Hermanos Americanos), originario del pueblo Quechua de Argentina, hace un llamado a la unidad de los pueblos a mantener presente su origen y a continuar su camino siguiendo las huellas de sus ancestros. Tal como su título indica, Abya Yala Wawgeykuna.

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Artes, saberes y vivencias de indígenas americanos, el libro que sostienen en sus manos es un tributo a la filosofía de ese poema, pues intenta plasmar el pasado y el presente de distintos pueblos originarios: sus modos de vida, sus manifestaciones artístico-culturales, sus creencias… y al fin y al cabo, su identidad. Leer

Estamos sumidos en una inflexión histórica como país, como continente y como mundo. El sistema mundo capitalista con sus locales maximiza el acaparamiento de tierras y bienes comunes hasta el extremo de arrasar la Cordillera, los océanos, los bosques nativos y las selvas. Es hora de generalizar la percepción (conocimiento y posicionamiento) sobre:

 EL ENFOQUE DEL DECRECIMIENTO COMO ESTRATEGIA DE EMPODERAMIENTO Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL. Un estudio de caso de los grupos de consumo agroecológico de Granada (España)

 Por Consuelo Díaz Escobar

 TRABAJO SOCIAL GLOBAL 2014, 4 (6), 49-71

(…) Tanto en la teoría como en la práctica, el «desarrollo» ha sido una forma de imposición del poder sobre otras sociedades; el desafío marxista trató de hacer surgir otras formas de poder basados en principios socialistas, aunque fracasa en el sentido de que se reproducen patrones de desarrollo occidentales.

En la actualidad, los estudios sobre postdesarrollo arrojan luz sobre el momento de transición en el que nos encontramos, visibilizando las formas de imposición a través de la violencia y la supremacía de algunos estados. Se pone en tela de juicio el proyecto modernizador y civilizador de «desarrollo» encaminado al destino imperial, en el que se da por sentado la lógica del «desarrollo» económico capitalista, incluyendo implícitamente un tema importante para las corrientes críticas del «desarrollo», la geopolítica del conocimiento y el poder (Rist, 2002).

En la actualidad, le globalización económica ha adquirido tal importancia que ha relegado a un plano menor los debates sobre «desarrollo», aunque la profundización de la pobreza mantiene el debate sobre justicia y desarrollo. Se hace necesario repensar el concepto de «desarrollo» y la modernidad, de forma que se tengan en cuenta que las trayectorias desarrollistas son múltiples y variadas, más allá del imperio global, y de la imposición de los patrones etnocéntricos del «desarrollo»; se hace necesario reinventarnos en el Norte, asumiendo responsabilidades históricas y esto requiere la voluntad de aprender del Sur, abriéndonos a otras corrientes de pensamiento reflexivo (Unceta, 2009).

Lo que los intelectuales de esta corriente teórica señalan es la necesidad de tomar en cuenta otros tipos de modernidad alternativos y alternativas a la modernidad, así como una pluralidad de discursos, cambiando las prácticas de saber y de hacer, atendiendo a las necesidades de los contextos locales (Escobar, 2005).

Dentro de esta teoría general, el enfoque del Decrecimiento plantea la necesidad de crear alternativas al «desarrollo», cuestionando la propia base ideológica de éste, su institucionalidad y sus discursos de legitimación, basados en la necesidad imperiosa del crecimiento económico, el aprovechamiento de la naturaleza y la fe en el progreso (Gudynas, 2004).

Este enfoque, apela a la idea básica de que el crecimiento ilimitado en un planeta con recursos finitos es insostenible, y por otro lado, en la búsqueda de respuestas a los problemas sociales y políticos fuera del paradigma del «desarrollo». Constituye una apuesta teórica, pero imbuida de un marcado carácter práctico y voluntad transformadora. Se parte de la idea de que, a través de decisiones colectivas conscientes, el decrecimiento será un punto de partida para reorganizar las sociedades hacia modelos de vida sostenibles de forma que se produzca un cambio de sentido hacia lo más pequeño, más lento, y más local, cambiando las relaciones de competencia por las de cooperación, y el crecimiento ilimitado por la autolimitación (Latouche, 2009a).

Algunos puntos recogidos en la propuesta decrecentista de Serge Latouche (2009b) se condensan en los siguientes: reencontrar una huella ecológica sostenible; reducir los transportes; relocalizar las actividades económicas; restaurar la agricultura campesina; reducir del tiempo de trabajo; reducir el impacto sobre la biosfera en nuestra forma de producir y consumir; reciclar y reutilizar; reorientar la investigación tecnocientífica; reapropiarse del dinero y reducir progresivamente el espacio de la banca.

A este planteamiento se van incorporando otras cuestiones desde posturas críticas feministas e interculturales.

Así, merece la pena mencionar que la propuesta de Latouche (2009a) hace referencia al decrecimiento como “un slogan político con implicaciones teóricas”, que busca ”romper el lenguaje estereotipado de los adictos al productivismo”, expresando la idea de renuncia al objetivo del crecimiento ilimitado para cambiar la lógica del «desarrollo». Por tanto, es una idea con mucha potencialidad política, pero que debe tomar en cuenta las posturas y planteamientos del Sur global, puesto que en ciertas áreas esta apuesta no tendría sentido, ya que más que el abandono del mito del crecimiento económico, lo que cabría considerar es un reordenamiento sustancial de su estructura productiva.

Este planteamiento surge en América del Sur bajo la elaboración del concepto del «Buen Vivir», como alternativa a la ideología del progreso, en un esfuerzo por salir de la modernidad occidental, que se nutre de elementos que provienen de las cosmovisiones de pueblos indígenas y otras tradiciones que han denunciado la obsesión con el crecimiento económico (Gudynas, 2011).

Además, la idea de «desarrollo» se caracteriza también por reproducir el androcentrismo dominante en el mundo occidental, puesto que no cuestiona la asignación de roles distintos a hombres y mujeres y la subordinación de éstas en las sociedades y por tanto no toma en cuenta criterios de equidad social en el planteamiento de una nueva cultura económica más justa al servicio de los seres humanos. En este sentido, el campo de estudio que aborda las relaciones entre feminismo y ecología, el Ecofeminismo, parte de la idea de superación de las conexiones entre dominación de la naturaleza por los seres humanos y la subordinación de las mujeres a los hombres, fruto de la jerarquización patriarcal, que justifica la opresión sobre ambas.

Aunque existen numerosos y distintos puntos de vista en las propuestas ecofeministas, en este estudio se plantea que sus aportaciones son importantes si se quiere lograr una alternativa al modelo de desarrollo neoliberal capitalista y patriarcal, en la que tanto hombres como mujeres trabajen para construir otra cultura que ponga en el centro el cuidado de la naturaleza y los bienes comunes de la humanidad, así como el cuidado de las personas y sus relaciones desde la equidad social (Puleo, 2008).

De esta forma, tanto el enfoque del decrecimiento como el del ecofeminismo, así como la perspectiva del “Buen Vivir”, pueden enriquecerse para avanzar en la construcción de unas sociedades más justas, igualitarias, sustentables y solidarias.

2. La cuestión de la alimentación a nivel globalizado. (…)
Fuente: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5304713

Necesitamos, como humanidad, plantearnos:

¿Hasta dónde podemos ir más allá de los límites del Planeta?

17 de junio de 2022

 Por Aurélien Boutaud y Natacha Gondran

En los últimos meses, varios artículos científicos han llamado la atención sobre el hecho de que se han superado nuevos límites planetarios. Muchos medios de comunicación se han hecho eco de esta preocupante información.

Pero, ¿qué significan estos famosos límites? ¿Cómo debemos interpretar estos excesos? Y, por último, ¿debemos preocuparnos realmente?

El sistema terrestre lleva 11.000 años funcionando bajo el régimen del Holoceno

Para responder a estas preguntas, recordemos que los investigadores que estudian los límites planetarios proceden de un campo disciplinario denominado ciencias del sistema terrestre.

Estas ciencias entienden el planeta como una entidad que implica complejas interacciones entre la atmósfera, la litosfera, la hidrosfera y la biosfera (el mundo vivo). Y, como cualquier sistema, la Tierra tiene capacidades de adaptación que le permiten mantener un estado de equilibrio dinámico entre estos elementos: este estado de estabilidad relativa se denomina régimen.

Pero a veces este equilibrio se rompe hasta el punto de que el sistema terrestre empieza a funcionar de forma muy diferente.

Por ejemplo, la Era Cuaternaria (que comenzó hace unos 2,6 millones de años) está marcada por cambios regulares en los patrones climáticos. Debido a las variaciones de la posición de la Tierra respecto al Sol, el clima de nuestro planeta pasa regularmente de un régimen glacial (que puede durar hasta 100.000 años) a un régimen interglacial (que suele ser más corto).

Así pues, llevamos más de 10.000 años viviendo en un régimen del sistema terrestre que los geólogos llaman Holoceno.

El régimen del Holoceno ha demostrado ser especialmente favorable para el florecimiento de la especie humana. La buena noticia es que se espera que este régimen dure más de 10.000 años. La mala noticia es que estamos amenazando el equilibrio de este régimen. En otras palabras, estamos a punto de cruzar un punto de inflexión.

Cruzar un límite planetario significa cruzar un punto de inflexión que nos saca del Holoceno

Gran parte de la literatura científica sobre los límites planetarios se basa en este concepto de punto de inflexión. ¿De qué se trata?

En un régimen como el del Holoceno, el ecosistema de la Tierra tiene capacidades de regulación que le permiten absorber las perturbaciones, las llamadas retroalimentaciones negativas. Por ejemplo, si las emisiones de CO2  aumentan de forma anormal, los océanos secuestrarán parte de ese CO2  y limitarán así las perturbaciones climáticas.

Por desgracia, estos amortiguadores pueden romperse, como una banda elástica que se ha estirado demasiado. Entonces entrarán en juego las retroalimentaciones positivas.

Por ejemplo, al calentarse, el permafrost liberará grandes cantidades de metano a la atmósfera, lo que aumentará el efecto invernadero y, por tanto, el calentamiento.

Una vez desencadenados, estos fenómenos amplificarán y acelerarán la agitación, hasta el punto de hacer imposible la vuelta a la normalidad. El cambio de régimen es entonces inevitable: el clima encontrará un nuevo punto de equilibrio, caracterizado por un efecto invernadero y una temperatura muy superior a la del Holoceno.

