Qué Abya Yala – Septiembre 2021
Setiembre 2021
Con arrasamiento socioecológico y cultural para implantar vastas extensiones de seres y paisajes artificiales o ruinas.

“Queremos soluciones para los conflictos que nos afectan y queremos ser parte de las soluciones. Nuestros conocimientos milenarios junto con la ciencia nos pueden ayudar a vencer la crisis climática, la de alimentos y la de biodiversidad que estamos viviendo”, defiende José Gregorio Díaz Mirabal, coordinador general de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA)
Historia y presente/ Ofensiva del sistema mundo capitalista /Alternativas emancipatorias
Historia y presente
El término Abya Yala es en sí mismo un símbolo de identidad y respeto hacia las raíces de los pueblos originarios; y en ese sentido, el poema Abya Yala Wawgeykuna (Hermanos Americanos), originario del pueblo Quechua de Argentina, hace un llamado a la unidad de los pueblos a mantener presente su origen y a continuar su camino siguiendo las huellas de sus ancestros. Tal como su título indica, Abya Yala Wawgeykuna.
Artes, saberes y vivencias de indígenas americanos, el libro que sostienen en sus manos es un tributo a la filosofía de ese poema, pues intenta plasmar el pasado y el presente de distintos pueblos originarios: sus modos de vida, sus manifestaciones artístico-culturales, sus creencias… y al fin y al cabo, su identidad. Leer
Estamos sumides en una inflexión histórica como país, como continente y como mundo. El sistema capitalista local e imperialista maximiza el acaparamiento de tierras y otros bienes comunes hasta el extremo de arrasar la Cordillera, los océanos, los bosques nativos y las selvas.
Desde esos poderes expropiadores de nuestras vidas y las planetarias así como nosotres mismes por nuestra adaptación al sistema opresor-represor no hay conciencia que la patente destrucción de la naturaleza (incendios intencionales, deforestación, desertificación, conversión en zona sísmica por el fracking, etc) y su envenenamiento implican eliminar la salud planetaria que incluye a la humana. Nuestra vida y la no humana están siendo amenazadas. Hasta nuestro alimento se ha convertido en veneno y el agua tan imprescindible para toda vida no sólo está contaminada sino también está escaseando o desapareciendo. Como prueba el Paraná es fundamental valorar la Amazonía, El Impenetrable y otras riquísimas biodiversidades, por ejemplo, los humedales.
El modo capitalista de producción y mercantilización, sobre la base del régimen latifundista, está arrasando con esos equilibrios ecológicos. Rupturas patentizadas en la emergencia climática y en la pandemia. Comprobamos que esos ecocidios derivan en genocidios silenciosos, silenciados e invisibilizados. Todas las selvas y bosques nativos son frutos del trabajo de siglos de pueblos originarios. La Amazonía tan esencial a la vida de todo el planeta está siendo devastada y se está amenazando la vida de sus creadores: Los pueblos amazónicos están confederados en la COICA que -en 2019- hace una declaración conferencia denunciando emergencia ambiental y humanitaria. Se afirman en: «Los pueblos indígenas se resisten a un genocidio».
Se los considera atraso. pero sin idealizarlos tienen muchos saberes sobre la vida no humana y han resistido por su vida comunitaria. Ante todo, apreciemos su concepción de sentirse pensarse parte de la Madre Tierra a la cual debemos asumir pronto.
Propuesta de la COICA presentada en el Congreso Mundial de la Naturaleza de Marsella 2021
La Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica llama a un pacto para proteger el 80% de la Amazonía
7 de septiembre de 2021
Rebelión
Un llamado urgente para proteger la Amazonía hacen los pueblos indígenas amazónicos representados por la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).
La COICA pide a las organizaciones sumarse a la iniciativa “Amazonía por la vida: protejamos 80% al 2025”, para establecer un acuerdo global por la selva tropical más grande del mundo.
El acuerdo busca garantizar la protección permanente del 80% de la selva amazónica para el 2025 y así evitar cruzar un punto de inflexión para la Amazonía, hogar de cientos de pueblos indígenas.
Nosotros, los pueblos indígenas de la Cuenca Amazónica, a través de nuestros conocimientos y saberes ancestrales, hemos protegido la Amazonía durante milenios. A esta lucha se han sumado aliados de organizaciones ambientales, de derechos humanos y la comunidad científica.
Hoy, de manera conjunta, hacemos un llamado a un acuerdo global para la protección permanente del 80 por ciento de la Amazonía para el 2025 como medida urgente para detener el punto de no retorno y responder a la crisis planetaria con un cambio transformador. Es el momento para que la comunidad internacional (gobiernos, sociedad civil, corporaciones, etc.) se una a nuestro esfuerzo por proteger el planeta.
La Amazonía es la selva tropical más grande y con mayor diversidad biocultural del mundo. Es el hogar de 511 pueblos indígenas, incluidos 66 grupos que viven en aislamiento voluntario y contacto inicial. Son más de 300 lenguas que se hablan en esta vasta región que cubre 9 países (Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana Francesa).
La Cuenca alberga un tercio de las especies de plantas y animales de la Tierra y el 20 por ciento del agua dulce. Funciona como el corazón biológico de nuestro planeta: secuestra y almacena grandes cantidades de carbono, regula el clima continental y global, produce oxígeno y lluvia, impulsa los sistemas climáticos, entre otros beneficios.
Los Territorios Indígenas (TI) –que ocupan físicamente 237 millones de hectáreas en la cuenca del Amazonas- y las Áreas Nacionales Protegidas (NPA) son vitales para proteger la Amazonía.
Juntos cubren cerca del 50% de esta región. Casi la mitad (45%) del bosque intacto en el Amazonas se encuentra en territorios indígenas, un área más grande que Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia, Noruega y España combinados (FAO -FILAC 2021, p.12-13).
La Amazonía ya ha perdido el 17 por ciento de su cobertura forestal además, un 7 por ciento de sus selvas tropicales se han degradado. Si la deforestación y la degradación combinadas cruzan el umbral del 20 por ciento, los científicos advierten que el sistema alcanzará un punto de inflexión irreversible que puede traducirse en la muerte regresiva de todo el ecosistema. Esto liberaría emisiones masivas de dióxido de carbono y traería consecuencias rápidas y catastróficas para la estabilidad climática global.