Algunos científicos hablan del escenario de un régimen climático de invernadero caliente, que tendría efectos catastróficos en todas las variables del sistema terrestre.

¡Cuidado, cruzar un límite planetario no es lo mismo que cruzar un límite!

Sin embargo, los científicos se enfrentan a un gran problema: es extremadamente difícil determinar con precisión cuándo se produce un punto de inflexión.

Los científicos son conscientes de los peligros de cruzar ese límite e instan a los responsables de la toma de decisiones a evitar cruzar el límite inferior de la incertidumbre. Es este límite inferior el que proponen llamar límite planetario.

Para entender mejor la diferencia entre la frontera y el límite, imaginemos el caso de un lago helado en el que el grosor del hielo se hace más fino a medida que nos alejamos de la orilla. Aunque conozcamos el grosor del hielo en varios puntos, es muy difícil determinar a qué distancia se romperá el hielo bajo el peso de una persona. Como mucho, puede decirse que más allá de cinco metros, por ejemplo, hay riesgo. Este valor equivale a un límite.

En cuanto al clima, la modelización muestra que por debajo de una concentración de 350 ppm de CO2  en la atmósfera, el régimen del Holoceno no está amenazado. En cambio, por encima de 500 ppm el cambio climático es casi seguro. El límite planetario se encuentra en algún lugar entre estos dos polos.

Ya hemos superado la marca de 420 ppm: por tanto, hemos cruzado el límite planetario del clima.

Pero, ¿hemos cruzado el punto de inflexión? Eso sigue siendo un misterio. Lo único que sabemos con seguridad es que estamos jugando con fuego. Un poco como una persona que decidiera atravesar un lago congelado más allá de la zona de seguridad mencionada anteriormente…

Más allá del clima, ya se han cruzado varias fronteras planetarias

Esto es aún más preocupante porque el clima no es el único elemento del sistema terrestre que se está viendo gravemente afectado.

La biodiversidad, que determina la resistencia de la biosfera, está peligrosamente amenazada. Los ciclos biogeoquímicos del nitrógeno y el fósforo se han visto profundamente alterados por la agricultura intensiva, hasta el punto de crear vastas zonas muertas en los océanos. La deforestación ha provocado desequilibrios en los ciclos del agua y del clima que ahora están adquiriendo una dimensión global.

Más recientemente, se ha señalado el impacto de los contaminantes químicos, así como el preocupante descenso del contenido de agua en el suelo.

De las nueve variables globales que se monitorizan actualmente, cinco tienen violaciones documentadas de los límites, e incluso seis, si tenemos en cuenta el estudio publicado más reciente. Esto no significa que lo peor sea seguro. Pero el aumento de estas alarmas debería alertarnos claramente de que estamos a punto de salir del Holoceno con consecuencias catastróficas.

La transición no sólo debe ser climática, sino también ecosistémica

¿Qué lecciones podemos extraer para las sociedades humanas?

En primer lugar, debemos comprender que el clima es fundamental para mantener el equilibrio planetario y que es urgente detener las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero.

En segundo lugar, debemos tener en cuenta las múltiples dimensiones del problema. Porque, a pesar de su importancia, la resolución del cambio climático no debe lograrse a expensas de otras variables globales. Por ejemplo, aumentar masivamente el uso de la biomasa u oscurecer la atmósfera para limitar la radiación solar podría tener efectos catastróficos en otras variables fundamentales del sistema terrestre.

Por último, probablemente deberíamos favorecer soluciones que aborden la raíz del problema, dejando de imaginar que podremos superar los límites planetarios sólo con la tecnología.

Respetar estos límites requiere tanta innovación económica, social, cultural, política y geopolítica. En otras palabras, se trata sin duda de superar otro límite: el de nuestra imaginación.

Aurélien Boutaud, investigador asociado de la UMR 5600 EVS, Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS)

Natacha Gondran, profesora de Evaluación Ambiental, UMR 5600 Environnement Ville Société, Mines Saint-Etienne – Institut Mines-Télécom

Texto original: https://theconversation.com/jusqua-quand-pourrons-nous-depasser-les-limites-planetaires-183781

Traducción : viento sur

https://vientosur.info/hasta-donde-podemos-ir-mas-alla-de-los-limites-del-planeta/
Fuente: https://rebelion.org/hasta-donde-podemos-ir-mas-alla-de-los-limites-del-planeta/

Comprobamos que el «desarrollo» del capitalismo se contrapone no sólo con el binomio indisoluble entre la justicia social y la socioecológica sino también con la vida planetaria. Valoremos, entonces, cuán imprescindible es la concepción de los pueblos andinos sobre un modo de vida y de sociedad-mundo en confrontación con el sistema mundo capitalista y sus locales. Se trata de principios y no de un modelo.

Los pueblos originarios del Abya Yala Sureño nos interpelan a comunizarnos creando el peculiar «Buen Vivir» durante la lucha de cada pueblo-nación por su autodeterminación.

¿Qué significa el «Buen Vivir» o Sumak Kawsay?

El Sumak Kawsay es un vivir en comunidad, un convivir; no puede existir una vida plena al margen de una comunidad, pues en ella se materializan las diferentes formas de solidaridad y de respeto a la naturaleza que permiten la consecución y el mantenimiento del Sumak Kawsay.

De la comunidad surge el comunitarismo como sistema socioeconómico y político basado en la reciprocidad, la solidaridad, la igualdad y la autogestión, que promueve la participación activa y el bienestar de todos sus miembros.

En la comunidad se practica la forma de democracia indígena en la que las decisiones se toman por consenso, lo que garantiza la armonía en la comunidad, la convivencia armónica, ya que todos sus miembros aceptan y comparten una decisión en la que han participado mediante el diálogo, ganando en unos aspectos y cediendo en otros.

Interculturalidad: forma de interacción entre diferentes comunidades en la que ningún grupo cultural está por encima de otro, favorece la convivencia entre culturas y la armonía social del Sumak Kawsay y es la base para la construcción del Estado plurinacional. Respeto mutuo y complementariedad en la integración cultural de lo diverso.

«Buen Vivir» Comunitario: realización material y espiritual del individuo-comunidad.

Plurinacionalidad: El Estado plurinacional puede concebirse como una forma de organización de gobierno integrado por la unión de varios pueblos y nacionalidades de un territorio; implica el reconocimiento de que en un mismo Estado pueden cohabitar diferentes pueblos y nacionalidades. El reconocimiento de derechos en igualdad de condiciones ocupa un papel central. Implica la coexistencia de diferentes naciones dentro de un mismo Estado, pero no implica el fraccionamiento del país, sino que lo configura como una unidad en la diversidad. Es la posibilidad de una convivencia real entre las diferentes culturas construyendo y participando de manera conjunta.

El Sumak Kawsay está unido a la plurinacionalidad y tiene una dimensión política y de autodeterminación de las nacionalidades y pueblos indígenas porque depende de decisiones políticas consensuadas y colectivas sobre su propio futuro en procura del bienestar comunitario o de la colectividad y no de intereses individuales.

¿Cuál es la relación entre los seres humanos y la naturaleza? El Sumak Kawsay, como forma de vida en armonía con la naturaleza, no es simplemente una forma de economía sostenible, sino que tiene un sentido más transcendente que enlaza con las creencias de los pueblos indígenas. Los pueblos indígenas entienden la naturaleza, con una perspectiva holística, como un ente vivo que lo engloba todo, incluidos los seres humanos. La naturaleza es la vida y la vida está en todos los elementos de la naturaleza. Para el indígena su destino es cuidar a la naturaleza como un ente del que forma parte; por eso, no debe tomarse de ella más que lo necesario para la subsistencia, pidiendo permiso mediante rituales (como los de la siembra, los de la cosecha o los de la caza) y dándole las gracias por sus dones mediante las ofrendas (tumines).

Fuente: https://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/web-inec/Sitios/LIBRO%20buen%20vivir/files/assets/downloads/page0092.pdf

Tengamos en cuenta a Wikipedia definiendo:

Sumak kawsay

«Sumak kawsay» es un neologismo en quechua creado en la década de 1990 como propuesta política y cultural de organizaciones indigenistas y adoptada posteriormente por los gobiernos del movimiento por el socialismo del siglo XXI en Ecuador y Bolivia.

El término alude a la implementación de un socialismo que sea más independiente de las teorías socialistas europeas y que esté más bien, ligado a un pensamiento y estilo de vida comunitario y ancestral de las etnias quechuas que debería ser promovido como nuevo modelo de organización social y estatal. En Ecuador se ha traducido como buen vivir aunque expertos en lengua quechua coinciden en señalar que la traducción más precisa sería la vida en plenitud.1​ En Bolivia la palabra original en aimara es suma qamaña que se ha traducido como vivir bien.23

En su significado quechua original, sumak hace referencia a la realización ideal y hermosa del planeta, mientras que kawsay significa «vida», una vida digna, en plenitud, equilibrio y armonía. Existen nociones similares en otros pueblos indígenas, como los mapuche (Chile), los guaraníes de Bolivia y de Paraguay que hablan de sus teko kavi (vida buena) y teko porã (buena vivir o buen modo de ser),4​ los Achuar (Amazonía ecuatoriana) pero también en la tradición Maya (Guatemala), en el Chiapas (México), entre los Kunas (Panamá), etc.5

Desde la última década de 1990 el sumak kawsay se desarrolla como una propuesta política que busca «el «bien común» y la responsabilidad social a partir de su relación con la Madre Naturaleza y el freno a la acumulación sin fin, que surge como alternativa al desarrollo tradicional».6

El «buen vivir» plantea la realización del ser humano de manera colectiva con una vida armónica, equilibrada, sustentada en valores éticos frente al modelo de desarrollo basado en un enfoque economicista como productor de bienes de valores monetarios.2​ Inicialmente el concepto es utilizado por movimientos indígenas de Ecuador y Bolivia junto a un grupo de intelectuales para definir un paradigma alternativo al desarrollo capitalista adquiriendo una dimensión cosmológicaholística y política. En la primera década del siglo XXI se ha incorporado a la Constitución de Ecuador (2008) y a la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia (2009).

Diversos teóricos especializados en el tema como los economistas Alberto Acosta o Magdalena León señalan que no se trata de una teoría acabada y completamente estructurada sino de un trata de una propuesta social aún inacabada y por tanto perfectible.

 Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Sumak_kawsay

  Ofensiva del sistema mundo capitalista

Advirtamos la confrontación del Capital Estado con la vida planetaria al acelerar e intensificar la expansión de los extractivismos. Eduardo Gudynas destaca: unas semanas antes del encuentro en Estocolmo, a inicios de marzo de 1972, se publicó un librito titulado “Los límites del crecimiento”. En sus páginas, por primera vez se ofrecía un análisis de las interacciones entre el ambiente, la población y estrategias convencionales de desarrollo. No sólo era novedoso el tema sino su metodología, ya que su escala era planetaria, apuntaba a un futuro que alcanzaba el 2100, y se logró por medio de las computadoras de aquellos años, enormes máquinas que parecían armarios .

En su esencia en esas páginas se indicaba que, si persistían las tendencias de desarrollo, tales como el aumento de la industrialización, contaminación o población, ese crecimiento chocaría contra varios límites en un futuro cercano. Los recursos naturales que se consumían, como el petróleo, son finitos y se agotarían, y las capacidades de la Naturaleza de amortiguar la contaminación y otros impactos está también son acotadas. Las proyecciones indicaban que en algún momento a mediados del siglo XXI se sumarían serios problemas, sea por el agotamiento de recursos naturales o una debacle ecológica, que a su vez llevaría a crisis de contaminación y pérdida en la disponibilidad de alimentos. Esos y otros factores desembocaban en un posible colapso civilizatorio. El vistazo al futuro era, por lo tanto, de enorme gravedad. Recapacitemos sobre:

Detrás del debate entre ambiente y desarrollo
está la fe en el crecimiento perpetuo

4 de junio de 2022

Por Eduardo Gudynas | Rebelión

El 5 de junio es el Día Mundial del Medio Ambiente. Es una jornada de enorme importancia, casi siempre aprovechada para que unos alerten sobre la crisis ecológica y otros anuncien medidas que la enfrentarían, fructífera en promesas y publicidades que poco contribuyen a las soluciones reales. A pesar de todo eso sigue siendo un momento clave.

Se escogió ese día porque remitía directamente a la primera conferencia de las Naciones Unidas del más alto nivel sobre la problemática ambiental, que se celebró en Estocolmo (Suecia), del 5 al 16 de junio de 1972. Por lo tanto, celebraremos los cincuenta años del aquel encuentro.

Los preparativos para el evento insumieron, fueron muy largos y estuvieron repletos de tensiones, que en más de una ocasión puso en riesgo su realización. Las tensiones no se disiparon y eso explica que algunos gobiernos contaran con enormes delegaciones en Estocolmo, como las de Estados Unidos, varias naciones europeas pero también no pocas del sur, como la de Brasil. Esta no era una cumbre diplomática más sino que sería el escenario de una nueva batalla en la guerra sobre las concepciones del desarrollo.

Un elemento clave en esas discusiones ocurrió unas semanas antes del encuentro en Estocolmo, cuando a inicios de marzo de 1972, se publicó un librito titulado “Los límites del crecimiento”. En sus páginas, por primera vez se ofrecía un análisis de las interacciones entre el ambiente, la población y estrategias convencionales de desarrollo. No sólo era novedoso el tema sino su metodología, ya que su escala era planetaria, apuntaba a un futuro que alcanzaba el 2100, y se logró por medio de las computadoras de aquellos años, enormes máquinas que parecían armarios (1).

En su esencia en esas páginas se indicaba que si persistían las tendencias de desarrollo, tales como el aumento de la industrialización, contaminación o población, ese crecimiento chocaría contra varios límites en un futuro cercano. Los recursos naturales que se consumían, como el petróleo, son finitos y se agotarían, y las capacidades de la Naturaleza de amortiguar la contaminación y otros impactos está también son acotadas. Las proyecciones indicaban que en algún momento a mediados del siglo XXI se sumarían serios problemas, sea por el agotamiento de recursos naturales o una debacle ecológica, que a su vez llevaría a crisis de contaminación y pérdida en la disponibilidad de alimentos. Esos y otros factores desembocaban en un posible colapso civilizatorio. El vistazo al futuro era, por lo tanto, de enorme gravedad.

Esas conclusiones estaban resumidas en una de las gráficas del libro, y que a la fecha de hoy se volvió un clásico. Hoy nos resultan arcaicas, pero las gráficas de los distintos modelos mundiales impresas por teletipos en enormes hojas de papel, simbolizaban todo el glamour del poder de las computadoras. Permitían visualizar con toda facilidad un inminente colapso.

Lo relevante para entender el debate en ese momento histórico está en observar las reacciones a “Los límites”. Fueron casi instantáneas, una avalancha por momentos. En sus expresiones más simplistas denunciaban que se vaticinaba el fin del mundo o un colapso planetario. En otras versiones los argumentos se diversificaban. En el New York Times, tres economistas, sostenían que era “vacío y engañoso”, cuestionaba el uso de las computadoras, la escala planetaria y los lapsos de tiempo tan amplios, por lo que sus conclusiones no serían confiables (2). Casi al mismo tiempo, desde la revista científica Nature también indicaron que el reporte era una colección de debilidades, con un tufillo apocalíptico, y cuyos resultados por supuesto que estaban errados (3).Otras revisiones agregaban críticas adicionales, muchas de ellas considerando que se estaba ante la resurrección de Thomas Malthus desde lo cual se achacarían todos los problemas ambientales a la multiplicación poblacional.

En resumen, la academia en su mayoría cuestionó furibundamente al libro, y en especial lo hicieron los economistas (dos de ellos, que luego serían premios Nobel en economía, dieron ácidas críticas, algunas de ellas infundadas e incluso mezclando ataques personales a sus autores). Una mayoría más que llamativa.

Desde los ámbitos políticos las respuestas fueron similares. Desde las trincheras conservadoras y liberales se atacó a “Los límites” por cuestionar el crecimiento económico o la incapacidad de creer que la ciencia resolvería los problemas ambientales; desde la izquierda se lo denunció como una maniobra de los centros de poder capitalista para reforzar su dominancia. En los centros políticos y económicos, las revistas Newsweek, The Economist, ForeignAffairs y muchas otras, se empalagaron con críticas al documento.

Un ejemplo dramático ocurrió en América Latina. “Los límites”, y al mismo tiempo todo el programa de la conferencia de Estocolmo, fue denunciado, cuestionado, y criticado por la derecha militar del gobierno de Brasil hasta los intelectuales de inspiración marxista. Todos ellos, siguiendo distintos recorridos, consideraban que el crecimiento económico era indispensable para el desarrollo. Por lo tanto, si se impedía crecer o se enlentecía, entonces las economías nacionales se derrumbarían y la pobreza se multiplicaría. Si la conferencia de Estocolmo aceptaba la tesis de “Los límites” entonces América Latina en especial, y el Tercer Mundo en general, no podría desarrollarse (según las ideas sobre “desarrollo” en los 70s). Es por esa razón que el gobierno militar brasileño envió a Estocolmo a su ministro del interior; por detrás estaba la obsesión con asegurar entre otros programas las de “desarrollar” la Amazonia a “cualquier costo” para que dejara de ser un “desierto verde”, según el lenguaje de esa época. Estos acuerdos entre políticos tan dispares es otro aspecto destacado.

Esos temores desembocaron en diferentes posiciones de las naciones ante Estocolmo. Las naciones industrializadas occidentales buscaban lograr consenso internacionales básicos para incorporar el cuidado del ambiente, los gobiernos del bloque soviético se alinearon con Moscú y decidieron boicotear la reunión denunciándola como un intento imperialista de control, y un conjunto de naciones de lo que en ese momento se identificaba como Tercer Mundo estaban más que preocupados. A juicio de ellos, se escondía la intención o el temor que se aplicaran trabas y restricciones a un despegue del desarrollo al que aspiraban países como Brasil o China.

Más allá de esas orientaciones, todos esos gobiernos estaban convencidos en la necesidad del crecimiento económico. Todos eran firmes creyentes. Estaban enfrentados por distintos modos de entender el desarrollo en unos casos, y en otros por el deseo de repetir el desarrollo de las naciones industrializadas. Por lo tanto, por detrás de los discusiones y acusaciones en Estocolmo en 1972 estaba la fe en el crecimiento para asegurar el desarrollo.

Esos consensos en rechazar que existan límites ecológicos, e incluso físicos, al crecimiento económico es uno de los hechos más impresionantes de la historia contemporánea. La coincidencia entre los más distintos actores políticos y casi toda la academia, revela un mito profundamente arraigado en las culturas contemporáneas: el del crecimiento perpetuo. Es como si muchos creyentes en el desarrollo salieran en defensa del dogma considerando el reporte como una herejía intolerable. No debe creerse que la principal reacción era de alarma porque unos modelos anunciaban un colapso civilizatorio, sino que era por atacar un dogma esencial.

Los límites” es en realidad un reporte de investigación, bajo la autoría de Donella Meadows, Dennis Meadows, Jorgen Randers y William Behrens, y con la participación de casi dos decenas de investigadores. El estudio fue promovido por el Club de Roma, un grupo que incluía a empresarios y políticos, y se realizó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Se han intercambiado todo tipo de historias y advertencias sobre los promotores del análisis, y algunas de ellas pueden ser atendibles, pero eso no puede impedir un análisis riguroso sobre el reporte.

A pesar de todo, el libro sigue siendo un éxito, y hace unos años atrás se estimaba que se vendieron 12 millones de copias y fue traducido a 37 idiomas. En los años siguientes se realizaron actualizaciones con mejoras en los datos y en los modelos, y todas ellas confirmaron las ideas básicas y las conclusiones del reporte de 1972 (incluyeron por ejemplo actualizaciones a los 20, 30 y 40 años). El balance final muestra que los equivocados estaban casi siempre en el bando de los que rechazaron a “Los límites”, pero casi ninguno de ellos lo aceptó.

Un examen atento de los cuestionamientos de aquellos años hace inevitable preguntarse si sus autores leyeron realmente «Los limites«. Por ejemplo, se les achacó desatender las capacidades de la ciencia o la posibilidad que se descubrieran más reservas de recursos naturales, pero Meadows y su equipo no sólo lo hicieron, sino que modelizaron escenarios otros escenarios, incluyendo una mayor disponibilidad de recursos naturales o tecnologías más exitosas. Pero de todos modos el crecimiento enfrentaba límites. Nada de eso sirvió, y el coro de detractores cantaba como si esas diferentes opciones no estuvieran en las páginas del libro.