Estamos al borde del punto de inflexión o de no retorno. Nuestras acciones en los próximos años determinarán el destino de nuestro planeta durante los próximos milenios. Asegurar la integridad de los sistemas hidrológicos, la biodiversidad y garantizar el rol fundamental de la Amazonía como regulador climático mundial, requiere que al menos el 80 por ciento de sus bosques permanezcan intactos.
Este es un llamado para establecer un acuerdo global para la protección permanente del 80 por ciento de la selva amazónica para el 2025, concertado por todos los gobiernos de la Amazonía y respaldado por los pueblos indígenas y la comunidad mundial.
El Pacto por la Amazonía requiere:
- Una visión regional panamazónica que aterrice en un plan estratégico común construido sobre los estrictos lineamientos del Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI). Para lograr el 80% de protección al 2025, cada país amazónico debe desarrollar Planes de Acción Nacionales del Bioma Amazónico (PANBA) para detallar sus compromisos y cumplir con la meta de 80 x 25. El proceso debe contar con la participación plena de la sociedad civil, incluyendo a los pueblos indígenas que hemos sido administradores efectivos de este bioma durante milenios.
- El 100% de las tierras indígenas legalmente reconocidas y demarcadas y, la asignación de recursos financieros permanentes que permitan su titulación y ampliación.
- La implementación de un modelo de gobernanza con representación política y reconocimiento del rol de los pueblos indígenas en el logro de este objetivo a nivel nacional e internacional.
- Una moratoria inmediata sobre la deforestación y degradación industrial de todos los bosques primarios.
- La definición de una política forestal y de zonificación que permita la creación de zonas intangibles para áreas que permanecen intactas -sin carreteras y otras zonas exclusivas para actividades industriales.
- La restauración de tierras degradadas.
- Creación de reservas indígenas o áreas protegidas co-gestionadas, ampliadas para comunidades indígenas y locales1 que actualmente no constan como TIs o ANP y otros territorios (OECM) con las salvaguardas y responsabilidad de los Estados para garantizar la protección de los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario y Contacto Inicial (PIACI).
- Detener los impulsores clave de la deforestación actual y futura y las presiones del desarrollo industrial mediante la suspensión de nuevas licencias y financiamiento para la minería, el petróleo, la ganadería, las grandes represas, la tala y otras actividades industriales.
- Una Condonación de Deuda condicionada a una moratoria permanente a la extracción industrial en territorios indígenas y áreas protegidas.
- Que el sector financiero se comprometa a garantizar el cumplimiento de los derechos de los pueblos indígenas y a poner fin a la deforestación en todas las cadenas de suministro que financian. Transparencia y rendición de cuentas del sector financiero y de las cadenas de valor.
- La comunidad internacional debe adoptar políticas y marcos inmediatos que garanticen la afluencia permanente de recursos para lograr este objetivo.
- La comunidad internacional dinamice recursos financieros necesarios para cubrir los costos de acceso a los servicios básicos de las comunidades indígenas, consolidar su autodeterminación, y fortalecer la gestión integral de los territorios, medios de vida sostenibles y uso del conocimiento ancestral.
Instamos a los países de la cuenca del Amazonas a declarar el estado de emergencia y detener de inmediato la expansión de actividades industriales destructivas, políticas gubernamentales y subsidios públicos dañinos que permiten una mayor destrucción de los bosques. El estado de emergencia abordaría los factores que impulsan la deforestación y, al mismo tiempo, dejaría espacio para el diseño y la implementación de estrategias dirigidas hacia un cambio transformador perdurable.
Las naciones industrializadas deben reconocer su papel en el cambio climático y el rol trascendental de la Amazonía en la mitigación del mismo y canalizar todos los recursos necesarios para garantizar una transición justa para quienes habitamos el bioma y para sus propios ciudadanos. El momento para la acción es ahora.
Los pueblos indígenas de los nueve países amazónicos invitamos a los gobiernos, científicos, ciudades, instituciones financieras y a todos los sectores de la comunidad global que estén dispuestos a actuar por el planeta, a que se unan y apoyen esta iniciativa. La firma de esta declaración es un primer paso para evitar el punto de no retorno de la Amazonía y proteger el 80% para el 2025.
La Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA y sus organizaciones miembros en los 9 países, a nombre de nuestras naciones y pueblos indígenas de la Amazonía:
AIDESEP, Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana.
APA, Asociación de Pueblos Amerindios de Guayana.
CIDOB orgánica, Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano.
COIAB, Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña.
CONFENIAE, Confederación de las Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana.
OPIAC, Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana.
ORPIA, Organización Regional de Pueblos Indígenas del Amazonas (Venezuela).
OIS, Organizaciones Indígenas de Surinam.
FOAG, Federación de Organizaciones Autóctonas de Guayana Francesa.
COICA, Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica
Para sumar a su organización a la iniciativa solo debe ingresar a este enlace y completar la información requerida: https://bit.ly/2V8PH3c
Fuente: https://rebelion.org/la-coica-llama-a-un-pacto-para-proteger-el-80-de-la-amazonia/
Gregorio Mirabal del pueblo Wakuenai Kurripako, con Avaaz el 8 de septiembre: |
Gregorio Mirabal desde Avaaz el 8 de setiembre: Te escribo personalmente como líder de más de 500 nacionalidades indígenas. Me encuentro en la mayor cumbre sobre conservación del mundo, luchando por los derechos indígenas y el objetivo de proteger la mitad del planeta, incluido el 80% de la Amazonía. Pero la política se está interponiendo en esta ambición. Aquí solo estamos un puñado de líderes indígenas, pero si millones de ciudadanos y ciudadanas respaldan nuestro llamado, ¡podemos despertar a las autoridades! Me aseguraré personalmente de que todos los miembros de la UICN oigan nuestras voces, exigiéndoles que protejan nuestros territorios y al menos la mitad del planeta para garantizar que la vida en la Tierra salga adelante. Suma ya tu nombre y comparte con todo el mundo.
En consecuencia, COICA cree en el despertar de autoridades de instituciones representantes de los expropiadores del mundo. Tiene pretensión de humanizar al capitalismo que vire desde los privilegios e impunidad de incesante crecimiento lucrativo de los oligopolios dominantes hacia atender necesidades populares e iniciativas de abajo para satisfacerlas.
Ofensiva del sistema mundo capitalista
Comprobamos, en el Abya Yala, la aceleración e intensificación gran capitalista de la destrucción de biodiversidades y de los otros subsistemas planetarios que hacen posible la vida. De ahí la urgencia de enfocar, abajo y a la izquierda, cómo concretar la estrategia zapatista de expandir el antagonismo horizontal contra el Estado en todas sus jurisdicciones y el Capital local e imperialista. Asumir este rumbo exige aclaraciones como:
Tesis sobre el colonialismo
y la esclavización generalizada
5 de setiembre de 2021
Raúl Prada Alcoreza
(…) De partida, teniendo en cuenta esta conformación del sistema mundo moderno, este nacimiento de la modernidad, nacimiento que se da en la matriz colonial, en pleno substrato de la conquista, del colonialismo y de la esclavización, podemos comprender que lo que instaura, constituye, conforma, construye y estructura el sistema mundo capitalista es la dominación de los cuerpos, de los territorios y de los bienes comunes. Primero es la dominación y después el procedimiento mecánico y técnico, pero también ideológico, de la separación de lo abstracto respecto de lo concreto.
En el nacimiento de la modernidad este procedimiento mecánico tiene que ver con la colonización generalizada del quinto continente, es decir, de Abya Ayala, tiene que ver con la esclavización del África subsahariana. Entonces la dominación se da en esos términos, en los términos de oleadas de conquista, de guerras de conquista, extendidas por todo el continente. He aquí el acontecimiento colonial; tenemos las oleadas de conquista y de colonización en el continente de Abya Yala; tenemos la constante y dilatada conquista y colonización del África, dada por oleadas, partiendo de los bordes, de las orillas, de los puertos negreros, que pueden considerarse cabezas de playa, que van a servir de dispositivos operativos y administrativos intermediarios de los tráficos de cuerpos, de los tráficos de esclavos.
Suponen ya la genealogía de la esclavización, genealogía compleja de poder, que acaece con diferentes nacimientos, desde antes de la modernidad, en relación al norte del África, región del desierto y de predominante religión musulmana; empero, en este caso se da de manera circunscrita, no de una manera desbordante y descomunal, además generalizada, como en el caso del nacimiento de la modernidad.
En lo que corresponde a la esclavización generalizada del África subsahariana, la misma concurre desde la costa, afectando al interior a través de meditaciones e intermediaciones, provocando efectos devastadores en el interior de continente, desatando cadenas de esclavización e itinerarios dramáticos de poblaciones esclavas. Entonces los flujos de esclavos arrancan desde el interior hasta la costa. Comprometiendo a reinos, a autoridades africanas, a dispositivos intermediarios, por un lado, y por otro a compañías esclavistas, “negreras”, conformadas a través de acciones. Impresionantes máquinas de despojamiento, desposesión y esclavización; compañías esclavistas que van a dirigir, conducir, administrar y modificar la genealogía de la esclavización, todo el tráfico de esclavos, su comercialización y su demoledora explotación en el continente rebautizado como América. En la conformación de estas compañías esclavistas están comprometidos los estados europeos, así como particularmente los estados coloniales europeos.
Después de la conquista del continente, en pleno nacimiento del sistema mundo capitalista, se van a requerir de contingentes de poblaciones de cuerpos humanos, usados como “fuerza de trabajo”, pero “fuerza de trabajo” esclava, no renumerada, no asalariada, no reconocida como tal. Despojada de sus derechos, a pesar de la declaración de los “derechos del hombre” de la revolución francesa. Población reducida a la condición de objeto, no reconocida como humana, no incorporada a la humanidad, a pesar de haberse dado el renacimiento. Entonces, esclavos reducidos a condición de objetos. Empero, lo que acaece va más allá. Los objetos se suponen que son inanimados, en cambio los cuerpos son vitales. En consecuencia, se captura la vida, para que sea usada en los procesos desatados de la acumulación originaria de capital y, después en la acumulación amplía de capital.
Se puede entender a la modernidad en el sentido de la explotación inicial del modo de producción capitalista; se trata de la instalación misma de los cimientos del sistema mundo capitalista, de la economía mundo. La esclavización generalizada es el núcleo inaugural del sistema mundo moderno, es la piedra fundamental del sistema mundo capitalista.
Los cimientos de la civilización moderna consisten en la colonización y en la esclavización. Como inmediata consecuencia teórica, consecuencia epistemológica, si se quiere, tenemos la obligación de revisar las bases conceptuales mismas de la teoría valor y de la crítica de la teoría del valor, es decir, revisar las bases mismas de la crítica de la economía política. La separación entre el valor abstracto y el valor concreto no puede darse sin que anteceda el control mismo de los dispositivos de esta separación, de los mecanismos de esta separación, de los procedimientos de esta separación, que son mecanismos y procedimientos institucionales. Diagramas de poder, estructuras de poder y cartografías políticas coloniales y capitalistas. Por lo tanto, lo que tenemos no es exactamente una economía política, sino una proliferante genealogía de las dominaciones, dinamizadas y efectuadas por máquinas concretas de poder, respecto a cuerpos, territorios y bienes comunes. Tenemos, por un lado, cuerpos, territorios y bienes comunes, y por otro, dispositivos de dominación.
Las preguntas son: ¿Cómo se dan estos dispositivos de dominación? ¿En qué momento se dan de las múltiples historias desplegadas por las sociedades humanas? Al respecto, contamos con una hipótesis interpretativa, que tiene que ver con los orígenes del patriarcalismo, hipótesis que ya hemos mencionado en otros ensayos. Suponiendo que sea así, lo que importa ahora, en este contexto histórico, relativo a la formación de las ciudades, en principio pequeñas, circunscritas, que, después, se vuelven, algunas de ellas, en ciudades metropolitanas, centros de imperios. Sistemas regionales antiguos, que suponen no solamente estructuras de poder, que, en términos concretos, suponen el nacimiento del Estado y, por lo tanto, una jerarquía institucional. Además de estructuras de poder también suponen la configuración de estructuras “ideológicas”, que aparecen como estructuras religiosas.