Hoy nos resulta obvio comprender que los recursos naturales que sostienen las economías son limitados, y algunos se están agotando ante nuestros ojos (como ocurre con los hidrocarburos), y también sabemos que hay colapsos ecológicos (como sucede con la deforestación o el cambio climático). Pero “Los límites” era más que eso, no es que solamente advirtiera sobre la crisis ecológica, incluso con premoniciones como señalar la posibilidad del cambio climático. Lo relevante está en que mostraba que la idea del crecimiento económico perpetuo era una fantasía.

Cualquier organización económica está enmarcada en un contexto ecológico, ya que depende de ella para obtener recursos, agua y energía, y a la vez deposita en ella todos sus desechos. Como consecuencia, es imposible que crezca para siempre. Más tarde o más temprano se agotarán esos recursos, ya no habrá más rincones en el planeta para cultivar o toda el agua estará contaminada. Dicho en términos sistémicos, las economías nacionales y la economía global, que se suponen crecerán por siempre, están enmarcadas, encerradas y contenidas dentro de un sistema mayor, la Tierra. Un planeta que no crece ni se expande.

Que se expusiera ese mito resultó intolerable para todas las escuelas de la economía convencional. Es que los resultados de “Los límites” torpedeaban las bases teóricas compartidas por todas ellas, y es por esa misma razón por la cual también terminó siendo insoportable para la derecha y la izquierda política. La fe en el crecimiento eterno es una de las columnas que sostiene la modernidad, asociada a la idea de progreso, y a partir de ella con raíces que se pueden rastrear a la Ilustración. Lo que ese informe provocó fue mucho más que una discusión sobre impactos ambientales sino que también puso en tela de juicio a uno de los sostenes de la propia modernidad occidental.

En este nuevo Día Mundial del Ambiente, cincuenta años después, pocos serán los que rechacen la relevancia de la dimensión ambiental, pero si somos sinceros se verá que esa disputa sigue sin resolverse. No faltará un ministro o algún académico que diga que la solución a la debacle ecológica es crecer más, dejando en claro que es necesario volver a leer “Los límites del crecimiento”.

Notas

1. La traducción al castellano, Los límites del crecimiento económico, se publicó también en 1972 por el Fondo de Cultura Económica, en  México.

2. The limits to growth, World dynamics, Urban dynamics, revision por P. Passell, M. Roberts y L. Ross, New York Times, 12 abril 1972.

3. Another whiff of doomsday, Nature, Vol 236, marzo 1972.

E. Gudynas es analista en el Centro Latino Americano de Ecología Social. El artículo se publicó originalmente en Ambiental.net el sitio web de CLAES.

Fuente: https://rebelion.org/detras-del-debate-entre-ambiente-y-desarrollo-esta-la-fe-en-el-crecimiento-perpetuo/

Subrayemos qué señala Eduardo Gudynas:

Cualquier organización económica está enmarcada en un contexto ecológico, ya que depende de ella para obtener recursos, agua y energía, y a la vez deposita en ella todos sus desechos. Como consecuencia, es imposible que crezca para siempre. Más tarde o más temprano se agotarán esos recursos, ya no habrá más rincones en el planeta para cultivar o toda el agua estará contaminada. Dicho en términos sistémicos, las economías nacionales y la economía global, que se suponen crecerán por siempre, están enmarcadas, encerradas y contenidas dentro de un sistema mayor, la Tierra. Un planeta que no crece ni se expande.

Que se expusiera ese mito resultó intolerable para todas las escuelas de la economía convencional. Es que los resultados de “Los límites” torpedeaban las bases teóricas compartidas por todas ellas, y es por esa misma razón por la cual también terminó siendo insoportable para la derecha y la izquierda políticas. La fe en el crecimiento eterno es una de las columnas que sostiene la modernidad, asociada a la idea de progreso, y a partir de ella con raíces que se pueden rastrear a la Ilustración. Lo que ese informe provocó fue mucho más que una discusión sobre impactos ambientales sino que también puso en tela de juicio a uno de los sostenes de la propia modernidad occidental.

Aproximemos el análisis de Eduardo Gudynas a la realidad de enfrentamientos militarizados que concretan el Capital-Estado de Chile y de Argentina contra el pueblo-nación Mapuche.

Adrián Moyano: “el pueblo mapuche es dominado
por dos Estados coloniales”

La cuestión mapuche es un asunto que agita las agendas de Argentina y Chile, más aún tras la asunción de Gabriel Boric y el comienzo del proceso constituyente. ALAI conversó al respecto con el escritor y activista Adrián Moyano

POR GERARDO GAMARRA

 3 DE JUNIO DE 2022

Adrián Moyano es un periodista y escritor argentino, radicado en Bariloche, provincia de Río Negro. Es además un estudioso de la cosmovisión mapuche, así como un activista de la causa política que reivindica una nación ancestral en el territorio de dos Estados modernos: Chile y Argentina. 

El último libro de Moyano es Digno de renombre de Bravo: El longko Keupü y la resistencia mapuche en la cordillera (1872-1884). Allí retoma la figura de aquel líder mítico, con la intención de discutir algunos supuestos históricos de la mal llamada “Campaña del Desierto” , responsable de un auténtico genocidio. Conversamos con el escritor sobre la cuestión mapuche, la política estatal y las expectativas abiertas en Chile.

Gerardo Gamarra: A partir de tu trabajo en todos estos años en los que has acompañado las luchas de de la nación mapuche, ¿qué reflexión te suscita el contexto actual, con la emergencia de diferentes gobiernos progresistas en la región?

Adrián Moyano: En una mirada de largo plazo estamos en el mismo lugar que a fines del siglo XIX, cuando dos Estados -Chile y Argentina- se apropiaron del territorio mapuche hasta entonces libre, ejerciendo una dominación colonial, sobre todo a partir de la “Pacificación de la Araucanía” en Chile y la “Campaña del Desierto” en Argentina.

Los dos Estados trajeron el capitalismo y las instituciones estatales, con lo que establecieron una relación de sujeción colonial en desmedro del pueblo mapuche, cuya resistencia sigue incólume, más allá de periodos en los cuales la represión del Estado pudo hacerla menguar en parte.

Eso lo vemos cotidianamente cuando por ejemplo, del lado argentino, las resistencias mapuches se oponen a actividades extractivas del modelo que abrace el gobierno de turno. En estos casos la respuesta siempre es la misma, estén gobernando las derechas neoliberales o las expresiones que se consideran más progresistas.

Evidentemente no es lo mismo alentar la represión e inclusive festejar la muerte de compañeros como Santiago Maldonado o Rafael Nahuel -como hicieron algunas figuras de la derecha argentina- que el no hacerlo, o propiciar espacios de consulta, de dialogo. Pero cuando la opción es de hierro, cuando se trata de megaminería, fracking o derechos territoriales mapuches, las experiencias progresistas también soslayan y actualizan esa situación de dominación colonial.

En términos de largo plazo, estructurales, esa es la imagen, la de dos Estados aliados, con distintos grados de intimidad con las corporaciones trasnacionales. En Chile es más visible el predominio de las forestales, de la salmonicultura, y ahora también de las fuentes de energía renovable, el turismo, la especulación inmobiliaria, etcétera. Y del lado de Argentina es mayor la presencia de las petroleras, las megamineras, y también de “nuevos” latifundistas y capitales que han llegado recientemente y profundizaron la apropiación de la tierra.

A grandes rasgos ese es el cuadro, un aggiornamento de la dominación colonial que sufre el pueblo mapuche a mano de dos Estados.

G.G: Hablando particularmente de Argentina, ¿cuáles son los mecanismos legales y políticos con los que se consigue mantener este cuadro de situación que describís?

A.M: Hay una característica singular: ninguna de las tres provincias que registran mayor presencia mapuche están dirigidas por el mismo signo político que dirige la nación. En Neuquén gobierna el Movimiento Popular Neuquino (MPN) desde la vuelta a la democracia; en Río Negro gobierna Juntos Somos Río Negro,  y en Chubut gobierna una fuerza que no comulga con el Frente de Todos.

Sin embargo, cuando hay conflictos, como sucedió por ejemplo en Chubut en diciembre de 2021 cuando la legislatura intentó aprobar la Ley de Zonificación Minera -que permitía el avance de las corporaciones megamineras en lo que localmente se denomina la meseta- el gobierno nacional hizo silencio y se quedó observando. En ese momento hubo una represión generalizada no solo contra el pueblo mapuche sino contra todos los sectores que estaban presentes cuestionando la megaminería.

Lo que se está soslayando es la Constitución Nacional, el Convenio 169 de la OIT y, en el caso de Río Negro, también la Ley Integral del indígena y las ordenanzas que reconocen al pueblo mapuche y ordenan políticas públicas interculturales, las que no tienen realmente cumplimiento efectivo.

Esto se tornó más evidente a mediados del año pasado cuando apareció una nueva megaminera en espacios territoriales que están a 150 kilómetros de Bariloche sobre la Línea Sur y comenzó a realizar tareas de cateo dentro de las comunidades. Éstas, por supuesto, reaccionaron.

Hubo intentos de hacer exploración en doce comunidades y se conformó un bloque comunitario que declaró públicamente que no iba a permitir la entrada a las megamineras. También estuvieron presentes en la Marcha Intercultural por el 10° aniversario de la derogación de la Ley Anticianuro.

Recientemente el gobierno local intentó constituir una Dirección de pueblos originarios, cuando ya hay una entidad oficial donde están representadas las comunidades. Con la presentación del proyecto de hidrógeno verde -que también abarcaría centenares de hectáreas e involucra directamente a algunas comunidades- el Secretario de Minería declaró que el gobierno provincial no tiene registro catastral de las comunidades. Por lo tanto, a su entender, esas son tierras fiscales.

Se persiste en la negación, se continúa con la invisibilización, cuando la abrumadora mayoría de las comunidades rurales de la región fueron conformadas a posteriori de la Campaña del Desierto, con los sobrevivientes de la campaña, sedentarizados a la fuerza. ¿Cómo puede ser que llegue un emir de Qatar y su testaferro, y ya tengan los papeles de tierras que tienen enterradas a varias generaciones de mapuches a las que el Estado ni registra ni considera? Esto es una consecuencia del racismo estructural sobre el que están fundados los Estados nacionales.

G.G: Para completar el cuadro regional, ¿qué horizontes pueden abrirse con la llegada de Gabriel Boric a la presidencia de Chile?