En la conformación de los imperios se perfilan composiciones jerárquicas y meditaciones trascendentales; por ejemplo, se instituyen mediaciones sacerdotales, así como mediadores escribas, lo que supone la usurpación de la memoria social. El apoderamiento de la memoria social, por parte de intérpretes y comedidos escribas. Transcriben la memoria social de una manera sesgada, inscribiendo el relato de lo que viene a ser la legitimación del poder, es decir, la “historia”, en el sentido antiguo. Relato de la “historia” de los reyes, en otras palabras, de la dominación edulcorada, encubierta en el mito y la leyenda. Esta escritura del poder implica, fundamentalmente, la “legitimación” del poder del rey, del monarca, del déspota, encarnación simbólica del hijo del sol, del hijo de Dios, que efectivamente implica la encarnación simbólica del imperio.
Estamos asistiendo a la conformación proliferante de la institucionalidad del poder, cuya mecánica inmanente, que conlleva, inherentemente, objetivos y finalidades, funcionamientos que tienen que ver básicamente con la reproducción del poder y su realización concreta como institucionalidad. También tienen que ver con distintas estratificaciones estructurales, tanto en la administración de las dominaciones, de la administración del poder, así como de la administración de la “legitimidad”.
Estas estraficaciones estructurales redundan y repercuten en la estratificación social, es decir, en la diferenciación social. Asistimos pues a la realización proliferante de estructuras inherentes a las civilizaciones, que ya suponen la conformación del Estado. La estructuración sofisticada del poder, del ejercicio del poder, de la usurpación, que, a su vez, supone la inscripción de la deuda infinita. Uno de los primeros mecanismos de inscripción de la dominación, de las genealogías de las dominaciones polimorfas, del sometimiento y la subordinación de las poblaciones a la figura simbólica del déspota. Subordinación y sometimiento a las estructuras de poder vigentes, en el contexto civilizatorio de que se trate.
Entonces, podemos decir que estas estructuraciones del poder, en distintos planos de intensidad, dándole consistencia los espesores de intensidad de estas sociedades y civilizaciones antiguas, que después van a repercutir, de una manera actualizada y contemporánea, en la civilización moderna, se dan de una manera diferida, en términos de procesos singulares. Estos procesos se dan como redes concatenadas, que se van articulando, que se van conformando como conglomerados de conjuntos de mallas institucionales, que atrapan a los cuerpos, a los territorios y a los bienes.(…)
Para comenzar diremos que si el proceso de producción corresponde a la transformación física de materias primas, en las condiciones de posibilidad técnicas de la industria, que supone dinámicas técnicas y científicas, la explotación del trabajo, es decir, la participación y usufructo del cuerpo del trabajador en el proceso de producción, corresponde a procesos y máquinas de captura de la potencia de la vida. Es así, efectivamente, como se dan lugar el proceso de producción y el proceso de explotación.
Se trata de la explotación efectiva, que concurre mediante procesos cualitativos. No se trata de la apropiación abstracta del tiempo de trabajo excedente, no devuelto al trabajador, sino de la apropiación física y social de la energía corporal, que acaece como desgaste corporal. Fragmentos de vida del trabajador se incorporan, en el proceso cualitativo de producción, a lo que llama el marxismo valorización. Si es esto lo que ocurre entonces debemos analizar las condiciones iniciales cualitativas de la producción y de explotación, éstas tienen que ver con la relación desigual no solamente entre el propietario de los medios producción y el trabajador, propietario, por así decirlo, de su cuerpo y de sus capacidades, sino tiene que ver también con otros órdenes de relación contextuales, que anteceden y sostienen la relación desigual entre propietarios de medios de producción y trabajador, no propietario de medios de producción. Estas otras relaciones, estos otros órdenes de relaciones, tienen que ver con las mallas institucionales, con los contextos sociales, con las estructuras de poder, con la conformación del Estado y la expropiación por parte del Estado de la potencia social.
En consecuencia, hay que volverse a preguntar sobre las condiciones de posibilidad históricas y, obviamente, sociales económicas y culturales del sistema mundo capitalista.
Al respecto, no parece adecuado usar el concepto del modo de producción capitalista, que supone la relación contractual entre propietarios de medios de producción no productores y productores no propietarios; la explicación de esta relación parece, mas bien, una de las relaciones dadas en el contexto de conformación del sistema mundo capitalista. Sobre todo en el contexto de lo que se encuentra en los inicios del sistema mundo capitalista, en el acontecimiento colonial, en la colonización y en la esclavización generalizada. Por lo tanto, tendríamos, en todo caso, que hablar de un modo de producción esclavista y de un modo de producción colonial. En estos contexto inaugurales se da lugar la relación contractual del trabajo, entre patrones propietarios de medios de producción y trabajadores no propietarios. Considerando la relación contractual, se reduce el cuerpo a fuerza de trabajo, y a la actividad del trabajo se la reduce a categoría abstracta de la contabilización aritmética de la economía capitalista. Se reduce el cuerpo a la categoría de fuerza de trabajo, reduciendo al cuerpo del trabajador y sus capacidades a mera mercancía. A estas reducciones “metafísicas” se las puede considerar como eventos de la cosificación; reducción de procesos cualitativos corporales y de producción al fetichismo de la mercancía.
Resulta comprensible, en el contexto mayor del modo de producción esclavista, la reducción ideológica de los cuerpos capturados, atrapados y convertidos en esclavos, es decir, en “objetos”, en mercancías. Por otra parte, cuándo la colonización expropia territorios indígenas, el continente conquistado, se reduce sus poblaciones a la condición de servidumbre. Entonces lo que tenemos es una esclavización en función de la producción capitalista de mercancías, que se da en las plantaciones azucareras tabacaleras, de arroz y de café, también se da en la explotación minera. No se puede confundir pues esta esclavización generalizada, en el contexto del nacimiento del sistema mundo capitalista, con las esclavización de las sociedades antiguas. Las finalidades y objetivos, en los contextos de las sociedades antiguas, son diferentes; el fenómeno de la esclavización es cualitativamente y socialmente distinto, a las que acontece en el contexto mundial del sistema mundo capitalista. El uso lingüístico de los términos esclavización, esclavo, esclavizar, no nos ayudan a descifrar de lo que acontece, en realidad, con el fenómeno mundial, es decir continental, de la esclavización generalizada.
Lo que se desata es una violencia generalizada contra los cuerpos, contra la vida, contra los territorios, una captura generalizada de cuerpos, territorios y vida, usando la potencia de la vida en función de la mercantilización, es decir, de la producción de productos destinados al mercado. Este es el sentido de la esclavización y de la colonización en el nacimiento de la civilización moderna. No es pues el proletariado, entendido como propietario de su cuerpo, reducido a la categoría de fuerza de trabajo, sin propiedad de medios de producción, ni instrumentos de trabajo, obligado a venderse al mercado de trabajo, el que explica el desarrollo del capitalismo. Existe proletario porque ya se dieron la colonización y la esclavización generalizadas, como acontecimientos trágicos y dramáticos inaugurales del sistema mundo capitalista. El proletariado es -mas bien- el sujeto social y se constituye como tal a partir de un sustrato fundamental y primordial en el nacimiento del sistema mundo capitalista, que es la colonización generalizada y la esclavización generalizada. Es decir, el despojamiento y la desposesión generalizados en función de la acumulación originaria de capital y de la acumulación ampliada del capital.
Colonización y descolonización
Hay que volver al concepto de «descolonización», concepto por cierto polisémico, dependiendo no sólo de la connotación sino también de los contextos, de las temporalidades y, sobretodo, de la singularidad de las situaciones. En estas condiciones es indispensable, entonces, comprender que cuando hablamos de colonización y de colonialidad, debemos situarlas también en sus distintas temporalidades, coyunturas, periodos, contextos y, también, singularidades. De la misma manera, la descolonización, respecto a las colonizaciones, a las colonialidades diferenciales, es también diferencial, ocasionando distinciones, dependiendo de los contextos, los planos y espesores de intensidad. La proliferación de singularidades es lo que ocurre en la realidad efectiva, sinónimo de complejidad; el acontecimiento es multiplicidad de singularidades. Aun cuando tenemos que hacer connotaciones generalizantes, cuando hablamos de colonización, colonialidad y descolonización debido a razones de lenguaje y por exigencias del discurso filosófico, de la formación enunciativa y teórica e inclusive de la teoría crítica. Necesitamos hablar y recurrir a analogías pero no hay que olvidar que las analogías se sitúan en condición de metáforas antes que de conceptos. En el transcurso de metamorfosis lingüísticas y de metaforización, se trata de la construcción de configuraciones teóricas.
En este sentido, tenemos que movernos con cuidado en los recorridos del lenguaje teórico y en su aplicación, sobre todo cuando desplegamos el análisis, cuando buscamos la interpretación, la realización de la decodificación, el análisis de los hechos, de los sucesos, de los eventos y del acontecimiento. En consecuencia, el acontecimiento descolonizador implica, por lo menos, en contextos amplios y en horizontes extendidos, dos perspectivas. Una, la que hemos mencionado en la exposición “Descolonización radical”, dónde hemos dicho que no puede haber descolonización a través del Estado, que no puede haber descolonización si no es a través de la de construcción y destrucción, la salida, de la civilización moderna. En este sentido, apuntamos, en la perspectiva del horizonte abierto, a la conformación de sociedades ecológicas. Donde y cuando se reinserten los pueblos y las sociedades humanas a los ciclos vitales planetarios. Que se conciban más allá de toda civilización, en condiciones de posibilidad históricas, culturales y sociales de lo que podemos denominar la transcivilización.
En segundo lugar, es indispensable volver al concepto, quizás más rico, de «descolonización», que es elaborado, desplegado, configurado y refigurado por las propias interpretaciones analíticas y críticas, por la propia interpelación y composición narrativa de Franz Fanon, en los Condenados de la tierra. El libro mentado viene prologado por Jean Paul Sartre, filósofo y escritor conocido, que se encuentra altamente sorprendido ante la escritura y la narrativa intensa, el pensamiento crítico, deconstructor y develador de Franz Fanon. Sartre confiesa su conmoción, desprendiendo una reflexión y autorreflexión honesta. Despliega una meditación dialéctica crítica y autocrítica del eurocentrismo. Asumiendo la responsabilidad de lo acontecido en la historia moderna, respecto a la colonización y esclavización generalizadas, después ante la guerra anticolonial argelina contra la potencia imperialista francesa.
Franz Fanon lo dice sin ambages, la descolonización es violencia, violencia devuelta al colonizador; violencia cristalizada en los huesos, durante los periodos de la colonización, sedimentada en el cuerpo, que tiene memoria sensible y contiene capacidad de resistencia. Esta violencia cristalizada en los huesos y sedimentada en el cuerpo se externaliza contra el sistema colonial y la dominación imperialista. La violencia es la respuesta radical de la descolonización, es la guerra anticolonial y descolonizadora. Franz Fanon no se queda aquí, va más lejos. Observa contradicciones en los desenlaces de la guerra anticolonial. Se trata de herencias todavía coloniales, a pesar de la victoria de la guerra anticolonial y el logro de la independencia.
El colonialismo pervive en los intelectuales, en los nacionalismos, en el Estado nación, en la burocracia, que reproduce el colonialismo interno, que reproduce el colonialismo en la dependencia del Estado nación subalterno respecto a la metrópoli colonial. En este sentido, observa que la lucha contra el colonialismo continúa después de la independencia. No se trataba solamente de expulsar al colonizador, de ocupar su lugar, sino de destruir las estructuras coloniales de poder, de dominación y sociales pervivientes. Estructuras coloniales externalizadas, así como internalizadas. Por lo tanto, la tarea es deconstruir el pensamiento colonial, inscrito en los intelectuales, en los nacionalismos y en la burocracia.