A.M: En el caso de Chile hay un ingrediente que es el proceso de reforma constitucional, donde el pueblo mapuche es protagonista, a tal punto que la presidenta del primer semestre de la Convención Constituyente fue una destacada intelectual mapuche.

También debemos considerar el borrador presentado, en donde se avanza en una declaración de plurinacionalidad. Por intermedio de esta, Chile reconocería no solo a nación mapuche sino también a los seis pueblos originarios que están presentes en la jurisdicción chilena.

En Argentina estamos a años luz de esa discusión. También es diferente el peso específico que tienen el pueblo mapuche y sus demandas en la política argentina y en la chilena, aún considerando que en Argentina hay 40 pueblos originarios, mientras que en Chile son siete.

La agenda política mapuche, en Argentina, toma relevancia a instancias de una derecha neoliberal que necesita de un enemigo público para construir la correlación de fuerzas que considera favorable. Esto es notorio de 2016 a esta parte, con las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel.

Recuerdo las palabras de Pedro Cayuqueo, un historiador y periodista chileno, que afirmó que si las demandas del pueblo mapuche fueran realmente problemáticas para la seguridad del Estado argentino, esto hablaría muy mal de sus capacidades. Se trata de un conjunto de demandas con presencia fuerte en tres provincias, pero que fueron nacionalizadas a fuerza de estigmatización.

Tanto de la experiencia presente del gobierno de Boric, como de la Constituyente, hay que trazar cierta semblanza. El pueblo mapuche nunca constituyó una unidad política, y tampoco la constituye ahora. Hubo en Chile comunidades que convocaron al proceso constituyente, otras escépticas, y estuvieron también las que intentaron boicotearlo. Las mismas diferencias hay en relación al nuevo gobierno.  No creo que sea unánime la visión del conjunto del pueblo mapuche respecto de la etapa que se abrió en los últimos años.

Desde ya hay quienes apuestan a un camino institucional. Siempre recuerdo las declaraciones de un histórico alcalde de Tirúa, Adolfo Millabur, que decía que una constitución nueva no va a resolver los problemas mapuches, pero que es una oportunidad para correr el cerco.

Desde una perspectiva más personal tengo expectativas. Puede abrirse un camino novedoso si se aprueba la Constitución, y esperamos que así sea. De trata de una experiencia inédita y debemos estar muy atentos.

Fuente: https://www.alai.info/entrevista-adrian-moyano-dominacion-colonial-pueblo-mapuche/

Alternativas emancipatorias

Respondemos a Adrián Moyano respecto a la Constituyente y al gobierno de Boric con una entrevista a Héctor Llaitul. Como ha transcurrido más de un año examinemos dos artículos cuyos títulos son “Boric desistió de la vía del diálogo y militarizó el Wallmapu, ¿más de lo mismo?” leer y “Una política errada: Militarización del Wallmapu, pero disfrazada de “Estado de excepción acotado” leer

Nación Mapuche. Entrevista a Héctor Llaitul, Werken de la Coordinadora Arauco- Malleco: Sobre el pseudo acuerdo nacional de la burguesía y la farsa del proceso constituyente

Por Victor Herrero A., Resumen Latinoamericano, 3 de marzo de 2021.

«Los que han participado de las vías institucionales no han logrado prácticamente ningún derecho fundamental para nuestro pueblo; simplemente son políticas de subordinación»*-

🔴Hace unos días el senador Francisco Huenchumilla propuso sentar en una misma mesa a representantes del Estado, agricultores, empresas forestales y distintas comunidades mapuche. Su idea es iniciar un diálogo entre las partes supervisado tal vez por la ONU. ¿Qué piensa la CAM respecto de una iniciativa como ésta?:

-De partida, hay un aspecto que es interesante en la propuesta, que tiene que ver con internacionalizar la causa mapuche. A nosotros nos parece procedente, porque las razones por las cuales nosotros estamos luchando hoy día tienen que ver con la recuperación del territorio, la recuperación de la autonomía, que son nuestras demandas fundamentales. Ahora, este enfoque no tiene tanta cabida en la sociedad chilena, debido al manejo que hacen los medios y la clase política del tema, va en contra de su discurso oficial.

Sin embargo, a nivel internacional, tenemos más acompañamiento, se entiende mucho mejor la causa mapuche y que tenemos la razón, que estamos por justicia para nuestro pueblo. Ese aspecto nos parece interesante. No sé si la ONU sea la instancia correspondiente, pero sí [debería contar] con observadores o garantes en esta búsqueda de una solución. Habría que explorar eso un poco más. Si bien Huenchumilla tiene buenas intenciones, no olvidemos que él es un político, representa el establishment político en Chile. Es militante de la Democracia Cristiana, fue intendente por lo mismo, y también maneja el tema mapuche.

Pero nosotros le hicimos la crítica en su momento de que él no ve el fondo del problema, o sea, no analiza las razones de fondo de este conflicto, que tiene que ver con que acá ha habido una arremetida del capitalismo en el Wallmapu. Esta arremetida, a través de políticas extractivistas, de la apropiación de nuestros recursos, ha golpeado fuertemente lo que es el territorio ancestral mapuche. Por eso ha habido una agudización de este conflicto histórico.

Él propone medidas cortoplacistas, medidas dentro de la institucionalidad y no necesariamente medidas que tengan que ver con los estructural, que ataquen el fondo del problema, que se relaciona con la restitución del territorio para la nación mapuche y con la posibilidad concreta de construirnos desde la autonomía, la soberanía para nuestro pueblo-nación. Entonces, hay un aspecto que podemos aceptar dentro de esta propuesta, que es la posibilidad de ser interlocutores válidos, porque nosotros estamos en la resistencia, en la contraparte y, por lo tanto, debemos tener una voz. En un sentido estamos de acuerdo, cuando él dice que no se debe conversar con aquellos que tranquilamente están tomando mate o los que son amigos de los partidos políticos, sino que si el Estado quiere encontrar una solución tiene que conversar con quienes estamos representando la resistencia mapuche.

Ahora bien, un acuerdo como lo está planteando la derecha o este gobierno, ahí nosotros tenemos nuestros reparos, porque no nos vamos a sentar [en una mesa de diálogo] con una pistola en la mesa, no nos vamos a sentar si tienen desplegados a los militares en puntos neurálgicos del territorio mapuche. Eso nos ofende, nos agrede y violenta como pueblo-nación. Porque nosotros tenemos la razón y siempre hemos tenido la razón respecto de nuestras demandas territoriales y políticas.-

🔴Lo que se ha visto en los últimos meses, incluso en los últimos años, es un mayor nivel de violencia en la Araucanía. Desde la derecha y sectores más duros dicen que no se pueden sentar a conversar con personas involucradas en acciones violentas. Por lo tanto, parece haber aquí una suerte de diálogo de sordos, ¿no le parece?:

-Claro, eso tiene que ver con que nuestras reivindicaciones de tipo territorial y política chocan de frente con los intereses del gran capital. El problema está ahí y por eso la derecha toma una posición tan cerrada en defensa de los poderosos. Esto no es como se presenta mediáticamente, como lo quiere presentar el gobierno o los medios, de que nosotros tendríamos conflictos con la sociedad chilena o con los agricultores. No, no es así el asunto.

El problema que nosotros tenemos es que la restitución territorial y política choca de frente con los intereses de los capitalistas, en este caso, con las forestales, que son las que tienen las propiedades usurpadas en el territorio mapuche. Tiene que ver con las grandes inversiones capitalistas, es ahí donde está la matriz de este problema, no hay otra situación. Por lo tanto, se entiende que este gobierno haya profundizado la política represiva.Nosotros aún estamos disponibles para conversar y por eso valoramos la propuesta de Huenchumilla. Pero nosotros no vamos a conversar para dar continuidad a las políticas de integración o políticas sociales, que a nuestro juicio son puras migajas, y que en el fondo no resuelven en ningún sentido lo que son las demandas de nuestra gente por territorio y autonomía. Y esto quedó en evidencia con el fracaso de la política indígenas y el fracaso de la política de entrega de tierras. El fracaso de la política indígena es que al final cientos o tal vez miles de demandas que han sido canalizadas a través de la institucionalidad, ninguna ha sido resuelta. Y es porque toca los intereses de los ricos.Esas, creemos, son las razones por las cuales hay una agudización del conflicto, es decir, hay una nula voluntad de querer resolver los temas de fondo respecto de nuestras demandas. –

🔴La postura de la CAM es bastante conocida [reivindican acciones en contra de infraestructura de grandes empresas forestales]. Pero esa no es la única postura en el mundo mapuche. Acá en Santiago, cuando uno ve acciones como la quema de una casa, ya no se entiende el discurso en contra de las grandes forestales, porque lo que se ve son acciones en contra de personas comunes y corrientes. ¿Cómo ve usted eso?:

-Lo que pasa es que aquí ha habido una estrategia comunicacional muy fuerte. Los medios están al servicio de las grandes empresas y del poder político. Lo que nosotros observamos es una campaña de demonización de la causa mapuche. Así ocurrió en el pasado con el caso Luchsinger, que es un caso excepcional, que claro que es una situación compleja. Pero si analizamos el momento mismo en que surge la causa mapuche, aquí hay una crisis que se agrava porque los gobiernos decidieron salvaguardar los intereses de los poderosos, en este caso de las forestales, grandes latifundios y de grupos económicos que arremeten con fuerza en nuestro territorio.

Esa ha sido la constante. Y si hoy día existe militarización, drones, helicópteros, blindados, tanquetas, fuerzas especiales, que reprimen a las comunidades, es porque se protegen las inversiones capitalistas. Nosotros hemos denunciado todo este escenario, prácticamente de guerra en contra del pueblo-nación mapuche, pero tenemos muy pocas salidas.Lo que sí existe es un proceso, en marcha, de deslegitimar la causa mapuche. Y siempre ha sido así. Antaño se nos mostraba como salvajes, en situación de barbarismo, después como alcohólicos, en fin, siempre ha habido una estigmatización de nuestra gente y de nuestros procesos. En el último tiempo se nos presentan como delincuentes, terroristas, y la última campaña en nuestra contra da a entender que seríamos narco-terroristas mapuche. Han sido parámetros con los que se han manejado los medios también.