En la evaluación crítica y en el análisis, Franz Fanon diferencia zonas donde no se dio lugar la lucha anticolonial de manera directa, violenta, en términos de la guerra, de la guerra de guerrillas campesina, respecto de las zonas de guerra. En las zonas donde no aconteció la guerra, de manera directa, se dieron lugar mediaciones, intermediaciones, desenvolviendo diálogos, negociaciones. En este contexto, aparecieron tendencias al reformismo, es decir, al apego al desarrollo del Estado nación subalterno. En cambio en las zonas de guerra, la guerra anticolonial inscribió una memoria vital, bañada en sangre. En este caso, la intelectualidad es absorbida por el pueblo, por las comunidades campesinas, que lucharon. Por ese nosotros, por la colectividad, por las multitudes en acción. En este caso la intelectualidad se subsume a estructuras, mas bien, comunitarias y colectivas. Estamos ante la convivencia común, a la coexistencia expuesta, es decir, comunidad expuesta, sin individuaciones, tampoco individualizaciones. Sin ocultamientos, sin inmunidad, exposición transparente.
Cuando ocurre esto, el horizonte descolonizador se abre a una concepción más radical de la descolonización. Esto implica no solamente sustituir al colono, sustituir al colonizador, ocupar su lugar, sino implica, fundamentalmente, liberar al pueblo y a las comunidades campesinas de los mecanismos de dominación, heredados y presentes. Liberar la potencia social, colectiva y de las multitudes, liberar sus memorias, sus experiencias sociales, inscritas culturalmente. Esto implica abrirse a la invención del porvenir, desde las dinámicas mismas de la memoria ancestral; lo que no quiere decir, de ninguna manera, regresar, puesto que toda regresión ya es imposible, después de la colonización, después del ingreso colonial a la modernidad, a la civilización moderna, después de la emergencia de la modernidad desde la colonización y esclavización generalizadas. En consecuencia, la deconstrucción y la destrucción de la civilización moderna, la descolonización radical es posible si se da lugar una ruptura con el sistema mundo moderno, para tal efecto es menester desandar el camino, para decirlo metafóricamente, encontrar el núcleo del trauma civilizatorio, y ocasionar no su transferencia como propone el psicoanálisis, sino su desaparición. Esta ruptura puede darse a partir de las mismas resistencias, acumuladas y recurrentes, a partir de las contra-genealogías del contrapoder. Entonces, las resistencias se convierten en las rutas de liberación.
Fuente: https://www.bolpress.com/2021/09/05/tesis-sobre-el-colonialismo-y-la-esclavizacion-generalizada/
En consecuencia, consideramos como Franz Fanon que no se trata sólo de expulsar al colonizador (casta política, burocracias o mejor mafias de los poderes públicos y sindicales e intelectualidad mediática) ocupando su lugar, sino de destruir las estructuras coloniales de poder, de dominación y sociales que perviven. Estructuras coloniales externalizadas, así como internalizadas.
Nuestra tarea, por tanto, es deconstruir el pensamiento colonial, inscrito en los intelectuales, en los nacionalismos y en la burocracia. ¿Cómo concretarla en la actualidad del Abya Yala? A mi entender, precisamos constituir un frente cultural-político e ideológico desde todas las luchas por la vida y que convierta la existente comunicación comunitaria, alternativa y popular en medios de extensión social e intersocial de diálogos a lo Paulo Freire en los diversos territorios de todos los de abajo. Y de progresiva permanencia.
Pero, también, Fanon nos advierte la necesidad de la guerra anticolonial. Considero que esa confrontación radical contra el Capital Estado no puede darse hoy en el campo bélico por el mayúsculo perfeccionamiento de amplio espectro de la guerra antipopular que posee el sistema mundo opresor-represor. Pienso, en cambio, a la autodeterminación de los pueblos naciones del Abya Yala con origen en hacerse cargo de la imprescindible reforma agraria integral sobre la base de unir las existentes defensas y recuperaciones de territorios contra los extractivismos que son los modos esenciales de acumulación de los oligopolios locales e imperialistas en el Abya Yala.
Alternativas emancipatorias
Enfoquemos la necesidad de concretar la «reforma agraria integral» contra la gran propiedad privada sobre la tierra y sus privilegios estatales que el sistema mundo capitalista y sus locales maximizan. Esto nos exige, ante todo, posicionarnes protagónicamente junto a todos los pueblos originarios. Hoy ya avanzan como unión internacionalista:
Las organizaciones del Foro Social Panamazónico apoyamos convocatoria de la Asamblea Mundial por la Amazonía
13 de julio de 2020
Para frenar el etnocidio y el ecocidio de las pandemias virales, extractivistas y neoliberales que atentan contra la vida de los pueblos y los territorios Amazónicos
En consecuencia, con el objetivo común que nos articula como FOSPA, cual es el de defender y cuidar la Amazonía construyendo comunidades y sociedades para el Buen Vivir; diversas organizaciones hemos apoyado la configuración de una amplia alianza para emplazar la solidaridad y la movilización por los derechos de los pueblos y los derechos de la naturaleza que conviven amazónicamente desde los Andes hasta el Atlántico.
Desde allí se ha propuesto la convocatoria de una ASAMBLEA MUNDIAL POR LA AMAZONÍA para intercambiar reflexiones y agendas con el fin de consolidar ese objetivo. Junto a la Asamblea, también está en desarrollo la convocatoria de una Movilización Mundial para el día 22 de septiembre y el impulso de un Boicot a los negocios de las empresas, instituciones financieras y gobiernos que explotan la Amazonía y violentan las comunidades con ese despropósito.
La destrucción de la Amazonía nos acerca más al precipicio y a la hecatombe climática. Una humanidad saludable y con futuro necesita de bosques y pueblos amazónicos vivos.
La ASAMBLEA MUNDIAL POR LA AMAZONÍA tendrá tres momentos:
17 de julio: Asamblea de los Pueblos indígenas
18 de Julio: Asamblea general: la crisis de la Amazonía en tiempos de pandemia
19 de julio: Asamblea General: las acciones conjuntas por la defensa de la Amazonía
A continuación compañer@s del proceso Fospa en los distintos países de la Amazonía, nos invitan a participar de esta importante Asamblea: (…)
Fuente: https://www.forosocialpanamazonico.com/el-foro-social-panamazonico-se-suma-a-la-primera-asamblea-mundial-por-la-amazonia/
Alegrémonos y saludemos que:
“Está apareciendo un nuevo tejido, rebelde, que quiere hacer ver que todas y todos somos Amazonía. Es ahora o nunca, porque la Asamblea Mundial por la Amazonía ha puesto de manifiesto que no hay más tiempo, que es hora de unirse, de amazonizarse, de liberar la Amazonía y a los pueblos que la habitan, de mostrar que más fuerte que todas las voces de muerte será el grito de vida que emerge desde la Amazonía y el Mundo”.
Los pueblos amazónicos lanzan un grito de vida,
más fuerte que todas las voces de muerte
Conclusiones de la Asamblea Mundial por la Amazonía.
21 julio, 2020
Luis Miguel Modino
Algo nuevo está naciendo, esa es la primera y más importante conclusión que podemos sacar de la Asamblea Mundial por la Amazonía. Los pueblos indígenas están cansados de ser atacados en sus territorios, memorias y culturas. Y por eso dicen que ya está bien de una selva, derribada, quemada, saqueada por el extractivismo violador, que sólo obedece al poder y a la codicia.
Las conclusiones de todo lo vivido el día 18 y 19 de julio, con una participación multitudinaria y representantes de decenas de países de los cinco continentes, nos hacen descubrir que la resistencia de las comunidades está cada vez más organizada y cuenta con más apoyo, también desde la Iglesia católica, a través de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), también desde el hermano Francisco. Juntos se organizan frente a la devastación y al hambre que puede continuar a esta pandemia, que ha puesto de manifiesto que el ecocidio, etnocidio y terricidio avanzan peor que el virus.
Está apareciendo un nuevo tejido, rebelde, que quiere hacer ver que todas y todos somos Amazonía. Es ahora o nunca, porque la Asamblea Mundial por la Amazonía ha puesto de manifiesto que no hay más tiempo, que es hora de unirse, de amazonizarse, de liberar la Amazonía y a los pueblos que la habitan, de mostrar que más fuerte que todas las voces de muerte será el grito de vida que emerge desde la Amazonía y el Mundo.
Todo eso en medio de una pandemia que ha afectado decisivamente a la Amazonía y sus pueblos, que ya ha provocado más de 600 mil contagiados y 18 mil muertos, generando una crisis estructural, con contagios incontrolados, ausencia de medicamentos y sistemas de salud en colapso, que supone un peligro real contra los pueblos y pone de manifiesto un etnocidio de parte de los Estados. Algo que no ha surgido por acaso, que es consecuencia del cambio climático, del cambio en nuestros hábitos de alimentación, de animales muy concentrados en granjas industriales, del uso de transgénicos, del avance de la deforestación, minería, que provocan la destrucción y desequilibrio de la biodiversidad, de urbes más grandes y pobladas. A esto se une un endeudamiento cada vez mayor de los estados y un incentivo del extractivismo.
Ante esta situación, la Asamblea Mundial por la Amazonía ha lanzado sus demandas a los gobiernos amazónicos, pidiendo que sean fomentadas iniciativas comunitarias y acciones a nivel internacional. Se necesita con urgencia una mayor y mejor atención sanitaria, así como una garantía alimentaria, de aislamiento de las comunidades y la paralización de actividades extractivas en los territorios amazónicos, que en este momento están siendo vectores de expansión de la pandemia. Esto debe conducir a reorientar políticas que reduzcan desigualdades sociales y fortalezcan el autocuidado comunitario, fomentando sus iniciativas que están ayudando a enfrentar el COVID-19.
Para eso será necesario impulsar la información y comunicación alternativa, así como las iniciativas de autogobierno indígena y popular como base del autocuidado sanitario comunal, ante el abandono estatal. La Asamblea Mundial por la Amazonía también ha destacado la urgencia de misiones internacionales en el ámbito sanitario, así como de denunciar a los organismos internacionales el etnocidio estatal al que los pueblos están siendo sometidos.
Los participantes en la asamblea han querido hacer ver que es tiempo de movilización para la acción, la reflexión y el cambio, de entender que la Amazonía extrapola el estereotipo del bosque, que luchan por la Amazonía y por todos los demás lugares del planeta, porque luchan por la vida. Desde esa perspectiva la Asamblea Mundial por la Amazonía llama a una movilización global por la solidaridad concreta con los pueblos de la Panamazonía que sufren ahora con la pandemia de COVID-19; a una lucha contra el ataque a los territorios y la destrucción de la vida, a través del boicot a empresas y mercancías que destruyen la región; a la afirmación de nuevos patrones de consumo, de nuevos modos y formas de vida, desde la perspectiva del buen vivir.
De la Asamblea salen tres procesos de auto organización para la movilización de las personas y pueblos, tanto en el interior como fuera de la Amazonía. Este propósito debe contar con el protagonismo de los pueblos y de las organizaciones locales y regionales, así como todos los que se preocupan por el futuro del planeta. Para eso ya se ha elaborado un calendario, pues la movilización no termina en la asamblea, solo está comenzando, con la participación de todos, cada uno en la medida de sus posibilidades, pero convergiendo hacia los objetivos generales.
www.religiondigital.org
Fuente: https://www.mensaje.cl/los-pueblos-amazonicos-lanzan-un-grito-de-vida-mas-fuerte-que-todas-las-voces-de-muerte/
Pronunciamiento público Fospa: Comunidades de la Amazonía exigimos acciones inmediatas a gobiernos de los 9 países amazónicos
24 de julio de 2020
Detener la propagación de la pandemia del Covid- 19 en los territorios Amazónicos, evitar el etnocidio de sus pueblos y la desaparición de la selva Amazónica
Durante siglos, la Amazonía y los pueblos amazónicos y andinos que la habitan desde tiempos ancestrales, vienen enfrentando la pandemia del colonialismo y en las últimas décadas la pandemia del despojo territorial por la aplicación de un modelo de desarrollo obsesionado con el crecimiento económico a costa de los derechos de los pueblos y la naturaleza. Un modelo basado en políticas extractivistas, megaproyectos de infraestructura, agronegocios y promoción de la inversión económica que beneficia a las empresas transnacionales, la cual ha colocado al planeta al borde de una catástrofe climática sin precedentes en la historia.