Nosotros como organización – y por eso damos esta entrevista- tenemos muy claro que la lucha es en contra del capital, de las forestales, en contra del latifundio, de un sistema de propiedad usurpada. Y aquí el país está al debe, en el sentido de la restitución de los territorios y de la autonomía. Eso no quiere decir que no haya incidentes aislados [en contra de particulares], pero no se puede generalizar la lucha mapuche. No se puede decir que nuestros enemigos sean los camioneros, los gremios o pequeños agricultores, eso no es así.

Nuestros enemigos son las forestales. Hay cientos de recuperaciones en contra de las forestales. Nadie habla de esos procesos, que existe esa disputa territorial, que la mayoría de los enfrentamientos y de los hechos de violencia giran en torno a las forestales. Eso podemos decir al respecto [de su pregunta]. No se puede caer en el juego de la manipulación, en estas teorías tipo goebbelianas de mentir y mentir porque algo queda, de las verdades producidas. El “conflicto mapuche” es contra un sistema de propiedad, porque las empresas forestales hoy día tienen entre cinco y ocho veces más territorio que los mapuche. Solo dos grupos empresariales, sólo dos forestales, tienen más territorio que todo el pueblo nación mapuche.Hoy el pueblo-nación mapuche tiene entre 500 mil y 800 mil hectáreas; la forestal Mininco y la Forestal Arauco tienen más de 3,5 millones de hectáreas. Imagínese la desproporción e injusticia que existe. Y no estamos hablando de que esa propiedad usurpada esté al servicio de los sectores sociales, no; están al servicio de la acumulación del capital, por no hablar de la depredación de los suelos, del ecocidio que están generando estos monocultivos. Todos estos procesos han golpeado fuertemente a las comunidades mapuche.

🔴Entonces, ¿en qué condiciones estarían dispuestos sentarse en una mesa como la que propuso el senador Huenchumilla? ¿Y bajo qué circunstancias no lo harían de ningún modo?:

-Hoy día existe un escenario más bélico en contra de la causa mapuche. Esta agudización de contradicciones que ha traído hechos de violencia política no es responsabilidad del mundo mapuche, que quede claro: es responsabilidad del Estado. Este no sólo ha desoído nuestras demandas, sino que ha arremetido en contra de los mapuche para defender los intereses de los poderosos y de los ricos. La confrontación la ha puesto el Estado, los gobierno de turno, hasta llegar a instalar una verdadera guerra en contra de los mapuche por sus demandas. Hoy se ha instalado un verdadero escenario para la guerra, con lógicas del enemigo interno, lo que se conoce como conflicto de baja intensidad, aún no de guerra. Ese conflicto lo ha instalado el Estado, hace tiempo que ellos vienen militarizando el territorio mapuche. De hecho, el asesinato de Camilo Catrillanca por parte del Comando Jungla es evidencia de la lógica de guerra que ha instalado Piñera.El gobierno hizo un llamado a un acuerdo nacional, pero siempre bajo la lógica de la seguridad, de la militarización y del Estado policial. En ese plano es difícil poder conversar. En la práctica el Estado pone la pistola sobre la mesa para negociar. Nosotros no podemos conversar con amenazas permanentes de Estado de Sitio. Nosotros vivimos eso hace casi dos décadas: tenemos comunidades sitiadas, tenemos asesinados políticos, hay prisión política, persecución indiscriminada y también selectiva en contra de los principales representantes de nuestro pueblo; el caso huracán, la ley antiterrorista, la ley de seguridad interior del Estado.-

🔴Usted fue víctima en el caso Huracán, ocurrido en el segundo gobierno de Michelle Bachelet. Parece no haber tantas diferencias entre la centro izquierda y la derecha en las dinámicas que usa el gobierno central en la Araucanía:

-Claro, y por eso no nos plegamos plenamente a la propuesta de Huenchumilla, porque él fue un representante del gobierno de Bachelet. Y en su gobierno se dio continuidad a las políticas en contra de nuestro pueblo.-

🔴Pero todavía no me responde la pregunta. ¿En qué condiciones la CAM estaría dispuesta a sentarse en una mesa de diálogo?:

-Primero, tendrían que ofrecernos garantías para que podamos llegar a esa instancia. Garantías básicas, porque ha habido varias iniciativas en el pasado llamando al diálogo, al acuerdo, pero nos han dejado marginados. Esto parece el cuento del tío; siempre están diciendo que van a conversar con los sectores que están en la resistencia, pero terminan hablando con su propia institucionalidad, y terminan desarrollando políticas en función de salvaguardar los intereses de los ricos y de las forestales en este caso.

🔴-Cuando dice que terminan hablando con los mismos, en el caso del mundo mapuche, ¿se refiere a ENAMA, por ejemplo?:

-Va más allá de ENAMA, me refiero a todos los representantes de los partidos de la institucionalidad. Los representantes de la derecha y de la Nueva Mayoría conversan entre ellos y dejan de lado al mundo autónomo mapuche, eso siempre es así. Si conversan con representantes de la resistencia, eso podría ser un avance. También lo sería contar con un garante u observadores internacionales.-

🔴Antes se recurría a la Iglesia Católica o a una mediación papal. ¿Lo descartan?:

-Lo descartamos por los compromisos que existen entre la oligarquía, los ricos y la Iglesia. Yo creo que es mejor la participación de estamentos internacionales, que tengan como norte la paz, la justicia social. Y ahí estaremos disponibles a conversar, pero para tratar temas de fondo.Hay que hablar sobre los temas de fondo, que tienen que ver con la territorialidad. Actualmente, existen casi mil recuperaciones de tierra. Algunas provienen de la vía institucional y otras del control prácticamente armado, eso lo debemos reconocer. Porque aquí hay una confrontación con fuerzas de ocupación, eso es real. Aquí no estamos diciendo que el pueblo nación mapuche es un grupo violentista en sí, lo que nosotros hacemos es autodefensa, porque no queremos que las fuerzas de ocupación nos asesinen o maten.Las fuerzas de ocupación están ahí para cualquiera que quiera verlas: los blindados, las Fuerzas Especiales, no solo Carabineros, hoy en día también hay militares. Ellos están con armamento para la guerra. Y ahí nuestra reflexión es que no podemos tener una movilización pacífica, cuando el bando opuesto está dispuesto a asesinarnos, a masacrarnos.Estamos disponibles para conversar, pero temas de fondo. Y no sé si Huenchumilla lo habrá presentado en esos términos. Porque, claro, él se basa en la tesis de que estén los representantes del Estado, los representantes de las forestales, de los agricultores, y nosotros vamos a quedar en minoría, tres contra uno, contra toda la institucionalidad y ordenamiento jurídico del Estado, que para nosotros es de opresión, ligado a un razonamiento colonial.

🔴¿Decretar estado de sitio es echarle bencina al fuego?:

-Por supuesto. Ha sido una medida histórica en contra del pueblo nación mapuche. Este llamado a unidad que hace Piñera, de querer buscar una supuesta solución, siempre es con la mirada de que hay que profundizar la represión. Pero no están diciendo nada respecto de justicia para el pueblo mapuche. Esa es una solución que llevará a que el conflicto sea más profundo, más encarnizado, más agudizado.Si nos vienen a agredir, tendremos que defendernos y resistir de alguna manera. Esa ha sido una característica de nuestro pueblo. Es una situación que analizamos entre las comunidades, estamos juntándonos, haciendo mucho trawün, articulando a las fuerzas, llamando a la unidad para la resistencia, en eso estamos nosotros.-

🔴¿Dan por cerrado cualquier tipo de avance en lo que resta de este gobierno?:

– Es que es iluso pensar que va a haber un avance para el pueblo mapuche con un gobierno de derecha. De hecho, es más una ultraderecha, que está en sintonía con esta casta de poder que existe acá en el Wallmapu, lo que algunos denominan la Araucanía. Es una casta de una derecha fanática, anti mapuche, muy racista, de tipo colonial, que creen tener un poder que ni siquiera se puede cuestionar. Estamos en una desventaja en ese sentido, pero la fuerza para que esto tenga otro camino tiene que ver con la sociedad civil, con otros estamentos de la sociedad, no necesariamente un acuerdo nacional con los representantes de la institucionalidad.

🔴¿Cuáles son las garantías para nosotros en un acuerdo nacional como el que propone Piñera?:

– Lo único que ahí se va a lograr es que se profundicen las políticas represivas. Ahora el Congreso discute la modificación de la ley antiterrorista, cuando los organismos internacionales han dicho una y otra vez que no procede aplicar la ley antiterrorista a un pueblo originario. Sin embargo, ahí están queriendo modernizarla, queriendo hacerla más efectiva (…) para penalizar y aumentar las penas en contra del pueblo mapuche. Eso significa cárcel, significa muerte.

🔴¿Cómo explica la sólida representación de la derecha política que ha tenido la Araucanía hace décadas? :

Nosotros convivimos con esta casta de poder que ocupó La Araucanía hace ya 140 años a sangre y fuego, de una ocupación militar en la que el Estado está involucrado totalmente. Se financió y se dio rienda suelta a un ejército que masacró nuestro pueblo para someter y exterminar a comunidades mapuche y hacerse del territorio, por eso se perdió más del 95% del territorio ancestral.Los que recibieron el botín de esa guerra fueron la burguesía, los militares, el inquilinaje que viene detrás, y se vienen reproduciendo hace casi un siglo con una mentalidad y cultura anti mapuche. Se instaló una cultura de derecha y, además, con el paso de las décadas los mapuche ya no son la mayoría demográfica en la región. Creer que el pueblo mapuche vota por la derecha es una irresponsabilidad, es un contrasentido. El pueblo mapuche prácticamente no vota. Aquí los que están votando son los lacayos, los serviles, los inquilinos, el peonaje que tiene el latifundio y que tienen los colonos, y las forestales que tienen comprado prácticamente a todo el mundo acá. Eso explica un poco la fuerza que tiene la derecha en materia electoral.Si hasta la supuestamente “nueva” derecha acá es recalcitrante. Basta con ver a Evópoli, cuyos representantes defienden a brazo partido a las forestales y son los que más piden el Estado de Sitio ahora.-

🔴El proceso constituyente tiene cupos reservados para pueblos indígenas. ¿Puede venir de ahí un avance?:

-Es más de lo mismo, en el sentido de reproducir la forma de hacer política para abordar las demandas de nuestro pueblo. Los partidos políticos, que ya están subordinados al poder político y económico que están acá en la zona, hacen un llamado a participar bajo un ordenamiento jurídico e institucional que no ha cambiado sustancialmente.