Como si esto no bastara, una nueva pandemia: COVID-19, ha llegado a la Amazonía y con ella la amenaza de un etnocidio para los pueblos amazónicos. Esto ha generado una grave crisis sanitaria, que evidencia la histórica responsabilidad de sectores conservadores y reaccionarios, defensores del sistema capitalista y de su modelo de desarrollo neoliberal en nuestra región, que han privado a las mayorías nacionales, especialmente a los pueblos amazónicos y andinos, del derecho a la vida, sin acceso a sistemas de salud interculturales dignos y sin seguridad alimentaria. La pandemia del COVID-19 vuelve a mostrar, esta vez con mayor profundidad, el fracaso de este modelo.
La emergencia sanitaria creada por la expansión del COVID-19 ya ha cobrado la vida de más de 300 mil personas en el mundo y ha contagiado a más de 5 millones. En la Amazonía ya hemos alcanzado los 120 mil casos de contagio y superamos las 6 mil muertes, según el boletín de la REPAM. Sin embargo, la falta de voluntad política de los gobiernos de nuestros países, su incapacidad y falta de estrategias para enfrentar la pandemia y asegurar la integridad y la vida de las comunidades indígenas, especialmente, hacen pensar que lo peor aún está por llegar para la Amazonía y los pueblos que habitan sus más de 200 millones de hectáreas de bosque.
Las organizaciones indígenas, los movimientos sociales e instituciones de la sociedad civil de los 9 países de la cuenca amazónica que formamos parte del FOSPA, reafirmamos lo planteado y acordado en la Carta de Tarapoto de nuestro VIII Encuentro Internacional[1] : “… los pueblos amazónicos y andinos resistimos y pervivimos con el indeclinable compromiso de defender la vida en nuestros territorios…continuamos resistiendo y movilizándonos para transformar las sociedades y los Estados, cuestionando el modelo de desarrollo extractivista y afirmando nuevos paradigmas basados en propuestas como la Vida Plena, el Buen Vivir, Vivir Bien y el autogobierno territorial”.
Por anteriormente expuesto, exigimos a los gobiernos de Brasil, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, República Cooperativa de Guyana, Surinam y Guyana (francesa):
- Apoyar y respetar las medidas urgentes y culturalmente apropiadas propuestas por los pueblos y sus organizaciones, para detener la propagación de la pandemia y proteger la integridad y la vida de los hombres y mujeres de los pueblos amazónicos y andinos
- Participación efectiva de las organizaciones representativas de los pueblos amazónicos y andinos en las instancias de toma de decisiones de los gobiernos de los países panamazónicos para el manejo de la pandemia
- Fortalecer de manera urgente los sistemas de salud que se encuentran abandonados o en situación de precariedad para contener el avance de la pandemia en los territorios de los pueblos amazónicos y andinos y aplicar protocolos culturalmente apropiados para la prevención y atención de contagios y fallecimientos por Covid-19
- Implementar campañas de información y prevención sobre la pandemia del Covid-19, con enfoque intercultural y en los idiomas originarios
- Asegurar la distribución de alimentos y víveres de primera necesidad así como artículos de higiene en las comunidades, centros poblados etc. mediante una estrategia que incluya a las organizaciones representativas de los pueblos, siguiendo protocolos que eviten la mayor propagación de la pandemia.
- Respetar y reforzar la decisión de los pueblos amazónicos y andinos de cerrar sus fronteras y controlar sus territorios, ejerciendo su derecho a la libre determinación y la autonomía, para defenderse de la pandemia y evitar una mayor propagación
- Garantizar y asegurar la intangibilidad absoluta de los territorios de todos los pueblos en aislamiento voluntario y contacto inicial (PIACI) de los países de la Amazonía, por ser una población en situación de alta vulnerabilidad y riesgo de exterminio.
- Suspender las actividades extractivas (petróleo, minería y forestal), megaproyectos de infraestructura, agronegocios, etc. Así como evaluar su reanudación o no, considerando el peligro que representan para la salud y la vida de los pueblos amazónicos y andinos
- Suspender las intervenciones posteriores a la pandemia que puedan exacerbar la crisis y riesgo para la Amazonía y sus pueblos, privilegiando las acciones de protección lideradas por sus pueblos y habitantes.
- Adecuar de manera diferencial los lineamientos y protocolos para el manejo de los cuerpos de personas indígenas fallecidas a causa de la pandemia, en consideración a la cosmovisión, usos, costumbres y concepción cultural de la muerte como retorno a la Madre Tierra.
- Realizar la desagregación de los datos con la variable étnica en los reportes periódicos de los organismos de Salud Pública, con el fin de tomar decisiones efectivas y culturalmente pertinentes que permitan contener esta pandemia.
Nos convocamos a activar y fortalecer todas las instancias de gobierno comunitario para continuar aplicando los planes de contingencia propios; acatar las orientaciones de las autoridades y médicos tradicionales. Volver a nuestras prácticas tradicionales de siembra y cultivos, volver a compartir, al trueque, volver a la minga, volver al origen, volver a nuestras semillas propias que son nuestra aseguranza.
Nos convocamos a impulsar nuestras experiencias de economía solidaria, una dimensión esencial del cuidado presente en las culturas tradicionales de la Amazonía, que hoy en medio de la pandemia se tornan una herramienta fundamental para las garantías de vida. Hacer de la economía solidaria una práctica colectiva de sobrevivencia en todas las comunidades, que fortalezca nuestros procesos organizativos para la autonomía económica de nuestros territorios. Y exigir el reconocimiento y respeto por parte de los gobiernos y las empresas a la sabiduría ancestral de los pueblos.
Finalmente, llamamos a todas las organizaciones de los pueblos amazónicos y andinos, las instituciones de derechos de los pueblos y movimientos sociales, así como a la comunidad internacional, a fortalecer nuestras articulaciones, a mantenernos vigilantes y a incidir políticamente para exigir medidas efectivas que eviten la mayor propagación del Covid-19 en la Amazonía y eviten un posible etnocidio.
¡ POR LA VIDA, DEFENDEMOS LA AMAZONÍA !
[1] Carta de Tarapoto, VIII Foro Social Pan Amazónico, realizado en la ciudad de Tarapoto, Perú, del 28 de abril al 1 de mayo de 2017.