Nosotros no participamos por esa vía, porque estamos en la idea de reconstruir nuestro pueblo con nuestras propias formas culturales, ideológicas, espirituales. Es un poco la unión de hacer el weichan, con el kimun con el rakiduam mapuche. No podríamos participar en la institucionalidad opresora. Esa es nuestra posición desde la CAM y desde el movimiento autonomista. Los que han participado de las vías institucionales no han logrado prácticamente ningún derecho fundamental para nuestro pueblo; simplemente son políticas de integración, de subordinación. A nosotros no nos parece que a través de esa vía consigamos mucho.

Estamos por la vía del control territorial y la autonomía de facto. De hecho, vamos recuperando metro a metro y desde ahí vamos transformando una realidad que nos golpea a diario a través del latifundio y de las forestales. Nosotros estamos desarrollando un proceso para sentar las bases para la liberación del pueblo-nación mapuche, y eso pasa por una estrategia de resistencia, por un lado, y de reconstrucción, por otro lado. Luchamos muy concretamente en terreno, para desalojar esas estructuras y cambiarlas por nuestro mundo mapuche, desde el ámbito social, valórico, espiritual de nuestra gente, que pensamos que es absolutamente mejor que estas políticas destructivas, extractivas y ultra capitalistas.-

🔴Las prácticas económicas en la Araucanía, como el extractivismo y el daño medioambiental que menciona, no son muy distintas a las del norte del país. Es un tema que va más allá de la causa mapuche, ¿no cree?:

-Más allá de los efectos ecológicos que han producido las políticas extractivistas, la ocupación por desposesión de territorios ancestrales mapuche ha producido lo que hoy día se está viendo, una respuesta organizada por parte de nuestro pueblo. Se trata de una respuesta social, política y también material y militar, ¿y por qué no? Si nosotros estamos siendo violentados, arrasados en nuestras formas de vida. Aquí la gente debe tener claro que las forestales han devastado este territorio, lo tienen sin agua, territorios que los tiene convertidos prácticamente en desiertos, cuando antes había una biodiversidad increíble. Las inversiones capitalistas nos han transformado. Estas políticas de monocultivo, políticas energéticas, y ahora vienen por el agua, aquí ha habido una profundización del modelo de desarrollo en el marco de un capitalismo a ultranza, salvaje, por eso la lucha se ha tornado tan fuerte.-

🔴Mirando hacia el futuro, cuando habla de autonomía, autodeterminación, soberanía, ¿a qué se refiere? ¿A otro país dentro de Chile? ¿A una confederación? Porque la idea del Estado nacional unitario es una idea fundacional muy arraigada en el país ¿Tiene en mente algún ejemplo internacional?:

– No tenemos una referencia internacional, pero miramos con mucho respeto varios casos, sobre todo los que dicen relación con procesos de liberación de los pueblos. –

🔴¿Palestina podría ser un símil?:

-Nosotros compartimos muchos elementos con la lucha palestina y la de pueblos originarios que reivindican la reconstrucción de sus naciones originarias. Pero el trasfondo nuestro, la matriz ideológica y cultural de nuestra propuesta, tiene que ver con lo que se vivió antaño, lo que desarrolló nuestro pueblo, lo que nos permitió ser una nación. Si nosotros estamos reivindicando este concepto, tiene que ver con esos elementos que tenían nuestros antepasados, que dieron cuenta de que sí era posible una nación mapuche. Luchamos por ese legado, en el sentido de que debemos dejar de ser estas comunidades reduccionadas, cárceles al aire libre. Queremos reconstruir comunidad, donde el sentido sea lo colectivo, lo comunitario y de ahí a construir el valor del lof, que son centros neurálgicos para articular estamentos mayores, que son los rewe, los aylla rewe y posteriormente los butalmapu que son estas grandes regiones mapuche para finalmente reconstruir la nación mapuche, esa es nuestra propuesta política.

Entonces nuestros referentes son lo que nos legaron nuestros antepasados. Por eso no participamos en la institucionalidad opresora, tenemos nuestras propias expresiones, con nuestros lonkos, machi, werken, weichafe, ahí vamos a reconstruir ese tejido social. Nosotros tenemos un norte estratégico, que es la liberación de nuestro pueblo, sobre la base de un proyecto de autonomía, que hoy la entendemos como una independencia ideológica, política, de reafirmación de lo propio, una autonomía que implica también mucho trabajo con reconstruir nuestro pueblo desde abajo, desde la base. Ahí viene una propuesta de autonomía que es más amplia, y eso lo tiene que ir discutiendo cada comunidad, cada estamento. Qué tipo de autonomía, zonas demográficas y geográficas tendremos, lo iremos resolviendo en su momento con la capacidad que tengamos. Por ahora estamos en los procesos de reconstrucción de los lof y de la resistencia a través del control territorial. Para lograr la liberación de nuestro pueblo, necesitamos el territorio, el que hoy en día está principalmente en manos de las inversiones capitalistas. Ese el punto que ha generado el conflicto en sí y eso nos tiene que hacer reflexionar de por qué un gobierno empresarial, de derecha, le pone tanto afán en defender a los grupos económicos. Nosotros estamos peleando aquí con la familias Matte, Angelini y Luksic. Ellos son los verdaderos enemigos de la causa mapuche.-

🔴¿Qué pasa con los agricultores que ya llevan generaciones en el territorio?:

Hay que hacer diferenciaciones. Hay agricultores que no tienen grandes problemas con la causa mapuche, porque no están vinculados a la usurpación. Pero otros están en territorios usurpados, y han hecho uso y abuso de los territorios en contra de los mapuche. Que no se vengan a hacer las víctimas ahora, cuando estuvieron prácticamente un siglo abusando de los mapuche. Aquí lo que se está haciendo es justicia, pero principalmente contra las estructuras de poder. Hay agricultores que han respetado al mundo mapuche y esos agricultores no han tenido conflictos con la causa mapuche. Hay agricultores de derecha, fascistas, anti mapuche; ellos tienen que cosechar lo que han sembrado no más.-

🔴¿Se refiere a la gente agrupada en APRA?:-

No, ellos son un grupo muy selecto, muy manipulado, no están ahí todos los sectores organizados de los agricultores. Nosotros nunca hemos hecho una declaración en contra de todos los agricultores, y eso lo saben. Hemos conversados con algunos de ellos, que han tomado la decisión de no meterse y algunos también están en contra las forestales, porque no pueden producir, algunos por falta de agua. Imagínese cuando ven que la mayoría de las fuerzas de Carabineros están concentrados en defender forestales y no agricultores, que ven cómo defienden a los poderosos y no a la gente trabajadora. En esto también hay un artificio construido, de que nuestra lucha es en de la sociedad chilena, en contra de los agricultores o los camioneros. Nosotros respetamos a los camioneros, si son personas que se ganan su vida trabajando, no podríamos ir en contra del mundo pobre. En el último tiempo el empresariado, en especial las forestales, se hace el desentendido, cuando los grandes empresarios tienen una participación y responsabilidad directa en este conflicto. Hacer suponer que se trata de un conflicto con los agricultores o los camioneros sólo redime de responsabilidad a las grandes empresas.

Interferencia.cl

Fuente: https://www.resumenlatinoamericano.org/2021/03/03/nacion-mapuche-entrevista-a-hector-llaitul-werken-de-la-coordinadora-arauco-malleco-sobre-el-pseudo-acuerdo-nacional-de-la-burguesia-y-la-farsa-del-proceso-constituyente/

Empoderemos a una creciente mayoría en el Abya Yala y en el mundo con el pensar de Juan José Bautista: La modernidad capitalista constante y sistemáticamente está violando a nuestra Pachamama, sin importarle en lo más mínimo las nefastas consecuencias que estas prácticas provocan en los equilibrios globales dentro del circuito natural de la vida humana.

Pensar con el maestro ancestro Juan José y desde otro locus histórico-cultural, implica hacerlo desde una cosmovisión radicalmente distinta a la moderna capitalista; una manera completamente otra de ser-estar-producir-sentir-inteligir en el mundo que supone un compromiso de gran envergadura revolucionaria, si por revolución nos abrimos de una vez por todas a pensar el despliegue de todas las fuerzas reproductivas y procreativas que aseguren la afirmación plena de la Vida, del Buen Vivir, ahora más que nunca como un antídoto indispensable frente a la necropolítica neoliberal generalizada y a su vez como donación con el fin de sumar fuerzas solidarias, gratuitas, contrahegemónicas, libertarias, a favor de las transformaciones radicales que afirmen objetivamente todas las formas de vida que cohabitan en esta Madre-Tierra.

¿Qué significa pensar con Juan José Bautista desde Abya Yala?

Por Varios autores | 01/06/2022Rebelión

En el título de este homenaje al maestro ancestro Juan José Bautista Segales, se contiene ya su principal intención y sentido.

Supone pensar ancestralmente “con” el pensador y “desde” Abya Yala, resaltando la milenaria cosmovisión de nuestros pueblos indígenas y su digna resistencia ejercida desde la conquista y colonización. Esta realidad cultural llevó a nuestro maestro ancestro a hacerse las preguntas fundamentales de nuestro tiempo histórico. Cuando en 2014 el maestro Juan José publicó su premiado libro, ¿Qué significa pensar desde América Latina?, planteó una pregunta fundamental, como los grandes pensadores, la cual nos sigue interpelando hasta el día de hoy. Para quienes hemos tenido el placer de leer su obra, podríamos decir, muy sintéticamente que, pensar desde Abya Yala significa pensar desde nuestro lugar de enunciación, desde nuestra realidad situada, desde nuestros problemas cotidianos, desde nuestros espacios de experiencias y con nuestras propias categorías, desde todo lo que ha sido negado y encubierto por el proyecto suicida de la modernidad capitalista impuesto por Europa desde 1492.

Contra la linealidad temporal occidental y moderna, Juan José nos llevó a lo largo de las tres partes que conforman su texto, a una especie de pachacuti en el cual pasado, presente y futuro constelan en una espiral que nos interroga a todas y todos como latinoamericanos. En la Primera parte nos plantea la pregunta sobre el “Pensar”. ¿Qué significa pensar? ¿Qué significa pensar críticamente? ¿Qué significa pensar más allá de la modernidad, es decir, desde la transmodernidad? En la Segunda parte, “De la crítica”, establece un diálogo teórico con sus maestros. Si bien en la primera parte conversa con la obra de Enrique Dussel, aquí lo hace con Hugo Zemelman, particularmente sobre la crítica de la razón latinoamericana desde el horizonte histórico y epistémico. Después el diálogo es con Franz Hinkelammert y la necesidad de pasar de una crítica ontológica a una crítica “transontológica”, exponiendo así un juicio radical al “fetichismo” y a la “idolatría” de la modernidad occidental,con lo cual se puede visibilizarmás claramente la irracionalidad de la racionalidad moderna. Finalmente, en la Tercera parte, “De la racionalidad”, el diálogo es con Karl Marx, o como diría Juan José, “para pensar con Marx más allá de Marx”. Aquí el maestro presenta y desarrolla las bases para pensar otra racionalidad posible y necesaria, la cual permita el tránsito hacia otra filosofía, desde otro locus que sea transmoderno y postoccidental, es decir, una filosofía desde Abya Yala, desde Amerindia.

Esto significa pensar desde la concepción de la naturaleza no como objeto, sino como sujeto, como Pachamama, que nos permita el tránsito de la sociedad moderna a la comunidad de Vida; de la forma-social mediada ya por relaciones de dominio y explotación capitalistas a la forma-comunitaria, donde la reciprocidad arquetípica, los sistemas de prestación andinos (ayni), conforman una coordinación orgánico-trascendental entre los seres humanos y todos los órdenes de lo viviente. Estas ideas se cristalizan ejemplarmente en su taxativa interpelación por el pasaje de la “dialéctica del desarrollo desigual” a la “dialéctica del desarrollo de la vida”.

De esta manera, frente al actual panorama de muerte, de exterminio, de consumo irracional de los medios que nos permiten la sobrevivencia, del intento de destrucción sistemático y acelerado de nuestra Madre Tierra, nuestro hogar común, ¿Qué significa pensar desde América Latina? nos muestra que no todo está perdido y que justamente pensar desde nuestra Abya Yala, significa pensar desde la Vida, desde su afirmación y reproducción permanentes. Significa dejar de pensar desde el “ego” moderno, desde el individualismo narcisista y aniquilador. Comenzar a comprender, como bien lo han sabido nuestros pueblos indígenas que todo está vivo y este planeta es un enorme vientre, todo lo que está dentro de él constituye una compleja e interdependiente red de Vida. ¿Qué significa pensar desde América Latina? es un “canto”, una “flor”, en el sentido que el gran Nezahualcóyotl les daba a estas palabras, desde y para la Vida, un canto de esperanza y de lucha que nuestro querido maestro ancestro Juan José, generosamente nos ha donado.

Sin embargo, la gran pregunta que se nos abre, como él muchas veces lo señalara al referirse a algún maestro, es ¿cómo nos hacemos merecedores de esto, de dicha donación? Es más, desde el 11 de mayo de 2021, cuando él hace la gran transformación existencial y pasa a formar parte de nuestra comunidad de ancestros, la pregunta que surge es ¿cómo nos hacemos merecedores de su vida y su obra? Por eso también, frente a la pregunta que da título a la obra que comentamos aquí, se desprende otra, aún más profunda y aguda: ¿qué significa pensar con Juan José desde Abya Yala? Como él bien nos enseñara, tenemos que pensar desde los problemas concretos de nuestra realidad interpelante. No sólo desde textos europeos o de teorías que fueron pensadas desde otras realidades y contextos históricos. Por eso es importante tomarse en serio la milenaria ancestralidad de nuestros indígenas de Abya Yala y también su resistencia, en particular a partir de su encubrimiento sistemático desde 1492. Esta cosmovisión nos plantea otra forma de relacionarnos con la naturaleza, distinta al modo crematístico impuesto por la modernidad capitalista. En efecto, para el núcleo de reflexión de nuestros indígenas de Abya Yala el nexo basal, la relacionalidad primera, pasa por pensar a la naturaleza como madre, como sacra fuente donadora de Vida. De aquí que cada acto de extractivismo sea lisa y llanamente un acto de violación. La modernidad capitalista constante y sistemáticamente está violando a nuestra Pachamama, sin importarle en lo más mínimo las nefastas consecuencias que estas prácticas provocan en los equilibrios globales dentro del circuito natural de la vida humana.

Pensar con el maestro ancestro Juan José y desde otro locus histórico-cultural, implica hacerlo desde una cosmovisión radicalmente distinta a la moderna capitalista; una manera completamente otra de ser-estar-producir-sentir-inteligir en el mundo que supone un compromiso de gran envergadura revolucionaria, si por revolución nos abrimos de una vez por todas a pensar el despliegue de todas las fuerzas reproductivas y procreativas que aseguren la afirmación plena de la Vida, del Buen Vivir, ahora más que nunca como un antídoto indispensable frente a la necropolítica neoliberal generalizada y a su vez como donación con el fin de sumar fuerzas solidarias, gratuitas, contrahegemónicas, libertarias, a favor de las transformaciones radicales que afirmen objetivamente todas las formas de vida que cohabitan en esta Madre-Tierra. La Pachamama por y con la que se lucha en las calles, junto a la comunidad de parientes humanos, parientes de la tierra como los cerros, los ríos, los mares, y los parientes espirituales, nuestros ancestros, cuando los convocamos en los grandes acontecimientos de transformación política, y donde, como nos dice el maestro, “aunque estamos solos nunca nos sentimos solos”. Juan José nos recordó ferozmente la materialidad de este horizonte nuestro; indígena, andino, raigal, trascendente y por sobre todo comunitario. Y supo de la magnitud de esa comunidad, tanto más ancha y profunda de la que ven nuestros ojos, dónde la lucha no la batimos solas/solos, nos acompañan nuestros ancestros, parientes espirituales, caudales de la historia presentes en cada batalla ganada.

Pensar con Juan José desde Abya Yala es recuperar nuestra memoria histórica y con la utopía de reproducir y afirmar la Vida, luchar con sus fuerzas en el tiempo mesiánico y hacia la trasformación futura; el reino de la libertad de plena construcción presente. Esa fuerza es nuestra fuerza, la que nos interpela para un cambio realmente radical y revolucionario, desde la trascendentalidad interna del sistema, su exterioridad critica, donde el bloque histórico de las/los oprimidos entre en la historia. Pensar con Juan José desde Abya Yala es hacer visible un hecho referencial, el lugar existencial de una comunidad de Vida que otorga sentido e inteligibilidad a la historia y que son las grandes cosmovisiones. Un horizonte histórico-cultural que para el maestro tiene su propia razón histórica, su propio modelo ideal como contenido para la afirmación y reproducción de la Vida, la naturaleza y la subjetividad humana; un marco biocéntrico, antropológico que pone la Vida como sagrada.

Con su lucha y en su honor, pensar junto a nuestro hermano Juan José, es hacerse cargo de toda una consecuencia epistemológica que impacta el pensamiento latinoamericano desde sus bases, desde la producción de sentido, de Vida y de comunidad; desde la situacionalidad histórica y cultural de Abya Yala como lugar primeramente existencial. Es posicionarse radicalmente contra el fetichismo y la secularización delmundo moderno,interrogando sus propias contradicciones, su modelo ideal, su principio de imposibilidad; conocer “su gran mito”. Comprender junto al legado del maestro este momento de crisis geopolítica global, el colapso del sistema colonial, el imperialismo norteamericano y el modelo neoliberal como horizontes agónicos del actual sistema-mundo. Es interpelar este sistema civilizatorio necrófilo, ecocida y epistemicida, desde una ciencia crítica radical, una “ética-critica” que parte de la afirmación y reproducción de la comunidad de Vida como origen de todo pensar; como praxis transontológica hacia un nuevo orden político situado, descolonizado y pluriversal. Pero es también pensar desde la autocrítica como forma de autoconocimiento, no en el sentido solipsista moderno, sino desde el horizonte del “arusquipai” aymara que proponía el maestro; de las relaciones de solidaridad y alteridad del “Yo te confió”, “tú me confías”, donde el sujeto se reconoce siempre en relación con su comunidad. Pensar Abya Yala desde el marco categorial que nos hereda Juan José, es también entonces luchar contra el racismo epistémico que habita entre nosotras/os, donde la sabiduría ancestral, el horizonte místico de nuestras cosmovisiones, siguen sometiéndose una y otra vez a la prueba de la blancura, al rasero occidental que impone la ciencia moderna, al intelectualismo académico y a su negación colonial como doxa.

Pensar desde nuestro horizonte amerindio,es interrogar nuestros marcos éticos, nuestros modelos ideales, nuestro universo de observación desde un locus donde no hay forma de demostración empírica, como decía el maestro, “es “creo” o “no creo”. Es inteligir la realidad de otro modo, desde el horizonte de cosmovisión la de la tierra y el otro/a sufriente,que para el maestro no solo es “creer”, sino que ponerse existencialmente en ese lugar.Este estar-siendo juntas/juntos, nos impone desde la praxis politica, la recuperación de la memoria histórica del continente; la memoria larga de Abya Yala, La tierra madura, la espiritualidad andina, amazónica, la Gran Comarca y las rebeliones de en/los sures globales. Las luchas anti-sistémicas, populares, campesinas, obreras y de las mujeres, junto a los Ajayu: las y los ancestros, parientes espirituales sin los cuales no hay Bolivia liberada, no hay revolución bolivariana, no hay horizonte político ni Latinoamérica nuestra. Nuestro querido hermano dejó el camino señalado y hoy se ha hecho el camino. Lo cobija el vientre de su madre, su tierra, el Uywiri, protector de las comunidades y su lugar sagrado. Lo acompaña la fuerza de su familia terrenal; sus hijos y su compañera de vida, sus parientes y amigos, en quienes habitará por siempre. Sus discípulos, la militancia, a quienes dona su obra para hacerla carne en el presente. Su comunidad de lucha, a la que consagró su vida en el tiempo del peligro. La fuerza y claridad revolucionaria de Juan José es hoy nuestra fuerza. Su legado tendrá en frente la eternidad, la semilla de los pueblos libres, para seguir creciendo.

Abdiel Rodríguez Reyes, Panamá

Christian Soazo Ahumada, Chile

Dany Velázquez Romero, Bahía-Brasil

María Magdalena Becerra, Chile

Fuente: https://rebelion.org/que-significa-pensar-con-juan-jose-bautista-desde-abya-yala/

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